La Gruta
Marzo de 2014
nº
447
BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532
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Sínodo familia de los obispos sobre la
Jesús Entre tanto llegaron
y su familia: la Iglesia
la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron llamarlo. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo: Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera, y te buscan. Él les contestó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. La Gruta n.447
Marcos 3,31-35 1
Actualidad
El nuevo Arzobispo Pino Puglisi: mártir de la mafia
Fue el 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, que Nicolás Cotugno celebró en La Gruta su última Misa como arzobispo de Montevideo; y en ese mismo día, estando él allí, llegó de Roma la noticia de que el nuevo pastor sería el salesiano Daniel Sturla, de 54 años de edad.
A Nicolás Cotugno se le aceptó la renuncia por haber cumplido los 75 años, según la norma de la Iglesia. Daniel Sturla asume el 9 de marzo como séptimo arzobispo de Montevideo. Fue Superior de los Salesianos en Uruguay y presidente de la Conferencia de Religiosos. En sus primeras declaraciones dijo “sentirse feliz por haber recibido esta responsabilidad un día 11 de febrero. Me llena de confianza el que la Virgen Maria me vaya acompañando en el camino de este nuevo ministerio”. Sturla nació en Montevideo (Parque Rodó), siendo el menor de cinco hermanos; fue huérfano de padre a los 13 años y de madre a los 16. Sus estudios los realizó todos en Montevideo. Fue en quinto de Liceo después de una Misa que un sacerdote le preguntó si nunca había pensado en ser cura y si no quería participar de un encuentro vocacional. Dudó mucho porque, como él dice: “ser cura en Uruguay no es recibir muchas gratificaciones; no es como en otros países de América Latina en los que el sacerdote es una persona a la que se le tiene mucha reverencia, respeto y estima. En Uruguay es: ¡che, cura!”. Cursando Facultad de Derecho y Profesorado de Historia, a los 19 años entró en la congregación Salesiana. Como sacerdote trabajó en colegios, misiones de verano con los jóvenes, oratorios en el Cerro, Camino Maldonado y Aires Puros, centros de apoyo escolar y liceal. Fue uno de los fundadores de TACURÚ, la hormiguita trabajadora, buscando a los chicos más pobres de 40 Semanas y Aparicio Saravia para encontrarles una ocupación. Trabajó en Talleres Don Bosco y en el Instituto Juan XXIII. Desde comienzos de 2011 2
era obispo auxiliar de MonteviEl p. Sturla durante su homilía deo. El nuevo ar- el 11 de febrero de 2012, en la zobispo tiene el Gruta de Lourdes. estilo humilde y cordial del papa Francisco y sus mismas ideas. Quiere una Iglesia “muy cercana a la gente, que sepa comunicarse mejor con la gente y salir más a la calle”. Pide a todos “concentrarse en el mensaje de Jesús (del amor de Dios y la misericordia) y no que salgan siempre primero los NO de la Iglesia en materia de moral antes que los SI”. El nuevo arzobispo se queja de que “nuestra Iglesia tiene como tema pendiente el de la comunicación. Es necesario comunicar de manera entendible y accesible el anuncio gozoso de Cristo. Este es el mayor desafío. El lenguaje eclesial no está llegando sobre todo a los ambientes más populares de Montevideo. Eso se ve al recorrer los barrios. No se trata de dejarse llevar por el afán de llenar los templos, sino que haya más gente que descubra la alegría del Evangelio”. Por su parte el nuevo arzobispo quiere ser un “pastor de puertas abiertas”, cercano a los sacerdotes y a la gente para escuchar y aprender de todos. Le gusta trabajar en equipo. Dijo en una entrevista: “Me gustaría que el rostro de la Iglesia de Montevideo no lo den solo el arzobispo y sus colaboradores. Además de la Iglesia oficial, hay cantidad de católicos preparados en distintos campos que pueden dar una opinión eclesial sin ser exclusivamente el arzobispo que la manifieste”.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia Jesús y su familia: la Iglesia Entre tanto llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron llamarlo. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo: Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera, y te buscan. Él les contestó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. Marcos 3,31-35
Hace poco tiempo hemos celebrado el mis* terio de la Encarnación del Hijo de Dios: en la persona de Jesús ha tomado nuestra carne mortal, ha asumido toda nuestras debilidades y nuestras fortalezas; también ha vivido en una familia bien concreta. El Evangelio nos habla de su familia, de su madre, de su padre y de los que eran conocidos como sus hermanos. Pero Jesús ha invitado a sus oyentes a considerar también a la familia que Él vino a proponer, es decir a la Iglesia. Un momento muy difícil fue cuando Jesús * decidió abandonar su familia de origen. Esto era muy grave; significaba perder la vinculación con el grupo protector. En este caso el individuo debía buscar otra familia y otro grupo. Por eso Jesús se trasladó a Cafarnaúm a la casa de Pedro. En lo sucesivo la ruptura con su familia marcó su vida de profeta itinerante. Ya en el pleno de su ministerio, un día sus parientes “fueron a buscarlo para llevárselo, porque decían: se ha vuelto loco” (Mc 3,21).
Preguntas ¿Dios elige quién integrará la iglesia? ¿qué hacemos por aquél que me necesita aunque no sea mi familia? ¿crees que es posible que la Iglesia viva la realidad de familia: aceptarse, amarse, ser fiel, celebrar estar unidos, compartir económicamente, hacer que mi cansancio sea el descanso del otro que lo necesita?
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“¿Qué tengo que ver yo contigo, mujer?”, La iglesia nos hace valorar de otra manera * le respondió Jesús a su madre, la que le ad- * lo que vivimos en casa. Aprendemos a acepvertía que faltaba vino en el banquete (Jn 2,4). Jesús escuchó el pedido de la madre, pero sus palabras causan cierta perplejidad. En realidad Jesús manifiesta con energía su autonomía con respecto a los vínculos familiares, como en otras ocasiones. El quiere dejar su casa y su familia natural para construir la nueva Familia de Dios (Mc 3,35); esa misma renuncia la pedirá a sus apóstoles. Tenemos claro que la familia de la que ha* bla Jesús es la Iglesia. En la iglesia se comparte los que Jesús enseña y es ir a lo profundo de nuestro ser persona. Nos inquieta y nos moviliza de una manera diferente a la de los vecinos o familia.
tar el proceso de conversión del otro y uno se siente aceptado también. Se aprende que es Dios el que actúa en una manera silenciosa y sin apuro de resultados. Jesús dice es mi familia el que escucha la * Palabra y la pone en práctica. Vivir en pequeña comunidad nos ha enseñado que la Palabra de Jesús es la buena noticia que nos va uniendo. Nos encanta celebrar: estar unidos a partir de entender primero la buena noticia y luego seguir caminando con esa luz que nos enseña a amar al otro, ayudándonos a no bajar los brazos.
Salmo 133 Miren qué bueno y qué agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el Señor la bendición, la vida para siempre. Amén.
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Miércoles 12 de marzo a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia Jesús y su ffamilia: amilia: la Iglesia Tantas cosas hermosas, divinas, comprometedoras sobre la Iglesia. ¡Que linda, pero sobretodo qué importante la Iglesia. Me acordé que, con 18 años, la sola palabra “IGLESIA” me emocionaba hasta las lágrimas. Tres páginas. Mi problema era:¿Qué dejo afuera de todo este documento? ¡Sí, se puede! Los derivo al documento. Es tan hermoso…
Me dirán: sin tanta introducción, hubiera ganado espacio. ¡No! También la Iglesia “es y tiene introducción”. La Iglesia es una familia, una casa, un patio, una viña, un rebaño, el Cuerpo de Cristo, el Pueblo de Dios. Una familia grande, heterogénea, diferente, en su edad, estilo, cultura, lenguaje, historia, acentuaciones, expresiones, arte y celebraciones. En los Documentos del Concilio, sobre la Iglesia, encontramos tantos elementos ricos para recordar: “procede de Dios”, “adquirida con la sangre de Cristo”, “nacida del amor del padre eterno”, “nacida por la fe”, “fundada por Cristo”, “instituida por Dios como necesaria”, “recibe su poder de Cristo”, “edificada sobre Pedro”, “preparada por el Pueblo de Israel”, “Constituida en los tiempos definitivos”, “manifestada por la efusión del Espíritu Santo”… ¿Qué les parece? Daría para conversar en grupo, verdad? Podríamos buscar el documento sobre la Iglesia “Lumen Gentium” y a beber y comer que hay sustancias y vitaminas. Cuando escucho alguien criticando a la Iglesia me detengo a observar si esa crítica sale con dolor, pena, o “regalada”. Si la amamos la defendemos, la observamos pero con ganas de remediar. Demasiados católicos y no tan católicos, la agreden con ligereza y hasta altanería. Nunca escuché alguien agrandándose hablando mal de su familia, pero, católicos hablando mal de la Iglesia, sí. El documento del Concilio presenta con mucha vivacidad algunas imágenes de la Iglesia: rebaño”, “grey”, La Gruta n.447
“Viña”, “edificación”, “familia”, “Templo”, “Ciudad santa”, “Nueva Jerusalén”, “madre nuestra”, “esposa”, “peregrina en destierro”, anhelando las cosas de arriba. Son imágenes lindas pero hay que masticarlas y digerirlas. Finalmente aparece también, como figura muy orgánica, viva, la del “Cuerpo místico de Cristo”, visible e invisible, pueblo de Dios, de la Alianza, Mesiánico, cuya Cabeza es Cristo, pueblo peregrino, sacerdotal, sacerdocio ministerial y jerárquico al servicio y para la santificación de sus miembros. Como ven cada palabra es un capítulo para meditar. Vayan a los documentos conciliares y quizás, con 50 años de atraso, llegue la hora de leerlos. La verdad, “un “patio” bien largo, para llegar a la viña y probar su divino sabor. Siempre me gustó ese capítulo 15 del evangelio de Juan: “Yo soy la vid y Uds. Son los sarmientos. Sin mi… nada!”. En cada tiempo hay situaciones que exigen a la Iglesia ser ágil, atenta, servidora, y así renovarse continuamente en el servicio de un Pueblo vivo y por eso siempre nuevo. Para entendernos además de las “exigencias nuevas” están los “ministros nuevos” con “carismas nuevos” 5
que el Espíritu Santo suscita en cada “tiempo” para cada “situación”. En nuestro Uruguay, vivimos nuestra pertenencia a ésta Iglesia de Jesús, con rasgos uruguayos. Y, un paso más, hacia nuestra Iglesia de Montevideo. ¿Cómo no recordar a Mons. Carlos Parteli y su pastoral en “tiempos difíciles” de enfrentamientos...? ¿Y Mons. José Gottardi, reencaminando la “pastoral del paso humano y de las pequeñas comunidades?” Y ¿Mons. Nicolás Cotugno, y el gran “Sínodo arquidiocesano”? ¿Y ahora Mons. Daniel Sturla, con una “larga y variada actividad pastoral, sobretodo juvenil?” Ya aparecen las entrevistas curioseando en el alma del nuevo Pastor, buscando originalidades y decisiones que nos permitan sumar, resistir o combatir… necesitamos ubicarnos en algún grupo que se perfile. ¿Buscando amparo, seguridades, u orientaciones… ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Con quiénes nos alineamos?... El Espíritu Santo suele sorprendernos con signos de unidad y caminos de verdad. Así vemos una Iglesia con estas características: es una, santa, católica, apostólica. Una en su esencia y diferente y variada en su velocidad y características y acentuaciones, lenguaje, signos y celebraciones… Pueblo de Dios marcado por el tiempo, la geografía y la historia que vive, sufre y escribe. Uno es el Padre, uno el Señor, y uno el Espíritu Santo y una la familia de los redimidos. Santa en su Fundador, origen y meta, vocación y misión, instrumentos, gracia, pero al mismo tiempo hecha de personas humanas, hombres y mujeres que luchan por una felicidad alterada y deformada, en una existencia cotidiana de ideales y fragilidades. Nuestra presencia la hace “pecadora”. Es la familia de Dios. ¿Alguien se puede jactar de tener una familia en la que no haya diferencias, discusiones, marchas y contramarchas, momentos de éxitos victoriosos y de pecados? Católica es la Iglesia que formamos 6
y que se va formando en la geografía y en la historia no solo de sus líderes, sino también en tantos grupos humanos de origen, idioma, cultura y expresiones diferentes. Católica quiere decir “universal”. Fundada por el Señor de la Historia, Jesús, que nos asume a cada uno sin distinción como miembros suyos de su Cuerpo. Abierta a todos, hecha por todos, ya que Jesús murió por todos. Algunos están adheridos a ella de una manera visible y otros solo de una manera para nosotros no tan evidente ni visible. La Sagrada Escritura hace que todos se sientan impulsados al reconocimiento de la igualdad, fraternidad, y pertenencia a la única familia humana. La catolicidad no es solo una meta, es también una aspiración y necesidad. “Estos son mi madre y mis hermanos. El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. (Mc. 3, 34-35). Instituciones como la ONU, y otras, tratados internacionales, regionales, impulsan hacia la comunión de valores y normas que nos ayuden a tener una tolerancia y una convivencia y pacífica. Reconocemos que también ciertos acontecimientos deportivos como los Campeonatos mundiales, las Olimpíadas y tantas competencias nos acercan a entender y vivir el Espíritu de Familia que la Iglesia debe animar. Nada de ingenuidades. La meta exige la colaboración de todos. La paciencia y la perseverancia son dones de Dios. Egoísmos y los privilegios no nos ayudan. Iglesia Apostólica. Fundada por Cristo sobre ese puñado de “Los doce”. Es la misma del mismo Cristo, que por sucesión apostólica llega hasta nosotros. Los obispos son los sucesores de los apóstoles y continúan la misma Iglesia. Comunión con el pasado y comunión entre ellos, divididos para una mejor animación. Una verdadera pastoral hoy exige de la iglesia una continua conversión al Maestro y al pueblo.
Parábolas de HO Y “La familia de Jesús” HOY Ya otras veces me había sucedido escuchar algo así. El Padre, un hombre culto, intelectual. Inmigrante venido de lejos y sin ninguna ayuda. Desde abajo, con inmensos sacrificios, trabajos y privaciones había terminado su carrera universitaria, se había formado una familia y había edificado estudio odontológico. Los tres hijos fueron orientados para una carrera universitaria. La hija solía repetirlo: estudié para darle a mi viejo “la satisfacción”. Él hubiera querido que siguiera su misma carrera. Pero no. No era mi vocación. “Te dejo mi trabajo, mi estudio, mi consultorio”, solía decir. ¡Pero no! El casamiento le dio el corte final, a aquel sueño. El segundo hijo no quería saber nada de encerrarse en un lugar como el estudio ontodológico. El Padre se esmeraba, confiando conquistar a uno de los dos hijos que le quedaban. El había disfrutado de esa carrera. Toda la casa había sido pensada para eso. El ambiente para la recepción, sala de espera, ambiente para la lectura de diarios y revistas, baños para clientes y vista a la playa… Les dejó hasta el “nombre”, la “clientela”, un “mundo” de amigos. Les recordaba que ya estaba todo hecho. Todo había sido pensado con “visión de futuro”. Pensando en ellos: los hijos. Había vinculado esa pequeña empresa con otras, del mismo ramo, del mundo de la odontología, de manera que estaba todo pensado y proyectado para el bien de ellos. Uno de los hijos, que tanto quería el aire libre, optó por la veterinaria. Quedaba el más pequeño. El padre lo invitó a que le acompañara en algunos de esos encuentros internacionales que sirven de “formación permanente” y de “especialización”. Tal vez, pensaba, los viajes, y el aspecto turístico lo ganen a su carrera. Quería “ver” que todo seguiría en la familia. Quería, con toda su alma, que cada cosa, llena de recuerdos y sudores, sirviera a uno, por lo menos uno, de sus hijos. Hubiera querido la alianza, o la complicidad de la esposa en esa “conquista”. Ella era tan respetuosa. Callaba. Y La Gruta n.447
La tentación
volvía a la carga recordando al hijo que él tenía un nombre y podría asistirlo en momentos de emergencias y socorrerlo en dificultades e imprevistos… El pensamiento de tener que cerrar todo, vender o alquilar todo se estaba transformando en una pesadilla. Un día escuchó al hijo que hablando con la madre, le dijo que le encantaría ser agrónomo. ¿Para qué? Esa noche no durmió. No había puesto una sola piedra sin pensar que los hijos la disfrutarían. Siempre les decía: esto es para uds. el día de mañana, cuando sean grandes… ¿Trabajos a largo alcance? Ese día lejano había llegado. Era Hoy…… Ya, mañana de noche, tenemos que preparar una cena con una sobremesa especial: “el último intento”. Así fue. Mientras se calentaba el agua para el café, el hijo entendió que algo se tramaba. Calladito como buscando algo en su cuarto, buscó su campera y sin decir nada, salió para la casa de unos amigos. “¿Qué les parece?” Les fue diciendo y descargó toda su impresión. “Me duele lo que pasa. Siento quemar las expectativas de mi viejo, pero de odontología no quiero nada… Estoy para estar al frente de alguna clase y debatir, investigar, etc.” Justo esa noche, estaba con él un amigo que estaría encantado de conseguir quizás un estudio, aún inicial, de odontología. La paz se estaba haciendo posible. “Mañana, en casa, voy a tener un invitado a cenar. Será con papá y mamá. Ningún sacrificio, ningún esfuerzo será en vano, para nadie. Formamos un solo cuerpo, una sola familia”. Si pensamos con calma encontramos que “cualquier cosa habrán hecho a un hermano a mi me la hicieron”. Y, como yo soy un solo Cuerpo, todo quedan en casa y todo sirve para todos. “La esencia” de la Iglesia es la mejor “imagen” también para la sociedad. Sirve, anima, construye, la consciencia de pertenencia universal. La familia de Dios, de Jesús, de todos. Rodolfo Bonci 7
Oración a los pies de La Gruta por los jóvenes “Señor, necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas. Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Miércoles 12 de marzo a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín. Miércoles 9 de abril a las 18 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.
Necesitamos santos que dialoguen con Dios y recen en primer lugar cada día y sobresalgan en el estudio. Santos que sepan enamorarse en pureza y castidad. Santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad inserta en nuestro tiempo. Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales. Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y no tengan miedo de vivir en el mundo. Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que a la vez no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos. Necesitamos santos internautas, que les guste el teatro, la danza, el deporte. Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, alegres, compañeros. Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas limpias y buenas del mundo sin ser mundanos. Así sea Señor”. Papa Francisco.
Tiempo de Cuaresma: Te recordamos que en cada viernes de Cuaresma la Iglesia aconseja la práctica de la abstinencia de la carne; también el ayuno, que se propone para el Viernes Santo, es una buena práctica para recordarnos nuestras debilidades y la necesidad de confiar solo en Dios. La Cuaresma es un tiempo privilegiado para reconsiderar la oración y el tiempo que le corresponde a Dios. Aprovecha la disponibilidad para la reconciliación (confesión) y el diálogo espiritual, aquí en La Gruta, no solo en los días 11. 8