La Gruta
Noviembre de 2014
nº
455
BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 grutadelourdes@interware.org www.umbrales.edu.uy
2014 Sínodo familia de los obispos sobre la
Jesús
y la familia extranjera: los demás Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”. Pero ella le respondió: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos”. Entonces Él le dijo: “A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija”. Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio. La Gruta n.455
Marcos 7,24-30 1
Actualidad
Lo que dijo elmártir Sínodo Pino Puglisi: de la mafia El Sínodo sobre la Familia cuya primera etapa se concluyó el 19 de octubre pasado, emitió un documento de 62 puntos, aprobado por la gran mayoría de los padres sinodales y que servirá de base para el diálogo en toda la Iglesia.
Después de hablar de todo lo positivo y hermoso que son el matrimonio y la familia en el Plan de Dios, el documento reconoce que: “la gracia de Dios actúa también en la vida de las personas que solo se han unido civilmente, divorciados y vueltos a casar o que simplemente conviven aún si se encuentran en situación irregular y se los alienta a hacer el bien y ponerse al servicio de la comunidad. Son realidades nuevas a las que hay que prestarles atención pastoral”. “Es necesario no quedarse en un anuncio tan solo teórico de la doctrina sino partir de los problemas reales de las personas y no proponer solamente normas, sino valores”. “El matrimonio cristiano es una vocación de Dios que implica una misión; por lo tanto hace falta más preparación al matrimonio, un itinerario de fe, un discernimiento maduro y una experiencia de vida dentro de la comunidad cristiana. Debe renovarse también la formación en este campo de catequistas, diáconos y también presbíteros y promover un acompañamiento sobre todo en los primeros años del matrimonio por parte de esposos con experiencia”. “Hay que saber discernir los elementos positivos que hay en las uniones civiles y aún en las convivencias, siempre afirmando con claridad la doctrina de la Iglesia. Estas situaciones hay que encararlas de manera constructiva, con paciencia y delicadeza, buscando transformarlas en oportunidades de camino hacia la pleni2
tud del matrimonio”. “Se piden opciones pastorales valientes, caminos pastorales nuevos para curar las familias heridas, sabiendo que las fragilidades matrimoniales a menudo son más padecidas con sufrimiento que buscadas. Hay que acompañar a los separados, divorciados, abandonados, madres solteras y sobre todo a los que han padecido injustamente eso, o han sido víctimas de la violencia y por lo tanto obligados a romper la convivencia”. “Con los divorciados vueltos a casar, que haya gran respeto y se evite cualquier discriminación, proponiéndoles una mayor participación en la vida de la comunidad. A las personas con orientación homosexual hay que acogerlas con respeto y delicadez, sin discriminaciones. Aún así, las uniones homosexuales no son comparables, ni remotamente, al Plan de Dios sobre matrimonio y familia”. Estas son algunas de las proposiciones que los 183 padres sinodales presentaron a toda la Iglesia. Ahora se necesita reflexión y maduración por parte de todo el Pueblo de Dios. El Documento Final seguirá ahora siendo objeto de debate en las diócesis hasta llegar a las conclusiones operativas en el Sínodo del año próximo del 4 al 25 de octubre.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia
Jesús
y la familia extranjera: los demás
Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
También Jesús tuvo la tentación de intere* sarse solo por los suyos, de no preocuparse por quienes no eran de su grupo, de su familia. Su encuentro con la mujer extranjera que le pide por su hija nos muestra como un proceso, donde el grupo de Jesús, su familia, pasa desde la de Nazaret a la de los discípulos; desde la de Israel a la de la humanidad entera. No hay quienes puedan quedar afuera de la familia de Jesús y de nuestra familia.
Él le respondió: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”.
Preguntas
Pero ella le respondió: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos”.
¿Por qué Jesús se dirigió a esta mujer con palabras tan fuertes?
Entonces Él le dijo: “A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija”.
¿Creemos que la salvación viene de Dios y alcanza a todos, aunque sea alguien que no profesa nuestra fe?
Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
¿Jesús tenía reservada su misión sólo al pueblo de Israel?
Marcos 7,24-30
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Él no vino sólo para el pueblo judío, su Si la Iglesia es la familia de Jesús y de los * misión no estaba reservada a este pueblo so- * cristianos a la cual todos los pueblos están lamente sino a toda la humanidad, aunque era judío y fue educado según sus costumbres, con una cultura muy marcada durante siglos, Jesús rompe esa estructura de privilegio tan natural que lo hacía dirigirse solo a los suyos, para dirigirse a la extranjera. Es duro e insólito lo que le dijo Jesús a esa mujer: es como si provocara hasta dónde llegaba la fe de ella; o la misma cultura en que fue criado llevó a Jesús a esta respuesta: la cultura judía era nacionalista y pensaba la salvación como un privilegio del solo Pueblo Elegido.
convocados, entonces el cristiano no puede cerrar la puerta a ninguno de los demás: el Padre Nuestro nos enseña que todos somos hermanos.
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La mujer se acercó porque había escucha* do que Jesús la podía ayudar e insistió a pesar de la respuesta desalentadora de Jesús. Entonces se produce el signo donde no queda dudas de que Jesús vino para todos sin diferencias: da a quien lo pide. A veces la inmediatez de los resultados nos distrae, exigimos si no tenemos “ya” lo que pedimos no insistimos, lo descartamos de nuestro interés. Si esta mujer se hubiera quedado con la primera reacción de Jesús, no tendría resultados para su hija.
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Miércoles 12 de noviembre a las 18:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín.
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A
Salmo 47
plaudan, todos los pueblos, aclamen a Dios con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra. El puso a los pueblos bajo nuestro yugo, y a las naciones bajo nuestros pies; él eligió para nosotros una herencia, que es el orgullo de Jacob, su predilecto. Dios asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas. Canten, canten a nuestro Dios, canten, canten a nuestro Rey: Dios es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham: de Dios son los poderosos de la tierra, y él se ha elevado inmensamente.
2014 Sínodo de los obispos sobre la familia Los demás: una ffamilia amilia a bier ta abier bierta El texto evangélico que proponemos en este boletín en vista de una más profunda reflexión sobre la familia cristiana invita a dar un paso más hacia el proyecto del Reino. Nos parece común la expresión: “yo tengo que pensar en mi familia”; casi que interesarse por otros que no sean hermanos o padres quite tiempo y atención a la propia familia. En realidad, Jesús también, como hemos leído, tuvo que luchar con esta mentalidad que lo encerraba en el pueblo judío. Él se desprendió de su familia de sangre para asumir como propia la familia del Pueblo de Israel; ahora en este texto asume como propia toda la familia humana. Éste es el proyecto de la familia cristiana que cada día nos recuerda la oración que Jesús nos enseñó: el Padre Nuestro.
La persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios, para vivir y convivir con Él. Ni el ateísmo, ni el agnosticismo, ni la indiferencia religiosa son situaciones naturales, ni pueden tampoco ser situaciones definitivas para una sociedad. Nosotros estamos re-ligados a Dios, como una casa lo está respecto al arquitecto que la construyó: y por eso también estamos muy vinculados a cada uno de nuestros hermanos, por ser parte de la misma familia humana, porque todos somos hijos de Dios. Las consecuencias del pecado pueden oscurecer este horizonte, pero, tarde o temprano, añoramos la casa y el amor del Padre del Cielo y su proyecto. Nos ocurre como al hijo pródigo de la parábola: no dejó de ser hijo cuando marchó de la casa de su padre y, por eso, a pesar de todos sus extravíos, terminó sintiendo un anhelo irresistible de volver. De hecho, todos sienten siempre la nostalgia de Dios y tienen la misma experiencia que san Agustín, aunque no sean capaces de expresarla con la misma fuerza y belleza que él: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón no descansará, hasta que descanLa Gruta n.455
se en Ti” (Confesiones, 1,1). Consciente de esta realidad, la familia cristiana sitúa a Dios en el horizonte de la vida de sus hijos desde los primeros momentos de su existencia consciente. Es un ambiente que ellos respiran e incorporan. Esto les ayuda a descubrir y a elegir a Dios, a Jesús, y a la Iglesia. Con plena coherencia, ya desde el primer momento de su nacimiento, los padres piden a la Iglesia el Bautismo para ellos y los llevan con gozo a recibir las aguas bautismales. Luego, los acompañan en la preparación a la Primera Comunión y a la Confirmación y los inscriben en la catequesis parroquial y buscan para ellos la escuela que mejor los eduque en la fe. Sin embargo, la verdadera educación cristiana de los hijos no se limita a incluir a Dios entre las cosas importantes de su vida, sino que sitúa a Dios en el centro de esa vida, de modo que todas las demás actividades y realidades: la inteligencia, el sentimiento, la libertad, el trabajo, el descanso, el dolor, la enfermedad, las alegrías, los bienes materiales, la cultura, en 5
una palabra: todo, estén modelados y regidos por el amor a Dios. Los hijos tienen que habituarse a pensar antes de cada acción u omisión: “¿qué quiere Dios que haga o deje de hacer ahora?” Jesucristo confirmó la fe y convicción de los fieles de la Antigua Alianza, sobre el que consideraban como “el gran mandamiento”, cuando respondió al doctor de la Ley que “el primer mandamiento es éste: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas”. Esta educación en la centralidad del amor a Dios la realizan los padres, sobre todo, a través de las realidades de la vida diaria: rezando en familia en las comidas, fomentando en los hijos la gratitud a Dios por los dones recibidos, acudiendo a Él en los momentos de dolor en cualquiera de sus formas, participando en la misa dominical con ellos, acompañándolos a recibir el sacramento de la Reconciliación, etc.
La pregunta del doctor de Ley sólo incluía “cuál es el primer mandamiento”. Pero Jesús, al responderle, añadió: el segundo es semejante a éste: “amarás al prójimo como a ti mismo”. El amor al prójimo es “su mandamiento” y “el distintivo” de sus discípulos. Como concluía san Juan con fina sicología: “Si no amamos al prójimo a quien vemos ¿cómo vamos a amar a Dios a quien no vemos?” (1 Jn 4,20). Los padres han de ayudar a sus hijos a descubrir al prójimo, especialmente al necesitado, y a realizar pequeños pero constantes servicios: compartir con sus hermanos los juguetes y regalos, ayudar a los que son más pequeños, dar limosna al pobre de la calle, visitar a los familiares enfermos, acompañar a los abuelos y prestarles pequeños servicios, aceptar a las personas haciéndoles pasar por alto y perdonar las pequeñas limitaciones y ofensas de cada día, etc. En una palabra, en una familia cristiana tiene que quedar claro que nadie es ajeno a la familia; que cada persona que cruzamos en nuestro camino es un don de Dios y no podemos desinteresarnos de ella porque “no es de los nuestros”. Estas cosas, repetidas una y otra vez, configuran la mentalidad y crean hábitos buenos, para enfrentar la vida del “prejuicio” mediante el amor a los demás, y hacerles así capaces de crear una sociedad nueva.
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Parábolas de HO YHOY
Los gemelos solemeg soL Sucedió que en un seno fueron concebidos gemelos. Pasaron las semanas y los gemelos crecieron. A medida que fueron tomando conciencia, su alegría rebosaba: -Dime: ¿no es increíble que vivamos? ¿No es maravilloso estar aquí? Los gemelos empezaron a descubrir su mundo. Cuando encontraron el cordón que les unía a su madre y a través del cual les llegaba el alimento, exclamaron llenos de gozo: -¡Tanto nos ama nuestra madre que comparte su vida con nosotros! Pasaron las semanas, luego los meses. De repente se dieron cuenta de cuánto habían cambiado. -¿Qué significa esto? -Esto significa que pronto no cabremos aquí dentro. No podemos quedarnos aquí: naceremos. -En ningún caso quiero verme fuera de aquí, yo quiero quedarme siempre aquí. -Reflexiona. No tenemos otra salida. Acaso haya otra vida después del nacimiento. -¿Cómo puede ser esto? Sin el cordón de la La Gruta n.455
vida no es posible vivir. Además, otros antes de nosotros han abandonado el seno materno y ninguno de ellos ha vuelto a decirnos que hay vida tras el nacimiento. No, con el nacimiento se acaba todo: es el final. El otro guardó las palabras de su hermano en su corazón y quedó hondamente preocupado. -Si la concepción acaba con el nacimiento ¿qué sentido tiene esta vida aquí? No tiene ningún sentido. A lo mejor resulta que ni existe una madre como siempre hemos creído. -Sí que debe existir. De lo contrario, ya no nos queda nada. -¿Has visto alguna vez a nuestra madre? A lo mejor sólo nos la hemos imaginado. Nos la hemos forjado para podernos explicar mejor nuestra vida aquí. Así, entre dudas y preguntas, sumidos en profunda angustia, transcurrieron los últimos días de los dos hermanos en el seno materno. Por fin llegó el momento del nacimiento. Cuando los gemelos dejaron su mundo, abrieron los ojos y lanzaron un grito. Lo que vieron superó sus más atrevidos sueños. 7
Oración a los pies de La Gruta, invocando a la Sagrada Familia
Miércoles 12 de noviembre a las 18:30 hs. en el despacho parroquial: reflexión bíblica preparando el próximo boletín. Martes 9 de diciembre a las 19 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.
“Jesús, María y José, en ustedes contemplamos el esplendor del amor verdadero, a ustedes nos dirigimos con confianza. Sagrada Familia de Nazaret, haz que también nuestras familias sean lugares de comunión y cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas. Sagrada Familia de Nazaret, que nunca más en las familias se vivan experiencias de violencia, cerrazón y división: que todo el que haya sido herido o escandalizado conozca pronto el consuelo y la sanación. Sagrada Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos pueda despertar en todos la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”.
Padre Cacho: causa de beatificación
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La Arquidiócesis de Montevideo inició la causa de beatificación del Padre Cacho. El p. Alonso era un sacerdote salesiano ordenado en 1959, que en los últimos años de su vida pasó al clero diocesano de Montevideo, para asumir, con el apoyo del Arzobispo Carlos Partelli, una radical opción por los pobres. Vivió durante años en un rancho de lata en Aparicio Saravia y Timbúes, mientras se iba construyendo por ayuda mutua un barrio de ‘casitas blancas’. Víctima del cáncer, sus últimos meses los vivió en el Hogar Sacerdotal dedicado a expresar sus vivencias en escritos, pinturas y charlas con amigos. Murió el 4 de setiembre de 1992 y sus restos fueron transportados por un carrito de clasificadores de desechos hasta el Cementerio del Norte. Escribió: “siento la imperiosa necesidad de ir a vivir en un barrio de pobres y hacerlo como lo hacen ellos...”