UGP rechaza las improvisaciones tributarias El trabajo de la gente del campo posicionó a Paraguay como un jugador de Clase Mundial como proveedor de Alimentos. Entre el año 1.990 y el 2.012 hemos aumentado la producción de granos tres veces y solo aumentado dos veces el área sembrada lo cual habla de la enorme eficiencia del sector productivo Los productores agropecuarios han sido el motor del cambio en el Paraguay. Gracias a su trabajo eficiente, dedicado, con empeño e incorporación de tecnología y conocimientos, en los últimos 10 años el PIB per cápita se multiplicó cuatro veces. Hace 30 años Paraguay importaba trigo, hoy exporta harina y sus derivados. Toda esa cadena industrial se desarrolló sin ningún impuesto a la exportación y a pesar de un Estado que, salvo el plan triguero iniciado por el entonces ministro de Agricultura, el Ing. Hernando Bertoni, no tomó una sola medida de apoyo. En todo este proceso no hubo un impuesto como motivador, sino la capacidad de trabajo de los productores locales, su conocimiento de una demanda que satisfacer y un Estado que se entrometió lo menos posible. Hoy se industrializa lo que se compra y lo que pide el mercado, no lo que quiere un Estado. La inversión para la industrialización de la soja no dependió de un impuesto a la exportación sino de las condiciones de mercado. Hoy Paraguay tiene capacidad instalada para procesar alrededor del 60 % de la producción nacional, sin haber tenido un impuesto a la exportación. Por el contrario, los países que gravan la exportación destruyen no solo la producción primaria sino también la cadena agroindustrial. SISTEMA TRIBUTARIO SERIO Y PREVISIBLE La carga impositiva de un país debe analizarse como un todo y en el marco de un sistema que haga serio y previsible a ese país. La creación de impuestos o su modificación no pueden ser producto de una visión coyuntural y oportunista que saquea a un producto o un sector simplemente porque le va bien y es eficiente en lo que hace. Hace nueve años se discutió y aprobó la Ley de Adecuación Fiscal y se acordaron diversos aspectos de la misma entre todos los sectores involucrados. Se bajó la tasa impositiva y el resultado fue una mayor y mejor recaudación que no se vió reflejada en un mejor Estado. Por el contrario, el país sufre hoy la crónica falta de gestión eficiente en Salud, Educación, Seguridad e Infraestructura. ESTAMOS DE ACUERDO CON EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS Y RECHAZAMOS EL IMPUESTO A LA EXPORTACION
Los productores reunidos en la UGP rechazan tajantemente la imposición leyes por encima de razones jurídicas, sociales o económicas. El impuesto a la exportación de granos recién aprobado perjudica la competitividad del Paraguay y es una herramienta de persecución y chantaje político. Ninguno de los inconvenientes de la mediterraneidad, la lejanía a los puertos de mar o las trabas y chicanas inventadas por los países vecinos y "hermanos" dañan tanto al Paraguay como este impuesto a la eficiencia. POBREZA Y CORRUPCIÓN La gran deuda con la ciudadanía la tienen EL ESTADO y la clase política Paraguaya.En estos años se han hecho cargo de la administración del Paraguay diversos sectores políticos, con el mismo resultado negativo en cuanto a la calidad del gasto público. Todos, al llegar al cargo, hicieron las mismas promesas de acabar con la pobreza y la corrupción pero sólo acabaron con la pobreza propia a través de la corrupción. La actual propuesta de impuesto a la exportación, aparece de contramano al impuesto a las ganancias y simplemente busca sacar dinero por lo que vende la gente del campo, sin considerar si gana o pierde. Es un impuesto creado para beneficio de unas pocas multinacionales, es decir, para financiar intereses privados sectoriales más que al propio Estado Hoy el sistema tributario de Paraguay así modificado es perjudicial a TODOS pues fue retocado sin consultar con los sectores afectados, colocando arbitrariamente parches y generando un verdadero Monstruo. DIALOGO Y CONCERTACIÓN Antes de que el daño causado sea mayor, la UGP exhorta a las autoridades al diálogo y el intercambio de pareceres técnicos y políticos sobre temas de enorme trascendencia como las dos leyes que hoy castigan al productor. Nadie está libre de la posibilidad de equivocarse, pero es de inteligentes reconocer el error y enmendar el camino. Ante el Paraguay sólo se abre el camino del diálogo respetuoso y la concertación para construir juntos un país mejor con paz y trabajo para todos. San Cristóbal, 17 de octubre de 2013