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2.2.3 MODELO DE SONG PARA LA PREDICCIÓN DE TSUNAMIS
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2.2.3 MODELO DE SONG PARA LA PREDICCIÓN DE TSUNAMIS
Un equipo de investigación liderado por la NASA presentó un prototipo de sistema de predicción de tsunamis, que evalúa rápidamente y estima con gran exactitud el tamaño de los tsunamis resultantes de grandes terremotos (NASA, 2010).
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Un equipo dirigido por Tony Song del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California, el 27 de febrero de 2010 después del terremoto de magnitud 8.8 en Chile, usó datos en tiempo real de cientos de sitios de la Red Diferencial Global GPS (GDGPS) para predecir exitosamente el tamaño del tsunami resultante. La precisión de esta red permitir detectar movimientos de tierra de pocos centímetros (NASA, 2010).
El equipo de Song concluyó que el terremoto chileno generaría un tsunami moderado que no causaría destrucción significativa en el Pacífico, lo cual se confirmó mediante las mediciones de la altura de la superficie del mar provenientes de los satélites Jason-1 y Jason-2 (NASA, 2010).
El método de predicción de Song, estima la energía que produce un terremoto submarino y que se transfiere al océano para generar un tsunami. Se basa en datos de estaciones costeras de GPS cerca de un epicentro, junto con información de la pendiente continental local (Song, 2007) (NASA, 2010).
Los sistemas de alerta de tsunami convencionales se basan en estimaciones de la ubicación, profundidad y magnitud de un terremoto para determinar si se puede generar un gran tsunami. Sin embargo, la historia ha demostrado que la magnitud del terremoto no es un indicador confiable del tamaño del tsunami. Los modelos anteriores de tsunami suponen que el poder de un tsunami está determinado por la cantidad de desplazamiento vertical del fondo marino. La teoría de Song dice que los movimientos horizontales de una pendiente continental en falla también contribuyen al poder de un tsunami al transferir energía cinética al océano.
Cuando ocurrió el terremoto del 27 de febrero de 2010, la estación de la red GDGPS de la NASA en Santiago, Chile, capturó su movimiento de tierra, a unos 235 kilómetros (146 millas) del epicentro del terremoto. Estos datos se pusieron a