La Gruta
Abril de 2018
nº
496
Boletín del Santuario Nacional de La Gruta de Lourdes
Avda. de las Instrucciones 2223. Montevideo - Uruguay. Tel.: 2222 3532 www.umbrales.edu.uy stnlourdes@gmail.com
Jesús ha resucitado La Gruta n.496
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Espiritualidad
Mensaje pascual de Francisco Domingo de Pascua, 1 de Abril de 2018, Vaticano Como cada Domingo de Resurrección, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco ofreció el Mensaje de Pascua e impartió la Bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y al mundo”). Presentamos algunos pasajes del texto: Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua! Jesús ha resucitado de entre los muertos. Junto con el canto del aleluya, resuena en la Iglesia y en todo el mundo, este mensaje: Jesús es el Señor, el Padre lo ha resucitado y él vive para siempre en medio de nosotros. Jesús mismo había preanunciado su muerte y resurrección con la imagen del grano de trigo. Decía: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24). Y esto es lo que ha sucedido: Jesús, el grano de trigo sembrado por Dios en los surcos de la tierra, murió víctima del pecado del mundo, permaneció dos días en el sepulcro; pero en su muerte estaba presente toda la potencia del amor de Dios, que se liberó y se manifestó el tercer día, y que hoy celebramos: la Pascua de Cristo Señor. Nosotros, cristianos, creemos y sabemos que la resurrección de Cristo es la verdadera esperanza del mundo, aquella que no defrauda. Es la fuerza del grano de trigo, del amor que se 2
humilla y se da hasta el final, y que renueva realmente el mundo. También hoy esta fuerza produce fruto en los surcos de nuestra historia, marcada por tantas injusticias y violencias. Trae frutos de esperanza y dignidad donde hay miseria y exclusión, donde hay hambre y falta trabajo, a los prófugos y refugiados —tantas veces rechazados por la cultura actual del descarte—, a las víctimas del narcotráfico, de la trata de personas y de las distintas formas de esclavitud de nuestro tiempo. Y, hoy, nosotros pedimos frutos de paz para el mundo entero, comenzando por la amada y martirizada Siria, cuya población está extenuada por una guerra que no tiene fin. Que la luz de Cristo resucitado ilumine en esta Pascua las conciencias de todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas que estos hermanos y hermanas nuestros necesitan urgentemente, asegurando al mismo tiempo las condiciones adecuadas para el
regreso de los desplazados. Invocamos frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos, para Yemen y para todo el Oriente Próximo, para que el diálogo y el respeto mutuo prevalezcan sobre las divisiones y la violencia... Suplicamos en este día frutos de esperanza para cuantos anhelan una vida más digna, sobre todo en aquellas regiones del continente africano que sufren por el hambre, por conflictos endémicos y el terrorismo. Que la paz del Resucitado sane las heridas en Sudán del Sur y en la atormentada República Democrática del Congo: abra los corazones al diálogo y a la comprensión mutua. No olvidemos a las víctimas de ese conflicto, especialmente a los niños... Imploramos frutos de diálogo para la península coreana, para que las conversaciones en curso promuevan la armonía y la pacificación de la región... Pedimos frutos de paz para Ucrania, para que se fortalezcan los pasos en favor de la concordia y se faciliten las iniciativas humanitarias que necesita la población. Suplicamos frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual —como han escrito sus Pastores— vive en una especie de «tierra extranjera» en su propio país. Para
que, por la fuerza de la resurrección del Señor Jesús, encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria. Traiga Cristo Resucitado frutos de vida nueva para los niños que, a causa de las guerras y el hambre, crecen sin esperanza, carentes de educación y de asistencia sanitaria; y también para los ancianos desechados por la cultura egoísta, que descarta a quien no es «productivo»... También a nosotros, como a las mujeres que acudieron al sepulcro, van dirigidas estas palabras: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado” (Lc 24,5-6). La muerte, la soledad y el miedo ya no son la última palabra. Hay una palabra que va más allá y que solo Dios puede pronunciar: es la palabra de la Resurrección (cf. Juan Pablo II, Palabras al término del Vía Crucis, 18 abril 2003). Ella, con la fuerza del amor de Dios, “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos” (Pregón pascual). ¡Feliz Pascua a todos!
Invitamos a colaborar con las OBRAS DE RENOVACIÓN DE LA GRUTA (cerco, baños, luces, sonido, capilla, parque) enviando su contribución a la cuenta bancaria abierta para esta finalidad: Banco BROU, Cuenta CA (Caja de Ahorro) nro. 197-48557-2 Concepto: OBRAS DEL SANTUARIO Por favor, comunique sus datos (nombre, dirección, teléfono) a: Gruta de Lourdes, Instrucciones 2223, 12400 Montevideo, o: email: stnlourdes@gmail.com La Gruta n.496
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Actualidad:
La cultura de las multipantallas (Tomado de a12.com) Celular, TV, tableta, computadora ... ya sabemos que las tecnologías están presentes en nuestras vidas, ¿pero ya se detuvo a pensar que utilizamos varias y al mismo tiempo? A este fenómeno le llamamos “la cultura de la multipantallas”.
Piense en este escenario muy común entre nosotros y que define este fenómeno: nos sentamos en el sofá para ver una pantalla, la TV, y ya nos conectamos con otra pantalla, que es el celular, y tal vez ya conectamos otra, la notebook, y con eso ya está todo pronto, ya estamos conectados a tres pantallas para ejercer todas las actividades que necesitamos, en el mismo lugar y de una sola vez. Una locura, ¿no? Pero la ‘cultura de la multipantallas’ es nuestra realidad y nuestro más nuevo comportamiento. ¿Qué tal si reflexionamos sobre eso? En primer lugar, pensemos, ¿estamos evolucionados hasta el punto de ejecutar varias actividades diferentes de una sola vez con el auxilio de las tecnologías? ¿Conseguimos realmente eso? O bien, este comportamiento sólo contribuye a la dispersión, haciendo que nuestra atención se vuelva fragmentada por el bombardeo de informaciones que nos impactan? ¡Es algo para estudiar y para reflexionar! 4
Por el momento, la ciencia prueba que el cerebro logra realizar, con maestría, sólo una cosa a la vez. Quien sabe si en los próximos siglos evolucionaremos hacia eso. Hay otro lado, el atractivo, y que justifica el motivo de ser multipantallas, la característica fundamental que explica este comportamiento: es que somos, en esencia, seres sociales. Entonces, cuando las tecnologías se enfocan para potenciar esta naturaleza, por supuesto que vamos detrás de ella, somos atraídos y nos apasionamos. Queremos mantenernos conectados, para saber lo que sucede en el futuro en el mundo y a nuestro alrededor y para estar siempre con personas, o mejor, con muchas personas. Otro motivo es que cada vez más las tecnologías son accesibles, es fácil comprar hoy y dividir en cuotas que se pierden de vista. Las empresas también están invirtiendo en publicidad, mejorando los argumentos y las técnicas para atraer al
consumidor y hacer que usted crea que necesita comprar, cambiar por el más nuevo, más potente, más hermoso, cada año. El acoso comercial tiene el objetivo de incentivar el consumo, siempre.
tener la tableta asesorando las actividades, computadora para ayudarnos en la ejecución de los trabajos y el smartphone para conversar durante el día? ¿Está explicado y entendido el por qué somos multipantallas?
¿Somos multipantallas porque imaginamos vivir sin computadora, tableta y celular? ¿Cómo despertar por la mañana sin el teléfono para la alarma, para informarnos y recibir los recuerdos de los amigos y de la familia por el WhatsApp y Facebook? ¿Cómo llegar al trabajo y no
Porque eso facilita nuestra vida, porque potencia nuestro poder de comunicación y, principalmente, nos permite relacionarnos más, porque queremos estar en todo momento conectados con todo y con todas las personas que amamos, aunque a través de las pantallas ... multipantallas.
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Devoción mariana
María perseverante en la fe Alfonso Murad
Don Helder Cámara, obispo de Recife, poeta y místico, decía que la mayor gracia para un cristiano consiste en terminar bien lo que empezó. En el Evangelio, Jesús nos advierte que no basta con recibir la semilla de la Palabra de Dios. Es necesario cultivarla, hasta que dé frutos. Y eso no es fácil.
En la conocida parábola del sembrador y de los tipos de terreno, Jesús advierte que hay personas superficiales, en las cuales las semillas de la buena nueva ni llegan a penetrar. Otras, a su vez, acogen el mensaje del Reino de Dios con alegría, pero las preocupaciones de este mundo y la dispersión la sofocan, como los espinos. Por último, los que cultivan la palabra, la acogen en el corazón y en
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ella perseveran, producen muchos frutos (Lc 11). María, nuestra hermana y madre en la fe, es el ejemplo de perseverancia en la causa de Jesús. La gente se emociona cuando se imagina su “sí” generoso y decidido, cuando ella todavía era una niña. Con mucha más razón, nos sentimos felices al percibir cómo se mantuvo en el ca-
mino de Dios, enfrentándose a dificultades y siguiendo firme en su opción. Dos escenas nos muestran a María perseverante en la fe. La primera, tan conocida en la devoción popular, consiste en su presencia silenciosa, triste, llorosa, desafiante, ante la cruz de Jesús. Allí están Juan, el discípulo amado; Magdalena, la discípula amada, otras mujeres y la madre de Jesús. Además del dolor de la muerte, ellos soportaron la vergüenza de estar al lado de alguien condenado como criminal, en la muerte de Cruz. María persevera en el sufrimiento, ante el aparente fracaso. Es una gran prueba de fe. El silencio de Dios. La segunda escena es muy diferente. La comunidad cristiana está radiante, pues Cristo resucitó. Él comunica paz y alegría. Muestra que valió la pena perseverar con Él. Y llega la hora de partir de vuelta al Padre y enviar el Espíritu Santo. Y allí está nuevamente María, constante La Gruta n.496
en la oración con los discípulos y otras mujeres (Hch 1,14). Ah, este es el lado alegre de la perseverancia. Es terminar bien lo que ella comenzó de forma tan bella. María participa ahora como madre de la comunidad cristiana. Ya cosecha los frutos de un largo camino de cultivo de la fe. Que María, madre de la perseverancia, nos ayude a cultivar la Palabra de Dios, a resistir en los momentos de crisis, a saborear y compartir los buenos frutos de aquellos que permanecen en Cristo. Amén! 7
Oración por la vocaciones sacerdotales y consagradas
Señor Jesús, Buen Pastor, Tú nos pides que roguemos al dueño de los sembrados que envíe obreros para la cosecha.
Miércoles 9 de mayo de 2018 a las 18 hs. en el despacho parroquial: formación de los voluntarios del día 11.
Te pedimos que suscites en tu Iglesia vocaciones sacerdotales, diaconales, consagradas y laicales que se comprometan en la expansión de tu Reino. Sostiene a los que llamaste y confírmalos en su misión. María que nuestra oración sea eficaz. San José, protector de la Iglesia universal, ruega por nosotros.
Amén
Tiempo pascual El tiempo pascual comprende cincuenta días (en griego = “pentecostés”), vividos y celebrados como un solo día: “los cincuenta días que median entre el domingo de la Resurrección hasta el domingo de Pentecostés se han de celebrar con alegría y júbilo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como un gran domingo”, dicen las Normas Universales del Año Litúrgico. El tiempo pascual es el más fuerte de todo el año, que se inaugura en la Vigilia Pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés. Es la Pascua (paso) de Cristo, del Señor, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa. Es la pascua también de los bautizados, de la Iglesia, su Cuerpo, que es introducida en la Vida Nueva de su Señor por medio del Espíritu que Cristo le dio el día del primer Pentecostés. El origen de esta cincuentena se remonta a los orígenes del Año litúrgico. 8