Hablemos de Franรงois Vallaeys
Ideología de la “Bad apple”: Cuando hay un problema de corrupción, es porque hay un corrupto. La culpa no es del sistema, sino de las malas personas en el sistema.
Ideología del pecado original: La maldad es congénita al comportamiento de las personas, por lo que todo el problema viene de los individuos en el sistema. No hay sistema social o tecnológico malo, sino mal uso del sistema por parte de personas que lo corrompen.
La manzana de la discordia de ERIS quiere discrepar con la reducción de la ética a un mero problema individual. Desde una ética en 3D (Virtud, Justicia, Sostenibilidad), promovemos la idea de que la corrupción de los sistemas sociales (organizaciones, instituciones, procesos productivos, cadenas de valor, modelos de negocios, burocracias, etc.) viene sobre todo de un mal diseño y funcionamiento de dichos sistemas: los impactos negativos que generan vienen de fábrica. La actitud corrupta de algunos de sus actores es uno de estos impactos negativos. La solución social a los problemas sociales, necesita un rediseño de los sistemas sociales.
ERIS retoma la perspectiva original de la bioética que, según Potter es “un conocimiento de cómo usar el conocimiento para la sostenibilidad del planeta tierra y para la emergencia de una vida humana decente y sensata” (Potter, 1971) Los 4 P del compromiso Bioético son: - Protección de los más vulnerables de la sociedad - Prevención de enfermedades - Precaución frente a posibles daños indeseables de una racionalidad restringida - Prudencia frente a cuestiones que desbordan nuestro conocimiento de la realidad. La Bioética trata de enfrentar los problemas que hace emerger la tecnociencia desde una crítica de la racionalidad instrumental y una alerta sobre los impactos globales de los cambios actuales ligados al ejercicio de las ciencias en la sociedad. ERIS agrega la perspectiva específica de la RSU al debate, es decir un enfoque de crítica de la gestión del conocimiento desde las IES
Desde un enfoque crítico, es muy sospechoso que se hable tanto de corrupción: - En América Latina, la corrupción se ha vuelto el tema central de los noticieros políticos. - La corrupción es considerada ahora como el problema nº1 en las encuestas, desplazando a los temas de pobreza y empleo, antes incluso que los temas de seguridad, muy por delante de los temas de sostenibilidad ambiental y de inequidad. - La corrupción es un tema continental que tumba gobiernos, presidentes, líderes políticos, funcionarios y empresarios. - Paradójicamente, los corruptos convertidos en “colaboradores eficaces” de la justicia hacen y deshacen la reputación y el poder de los políticos. - En la función pública, el temor a la corrupción paraliza la acción estatal y los presupuestos asignados ni se ejecutan totalmente. Luego, la lucha anticorrupción se vuelve el enemigo de la lucha contra la pobreza. - Todo el mundo fiscaliza todo el mundo, el Estado es acusado permanentemente, y la gente está obligada a velar por sí misma. El liberalismo individualista triunfa. - El sistema económico, el business as usual, siguen igual, la desigualdad prosigue sus avances, ni qué decir del deterioro del medioambiente… - No se ve muy bien cuál es la mejora social de esta ola latinoamericana de lucha anticorrupción. - La gente sigue añorando las obras públicas, de ahí que dicen “Roba, pero hace obras” cuando votan por un candidato presuntamente corrupto.
Entonces: podemos preguntarnos preguntas peligrosas… ¿vale la pena luchar contra la corrupción? ¿es racional esperar una mejora significativa del bienestar social gracias a la lucha anticorrupción? ¿hay una América Latina mejor al final del túnel de la lucha anticorrupción?
¿O será un chantaje para imponer políticas neoliberales en todos los Estados, en todas las dependencias públicas (New Public Management)? ¿una pantalla para no tratar los temas de inequidad, pobreza e insostenibilidad?