La Gruta
Abril de 2015
nº
460
BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 grutadelourdes@interware.org www.umbrales.edu.uy
2015
Sínodo familia de los obispos sobre la
La familia necesita ser sanada ... Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo. Jesús le dijo: “Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen”. El funcionario le respondió: “Señor, baja antes que mi hijo se muera”. “Vuelve a tu casa, tu hijo vive”, le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y la anunciaron que su hijo vivía. ... El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y entonces creyó él y toda su familia. Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea. Juan 4,43-54 La Gruta n.460
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Actualidad
2015: Año de la Vida Consagrada Así como hubo un Año Sacerdotal dedicado a orar por los sacerdotes en 2009, este año 2015 ha sido dedicado a la Vida Consagrada por el papa Francisco, que nos pide oraciones especiales para los consagrados y para las vocaciones a la vida religiosa.
Los “consagrados” (a Dios) son los religiosos/ as o monjes/as que ofrecen a Dios toda su vida de una manera especial a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia. Se organizan en Órdenes o Congregaciones masculinas (Jesuitas, Franciscanos, Dominicos, Salesianos, etc.) o femeninas (Benedictinas, Misioneras de la Caridad, Hijas de María Auxiliadora, Paulinas, etc.). Pueden ser Institutos de vida contemplativa (con clausura) o de vida apostólica. En el mundo hay 192.531 religiosos (sacerdotes y no sacerdotes) y 727.231 religiosas y consagradas de Institutos Seculares. Son casi un millón de personas que se han enamorado de Jesús y siguen las huellas de grandes santos como Juan Bosco, Luis Orione, Vicente de Paul, José Cottolengo, Francisca Cabrini, Angela Merici, etc. Hay que reconocer sin embargo que hay en la actualidad una profunda crisis de vocaciones religiosas sobre todo en Europa que ha sido la cuna de tantos misioneros religiosos/ as; gracias a ellos es actualmente en África y Asia donde florecen las jóvenes Iglesias con cantidad de vocaciones. Y de los viejos troncos han nacido también nuevos brotes; después del Concilio han aparecido 700 nuevos Institutos. A los grandes santos religiosos del pasado hay que añadir nuevos nombres: Teresa de Calcuta, Magdeleine Hutin, Charles de Faucauld, la Hermana Emmanuelle, Jean 2
El dehoniano Aldo Marchesini
Vanier, Chiara Lubich, Alberto Hurtado, etc. De estas Congregaciones o Institutos han salido muchos/as misioneros/as, mártires y testigos de Jesús que han entregado toda su vida a los más pobres y abandonados de este mundo, en los lugares más difíciles y peligrosos del planeta. En Bruselas hace poco el Parlamento Europeo entregó el premio “Ciudadano Europeo” para el año 2014 a la Orden Hospitalaria San Juan de Dios por sus 500 años de servicio a los enfermos y por el heroísmo de sus misioneros contra el virus del ébola. En Liberia y Sierra Leona han muerto infectados por el virus cuatro hermanos, una hermana y trece colaboradores voluntarios (entre médicos y enfermeras) por dedicarse a los enfermos aún con peligro de vida. Jean Vanier, fundador del “Arca”, ha recibido el Premio Templeton por dedicar toda su vida y la de los suyos a los discapacitados mentales con los cuales viven y trabajan en 150 residencias de 35 países. El dehoniano Aldo Marchesini ha recibido un premio de la ONU por su incansable trabajo de cirujano misionero en Mozambique hasta quedar infectado por el sida. La hna. Eugenia Bonetti también ha sido premiada por el Parlamento Europeo por su lucha, y la de sus hermanas, contra la trata de personas para la explotación sexual. Con ella hay 250 monjas que en 10 años han ofrecido asistencia, hospitalidad y reinserción en la sociedad a seis mil víctimas mujeres. Solo la fe en Jesús y un gran amor pueden capacitar a estas personas, más allá de las renuncias y de los sacrificios, para una vida de servicio plena y fecunda.
Sínodo de los obispos sobre la familia
2015
La familia necesita ser sanada En tiempos de Jesús, algunos lo conocieron a través de las señales que podían confirmarles una novedad. ¿Qué era lo distinto? En Jesús se observaba a un hombre normal: no se distinguía por su ropa, o porque necesitara llamar la atención y así obtener resultados de cambio y conversión.
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Transcurridos los dos días, Jesús partió hacia Galilea. Él mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta. Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo. Jesús le dijo: “Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen”. El funcionario le respondió: “Señor, baja antes que mi hijo se muera”. “Vuelve a tu casa, tu hijo vive”, le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y la anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. “Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre”, le respondieron. El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y entonces creyó él y toda su familia. Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea. Juan 4,43-54
La Gruta n.460
El funcionario lo busca para curar a su hijo; recorre camino de ida y vuelta sin la certeza de que fuera a salir todo bien. Cuando llega recibe la buena noticia de la sanación de su hijo, corrobora el horario de su mejoría con lo dicho por Jesús y comparte con los suyos su experiencia.
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Jesús observa que para creer necesitamos * señales y prodigios. Hay que cuidarse para no escaparnos del tema, pues cuando empezamos a vislumbrar el mensaje, nos damos cuenta que nos cuesta mucho confiar en el otro sin pruebas que confirmen su “buena fe”. Qué palabras tan utilizadas por nosotros para justificar que no tenemos confianza en el otro porque el otro no se lo merece. Para creer hay que tener confianza. Es una * experiencia conocida por las parejas. ¡Qué dolor
Preguntas En tu vida ¿cuáles signos de Dios has reconocido como signos de sanación? ¿En quién precisas recobrar la confianza? ¿Qué sanación necesita tu familia?
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produce la desconfianza! Vivir en ella no nos ofrece nada más que un malestar, una tristeza, un desconcierto, una infelicidad. Pero pasa que a los 40 años de casados se da cuenta que el otro fue infiel... Entonces de arranque decimos: “no pongo las manos en el fuego por nadie” y no creemos en nadie… Necesitamos la confianza en Jesús y en la vida del funcionario del Evangelio para sanar situaciones familiares que parecen no tener remedio.
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Dar confianza tiene sus riesgos. Tenemos * la experiencia de haber dado confianza a alguien que luego abusa un poquito de nuestro tiempo, nuestro bolsillo, nuestros sentimientos. ¿Todo nuestro no? Si no tuviéramos tanto miedo a perder cosas de nuestra vida… si nos acordáramos un poco más de lo que decía Jesús: el que toma su vida y la entrega, la ganará, pero si se la guarda: la perderá. Cuando uno pide, recorre caminos de ida y * vuelta con esa esperanza, agradecimiento,
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anuncio a otros porque confió y logró. Hablando de méritos, vemos que el funcionario confronta el horario de mejoría, pues hace público que el mérito fue exclusivamente de Jesús. Se le podía haber objetado que hubo cuidados de la familia mientras el padre no estaba en el lugar, pero él lo deja bien claro: a esa hora fue obra de Jesús. Cuántas veces caemos en la tentación de sentirnos dueños de esta buena obra en nuestras vidas, gracias a nuestro esfuerzo, nuestra conducta, nuestra disciplina, nuestra espiritualidad, etc. Y seguimos sintiéndonos los merecedores de los dones de Dios.
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El dolor en algunas situaciones nos hace desconfiados, nos enferma en la relación con los demás, en la relación de pareja, en la relación con los hijos, hermanos, vecinos. Es humano -decimos- y nos escondemos en la justificación. Nos quedamos en el viernes de la cruz. Habrá que recorrer camino hacia Jesús vivo, confiar en Él que nos entiende porque vivió la misma vida que nosotros.
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o me refugio en ti, Señor, ¡que nunca me vea defraudado! Líbrame, por tu justicia inclina tu oído hacia mí y ven pronto a socorrerme. Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme. Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi refugio. Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel. Yo detesto a los que veneran ídolos vanos y confío en el Señor.
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Del Salmo 31 ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! Cuando tú viste mi aflicción y supiste que mi vida peligraba, no me entregaste al poder del enemigo, me pusiste en un lugar espacioso. Ten piedad de mí, Señor, porque estoy angustiado: mis ojos, mi garganta y mis entrañas están extenuados de dolor. Mi vida se consume de tristeza, mis años, entre gemidos; mis fuerzas decaen por la aflicción y muy huesos están extenuados.
Sínodo de los obispos sobre la familia
2015
La familia necesita ser sanada
Darle a nuestro caminar el ritmo sanador de projimidad Como en cada número del Boletín, publicamos en estas páginas algunos extractos del Documento Final del Sínodo de 2014, para que podamos conocer la reflexión de nuestros obispos y seguir con ellos en la oración y en la vida un camino de renovación en la atención de la Iglesia a las familias. Vemos como se trata el tema de la necesidad de sanación de la familia en el documento de los obispos.
6. Una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad, fruto de la ausencia de Dios en la vida de las personas y de la fragilidad de las relaciones. Existe también una sensación general de impotencia ante una situación socioeconómica que a menudo acaba aplastando a las familias. Ello se debe a la pobreza y a la precariedad laboral crecientes, que se viven a veces como una auténtica pesadilla, o a una fiscalidad demasiado gravosa que, ciertamente, no impulsa a los jóvenes al matrimonio. Con frecuencia, las familias se sienten abandonadas por el desinterés y la poca atención que les prestan las instituciones. Las consecuencias negativas desde el punto de vista de la organización social resultan evidentes: desde la crisis demográfica hasta las dificultades educativas, desde la dificultad para acoger la vida naciente hasta la percepción de la presencia de los ancianos como un peso y la difusión de un malestar afectivo que, en ocasiones, llega a la violencia. 8. Son muchos los niños que nacen fuera del matrimonio, particularmente en algunos países, y numerosos los que crecen después con uno solo de sus progenitores o en un ambiente familiar ampliado o reconstituido. Aumenta el número de divorcios, La Gruta n.460
y no es raro el caso de decisiones determinadas únicamente por factores de carácter económico. A menudo los niños son objeto de disputa entre los padres, y los hijos son las verdaderas víctimas de los desgarros familiares. Los progenitores masculinos están a menudo ausentes, no solo por cuestiones económicas, mientras, por el contrario, se siente la necesidad de que asuman con más claridad su responsabilidad en relación con los hijos y con la familia. La dignidad de la mujer necesita aún ser defendida y fomentada. Y es que hoy, en muchos ambientes, ser mujer es objeto de discriminación, e incluso el don de la maternidad se penaliza con frecuencia, en vez de presentarse como valor. Tampoco cabe olvidar los fenómenos crecientes de violencia de los que las mujeres son víctimas -a veces, por desgracia, también en el seno de las familias-. Asimismo, la explotación sexual de la infancia constituye uno de los fenómenos más escandalosos y perversos de la sociedad actual. 46. Ante todo, hay que escuchar a cada familia con respeto y amor, haciéndose compañeros de camino como Cristo con los discípulos en el camino de Emaús. Valen especialmente para estas situaciones las 5
Parábolas de HO YHOY
palabras del Papa Francisco: “La Iglesia tendrá que iniciar a sus hermanos -sacerdotes, religiosos y laicosen este “arte del acompañamiento”, para que todos aprendan siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro (cfr. Ex 3,5). Tenemos que darle a nuestro caminar el ritmo sanador de projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana” (Evangelii Gaudium, 169). 47. Un discernimiento particular es indispensable para acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados, los abandonados. Hay que acoger y valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados por los maltratos del cónyuge a romper la convivencia. El perdón por la injusticia sufrida no es fácil, pero es un camino que la gracia hace posible. De aquí la necesidad de una pastoral de la reconciliación y de la mediación, a través de centros de escucha especializados que habría que establecer en las diócesis. Asimismo, siempre hay que subrayar que es indispensable hacerse cargo de manera leal y constructiva de las consecuencias de la separación o del divorcio sobre los hijos, en cualquier caso víctimas inocentes de la situación. Los hijos no pueden ser un “objeto” que contenderse y hay que buscar las mejores formas para que puedan superar el trauma de la escisión familiar y crecer de la manera más serena posible. En cada caso la Iglesia siempre deberá poner de relieve la injusticia que con mucha frecuencia deriva de la situación del divorcio. Hay que prestar especial atención al acompañamiento de las familias monoparentales; en particular, hay que ayudar a las mujeres que deben llevar adelante solas la responsabilidad de la casa y la educación de los hijos. Del Documento final del Sínodo extraordinario de los Obispos, Roma, octubre de 2014 6
Todas las veces que me creí mejor que los demás, me vi caer en el mismo error. ¿Venganza de Dios? ¡No! ¡Amor de Padre! San Pablo tiene una expresión de impacto: “¡El que está parado que se cuide de no caer!” A Fuerza de errores y aciertos, avanzamos como buenos alumnos, aunque no siempre de la mano de la “experiencia”. Si alcanzara la “experiencia” de todos, tendríamos buenas ventajas, sin embargo parece que de las caídas de los demás no aprendemos mucho. Las utilizamos más bien para gloriarnos de nuestra superioridad. La caída del avión de Germanwings nos dice que su copiloto cumplía con todos los requisitos, aún que se nos escaparon algunos “detalles”. Detalles grandes por lo visto: cuestión de precisión. Acercándonos a nuestro continente, en el caso de los “fondos buitres”… en el caso Nisman, se nos escaparon “detalles”. Cerquita: una población, “la más armada, y con más policías”, con serio problema de seguridad. Cosas de “detalles”. Un continente, que la Iglesia llama “de la esperanza”, porque es el continente con más católicos, pero con muchos suicidas, crisis de violencia y desigualdad… ¿“Detalles”? Más allá: se hizo una guerra para derrocar a un dictador en Irak y eliminar el peligro de las armas químicas y atómicas. ¿Exportando democracia y libertad? Se nos escaparon unos “detalles”: los yijadistas. Intentamos liberar Afganistán de los fundamentalistas: ¡Los talibanes! ¿Qué pasó? Aquí, más cerquita, pareciera que la teoría de “gender” (=género), traería también aires de igualdad. Sin embar-
Cuando los ideales se herrumbran y rompen, se llevan consigo a los que los cabalgan…
go surgen ahora reacciones y manifestaciones “desde adentro” de los propios movimientos que la promovían. Seguimos con las fallas de “detalles”. ¿Padeceremos los síndromes del vacío? Las reacciones contrarias producen esos fenómenos. El ISIS… ¿Una reacción al “Vale todo” atacando todo, hasta la vida? ¿Pasado, presente y futuro? ¿Hambre de cambio, aunque se llame muerte? Entristecidos por el anonimato, irritados por la indiferencia de todos hacia todos, reclamando una revancha: los humanos somos más importantes que todas las cosas y que la tecnología. Siempre que haya una denuncia, se está proclamando un anuncio… Ahora, detrás de esta destrucción, violencia, terrorismo, rabia, ¿Qué anunciamos? El asfixiado anuncia que el oxígeno es fundamental, indispensable, importante. Pero… ¿Qué nos están escondiendo? ¡Nos robaron el alma! No es detalle. ¿Qué nos está pasando? Nos quitaron a Dios. No es detalle. Después de la presentación de los “héroes” tan frágiles como los comandantes de aviones, de países y de la corrupción mafiosa que “spuzza”, apesta, y corrompe, surgen, con el narcotráfico, el ébola, los revanchismos tribales, religiosos, geográficos, culturales y el “¡Fuera todos, mueran todos!...” Con la eliminación de Dios Padre Bueno, se fueron disipando los ideales que ofrecían agua pura, aire puro e ideales atrayentes. Todo se reemplazó con el “éxito”, la ganancia, el placer, el disfrute y la idolatría del propio yo. Y como todo esto nos dejó desnudos como Adán y Eva después del pecado y fueron a esconderse en el monte, así nosotros. En vez de taparrabos nos colocamos auriculares, celulares, y nos escondemos en los montes de moda: farras, orgías, drogas. El impecable copiloto de la primera descripción revestido de todos los requisitos, como el Presidente de la guerra a Irak, con los impecables informes de las armas químicas y nucleares… ¿Qué nos quieren esconder? ¿Los sofisticados
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resultados de enfermos con poder? A devolver a la humanidad el realismo del pecado, la necesidad del sacrificio, el aprendizaje de nuestras limitaciones, la renuncia a los frágiles pedestales fundados en las ventas de “imágenes”. Seguro que muchos lloraron más por los fragmentos de la aviación alemana, los escombros de las guerras, de los monumentos de la antigua civilización Ninivita, o del Museo de Tunes, más que llorar por las víctimas de este empacho de vacío y nada que hemos sacrificado y pagado con un “minuto de silencio”. Antes que bajar la bandera a media asta, hay que levantar el nivel de aprecio a la persona, a la justicia y a la verdadera igualdad, que está en el respeto de las diferencias y el aumento de la tolerancia. Decía Jesús: “Busquen el Reino de Dios y su justicia y lo demás se les dará por añadidura”. Hoy inventamos ídolos, de breve duración: un disco, un botín, un nobel, un óscar, una copa, un pergamino, una baldosa grabada… o un título de comandante, copiloto o presidente… cosas que se herrumbrarán como los fragmentos del Germanwings… Resta devolver al ser humano su grandeza, su espíritu, su imagen, sus limitaciones realísticas y el aprendizaje de su fraternidad que se realiza todas las veces que se comparten ideales y esfuerzos en defensa de la vida y la verdad. Sí, la celebración de la Semana Santa, la Resurrección de Jesús y la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés nos hacen gritar que el ser humano es lo más precioso de la creación y que Dios para no perdernos, para salvarnos, se entregó Él mismo. Rodolfo Bonci 7
Oración a los pies de La Gruta
Regina Coeli
Reina del cielo, alégrate, aleluia, Sábado 9 de mayo de 2015 a las 18 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.
- porque Cristo, que tú mereciste llevar, aleluia, resucitó, como dijo, aleluia. - Ruega por nosotros, aleluia. Regocíjate y alégrate Virgen María, aleluia, - porque el Señor resucitó de veras, aleluia. Oremos: Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado alegrar el mundo, danos, te rogamos, que por su Madre, la Virgen María, alcancemos los gozos eternos de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Felices Pascuas de Resurrección Tiempo de Pascua: Abarca los 50 días que van desde la Solemnidad de la Pascua (5 de abril) a Pentecostés (24 de mayo). Es seguramente el tiempo más largo e importante del año litúrgico. En el transcurso de este tiempo, la liturgia invita a los cristianos a alegrarse por la Resurrección de Jesús, a encontrarlo en las celebraciones, sobre todo dominicales, a afirmar la esperanza de nuestra resurrección después de la muerte. Es un tiempo oportuno para recordar a nuestros difuntos que ya viven con Dios. Y para vivir, movidos por el Espíritu, como criaturas nuevas, discípulos y misioneros del Señor Resucitado. 8