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Figura 1. Ejemplo de ciclo y creación de las formas del terreno
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calcular la rugosidad combinando las pendientes entre la celda de referencia y las adyacentes (Goerlich y Cantarino, 2010a).
2.2.4 Geoformas
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La morfogénesis corresponde al origen de las formas del terreno por medio de procesos exogenéticos y endogenéticos. Los procesos exogenéticos corresponden a los procesos dinámicos sobre la superficie terrestre como el agua, viento y hielo y los procesos endogenéticos son los procesos dinámicos internos del planeta tierra como los procesos de las placas tectónicas durante tiempo geológicos. Los procesos de origen y ambiente de formación de las formas del terreno pueden incidir en la ocurrencia de movimientos en masa (SGC, 2013). En la Figura 1 se puede observar la evolución y creación de forma del terreno (geoforma) por medio de agentes atmosféricos.
Figura 1. Ejemplo de ciclo y creación de las formas del terreno
Fuente. (Caballero, 2009)
Carvajal (2011) propone evaluar las unidades geomorfológicas dependiendo de la escala de trabajo, que va desde geomorfoestructura con escalas de trabajo menores de 1:2’500.000 hasta un componente o elemento geomorfológico con escala mayores de 1:10.000. Así, la jerarquización de menor a mayor escala es: geomorfoestructura, provincia, región, unidad, subunidad y componente geomorfológico. La cartografía de las unidades del terreno son
herramientas útiles para entender el comportamiento del terreno. El SGC (2012) adoptó la metodología propuesta por Carvajal (2011) de la jerarquización geomorfológica para la generación de mapas geomorfológicos aplicados a la zonificación de amenaza por movimientos en masa a escala 1:100.000. Además, el SGC (2012, 2013) propuso un glosario de unidades y subunidades geomorfológicas asignándoles pesos a cada uno basados en ambiente morfogenético presentado en Carvajal (2011). Los ambientes morfogenéticos se agrupan en: denudacional, fluvial y lagunar, estructural, volcánico, glacial y periglacial y por último ambiente antropogénico. Estos ambientes se categorizan en subunidades geomorfológicas, de tal forma que están definidas por la posición dentro de la unidad geomorfológica (Carvajal. 2011).
La meteorización y erosión son procesos exogenéticos que influyen en las geoformas y rocas expuestas a los procesos climáticos. Autores coinciden que la meteorización y erosión provocan la alteración (química o física), descomposición, desgaste o modelación de las rocas, originando así, en la mayoría de los casos suelos de diferentes tipos de material, las características prevalecientes del suelo dependen del clima. Como resultado de este proceso sumado las condiciones climáticas se desarrollan una sucesión de horizontes o capas de suelo de diferentes espesores y composición (Carvajal, 2011).
2.2.5 Suelo
La definición del suelo tiene diferentes axiomas dependiendo el uso en diferentes áreas de investigación. Para el ingeniero civil, por ejemplo, el suelo son sedimentos y partículas no consolidados con una orientación y propiedades que varían (Juárez y Rico, 2005). Para el geólogo es el conjunto residual de la desintegración de las rocas por meteorización ya sea física o química. Para el agrónomo es la parte orgánica e inorgánica de la corteza terrestre. Crespo (2004) afirma: “Suelo es una delgada capa sobre la corteza terrestre de material que proviene de la desintegración y/o alteración física y/o química de las rocas” (p. 18).
Los movimientos en masa están relacionados con las propiedades físicas y mecánicas de los suelos, algunos suelos son más propensos a generar estos fenómenos naturales. Por ejemplo, un suelo con diferentes tamaños de partículas tendrá un alto porcentaje de vacíos y por ende mayor cantidad de agua en sus poros, en lo que resulta baja fricción (resistencia) entre las
partículas del suelo causando movimientos en masa. Por otro lado, Las inundaciones están relacionadas con las propiedades de los suelos, cuando los suelos poseen gran cantidad de agua en sus intersticios aumenta la vulnerabilidad que esas zonas con este tipo de suelos sean inundables. Por otro lado, las zonas planas con niveles freáticos (nivel el agua en el suelo) altos, son más susceptibles a las inundaciones, debido a que la absorción de agua por parte del suelo es baja.
Para la evaluación y análisis de los suelos en un territorio es necesario, dentro de los lineamientos de una investigación, definir la escala de trabajo. Actualmente con la ayuda de los sensores remotos y SIGes posible identificar y zonificar los tipos de suelos y su cobertura de una manera más sencilla y precisa. Según Chuvieco (2008) la teledetección es: “aquella técnica que nos permite obtener información a distancia de los objetos sobre la superficie terrestre” (p. 43).
2.2.6 Sensores Remotos
El reconocimiento e identificación de los fenómenos naturales en campo es el mejor método para su caracterización. Sin embargo, condiciones como la vegetación espesa, pendientes altas del terreno, condiciones climáticas, problemas sociales, entre otros, dificultan el acceso para el reconocimiento y caracterización de éstos en campo. Por lo anterior, en las últimas décadas y con el avance de la tecnología se ha utilizado sensores remotos para la detección de estos fenómenos, sensores incorporados en aeronaves y satélites. Esto ha facilitado la identificación e investigación de los movimientos en masa e inundaciones. Moncada (2014) empleó para la identificación de movimientos en masa imágenes satelitales del sensor MODIS, con la ayuda del índice de vegetación normalizada (NDVI). La metodología de la investigación consistió en un análisis temporal de la zona de estudio a nivel regional, a partir de la identificación de características espectrales de la cobertura vegetal y cambios asociados con movimientos en masa. Los resultados de la investigación fueron un 22% de fiabilidad para la detección de deslizamientos. Por el contrario, la investigación obtuvo resultados útiles para la detección de procesos erosivos y cortes del terreno con una fiabilidad de 58%.
En su estudio, Da Silva, Insaurralde y Cardozo (2014) aplicaron métodos de clasificación de imágenes satelitales para generar cartografía de coberturas de suelo con la ayuda de los SIG,
mediante técnicas de índice (ecuaciones) de agua normalizado modificado (MNDWI), índice de vegetación (NDVI), clasificación de árboles de decisión o decisión multivariado (MDT) y clasificación no supervisada. El índice MNDWI discrimina de las otras coberturas en la imagen satelital los cuerpos de agua. El índice NDVI diferencia la vegetación saludable de otras coberturas en la tierra (Lamolda, 2008). Los autores se basaron en la clasificación multivariada para combinar los índices NDVI, MNDWI y la banda 6 del satélite Landsat 8, para identificar la vegetación inundada en la zona de estudio. Obtuvieron como resultado cinco tipos de coberturas: pastizal con un 29.4% del área de estudio, vegetación arbórea con un 25.8%, la cobertura urbana ocupa el 28.9% del área, los cuerpos de agua el 4% y vegetación inundada ocupan el 11.9% del territorio. En diversa literatura y metodologías emplean índices y clasificaciones para identificar y zonificar las coberturas de suelos mediante información obtenida por sensores remotos y ayuda de los SIG, la elección de cada técnica dependerá de varios factores como: conocimiento del autor, escala de trabajo, calidad y disponibilidad de la información de los sensores remotos, entre otros.
2.2.7 Cobertura de Suelo
La cobertura y uso del suelo en un territorio incide en la generación de movimientos en masa e inundaciones. Los movimientos en masa son más susceptibles en áreas sin cobertura vegetal, de tal forma que no hay protección del suelo ante la precipitación y escorrentía de las aguas lluvias. El cambio de cobertura y uso del suelo ya sea por tala indiscriminada, ganadería o agricultura también incide en la generación de movimientos en masa e inundaciones, causando daños sociales, económicos y ambientales. Por ejemplo, la desforestación en las cercanías de un cauce afecta el ecosistema y es más susceptible a este evento natural, debido a que la vegetación disminuye la erosión del cauce con caudales altos.
El IDEAM (2010) adoptó la metodología europea CORINE (Coordination of Information on the Environmental) Land Cover al territorio colombiano y consolidó una propuesta metodológica para caracterizar las coberturas presentes en Colombia, basada en la elaboración del Mapa de Coberturas de la Tierra de la Cuenca Magdalena-Cauca, escala 1:100.000 (IDEAM, IGAC y CORMAGDALENA, 2008). En la metodología presentan las unidades y subunidades de coberturas de tierra, las unidades son: territorios artificializados, territorios agrícolas, bosques y áreas seminaturales, áreas húmedas y superficies de agua.