La Gruta 521

La Gruta

Mayo de 2020

nº

521

BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes

Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 www.umbrales.edu.uy stnlourdes@gmail.com

31 de Mayo

Domingo de Pentecostés

La Gruta n.521

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Espiritualidad

Pentecostés

tomado de A12.com

¿Corazones inquietos por ser movidos por el Espíritu Santo o electrocardiogramas Espirituales débiles, lineales, sin emociones? ¿En qué categoría nos encontramos? Es la principal pregunta formulada por el papa Francisco a cada cristiano.

La Iglesia nos prepara para recibir el Espíritu Santo y nos hace reflexionar sobre ello, pidiéndonos que recemos, para que el Espíritu Santo venga a la Iglesia, a nuestro corazón, a nuestra comunidad.

El papa Francisco invita a cada uno de nosotros a meditar sobre lo que Jesús dijo sobre el Espíritu Santo. La meditación es inspirada en la lectura dedicada a la predicación de San Pablo en Éfeso (Hechos de los Apóstoles 19,1-8).

La escritura revela que esa comunidad había recibido la fe, pero no conocía al Espíritu Santo. Sin embargo, era un pueblo creyente. El apóstol Pablo les preguntó: ¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe? Ellos respondieron: ¡Ni siquiera hemos oído que existe un Espíritu Santo!

En esta narración nos encontramos con la realidad de una Iglesia compuesta por buenas personas, gente de fe, que creía en el Señor Jesús, pero que estaba allí sin conocer el Espíritu Santo. Entonces Pablo impuso las manos sobre ellos 2

y “descendió sobre ellos el Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas”.

El papa Francisco explica que, con el descenso del Espíritu Santo hacia los discípulos de Éfeso, comenzó el impulso del corazón, porque quien mueve nuestro corazón a las cosas de Dios es el Espíritu Santo. Él es quien alimenta nuestras emociones y nuestra fe y nos da discernimiento para hacer la voluntad del Padre. Francisco resalta aún lo que el mismo Jesús había dicho: “El Espíritu Santo enseñará y recordará todo lo que les enseñé” (Jn 14,26).

“Lo que sucedió a los discípulos de Éfeso es una experiencia recurrente en las narraciones del Nuevo Testamento, en las que se encuentran muchos personajes que oyeron este mensaje y cambiaron de vida. Podemos preguntarnos: ¿quién movió a Nicodemo a ir de madrugada a hablar con Jesús? Fue precisamente esa inquietud.

Y aún: ¿quién movió a la pecadora a ir con él y a lavar sus pies con sus lágrimas? ¿Y quién mueve a tantas personas

a acercarse a Jesús? La respuesta es siempre la misma: el Espíritu Santo, el que mueve nuestro corazón”, afirmó el Papa.

Francisco nos invita a preguntarnos: ¿Soy como aquellos de Éfeso que ni sabían si existía el Espíritu Santo? ¿Cuál es el lugar que el Espíritu Santo ocupa en mi vida, en mi corazón? ¿Puedo oírlo? ¿Puedo pedir inspiración antes de tomar una decisión o decir una palabra o hacer algo? ¿Mi corazón está tranquilo, sin emociones, un corazón fijo?

El problema es que si hacemos un electrocardiograma espiritual, el resultado sería lineal, sin emociones, para algunos corazones.

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Colocarse a la escucha ¿Qué me dice el Espíritu Santo?

El papa Francisco afirma que no fue por casualidad que el Apóstol Juan narrara en el libro del Apocalipsis, dirigiéndose a cada una de las siete Iglesias de aquel tiempo: Oí lo que el Espíritu dice a las iglesias. Pidamos hoy la gracia de escuchar lo que el Espíritu dice a nuestra Iglesia, a nuestra comunidad, a nuestra parroquia, a nuestra familia y a mí, a cada uno de nosotros: la gracia de aprender este lenguaje para oír el Espíritu Santo. Tenemos que ponernos a la escucha, pues el Espíritu de Dios es dueño de todo discernimiento.

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Religiosidad popular

Actividad en las redes En sintonía con nuestra Iglesia local -y la de todo el planeta- desde el Santuario de La Gruta estamos ofreciendo cada vez más actividades a través de Internet.

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Espiritualidad

El canto de María (Magnificat) Afonso Murad

¡Qué bueno es cantar! San Agustín dijo que las canciones religiosas son una doble oración. En la época de Jesús, la gente cantaba varios himnos y salmos, que encontramos en la Biblia hoy.

En los grandes momentos de celebración, el canto iba acompañado de bailes.

Si abre el libro de los Salmos, encontrará varias expresiones de oración: alabanza, acción de gracias, solicitud de perdón, recuerdo de la obra de Dios en la creación y liberación de la gente, oraciones de confianza, clamar por sufrimiento y persecución, renovación de compromiso de pacto, dichos de sabiduría, oraciones de peregrinos por el templo. El Evangelio de Lucas también nos ofrece algunas oraciones y canciones: del padre de Juan el Bautista (Lc 1,67-79), el viejo Simeón (Lc 1,29-32), Jesús (Lc 10,21) y María (Lc 1,46-55).

La canción de María fue llamada por los

católicos "Magnificat", debido a la primera palabra de su traducción en latín.

Significa: ¡magnificar, exaltar, reconocer cuán magnífico es Dios! Imagina la escena: María llega a la casa de Isabel y Zacarías, cansada del viaje, pero radiante de alegría. Saluda a tu pariente: ¡Shalom! ¡La paz este contigo! Las dos mujeres, una joven y la otra, anciana, se abrazan tiernamente, intercambian besos en la mejilla. ¡Isabel proclama que María es feliz, porque creía en la promesa de Dios! (Lc 1,45). La reacción de María no podría ser diferente: comienza a alabar a Dios por lo que les estaba sucediendo. Entonces, recordó la canción de Ana, la madre de Samuel (1 Samuel 2,1-11). Esta mujer era estéril, y por eso fue humillada y excluida. Cuando Dios le dio la gracia de un hijo, ella cantó las alabanzas de Dios y afirmó, con coraje, que el poder de los fuertes se había roto y que los débiles saldrán de la opresión y serán promovidos.

Pero María no simplemente repite el pasado, y espontáneamente cambia la letra de la canción. ¡Al igual que Ana, se regocija en Dios, salvadora! Va más alla.

Reconoce que el Señor hizo maravillas

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por ella. Esto no es una cuestión de orgullo, sino de gratitud. Ella le dice a Dios: ¡mira qué feliz estoy, porque siento que su misericordia se extiende a todos los que lo respetan (Lc 1,50)! Luego, María canta a Dios con la fuerza y ​​la esperanza de los profetas: ¡los poderosos no permanecerán en sus tronos para siempre!

El Señor hará justicia a los pobres y pequeños. ¡Todos tendrán derecho a una vida digna, comenzando con la comida (Lc 1,51-53)! Por lo tanto, ella ya anticipa las bienaventuranzas y advertencias de Jesús (Lc 5,20-24). Y finalmente, cuando Mary se sintió miembro de su pueblo, ella le agradece porque Dios es fiel a sus promesas. Somos parte de esta historia!

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¡Dios nos ayuda y nos acompaña! Desde el momento en que Abraham sintió el llamado del Señor, dejó todo y se fue con su esposa hacia la nueva tierra (Lc 1,54-55). ¡Me imagino que mientras cantaba, María le pidió a Isabel que bailara, en una ciranda que nos llega hoy! En estas dos mujeres embarazadas hasta el día de hoy, la humanidad se reconoce a sí misma como capaz de generar vida, cuidarla, resistir, establecer lazos de ternura y recrear la esperanza. ¡Cantemos las alabanzas de Dios con María! Proclamaremos la justicia y la misericordia de Dios. ¡Amén!

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Oración Espíritu Santo: desciende del cielo sobre nosotros

QUEREMOS QUE TE SIENTAS BIEN

EN TU SANTUARIO A YÚ D A N OS A HAC E R ME J O RAS Visita la web de Revista Umbrales:

umbrales.edu.uy

“Pidamos al Espíritu Santo, fuego de amor que arde en la Iglesia y dentro de nosotros, aunque muchas veces lo cubrimos con la ceniza de nuestras culpas: Espíritu de Dios, Señor, que estás en mi corazón y en el corazón de la Iglesia, a los que haces avanzar. ¡Iglesia, moldeándose en la diversidad, vengan!

Necesitamos de ustedes, como del agua, para vivir: sigan descendiéndo sobre nosotros y enseñen la unidad.

Espíritu Santo, renueva nuestros corazones y enséñanos a amar como nos amas, a perdonar como nos perdonas. ¡Desciende del cielo sobre nosotros, Espíritu Santo! “ Amén

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