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2.3 RIEGO

3. Antagonismo entre nutrientes.

4. Sustancias tóxicas que ocasionen daños en las raíces o a nivel fisiológico.

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5. pH, el cual limita la absorción de los nutrientes.

Factores internos:

1. Potencial genético de la variedad.

2. Morfología de raíces.

3. Estado nutricional del cultivo.

4. Intensidad transpiratoria.

Los procesos de pérdida de nutrientes en los suelos por el mal uso de agroinsumos, lixiviación de nutrientes, procesos de erosión hídrica y eólica; han hecho que con el paso de los años los rendimientos de los cultivos vayan en decremento. Es por ello fundamental conocer la realidad de cada zona para identificar los cultivos potenciales, cultivos adaptados, adopción de nuevas variedades y procesos de cambio de uso y cobertura del suelo. Los desbalances de nutrientes conllevan a la degradación de la fertilidad del suelo, esto se lo visualiza con marcadas disminuciones de materia orgánica y las caídas en la productividad de los cultivos.

La fertilización de cultivos se debe manejar de manera holística y asociarse con otras prácticas de manejo de suelos y cultivos que preservan y mejoran la sustentabilidad y calidad del recurso suelo (adición de materia orgánica, rotaciones de cultivos, siembra directa, incorporación de residuos de cosechas, coberturas de suelo o mulch, manejo integrado de plagas y enfermedades, etc.).

2.3 RIEGO.

Otro de los aspectos fundamentales en el desarrollo y pleno rendimiento de un cultivo es el riego, dado que la solución del suelo para la absorción de nutrientes por los cultivos, está dada en húmedo y no en seco; por lo cual el suministro

adecuado de riego en épocas secas dotan a la planta de las mejores condiciones para obtener los más altos rendimientos y lograr explotar al máximo la genética de las variedades.

Según Calvache (2010), la poca disponibilidad de agua, la baja productividad y la escasez de mano de obra son las principales razones que motivaron la búsqueda y adaptación de sistemas de riego más eficientes en terrenos de ladera de altas pendientes. Para pasar del riego por surcos al riego por aspersión y por goteo significa un enorme cambio tecnológico. Los sistemas de riego por aspersión y por goteo adaptados a zonas de montaña, aunque son simples en su configuración física son complicados para el manejo de los agricultores, principalmente en la programación del riego de acuerdo al ciclo del cultivo, la correcta determinación del tiempo de riego, la definición adecuada del espaciamiento entre aspersores y goteros y la adecuada manipulación de los equipos para lograr un buen manejo del agua.

En la parroquia La Victoria del cantón Pujilí en la provincia de Cotopaxi, no existen canales de conducción de riego; por lo cual esto es un imperativo social como político para el desarrollo del sector. La baja disponibilidad del recurso agua, ha hecho que los rendimientos de los distintos cultivos sean los más bajos a nivel de la provincia de Cotopaxi.

Según Calvache (2010), la precipitación es la caída del agua en sus diversos estados físicos. Se denomina lluvia si el agua está en estado líquido; nieve o granizo si está en estado sólido. La lluvia es representada mediante la altura de la capa de agua que se formaría sobre el terreno por acumulación natural (si dicha superficie fuera perfectamente horizontal e impermeable de manera que no existan pérdidas de agua por evaporación e infiltración). Bajo estas consideraciones 1 mm de lluvia, representa 1l de agua en 1 m2 de terreno.

Más las condiciones climatológicas en la parroquia La Victoria, muestran niveles muy bajos de precipitaciones anuales, las cuales dificultan las labores agrícolas ya que los promedios anuales se sitúan en 660 mm, con lo cual el uso de sistemas de riego es imprescindible para lograr rendimientos más altos.

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