La gruta 438

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La Gruta

Junio de 2013

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BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532

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Devociones y piedad popular Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir". La Gruta n.438

Marcos 12,41-44 1


Actualidad

Veto al aborto mártir de la mafia Pino Puglisi: Los obispos uruguayos han invitado a todos los católicos a concurrir el 23 de junio a las mesas de votación para habilitar el recurso de referéndum contra la ley del aborto. La despenalización el aborto no es un reclamo popular, sino de minorías ideologizadas.

El 7 de mayo se presentó en la universidad de Montevideo el libro: “Veto al aborto”, escrito por varios profesionales de la medicina. Los autores del libro declaran que ningún científico medianamente sensato puede negar que de la fecundación nace un individuo distinto del padre y de la madre; y esta “no es una cuestión de fe religiosa, sino una certeza biológica”. Recordando el principio universal de que el fin no justifica los medios, afirman que “favorecer abortos para evitar abortos es tan contradictorio como combatir la muerte ocasionando muerte o creer que se elimine la enfermedad matando al paciente”. Afirma el doctor Pedro Montano: “Donde se liberaliza el aborto, se afecta luego la dignidad humana en la experimentación, la eugenesia y la eutanasia”. El profesor Lincoln Maitzegui: “Estoy convencido de que la solución al aborto clandestino, o inclusive a su paulatina disminución, no pasa por facilitarlo”. El doctor Santiago Altieri: “Asusta pensar al grado de retroceso que esto significa si no se reconoce el valor y la protección de todo ser humano”. “Se pretende reconocer derechos a animales en vías de extinción y se cuestionan, se vulneran y violan los derechos de los seres humanos con total indiferencia” (doctor Nicolás Etcheverry). La doctora Verónica Alonso: “Hay que restaurar la trascendencia que tiene la vida y el valor que tiene la persona humana desde el momento de la concepción”. 2

Hace dos años falleció el famoso doctor Bernard Nathanson. El mismo abandonó la práctica abortista en 1979 y más tarde escribió esta carta pública como su testamento: “Conseguimos que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizara el aborto en 1973. Se decía que el cambio de leyes solamente implicaría que los abortos que se practicaban ilegalmente pasarían a ser legales. Pero la verdad es que actualmente el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en Estados Unidos. Y el número actual de abortos se ha incrementado en un 1.500%, 15 veces más. Frecuentemente me preguntan qué es lo que me hizo cambiar de idea. ¿Cómo pasé a ser de un destacado abortista a un defensor de la vida incipiente? Un típico argumento a favor del aborto es aducir la imposibilidad de definir cuándo comienza la vida, afirmando que ello es un problema teológico o filosófico, no científico. Sin embargo la ciencia demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección de la que gozamos cualquiera de nosotros. Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucción violenta de vidas humanas. Debe reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves y difíciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto mortífero, supone podar la capacidad humana para recurrir a otros recursos y en el orden social subordinar el bien público a una respuesta individualista. Como científico yo sé y conozco que la vida humana comienza en la concepción. Creo además con todo mi corazón que existe un Dios que nos ordena acabar para siempre con este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad”.


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo

Devociones y piedad popular Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. 43 Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, 44 porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir". Marcos 12,41-44

El texto evangélico que proponemos presenta a * Jesús en una actitud de juicio con criterios diversos y novedosos, con respecto a la religión de su tiempo: mientras los fieles valoraban la cantidad de aporte monetario como criterio para medir la fe del aportante, Jesús mira al corazón. La pobre viuda puso menos que todos, pero en realidad, según Jesús, es la mejor creyente. En la Iglesia no es poco común escuchar que los * verdaderos cristianos son los que van a la misa todos los domingos, están bautizados, casados por Iglesia... mientras que los que mantienen una religiosidad menos coherente con los preceptos de la Iglesia, son casi cristianos de segunda categoría. Según el criterio de Jesús no es tan sencillo y * medible definir quién tiene fe: tal vez el que participa de algunas peregrinaciones, encendiendo velas y tocando el manto del santo o de la Virgen, y no puede ni comulgar por su posición irregular, tenga más fe que el que participa de una forma completa a la liturgia de la Iglesia. La Gruta n.438

En los últimos siglos la rigidez e in* movilidad de la liturgia, junto al clericalismo y al uso constante del latín, habían causado un extraordinario desarrollo de las expresiones populares de culto como por ejemplo procesiones, veneración de imágenes, peregrinaciones a santuarios, cofradías etc.. Estas formas cultuales han contribuido enormemente a la conservación y transmisión de la fe en el pueblo cristiano. El Concilio afirmando que “la vida cristiana no se agota en la liturgia” confirma que siguen teniendo valor los ejercicios piadosos y las devociones, siempre que no se sustituyan ni se mezclen con la celebración litúrgica.

Preguntas -en la verificación de mi vida de fe ¿me guío por el cumplir o por las exigencias evangélicas? - Viniendo a La Gruta, ¿pienso que la peregrinación debe traducirse en una vida cristiana coherente? 3


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo Jesús pone como criterio de fe el dar todo * lo que uno tiene para vivir: en este sentido, podemos decir que buen cristiano es aquel que no ahorra energía y vida en favor de los demás, de una sociedad más justa y fraterna, buscando, ya sea en los sacramentos como en la piedad popular, la fuerza para hacerlo.

El lunes 20 de mayo falleció el p. José Caccin, que por muchos años acompañó la vida de este santuario con su trabajo pastoral y su devoción a la Virgen, que se manifestó particularmente en la edificación de la iglesia dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio Borro. Lo recordamos a través de las palabras de su Testamento, redactado en el momento de entrar en la congregación. Es una invitación a la oración que se hace verdad en la vida.

Este es mi testamento: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea. Agradezco a Dios por haberme creado, hecho cristiano y llamado a la vida religiosa. Declaro querer morir en la Santa Iglesia Católica, Apostólica y en la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Que Dios tenga misericordia de mí durante mi vida y sobre todo en el momento de mi muerte. Declaro que no poseo en propiedad ningún bien ni objeto que me sea estado dado su uso en la Congregación religiosa en la cual he vivido y muero. Declaro estar orgulloso de haber nacido pobre, vivido pobre y de querer morir pobre. Por lo tanto a mis familiares, como también a mis amigos y cohermanos le dejo como preciosa heredad el fruto de mi ideal: la Fe, el Cielo, el amor a Cristo Jesús y a nuestra Madre, María Santísima. Deseo que se alegren todos en el día de mi partida, porque no hay cosa más hermosa que ir a gozar en la casa del Padre con los 4

que ya me han precedido, e ir a recibir el premio de la misericordia de Dios y de mis fatigas. Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo por haberme otorgado una vida así humilde y una felicidad sin fin que espero haber alcanzado. Pido perdón a los que puedo haber ofendido y dado mal ejemplo; de mi parte no tengo que perdonar a nadie pues todos, sin excepción, fueron buenos conmigo. Por los bienes materiales que puedo haber en el punto de mi muerte: dejo todos los bienes muebles e inmuebles a la Congregación, en particular a la Región Argentina. Declarando que no me ha venido ningún bien de parte de mi familia. Hecho, escrito enteramente, fechado y firmado con mi puño y letra en Bolognano d´Árco, Italia, el día 22 de agosto 1965. Fr. José A. Caccin, scj. El miércoles 12 de junio, a las 17:30 hs. nos encontramos en el despacho parroquial para preparar esta página del boletín, para el mes que viene.


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo

Devociones y piedad popular EJERCICIOS PIADOSOS El documento conciliar sobre la Liturgia en los números 12 y 13 reconoce que “la Liturgia no abarca toda la vida espiritual” y recomienda encarecidamente “los ejercicios piadosos del pueblo cristiano, con tal que sean conformes a las leyes y normas de la Iglesia”. Inclusive atribuye “una dignidad especial a las practicas religiosas de las Iglesias particulares, a tenor de las costumbres legítimamente aprobadas por los obispos”. En los últimos siglos la rigidez de la liturgia oficial, las dificultades para entenderla y la falta de participación han determinado una extraordinaria difusión de las devociones y ejercicios piadosos a nivel popular. Nacieron y se desarrollaron las cofradías, las devociones al Santísimo Sacramento, al Corazón de Jesús, a la Virgen y a los santos, prácticas piadosas como el rosario, el vía crucis, el ángelus, procesiones, veneración de imágenes, peregrinaciones a santuarios (especialmente marianos), sufragios de difuntos... Estas formas de culto han contribuido de manera extraordinaria a la transmisión de la fe y a enfrentar los embates del racionalismo. PRIMADO DE LA LITURGIA Con el Concilio se ha redescubierto la centralidad de la Liturgia como culmen de la vida de la Iglesia y fuente de la cual brota toda su vitalidad. Siendo que ésta es de naturaleza superior, “los ejercicios piadosos se deben organizar teniendo en cuenta los tiempos litúrgicos, de modo que vayan de acuerdo con la sagrada Liturgia y en cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan” (n.13). Los cambios que efectuó la reforma litúrgica La Gruta n.438

del Concilio llevaron equivocadamente en los años sucesivos a suprimir en muchas iglesias procesiones, bendiciones, imágenes de santos y formas devocionales provocando el malestar, y a veces el alejamiento, de los fieles. Se consideraban estas expresiones populares de la fe, como supersticiosas o en todo caso como inferiores, menos puras, de segunda categoría. Para rectificar estas posturas el Papa Pablo VI publicó la exhortación apostólica “Marialis Cultus” (=la devoción a Maria) en 1974 hablando de la validez e importancia de la piedad popular mariana, encauzándola en su verdadero sentido bíblico, eclesial y ecuménico. PIEDAD POPULAR En el documento conciliar se habla tan solo de “ejercicios piadosos”. Fue el Papa Pablo VI en la carta “Evangeli Nuntiandi” (= del anuncio del Evangelio) que usó la expresión mucho más positiva y abarcativa de “piedad popular”. Esta expresión, retomada también por el último documento episcopal latinoamericano en Aparecida, se refiere a la manera con que la gente católica, cuyo contacto con la institución de la Iglesia es limitado, expresa su fe. Pablo VI, aún denunciando ciertas limitaciones de la misma, afirma que la piedad popular “si bien orientada mediante una pedagogía evangelizadora, es rica en valores. Ella manifiesta una sed de Dios que únicamente los sencillos y los pobres conocen, hace capaces de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo cuando se trata de manifestar la fe. Tiene un sentido profundo de la pater5


Concilio Vaticano II: vivir la fe en diálogo con el mundo nidad y providencia de Dios, de su presencia amorosa y constante, genera actitudes interiores fundamentales como la paciencia, el sentido de la cruz en la vida cotidiana, el desapego y la atención a los demás” (n.48). En definitiva, ella puede constituir para el pueblo cristiano un verdadero encuentro con Dios. Es lo que sucede con los millones de peregrinos que acuden a los santuarios. El Papa recomendaba rescatar los valores innegables de la misma, purificarla y evangelizarla plenamente. Por su parte, Benedicto XVI, llegando a Brasil en 2007, decía que la piedad popular es “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina, y que ella debe proteger, promover y, en lo que fuera necesario, también purificar”. EL LENGUAJE DEL PUEBLO Hay asistencia masiva de fieles cuando la liturgia tiene carácter popular, es decir cuando entra por los cinco sentidos, en un clima cálido y espontáneo, celebrativo, como ocurre con motivo del pesebre y la navidad, el miércoles de ceniza, el domingo de ramos, el lavatorio de los pies del jueves santo, la adoración de la cruz el viernes santo, el fuego de la vigilia pascual, las procesiones con el santo patrono... El pueblo gusta de lo colectivo, las fiestas, la música y el canto, las caminatas a los santuarios, misas de campaña, promesas y bendiciones, aspersiones con agua bendita, tocar las imágenes, llevar puesta una medalla, prender velas. La cultura popular no rechaza la palabra, pero prioriza las imágenes, los signos y los gestos. El pueblo se relaciona con Dios de manera sencilla y directa, otorgando mayor participación al sentimiento y a lo simbólico. Es otra forma auténtica de culto en la que se expresan valores realmente cristianos. No se trata de expresiones puramente exteriores. Revelan valores, criterios, conductas, actitudes y hondas creencias y tienen que ver 6

con la vida de todos los días, la oración, la solidaridad, la justicia, la fraternidad, la familia, la hospitalidad, el respeto a la vida... LÍMITES DE LA PIEDAD POPULAR A pesar de ser sincera, la fe católica del pueblo está a veces mezclada con supersticiones, magia, milagrerismo, fatalismo, utilitarismo, pasividad y resignación. Hay cierto desequilibrio entre la fe en Cristo y la veneración a la Virgen y a los santos. Presentar a la Virgen María como más buena que Dios o como la madre misericordiosa que aleja los castigos de Dios, es desubicado; como también decir que la Virgen María sea una santa igual que santa Rita. Es cierto también que la Eucaristía, la Misa, no es el centro de la piedad popular. Se trueca fácilmente el domingo con el día del mes dedicado a la Virgen o al santo de la devoción que uno practica; por eso también falta una vinculación con la comunidad cristiana del lugar. Se desconoce la Palabra de Dios, la que se sustituye con el rezo del santo rosario; si bien este es un ejercicio piadoso importante, la Palabra de Dios es lo más importante: “Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica”. (Lc 11,28). La religiosidad popular era y es una expresión muy importante de la espiritualidad laical. Después del Concilio hubo muchos intentos de sustituir o al menos “purificar” o “evangelizar” la religiosidad popular. Todo esto no es necesario. Lo único necesario es, que la religiosidad popular se acuerde de la coherencia entre fe y vida, entre oración y realidad que le caracterizaba. La religiosidad popular es un intento serio de unir la realidad y la oración. Si se recupera esta intención, se recuperará una versión muy válida de la espiritualidad cristiana, porque la espiritualidad no es una cosa adicional a la vida: es la vida misma.


Parábolas de HO Y “P ozo, aljibe ... ” HOY “Po aljibe,, o o... ...” Estábamos en campaña. Una pequeña aldea. El centro de la población, era una plaza. En una de sus esquinas, un humilde inmigrante había hecho su casita de material con un patio grande y, en el medio, un pozo bien calzado, que daba un agua siempre linda y fresca. Ese pozo era tema frecuente de conversaciones en las mesas de los vecinos. La “asociación” del pozo lindo, del agua fresca y el buen vecino, era inevitable. “¡Qué agua, Qué vecino!” decían. Claro. El pozo estaba allí para todos. No había cerco, alambrado, ni perro bravo que mantuviera la seguridad de la casa. Ser vecinos, compartir el espacio, la aldea había generado una especie de parentesco. La celebración dominical era una cita, más que obligatoria, necesaria. El encuentro era un momento fuerte de comunicación. Antes y después de la celebración, todos se ponían al tanto de la vida, la salud de los vecinos. La aldea “creció”, los vecinos estaban siempre más ocupados, las cosas y las tareas invadieron la existencia y el “prójimo” se hizo siempre menos “próximo”, casi desconocido, y el “tiempo” para el encuentro se transformó en un “producto” de compraventa. Crecieron el miedo, los alambrados, y las rejas… Y ¿El pozo? El pozo quedó dentro del patio. Había que golpear las manos para poder sacar agua. Y ud. sabe que el agua se precisa en cualquier momento. No había, en la aldea, agua potable como ahora. La conversación sobre el agua y el pozo, era frecuente, y las dificultades de los vecinos siempre más serias. “¡Ayer tenía necesidad de agua y… el portón estaba cerrado!”. “¡A la tarde está cerrado por la siesta… a la tardecita porque oscurece… a la noche porque duermen!”. Allí terminaba el comentario. Nadie se atrevía a más… Algunas meneadas de cabeza, al retirarse del portón, habían creado cierto malestar, con las lógicas conclusiones de los “dueños del pozo”. “¡El pozo es nuestro! ¡Tenemos derecho a nuestra tranquilidad, nuestra privacidad!” La Gruta n.438

(par te 1) (parte

Tanto se habló que, de pronto, como en un contagio… en las tardecitas, varios comenzaron, a la luz de los faroles, a escavar y escavar hasta encontrar el agua. Los pozos aumentaron. ¿La comunicación? Ya no había casi tiempo. El agua los había acostumbrado a encontrarse, los unía, los comunicaba, casi como una sola gran familia. ¿Una aldea? ¡Es una familia! Decían. ¿La casa de la esquina, su patio, su pozo? Casi patrimonio de la aldea!… “¡Cómo todo cambió!”. ¿Y el pozo? ¡Parece que está medio seco. Se está agotando. ¡No! No se está agotando. La historia de los pozos es un poco como la de tantos… Cuando no se comparte… no se rinde. Se les van tapando las venas, se llenan de musgo, insectos y larvas… no deja filtrar el agua... es la historia de los pozos. Menos dan, menos reciben. ¡No! no es menos reciben menos dan, sino lo contrario. Y se termina la comunicación con la vertiente profunda. ¿Entonces? ¡Salimos en busca de otros pozos! Y cada uno por la suya. Lo más feo es que en vez de combatir el egoísmo y orientarnos al bien común, pedimos ayuda, ayuda y ayuda. Si nos juntamos es para pedir que se nos ayude. No se solicita la participación de todos, en torno a un proyecto común. Cada uno parte de su casa, de su patio, de su pozo y de su seguridad. ¿El Bien común? ¿Los privilegiados de Artigas? ¡Ya veremos! No es fácil poner a la comunidad, a los demás por delante… Vida, salud, educación, vivienda, seguridad para todos… pero al ratito salimos con que ¡Cada cual se rebusque, que escarbe, si quiere! ¿Es difícil aprender que Patria tiene nombres como: “Bien Común”, “Solidaridad”, “Compartir?”. ¡Cómo no aprender que, tanto el rico como el pobre, todos tienen algo para dar! ¡Nadie está solo para recibir! ¡La actitud del “solo recibir” es tan egoísta como la del “nunca dar!”. Así se secan todos los pozos, se crean los desiertos, la soledad, la muerte. El pozo no es un aljibe. P. Rodolfo Bonci 7


Oración a los pies de La Gruta

Oración al Sagrado Corazón

Miércoles 12 de junio, 17:30 hs en el despacho parroquial. Reflexión sobre el texto evangélico del boletín de julio. Viernes 9 de agosto, a las 18 hs. en el despacho parroquial, reunión de información de los voluntarios del día 11.

Señor Dios, Padre de las misericordias, en tu bondad sin límites, nos haz dado el Corazón amoroso de tu Hijo bien amado. Permite que nuestros corazones se unan estrechamente entre ellos y con Él, a fin de que nuestro amor hacia Ti sea perfecto. Oh Corazón amabilísimo y amoroso de mi Salvador, sé el Corazón de mi corazón, el Alma de mi alma, el Espíritu de mi espíritu, la Vida de mi vida. Amén. San Juan Eudes

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El Santuario de La Gruta, por decreto del Obispo, es lugar para recibir la Indulgencia plenaria en todo el Año de la fe. Este año de la fe es un momento de gracia para todos los creyentes; la indulgencia es un don de gracia especial que Jesús resucitado nos otorga, para nosotros, nuestra salvación y la de nuestros hermanos vivos y difuntos; como signo que queremos entrar en este don de gracias, la Iglesia pide que: nos confesemos, comulguemos, rezemos el Rosario aquí en la Gruta y hagamos un gesto de caridad hacia nuestros hermanos.


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