Revistacic 2016

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Enero 2015 - ISSN 2463-0993

REVISTA DIGITAL

SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN CENTRO DE INVESTIGACIÓN DEL CONSUMIDOR (CIC)

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Proyecto: Caracterización del proceso de producción y distribución del sector horticultor en el municipio de Mosquera, pequeños cultivadores,Vereda San José (Parcelas I y II )

Bogotá, Colombia


Fuente: Centro Agustiniano de Medios. CAM. Universitaria UNIAGUSTINIANA.

RECTOR CARLOS ALBERTO VILLABONA VARGAS, OAR VICERRECTOR GENERAL RICARDO ROJAS LÓPEZ

Fuente: Centro Agustiniano de Medios. CAM. Universitaria UNIAGUSTINIANA

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VICERRECTOR ACADÉMICO HÉCTOR GABRIEL ESPITIA ABRIL VICERRECTORA ADMINISTRATIVA Y FINANCIERA ÁNGELA ROCIO OVALLE POSADA VICERRECTOR DE INVESTIGACIONES INGENIERO RAFAEL GUILLERMO GARCIA CÁCERES DIRECTOR DE INVESTIGACIONES MG. GABRIEL ANGEL DE JESÚS RODRÍGUEZ ARBOLEDA ANALISTA INVESTIGACIONES MARÍA FERNANDA PULIDO COMETA DIRECTORA PROGRAMA DE MERCADEO DRA. MARTHA OBREGÓN ARGUELLO EDITORA REVISTA Y LÍDER DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN PAOLA CONSUELO LADINO MARÍN CO- INVESTIGADORES JAIRO VÁSQUEZ BERNAL RODRIGO OSPINA ESTUPIÑAN

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Jorge Enrique Leiva Pulido CORRECCIÓN DE ESTILO Jose Javier Moya Coordinador de Comunicaciones COORDINADOR CENTRO DE DISEÑO E IMAGEN INSTITUCIONAL Tobias Díaz Espinosa

Enero - ISSN 2463-0993 Bogotá D.C. Colombia 2015

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FOTOGRAFÍA Alcaldía municipal de Mosquera Banco de Imágenes Semillero CIC Blog Teresa Vargas Centro Agustiniano de Medios (CAM) Édgar Julián Pillimue Cruz Web La Llave del futuro es la tierra Web Panoramio

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Ingrid Johana González Orosco Brandon Steven Suárez Édgar Julián Pillimue Cruz Ana María Quitián Castro Yuli Carolina Olaya Ruiz Harold Jonathan Martínez Huertas

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ASISTENTES DE INVESTIGACIÓN

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Fuente: Centro Agustiniano de Medios. CAM. Universitaria UNIAGUSTINIANA

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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DEL CONSUMIDOR (CIC)

Contenido Editorial Los albores de la investigación agrícola de mercados en la UNIAGUSTINIANA Héctor Rodrigo Ospina Estupiñán

Caracterización del proceso de producción y distribución del sector hortícola del municipio de Mosquera, vereda San José (Cundinamarca)

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Paola Consuelo Ladino Marín

El arca de papel Análisis pest: radiografía del sistema agrícola colombiano Brandon Steven Suárez

El sector agro, una mirada de la investigación hacia la competitividad y el desarrollo en Mosquera Harold Jonathan Martínez Huertas

La gestión de la Alcaldía de Mosquera Yuli Carolina Olaya Ruiz Paola Consuelo Ladino Marín

Las parcelas demostrativas una nueva visión para los campesinos de Mosquera Ingrid Johana González Orozco Julián Pillimué Cruz

Horticultura un sector por aprovechar Ana María Quitián Castro

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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DEL CONSUMIDOR (CIC)

Editorial Los albores de la investigación agrícola de mercados en la UNIAGUSTINIANA

Fotografía: Invernadero vereda San José, Mosquera (Cundinamarca). Autor: Banco de imágenes semillero CIC.

Autor: Héctor Rodrigo Ospina Estupiñán Docente Investigador Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

La apertura de mercados, el mejoramiento de la seguridad, el desarrollo de nuevas tecnologías y los vertiginosos cambios del sector económico, no han sido suficientes para poder superar la crisis en el agro colombiano. Esto hace más imperiosa la necesidad de contar con desarrollos que generen soluciones de índole social y económica que permitan mejorar la productividad y competitividad del sector agrícola, y para ello, el primer paso es generar procesos de investigación, con el fin de comprender las diversas situaciones que aquejan al campo y contribuir a la construcción de múltiples soluciones. La Universitaria Agustiniana, a través del programa de Mercadeo, con el Grupo Semillero: “Centro de Investigación del Consumidor”, está dando sus primeros pasos, para tratar de comprender el proceso productivo y comercial de productos hortícolas en regiones como la Sabana de Bogotá y sus municipios aledaños, tomando como muestra la vereda San José (Mosquera). Dicho trabajo lleva consigo un diagnóstico del estado actual de pequeños cultivadores de hortalizas, con el objetivo de generar a futuro nuevas propuestas que ayuden a desarrollar e impulsar proyectos relevantes que trasciendan y repercutan sobre el desarrollo de un rubro tan importante como es la producción agrícola, formulando sistemas de comercio justo y proponiendo diversos modelos de comercialización. 4

De allí, la vigencia de esta investigación, que busca generar un procedimiento donde se pueda establecer un modelo de caracterización de zonas agrícolas en Cundinamarca, específicamente en el municipio de Mosquera, donde se podrán observar los modelos productivos del agro, los sistemas administrativos, la tenencia de tierra, los modelos de compra y distribución de productos, así como la comprensión de diversas variables económicas y sociales que manejan y establecen los precios de los alimentos básicos, que a la larga, es lo que determina el poder adquisitivo de los campesinos. Es así como este estudio pretende contribuir a la formulación de soluciones que reduzcan la pobreza, particularmente en las áreas rurales, ya que se daría mayor transferencia de tecnología, mejor apropiación de conocimientos y más recursos para pequeños y medianos productores, lo que facilitaría el acceso a mercados de expansión, y por ende, la generación de empleo rural y desarrollo de micro empresas autosuficientes. Por ello, que productos investigativos como esta revista, reflejan los primeros avances que se hacen en la institución sobre investigación en mercadeo agrícola, adelantos que pueden contribuir con un papel primordial en la generación de soluciones económicas para los medianos y pequeños campesinos. Finalmente, a través de la investigación es posible lograr la sostenibilidad de la producción a mediano y largo plazo, optimizando recursos, maximizando la competitividad, recobrando el sentido social y aportando al desarrollo de un mejor país.


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Caracterización del proceso de producción y distribución del sector hortícola del municipio de Mosquera, vereda San José (Cundinamarca)

Fotografía: Cultivo de hortalizas. Vereda San José. Mosquera - Cundinamarca. Autor: Banco de imágenes semillero CIC

Autora: Paola Consuelo Ladino Marín Docente investigadora

Resumen: este artículo recrea un escenario donde confluye la academia, representada por el Programa de Mercadeo de la Universitaria Agustiniana, y la comunidad hortícola del municipio de Mosquera. Documenta la experiencia de los participantes y productores de la región, ya que desde su saber contribuyen a sustentar estrategias, prácticas, técnicas y vivencias para la identificación de los procesos productivos y de distribución del sector horticultor, identificando las actividades, los participantes y los impactos que esta actividad económica ejerce sobre la región. La propuesta se estructura en tres momentos, el primero relaciona el proceso productivo, donde se registran agentes interventores y procedimientos; el segundo presenta el esquema de distribución de los horticultores y el tercero aborda un diagnóstico general de la situación actual del renglón económico horticultor. Palabras clave: producción, distribución, sector horticultor.

Introducción y objetivos

Hoy en día, las tendencias competitivas y los procesos de comercialización masiva, exigen que los sistemas productivos agrícolas se ajusten a las nuevas demandas, no solo de carácter nacional, si no también internacional; en donde se considera la tecnificación y calidad productiva, como factores claves en la producción y comercialización de dichos productos. Colombia es un país Latinoamericano primordialmente agrícola, y este renglón económico compone la industria más generalizada de la nación. Su importancia se relaciona tanto a los productos de consumo interno como a los de exportación. (García, 2013) De acuerdo al documento “Gestión Empresarial de Agronegocios: Alternativas para el desarrollo regional”, (Peraza, 2010), la agricultura emplea más del 50% de la fuerza de trabajo en los Países en Vía de Desarrollo (PVD); mientras que la industria y el comercio dependen de ella como fuente de materia prima, obtención de recursos y fuente para generar un mercado para productos manufacturados. De allí, que muchos argumenten que el desarrollo de la agricultura y de los sistemas de mercadeo que influyen sobre su desempeño, constituye el aspecto central del crecimiento económico en los PVD. Además, como lo señala Kriesberg, (Actaf, 2012), en los PVD el consumidor dentro de su presupuesto familiar emplea más del 50% de sus ingresos en alimentos básicos, 5


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muchos de los cuales resultan inadecuados tanto en calidad como en contenido nutritivo.

primera mano, se reconocerán las actividades y dinámicas reales de una zona productiva de tradición agrícola.

El desarrollo económico provee un gran impulso para lograr sistemas de mercados más eficientes y competitivos. Dixie, (Actaf, 2012), plantea que en la medida en que crecen los países económicamente, la tasa de urbanización aumenta substancialmente. Mientras que la tasa de crecimiento de la población en los PVD promedia un 3% por año, las ciudades y pueblos crecen alrededor del 4% anual. Esto significa que las áreas urbanas requieren ser alimentadas por la población rural que se duplica en 16 años. (Actaf, 2012).

Bajo este orden de ideas, se busca: (i) identificar las formas de producción (ii) reconocer los procesos de distribución y (iii) diagnosticar el estado del proceso horticultor del municipio de Mosquera (Vereda San José – Parcelas I y II) Gráfico 1. Objetivos del proyecto del sector horticultor (Mosquera)

Considerar este panorama, implica para la producción agrícola y los sistemas de mercadeo una oportunidad de negocio sustancial y sostenible, ya que dirigen la producción hacia mercados potenciales, y logran la distribución en lugares de consumo, con dicho dinamismo, surgen otras oportunidades de crecimiento económico y social; así como la posibilidad de hacer que la economía nacional sea más competitiva en el contexto del comercio internacional. En este orden de ideas, el tema agro se convierte en una ventaja comparativa para el país, pues su diversidad geográfica y térmica permite un amplio desarrollo en este sector, una oportunidad que se amplía con los tratados de libre comercio que en el Gobierno Nacional impulsa con el fin de movilizar y generar mayor competitividad para quienes desempeñan esta actividad. Aún así, y lejos del panorama que se visibiliza desde una óptica competitiva, el escenario real para los procesos de producción y distribución agrícola en el país no es tan alentador, pues se generan diversas debilidades como la falta de tecnificación, inyección financiera, gestión estatal, capacitación del talento humano, altos costos en los insumos y escasos sistemas de calidad.Así como deficiencias en las vías de transporte, altos precios en el combustible, falta de seguridad pública, y garantías gubernamentales que permitan impulsar un sector agro a nivel mundial. Bajo este panorama, el sector agrícola colombiano necesita con urgencia fortalecer los modelos productivos y de gestión en mercadeo, con el objetivo de impulsar su comercialización y consolidar oportunidades nacionales, asegurando un abastecimiento equitativo con condiciones de mercado óptimas y oportunidades de comercialización en el ámbito internacional por medio de los tratados de libre comercio. Es por ello, que se decide considerar como fuente de investigación académica, la formulación de un proyecto que justamente: identifique el proceso de producción y distribución de pequeños cultivadores de sector horticultor, tomando como referente el municipio de Mosquera, específicamente la vereda San José, zona con mayor producción de hortalizas de la región. Ya que de 6

Estos parámetros, finalmente lo que buscan es que se reconozcan las actividades, los participantes y procesos que realiza el sector horticultor, con el objetivo de identificar las dinámicas agrícolas; y académicamente, documentar la práctica y diagnosticar un panorama actual del sector. Posteriormente, se busca proponer un segundo proyecto que proponga estrategias de mercadeo que mejoren y aporten al desarrollo, crecimiento y sostenibilidad de la cadena productiva del sector horticultor.

Contexto regional: Mosquera es uno de los 116 municipios del departamento de Cundinamarca. Se encuentra ubicado en la provincia de la Sabana Occidente a 2 km de Bogotá y se constituyó como municipio en 1861. La mayor parte del territorio municipal es plano y hace parte de la sabana de Bogotá. Hacia el occidente se encuentran algunos relieves montañosos, entre los que se destacaban Los Cerros de Los Andes, Mondoñedo, la Herrera y Piedra de Fierro. Tiene una altitud de 2.546 metros sobre el nivel del mar y su temperatura promedio es de 12 a 18 ° C. (Alcaldía de Mosquera, 2013) Este bello municipio presenta diversidad de flora y fauna; cuenta con importantes pulmones ecológicos como son: La Ciénaga El Gualí,Tres Esquinas y La Laguna de la Herrera. Tiene población cercana a los 74.654 habitantes, cifra que presenta el mayor crecimiento poblacional del país, con una tasa del 8.07% promedio anual. (POT Mosquera, 2000)


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Dicha región sabanera, aporta la mayor carga de productos a la Central Mayorista de Corabastos, donde se concentra el mayor negocio por número de habitantes y poder adquisitivo de productos frescos del país. Según estadísticas de la Secretaria de Agricultura de Cundinamarca, los principales cultivos del municipio son: Lechuga con 116 hectáreas, Maíz con 110 hectáreas, papa con 220 hectáreas, zanahoria con 160 y repollo con 50 hectáreas cultivadas. Gráfico 2. Relación de hectáreas de los principales cultivos de Mosquera.

Fotografía: Campesina cultivadora de hortalizas. Vereda San José. Mosquera - Cundinamarca. Autor: Banco de imágenes semillero CIC.

Otras gestiones que vale la pena destacar, son las relaciones que la Alcaldía a través de la oficina Desarrollo Económico y Rural ha realizado con entidades como el SENA, quien cedió algunos terrenos para que junto con EXAGRO LOS COMUNEROS, se cultivaran otro tipo de productos agrícolas, no tan comunes en la región como: la uchuva, el tomate cherry, entre otros, para que los productores evidenciaran lo propicio de la tierra para el cultivo de alimentos con interés de exportación. Fuente: Secretaría de Agricultura de Cundinamarca, 2012.

Bajo este panorama, la Alcaldía del municipio de Mosquera se ha preocupado por considerar programas de fortalecimiento agropecuario en la región. En el proceso de investigación preliminar, al consultar fuentes de la unidad de Desarrollo Económico y Rural del municipio, se encontró que el gobierno municipal está procurando trabajar en varios frentes, como lo son: capacitaciones a los productores, asistencias técnicas, programas de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), parcelas demostrativas y manejo de residuos tóxicos. Dichos proyectos son desarrollados con presupuestos regionales, pues la redistribución de la regalías en el país generó un recorte considerable para este tipo de gestiones. Gráfico 3: Proyectos que apoyan al sector horticultor (Mosquera)

El proyecto CORPOICA, también generó un modelo para el tratamiento de aguas de riego a un precio favorable para el campesinado, en la media que se debe optimizar la calidad del agua con el que se riegan los cultivos. Proyectos que demuestran el interés de la región por fomentar un renglón que si bien es cierto se resiente por la inestabilidad del precio, los altos costos de producción, la falta de tecnificación, los escasos sistemas de calidad y los no tan integrales procesos de buenas prácticas agrícolas, puede ser un factor estratégico de competitividad y crecimiento a futuro. Un antecedente importante dentro del marco contextual, es que el sector agro está siendo desplazado por la industrialización manufacturera, pues el nuevo Plan de Ordenamiento territorial, estipuló que los predios ya no se delegarán para la actividad agro, sino para la industria, acrecentando las fábricas y los proyectos de vivienda, pues al ser tan cercano a Bogotá, muchas organizaciones se están trasladando a este sector. Metodología El proyecto de investigación es aplicado y de carácter descriptivo, por cuanto el objeto de estudio se enfoca en caracterizar la producción y distribución de pequeños cultivadores del sector hortícola de Mosquera. El estudio presenta un enfoque cualitativo, pues reconoce característicamente los procesos a través del levantamiento de información directo con la comunidad y los participantes involucrados de la actividad.

Fuente: Ladino, 2014

Los instrumentos de recolección de datos se llevaron a cabo a través de entrevistas estructuradas formales, que buscaban reconocer los procesos y documentar la práctica de cada eslabón de la producción, estos instrumentos 7


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se aplicaron a los pequeños y medianos productores, y tenían como cateogrías de análisis el proceso de cultivo, distribución y entrega al consumidor, en este caso, industrial. Gráfico 4: Actores participantes del proceso de recolección de datos primario en le munición de Mosquera.

Fuente: Ladino, 2014

Previamente se fundamentó un trabajo de campo que estructuraba las categorías de análisis que se identificarían y los participantes que brindarían la información, a continuación se discriminan cada uno de los criterios a estudiar: Gráfico 5. Categorías de análisis del proceso productivo.

Esta primera fase consiste en germinar la semilla de la futura hortaliza, para ello, se utiliza un invernadero que permite mantener unas condiciones climáticas idóneas para desarrollar el proceso de germinación, así como mantener libre del ataque de plagas a las pequeñas plántulas. En el invernadero se instalan una grandes mesas donde son ubicadas las cubetas de germinación y se les añade la turba (tierra preparada con abonos y nutrientes que ayudan al proceso de germinación). Los cuidados de allí en adelante son el riego de agua diario y la conservación de la temperatura para que favorezca la germinación de las semillas de cada cultivo, en el caso de la lechuga, el proceso dura un mes y ocho días para que aflore la plántula, mientras que el apio dura tres meses en su proceso de desarrollo. Esta primera parte del proceso hortícola, es ejecutado por personas que tienen como empresa y propósito desarrollar la fase inicial de los cultivos, y así proveerle y venderle a los cultivadores las plántulas ya germinadas para poder cultivar la tierra. Por lo general, los invernaderos cultivan las plántulas según las demandas de los campesinos de la región, de acuerdo a los productos que desean sembrar y también a la disponibilidad de insumos, ya que la mayoría de las semillas que se utilizan son importadas. Esta sección del cultivo la manejan ciertos pobladores de la región, pues al considerar una infraestructura tan amplia como la de un invernadero, con los cuidados propios del mismo, implica un gran nivel de inversión, que no todos los cultivadores de la zona pueden sostener, por ello, es más fácil comprar el suministro, que producirlo.

Fuente: Ladino, 2014

La salida de campo se organizó con estudiantes de diferentes semestres del programa de Mercadeo de la Universitaria Agustiniana, quienes realizaron las entrevistas directamente con los participantes activos del cultivo y la distribución de las hortalizas.

Resultados parciales del estudio Proceso productivo y de distribución

Germinación de las hortalizas La primera actividad dentro de la línea productiva de hortalizas se realiza con el procedimiento de: germinación de las semillas; algunas de las hortalizas preferidas para sembrar por parte de los cultivadores de la región son la lechuga y el apio, debido a sus bajos costos de producción y a la relativa resistencia a plagas y enfermedades. 8

Los invernaderos son instalaciones cubiertas en plástico, cada estructura es atendida en promedio por tres personas, generalmente mujeres, quienes se ayudan de sus esposos e hijos para desarrollar el trabajo de manera eficiente. En la vereda San José, región objeto del estudio, hay tres invernaderos que proveen este tipo de plántulas. Regularmente, los cultivadores adquieren las plántulas a diferentes precios, por ejemplo, la lechuga la adquieren a $15 por planta, el apio a $20 y el brócoli a $32. Para lograr sacar un buen cultivo, en promedio se compran entre 100 a 150 mil plántulas. Sin embrago, los campesinos de la región siembran en promedio entre treinta a cuarenta mil de estas por cosecha, lo que puede significar inversiones entre los 700 mil a 1 millón de pesos. Los cultivos dependiendo de la variedad tienen diversos mecanismos de siembra, el proceso siempre se da de la misma forma, sembrando las semillas en las 200 celdas que tiene cada cubeta, los cultivadores de la región y de la Sabana prefieren sembrar hortalizas, esto se debe a que son cultivos originarios de la región, que se dan con más facilidad debido a los pisos térmicos existentes. En segundo lugar estos productos tiene ciclos de cultivo muy


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cortos, en promedio 3 meses, lo que lo hace económico y fácil de sostener, así mismo se evitan las altas inversiones durante el proceso del cultivo; y las siembras no requieren tanta dedicación y protección más allá de las fumigaciones, el deshierbe y los riegos.

por tradición y familiaridad, que por un trabajo estratégico que busque ampliar los nichos de mercado. Eventualmente, los clientes nuevos llegan cuando en la región escasean las semillas y suben los precios.

Los cultivos que germinan con mayor rapidez, son la lechuga y el apio, mientras que los que más demoran, son la acelga y la cebolla de puerro, que pueden durar alrededor de tres meses en su proceso de germinación, una vez que se siembran en campo abierto, las plantas están listas para cosechar entre 75 a 90 días, dependiendo de la semilla utilizada y las condiciones del terreno.

El proceso de siembra de las hortalizas

Tanto cultivadores, como dueños del invernadero deben utilizar semillas certificadas y avaladas por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), de acuerdo a este instituto, no se pueden usar semillas que no pasen los debidos controles. La gran mayoría de las semillas son importadas, a excepción de la semilla de la acelga, que aún es producida en Colombia con buenos estándares de calidad. Las actividades que se desarrollan en el invernadero se concentran principalmente en el riego, las plántulas requiere suficientes cantidades de agua, que les permita aumentar la velocidad de crecimiento; la fumigación y el control del ataque de plagas como insectos u hongos, son diversas las clases de plagas que atacan los cultivos y el invernadero proporciona un espacio seguro para su crecimiento y maduración; así mismo, se debe realizar el suministro de nutrientes necesarios para lograr el tamaño requerido en el tiempo específico y el acondicionamiento fitosanitario del cultivo. El producto de este proceso son las plántulas de los diversos cultivos, estas son plantas de aproximadamente 10 cm a 15 cm de alto, y es lo que se le vende a los cultivadores de la región, el presupuesto de inversión del invernadero debe ser muy bien calculado, ya que un lote de 100.000 semillas puede valer cerca de 1 millón quinientos mil pesos, pero si los productos son híbridos, como la coliflor, el precio sube sustancialmente. El proceso de comercialización de las semillas en la región se acuerda, relacionalmente entre los mismos cultivadores de la zona, esto con el fin de no generar una competencia destructiva en donde todos cultiven lo mismo, provocando que los precios del producto bajen mucho más y los campesinos obtengan pérdidas. Debido a la cercanía donde vive la comunidad y el hecho de utilizar casi siempre los mismos lotes de tierra, la colectividad ha establecido un esquema de relaciones comerciales donde se incluye el ponerse de acuerdo con los productos que cada uno va a sembrar. No existe actualmente ninguna estrategia de mercadeo para impulsar la venta, los clientes se han consolidado más

Una vez el cultivador ha abonado, limpiado y regado el terreno es cuando ya lo tiene listo para la siembra, entonces se usa el tractor con el arado, para ello, se aplica el retovo y se delinean las parcelas de tierra. Posteriormente, son regadas con agua para poder iniciar la siembra de las plántulas. Una vez se depositan, se debe iniciar el fumigado, con el objetivo de evitar que los animales trozadores (gusanos, insectos y escarabajos) deterioren las plantas. La jornada para los cultivadores inicia a las 4:00 a.m., pero antes de este proceso, es necesario comenzar con la fumigación la noche anterior e iniciar el rocío diario. El cultivo que más demanda cuidado es la lechuga, una legumbre susceptible a plagas como el trozador. En promedio, cuatro trabajadores cultivan unas 80 mil plántulas, en un periodo de 3 a 4 meses, desde que se siembran se debe estar haciendo monitoreo y mantenimiento el cultivo, las plantas deben ser cuidadas a lo largo de tres meses aproximadamente, en esta época alcanzan su edad madura y se determina el momento de la cosecha, que es la fase de recolección. Entre los principales cuidados de la planta está evitar que sea atacada por las plagas de campo como el hongo, los afidos y el trozador, para ello es necesario estar desyerbando, fumigando y regándolas. Vale la pena destacar, que entre más saludable esté la hortaliza, mejor será el precio de venta. Los productos de mayor siembra son la lechuga, el apio, las espinacas, la cebolla puerro y el apio. Una ventaja es que la vereda San José cuenta con una mezcla de terrenos muy fértiles y suficientes reservas de agua que permiten realizar la siembra todo el año. Durante el desarrollo del cultivo, el desyerbe debe hacerse por lo menos dos veces, en los tres meses que dura el proceso, adicional a ello, hay que desinfectar la planta con agua y fumigarla semanalmente, si no se hace el desyerbe, la maleza tiende a ahogar la planta. Los campesinos que realizan esta tarea son contratistas que trabajan en jornadas de 7:00 a.m., a 4:00 p.m., con una hora de desayuno y otra de almuerzo. Una vez se han terminado los tres meses de siembra, se hace el último desyerbe y la limpieza del producto para la respectiva venta. 9


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Proceso de cosecha El proceso inicia con la verificación del tiempo de siembra, las condiciones del producto, y su grado de maduración. La región siempre se ha caracterizado por dar cultivos de excelente calidad, que se observa en alimentos como la remolacha a través de su peso, tamaño y sabor; son productos de alto reconocimiento en el ámbito comercial. Durante la recolección del cultivo, lo primero que se hace es escoger el producto que se denomina producto de primera, nominación que le dan los agricultores y comerciantes, al más parejo y que mejores oportunidades de venta tiene, este alimento se empaca en los costales nuevos determinados para tal categorización. Luego de que el producto es empacado, se lleva al lavadero para posteriormente, ser llevado a la Central de Abastos de Bogotá. En segundo lugar se clasifica el producto denominado riche , rezago de la hortaliza que sirve como abono o alimento para el ganado, y que se separa para su posterior venta a menor precio, ya que por sus condiciones no cumplirá con los estándares de peso, tamaño y calidad que los distribuidores exigen.

La distribución de hortalizas La distribución de este tipo de productos en Colombia se da principalmente por medio de tres figuras:(i) el intermediario o distribuidor, quien es el comprador y transportador del producto a los clientes o mayoristas; (ii) el mayorista, ubicado por lo general en las centrales de abastos, quien compra el producto en grandes cantidades y luego lo comercializa a los comerciantes detallistas y (iii) las grandes superficies o clientes institucionales, como son las cadenas de supermercados o instituciones como colegios, universidades, batallones, etc., quienes compran directamente los productos a los intermediarios. El proceso de comercialización empieza con el contacto a los intermediarios o distribuidores, ellos verifican los cultivos y de acuerdo a la calidad y condiciones del mismo, ofrecen el precio de compra. Sin embargo, desde hace tres años los precios han estado muy por debajo de las expectativas de venta de los agricultores, una situación que predispone el trabajo a pérdida y las deudas aumentan al no poder pagarse los créditos bancarios; cuando se les cuestiona el hecho de por qué no se elimina al intermediario del proceso de comercialización, los horticultores aducen que ellos no tienen ni las capacidades, ni el conocimiento, ni los recursos para sumir el rol de distribuidor. Los intermediarios compran lo que se denomina el corte, 10

el promedio de compra es de $500 por docena, un precio relativamente bajo, que además es fluctuante y que varía por distintas razones, entre estas: el tiempo de cosecha, el pedido que los intermediarios tengan de las cadenas de supermercados, la calidad del producto, el valor del combustible y los paros, entre otros factores externos. Esta distribución se hace regionalmente a diario, el intermediario viene con su camión, compra el corte y fija el precio de acuerdo a las condiciones anteriormente mencionadas, lo carga y lo lleva, bien sea a la central de Abastos o directamente a las cadenas comerciales de productos. La distribución inicia temprano en la mañana, los vehículos llegan directamente a las fincas y el producto ya debe estar empacado, lavado y pesado. De ahí se carga al camión y se dirigen a la central de Abastos, una vez arriban, toman turno y esperan para entrar, cerca de la media noche, a la respectiva bodega. La comercialización del producto en la central es compleja ya que debe lograrse una negociación rápida, debido a que llegan muchos productos similares de otras regiones de la Sabana o el país; existe mucha oferta y pocas personas dispuestas a comprar el producto a buen precio, lo que hace que los costos de compra sean muy bajos. Corabastos es el principal centro de acopio de Colombia, algunos distribuidores tienen contactos en los almacenes de cadena y logran vender sus productos a estos clientes, pero la mayoría se inclina por llevar los productos a la central, ya que es el único sitio donde se puede comercializar “fácilmente”, además es el lugar que fija los precios de compra. El presupuesto del intermediario también es complicado de manejar, ya que se deben considerar muchos insumos para el vehículo, gastos de transporte, combustible, peajes, mantenimiento, e incluso pagos para los empaques de almacenamiento, ya que diversos productos deben ir en costales especiales, y adicionalmente pagar el ingreso a Corabastos que equivale a $18.000. Una vez en la central de abastos, se empieza a negociar el producto con los distribuidores, dependiendo de la oferta que llegue ese día se manejan los precios, la idea es no devolverse con el producto, así que si no se da una negociación adecuada, se debe rematar el producto a un precio más bajo para no tener pérdidas con el mismo. Como el producto es perecedero, si no se logra vender ese día, se debe volver al siguiente para conseguir negociarlo, y si definitivamente no se puede comercializar, no queda otra opción que dejarlo como abono. La jornada de venta en la central de Abastos inicia a las 11:00 p.m., en las bodegas 23 y 24, lugares donde al por mayor se venden las hortaliza hasta las 2:00 a.m.


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En algunas ocasiones, el cultivador se enfrenta a la posibilidad de dejar perder el cultivo, pues debido a la inestabilidad del precio, hay momentos en que es más rentable seleccionar unas pequeñas cantidades del producto para la venta y dejar perder el resto, pues el precio que les pagan en el mercado no alcanza para cubrir los costos de producción, esta pérdida debe asumirla el cultivador, aunado a que deben pagar muchas veces el arriendo de la tierra, la compra de abonos, fungicidas, insecticidas y todas los horas- hombre (mano de obra) invertidas en el proceso.

la mayor ganancia posible, los intentos de exportar producto se hacen infructuosos pues el precio que pagan es muy bajo en relación a los costos de producción. Ellos ven un panorama agrícola muy complejo, incluso muchos tratan de reducir el espacio de cultivo por el alto costo del arriendo en las tierras. Una solución según los horticultores, podría ser dedicar la tierra para desarrollar otras actividades como el recebo o la minería, o dejar la tierra para apoyar otros cultivos en otras regiones.

Cuando ocurre esta situación, se deja que el producto entre en su proceso de descomposición y se convierta en abono preparando el terreno nuevamente para cultivarlo. Uno de los grandes inconvenientes para los horticultores es que cuando suceden este tipo de situaciones, o el cultivo es dañado por inundaciones o plagas, ellos no tienen ningún respaldo, ni del gobierno, ni de los organismos reguladores de la agricultura en la región, así mismo, ellos no están agremiados ni asociados en cooperativas de cultivadores que les permita tener un soporte económico en el caso de estas eventualidades. Por ser pequeños cultivadores, generalmente siembran dos o tres hectáreas, lo que lleva a que su margen de utilidad sea muy bajo, aún más sabiendo que el precio no es determinado por ellos, sino por el esquema de distribución que existe, así mismo también confluyen grandes y medianos cultivadores con cultivos hasta de 42 hectáreas de extensión, donde se siembran varios productos, como las hortalizas de hoja y tallo, el maíz y la papa, entre otros alimentos de diversa índole agrícola. Es importante resaltar, que tanto pequeños como grandes y medianos cultivadores de la zona, adquieren en arriendo las tierras, pues no son dueños de estos predios y quienes lo son, su negocio se concentra más en la renta, que en el mismo cultivo. Lo que ha ocurrido es que generacionalmente, las tierras se han ido dividiendo entre los herederos familiares, generando una subdivisión territorial. Los pobladores de esta región vienen de una larga tradición agrícola, heredada de generación en generación, antiguamente se sembraban frutas, pero debido a los TLC, estos productos perdieron competitividad, frente a los frutos importados, así que se dedicaron a las hortalizas, que aunque son poco rentables, dan para subsistir. Sin embargo, el problema se acrecienta debido a la fuerte competencia de países como Ecuador o Perú, que traen productos importados con estándares de calidad más altos a precios más competitivos en el mercado nacional, y como no se cuenta con cooperativas, ni asociaciones de cultivadores, debido a que no han podido ponerse de acuerdo en la manera de operar y cada uno quiere recoger

La intermediación estatal vista desde el cultivador Los campesinos consideran que la Alcaldía de Mosquera les ha contribuido con los procesos de capacitación, el apoyo formativo y las técnicas para mejorar los procesos de cultivo, pues cuentan con el apoyo de campo limpio, un programa que les ayuda a recoger y dar un destino seguro a los empaques de los insumos como: herbicidas, insecticidas y abonos o productos químicos que se pueden convertir en agentes contaminantes. Otro aspecto fundamental es el tratamiento de las aguas debido a que la calidad del líquido no es la más adecuada, es así como Corpoica ha apoyado con el montaje de las parcelas demostrativas, en donde se construyen zanjas que contienen y almacenan el agua que se usa para el cultivo y que con la aplicación de ciertos productos y tratamientos suministrados por el ente territorial, les permite matar las bacterias y residuos contaminantes, dejando el agua óptima para regar los cultivos de manera segura. Así mismo, se está incentivando la posibilidad de mejorar o eliminar los aranceles a los insumos que son importados, en este caso las semillas, los insecticidas y los fertilizantes para preparar tanto la germinación como la tierra para cultivo, esto con el fin de optimizar la estructura de costos que actualmente golpea de manera muy directa la capacidad de pago del cultivador.

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Intervención de los organismos municipales y regionales La Alcaldía de Mosquera establece dependencias que se dedican al sector agrícola de la región, entidades como la oficina de Desarrollo Económico, apoyan la zona en tres áreas fundamentales, como lo son: 1)

La promoción del desarrollo regional, donde se busca trabajar en apoyo con los industriales de la región.

2)

El medio ambiente, que apoya a la regulación y normatividad para el cuidado ambiental y el de los recursos naturales de Mosquera.

3)

El desarrollo agropecuario, que cuenta con varios programas de apoyo al cultivador, entre ellos se destaca:

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La asistencia técnica y agrícola a pequeños y medianos agricultores. La asistencia pecuaria a pequeños productores. Las huertas caseras y la agricultura urbana. La instauración de las escuelas de campo con el apoyo del SENA y del ICA donde se imparten técnicas para mejorar la productividad del campo de manera sostenible y sin impactar negativamente al ambiente.

A estos programas de asistencia técnica están inscritos y reciben apoyo alrededor de 150 productores, a los que se les permite la incorporación de mejores herramientas y tácticas de producción. Se han establecido cerca de 30 programas de huerta casera, denominado cultivos de pancoger, así mismo, se está apoyando la generación de cultivos en colegios brindando la formación y capacitación en labores del campo. También se ha realizado el montaje del día del campesino como actividad integradora y de reconocimiento a las personas que ejercen esta labor. Sin embargo, el municipio ha venido cambiando su contexto económico, debido a su posición estratégica, como punto de conexión de Bogotá con el occidente del país, aunado a que cerca se disponen de zonas francas como la de Funza, muchas industrias de la ciudad han salido de la capital para incorporarse en la región de Mosquera, pues por la redistribución y organización del plan de ordenamiento territorial, el municipio ha dispuesto el uso del suelo para este tipo de organizaciones, razón por la cual muchos terrenos han dejado de ser agrícolas para convertirse en industrias de diversos sectores económicos. No obstante, el gobierno municipal ha buscado mantener y fortalecer el apoyo al campesino a través de la instauración de estos programas de apoyo técnico. Otro apoyo recibido por organismos como la Alcaldía del municipio, es la cesión en comodato de algunos terrenos donde se pueden realizar pequeños cultivos que permiten dinamizar la economía de los habitantes de la región que 12

llevan muchos años tratando de buscar sustento, y que a través de estas parcelas urbanas, puedan ocuparse y trabajar recibiendo dividendos de los productos que sacan a través de sus cultivos. La misión de estos organismos es mejorar la calidad de vida de los cultivadores de la región a través de procesos formativos y de asistencia técnica que les permitan generar mayor rentabilidad y producción. La filosofía de estos programas busca generar ideas creativas e innovadoras sobre cosas que no se han hecho antes. Sin embargo, en la región se mantienen cultivos muy tradicionales como la lechuga por sus bajos costos. La idea entonces, es generar nuevos proyectos productivos que alternen los tradicionales, con la siembra de productos frutales de clima frío como el tomate u otro tipo de cultivos como las hierbas aromáticas o condimentos (perejil y tomillo), esto con el fin de ayudarles a solventar ingresos adicionales a los pequeños productores, que les permitirá librar el precio de la siembra con alternativas rentables. Fundamentalmente, el objetivo de estos programas es poner a tono a los cultivadores de la región con el contexto, las exigencias del mercado nacional, en cuanto a la calidad de los productos; y la creciente demanda de alimentos que se dan por el auge de los tratados de libre comercio. Un punto importante dentro del proceso de acompañamiento desde la Alcaldía al campesinado, es fomentar el tratamiento de aguas del cultivo, pues el objetivo a futuro es alcanzar procesos de certificación donde se constate que las aguas utilizadas cumplan con los parámetros y estándares internacionales de pureza y bajos contenidos de metales y coliformes, así como coadyuvar en la capacitación por medio de instituciones como el ICA y el SENA en buenas prácticas de cultivo. Hay que recordar que la mayoría de la tierra sembrada no es propia del cultivador, pues muchas hectáreas son arrendadas. Es por esto, que se les orienta de una manera más efectiva para tratar las siembras, así como el desarrollo de esquemas de rotación en cultivos o técnicas eficientes de producción y nociones de comercialización, para que sepan cómo y de qué manera negociar los productos que cultivan. Igualmente, se ha trabajado intensamente en el programa de recolección de empaques agroquímicos, con el fin de no generar contaminación en las parcelas. Es así como se les capacita e informa de los peligros de no reciclar, ni de recoger los empaques o de volver a reutilizar los insumos agroquímicos. El objetivo es acercarlos a un uso adecuado y limpio en sus prácticas agrícolas, de forma económica, alcanzable y justa.


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Conclusiones preliminares (investigación en desarrollo)

El cultivo de hortalizas en Mosquera tiene una tradición ancestral, que hoy en día es parte fundamental para el abastecimiento de productos frescos para la Sabana de Bogotá y la ciudad. Los pequeños cultivadores de hortalizas de la región han tendido a desaparecer, en la medida que se han unido para integrar medianos productores, con el objetivo de responder a las demandas, así como a los altos costos que implican estos tipos de producción. Parte de los cultivadores de la región, no son propietarios de las tierras, de manera que a los costos productivos se integran los arriendos de los terrenos, además de los propios de la cosecha y el cuidado de los mismos cultivos. El proceso de cultivo genera diversos modelos productivos, ya que son varios los componentes que intervienen en el proceso desde la fase de germinación, hasta la fase de comercialización en las centrales de Abastos.

de los campesinos cultivadores; sin embargo el bajo presupuesto ha impedido que se tengan los alcances esperados, más aún, los esfuerzos con alianzas con entidades como el SENA, CORPOICA, e incluso los mismos laboratorios privados agroindustriales han generado un pequeño aporte para incentivar las prácticas agrícolas. El considerar esta investigación como una alternativa para reconocer desde la academia, la dinámica agrícola y sus características en el sector real, nos obliga a seguir considerando el proyecto como una alternativa propositiva para gestionar nuevas ideas que impulsen y coadyuven al sector horticultor, reto que se apr aproxima luego del reconocimiento inicial de las prácticas del agro.

Los cultivadores de la región son muy apegados a las costumbres de cultivo y manejo individualizado de negocio, se han hecho múltiples esfuerzos por integrarlos en unidades productivas, sin resultados idóneos. Hasta ahora se empieza a generar una cultura de buenas prácticas de manufactura en el horticultor, en aras de preservar los recursos hídricos, hacer cultivos responsables no contaminantes y más productivos. La situación económica de los cultivadores es precaria debido a la fuerte oferta de productos que ellos cultivan y que quienes regulan los precios de cosecha son los intermediarios y los mayoristas, estos precios hoy en día no generan un sustento rentable para estos grupos poblacionales. El sector horticultor del municipio tiene oportunidades de sostenimiento, pues la principal demanda se deriva de la central de abastecimiento más grande del país, Corabastos. Sin embargo, la desventaja que presenta es el bajo precio con el que se comercializa este producto. La gestión ante el Estado a través de la Alcaldía de Mosquera, se ha preocupado por invertir en la capacitación y el asesoramiento técnico

Fotografía: Grupo semillero de Investigación CIC, Universitaria Agustiniana. Vereda San José. Mosquera - Cundinamarca. Autor: Banco de imágenes semillero CIC.

Referencias Alcaldía Municipal de Mosquera (2013). Fondo de Desarrollo Económico, 2013. Duncan, T. &. (1993). Client perceptions of integrated marketing communications. Trout, J. (2007). Diferenciarse o morir. Mc Graw Hill. Philip Kotler, G. A. (2003). Fundamentos de mercadeo. México: Pearson Educación. Sánchez, L. A. (2012). Biocomercio, la apuesta de la industria para una economía sostenible. La República. Schultz, S. L. (1993). Comunicación de marketing integrada. Argentina: Ediciones Granica S.A. Revista Panorama, No. 27. Julio 1994, p. 30. Artículo: “Un lobo disfrazado de cordero”. Gobernación de Cundinamarca (2011). Plan de Ordenamiento Territorial. Municipio de Mosquera. Stanton, E. W. (2007). Fundamentos de mercadeo. México: McGraw -Hill. Suplemento ámbito agropecuario (2001). Ámbito Financiero. No. 61.

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El arca de papel Análisis pest: radiografía del sistema agrícola colombiano

Fotografía: El campesino colombiano. Fuente: Arte y fotografía by Teresa Vargas. Disponmible en: http://teresavargas.blogspot.com/2011/10/una-mirada-al-campo-colombiano.html

Autor: Brandon Steven Suárez Asistente de investigación Grupo Semillero de Investigación CIC Estudiante programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Ni en la colonia, ni en la independencia el sector agropecuario colombiano ha alcanzado niveles de desarrollo paralelos con los países más avanzados de cada época, el explícito hecho de poseer una de las tierras más fértiles del globo, no ha supuesto lo que en teoría sería lógico, un enriquecimiento masivo de la nación.

Para desglosar y comprender los factores del macroentorno que influyen sobre la agricultura en el país, usaremos la dinámica matriz PEST, una herramienta acorde a intuir los sistemáticos aspectos que componen el agro.

Luego de cerca de un siglo de política pública agropecuaria, el atraso histórico en sus campos ha persistido, pues en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el país se ha visto sometido a los intereses norteamericanos, lo cual nos ha hecho retroceder en el fin primario de este sector.

Múltiples reformas ha sufrido el sector agrícola en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, lo fundamenta el doctor Aurelio Suárez Montoya quien destaca que para este periodo la disolución de resguardos, la expropiación de tierras de “manos muertas”, la colonización antioqueña y la Ley 100 de 1194, han sido trascendentes acontecimientos que han marcado a la agricultura nacional.

Colombia es un país en el que cerca del 22 % de la población se dedica a la agricultura, y como tal, este sector se ha definido como uno de los principales renglones económicos del país, aportando el 14 % al PIB.

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Es impresionante denotar que un sector tan trascendental y colosal como lo es la agricultura en el país, no tenga la sostenibilidad suficiente para generan la riqueza que el campo debería comprender, es aún más asombroso que el arca de la sostenibilidad de múltiples familias se esté hundiendo por el mal manejo de los recursos.

El contexto de la política pública agraria

Es así como este sector ha afrontado circunstancias disímiles a lo largo de su historia. Una de ellas está asociada a la tenencia de tierras por parte de familias hacendadas


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que han concentrado sus riquezas en dichas zonas, pues el sector agrícola colombiano es tan grande, que todos los adinerados de la nación ambicionan su poder sobre el mismo, sacándole el máximo provecho para una riqueza individual, tomando actitudes de la más mínima ética para conseguirlo, tergiversando leyes, programas, pasando por encima del trabajo duro del campesinado. Mientras la nación siga permitiéndolo, propuestas de una política ideal siempre serán inútiles. Otro aspecto que ha generado un fuerte impacto en el agro, está asociada con la política comercial del país, cuando los tratados de libre comercio expusieron la producción agrícola nacional a la competencia internacional. Aun así, no ha existido una política pública que pueda tener mayor impacto sobre la producción, comercialización y procesamiento industrial. Los resultados esperados de las tácticas trazadas por el gobierno, en su momento, del presidente Álvaro Uribe Vélez con la mercantilización del sector agrícola frente a un acuerdo que buscaba “ceder parte del mercado interno a cambio de ganar parte del externo”, fue simplemente una herramienta de la globalización, un factor del neoliberalismo que en teoría buscaba la optimización de los mercados en ambas partes; estos tratados significarían una lesión enorme en la soberanía alimentaria del país. Uno de los aspectos que abordan los tratados de libre comercio van estrictamente a la comercialización de

productos agropecuarios, en los que como supuestos se resumen en dos importantes parámetros: • •

Desgravaciones arancelarias a los productos Mecanismos de salvaguardia del tratado para productos “sensibles ”.

Tratados como el firmado con Estados Unidos, evidencian un acuerdo desigual; para dos países desiguales, con políticas agrarias muy distintas, donde es notorio el atraso del sector agropecuario colombiano y su desventaja simplemente con ver las preocupantes cifras de un país que padece un conflicto social anclado entre la agricultura, los cultivos ilícitos y el terrorismo. En este tema algo es muy claro, los acuerdos comerciales no son los causantes de los males que ha tenido o quejando el sector, los TLC son fundamentalmente creados para el beneficio “mutuo” de las partes trayendo oportunidades. Donde se encentran las verdaderas causantes, es en nuestro debilitamiento de las políticas internas que apoyen el sector agrícola para competir en el mercado global. Conocedores y dirigentes del sector dicen que el problema es la falta de políticas para competir. Uno de los temas que ha salido a relucir con los paros por parte del campesinado, es su queja ante el impacto que han tenido los acuerdos de libre comercio en el sector, la falta de un apoyo financiero para lograr dicha competitividad es la gran queja de los integrantes del gremio.

Juan José perfetti expone:

El mismo autor en su obra: Políticas para el desarrollo de la agricultura colombiana expone algunas ideas básicas de lo que como políticas podrían funcionar para la sostenibilidad de agro colombiano:

Fuente: Políticas para el desarrollo de la agricultura colombiana, 2013.

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Los anteriores ítems fueron presentados teniendo en cuenta la permanencia en el impacto de una política firme, sin enredos, ni corrupción, todo lo contrario a lo ya anteriormente visto con el programa “Agro, ingreso seguro”, proyecto de desarrollo rural que no alcanzó los logros propuestos.

Agricultura, la base de la economía colombiana El renglón agrícola es el sector que mayor fuente de ingreso le genera al país, su producción, ocupación e intercambio productivo marca un dinamismo de suma importancia, y por tanto, es de llegar a considerarlo como el eje central de la economía nacional. La propiedad rural y pecuaria representan la tercera parte de la riqueza colombiana, fuera de eso, el sector aporta el 60% de la producción anual, cerca del 22% de la población se dedica a la agricultura, aportando el 14 % al PIB. Sin embargo es, como recientemente se ha visto, un sector en crisis y veremos algunos factores que influyen.

Fotografía: Campesino colombiano. Fuente: Publicada en el blog: La Llave del futura es la tierra. Disponible en: http://lallavedelfuturoeslatierra.blogspot.com/p/cronicas.html

La tecnología agrícola colombiana en el marco de la globalización: Cuando los precios tienden a descender por ser mercados donde la oferta prevalece ante la demanda Como ha podido observarse en las últimas décadas, pocos productos cultivados se convierten en fuente de ingreso en algunas regiones, estas tienden a producirlos al máximo, con lo cual la producción tiende a ser mayor que el consumo. En este sentido, los inventarios, tanto de productores como distribuidores suelen sobresaturarse, lo que implicará una baja en los precios de los productos y poca ganancia para el campesinado colombiano. La especialización por sectores donde se impone la calidad y los bajos costos de producción suelen ser ventajas competitivas, de hecho, una estrategia propuesta. Sin embargo, la falta de control y apoyo por parte de un ente como lo es el Ministerio de Agricultura, conlleva al cambio frecuente de los cultivos por parte del campesinado y hace inverosímil propuestas como la anterior.

En un contexto neoliberal, donde los mercados globales se han unido para la suplencia de necesidades, se han visto herramientas político-económicas como los ya citados acuerdos bilaterales. Sin embargo, el problema del mundo rural es recurrente y tiene signos de deterioro que amenazan la convivencia social en el país. La inserción de la agricultura en el nuevo contexto de la globalización es un aspecto que no ha sido suficientemente estudiado y considerado por los actores políticos que defienden la acción. Uno de los problemas que apenas aflora en las disputas por la definición de la globalización agrícola es el de la mercantilización y de los conocimientos de los nuevos desarrollos tecnológicos de la misma, el atraso evidente que tiene el país respecto a los temas en cuestión, es grave. Paulatinamente, en algunas regiones como el Valle, Tolima y la Sabana de Bogotá, -activamente-, la agricultura colombiana va pasando de los tradicionales sistemas empíricos rudimentarios ineficientes, hacia una agricultura técnica, mayormente intensiva y mecanizada. Hoy por hoy, son excesivamente altos los elementos de costo que impulsan una agricultura técnica: maquinaría agrícola e implementos, abonos, fungicidas e insecticidas, reproductores puros y semillas clasificadas; pero ciertamente no es suficiente ante la sobreproducción, con la cual, ha exigido los mercados globales.

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Demografía agraria Según los datos del último censo general de la población, realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), la República de Colombia contaba en el año 2005 con 42.888.5942 habitantes, de los cuales 31.886.602 (74,3%) habitan en las cabeceras municipales o distritales y 11.001.990 (25,7%) en el sector rural.

Encabezar la vergonzosa lista de desplazamiento forzado: campesinos de ciudad La historia de Colombia se ha caracterizado por violentos despojos de tierras a comunidades campesinas, indígenas y afro descendientes. La violación de los Derechos Humanos ha sido una latente desde la generación de grupos subversivos en la década de los 50. Los años de 1980 a 1990 se caracterizaron por un modelo de desarrollo excluyente, a lo cual se le sumó un conflicto armado interno, narcotráfico y violencia trascendida, que generó el desplazamiento forzado de miles de personas hacia las áreas urbanas. La expansión de los cultivos ilícitos significaba un ingreso económico a los grupos insurgentes en Colombia. El control de los cultivos y su comercialización generaba en ciertos lugares del país, enfrentamientos armados que causaban desplazamientos forzosos y un cambio en las actividades productivas de los campesinos indígenas. Es de notar que las zonas poblacionales en el país han contemplado el desplazamiento humano en zonas que podríamos considerar ricas en minerales preciosos, petróleo y tierras altamente cultivables, debido a la fertilidad de las mismas. El desplazamiento forzado, no es solamente culpa de los grupos subversivos, sino también, de grandes proyectos de infraestructura y el apropiamiento de las multinacionales para explotar terrenos. En la década de los 90 cerca de 3 millones de personas, han abandonado sus campos, buscando prosperidad y paz. Hoy el Gobierno y la sociedad civil han estimado que entre 4.9 y 5.9 millones de colombianos fueron desplazados por las situaciones de violencia que se viven en todo el territorio nacional.

Referencias Bibliográficas Suarez Montoya A., El modelo agrícola colombiano y los alimentos en la globalización, edición aurora Bogotá D.C. 2007 Perfetti J.. y Balcazar A. políticas para el desarrollo agrícola colombiano, SAC y Fedesarrollo | Bogotá, D.C., 2013 Samper Armando. Síntesis panorámica de la economía agrícola actual en Colombia 2011 Samper, Armando. Sentido de la Planificación Agrícola. Agricultura Año 2011: Centro de estudios agropecuarios, Hortalizas. Grupo editorial Iberoamérica México DF 2001 Amad Yamid, Política de restitución de tierras es irreversible’ El Tiempo, Bogotá D.C. 2013 Redacción política. Beneficiados con restitución no pagarán predial por tiempo despojado. El tiempo, Bogota D.C. 2012 Colciencias.gov.co Ciencia, Tecnología e Innovación Agropecuarias citado, 7 de noviembre de 2013 Francisco Martínez, globalización en la agricultura. P.V.P. diciembre 2005 Segrelles Antonio, problemas ambientales, agricultura y globalización en América Latina http://www.ub.edu/geocrit/sn-92.ht

La Inoperancia y burocracia de los gremios agrícolas, la falta de apoyo y control por parte de los gobiernos, el exceso de impuestos, el desplazamiento forzado, cultivos ilícitos, una guerra de más de 50 años e infraestructura patética, son las razones de fondo de la crisis del sector agrícola colombiano y su incapacidad de ser competitivos en el mercado mundial. El hecho de que un sector tan magno tenga las concepciones tan débiles, es a lo que hace referencia a estar flotando en “el arca de papel”.

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El sector agro, una mirada de la investigación hacia la competitividad y el desarrollo en Mosquera

Fotografía: Iglesia María Auxiliadora. Mosquera Cundinamarca. Fuente: Pan Ramio. Disponible en: http://www.panoramio.com/photo/70104605

Autor: Harold Jonathan Martínez Huertas Asistente de investigación Semillero CIC Estudiante del programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Fortaleciendo los procesos de investigación, el Semillero Centro de Investigación del Consumidor (CIC) de la Universitaria Agustiniana, realizó un proyecto investigativo sobre el sector horticultor en el municipio de Mosquera. El objetivo inicial fue caracterizar los procesos de producción y distribución del sector; adelantando un trabajo directo con los campesinos productores y los entes gubernamentales que apoyaban dicha gestión, como la Alcaldía de Mosquera, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica) y el Sena (convenio Alcaldía), a quienes se les entrevistó con el fin de reconocer la gestión frente al agro. Esta mirada nos permitió reconocer que el sector agrícola es un renglón económico importante en la región, que ha permanecido por tradición ancestral, y que concentra parte de sus tierras en grandes 18

haciendas que se dedican a esta actividad, pues la calidad en sus tierras, así como la fertilidad, son los valores comparativos de la región. Entre la diversidad de sus cultivos se destacan productos como: espinaca, coliflor, lechuga, zanahoria y apio. Hortalizas que en sus procesos productivos han generado cierto tipo de tecnificación, pero aún así, falta mejorar y visibilizar mayor competitividad. Es así que en los procesos de producción, la Alcaldía de Mosquera viene adelantado con el Área de Desarrollo Agrícola, alternativas de cultivos que muestren a sus campesinos otros procesos productivos, como el cultivo de aromática, menta, cebollín, tomillo, entre otros alimentos, pues la sobreoferta en la misma línea productiva, genera poca competitividad y bajos precios en el mercado. A través de estas primeras alternativas, se busca impulsar la diversidad agrícola, así como generar mejores alianzas comerciales que impulsen este importante renglón económico.


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La gestión de la Alcaldía de Mosquera Fotografía: Panorámica de Mosquera. Fuente: Alcaldía de Mosquera. Disponible en: http://mosquera-cundinamarca.gov.co/index.shtml#1

Autoras: Yuli Carolina Olaya Ruiz Asistente de investigación Grupo Semillero de Investigación CIC Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Paola Consuelo Ladino Marín Docente investigadora Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Desde los primeros acercamientos a la región de Mosquera, uno de los primeros entes que visitamos como semillero de investigación, fue la Alcaldía de dicho municipio, donde se reconoció la administración y el trabajo integrado, coordinado y planificado que lidera el equipo de trabajo que se concentra en el sector agropecuario de la región. Identificando el direccionamiento estratégico de este ente gubernamental, se visibilizó que a 10 años, la Alcaldía busca convertir el municipio en una región competitiva, y para ello, se han planteado diversos programas que buscan impulsar este importante renglón económico. Para comenzar, debemos hacer claridad que el departamento que lidera los procesos de acompañamiento al sector agro es la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Agropecuario, organismo que orienta y lidera la formulación y ejecución de políticas económicas y ambientales, tendientes al aprovechamiento de los recursos, la conservación del medio ambiente y el impulso de la productividad sectorial. Este área apoya la región en tres ejes fundamentales: promoción al desarrollo regional, donde se trabaja en apoyo con las industrias de la región; medio ambiente, que regula y normativiza el cuidado ambiental y desarrollo agropecuario que cuenta con varios programas de apoyo al cultivador, entre ellos:

Asistencia técnica y agrícola a pequeños y medianos agricultores Asistencia pecuaria a pequeños productores Programas de huerta casera y agricultura urbana Instauración de las escuelas de campo con el apoyo del Sena y el Ica, donde se imparten técnicas para mejorar la productividad del campo de manera sostenible y sin impactar negativamente al medio ambiente.

A estos programas de asistencia técnica asisten más o menos unos 150 productores , a quienes se les permite incorporar mejores técnicas de producción, con ello, se han programado cerca de treinta programas de huerta casera y se han apoyado cultivos en colegios y capacitaciones en labores del campo. Vale la pena señalar que la Alcaldía dimensiona la importancia del sector agrícola, pero no desconoce que el municipio ha venido cambiando su contexto económico, a tal punto, que se ha convertido en un municipio más industrial. Aún así, sabe que se debe mantener y fortalecer el apoyo al campesino, y justamente estos programas de apoyo técnico impulsan esta iniciativa. Es así como la Alcaldía ha considerado la disposición de pequeños terrenos donde se realizan algunos cultivos distintos a los tradicionales, donde el cultivador evidencia la viabilidad para cultivar otros productos diferentes a los que cotidianamente produce, diversificando su oferta, y seguramente mejorando la demanda. Esta iniciativa se promueve a través de proyectos como: Hortalizas limpias y Huerta Casera, programas que buscan el mejoramiento del tratamiento de aguas por medio de charlas técnicas y la implementación de parcelas demostrativas. Con estas prácticas se buscan generar proyectos de producción alternativa, con productos frutales de clima frío, como el tomate u otro tipo de alimentos, como hierbas aromáticas o condimentos como el perejil y tomillo. Ello con el fin de dinamizar y generar procesos de innovación productiva en la región, pues para nadie es un secreto que los tratados de libre comercio, exigen calidad, cumplimiento y productividad.

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Las parcelas demostrativas una nueva visión para los campesinos de Mosquera Fotografía: Campesinos en labores de desyerbe. Autor: Banco de imágenes semillero CIC.

Autores: Ingrid Johana González Orozco Asistente de investigación Grupo Semillero de Investigación CIC Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Julián Pillimué Cruz Asistente de investigación Grupo Semillero de Investigación CIC Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

El Servicio Nacional de Aprendizaje SENA es una institución pública colombiana encargada de la enseñanza de programas técnicos y tecnológicos. Esta entidad educativa, junto con la Alcaldía de Mosquera, adelantan un proyecto dirigido a los campesinos de la región llamado “Parcelas Demostrativas”. Las motivaciones que promueven este programa, parten de innovar y diversificar la producción agrícola, pues los campesinos de la región, acostumbran a sembrar siempre los mismos productos, como la lechuga, el apio, la cebolla puerro, entre otros. Es así como el programa busca demostrarle al campesino que si es posible obtener otro tipo de cultivo diferente a los que está acostumbrado, de esta manera obtendrá nuevas alternativas y diversidad en productos. 20

En este momento, la Alcaldía de Mosquera cuenta con un lote de aproximadamente 900 m2 ubicado en el Centro de Biotecnología Agropecuaria SENA (Mosquera). En estas parcelas se cultivan productos como hierbas aromáticas, tomate cherry y tomate de árbol. Básicamente, esta técnica busca incentivar al campesino para que obtenga nuevas prácticas y cultivos, brindándole la capacitación necesaria para la siembra de estos, gestionando con ello la expansión a nuevos mercados y fortaleciendo la ventaja comparativa regional, con variedad productiva y calidad alimentaria. Bajo este mismo programa, se tiene proyectado cultivar productos nativos como el yacón y la quinua. Vale la pena destacar que este es un proyecto que no tiene apoyo del gobierno, pues nació de la iniciativa gubernamental del municipio, en aras de innovar y generar nuevas alternativas productivas. Es así como el desarrollo de este tipo de planes generan un impacto tanto en los productores, como en la zona, ya que se proyectan generar nuevos recursos y otro tipo de variedades productivas, diferentes a las que se han venido ofreciendo en esta región, y como resultado se obtendrá un aumento en la demanda y más alternativas de consumo. La academia tiene un interés particular en este tipo de iniciativas, ya que son ellas las que fomentan el desarrollo y la productividad en este campo. La investigación se convierte en un pilar fundamental para poder fomentar retos como este, ya que sin ella, no se podrían lograr cada uno de los objetivos que se plantean desde el inicio de esta investigación.


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Fotografía: Proyecto Corpoica Buenas Prácticas Agríocolas. Autor: Julian Pillimué.

Autora: Ana María Quitián Castro Asistente de investigación Grupo Semillero de Investigación CIC Programa de Mercadeo Universitaria Agustiniana

Horticultura un sector por aprovechar Con 900 empleados en 15 centros de ivestigación, CORPOICA es sin duda alguna una entidad de carácter científico que se dedica a contribuir y establecer nuevas tecnologías agropecuarias, generando innovación en productos y servicios para el sector agropecuario colombiano.

Hoy en día, la agricultura está siendo afectada por eventos extremos causados por los cambios meteorológicos y el efecto invernadero; CORPOICA como motor, actor y soporte del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, está encargada de mejorar las actividades agrícolas mediante Buenas prácticas agrícolas (BPA), teniendo como objetivo capacitar a los pequeños cultivadores del municipio de Mosquera en la adquisición de nuevos cultivos con mejores procesos de producción e implementación de innovadoras técnicas que les permita abrirse a nuevos mercados. En Colombia, la horticultura es un sector sin aprovechar, pues la falta de organización en los niveles de producción, el poco presupuesto, la ausencia de agremiaciones, poca financiación y nulos planes de contingencia, hace que resulte difícil el crecimiento del sector, y si a esto se le adicionan las exigencias sanitarias, las producciones certificadas, los cultivos amigables con el ambiente y la calidad en el tratamiento de aguas por parte de mercados como el estadounidense, hacen que el avance en la horticultura sea aun más tardío.

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Fuente: Centro Agustiniano de Medios. CAM. Universitaria UNIAGUSTINIANA.

Fuente: Centro Agustiniano de Medios. CAM. Universitaria UNIAGUSTINIANA.

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