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El futuro de Europa, en manos de su ciudadanía «Desde su creación, la Unión Europea ha superado numerosos desafíos. A raíz de la pandemia de COVID-19, el modelo único que representa la Unión Europea se ha visto cuestionado como nunca antes. Con todo, Europa puede y debe extraer las lecciones de estas crisis, en estrecha colaboración con los ciudadanos y las comunidades» Extracto de la Declaración conjunta relativa a la Conferencia sobre el Futuro de Europa (10 de marzo del 2021) Esther Plaza Alba La acepción ‘futuro’ —que existirá o sucederá en un tiempo posterior al presente— suele ser demandada por aquellos organismos internacionales que deciden involucrarse en el diseño de un nuevo modelo, después posiblemente de comprobar las consecuencias que el modelo actual ha podido tener en la ciudadanía. Así ocurría en 1987 cuando Naciones Unidas publicaba el Informe Brundtland, más conocido como ‘Nuestro futuro en común’, en el que se concluía que la única manera de llegar a que dicho futuro fuera de verdad en común pasaba por instaurar un desarrollo sostenible. Desde entonces hasta la fecha si por algo se ha caracterizado a la ONU ha sido por diseñar estrategias proclives a su consecución. Es el caso de los Objetivos del Milenio (año 2000) o los Objetivos de Desarrollo Sostenible –ODS— (año 2015). La pandemia del COVID-19 osciló aún más los cimientos de un modelo que ya se venía observando algo añejo y obsoleto, además de insostenible. La crisis que ha venido aparejada y que aún estamos sufriendo ha sido el punto de inflexión para que las instituciones europeas decidieran escuchar a la ciudadanía europea de una manera consciente, además de consecuente. Las personas, en el centro Para ello, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa organizaron la Conferencia sobre el Futuro de Europa, «una oportunidad única en el momento preciso para que la ciudadanía europea debata sobre los retos y las prioridades de Europa», imponiéndose como plazo límite hasta la primavera que está por llegar, para alcanzar las conclusiones definitivas y aportar orientaciones sobre el futuro deseado. A través de una plataforma digital multilingüe, eventos en línea, presenciales o híbridos, paneles de ciudadanos europeos y plenos para velar para que las recomendaciones de dichos paneles se debatan sin un resultado predeteminado y sin limitar el alcance a ámbitos de actuación definidos previamente, la Conferencia sobre el Futuro de Europa ha ido cumpliendo su calendario durante estos meses, publicando informes provisionales, celebrando paneles conformados por ochocientos ciudadanos europeos y llevando a cabo tres sesiones plenarias, la última 38 g Profesiones
de las cuales, en el mes de enero del 2022, dedicada a hacer balance de las noventa recomendaciones recogidas en dichos paneles europeos versados en democracia, valores y derechos, estado de derecho, seguridad, cambio climático y salud. Fue durante esta última sesión plenaria, donde el europarlamentario Guy Verhofstadt manifestaba su sorpresa por la confianza con la que «los representantes de los ciudadanos defendieron sus recomendaciones en los debates con políticos experimentados». En el mismo sentido se mostraba la vicepresidenta de la Comisión Europea, Dubravka Šuica, quien declaraba estar impresionada por «la gran calidad de las recomendaciones adoptadas por los paneles europeos y nacionales de los ciudadanos que han completado su trabajo hasta la fecha». Por su parte la presidenta del Consejo de Europa, Clément Beaune, hizo hincapié en tener en cuenta las recomendaciones de las personas: «el pleno debe hacer suyas las recomendaciones de los ciudadanos. Este es el reto que tenemos que afrontar juntos en la conferencia sobre el futuro de Europa. Estamos encantados de que los debates y las contribuciones de los ciudadanos enriquezcan las prioridades de la Unión Europea para las generaciones futuras». Especial tratamiento ha tenido en todo este proceso que está llegando a su fin la juventud, quien ha desempeñado un papel central a la hora de configurar el futuro del proyecto europeo, especialmente en todo aquello que tiene que ver con la digitalización y la sostenbilidad y cuyo
nº 195 g enero-febrero 2022