ES HORA DE
REPENSAR LA
La universidad debe adaptarse y ser protagonista del cambio.
EDITORIAL
¿TIENEN FUTURO LAS UNIVERSIDADES? Maritza Rondón Rangel Rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia
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n la permanente evolución que vivimos, una de las instituciones que más inquietudes generan por su papel trascendental en el desarrollo de la sociedad es la universidad. Para qué sirven los títulos; cuál es la duración adecuada de los programas, presencial o virtual; qué modelo educativo responde mejor a las necesidades del presente y del futuro; cuáles son las nuevas fuentes de financiación; cómo se trabaja el tema de la inclusión y la mujer. Son muchas las preguntas que tenemos que resolver para garantizar la transformación de las universidades. Aunque no tenemos todas las respuestas, los aportes de expertos nacionales e internacionales lo han dejado muy claro: no puede ocurrir que pensemos que hay un solo modelo adecuado y una sola manera de hacerlo. No hay que parecerse ni querer ser como ninguna otra, sino encontrar la forma de responder a las necesidades de los entornos en los que estamos. Está claro que el mundo contemporáneo se enfrenta a cuestiones diferentes de aquellas que dieron origen a la medieval universitas magistrorum et scholarium, el conjunto de maestros y estudiantes, dedicados al cultivo de las artes liberales, al trivium y al quadrivium, y que permaneció relativamente estable hasta el surgimiento de la Ilustración. Tampoco enfrenta aquellos retos que la imperial universidad napoleónica abordó siendo pragmática, dedicada a la formación en las profesiones y con la autonomía seriamente limitada. No son, igualmente, los mismos desafíos que la universidad humboldtiana trató de resolver al hacer énfasis en la investigación y el fortalecimiento de las disciplinas, a partir del llamado a la autonomía y de la enseñanza de una dinámica investigativa. Tampoco es el mundo que el cardenal Newman abordó desde su modelo anglosajón al orientar la universidad hacia la educación liberal, en busca de la formación del intelecto para hallar la verdad y su realización. Los modelos clásicos de universidad, y sus múltiples variaciones, respondieron a épocas concretas y a demandas sociales precisas. La época es distinta y aparecen nuevos requerimientos. Los cambios en la economía, las nuevas maneras de producción, la sociedad del conocimiento, el debate entre modernos y posmodernos, la relevancia que toman los datos, el papel de las tecnologías digitales, los desarrollos de la inteligencia artificial, el aprendizaje a lo largo de la vida, los enfoques de educación en competencias, la inclusión, el papel de la investigación y demás aspectos apenas imaginados en otros tiempos originan nuevos cuestionamientos y otras necesidades educativas. En tanto, el conocimiento es objeto fundamental de la universidad, esta ha de mantener la misma dinámica de cambio para adecuarse a la sociedad y ser una alternativa válida de respuesta para los siempre complejos retos que esta plantea. Por ello, y si la universidad pretende mantenerse en el tiempo, es importante trascender aportando a la comunidad a partir de una educación pertinente, acorde con los retos de una civilización en continua transformación. Se hace imperativa la creación de espacios en donde diferentes voces, desde fronteras disciplinarias, ideológicas y contextuales distintas, se admitan pensarla, reinventarla y proponerle nuevos modelos, aquellos que posibiliten educar con sentido a las generaciones del presente y a las del porvenir. El Congreso ‘El Futuro de las Universidades’ es uno de esos espacios. Se recogen aquí algunos de sus aportes con la pretensión de nutrir el debate.
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EL CONGRESO
EL MOMENTO ES AHORA
Expertos en educación superior se dieron cita en Bogotá para hablar del futuro del sector universitario y cómo tendrá que renovarse de cara a las nuevas exigencias.
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l 15 y el 16 de noviembre se reunieron más de 450 asistentes en el salón Britannia del Hotel Casa Dann Carlton, en Bogotá, con una pregunta en mente: ¿cuál será el futuro de las universidades? Profesores, directivos, investigadores y académicos aportaron su experiencia y compartieron sus ideas sobre los retos que le esperan a la educación superior en Colombia y en el mundo. Organizado por la Universidad Cooperativa de Colombia y The University of the Future Network, el Congreso Internacional ‘El Futuro de las Universidades’ contó con un cartel de expertos de lujo y con panelistas de Canadá, Sudáfrica, España, México, Chile, Brasil, Dinamarca, Alemania, Reino Unido, Italia y Estados Unidos. Juntos, hicieron un esfuerzo por resolver las grandes dudas que surgen en el horizonte universitario: ¿la universidad actual tiene futuro? ¿Qué nuevas universidades están apareciendo en el mundo y cuáles son sus fortalezas? ¿Cómo garantizar la sostenibilidad económica en la universidad del futuro? ¿La formación a lo largo de la vida es la nueva frontera de la universidad? ¿Cómo debe ser la investigación en la universidad en un momento en que las propuestas de mayor impacto vienen del sector productivo? El encuentro abordó seis ejes temáticos: los nuevos modelos de educación superior, los nuevos modelos organizativos y económicos, la universidad ante el reto de la educación a lo largo de la vida, la investigación en las universidades del futuro, la universidad ante los retos de la inclusión y la equidad y la univer-
sidad ante el uso de las tecnologías digitales en la educación. Por medio de estos debates, los participantes pudieron reflexionar sobre las necesidades que la realidad cambiante impone sobre el ejercicio universitario. Y aún más: las exigencias que se les presenten personalmente en sus espacios de trabajo, como profesores, líderes o gestores académicos de su respectiva institución. Finalmente, la idea fue, más allá de reflexionar sobre los cambios venideros, “intervenir de forma activa en lo que está por acontecer”, como diría Josep M. Duart, coordinador de The University of the Future Network. En palabras de Maritza Rondón Rangel, rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia, “no estamos dispuestos a cruzarnos de brazos a esperar a que venga el futuro y nos sorprenda. Quienes nos encontramos trabajando en este foro con nuestras ideas nos aprestamos a actuar desde ya, vislumbrando alternativas de acción para diferentes órdenes del quehacer universitario”. En general, la invitación de los conferencistas fue clara: la universidad del futuro empieza ya, desde las acciones concretas de la sociedad, el sector público y la academia para renovarla.
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PRIMER EJE
NUEVOS MODELOS DE LA
EDUCACIÓN SUPERIOR
De izquierda a derecha: Juan Luis Mejía, Maritza Rondón, Luis Felipe Guerrero y Cecilia María Vélez.
“LOS CURRÍCULOS ACTUALES, SUMAMENTE ESPECIALIZADOS, DEBERÍAN CONTEMPLAR UN ENFOQUE MÁS HOLÍSTICO”.
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Qué retos deberá asumir la universidad frente a los cambios sociales del futuro? Un primer desafío es adaptarse al ritmo en el que está cambiando la sociedad actual. El mercado laboral está renovándose tan rápidamente que, para Rafael Rangel, exrector del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, “lo más probable es que los egresados del futuro tengan que cambiar de actividad profesional” en algún momento de su vida, por lo que los currículos actuales, sumamente especializados, deberían contemplar un enfoque más holístico e incluir la formación en varias capacidades como el emprendimiento. Además, la globalización del conocimiento también impone un nuevo estándar en cuanto al tipo de contenido que se imparte en las universidades. Primero, por el reto de cómo adaptarlo a lo local: “A nosotros no nos sirve de nada estar repitiendo lo que dicen en el MIT”, opinó Cecilia María Vélez, rectora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Y, segundo, por el desafío
de cómo enseñarles a los alumnos a analizar la información, hacerse preguntas y transformarlas. “Hay que ver cómo el profesor voltea la clase, que los chicos traigan preguntas y las desarrollen. Los profesores tienen que estar en constante renovación”, agregó Vélez. En ese sentido, la labor del docente tendrá que cambiar drásticamente. En opinión de Maritza Rondón Rangel, rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia, este “debe facilitarle al estudiante para que sepa encontrar el conocimiento real. Las competencias ya no van a centrarse tanto en temas disciplinares”, sino en las capacidades de aprendizaje y disposición para el trabajo. Por eso, el maestro “debe ser un coach, un ejemplo”, que le entregue al estudiante los mecanismos para aprender, lo acompañe y lo provoque intelectualmente. Para Luis Felipe Guerrero, rector de la Universidad de Guanajuato, “los profesores tenemos que ir a la par de las exigencias de los estudiantes. Esto implica cambios de paradigmas en la organización de las instituciones. Tenemos que ver que no son el centro del universo y que tenemos que flexibilizar el conocimiento para facilitar el proceso del alumno”. Finalmente, el uso de la tecnología también será un factor determinante. No es cuestión de usarla por usarla, sino de aprovechar las herramientas para transformar el proceso educativo, como señaló Rondón. Esto, sin olvidar el componente social y cultural de la universidad, agregó Juan luis Mejía, rector de la Universidad Eafit, quien afirma: “Educamos en el aula, pero formamos en el campo”. La universidad no puede perder esa función social. “Bienvenidos estos cambios, pero, por favor, no vaciemos de contenido a la esencia de la universidad como centro de creación y epicentro de la cultura”, concluyó.
SEGUNDO EJE
U
na de las principales conclusiones del Congreso fue que la universidad del futuro no se puede sustentar de la misma manera en la que se sostiene actualmente. Para Alec Gershberg, experto en economía de la educación y asesor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las instituciones de educación superior tienen que reformular su estructura organizacional más allá del modelo de ganancias y pérdidas. “No es que este no sea importante”, señaló, “pero es necesario diferenciarlo del modelo de negocios que contempla más aspectos como la relación con los clientes, los aliados estratégicos, las actividades claves y la propuesta de valor. Nuestro argumento es que las universidades tienen que empezar a pensar de manera más holística en estos aspectos”. Esto implica, antes que nada, un cambio en la forma de pensar la universidad desde dentro hacia fuera. Ahora, Gershberg acepta que esto “es más fácil decirlo que hacerlo. La mayoría de administradores tratarán de recrear lo que ya hacen con un ‘enfoque futurista’. Es muy difícil sacarlos de la idea de ‘qué hacemos ahora’ y ‘cómo vendemos nuestro producto’, en vez de pensar en ‘qué no deberíamos hacer’. Así, es complejo concebir futuros radicalmente diferentes”. No en vano, buena parte de los modelos más innovadores están surgiendo del sector productivo y no de las universidades tradicionales, como señaló Claudia Aparicio, CEO de Dividendo por Colombia. Por ejemplo, la Singularity University tiene más aplicaciones que las universidades tradicionales gracias a la gran propuesta de valor que han construido alrededor del networking. “Eso es algo que tienen que trabajar más las universidades acá”, señaló Aparicio. Para los expertos, también es importante el trabajo de la mano de la comunidad. En Brasil, tienen un modelo conjunto entre lo público y lo privado, creado por la municipalidad y mantenido por fundaciones públicas, pero de dirección privada. Esto no solo dismi-
NUEVOS MODELOS
ORGANIZATIVOS Y ECONÓMICOS DE LAS UNIVERSIDADES
nuye los costos operativos cerca de un tercio por debajo de la mayoría de universidades brasileñas, sino que garantiza que el trabajo académico se enfoque directamente sobre las necesidades de la comunidad, dijo Paulo Ivo, vicepresidente de la Asociación Catarinense de las Fundaciones Educativas. “Tenemos que ubicarnos en una posición mucho más proactiva en la comunidad y ver cómo revaluamos el modelo para ser un agente activo tomando como base lo que está pasando en nuestro contexto más cercano”, señaló Rowen Simonsen, quien trabaja con la Universidad Kaospilot en Dinamarca, una escuela de administración alternativa que enfoca su metodología en hacer proyectos que los conecta con el sector industrial y con lo público. “Allá no recibes un diploma sino una hoja de vida”, dijo. Finalmente, Simonsen señaló otro componente primordial: no tener miedo a equivocarse. “Creo que uno de los riesgos más grandes es que no nos permitimos equivocarnos ni tener un ámbito suficientemente confiable para tomar riesgos y generar sistemas de retroalimentación. Debemos preguntarnos: ¿cómo generamos un ambiente de aprendizaje interno en las universidades?”
De izquierda a derecha: Rowan Simonsen, Claudia Liliana Aparicio, Paulo Ivo Koehntopp y Víctor Grosso.
MUCHOS MODELOS INNOVADORES ESTÁN SURGIENDO DEL SECTOR PRODUCTIVO Y NO DE LAS UNIVERSIDADES TRADICIONALES.
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TERCER EJE
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xtender la educación a toda la población, sin importar la edad, la ubicación o la ruta de acceso al sistema educativo, es uno de los grandes retos propuestos para los próximos años. Para Eva Cendon, investigadora principal del Departamento de Aprendizaje Permanente en FernUniversität y asesora de más de cien universidades en Alemania en este tema, esto implica reconocer diferentes tipos de perfiles según el camino desde el que llegan los estudiantes a la educación superior. Como explicó Cendon, hay todo tipo de estudiantes de aprendizaje permanente: los de “segunda oportunidad”; los que llegan con amplia experiencia profesional, pero que hasta ahora van a validar con un título; los que aplazaron sus estudios; los que vuelven después de varios años para estudiar más; los que abandonaron su carrera y quieren volver; los que quieren refrescar su conocimiento, o los que están pensionados y quieren expandir sus conocimientos. Esta variedad de perfiles implica que las universidades sepan valorar los conocimientos previos de los estudiantes así como adaptar su currículo a diferentes necesidades.
“LA UNIVERSIDAD TIENE QUE PERMITIR CAMINOS FLEXIBLES Y RECONOCER EL CONOCIMIENTO NO FORMAL E INFORMAL PREVIO”.
De izquierda a derecha: Alba Luz Muñoz, Lina Zuluaga, John Talbot y Eva Cendon.
LA UNIVERSIDAD ANTE EL RETO DE LA EDUCACIÓN
A LO LARGO DE LA VIDA 06
“Si pensamos en la gente que tiene experiencia profesional y que vuelve a la universidad a extender su conocimiento, hay que permitir caminos flexibles, reconocer el conocimiento no formal e informal previo y modularizar los programas para que se pueda entrar y salir”, contó la experta. Por ejemplo, en la Universidad de Chester, el Centro de Estudios Relacionados con el Trabajo (CWRS, por sus siglas en inglés) permite a los alumnos estudiar medio tiempo en una carrera en la que se negocia con los alumnos el tiempo, el currículo y el título que obtendrán. “La única obligación es que el currículo debe ser coherente, progresivo, se debe relacionar con el trabajo que hacemos, y la universidad debe tener las instalaciones necesarias para eso”, contó John Talbot, profesor asistente del CWRS. Para esto, la evaluación del conocimiento previo es fundamental. “Tenemos la facilidad de reconocer el aprendizaje que existe, como lo describió Eva. Si nos llega alguien de una universidad colombiana o rusa o inglesa, podemos poner esos saberes dentro de nuestro propio programa de estudio hasta en dos terceras partes del mismo”, dijo el profesor Talbot. Según contó Gary McNeely –coordinador de Reconocimiento y Medición del Aprendizaje Previo (Plar por sus siglas en inglés) de la Universidad de Brandon, en Canadá–, esto lo hacen mediante varias técnicas de evaluación que incluyen demostraciones presenciales, exámenes de competencias, entrevistas y la construcción de un portafolio con asesoría de la institución para determinar el nivel de conocimientos que tienen los aspirantes. Para Alba Luz Muñoz, vicerrectora académica de la Universidad Cooperativa de Colombia, “en el interior del país no lo tenemos tan avanzado a nivel de operativización”. Sin embargo, los elementos claves para mejorar en este aspecto en Colombia pasan por que las instituciones se pregunten dos cosas: “¿cómo lo hacemos?, no tanto el qué, y ¿cómo están esos currículos, qué tan flexibles y moldeables son?”.
CUARTO EJE
LA INVESTIGACIÓN
EN LAS UNIVERSIDADES DEL FUTURO
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as universidades tenían la función de referente intelectual. ¿Qué pasa con esas instituciones en una sociedad en la que se eliminaron completamente esos referentes?”, preguntó Félix de Moya, investigador de SCImago, en su conferencia sobre el futuro de la investigación. En su opinión, ante el reto de la modernidad, las instituciones de educación superior han buscado transformarse cada vez más de teaching a researching, en lo que algunos llaman la “harvardización” de las universidades, un proceso muchas veces impulsado por las políticas públicas. Sin embargo, el investigador puso en duda si esto realmente permite que cumplan su misión y, sobre todo, si la homogeneidad a la que conduce es realmente necesaria. “No creo que todas las universidades tengan que volverse de investigación. Tampoco creo en las que son solo de docencia. Ninguno de los dos extremos me parecen buenos”, expresó Moya, para quien la sobreactuación hacia la investigación tiene que ver con las exigencias de los marcos regulatorios, que a veces exageran para demostrar que se está produciendo un cambio en la institución. Para el español, el papel de la investigación es fundamental en cuanto a poner en contacto a los académicos, algo que ayuda a mejorar la capacitación de los académicos y el sistema educativo en general. “La mejora en la investigación enriquece las capacidades de la comunidad académica, así no haya resultado económico”. Los panelistas coincidieron en que la investigación es un aspecto crítico en las universidades del futuro. Para Diana Carolina Velasco, directora de Investigación de la Universidad del Rosario, “si nuestros profesores no investigan es difícil que enseñen cómo hacerlo. Hay que generar semilleros e investigar no solo en áreas foco, sino también en pedagogía. No basta con publicar más porque nos están citando, sino
hacer conocimiento relevante, que contribuya a la sociedad. Y, además, hay que abordar el aspecto de género: en Colombia solo el 37 % de los investigadores son mujeres”, indicó. Además, se concluyó que la universidad debe fortalecer su relación con la empresa y aprovechar la posibilidad de desarrollar tecnología de manera conjunta. Para Abraham Mendoza, director institucional de Investigación de la Universidad Panamericana, en México, “es el papel que tenemos nosotros: mientras en las empresas muchas veces no hay personas que puedan sacar el tiempo para innovar e investigar, en la academia sí las hay”. Otra cuestión que surgió durante el congreso fue si el problema de la investigación nacional está en la falta de inversión o en la falta de buenas ideas. “Yo creo que mientras exista curiosidad humana siempre va a haber cosas interesantes. El problema es que a veces existe una mal entendida prisa por generar productos de la investigación”, sentenció Eduardo Chamorro, director de Investigación de la Universidad Andrés Bello, en Chile, para quien las instituciones deben comprender que “no todas esas ideas pueden llevar a resultados inmediatos”.
“MIENTRAS EXISTA CURIOSIDAD HUMANA SIEMPRE VA A HABER COSAS INTERESANTES QUE INVESTIGAR”.
Arriba, de izquierda a derecha: Abraham Mendoza, Diana Velasco, Eduardo Chamorro y Pablo Correa. Abajo: Félix de Moya.
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QUINTO EJE
LA UNIVERSIDAD ANTE LOS RETOS DE LA
INCLUSIÓN, LA EQUIDAD Y LA SOLIDARIDAD
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o se puede pensar la universidad del futuro si esta no es incluyente. Hoy, después de siglos de exclusión del género femenino de la educación superior, ya hay más mujeres que hombres en la mayoría de universidades del mundo occidental. Pero, mientras “en América Latina el 60 % de los graduados son mujeres”, como contó Martha Burkle, directora del Centro de Aprendizaje, Innovación e Investigación de Assiniboine College, “solo el 30 % salió de carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés)”. Esta falta de representación de género en estas carreras es perpetuada, en opinión de Burkle, por cuatro mitos: que las mujeres no tienen la misma capacidad de pensar matemáticamente que los hombres, que la académica siempre escoge a los mejores, que el sistema está bien y no hay nada que hacer, y que la desproporción se irá solucionando sola. Para la experta, hoy las universidades deben implementar políticas para atacar esta problemática. De un lado, mediante la promoción de una conciencia en la comunidad y, de otro, mediante el desarrollo de estrategias enfocadas. En cuanto a la inclusión racial, Burkle propone “desarrollar políticas para incluir más indígenas y que ellos se sientan en un espacio suyo y no excluidos por el conocimiento occidental”. En este sentido, un caso destacado es el de la Universidad Cooperativa con un modelo que “comprende que el individuo debe ser el que está inmerso en su realidad”, como explicó María Consuelo Moreno, vicerrectora de Proyección Institucional de la Universidad Cooperativa de Colombia.
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De izquierda a dere cha: Toeke Moeller, Diana Sagástegui, María Consuelo Moreno, Andrea Mangiatordi y Julio César Guzmán
“LAS UNIVER SIDADES DEBEN IMPLEMENTAR POLÍTICAS PARA ATACAR LA PROBLEMÁTICA DE LA BRECHA DE GÉNERO”.
“Nuestro modelo permite valorar lo subjetivo y lo intersubjetivo y define esa posibilidad de conquista de autonomía”. En ese aspecto, es muy interesante el trabajo de inclusión que se hace en otros países como Italia con las personas con necesidades de educación especial. Andrea Mangiatordi compartió su experiencia trabajando por la educación inclusiva con personas de necesidades especiales de aprendizaje: “Podemos pensar la discapacidad como un problema, esta es una versión clásica. Pero prefiero verla como el resultado de una interacción entre un sujeto con necesidades específicas y un entorno. Y eso quiere decir que su condición no es algo de la persona, es el resultado de una interacción. La tecnología, como entorno de interacción, permite modificar sus condiciones de aprendizaje”, dijo. En este sentido, y como coincidieron todos, el reto de las universidades en el futuro próximo es enorme. “Vivimos en una sociedad en la que las asimetrías sociales han sido crecientes. Ocho personas en el mundo tienen los mismos recursos que el 50 % del mundo más pobre”, dijo Diana Sagástegui, investigadora en Educación, y los requisitos de una educación más inclusiva y flexible son cada vez mayores. Ante esto, Toke Moeller, experto en innovación educativa y liderazgo participativo, propuso que este reto “no lo enfrentemos sin ellos. La acción puede ser invitar a gente que representa esas diversidades a ver cómo ve esta problemática, y se puede volver parte de esta solución. Esto, para mí, es la verdadera inclusión”.
SEXTO EJE
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a conclusión en el Congreso fue que la educación tiene que cambiar en la era digital. Esteban Venegas, director del Observatorio de Innovación Educativa, Itesm, comenzó su intervención señalando que “los alumnos del futuro deben ser creativos y tener una mentalidad flexible, por lo que el aprendizaje tiene que ser experiencial” para competir en un mundo donde tendrán que competir con la automatización digital de las labores. Para Carlos Lugo, director técnico de apropiación de TIC del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, tenemos que preguntarnos ¿qué educación es la que estamos digitalizando? ¿Tenemos profesores preparados para hablar de la era de internet? Mpine Makoe, experta en educación en línea, invitó a aprovechar las tecnologías digitales en beneficio de la educación y de los estudiantes. El uso de celulares, no solo computadores, cuando se habla de digitalización de la formación es muy útil por las facilidades de uso que tiene. Además, se refirió a la información abierta, en la que “el contenido está en todos lados y ya no podemos esperar a que los estudiantes se sienten y respondan un examen de la misma manera en la que se hacía hace 300 años”. La experta invitó a no reproducir lo que han hecho otros países, sino a pensar en lo que necesitan los propios, la mayoría en vía de desarrollo. “Si se sentía que nuestros países no estaban montándose tanto en la ‘ola de la tecnología’ es porque esta no habla con nuestro contexto. Pero si lo adaptamos a nuestro ámbito de acción, habrá gente entusiasmada interesada en lo que estamos haciendo”, dijo Makoe. Pero, para lograrlo, un aspecto clave es la cooperación interinstitucional. Como señaló Makeo, hay falta de coordinación y mucha duplicación de esfuerzos. Pilar Murcia, directora de la sede en Colombia de la Universidad Oberta de Catalunya, agregó que “no estamos acostumbrados a compartir y crear con alguien. Tenemos que hacer más trabajo de cooperación. Con la
“LOS ALUMNOS DEL FUTURO DEBEN SER CREATIVOS, POR LO QUE EL APRENDIZAJE TIENE QUE SER EXPERIENCIAL”.
De izquierda a derecha: Esteban Venegas Villanueva, Carmen Ricardo, Carlos Lugo Silva, Pilar Murcia y Laila Abu Shihab.
educación virtual ya un estudiante no tiene que irse a Barcelona para tener una movilidad educativa”. Carmen Ricardo, investigadora en Educación TIC, dijo que la labor de los docentes “a la hora de desarrollar espacios de aprendizaje” es fundamental. Ahora, la principal problemática es que el profesor por sí solo no lo puede hacer. Necesita una actitud abierta para atreverse a innovar y se le tienen que garantizar los espacios y los tiempos para hacerlo”, indicó. En este sentido, Lugo agregó que no es posible que la inmersión tecnológica se realice desde la Oficina de Informática, como sucede en muchas universidades del país, y no desde los mismos profesores –que son los que tienen que adoptarlo– o el departamento de Pedagogía. Finalmente, pensar en lo que encuentran útil los alumnos y necesitan para su vida también es un componente fundamental en la adopción y apropiación de las tecnologías digitales. “Desde la academia a veces pensamos en términos muy abstractos. Hagamos cosas que les interese a los alumnos, que entiendan fácilmente. Estamos compitiendo con un mundo que es bastante asequible, no podemos dejar de serlo nosotros mismos”, concluyó Makoe.
LAS UNIVERSIDADES ANTE EL USO DE
TECNOLOGÍAS DIGITALES EN LA EDUCACIÓN
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CONCLUSIONES
MANOS A LA OBRA Estas son las conclusiones que dejó el Congreso. Con la hoja de ruta marcada, solo falta que las instituciones se apropien de estos conocimientos y empiecen a generar el cambio.
L
o primero que las universidades deben tener en cuenta, como se mencionó repetidamente en el Congreso, es que la sociedad es radicalmente diferente a la que se enfrentaban en siglos pasados. Como señaló el investigador Félix de Moya, por años la universidad se constituyó como el referente intelectual por excelencia. Hoy, con la irrupción de internet y la participación de diversos actores en una creciente economía del conocimiento, esas referencias están desdibujadas. Cualquiera con acceso a la web tiene una ventana abierta hacia casi toda la información global, con el desafío de que, en la era de la posverdad, los límites entre lo que es cierto y útil y lo que no lo es son más borrosos que nunca. Además, muchas empresas y otros sectores ahora incursionan en el mercado del conocimiento, llegando, incluso, a liderar en términos de investigación e innovación. En este escenario, es primordial que las universidades repiensen su modelo administrativo y pedagógico creativo e innovador. Que el estudiante debe ser el centro de la educación no es nada nuevo, pero todavía falta que las instituciones y los profesores avancen más en esta dirección y creencia. Dictar clases desde una cátedra magistral es un modelo del pasado –la misma palabra, el “dictador de la clase, el dueño del conocimiento”, como señaló Luis Mejía, rector de la Universidad Eafit, denota su atemporalidad–. Pero aún así, sigue presente en gran parte del sector. Igualmente, hay que poner al alumno en el centro del modelo de negocio, como propuso Alec Gershberg, asesor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Las universidades deben replantearse cómo van a operar de cara al futuro y estructurar de forma holística todos los componentes organizacionales que les dan un valor agregado. En esta dirección es útil pensar en las alianzas interinstitucionales, que le permiten flexibilizar y enriquecer más su oferta. Una conclusión grande del Congreso es que las instituciones y sus actores tienen que aprender a cooperar más entre sí. Y, en general, flexibilizar la oferta, desde el currículo hasta las opciones de movilidad educativa, es una necesidad de cara al futuro. En parte porque, como lo señaló Josep Duart, coordinador de The University of the Future
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“SE DEBE PONER AL ESTUDIANTE EN EL CENTRO DEL MODELO PEDAGÓGICO Y DE NEGOCIO DE LAS INSTITUCIONES”.
Network, los jóvenes de hoy exigen una educación mucho más personalizada y adaptada a sus necesidades. Y también porque solo así puede garantizarse una educación verdaderamente incluyente que contemple las diversas necesidades que pueden tener, desde las personas tradicionalmente excluidas de la educación superior (mujeres, minorías raciales, culturas apartadas, personas con necesidades especiales de aprendizaje) hasta quienes buscan volver, continuar o expandir su conocimiento con una educación a lo largo de la vida. Es menester saber adaptar el currículo y valorar eficazmente los conocimientos previos formales e informales de los alumnos para que esta sea posible. En este aspecto de la personalización, el uso de la tecnología es una ayuda significativa. Con ella, un estudiante de una región apartada puede tener acceso a una universidad por la educación a distancia, asumiendo que cuente con la conectividad necesaria. Esta es una ayuda fundamental en países en desarrollo como Colombia,
Finalmente, la universidad no debe perder su valor histórico social como espacio de intercambio intelectual. Como se decía anteriormente, esta debe reposicionar cuál es su valor agregado en la sociedad de la información. En este sentido, su existencia histórica como epicentro de cultura y de relaciones sociales puede darle una ventaja comparativa significativa.
CONVERTIR LAS PROPUESTAS EN HECHOS
donde la oferta de educación terciaria en las regiones es escasa. Sin embargo, los expertos señalaron que no se trata de digitalizar la misma educación tradicional. El contenido tiene que adaptarse a su entorno y a su época. Como señaló la especialista en educación a distancia Mpine Makoe, es importante que la tecnología se enfoque, primero, en las expectativas de una generación hiperestimulada por internet que está acostumbrada a recibir información de cierta manera. Y, segundo, en las necesidades locales de la comunidad, que son muy diferentes en países como Colombia a las del primer mundo. De por sí, la adaptación al medio local es un requisito de las universidades para muchos de los expertos del Congreso. La investigación, por ejemplo, debe dirigirse a las necesidades de la comunidad. Eso, y su función como vaso comunicante entre los docentes y la comunidad académica, reivindica su papel más allá de los puntos docentes o el posicionamiento en los rankings universitarios.
“EL SECTOR PÚBLICO DEBE FORMULAR POLÍTICAS PÚBLICAS QUE DIRIJAN AL SECTOR HACIA LA RENOVACIÓN QUE NECESITA”.
Por supuesto, es importante pensar que estas ideas no se queden en el papel. Como señaló la rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia, Maritza Rondón Rangel, durante su intervención introductoria en el Congreso. De hecho, el objetivo de este era que esas experiencias y conclusiones “redunden en beneficios para las universidades y el futuro de los estudiantes”. En este orden de ideas, es importante que las universidades y sus gestores renueven la forma de entender su oficio, que piensen fuera de lo convencional y dejen de trabajar sobre las bases del pasado. En otras palabras, hay que atreverse a innovar. “No por picar a la tortuga va a andar más rápido”, señaló Gershberg haciendo referencia a que las instituciones no van a cambiar si siguen pensando en mantener su misma organización y solo adaptarla a los desafíos futuros. El cambio debe ser completo y estructural. Por eso, el trabajo con los profesores es vital. No sirve que se cambie la política institucional si los docentes siguen enseñando de la forma que conocen y se sienten más cómodos. Pero estos tampoco pueden innovar si, desde arriba, no se les garantiza un ambiente para hacerlo. Finalmente, el sector público debe formular políticas públicas que dirijan al sector hacia la renovación que necesita. De hecho, la mayoría de países que han logrado modernizar su educación lo han hecho con el aval y la dirección del Estado.
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CONCLUSIONES
EN PALABRAS DE LOS EXPERTOS El Congreso Internacional ‘El Futuro de las Universidades’ convocó a un reconocido grupo de expertos en el sector para discutir los desafíos académicos, organizativos, financieros y tecnológicos que tienen para el futuro. Estas son algunas de las frases más interesantes que dejó el evento. Esteban Venegas Director del Observatorio de Innovación Educativa, Itesm “Hoy en día todos hablan de la automatización, de los oficios que van a competir con la tecnología, como los contadores, los financieros y los médicos, incluso. ¿Qué hacemos desde la universidad frente a eso? La idea principal es que tenemos que desarrollar las competencias”.
Luis Felipe Guerrero Rector de la Universidad de Guanajuato “Vivimos en una época de grandes evoluciones, pero grandes paradojas. Hay un desarrollo considerable, pero miles de personas siguen muriendo de hambre. No es solamente el crecimiento de las ciudades, sino un desarrollo en la parte humana. Las universidades tenemos que reafirmar la visión humanística”.
Maritza Rondón Rangel Rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia
“Debemos tener siempre presente que la sociedad espera que la educación tenga respuestas para resolver problemas de la actualidad. La consigna de estos días es hacer algo desde ya. Casi Alec Gershberg todo lo que Presidente del Urban Policy se hace Analysis and Management a último Program momento “Hay que poner al estudiante queda mal”. en el centro del sistema de
Josep M. Duart Coordinador de The University of the Future Network “Educar es participar en la construcción del futuro de una persona. Esto es una gran responsabilidad que no se logra sin adaptación a las dinámicas de cada contexto y momento histórico. El estu diante de la sociedad digital se caracteriza porque quiere ser el protagonista de su propia formación, a su ritmo, con un modelo Rafael Rangel educativo personalizado”. Exrector del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
aprendizaje. Pensar qué le da ganancias, qué le produce dificultades y cómo lo atendemos. Solo entonces puedes empezar a pensar qué clase de servicios y bienes necesitan los estudiantes del futuro”.
“Los currículos son sumamente especializados. Preparamos a los alumnos para una carrera en particular y al final de cuentas, cuando egresa, es poco probable que la pueda continuar durante toda su vida profesional”.
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Claudia Aparicio CEO de Dividendo por Colombia - United Way “Si uno se preguntara cuál es el horizonte de la Mpine Makoe educación, la respuesta es bastante Experta en educación en línea y clara: el cambio. Pero los cambios a distancia de la Universidad de que se han predicho no se han Carmen Ricardo Sudáfrica (Unisa) hecho. Esta es una de las industrias Investigadora en Educación TIC, “Los estudiantes se están más conservadoras que hay y los Universidad del Norte revelando ante la educación cambios están viniendo de personas “Cuando un docente empieza a tradicional porque no es que no hacen parte del sector”. usar tecnologías debe desarrollar relevante en sus ámbitos, ambientes de aprendizaje. No no representa ningún valor podemos perder de vista que cada agregado dentro de su cosa que hacemos en educación entorno. Por eso hay tanta está respondiendo a unos perfiles Diana Velasco deserción”. que queremos entregarle a la Directora de Investigación e sociedad. Eso quiere decir que los Innovación de la Universidad docentes son protagonistas a la hora de del Rosario desarrollar espacios de aprendizaje con las “Solo el 37 % de tecnologías”.
los investigadores en Colombia son mujeres. ¿Cómo nos cuestionamos la ausencia de género en este medio?”.
Pilar Murcia Directora de la sede en Colombia de la Universidad Oberta de Catalunya “A veces pensamos que porque son millennials son expertos en educación virtual. Pero no es así. A ratos pueden incluso ser bastante torpes en cómo manejar las tecnologías con un objetivo didáctico”.
Eva Cendon Investigadora principal del Departamento de Aprendizaje Permanente en FernUniversität
“Si pensamos en la gente que tiene experiencia profesional y que vuelve a la universidad a extender su conocimiento, hay que permitir caminos flexibles, reconocer el conocimiento no formal e informal previo y modularizar los Martha Burkle programas para Directora del Centro de Aprendizaje, que se pueda Innovación e Investigación de Assiniboine College entrar y salir”.
“Mientras que el 60 % de los graduados en educación superior son mujeres, en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) solo son el 30 %. Hay que desbancar el mito de que las mujeres no tienen la misma capacidad que los hombres de pensar de forma matemática”.
Félix de Moya Investigador de SCImago
“Al final, si cuando a un estudiante se le habla de Rousseau piensa que está perdiendo el tiempo porque eso está en Wikipedia, ¿qué vamos hacer? ¿Enseñarles a usarla, cuando la usan mejor que nosotros? ¿No será entonces que en la investigación está la tabla de salvación de las universidades?”. 013
INFOGRAFÍA
BALANCE SOCIAL La Universidad Cooperativa de Colombia es una institución multicampus de propiedad social, presente en 17 ciudades en todo el país, que busca educar personas con las competencias para responder a las dinámicas del mundo.
CUENTA CON 210 AMBIENTES PRÁCTICOS DE APRENDIZAJE Y EQUIPOS DE ÚLTIMA TECNOLOGÍA
INFRAESTRUCTURA TECNOLOGICA
n 4 multifuncionales Laboratorios de simulación clínica de salud n Morfología n 6 cabinas de n Geotecnia y psicología n Consultorio grupal pavimentos n Redes y n Sala de evaluación telecomunicaciones n Mesa de dinero n Fluidos y términos n Sala cross media n Cámara Gesell n Sala de arte n 6 consultorios de psicología n Centro de Desarrollo Psicopedagógico millones invertidos n Eléctrica y en 2017 para nuevos automatización ambientes.
millones al servicio de la educación superior en los siguientes proyectos académicos y administrativos:
n
$ 1342
$ 15.000
Migración del servicio de mensajería digital Microsoft Exchange a Microsoft Office 365 n Microsoft Imagine Cup n Gestión de costos n Gestión de Identidades n Educator Grant n DreamSpark n Imagine Access n Pluralsight n Student Advantage n Microsoft Student Partner n n
INFRAESTRUCTURA FÍSICA
$ 11.590
millones invertidos en 2016 para mantenimiento, renovación, proyectos y nuevas construcciones.
Nueva infraestructura sede Medellín 014
INVESTIGACIÓN PARA LAS REGIONES
$ 6121
millones para Investigación
266
productos publicados
8
revistas indexadas
199
semilleros
La UCC se preparó para la visibilidad institucional con la asesoría técnica de SCImago Research Group. Tiene 71 grupos de investigación y 199 investigadores reconocidos por Colciencias.
EGRESADOS Iniciaron la Bolsa de Empleo Transnacional con la autorización del Servicio Público de Empleo del MinTrabajo.
394
egresados conformaron la Red Solidaria en el Programa Corazón Alumni, la cual impactó a estudiantes de bajos recursos económicos y comunidades en estado de vulnerabilidad.
22.053
profesionales en las diferentes regiones se capacitaron en la Red de Conocimiento Alumni.
RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA
Tiene un plan de becas, estímulos y auxilios económicos por valor de $ 5818 millones que benefició a 15.149 estudiantes.
1
Tuvo 10.751 estudiantes en 2016 y cuenta con el sistema institucional de evaluación de competencias que mide el progreso del aprendizaje.
2
Tiene un Comité Asesor Internacional, conformado por expertos del sector de la educación en áreas como la internacionalización, la formación por competencias y uso de tecnologías en educación.
En 2016, brindó más de $ 300 millones en beneficios económicos para sus empleados. Cuenta con 14 Centros de Conciliación con Certificación en Norma Técnica de Calidad NTC 5906 por el Icontec.
MODELO EDUCATIVO CON ENFOQUE POR COMPETENCIAS
Son 504.846 beneficiados, principalmente de estratos 1 y 2.
32.910
personas han sido atendidas en consultorios jurídicos.
3
Ha invertido $ 594 millones en la formación y cualificación de 2331 profesores en la Escuela para la Excelencia Educativa.
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