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Guía de autoayuda para población desplazada y recomendaciones para la acogida A propósito del conflicto en Ucrania, el equipo de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid recordaba la publicación de su guía de autoayuda para refugiados, con información básica sobre las reacciones emocionales más frecuentes frente a una situación de conflicto, así como pautas para ayudar a los más pequeños y recursos disponibles de ayuda en España. Se trata de abordar de la mejor manera posible y sobre todo desde la perspectiva profesional de la Psicología, el impacto que supone en la salud mental de las personas desplazadas una situación altamente estresante, pudiendo recibir
toda la información necesaria para gestionar los sentimientos y las emociones que acompañan la vivencia de un conflicto armado en el lugar donde se reside, con el consiguiente deber de desplazarse hacia otro país para ser acogido o acogida. Asímismo y atendiendo específicamente a las necesidades de quienes acogen, varias entidades, entre las que se encuentran la Asociación Mensajeros de la Paz y el Vicerrectorado de Estudiantes de la UCM, han publicado una miniguía con aspectos a tener en cuenta por parte de quienes realizan la acogida de personas desplazadas desde Ucrania a España.
¿Nuevas especialidades para la Ingeniería Civil? Antonio Peco Almagro, presidente de CREIC (Colectivo de Representantes de Estudiantes de Ingenieros de Caminos, canales y puertos) Transportes y Servicios Urbanos, Construcciones Civiles e Hidrología. Estas especialidades son los tres posibles ámbitos de la ingeniería civil en los que se pueden desarrollar laboralmente los egresados de dicha carrera. El contexto actual de las profesiones reguladas en España fija los límites entre nuestro ámbito de conocimiento y otros como la Ingeniería Industrial o la Arquitectura, pero en las Escuelas empieza a sonar un murmullo: ¿nos estamos quedando atrás? Los (futuros) profesionales de la ingeniería civil sabemos mejor que nadie que la sociedad avanza muy rápido, mucho más que los planes de estudio, y que debemos adaptarnos a los nuevos tiempos. Smart Cities, cambio climático, gestión de empresas… son algunos ejemplos de campos que la ingeniería civil ha sabido reconocer como inherentemente suyos, pero las atribuciones según la ley no acompañan en estas actualizaciones. La ley que regula actualmente estas especialidades es el Decreto 148/1969, y puedo asegurar que para una persona joven como esta que escribe resulta muy impactante que su futura (y moderna) profesión esté regulada por un texto de los años 60. Por ello, surge la necesidad de aumentar los ámbitos en los que la ley nos permita trabajar y en los que, de hecho, ya nos desenvolvemos. Se pueden plantear dos objeciones a esta propuesta: si es realmente necesario y si, en caso de serlo, es posible
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llevarla a cabo. Para responder a la primera solo hace falta analizar, por ejemplo, el caso del urbanismo, una disciplina que compartimos con otros profesionales. Con respecto a si es posible esta modificación de las especialidades, a muchos les sorprenderá saber que ya ha existido una variación de este tipo en nuestra historia legal. En el Decreto original de 1969 se hablaba de cuatro especialidades, además de Hidrología y Construcciones Civiles se mencionaban, por una parte, Tráfico y Servicios Urbanos y, por otra, Vías de Comunicación y Transporte (se hace notoria la escasa presencia de la disciplina urbanística, que sí se explicita en la actualidad); no apareciendo la citada Transportes y Servicios Urbanos hasta la homologación regulada por el Real Decreto 1954/1994. En conclusión, este no es un debate teórico e infértil sino la consecuencia de una situación, que sin ser ideal es en la que estamos. Tener en el futuro especialidades como Energía, Patrimonio o Evaluación Ambiental dependerá de lo que estudiantes, Escuelas y Colegio seamos capaces de alcanzar.
nº 196 g marzo-abril 2022