La gruta 453

La Gruta

Setiembre de 2014

nº

453

BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes

Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 grutadelourdes@interware.org www.umbrales.edu.uy

2014

Sínodo familia de los obispos sobre la

Jesús y la familia de Zaqueo:

la conversión ...Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.

Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: “Se ha ido a alojar en casa de un pecador”. Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: “Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres...”. Y Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombres es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.

Lucas 19,1-10 La Gruta n.453

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Actualidad

Masacre y éxodo Pino Puglisi: mártir de la mafia de los cristianos

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Desde que en junio un grupo islamista violento proclamó el “Estado Islámico” en el norte de Irak y en el oeste de Siria, la masacre y huida de los cristianos de la región se transformó en una tragedia humanitaria de graves dimensiones.

Monjes de Tibhirine, mártires; Argelia 1996.

Frente a estos terroristas, llamados “yihadistas” (de “yihad”=guerra santa) que imponen en los territorios conquistados la antigua y cruel ley islámica “sharia”, los cristianos y demás minorías étnicas y religiosas huyen de Irak y Siria para escapar de la muerte. El 10 de junio, después de haberse adueñado de Mosul, la antigua ciudad de Nínive y hoy la segunda ciudad de Irak, implantaron un Califato Islámico. Su líder se autoproclamó “Califa”, es decir sucesor de Mahoma con plenos poderes religiosos y políticos y exigiendo la obediencia de los musulmanes. Aprovechó las guerras internas de Irak y Siria para crear un nuevo Estado que ya abarcaría en la actualidad un territorio grande como Hungría. El último Califato se había extinguido con el imperio otomano al finalizar la Primera Guerra Mundial. Sobre la base de la “sharia” implantada en ese territorio, el Califa de Mosul, el 19 julio pasado, dio un ultimátum de 24 horas a todos los cristianos y demás minorías religiosas por el cual o se convertían al Islam o pagaban 450 dólares por mes al quedarse en el país o se iban al exterior; los que no obedecían, serían ejecutados. Las viviendas de los cristianos fueron marcadas con la letra N (=Nazarenos, discípulos de Jesús de Nazareth) y pasaron a pertenecer al Estado.

La sede del arzobispado fue quemada; destruidas iglesias, monasterios, museos, tumbas, reliquias. En Mosul como en todo Irak, los cristianos de distintas confesiones, estaban presentes desde hace dos mil años, siglos antes

de la llegada del Islam y a lo largo de los tiempos siempre convivieron en paz con los musulmanes. Ahora nos preguntamos qué pasó ya que los cristianos son tildados de “infieles” cuando por 2.000 años convivieron pacíficamente con musulmanes y otras religiones. Los cristianos han huido en masa con lo puesto y se han desplazado, algunos a pie, otros en bicicleta o en moto hacia la región autónoma del Kurdistán sin la posibilidad de llevarse nada. A los fusilamientos, los terroristas suman decapitaciones públicas y crucifixiones en el medio de las ciudades también para musulmanes de otras facciones o que se les oponen. Lo que pasa en Mosul, sucede también en Alepo (Siria), la tercera ciudad cristiana del mundo árabe después de El Cairo y Beirut.

El Yhadismo es un movimiento fundamentalista islámico armado, que desde hace un tiempo se ha difundido en Nigeria, Somalia, Libia y Oriente Medio, todos lugares que fueron objeto de Misiones de Paz y democratización por parte de países desarrollados y occidentales.

No hay un choque entre Islam y Cristianismo.

El Papa declara en la Evangelii Gaudium: “El verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán, se oponen a toda violencia” (n.253).

El papa Francisco ha levantado repetida y fuertemente su voz de protesta y ha enviado al Kurdistán una misión especial liderada por un cardenal con ayuda humanitaria y monetaria, declarándose dispuesto él mismo a viajar para conseguir la paz.

2014 Sínodo de los obispos sobre la familia No conocemos la familia de Zaqueo: si estaba casado o no, si tenía hijos... con toda probabilidad tenía familia como todos los judíos (Jesús que era célibe, es más bien la excepción). Y Jesús entra en su casa, en su familia.

La entrada de Jesús provoca un cambio importante en la vida de Zaqueo: la conversión, el empezar a pensar como Jesús pensaba. Inicia un proceso nuevo en la casa de Zaqueo, el proceso que caracteriza la familia cristiana.

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Jesús

y la familia de Zaqueo: la conversión Jesús entró en Jericó y atravesaba la cuidad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.

Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.

Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: “Se ha ido a alojar en casa de un pecador”.

Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: “Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más”.

Y Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombres es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.

Imaginemos la sucesión de los hechos que logrará concretar esta conversión de vida: primero el deseo de Zaqueo de conocer a Jesús, no se quiere perder nada, quiere verlo aunque se tenga que subir a un árbol. Luego Jesús lo encuentra con la mirada mientras caminaba: quiere ir a su casa y compartir la comida familiar. La consecuencia infaltable es la crítica de quienes observando las buenas costumbres sociales, ven y juzgan que la idea está fuera de lugar, pues no puede ir a la casa de un pecador.

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Preguntas ¿Es común tener el deseo de conocer a Jesús? ¿Por qué crees que Zaqueo aceptó ser encontrado por Jesús? ¿Tú te dejas interpelar por Jesús dentro de tu hogar, en tu ambiente, en tu trabajo, en tu barrio? ¿Esperas al otro con su propio tiempo?

Lucas 19,1-10

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Zaqueo era el rico de * Jericó, hábil en sus negocios que no eran muy limpios, por lo tanto era despreciado, señalado como alguien que no merecía la atención de Dios. Seguramente al escuchar cómo Jesús atendía las necesidades de los más débiles (marginados, no dignos de confianza para nadie, enfermos, pecadores, extranjeros…), se admiró: ¡cómo sería ese hombre que se estaba enfrentando a una sociedad por defender a los casos perdidos!

El momento es oportuno: Jesús ve que Zaqueo ya busca algo más, por eso Él ofrece algo más y le propone otra manera de ver: Dios llega para todos. La esencia humana tiende a trascender sobre lo material que nos rodea, a buscar algo más profundo que se traduce normalmente en amor hacia el otro. Zaqueo no tendría problema en amar a su familia, mal o bien, buscaba su bienestar y el de su casa: pero ahora busca algo más. Nadie puede juzgar a quien se ocupa amorosamente de su familia aunque no vaya a la misa, ni tenga prácticas cristianas, es más, ni a quien se pronuncie “ateo”: pero tampoco se puede considerar esta situación como definitiva, diciendo “no va a cambiar” o “no conoció otra cosa”.

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Como cada uno tiene su tiempo para crecer, superarse y busca hacerlo, hay otros que no asumen su realidad y no la aprovechan. Por

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Miércoles 17 de setiembre a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín.

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ejemplo, estamos deseando jubilarnos para tener más tiempo, pero cuando llegamos, nos estancamos. ¿Habrá alguien que está contento con estancarse? Y así somos abuelos y estamos viviendo la vida de nuestros hijos y nietos pero la nuestra parece que quedó en la nostalgia de la foto, la música del 24 de agosto, y en decir: ¡aquéllos sí que eran tiempos lindos para vivir! ¿Por qué ahora no? Zaqueo no está contento con su realidad y busca sin saber lo que vendrá con esta búsqueda.

Vemos también que Jesús -si no salía de su familia, de su entorno seguro- tampoco iba a promover este encuentro con quien estaba necesitado de algo más.

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S

del Salmo 139

eñor, tú me sondeas y me conoces tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares.

Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante y tienes puesta tu mano sobre mí; una ciencia tan admirable me sobrepasa: es tan alta que no puedo alcanzarla. ¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?

Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior; examíname y conoce lo que pienso; observa si estoy en un camino falso y llévame por el camino eterno. Amén.

2014 Sínodo de los obispos sobre la familia La con ver sión conv ersión La primera palabra de Jesús en el Evangelio, cuando inicia su ministerio de predicación, es un llamado a la conversión: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; arrepiéntanse y crean en el evangelio”.

Llegar a arrepentirse entraña muchas cosas y no equivale simplemente a sentir vergüenza, incomodidad o culpa. El genuino arrepentimiento va siempre de la mano del conocimiento de sí. La Biblia suele describir este proceso en términos de una luz que lleva a la persona a descubrir algo que no veía. Lo descubierto tiene que ver con los actos pasados y la condición presente. Es un acto bien compuesto, profundamente respetuoso y humano, por el que la persona a la vez se conoce mejor y empieza a ser mejor.

La palabra conversión alude a un cambio de dirección o de rumbo. El rumbo nuevo brota de una luz nueva, una luz que muestra lo que yo no veía antes. Jesús viene a ser como la lámpara que me lleva a saber la verdad sobre mí mismo; él es Aquel que me enseña lo que yo no sé sobre mí. En expresión del Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes, n. 22), frase muy querida para el papa Juan Pablo II, “Cristo revela el hombre al hombre mismo”.

tidiano vivir, ¡bienvenido sea! No es necesario pensar que todos necesitan conversión: si observando una buena conducta cristianamente (cumplir con los Mandamientos) o humanamente (ser honestos, con la familia y con los demás), una persona vive feliz, en armonía con la vida y la Creación, no hay motivo para invitarla a algo más.

Pero a menudo una persona no está contenta, es decir que a pesar de una vida honesta y cristiana, siente una insatisfacción: si no atiende a este descontento es porque no quiere reconocer que Dios o la vida lo llaman a algo más. Como Zaqueo no estaba conforme con su vida (su trabajo de cobrador, su vida familiar, su relación con los vecinos…), así a me-

Conocerme es buscar un cielo mejor y una luz que no tengo pero sí requiero. Ninguna luz puede guiarnos mejor que la luz de Jesús: esto entendió Zaqueo.

Encontrarse de veras con Jesús y llegar a conocerse vienen a ser sinónimos.

Es muy importante reconocer las exigencias que salen de nuestro interior, de nuestro corazón. Si una persona está contenta con su coLa Gruta n.453

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nudo, aún teniendo una vida sana (trabajo, familia, diversión, amigos…), hay personas que contentas no están: es un llamado de Dios a dar un paso más. Suele suceder, por ejemplo, cuando se llega a los 40, 45 años: los hijos han crecido y la vida y el compromiso familiar no alcanza más para llenar de sentido la vida.

Hay quien no quiere cambiar (convertirse) y se queda con esos mismos compromisos: en cambio de cuidar a los hijos cuida a los nietos, en cambio de trabajar en la metalúrgica trabaja en su jardín… y todo sigue como antes; tal vez siga también la insatisfacción. Sin embargo, si como Zaqueo, se acepta el desafío del cambio (dedicar un tiempo a otros que no sean de la familia, trabajar también gratuitamente, aprovechar espacios de oración…) la vida puede recobrar nuevo sentido.

Pasa que estos cambios (conversión) tienen que ver con la vida familiar que por si misma invita a la conversión: - una persona nace en una familia y en toda su infancia depende de los padres; - luego en la adolescencia inicia una nueva etapa (cambio – conversión) que busca la independencia; - y es oportuno que esta independencia llegue (no a los 35 años…) y que se forme una nueva familia; - luego llegan los hijos y la vida cambia: no es posible que un padre y una madre sigan con los mismos compromisos, deportes, diversiones que tenían cuando los hijos no estaban; - y cuando los hijos crecen y llega la jubilación inicia otro cambio, pensando en una vida que no sea más centrada principalmente en los hijos, con un mayor compromiso social, eclesial; - y también llega la etapa de prepararse para la muerte, cuando el físico no permite lo que permitía antes, pero el espíritu gana en sabiduría… Sin hablar de los cambios o conversión que imponen una enfermedad propia o de un familiar.

La vida familiar misma es un ejercicio de conversión: hay que afinar el espíritu para reconocer los llamados de Dios que pasan por nuestra existencia, así como los reconoció Zaqueo.

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Parábolas de HO Y - ORACIÓN o DISTRACCIÓN de los fieles…

HOY “ojos para ver y no ven” Era el día El día de San Agustín. Durante el rezo del Breviario sentí el deseo de hacer la “oración de los fieles” de manera espontánea, desprendiéndome del texto escrito. Cerré el Breviario y pensé, como siempre, en el Papa. Comencé desde el inicio de su ministerio papal.

Me acordé de la carta encíclica Lumen fídei escrita “a cuatro manos”, nada fácil… “Ser Papa, con un Papa emérito al lado…”. Y no respondía con ninguna formulita (¡Escúchanos, Señor!, etc). El Señor sabrá, pensaba. Me acordé de cómo lo acompañaban pocos “personajes”, vestidos de rojo, en sus primeras salidas pastorales… Recodé su viaje a la Isla de Lampedusa abriendo los brazos a los fugitivos y prófugos de África, sobrevivientes de tantos naufragios…, “mercadería de descarte”. Su visita fue un encender los faroles sobre el problema. Recordé verlo en Rio, zambullido en un mar de jóvenes, en el océano del Pueblo de Dios. ¡Sí! Intercediendo por Siria, y se me presentó una recorrida por todo ese mundo árabe tan convulsionado, herido y con tantos muertos en luchas de grupos, etnias, religiones, estilos cerrados, abiertos, fanáticos e intolerantes. Su viaje a Tierra Santa con ese reencuentro, después, en el Vaticano. Y cuando, en mi oración, volví al Vaticano, se me hizo una especie se simbiosis entre el mundo árabe y los pasillos Vaticanos… Fue donde mi oración se me hizo tan rara. Sentí el canto majestuoso de la Gran Basílica y los chismes de la sacristía. Los rezos ordenados en coro y las habladurías de los pasillos entre los tantos secretarios, encargados, graduados y responsables de zonas, áreas y sectores. Las voces de la multitud aplaudiendo con coloridos estandartes y estribillos y las continuas e insoportables críticas de los ex-personajes que ya no podrían lucir grados, poderes, coches y otros signos de “folklóricos poderes”, tanto en los corLa Gruta n.453

dones de los sombreros, como en los colores de los zapatos, vueltos al popular “negro betún”. Sentí que el Papa, con sencillez repetía una y otra vez que la Iglesia necesitaba conversión. Salir a evangelizar y testimoniar la pasión por Cristo y su Evangelio antes que chismerío y charlatanerías. Lo sentí llamar a dar ejemplo de sobriedad y pobreza pasando todos al servicio del Pueblo de Dios, “oliendo todos a ovejas”, compartiendo la pradera y el arroyo, el frío y el calor, en total solidaridad.

Pensé entonces en una oración atípica en la que todos tendríamos que contestar al revés: por ejemplo: “¡No nos escuches Señor!”. Estaba en esto cuando vi en el muro blanco de la capilla unas cuantas larvas de polillas. Me acordé entonces de la señora de la limpieza. Estaba por decir: “¡Qué desprolija!” Cuando me acordé haberla escuchado decir que no veía bien, que le hacían falta lentes, que tendría que ir al oculista y cuántas “oraciones” sin que yo me diera cuenta que lo que le pagábamos no le alcanzaba. Que el hijo drogadicto le había vendido todo, hasta el inodoro… Me tragué la corrección fraterna, los posibles chismes de pasillo, le “perdoné” al Señor todas las veces que “no me dio bolilla” y decidí tomar el plumero y sacar las polillas antes de la primavera. Recé además que por el Papa, por las tantas limpiadoras a las que les pedimos limpieza prolija con sueldos desprolijos… Así después de rezar por el “pobre” Papa y las torturas de los chismes de los pasillos vaticanos, llegué a los tantos chismes de los pasillos de casa que hacemos contra este y aquel. Y no vemos que con dos limpiezas semanales no les alcanza para ver las polillas de mi capilla... Lo mismo que al Papa no les alcanza tender una mano a los mártires de la fe, de Irak, de Nigeria, de Siria y de… si no pasamos de la vida de “príncipes” a la de “pastores”…

Rodolfo Bonci 7

Oración a los pies de La Gruta, para pedir por los jóvenes El Señor ha puesto su mirada sobre nosotros; ha puesto su confianza y su esperanza.

El Señor Dios ha hablado y cuenta con nosotros.

Miércoles 17 de setiembre a las 17:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín.

Jueves 9 de octubre a las 19 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.

Jesús, cuenta con nosotros para devolver la luz donde hay oscuridad.

Cuenta con nosotros para construir entre todos la civilización del amor allí donde hay egoísmo, tristeza y angustia.

Cuenta con nosotros para luchar por la paz en medio de un mundo donde muchas veces la solución se encuentra recurriendo al uso de la fuerza.

Jesús, cuenta con nosotros para que su Palabra llegue al último rincón de la tierra.

Cuenta con nosotros para sembrar la semilla de su evangelio; semilla que produce frutos de fraternidad y amor.

Cuenta con nosotros, Señor.

Queremos ser luz que ilumine y muestre el verdadero rostro de Dios, el Dios Amor.

Cuenta con nosotros, Señor.

Amén.

No te lo pierdas...

El próximo 11 de octubre, en el marco de la peregrinación mensual habrá la posibilidad de participar en un encuentro (gratuito) de formación para los laicos, organizado por la Zona Pastoral.

El encuentro será de 9:30 a 11:30 y el tema tratado:

La vocación del laico en el mundo de hoy.

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Si estás interesado en participar reservate ese horario y el próximo 11 encontrarás las indicaciones del lugar donde se tendrá esta instancia.