La gruta437

Page 1

La Gruta

Mayo de 2013

437

BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532

...

Reforma de la Misa y de la liturgia Durante la Cena, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Después les dijo: “Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. La Gruta n.437

Juan 13,1...15 1


Actualidad

Pino Puglisi: mártir de la mafia El 25 de mayo será beatificado como “mártir” el párroco italiano p. Pino (Giuseppe) Puglisi, el primer sacerdote abatido por la mafia siciliana el 15 de setiembre de 1993.

Era un sacerdote manso y sencillo, hijo de un zapatero y una costurera. Había sido enviado por el cardenal de Palermo, Salvatore Pappalardo, en 1990 a la zona roja del Brancaccio, un conjunto de casas populares, viejos recovecos, montañas de basura y una violencia cotidiana. Allí dominaban las “familias mafiosas” y el cura conocía el ambiente porque había nacido allí. Puglisi rechazó la resignación, pero tampoco se dedicó a estridentes denuncias. Don Pino salía a las casas, reunía a la gente para rezar y leer el evangelio en los llamados “cenáculos”. Se dedicó sobre todo a los jóvenes. Por 21 años había sido profesor de religión en escuelas secundarias. Constataba que los niños no querían la primera comunión porque después no podían seguir robando y vendiendo droga; y si no traían algo a casa todos los días, se los golpeaba. Fundó entonces el “Centro Padre Nuestro” con la intención de arrebatar a los niños y a la juventud de la droga y de las manos de la mafia. Tuvo la ayuda de hermanas, asistentes sociales, catequistas, estudiantes voluntarios. Siendo hijo del Concilio (había sido ordenado en 1960) sabía que no podía desatender la promoción humana. Urgía a las autoridades para que en la barriada hubiera un liceo, una policlínica, una palestra, una biblioteca. Empezaron a llegar las amenazas e intimidaciones. Cuatro meses después de la inauguración del Centro, estallaron bombas frente a la iglesia. Don Pino rechazaba el dinero cuyo origen desconocía, no quería los fuegos artificiales millonarios para 2

las fiestas religiosas que regalaba la “Honorada Sociedad” ni quería a esa gente en los puestos de honor. Había personas que escuchaban sus sermones y después los delataban a la mafia. El 15 de setiembre de 1993, el mismo día que cumplía 56 años, por la noche fue abatido de un tiro en la nuca mientras entraba en su casa. Habían pasado tan solo tres años desde que se había hecho cargo de la parroquia san Cayetano del Brancaccio. Caminaba como siempre por la calle sin custodia y sin huir a pesar de las amenazas. Al sicario le dijo sonriendo antes del disparo: “Me lo esperaba”. Salvatore Grigoli fue el sicario que mató a Puglisi; después se arrepintió recordando la sonrisa desarmada del mártir y colaboró con la policía. La Iglesia ha declarado “mártir” a don Pino y un mártir que muere por su fe en Cristo y por el evangelio, es beatificado sin mayores requisitos. No ha sido asesinado simplemente por su trabajo social, sino en odio a su fe. Había escrito: “El discípulo de Cristo es un testigo y el testimonio cristiano cuando encuentra dificultades puede llegar a convertirse en martirio”. Con el crimen de Puglisi se quiso eliminar no simplemente a un enemigo (como tantos magistrados, políticos y periodistas), sino al sacerdote. Puglisi clamaba que solo Dios es el Padre Nuestro, no los “padrinos”. Dejó dicho: “Nuestras iniciativas son poca cosa; tan solo un signo para proponer otros modelos a la juventud. Pero si cada uno hace algo, entonces se puede hacer mucho”.


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo

Reforma de la misa y de la liturgia Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin. El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste le dijo: -Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús le contestó: -Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás. Pedro le dijo: -¡Jamás permitiré que me laves los pies! Respondió Jesús: -Si no te los lavo, no podrás ser de los míos. Simón Pedro le dijo: -¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza! Pero Jesús le contestó: -El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos. Dijo: “No están limpios todos”, porque sabía quién lo iba a traicionar. Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: -¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. Juan 13,1-15

La Gruta n.437

Entre los temas que iba a tratar el * Concilio, el que se veía con mayor necesidad de aggiornamento, era la liturgia. La Misa se rezaba en latín y el pueblo no lo comprendía, y por tanto no contestaba a las oraciones y rezaba el rosario para edificar su espíritu durante la Misa. La Misa era concebida como un ejercicio de piedad personal para “salvar el alma” y se ponía el acento en la realización correcta de las rúbricas litúrgicas. Gracias también al movimiento de renovación litúrgica, el Concilio pudo renovar las formas de celebraciones de la Iglesia, haciendo partícipe al Pueblo de Dios de su liturgia.

Preguntas -la Misa no es más en latín, pero ¿entiendes la Misa y su lenguaje? -Si no entiendes ¿le consultas a tu párroco o a otra persona de fe? -¿puedes participar de la Misa? ¿O te resulta aburrida? ¿Por qué?

3


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo Liturgia y vida no pueden separarse; Toda la liturgia está orientada a ser vivida en la * en este sentido el ejemplo del lavatorio de * vida: el p. Dehon decía que nuestra vida debe ser los pies es clarísimo: te lavo los pies, te dice Jesús, para que los laves a los demás. De hecho este rito, esta liturgia, se repite cada Jueves Santo. El pueblo tiene que entender para participar y para que Jesús oriente su vida: sobre todo entender el amor de Dios simbolizado por los signos litúrgicos. El pueblo, la gente, tiene que ser protagonista en la liturgia: la misma palabra “liturgia” significa acción del pueblo. Así lo hizo Jesús en la última cena: los discípulos fueron protagonistas, involucrados en el gesto de amor de Jesús.

*

Salmo 115 (116) Amo al Señor porque ha escuchado mis súplicas, porque me ha prestado atención. ¡Toda mi vida lo invocaré! La muerte me enredó en sus lazos, la angustia del sepulcro me alcanzó y me hallé preso del miedo y del dolor. Entonces invoqué el nombre del Señor y le rogué que me salvara la vida. El Señor es justo y compasivo; nuestro Dios es todo ternura. El Señor cuida de los sencillos. Cuando yo estaba sin fuerzas, me salvó. Ahora sí, puedo volver a sentirme tranquilo porque el Señor ha sido bueno conmigo, porque me ha librado de la muerte, porque me ha librado de llorar y de caer. Seré obediente al Señor en el mundo de los que viven. Yo tenía fe, a pesar de que decía que era grande mi aflicción. Desesperado, afirmé que todo hombre es mentiroso.

4

una Misa continuada, una continuación de la misa. Si ir a la Misa me llena, tengo que responder de la misma manera con mis hermanos, llenando sus vidas con el mismo entusiasmo que yo he sentido. La liturgia tiene que ayudar a entender, celebrar * y vivir el amor de Dios: el signo litúrgico tiene que estar claro, así como para los discípulos el lavatorio de los pies. A eso apostó la reforma litúrgica que el Concilio inició. El primer paso para que se entienda la liturgia fue hablar nuestro idioma. Ahora es necesario que los signos litúrgicos sean entendibles.

¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre! Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. ¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo, en los atrios del templo del Señor, ¡en medio de ti, Jerusalén! Amén. El miércoles 15 de mayo, a las 17:30 hs. nos encontramos en el despacho parroquial para preparar esta página del boletín, para el mes que viene.


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo

Reforma de la misa y de la liturgia LA REFORMA LITÚRGICA El primer documento aprobado por el Concilio se refiere a la liturgia, es decir al culto. Se titula: “Sacrosantum Concilium” (= el sagrado Concilio). Es el fruto de muchos años de preparación y experimentaciones antes del Concilio, y después fue el que mayor incidencia tuvo en el pueblo cristiano y algunas aplicaciones fueron muy rápidas. Se habla allí de la Eucaristía y de los demás sacramentos, del Breviario (u Horas Litúrgicas, Oficio Divino), del Año Litúrgico, de la música sagrada, del arte sagrada y los objetos de culto. Como “Liturgia” se entiende todo lo que se refiere al culto público y comunitario de la Iglesia: sacramentos, oraciones, signos y símbolos. La liturgia “es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza” (n.10). Es el momento más elevado de nuestra vida de fe porque allí se hace presente Cristo. Es la acción y oración por excelencia de la Iglesia, en donde se manifiesta la centralidad del misterio pascual. ANTES DEL CONCILIO La Misa se rezaba en latín, de espaldas al pueblo; la gente no entendía y por lo tanto no contestaba a las oraciones, rezaba el rosario o atendía a su devociones. Era como ser espectadores, donde el único actor era el sacerdote. Además era una práctica religiosa individual sin ningún contacto con los demás fieles. El canto, también en latín, era monopolio del cura o del coro. La liturgia era uniforme en todo el mundo, sin tener en cuenta el lugar o la cultura. Ya antes del Concilio se había restaurado la Vigilia Pascual, reducido el ayuno eucarístico, inaugurado la Misa vespertina del sábado. Ya se había empezado a usar manuaLa Gruta n.437

les con la traducción en lenguas locales durante la Misa. El latín había sido introducido en la liturgia en el año 300 después de Cristo, en lugar del griego que la gente ya no comprendía. San Gerónimo tradujo la Biblia en latín, que por eso se llamó “vulgata” (=para el vulgo). Fue Martín Lutero el primero en traducir la Biblia del latín al alemán en el siglo XVI. PARTICIPACIÓN ACTIVA El Concilio pide una “participación activa” de los fieles en la liturgia y sobre todo en la Misa (n.48). El rito litúrgico es para el pueblo cristiano, no al revés. El Pueblo de Dios tiene el derecho y el deber de involucrarse plenamente en lo que está celebrando. El Concilio afirma que todos celebramos la liturgia porque todos tenemos un sacerdocio común por ser bautizados y unidos a Cristo, el Sumo Sacerdote; y por lo tanto todos podemos ejercer la acción sacerdotal de ofrecer sacrificios a Dios e interceder por los demás. El sacerdote preside, pero es toda la asamblea que celebra la misa, pide perdón y agradece, alaba, medita la Palabra, ofrece, suplica, comulga. “Participar” significa tomar parte y por eso cada uno debe tener su rol: acólitos, lectores, salmistas, guías, cantores... Se participa también con las posturas (de pie, sentados), con el canto, las aclamaciones y respuestas, los gestos, los servicios (llevar las ofrendas, recoger la colecta...), y también con el silencio sobre todo después de la homilía y la comunión. La participación “más perfecta es recibir el Cuerpo del Señor” (55). Pero para eso hace falta la debida preparación (n.11). REFORMA DE LA MISA La Misa, de acción privada del sacerdote, pasó a ser el alma de la comunidad cristiana. Fue5


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo ron aliviadas la introducción y la conclusión; se pusieron en evidencia sus partes estructurales, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía. Éstas están íntimamente unidas y constituyen un solo acto de culto; no hay Eucaristía sin Palabra (n.56). Se diferenciaron los lugares del altar y del ambón (para las lecturas bíblicas). Se introdujo el rito de la paz antes de la comunión. Se estableció la Oración de los Fieles después de la homilía. Se brindaron “lecturas más abundantes, más variadas y apropiadas de la Sagrada Escritura” (n.35) en ciclos de tres años. Nunca en la historia de la Misa dominical ha habido una presencia tan rica de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios da un significado pleno al rito sacramental. El Concilio ha devuelto vigor a la “homilía” (=conversación familiar) “por ser parte de la acción litúrgica” (n.35); es obligatoria los domingos, debe ser breve y hay que vincularla con la Palabra, la liturgia y la vida de los oyentes. El Concilio prevé también una liturgia más encarnada y creativa, con adaptaciones a las distintas culturas y exigencias locales. “La Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad ni siquiera en la liturgia” (n.37). LA MISA Y LA COMUNIDAD Ya los primeros cristianos cada 8 días “se reunían para escuchar la enseñanza de los Apóstoles, para la fracción del pan y la oración” (He 2,41-42.47). La Misa se llamaba “Fracción del Pan” o “Cena del Señor” y se celebraba en las casas, para significar que se trataba de la nueva Familia de Jesús. Antes del Concilio, la feligresía que se reunía los domingos en los templos, parecía una sociedad anónima, cada uno por su cuenta “asistiendo” a la Misa como a un acto. Ahora se privilegia el trato personalizado y fraterno. Se busca formar hoy comunidades a nivel humano más pequeñas para que todos se conozcan y que la parroquia sea una red de comunidades. Finalidad de la Misa es ir construyendo una comunidad de fe, de amor, evan6

gelizadora y servidora. No se va a la Misa para cumplir con un precepto ritual sino para escuchar la Palabra de Dios, comulgar con Cristo y aprender a vivir en comunidad y a construirla. “Ámense unos a otros como yo los he amado; en esto los reconocerán como discípulos míos”, dijo Jesús (Jn 13,34-35). Hay tres momentos en la Misa que subrayan este aspecto: la oración al Espíritu Santo para que haga de nosotros “un solo cuerpo y un solo espíritu”; el gesto de la paz antes de la comunión, que también puede ser trasladado al final de la Misa; la fracción del Pan después del Cordero de Dios (Jesús es el Pan partido para que formemos con Él y entre nosotros un solo cuerpo). La Iglesia celebra la Eucaristía, pero es la Eucaristía la que realiza la comunidad, la Iglesia. RECEPCIÓN No se puede negar que ha habido en muchos casos abusos y exageraciones en el post-concilio. Pero la recepción de la reforma litúrgica en general fue sumamente positiva. Se aumentaron las Oraciones Eucarísticas, se difundió la concelebración de los sacerdotes en común, se dio la posibilidad de comulgar con las especies consagradas del pan y del vino, de recibir la hostia consagrada en la mano. Se multiplicaron las Celebraciones de la Palabra, sobre todo donde faltan sacerdotes. Hubo una mayor inclusión de la Palabra de Dios en todos los sacramentos, se dio mayor importancia a la predicación, se incluyó la formación litúrgica en los seminarios y en la catequesis parroquial, se organizaron los equipos litúrgicos. Surgieron varios Ministerios Laicales. El Ministro Extraordinario de la Eucaristía, que puede ser también mujer, administra la comunión a enfermos y ancianos a domicilio, en casos de asambleas muy numerosas o en ausencia del sacerdote. Asimismo están los Ministros de la Palabra, los Animadores de Comunidades, etc. El documento conciliar no habla de “ministerios laicales”, pero los vislumbra en los números 28 y 29.


Parábolas de HO Y “Puente o m uelle ... ” HOY muelle uelle... ...” viene del n. 436

“¡Cielo y tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán!”. “Ser Puente”, el sueño de toda una vida. Invitar, unir dos orillas, Dios y el pueblo. Una tristeza profunda invadió mi alma. Me senté en el medio del puente y recorrí con mi pensamiento todas las fallas del puente. Grietas, herrumbres, revoque caído, manchas de humedad y signos de vejez y decrepitud aparecían ante mis ojos. La “culpabilidad” asomaba en mi corazón. La noche estaba allí con su oscuro mensaje. Yo sentado en el medio del puente. ¡Tiempo cumplido! Me decía una y otra vez. Estaba a punto de decir: ¡Misión cumplida!, pero en mi conciencia no me animaba a decirlo porque la misión estaba sin cumplir… ¡No! La misión estaba sin cumplir. En estas ideas e imágenes estaba, cuando vi amanecer. El agua había invadido el lecho del río y crecía velozmente ocupando la inmensa llanura. El puente quedaba como suspendido sobre el agua apoyándose sobre una sola orilla. La otra estaba cubierta de agua. Parecía un brazo tendido sobre el inmenso dique. Me imaginé la soledad más desoladora. Ya estaba como extrañando las dolorosas pisadas de la gente. Dios buscando a la gente. Gente buscando a Dios. Frente a tanta necesidad me quedaría solo Dios. ¿Cómo pensar a un Dios sin gente? ¡No! No sería el Dios de Nuestros Padres, no sería el Dios de Jesús, de la Iglesia. El Dios que la Iglesia me mostró. Nuestro Dios no es pensable sin nosotros. Se trata del “Dios-con-nosotros” El Emanuel. Me imaginaba las crecidas, los vientos fríos, el silencio… No podría yo sin gente… No lo terminaba de pensar cuando vi, a la luz del amanecer, una larga procesión de pescadores. Sentí el fuerte y esperanzado pisar de muchos y sus comentarios. No. No podía creer lo que oía. Comentarios privados, cosas que se decía La Gruta n.437

(par te 2) (parte

apoyados a la baranda del puente. Historias desconocidas… Antes pasaban y seguían de largo. No podía oír. La velocidad impedía oír el tema, se oían palabras, ahora aparecía la historia. Decían: “Mira ¿sabes qué? Si no fuera por este muelle cuánta gente no tendría qué comer. Este muelle es más que una industria. Aquí pescamos alimentos, comida para muchas familias”. No podía creer. Me acordé de las rajaduras del puente, de sus hierros descubiertos, de la herrumbre que dejaba ver largas goteras color rojizo como si estuvieran sangrando. Ahora entiendo que vale la pena restaurar este muelle. Un brazo largo extendido sobre este lago semejante al mar de Galilea, estaba diciendo que Dios es capaz de reciclar y, con creces, todo y todos. Sus trampas, son ingenios, los vencimientos son renacimientos, el tiempo es una oportunidad para comenzar de nuevo, de otro modo y de otra forma a servir a Dios y al prójimo. No importa si ser puentes o muelles. Nada ni nadie, ni la enfermedad, ni los fracasos, nos eximen de servir. Ofreciendo pasadas rápidas o pescas profundas. Todos servimos. No todos para todo, pero todos para algo. Y este “algo” es lo que precisa Dios para llegar al hombre y el hombre para encontrarse con Dios. Esto no es poca cosa, y sí, es lo que yo puedo hacer. Dios me lo pide y el prójimo necesita. Escuchar a los vecinos que salían con el canasto lleno y el corazón agradecido me parecía un sueño. Me acordé de la pesca milagrosa de la iniciativa de Dios, que Dios no deshecha a nadie y ofrece oportunidades para todos y en cualquier momento. Este, es el tuyo. Preséntate a tu párroco y atrévete a decirle: “¡Aquí estoy para un nuevo amanecer!” Puente o muelle, no importa, con tal de servir. P. Rodolfo Bonci 7


Oración a los pies de La Gruta

Miércoles 15 de mayo, 17:30 hs en el despacho parroquial. Reflexión sobre el texto evangélico del boletín de junio. Sábado 8 de junio, desde las 9 hs., se conmemoran los 70 años de la Escuelita El Salvador (desde la cual nació el Santuario) con una mañana de reflexión sobre el tema: educación, familia y sociedad. Te esperamos en el Salón Guadalupe.

Domingo 9 de junio, a las 18 hs. en el despacho parroquial, reunión de información de los voluntarios del día 11. ¡Sumate!

8

Secuencia del Espíritu Santo Ven Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.

Sin tu ayuda divina no hay nada en nosotros, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura nuestras heridas.

Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio para nosotros. Descanso en el trabajo, templanza en las pasiones, alegría en nuestro llanto.

Suaviza nuestra dureza, enciende nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concéde a tus fieles, que en tí confían, tus siete sagrados dones.

Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles.

Premia nuestro esfuerzo, salva nuestras almas, danos la eterna alegría. Amén.

El Santuario de La Gruta, por decreto del Obispo, es lugar para recibir la Indulgencia plenaria en todo el Año de la fe. Este año de la fe es un momento de gracia para todos los creyentes; la indulgencia es un don de gracia especial que Jesús resucitado nos otorga, para nosotros, nuestra salvación y la de nuestros hermanos vivos y difuntos; como signo que queremos entrar en este don de gracias, la Iglesia pide que: nos confesemos, comulguemos, rezemos el Rosario aquí en la Gruta y hagamos un gesto de caridad hacia nuestros hermanos.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.