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2.2 MARCO TEÓRICO

2.2 MARCO TEÓRICO

La idea de la existencia de un orden espacial es un concepto clave en geografía (Mesén,

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2015). En caso de que las reparticiones espaciales de las variables de interés para la

geografía fueran completamente al azar, tendría que estudiar cada unidad territorial como

un caso particular. Por otro lado, una repartición espacial ajustada a una función de

probabilidad definida da mucho crédito a la predicción estocástica que se podría hacer

desde la disciplina Geográfica o utilizando herramientas estadísticas. Cuando los

fenómenos son organizados o semi-organizados y se busca describir los patrones de

distribución regular, se utilizan de forma complementaria los modelos estocásticos y

determinísticos. Chavasse y Seoane (1997) desarrollaron una propuesta para realizar una

simulación conjunta de un modelo determinístico complejo y uno estocástico para

representar los caudales en la cuenca baja del río Iguazú. La finalidad de emplear modelos

para estudiar un fenómeno radica en encontrar patrones repetitivos y principios generales

que expliquen esta configuración. Waldo Tobler, 1970, apoya este enfoque con lo que se

conoce como la primera ley de la geografía, lo cual dice “…todo está relacionado con todo lo demás, pero las cosas que están más cerca están más relacionadas que las cosas que

están más distantes” (Tobler, 1970, p.236 citado por Mesén, 2015). Por tanto, la primera

ley de la geografía explica que la repartición espacial de muchos fenómenos es

espacialmente organizada y susceptible de ser descrita, explicada y proyectada utilizando

el método científico.

El estudio de los fenómenos con correlación espacial, por medio de métodos

geoestadísticos, surgió a partir de los años sesenta, especialmente, con el propósito de

predecir valores de las variables en sitios no muestreados (Giraldo Henao, 2011). Según

Siabato y Guzmán-Manrique (2019), entre los elementos que han aportado a la

implementación y desarrollo de un conjunto de metodologías de análisis espacial resaltan:

la econometría espacial, aportes de Waldo Tobler con la primera ley de la geografía y la

formalización del concepto de autocorrelación espacial. Como antecedente a estos

trabajos, resaltan los de Sichel (1947; 1949) y Krige (1951) citados por Giraldo Henao

(2011). Sichel observó la naturaleza asimétrica de la distribución del contenido de oro en

las minas surafricanas y las equiparó a una distribución de probabilidad lognormal. Esto

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