La gruta 465

La Gruta

Setiembre de 2015

nº

465

BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 grutadelourdes@interware.org www.umbrales.edu.uy

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Sínodo familia de los obispos sobre la

Lo que más importa en la familia ...Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales. María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” ...“Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.

Juan 12,1-11 La Gruta n.465

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Actualidad

¿Otra vez?

Conmovió a la opinión pública uruguaya la violencia de los funcionarios del Sirpa hacia los menores privados de libertad. Ante opiniones encontradas, el p. Mateo Méndez, por varios años comprometido con la vida de los menores, aclaró su posición, voz eclesial casi única es este debate.

Muchas voces se hicieron oír después de la difusión pública de un video donde se aprecian procedimientos represivos contra menores privados de libertad. Desde varios ámbitos de la sociedad civil llegaron condenas hacia tales conductas de los funcionarios del Estado. Los propios trabajadores reconocieron que no tienen capacitación para actuar en este tipo de situaciones.

El sentido común indicaría que una solución de este problema social, aprovechando la formidable cantidad de recursos que el Estado y la sociedad tienen a mano, no debería ser tan difícil. Sin embargo la solución no aparece, a pesar de tantos diagnósticos y revelaciones mediáticas que hacen surgir a los indignados de turno. Efectivamente, van más de dos décadas de denuncias de torturas, provocaciones, vejaciones contra los menores privados de libertad y parece que todos estos gritos caen rápidamente en el olvido social.

En una reciente entrevista, el salesiano p.

Mateo Méndez, quien estuvo algunos meses al frente del ex Instituto Técnico de Rehabilitación Juvenil, aclaró su posición. A los encargados de rehabilitar a los adolescentes, invita a preguntarse: “¿soy apto para este tipo de trabajo? Si no lo soy, tengo que irme. Es cuestión de conciencia. No puedo estar en un lugar donde los gurises me producen rabia, bronca 2

y fastidio”.

Acerca de la percepción de la sociedad sobre la conveniencia del encierro, el p. Mateo advierte que los vecinos olvidan que ese muchacho va a volver a su barrio, y que si no fue rehabilitado, lo más probable es que vuelva peor que antes. Y sigue: “hay que trabajar sobre la parte sana del adolescente... para encontrar lo rescatable yo tengo que tener tiempo, tengo que tener los espacios para darle al adolescente el tiempo necesario para reconocer sus errores”.

Finalmente, el p. Méndez recordó la conveniencia de que la institución se ocupe también de la situación de la familia del adolescente recluido: “que la familia esté rehabilitada para recibir a ese menor... es muy poco lo que se hace por la familia”.

Actualmente el p. Mateo está a cargo del proyecto Minga, en la ciudad de Las Piedras: “queremos brindarles a los adolescentes las herramientas para que ellos en la diaria puedan discernir qué les hace bien para su proyecto de vida y qué no”.

En oportunidades como éstas, y no solo en estos momentos, no se oyeron otras voces eclesiales que, como el p. Mateo, dieran a ver una visión cristiana sobre el tema.

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Sínodo de los obispos sobre la familia

Lo que más importa en la familia Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado.

Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.

María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.

La casa se impregnó con la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?”.

Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.

Jesús le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.

Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado.

Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús a causa de él.

Juan 12,1-11

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La escena muy familiar: amigos que * comparten una comida. María derramando sobre Jesús un caro perfume, Marta sirviendo la mesa, amigos atentos a las palabras de Jesús; y aquéllos que pertenecen al grupo, como Judas, que dan su opinión, discrepando con Jesús.

Judas atina con sus palabras y nos confunde: “este perfume se podía haberse vendido para ayudar a los pobres” ¿Por qué nos suena más familiar estas palabras que el gesto de María? Claro, lo escuchamos muchas veces, lo pensamos muchas veces, y hasta lo decimos como justicieros irreprochables. Acaso, ¿Jesús no tenía la opción clara por los pobres?

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Es un texto que nos invita a pensar, para * que nuestras acciones incluyan discernimiento. Una situación actual podría ser

Preguntas ¿Derramamos el perfume más caro valorando la presencia de Jesús donde está presente o esperamos al viernes santo, su sepultura, para llorar su sacrificio? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Cultivo la amistad con Jesús, encontrándome con Él, escuchándolo, conociéndolo?

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esta: “Tengo todo para hacer en mi casa, y hay una amiga muy grave que de verdad no sé cuánto tiempo la tenemos entre nosotros. La casa, mis obligaciones, pueden esperar, ella no”. No siempre entendemos que disfrutar del encuentro con el otro es prioridad: no sabemos hasta cuándo estamos aquí.

para después del entierro de Jesús, lo ofrendó en ese momento.

Jesús nos enseña que nuestra vida no se termina con la muerte. Vive el hoy con la alegría de la amistad, sabiendo que su cruz está cerca y es una realidad que puede desesperar a cualquiera; pero disfruta del momento presente porque la humanidad goza de la expresión amorosa del uno por el otro, y esto es experiencia que alienta, da esperanza de resurrección. Por eso creemos en la importancia del domingo como “Día del Señor”, día en que Jesús nos recuerda, nos subraya que nos ama y nos enseña que nuestra vida no se termina con la muerte.

Como Judas, se puede usar la existencia de los pobres como una dinámica financiera.

Se mueve muchísimo dinero en pos de una idea irreprochable. Tal vez defendiendo las ideas más genuinas de Jesús.

Jesús indica claramente que María escogió la prioridad del momento, pensando en su muerte. ¡Qué bueno sería tener o adquirir la claridad necesaria para orientar las opciones familiares!

María era amiga de Jesús, lo amaba, lo va* loraba y daba lo más caro, pero no lo dejó

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Salmo 133

Q

ué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!

Es como el óleo perfumado sobre la cabeza, que desciende por la barba –la barba de Aarón– hasta el borde de sus vestiduras Es como el rocío del Hermón que cae sobre las montañas de Sión.

Allí el Señor da su bendición, la vida para siempre.

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Sínodo de los obispos sobre la familia

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Lo que más importa en la Familia Como en cada número del Boletín, publicamos en estas páginas algunos extractos del Documento Final del Sínodo de 2014, para que podamos conocer la reflexión de nuestros obispos y seguir con ellos en la oración y en la vida un camino de renovación en la atención de la Iglesia a las familias. Numerosas son las preocupaciones de cada familia, pero hay que tener algunas prioridades: proponemos algunas reflexiones de nuestros obispos.

15. Las palabras de vida eterna que Jesús dejó a sus discípulos incluían la enseñanza sobre el matrimonio y la familia. Dicha enseñanza de Jesús nos permite distinguir en tres etapas fundamentales el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia. Al principio, está la familia de los orígenes, cuando Dios creador instituyó el matrimonio primordial entre Adán y Eva como fundamento sólido de la familia. Dios no solo creó al ser humano varón y mujer (Gén 1, 27), sino que también los bendijo para que fueran fecundos y se multiplicaran (Gén 1, 28).

Por eso «abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne» (Gén 2, 24). Esta unión quedó dañada por el pecado y se convirtió en la forma histórica de matrimonio en el Pueblo de Dios, al que Moisés brindó la posibilidad de expedir un acta de divorcio (cf. Dt 24, 1ss). Dicha forma era la que predominaba en tiempos de Jesús. Con su advenimiento y con la reconciliación del mundo caído gracias a la redención por él realizada, terminó la era inaugurada por Moisés.

16. Jesús, que reconcilió en sí todas las cosas, recondujo el matrimonio y la familia a su forma original (cf. Mc 10, 1- 12). La familia y el matrimonio fueron redimidos por Cristo (cf. Ef 5, 21-32), restaurados a imagen de la SantísiLa Gruta n.465

ma Trinidad, misterio del que todo amor verdadero dimana. La alianza nupcial, inaugurada en la creación y revelada en la historia de la salvación, recibe su plena revelación de su significado en Cristo y en su Iglesia. De Cristo a través de la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión. El Evangelio de la familia atraviesa la historia del mundo desde la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1, 26-27) hasta la culminación del misterio de la Alianza en Cristo al final de los siglos con las bodas del Cordero (cf. Ap 19, 9; Juan Pablo II, Catequesis sobre el amor humano).

21. La entrega recíproca constitutiva del matrimonio sacramental está enraizada en la gracia del bautismo, que establece la alianza fundamental de cada persona con Cristo en la Iglesia. En la acogida recíproca y con la gracia de Cristo, los novios se prometen entrega total, fidelidad y apertura a la vida; reconocen como elementos constitutivos del matrimonio los dones que Dios les ofrece, tomando en serio su compromiso mutuo, en su nombre y ante la Iglesia. Ahora bien: en la fe, resulta posible asumir los bienes del matrimonio como compromisos que pueden cumplirse mejor mediante la ayuda de la gracia del sacramento. Dios 5

consagra el amor de los esposos y confirma su indisolubilidad ayudándolos a vivir la fidelidad, la integridad recíproca y a la apertura a la vida. Por lo tanto, la mirada de la Iglesia se vuelve a los esposos como al corazón de la familia entera, que a su vez fija también su mirada en Jesús.

22. En esta misma perspectiva, haciendo nuestra la enseñanza del Apóstol según la cual toda la creación fue concebida en Cristo y con vistas a él (cf. Col 1, 16), el Concilio Vaticano II quiso expresar aprecio por el matrimonio natural y por los elementos válidos presentes en las demás religiones (cf. Nostra ætate, n. 2) y en las culturas, pese a sus límites e insufi-

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ciencias (cf. Redemptoris missio, n. 55). La presencia de las «semina Verbi» en las culturas (cf. Ad gentes, n. 11) podría aplicarse, en algunos aspectos, también a la realidad matrimonial y familiar de tantas culturas y de personas no cristianas. Existen, pues, elementos válidos también en algunas formas ajenas al matrimonio cristiano -basado, en cualquier caso, en la relación estable y verdadera entre un hombre y una mujer-, que en todo caso consideramos que están orientadas hacia él.

Con la mirada puesta en la sabiduría humana de los pueblos y de las culturas, la Iglesia reconoce también esa familia como célula básica necesaria y fecunda de la convivencia humana.

Parábolas de HO Y - “¡YO DECIDO!” HOY ¡Nunca, como hoy, se oyó hablar tanto de “derechos humanos”! Sin embargo, con oír un noticiero, nos enteramos de que, de muchas maneras, los violamos. Hoy, en el diario, estaba la foto de una panza de mujer embarazada de varios meses, con escrito, en grande: ¡YO DECIDO! Esa imagen volvía a mi mente. La tomé como una invitación. No tenía ganas de polemizar con las autoridades del País que en estos días están en medio de la tormenta y en pleno debate con los gremios de la educación: entre “paros y… servicios esenciales”. Como siempre hay un tercero que, sin consulta, ni opinión, paga el gasto: “el niño”. Frente a esa foto entendí que entre la madre y los médicos u objetores de conciencia, habría un tercero, por supuesto, sin consultar, que pagaría el gasto: “el bebé”.

Me puse en el lugar del bebé que, sin consultar, y “prescindiendo de todos sus derechos”, “mi madre”, y muchos otros, vociferando y con pancartas, marchando por las calles, gritaban cosas que no entendía. Desde el vientre de mi madre, ese nido-observatorio, vi unas siglas: ABC… CES… IVE… DDHH… Yo, perdón, “mi madre”, estábamos en la marcha. Me dio curiosidad por saber “¿Qué tan importante es eso, que mi madre, me llevara en esa caminata?”

Puse un poco de atención, y pude entender: “control de embarazo”… “salud sexual y reproductiva”…, “interrupción voluntaria del embarazo”…, y pude ver, en la pancita, bendito sagrario, lindo y calentito: “¡YO DECIDO!”. No entendía su significado. Pero cuando llegamos a una plaza, con árboles verdes y flores, oí como unos parlantes. Gritaban y reclamaban que las mujeres tienen derechos sobre sus cuerpos, que con ellos pueden hacer lo que quieran, y agitaban sus manos, y manos pintadas en carteles, que parecían frutos de los árboles de la plaza. No podía entender hasta que todo quedó claro: “¡ABORTO SÍ!”. No podía creer. ¡Aborto, Sí! Miré entorno. Eran muchas! Miré mi madre. Me preguntaba: ¿Por qué? Comencé a patearle la pancita. No lo había hecho nunca. Quería que mi madre se fuera de allí. ¿Cómo es que gritan “salud reproductiva”? Si yo no soy una enfermedad.

Cómo no ser grande, y tomar a mi madre, y saLa Gruta n.465

carla de esa “plaza”. Esos carteles, esas manos levantadas votaban “muerte”. ¿No discriminar? ¿No excluir? Pero gritan: “¡Aborto, sí!” ¿Por qué?

Y comencé a gritarle que nos fuéramos. ¿Tal vez ella no se dé cuenta de que yo me entero de lo que piensa, lo que siente, y cuando se pone triste y preocupada? Tantas ganas de decirle que yo, algún día, me haré cargo de ella, la cuidaré en las difícultades y que no le dejaré faltar nada…

Pero… a “él”, no lo vi! ¡No! Me dolió mucho. Pensaba que él, tal vez, me daría una mano. A veces en la vida se necesita una mano. La soledad es dura, es fría, a veces asesina. Y “él”, no estaba.

Habían algunos hombres que acompañaban: no entendía qué gritaban. “Él”, en cambio, no estaba. Tal vez, mi madre, estaba allí porque “él”, era el otro invisible, irresponsable, culpable. Así, como Pilatos, intentando lavarse las manos, de sangre inocente. No estaba. Por eso estaba escrito “YO DECIDO” y no “NOSOTROS DECIDIMOS” ¿Nos podremos llenar la boca de inclusiones, equidades, y justicias, mientras agredimos a la vida antes de que aparezca o antes de que se termine y muera? Miré detenidamente y me di cuenta que mi madre lloraba. Tapó el “yo decido” y apareció con furia desordenada la multitud. “La plaza”, “las pancartas” y las “manos de cartón” levantadas. Muchas manos de cartón…

Respiré un poco. El “¡YO DECIDO!” no era todo de mi madre. Ese griterío venía desde afuera. La plaza y esas “manos de cartón”, “todas iguales”, que la disciplina de partido, repartió… La comodidad es un bien, pero no comparable con la vida.

La pobreza puede ser el mejor estímulo para crecer y la mejor palestra para hacer brotar misteriosas capacidades que siempre Dios da. Ningún pobre quiere morir. La vida no tiene precio. Y tu, mami, no tengas miedo. Mi Padre Dios, él que me dio la inteligencia y la voluntad, me dará las oportunidades de ganar el pan, la dignidad y la libertad para poder cuidarte en tu vejez. Te daré nietos, sanos, sabios y solidarios, que, sin mi, nunca existirían. Lucharé por otras medallas, otras manos, que se levanten para defender a la vida, las personas, las familias y otro modo de ser, ver y vivir.

Rodolfo Bonci

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Oración a los pies de La Gruta para pedir por los jóvenes

E l Señor ha puesto su mirada sobre nosotros; Viernes 9 de octubre de 2015 a las 18 hs. en el despacho parroquial:

formación de los voluntarios del día 11.

ha puesto su confianza y su esperanza.

El Señor Dios ha hablado y cuenta con nosotros.

Jesús, cuenta con nosotros para devolver la luz donde hay oscuridad.

Cuenta con nosotros para construir entre todos la civilización del amor allí donde hay egoísmo, tristeza y angustia.

Cuenta con nosotros para luchar por la paz en medio de un mundo donde muchas veces la solución se encuentra recurriendo al uso de la fuerza.

Jesús, cuenta con nosotros para que su Palabra llegue al último rincón de la tierra.

Cuenta con nosotros para sembrar la semilla de su evangelio; semilla que produce frutos de fraternidad y amor.

Cuenta con nosotros, Señor.

Queremos ser luz que ilumine y muestre el verdadero rostro de Dios, el Dios Amor.

Cuenta con nosotros, Señor.

Amén.

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