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Figura 8: Conceptualización de las clases agrológicas del suelo

análisis de la aptitud de las tierras generará las opciones más viables de aprovechamiento con el mínimo de inversión (CLIRSEN, 2011).

Para el análisis de la aptitud el territorio una manera de determinarla es mediante la Capacidad de Uso de las Tierras (CUT), permite clasificarlas desde el punto de vista agrológico en aquellas con mayores y menores limitaciones, esto en cuanto a diez parámetros: pendiente, profundidad efectiva, textura, pedregosidad, salinidad, toxicidad, drenaje, periodos de inundación, regímenes de temperatura y humedad del suelo; y mediante un análisis matricial se determinan ocho clases agrológicas.

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Las clases agrológicas constituyen un sistema de evaluación cualitativo y jerárquico. Cada una de las ocho clases se define por el grado de limitación de los criterios de diagnóstico en donde conforme aumentan las limitaciones disminuyen las opciones de uso (Figura 8), resultando las cuatro primeras clases (I a IV) reservadas para los usos agrícolas –debido a su falta o pocas limitaciones-, y las cuatro restantes (V a VIII) para las no-agrícolas tales como bosques, pastos, espacios protegidos, etc. (De La Rosa, 2008).

Figura 8: Conceptualización de las clases agrológicas del suelo.

Fuente: (Instituto Geográfico Agustión Codazzi, 2010)

La definición de cada una de estas clases es la siguiente (Dorronsoro, 2020):

Clase I.- Tierras sin limitaciones o con muy ligeras, son consideradas como excelentes, puede cultivarse empleando métodos ordinarios, es decir que no requieren tratamiento para su producción, de pendientes llanas, muy profundos y fácil laboreo.

Clase II.- Tierras con algunas limitaciones, son suelos buenos, requieren de labores adecuadas para su producción, la pendiente es suave, profundidad mediana, se inundan ocasionalmente por lo que requieren drenaje.

Clase III.- Tierras con severas limitaciones, son suelos medianamente buenos, sus pendientes son moderadas, tienen severo riesgo a erosión, por esta razón requieren prácticas de protección vegetal.

Clase IV.- Tierras con muy severas limitaciones, estos suelos tienen limitaciones permanentes y severas, son considerados como suelos malos, en donde se puede cultivar ocasionalmente y con gran cuidado, se hallan en pendientes fuertes bajo la acción intensa de la erosión, son moderadamente profundos y baja fertilidad.

Tierras de uso limitado o no adecuados para cultivos: Clase V.- Tierras para pastos o bosques, estos suelos deben mantener una vegetación permanente, son planos, sin erosión, pero su condición de encharcamiento o pedregosidad los hace poco productivos.

Clase VI. - Tierras con limitaciones ligeras para pastos y bosques, tienen riesgos moderados y están sujetos a limitaciones permanentes, se presentan en pendientes fuertes.

Clase VII.- Tierras con severas limitaciones para pastos y bosques, son suelos situados en pendientes fuertes, erosionados, accidentados, áridos o inundados. El aprovechamiento que se le puede dar es pobre.

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