Periódico Alma Mater ED615

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Nº 615 Medellín, noviembre de 2012 SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Con perfil amazónico

Páginas 2 y 3

Elogio a la dificultad de hacer ciencia en el país

Páginas 6 y 7

La divulgación científica tiene su ciencia

Página 9

Vadear la ciudad

Página 10

El cuidado de sí, del otro y de las cosas

Página 15

Un siglo de Estudios de Derecho

Página 16

Este banco tiene altas tasas de interés...

Sistema de salud, sin signos vitales

20 y 21

Las luces de Lucía

Páginas
Foto Luis Javier Londoño Balbín Foto Archivo / cortesía IPS Universitaria
Páginas 4 y 5

Química Farmacéutica de la Universidad de Antioquia, la profesora durante mucho tiempo de farmacognosia y fitoquímica es reconocida como investigadora de plantas medicinales, tóxicas y antiofídicas.

Docente de tiempo completo y mucho más. Es lo que lo que ha hecho durante casi tres décadas y lo que quiere seguir haciendo de algún modo, a pesar de haberse jubilado en abril de este año.

“Primero fui docente, segundo fui docente, tercero fui docente”, expresa, y confiesa —como si se tratara de un extravío— que en el camino se enamoró de las plantas y de las serpientes. Y entonces también fue investigadora y supo más de las serpientes y de las sustancias que existen en la naturaleza para contrarrestar su mortal veneno.

Por esos ‘amoríos’, propios y extraños reconocen a la profesora Silvia Luz Jiménez Ramírez como una autoridad en plantas medicinales y en sustancias antiofídicas. Autoridad que la comunidad universitaria rubrica al otorgarle este año la Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea, la máxima distinción que confiere la Universidad de Antioquia a quienes han hecho aportes originales en su profesión o han ocupado altas dignidades del Estado.

Ya antes, en abril de 2011, la comunidad científica internacional le había tributado especial reconocimiento a la labor académica y científica de quien se desempeñara en su momento como decana de la Facultad de Química Farmacéutica, al ser postulada y aceptada como miembro Correspondiente de la Academia Iberoamericana de Farmacia.

El día que en Sevilla, España, ingresó, con toga y pompa al recinto donde sus pares, con la ceremonia que la ocasión exigía, la acogían como integrante de la Academia, sintió una alegría similar como cuando le propusieron en 1987 que fuera profesora de farmacognosia y fitoquímica, la materia que más le gustó como estudiante.

Aquel honor, el de la pertenencia a la Academia Iberoamericana, se le dispensa a los farmacéuticos que destaquen por su trayectoria, lo-

Investigadora por puro

La profesora Silvia Luz Jiménez Ramírez es la primera mujer colombiana que recibe el honor de ser miembro Correspondiente de la Academia Iberoamericana de Farmacia y la segunda de América Latina. En la foto, muestra una de las plantas antiofídicas, Alpinia zerumbet, de la familia de las zingiberaceae, que se encuentra en el campus, muy cerca de su sitio de trabajo.

gros, reconocimiento e impacto en el medio nacional e internacional.

Y es lo que ha conseguido por su trasegar en las aulas, en los laboratorios, en las selvas, “con su perfil amazónico”, como dice ella, perfil que la impulsó a aceptar sin vacilación a trabajar con el médico Rafael Otero en el grupo de investigación Ofidismo y escorpionismo y con el profesor Ramiro Fonnegra, quien dirigió por muchos años el herbario de la Universidad de Antioquia.

Con ellos se adentró en los parques nacionales y los lugares

recónditos de la geografía colombiana y cosechó buena parte de los mejores frutos en los campos de la docencia, de la extensión y de la producción científica, como el gran proyecto de investigación que, años atrás, ejecutó en tres etapas con el respaldo de Colciencias y que derivó en artículos en publicaciones nacionales e internacionales de prestigio, en libros, formación de estudiantes de pregrado, maestría y doctorado. Uno de los libros es Plantas medicinales aprobadas en Colombia, en coautoría con el profesor Fonne-

gra, que cuenta con dos ediciones y la virtud de haberse convertido en el primer vademecum del país en la materia, y por tanto fuente de consulta obligada del Invima y de quienes requirieran saber de la identidad botánica, las propiedades curativas, la preparación y las dosis. El otro libro, en coautoría con Otero y Fonnegra, es Plantas utilizadas contra mordeduras de serpientes en Antioquia y Chocó, Colombia. Fueron, observa la profesora Jiménez Ramírez, más de cien plantas estudiada s en e sas

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Foto Luis Javier Londoño Balbín

amor a la naturaleza

regiones, en once de las cuales lograron identificar su capacidad para neutralizar el veneno y hoy siguen siendo objeto de estudio como plantas antiofídicas de vital valor. Y ya que por problemas de orden público se ha dificultado volver a hacer colecciones en los parques en donde encontraron las plantas antiofídicas, el grupo se vio abocado a buscar alternativas. Para producir las partes de las plantas que contienen los metabolitos activos la biotecnología vegetal ha resultado imprescindible. Cultivos de células, plántulas, in vitro, tubos de ensayo, hacen parte del arsenal científico para mantener vivo y desarrollar el cúmulo de conocimiento alcanzado en el área a lo largo de los años.

Aunque ahora existe el vademecum colombiano de plantas medicinales aprobadas, promovido por las autoridades fitosanitarias, durante mucho tiempo los trabajos de la profesora Silvia Luz Jiménez Ramírez con otros investigadores fueron referente obligado de estudio para identificar las especies y la posología y preparación.

“De ahí hemos derivado toda una vida de investigación”, dice, y señala que ahora mismo hay estudiantes de doctorado que están trabajando con plantas o con extractos.

Por todo ese bagaje la profesora e investigadora Silvia Luz también se convirtió en asesora y consultora de organismos gubernamentales como el ministerio de Protección Social y de empresas farmacéuticas en el país y el mundo. Además de par evaluador del Consejo Nacional de Acreditación del Ministerio de Educación Naciona l para los programas académicos de farmacia en Colombia, presidenta de la Asociación Colombiana de Programas de Farmacia y en los últimos años

activa participante en la reforma curricular del programa de Química Farmacéutica.

Y ahí seguirá, mientras el ánimo y el espíritu de su ‘perfil amazónico’ se lo permita, pues talvez ahora disfruta con mucha más pasión y satisfacción la tarea ‘ad honorem’ que con otros profesores realiza, la asesoría a los estudiantes de la Facultad, como una estrategia para contrarrestar la deserción.

“Es una forma de hacer devolución y de retribuir todo lo que la Universidad me ha dado”, dice. También reconoce que es un ancla para reencontrarse cada semana con su gente, pero sobre todo, “una obligación y un deber cuando uno es agradecido”, sentencia.

Acreditada Maestría en Literatura Colombiana

La Maestría en Literatura Colombiana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia recibió por parte del Ministerio de Educación Nacional la acreditación de alta calidad.

Después del proceso de autoevaluación que comenzó en 2008, de la presencia de pares académicos evaluadores de la Universidad de Cartagena y la Universidad de Cali, de los informes pertinentes al Comité Nacional de Acreditación, el Ministerio decidió otorgar el reconocimiento de la calidad por un término de seis años.

“Este fue un proceso en el que todos participamos: profesores, estudiantes, egresados y directivos; por ello, es un logro para la Maestría, para el pregrado en Letras: Filología Hispánica, la Facultad y para nuestra Universidad”, dijo la coordinadora de la Maestría, María Eugenia Osorio Soto.

La resolución ministerial destaca la trayectoria y continuidad de la Maestría como una de las más antiguas en Colombia, la calidad e idoneidad de los profesores, dado que son doctores con título en universidades internacionales, la eficacia de los egresados, y la calidad y pertinencia académica.

“Este es un programa académicamente competente y en el que se puede estar en contacto con los principios investigativos en el sentido más riguroso”, dijo el egresado Juan Carlos Herrera.

El CNA recomendó mejorar algunos aspectos como el fortalecimiento de las relaciones y comunicaciones con los egresados, la generación de mayores relaciones con programas pares a nivel nacional, y la estimulación del aprendizaje de lenguas extranjeras.

“Hacen falta grupos de investigación constituidos y relacionados con otros grupos de investigación tanto nacional como internacionalmente”, dijo Ana María Ríos, estudiante de segundo semestre de la Maestría.

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El río Medellín bordeado de plantas luminosas. La imagen parece de ciencia ficción, pero es plenamente factible, según la profesora Lucía Atehortúa Garcés, coordinadora del Grupo de Biotecnología de la Universidad de Antioquia, clasificado en la categoría A1 de Colciencias.

Hablar con ella es como transportarse al futuro y ver cosas que aun no existen, como ese río iluminado por plantas fluorescentes, producidas mediante una manipulación celular en la cual a las matas se les injertan los genes que hacen brillar a las luciérnagas o cocuyos.

Claro que ese no es, por supuesto, su único proyecto, ni el más importante. Sus ideas van siempre más allá, en procura de hallar soluciones a necesidades humanas, como producir frutas y otro tipo de vegetales sin cultivarlos en campo, algo que ya ha logrado con la naranja y el cacao, mediante multiplicación celular. “¡Eso no es posible!”, fue la respuesta de algunos científicos europeos cuando comenzó a plantear esos proyectos. Sus ideas suelen generar escepticismo, pero a la postre suelen, también, convertirse en realidad.

Actualmente, Lucía y sus “treinta muchachos talentosos”, como se refiere —con evidente cariño— a los integrantes de su grupo, trabajan en la producción de polifenoles de chocolate “que son los bioactivos más importantes del chocolate”, dice la profesora. Explica que protegen el sistema cardiovascular y las neuronas, y tienen muchas propiedades medicinales como antioxidantes, antivejez y anticancerígenas.

Además, adelantan un proyecto de producción de manteca de cacao para los sectores cosmético y alimentario. “Todos los productos de cacao los podemos generar por esos sistemas de cultivo, con la ventaja de que podemos sacar cacaos que aun no existen en el mercado. Por ejemplo tener células de almendra y células de cacao, y sacar un cacao almendrado, sin ser transgénico”.

Agrega que pueden elegir los sabores y las características del producto: “uno puede manipular todo a nivel celular, sin tocar la genética, porque hay mucha gente reacia a la transgénica, pero simplemente con manipulación celular, como se hace hoy con células madre y cultivo de tejidos humanos… nosotros hacemos lo mismo pero con vegetales. Podemos generar prácticamente cualquier producto vegetal”.

Como de ciencia ficción

En el momento, Lucía está empeñada en la producción de colorantes de mazorcas de maíz, para una empresa de pigmentos, y también quiere elaborar harina de maíz de colores. Mientras sonríe dice, casi con picardía, como una niña: “que ya no sean las arepas blancas, sino rojas, moradas o, para Halloween, negritas; sacar tortillas o crispetas negras que se puedan vender en el mercado para un día como Halloween. Son cosas que se pueden hacer, no son extraterrestres, no son ciencia ficción, son realidades”.

Así es ella, una máquina de ideas y proyectos que realiza a fuerza de talento y dedicación.

La producción de pigmentos, que se utilizan en las industrias alimentaria y farmacéutica, es una línea estratégica, dado que están prohibidos los pigmentos químicos y sintéticos, por los daños que causan a la salud. De ahí que la tendencia mundial sean los colorantes naturales. “Hay una explosión de interés de todas las empresas farmacéuticas y cosmecéuticas norteamericanas,

europeas y asiáticas en productos naturales nuevos”, según la profesora Lucía. Ese interés no solo abarca los colorantes, también productos antivejez o para conservar la piel. Estos últimos —precisa la profesora— están contenidos en microalgas, y en su laboratorio hay un producto para ese propósito. “Es un polisacárido sacado de un alga roja que produce pigmentos que valen entre 5.000 y 33.000 dólares el gramo, porque tienen muchas aplicaciones; además

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produce polisacáridos antivejez, porque miden los tres factores de envejecimiento”, afirma.

Explica que los seres humanos envejecemos porque en nuestro organismo hay enzimas que se activan con los años y destruyen el colágeno, el ácido hialurónico y la elastina. Los bioactivos de las microalgas inhiben esas enzimas e impiden el envejecimiento. Otro proyecto con el que sueña —y espera que Dios le dé el tiempo— es buscar cristales fotónicos en plantas tropicales. Explica que esos cristales cumplen un papel vital en las tecnologías. “Hoy se mueve todo con luz. Mi teoría es que las plantas, a través de la evolución, han desarrollado sistemas para captura de fotones de luz solar. En el bosque húmedo tropical, donde prácticamente no hay entrada de luz solar, las plan-

tas que crecen en la base deben tener sistemas muy eficientes de captura de fotones y ahí creo yo que vamos a encontrar cristales fotónicos, biocristales fotónicos. Esto sería una revolución en términos tecnológicos, porque hoy hablamos de oleds, (organic leds) o sea leds orgánicos”, dice.

Un oled (acrónimo inglés de organic light-emitting diode), es un diodo orgánico de emisión de luz, que se basa en una capa electroluminiscente formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan, a una determinada estimulación eléctrica, generando y emitiendo luz por sí mismos.

Lucía y su grupo ostentan cuatro patentes aprobadas en los Estados Unidos, dos de ellas en 153 países; tienen seis más en proceso, y están elaborando otra con la Asociación de Bananeros

El 9 de octubre, en la celebración del Día Clásico de la Alma Máter, Lucía Atehortúa Garcés recibió la Medalla Francisco José de Caldas a la Excelencia Universitaria Categoría Oro. “Esta distinción que me hace la Universidad es para mis estudiantes, para mi esposo, para mi familia, que me han acompañado en los sueños y en las ideas, y la Universidad me ha dado los instrumentos y las herramientas para construirlos y llevarlos a cabo”, dijo.

de Colombia, Augura, para un bioactivo contra la sigatoka negra.

“Posibilidades de nuevas patentes hay muchas, porque en este país no nos hemos dado cuenta de la riqueza y del potencial que tenemos, y eso debe generar desarrollos novedosos y creativos, que lleven a patentes”, observa la investigadora.

El tono de su voz se ensombrece un poco al decir que “después de obtener la patente, lo más importante es llevar procesos de escalado, poder vender los procesos, la tecnología, licenciar las patentes; es decir, todo lo que viene podría ser un factor económico para la Universidad. Es un llamado para la Universidad a formar un equipo de abogados, de economistas expertos en este tema, financieros, que valoren este conocimiento y salgan a ofrecerlo y a venderlo al mundo”.

Dice, por ejemplo, que una transnacional está interesada en su cacao, pero el grupo no ha podido producir muestras para enviarle: “lo que tengo yo en mi laboratorio es para investigación, no para producción. Nosotros necesitamos mandar muestras para que esto sea parte del proceso de relación económica con grandes empresas. Necesitamos un biorreactor para producción, una planta piloto para escalar y sacar muestras de envío para todos los interesados, hacer las pruebas que ellos quieran, y luego hacer el negocio de cómo vamos a trabajar la producción”, puntualiza.

Las limitaciones tecnológicas les dificultan llevar a cabo otra línea en la que quieren incursionar, la transferencia genética. “Es difícil por ejemplo cultivar ciertos hongos bajo las condiciones que tenemos hoy de biorreactores. Necesitamos biorreactores antiadherentes, estamos buscando nuevos sistemas de equipos que nos den las propiedades. Yo sé que en Alemania el [Instituto] Max Planck acaba de sacar biorreactores antiadherentes”, precisa.

Añade que aprovechará un viaje que hará a Alemania a dictar una charla a empresarios y a la comunidad latina y alemana sobre lo que están haciendo en el laboratorio, para formar alianzas y buscar soporte tecnológico, “que podamos llevar la última tecnología al servicio de lo que nosotros ya tenemos, para que podamos ser competitivos y productivos”, dice. Una de sus mayores preocu -

paciones es el cambio climático, fenómeno que la humanidad no ha asumido como un peligro y amenaza para la supervivencia humana. Advierte que va a generar problemas en el campo para la producción de alimentos, de productos industriales, y de energía, sobre todo de biocombustibles, que dependen mucho de plantas, de desechos agrícolas o de aceites vegetales.

No obstante, plantea una fórmula para afrontar la situación: “si combinamos tecnologías como las que estamos desarrollando nosotros y aplicamos toda la parte genética y molecular para hacer lo mejor que podamos, es probable que en Colombia en veinte años todo el mundo esté físicamente en la olla porque no hay qué producir, pero que nosotros tengamos productos de altísima calidad para salir al mercado y venderlos en cualquier parte del mundo; incluso en países que no tienen tierra, porque ese es tal vez el target más importante, los árabes, tienen petróleo, pero el petróleo no es eterno, y fuera de eso no tienen tierra donde cultivar, entonces pensamos que para ellos sería una alternativa interesantísima producir alimentos y energía sin depender de campo”.

Se refiere a la bioagricultura urbana. “Yo pienso que la tendencia va a ser esa, porque la gente que vive en los páramos va a bajar porque allá no va a haber agua, y la gente que está al nivel del mar va a subir porque se va a inundar. Entonces todas esas ciudades intermedias hoy son c aóticas, pero mañana van a ser peor, Medellín es una. Todo el mundo migra a la ciudad, los cordones de miseria, la inseguridad… y fuera de eso hambre, que para mí es el peor mal que tiene la sociedad; es decir, si queremos tener a la gente feliz hay que darle comida primero que todo. El hambre es la peor violencia que tenemos, usted por comida acaba con lo que haya”, subraya.

Por eso su idea es generar alternativas para el futuro de Colombia y del mundo. “Que pensemos en esos desarrollos para mejorar las capacidades, y la Universidad tiene gente muy buena”. Ella, por supuesto, hace parte de esa categoría. La de los que no paran de soñar, de imaginar y de crear. Por eso, es posible que algún día los medellinenses puedan ver su río iluminado ya no con miles de bombillos de colores, sino con plantas luminosas.

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Luis Javier Londoño Balbín
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En nuestras universidades sí es posible generar conocimiento relevante para el tratamiento de los grandes problemas de la humanidad, aseguró el rector de la Universidad de Antioquia Alberto Uribe Correa en la ceremonia de entrega de los premios en ciencias y solidaridad de la Fundación Alejandro Ángel Escobar. A su derecha, el egresado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales John Freddy Pérez Torres, ganador en ciencias exactas, físicas y naturales.

Rocío Londoño Botero, integrante del jurado en ciencias, entrega el galardón al ganador en ciencias sociales y humanas, profesor Gilberto Loaiza Cano, historiador de la Universidad del Valle.

Elogio a la dificultad de hacer ciencia en el país

Cuando el pensador

Estanislao Zuleta invitaba a poner signos de interrogación sobre el valor de lo fácil tampoco justificaba per se el valor de la dificultad, una suerte de condición a la que en un país como el nuestro se enfrentan a diario millones de personas para sobrevivir y otro tanto para sacar adelante sus búsquedas y sus sueños.

De espinas, pues, parece estar hecho el camino, y el de la ciencia no escapa a ese sino, razón de más para bienponderar el trabajo científico de nuestros investigadores reflejado, como se pudo evidenciar, por ejemplo, en los numerosos y muy diversos proyectos participantes en los Premios de la Fundación Alejandro Ángel Escobar en Ciencias 2012.

“En un país como el nuestro, que dedica tan poca atención y tan escasos recursos a la ciencia, a la tecnología y a la innovación, e incluso a la educación, y que además carece de suficientes estímulos para el trabajo científico y humanístico, este premio cobra mayor relevancia y significación”, dijo Rocío Londoño Botero, una de los jurados de los premios en ciencias exactas, medio ambiente y desarrollo sostenible, y ciencias

sociales y humanas, que entregó la Fundación el 10 de octubre en Bogotá.

Tras reconocer que la extraordinaria cosecha de investigaciones y de ensayos hizo particularmente ardua la labor de lectura y de escogencia de los trabajos, en todo caso, además de los criterios de evaluación definidos, los jurados tuvieron en cuenta para la decisión el amplio espectro de problemas y de campos del conocimiento de las propuestas postuladas.

Londoño Botero puso de relieve, entre los aspectos comunes que marcan tendencias de la investigación científica y del trabajo intelectual en el país, que la mayoría de los trabajos son tesis de doctorado o maestría sustentadas en indagaciones y reflexiones sistemáticas por varios años, algunos de los cuales fueron realizados en instituciones extranjeras con acceso a recursos bibliográficos y documentales de primer orden o la posibilidad de realizar costosos experimentos de laboratorio que difícilmente se habrían podido hacer en nuestro país.

“A pesar de la concentración de los recursos de investigación en las principales ciudades del país, y en particular en la capital nacional, algunos de los premios y menciones

de honor muestran el tremendo esfuerzo y la persistencia de investigadores y grupos de investigación radicados en ciudades y regiones donde no es nada fácil hacer estudios que no tengan fines utilitarios inmediatos”, indicó la profesora de la Universidad Nacional.

Asimismo, subrayó el apoyo a la investigación, así sea aun insuficiente, por parte de instituciones de educación superior públicas y privadas y, en unos pocos casos, de gobiernos seccionales como los de Antioquia y Cesar.

Cultura filantrópica

La directora, Laura Jaramillo Botero, expresó que en 57 años de continua labor la Fundación Alejandro Ángel Escobar ha afianzado una cultura de filantropía en Colombia y sido artífice y testigo del desarrollo científico, económico y ético del país.

Recordó, además, que durante esos años hasta el presente la Fundación llegó a la cifra de 112 investigaciones premiadas y a la misma cantidad de instituciones galardonadas en solidaridad, amén de las 121 menciones de honor en ciencias y las 48 menciones de honor en solidaridad.

Y evocó al presidente Alberto Lleras, quien en la primera cere-

monia de entrega de los premios en mayo de 1955 afirmó que “la tarea de los científicos nuestros… es más meritoria por cuanto tropieza con dificultades inverosímiles”.

Al respecto, Botero Jaramillo expresó que “podemos confirmar hoy que los científicos colombianos y las gentes que lideran trabajos solidarios se sobreponen a esas dificultades y el reflejo de esto es que en 2012 se presentaron a la convocatoria 172 investigaciones de alta calidad en Ciencias y 94 postulaciones de sendas entidades que trabajan en Solidaridad”.

Anunció, en la senda de la celebración de los 60 años de la Fundación, la creación de nuevas becas “para que estudiantes colombianos realicen estudios de doctorado en universidades de la mejor calidad del mundo y así contribuir al desarrollo de Colombia a través de la educación de investigadores jóvenes y talentosos”.

Los ganadores

Los ganadores del premio en medio ambiente y desarrollo sostenible denunciaron que el río Magdalena, “esa corriente de aguas negras sin tratar de la mayoría de las ciudades del centro del país”, está casi muerto, como están casi sin agua los páramos

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Foto Luis Javier Londoño Balbín Foto Luis Javier Londoño Balbín

Investigadores de las universidades de Cartagena y Córdoba integrantes del grupo de investigación que recibió el reconocimiento como ganadores del premio en ciencias en el área de medio ambiente y desarrollo sostenible.

amenazados por multinacionales, los nevados casi sin nieve, los bosques casi sin diversidad.

“Lo único que realmente nos separa del desastre es ese “casi”, el cual no es más que la simple esperanza, la que tenemos todos nosotros en que las cosas pueden cambiar”, dijo el equipo de investigación en química ambiental y computación de las universidades de Córdoba y Cartagena al recibir el galardón por el análisis molecular, celular e hispatológico adelantado en iguanas y ratones de la zona de minería carbonífera en el Cesar.

Los integrantes del grupo Jesús Tadeo Olivero Verbel, María Paulina Cabarcas Montalvo, Angélica Lisbeth Guerrero Castilla, María Cecilia García Espiñeira, de la universidad de Cartagena, y José Luis Marrugo Negrete, de la universidad de Córdoba, insistieron en que para evitar la catástrofe y ofrecer soluciones a las problemáticas que requiere la gente es necesario que el Estado, la empresa privada, las universidades y la comunidad hablen el mismo idioma.

“Un premio nacional para las ciencias sociales y humanas es uno de los más grandes aciertos de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, porque ha sabido ponderar la importancia de nuestros esfuerzos y aportes a la investigación de lo que ha sido y podría ser la sociedad colombiana”, dijo el historiador de la universidad del Valle Gilberto Loaiza Cano.

directora de la Fundación, Laura Jaramillo Botero, entregó a los profesores de la Universidad de Antioquia Ricardo Callejas Posada y Álvaro Idárraga Piedrahíta la mención de honor por su trabajo investigativo de veintiséis años sobre la “Flora de Antioquia: catálogo de las plantas vasculares”.

Indicadores en ciencia, tecnología e innovación

Para la profesora Rocío Londoño Botero, jurado de los Premios en Ciencias de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, estos son algunos de los datos que indican la escasa importancia que en nuestro país se le concede a la ciencia, la tecnología y al trabajo intelectual en general.

Basta con decir —señala— que entre 2006 y 2011, la inversión nacional en actividades de ciencia, tecnología e innovación no superó el 0,42 del PIB, y la inversión en investigación y desarrollo no superó el 0,16.

Estas cifras —afirma— están lejos de asegurar las metas de la política oficial en ciencia y tecnología del actual Gobierno. Y continúa: Cabe agregar que en el año 2012, el presupuesto nacional en ciencia y tecnología, según un documento del Conpes, aumentó 16,4%. Sin embargo, en el presupuesto total de la nación apenas representa el 1%. Es de suponer que este porcentaje mejorará notablemente con la destinación del 10% de las regalías para el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación. Pero lo que aún está en discusión es cómo asignar estos recursos de manera que se evite el uso clientelista de los mismos, y se asegure su inversión en proyectos que cumplan no solo los requisitos científicos y técnicos, sino los de pertenencia y relevancia para los territorios y la nación en su conjunto. De los indicadores en ciencia y tecnología para el 2011, conviene mencionar al menos algunos. 1) Entre los proyectos de investigación aprobados por Colciencias, es notorio el reducido número de proyectos en ciencias sociales y humanas, y en ciencias del medio ambiente, habitat, energía, minería y

El merecedor del reconocimiento por el análisis histórico de las formas de sociabilidad en torno a las cuales se fueron configurando en Colombia las identidades partidistas, la representación política y los proyectos de Nación entre 1820 y 1886, dijo que el premio, además, mitiga el vacío de estímulos “de-

bid o al precario funcionamiento de Colciencias y demás entidades estatales, incluidas algunas de nuestras universidades que siguen considerando estorbosas las ciencias sociales y humanas”.

Por último, el ganador del premio en ciencias exactas John Freddy Pérez Torres, a la par que

biotecnología; 2) La distribución territorial de los grupos de investigación muestra una notable concentración de los mismos en Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca; 3) El acceso a tecnologías de información y comunicación presenta, al igual que la actividad científica y tecnológica, una acentuada desigualdad en los distintos territorios del país: mientras en las cabeceras municipales, un 32.5% de los hogares tiene computador, en el resto del país la proporción es apenas de 4.04%. Esta desigualdad es aún más pronunciada en el acceso a Internet; 4) Se observa un notable aumento de los programas de maestría y doctorado; 5) Entre los jóvenes investigadores, ha habido un extraordinario incremento de las mujeres, cuya alta participación también es evidente en los grupos de investigación en ciencias naturales y exactas, ciencias médicas y de la salud y ciencias humanas y sociales.

agradeció a la Fundación por reconocer el talento de los investigadores colombianos, manifestó: “Creo en que coincido con los demás investigadores en decir que disfrutamos haciendo nuestro trabajo investigativo, y que al ser reconocidos por la Fundación nos impulsan a seguir así”.

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“Para darles una idea de esta escala de tiempo sepan ustedes que en cien attosegundos las moléculas de las que estamos hechos casi no se mueven, lo que significa que nuestra sangre no fluye, nuestro corazón no palpita , un pensamiento ni siquiera tiene sentido, es decir, no estamos vivos en esta escala de tiempo”.

Era la primera vez que ‘aplicaba’ a un premio y se lo ganó. A sus treinta años se hizo merecedor al Premio Alejandro Ángel Escobar en ciencia. “Para mí es muy grato este premio. Nunca imaginé, nunca pensé que podría recibir un premio científico. Jamás se me pasó por la cabeza. Siempre hice las cosas porque me gustan, pero cuando es reconocido tu trabajo es muy gratificante”, expresa John Freddy.

Lo suyo suena poético, aunque está enraizado en la realidad. Suena, como decir parece, pero es, porque quién dijo que la ciencia no es poesía. Su trabajo es lo uno y lo otro porque bordea las fronteras de lo inimaginable, de lo inasible, del enigma, sin embargo, es palpable, es perceptible, aunque sea con la ayuda de la tecnología.

“Hoy recibo el Premio Alejandro Ángel Escobar por mi tesis doctoral en la cual tuve la oportunidad de estudiar una reacción química con la molécula más sencilla, la molécula de hidrógeno, pero en la escala de tiempo más corta que hasta ahora nos podemos imaginar”, dice.

¿Y cuál es esa escala? Aquella que está dada en attosegundos, responde. Seguimos sin comprender.

Entonces explica: “Para darles una idea de esta escala de tiempo sepan ustedes que en cien attosegundos las moléculas de las que estamos hechos casi no se mueven, lo que significa que nuestra sangre no fluye, nuestro corazón no palpita , un pensamiento ni siquiera tiene sentido, es decir, no estamos vivos en esta escala de tiempo”. ¿A caso no es poética esta realidad?

Y contrasta: “Pero otros procesos que son fundamentales para la vida sí que ocurren en esa pequeñísima escala de tiempo. Y para mí lo divertido y estimulante es saber que ahora podemos acceder esa información, es como tener contacto con otro universo…”.

Quien habla es John Freddy Pérez Torres, químico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia, con estudios de maestría en ciencias químicas en la misma institución y doctor en química teórica y modelo computacional de la Universidad Autónoma de Madrid, España.

Él acaba de ser premiado con el que es considerado el Nobel en ciencias del país, el Alejandro Ángel Escobar, la filantrópica fundación que hace más de cincuenta años reconoce el trabajo científico y solidario de los colombianos.

El trabajo que le valió el premio en el área de ciencias exactas, físicas y naturales, ya lo dijo, es su tesis doctoral —summa cum laude— titulada “Fotoionización de hidrógeno molecular utilizando pulsos láser de attosegundos”.

En términos prosaicos, Pérez Torres explica que el procedimiento consiste en entregarle energía a una molécula pero —observa—, aunque los núcleos se mueven no se percibe su movimiento en esta escala de tiempo, los attosegundos.

“La estructura interna de la molécula siente la energía y es ionizada”, dice, y aclara que, en últimas, de lo que se trata es de capturar la mayor información posible de cómo la molécula asimila toda la energía para darle paso a la reacción química.

Aunque imperceptible para el ojo humano, lo cierto es que el investigador Pérez Torres puede seguir paso a paso en vivo, en la escala natural de tiempo, el proceso, que puede ser extrapolado a sistemas moleculares más complejos para controlar la localización electrónica en un enlace químico.

Respecto de las posibilidades de su investigación John Freddy observa con cierta timidez que en el futuro el láser será una herramienta más del laboratorio de química para catalizar reacciones, pero también tendrá impactos en biología molecular y la aplicación en síntesis de nuevas moléculas.

Y aunque literalmente él, o mejor, su trabajo, está en la frontera de la ciencia, de la física atómica y de la química molecular, lejos de cualquier ínfula, y así luzca contradictorio en el ámbito científico, expresa que lo suyo tiene una dosis de suerte.

Suerte de encontrarse en su camino con los profesores José Luis Sánz Vicario del grupo de investigación Física Atómica y Molecular de la Universidad de Antioquia, quien lo catapultó al doctorado, y Fernando

Martín García de la Universidad Autónoma de Madrid, donde obtuvo su título con la máxima distinción.

Ambos iniciaron el estudio teórico y él ha hecho el resto, eso sí, con la valiosa colaboración de grupos experimentales de Italia, Francia, Alemania, Holanda, y de su laboratorio, que es mucho más que la oficina y el computador en el que se lo puede encontrar hoy por hoy, de ocho de la mañana a ocho de la noche, en la Universidad Libre de Berlín, donde adelanta estudios posdoctorales desde hace siete meses.

Desde su computador convencional John Freddy accede al supercomputador mare nostrum en una antigua iglesia de Barcelona, el cual está integrado de 524 procesadores, y fue considerado unos diez años atrás el quinto más poderoso del mundo.

“Es un trabajo apasionante y para nada estresante”, dice, pero reconoce que hay días que las cosas no salen, pero no pasa nada. Eso sí, cuando abandona cada noche su suterfugio científico lo que menos quiere es vérselas con aparato electrónico alguno. Cero celulares, cero ipads o iphones, cero electrónica, cero sistema informático que se le parezca. Los infinitesimales momentos que le quedan, como los attosegundos en los que vive la ciencia, se los quiere dedicar a montar en bicicleta y aprender alemán, por lo pronto

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Foto Luis Javier Londoño Balbín Por LUIS JAVIER LONDOÑO BALBÍN

Expertos internacionales y de Colombia evaluaron los alcances de la divulgación científica y plantearon estrategias para consolidar la divulgación especializada, durante el II Congreso Nacional de Divulgación Científica, iniciativa de los grupos de Investigación GECEM Y ECCE de la Facultad de Educación y el Grupo GFIF de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UdeA, con el apoyo de Colciencias, Parque Explora, el Planetario de Medellín, la Alcaldía de Medellín y la Universidad Nacional de Colombia.

La innegable seducción que la ciencia produce en los científicos y en los públicos no formados, tiene un lugar común: se trata de la divulgación científica. El problema es que en Colombia, éste todavía es un asunto inaprensible en el que los intereses de quienes hacen ciencia y los divulgadores o comunicadores se deben conjugar a favor de la información y el aprendizaje.

Así lo señalaron los expertos que participaron en el II Congreso Nacional de Divulgación Científica, realizado en Medellín entre el 10 y el 12 de octubre, y en el que se planteó la necesidad de dar forma a la divulgación científica con pertinencia, efectividad y responsabilidad.

Ana Claudia Nepote, líder de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, manifestó que se debe aprovechar la apertura a un tema en el cual es evidente la separación de los dos discursos: el retórico del científico y el del público lego.

La divulgación —argumentó— “es un tablero en blanco en el que los científicos escriben su conocimiento, mientras se percibe al público receptor como un ente vacío, ávido de conocer cualquier cosa que los científicos podamos darles. La transmisión es unidireccional y el conocimiento científico es información contenida regularmente en escritos, lo que da un desarrollo poco dinámico de la ciencia, de la que por demás, se revela poco sus errores, sus limitaciones y sobre las interpretaciones que hay alrededor”.

La bióloga y comunicadora mexicana considera que en este proceso de traducción especializada subyacen las formas textuales, las simplificaciones, las deformaciones, las exageraciones,

La divulgación científica tiene su ciencia

Mientras los científicos se debaten en hacer su trabajo y cómo divulgar los conocimientos con asertividad, los comunicadores y divulgadores de ciencia, motivados por satisfacer las expectativas de los públicos, no siempre generan contenidos que cumplan con el aprendizaje y la aprehensión del conocimiento científico.

y también los enmudecimientos; prácticas que no son del agrado de los científicos.

“Esto hace parte de la separación —que no debería existir—, pero que es real entre la divulgación y la actividad científica. Adicionalmente, porque el conocimiento se describe como un asunto consolidado y definitivo, que va desde la comunidad científica a veces pasando por la prensa a los ciudadanos y que básicamente está centrado en la transmisión de contenidos formales”.

Con ello, lo que se logra es desestimular la creación, el cuestionamiento, el pensamiento reflexivo y se propicia el juzgar al público en función de los conocimientos que posee; suponer que es necesario subsanar la carencia de sus conocimientos científicos.

Divulgar e innovar

La divulgación es un proceso creativo que requiere la profesionalización de quien lo realiza y, a la vez, una tarea común para construir entre comunicadores e investigadores, un ejercicio de mediación

entre la comunidad académica y los medios de comunicación.

En el propósito de popularización de la ciencia se debe lograr un lenguaje entendible. Ante todo, establecer intereses comunes y aprender de las experiencias, tal como lo recomendó el experto en el tema, Nicolás Witkowsky: “En Europa la divulgación de la ciencia ha pasado su momento de gloria y en cambio en Colombia apenas se empieza a desarrollar, según lo que he podido apreciar. Porque veo que pasan muchas cosas y existen proyectos”.

Lo fundamental es lograr despertar la curiosidad no con la temperatura del laboratorio, sino de la vida; suscitar el interés y conectar la agenda escolar a la vida científica, porque es necesario educar para entender la cientificidad y por parte de la comunidad científica entender el compromiso social que representa la divulgación del conocimiento.

El científico francés y divulgador de ciencia precisó que solo así se forman espíritus críticos, con capacidad para discernir los problemas

globales y sería posible establecer una sociedad no acomplejada ante la ciencia. Un postulado que, dijo, debe erradicar el lado mítico de lo científico, porque comparte con quien era su coetáneo, Jacques Cousteau, que “la ciencia ha hecho de nosotros dioses, antes que seamos hombres”.

Por su parte, el profesor Eduardo Domínguez, de la Facultad de Comunicaciones de la UdeA, convocó a la creatividad como herramienta para la divulgación científica y sustentó que la ciencia es un modo de acercarse a la vida.

“Hemos hecho divulgación, pero es necesario innovar en esta materia, basarnos en la experiencia, la creatividad popular y en los saberes ancestrales; se trata de un asunto de hermenéutica, de interpretación y de participar en actividades de producción, adaptación y consumo, de aplicación de conocimiento”, afirmó.

Los expertos coincidieron al señalar que se hace necesario revisar los indicadores e incluir en las evaluaciones de los científicos su trabajo de divulgación de la ciencia; establecer alianzas y construir redes para la divulgación entre las entidades interesadas en hacerlo y atender la combinación que representa la relación entre la academia, los comunicadores y periodistas para que la divulgación de la ciencia sí funcione.

Sólo así será posible contribuir a la formación ética y sociopolítica de los ciudadanos, construir públicos críticos y dejarnos responsablemente seducir por la ciencia.

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Foto cortesía Vicerrectoría de Investigación

Un cuerpo colectivo se hizo movimiento con un centenar de personas que en el año 2011 rodó por la avenida La Playa de Medellín, como resultado de una propuesta estética.

La idea partió de un proyecto de investigación de la Facultad de Artes liderado por la profesora Ángela Chaverra, quien presentó la iniciativa a la Alcaldía de Medellín como beca a la creación y ganó. A partir de allí, estudiantes de diversas disciplinas y personas de diversa condición iniciaron su aprendizaje. Rodaron por calles, patios y plazas, como parte de un grupo que creció paulatinamente, seducido por una propuesta teatral de formación del “sentir”, como dice su inspiradora.

La historia conmueve, toda vez que uno de los sitios más transitados de Medellín, la avenida La Playa debajo de su asfalto, contiene una enorme corriente de agua llamada la quebrada Santa Elena, la cual baja desde los altas peñas del Oriente antioqueño hasta desembocar en el río Medellín que divide, en geografía e historia, dos partes del mismo rompecabezas y de la misma ciudad.

La cuenca de la quebrada Santa Elena, lugar donde nació y creció la ciudad fue el eje de su centro urbano. Allí se encontraban oficios tan disímiles como la minería del oro y el lavado de ropa y aunque sus aguas limpias servían para el abastecimiento de la población, fue a partir de los años 20, según consta, cuando dejó de ser funcional y pasó a ser una vergüenza pública que había que cubrir por la cloaca en que se convirtió a raíz de la inexistencia de un alcantarillado.

Vadear es, así, una inédita propuesta artística que devolvió la quebrada a su cauce y la trajo esplendorosa como en sus comienzos. Por sobre el asfalto se deslizó, con sus picos y girones, el caudal que la impulsa. En el pavimento a cielo abierto más de 160 personas, en un despliegue de fortaleza, dejaban entrever sus cuerpos, todos ellos envueltos en un sugestivo velo blanco, que le daba forma y movimiento a las aguas de otrora.

Lo original de la propuesta es su intento por desdibujar los personalismos y autorías individuales, como suele ser costumbre en las investigaciones que se adelantan en las universidades, para retar una fuerza colectiva de participación con novedoso formato y gran factura. El lugar de exploración, en este caso, fue una arteria esencial, vital, de la ciudad, la cual por momentos y consecuencia del ritual intencionado, cambió su monótona vocación de avenida cubierta de cemento y asfalto para

entregar dosis de surrealismo a los afanados transeúntes.

Como experiencia, la puesta en escena de Vadear, inspirada en la investigación académica, trasciende su intención porque supone un cambio de perspectiva, permitiendo un diálogo de lo académico y lo artístico, de lo científico con lo sensible –algo que parece casi siempre estar en oposición–. Una propuesta investigativa que buscó invertir los paradigmas, desdibujar los individualismos, para llegar a un “todos” desde un coro humano que se tomó la escena e hizo posible que un colectivo se apoderara de una parte de la ciudad y de su historia.

No es casual, entonces, que la misma haya sido motivo de la reciente valoración de la Universidad en los premios a la investigación, con un segundo puesto al trabajo Performance encarna acciones de la contemporaneidad, que tuvo en cuenta como méritos las publicaciones, videos, seminarios, talleres y como punto central la formación de estudiantes de pregrado. Una ponderación sui generis y un reconocimiento inesperado que, en palabras de Ángela Chaverra, significa marcar una huella en los procesos de investigación-creación; es decir, no pensados desde un conocimiento racional, taxonómico o de clasificaciones, sino llevado a un conocimiento sensible. El arte y las vertientes de una manifestación que se arriesga a presentarle a la ciudad un performance que, como Vadear, partió de la experiencia del propio cuerpo.

Si se quiere, la iniciativa buscó allanar una reflexión ética, teniendo presentes a los otros y la ciudad que se comparte. Hacer frente a la tarea pedagógica, desde otra orilla, alejada de discursos y retóricas, para darle sustento a la experiencia

que, para el caso, es entender el cuerpo no como un asunto individual, como se ha hecho creer, sino como un “ser colectivo” que habla y se expresa contundentemente para dar lugar a la imaginación y la fábula.

Respetar e incluir

La gran significación de la propuesta es haber encontrado un hilo que une el conocimiento y la generación de pensamiento con lo artístico, lo cual se evidenció con todos aquellos que lo hicieron posible y entendieron que resistir es un asunto de dignidad, hacer frente a los golpes del destino y las múltiples maneras de oprimir a que estamos expuestos. Un grito que no nace de la violencia, que nace de la capacidad del propio cuerpo de deshacer poderes tiránicos primero en él. Una denuncia que busca escaparse de los riesgos de criticar algo y terminar pareciéndose. Hacer un muro de contención, sutil e inteligente, para contrarres-

Vadear la ciudad

Ángela Chaverra, directora del proyecto

tar esas formas soterradas de censura y exclusión, de no permitir la escucha, algo que se da cuando se obliga al otro a desplazarse de su lugar y sufrir una forma aberrante de violencia, cuando se impone la decisión propia por encima de la del otro, sin consideraciones, sin respetar ni tener en cuenta su decisión y lo que piensa.

Aunque Vadear signifique pasar un río de agua profunda por el vado o por cualquier otro sitio donde se pueda hacer pie, el impacto de su nombre sentenció la realidad en esa forma fuerte que es vencer una grave dificultad, acepción que también cabe a la palabra.

Vadear logró trastocar el acontecer cotidiano, citadino, en un imaginario hecho carne, una alegoría viva en una ciudad que nos obliga a habitarla de prisa, sin pausa, vertiginosamente sobre estas avenidas que en su interior conducen enormes historias de agua, ríos de tiempo, paisajes de la memoria

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Foto cortesía
Luis Javier
Foto
Londoño Balbín

La Materia Condensada de Carlos Duque Echeverri

El profesor Carlos Alberto Duque Echeverri y su Grupo de Investigación de Materia Condensada, vinculado a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, cumplen once años de trabajo en nanotecnología. Su labor ha permitido relacionar a la Universidad de Antioquia con científicos del mundo que trabajan en física teórica.

Desde 1999, el interés por el desarrollo desde la teoría, hizo que el físico Carlos Alberto Duque Echeverri se orientara al estudio de un campo altamente especializado y que apenas empezaba a tomar fuerza como objeto de estudio en Colombia.

Se trata del análisis y cálculos especializados en propiedades ópticas y electrónicas de heteroestructuras semiconductoras de baja dimensionalidad y con ello el conjunto de sistemas que de estas se pueden derivar.

Convencido de que se requiere mucho estudio de condiciones nanoscópicas para comprender a los electrones, a los sistemas en ese tamaño, y a los diversos efectos a que pueden ser sometidos el profesor Duque Echeverri integró con otros colegas, el Grupo de Investigación de Materia Condensada-UdeA, el mismo que durante la celebración del Día Clásico de la Universidad le hizo distinguir

con el primer puesto por su labor institucional en investigación.

Este trabajo teórico es transversal a todo lo que es comunicaciones y computación, porque hacemos investigaciones fundamentales sobre propiedades de sistemas que luego se utilizan para crear dispositivos electrónicos y sistemas opto-electrónicos, como láseres, sistemas integrados, necesarios para hacer microchips y elementos de la electrónica.

Su aplicación más directa alcanza la esfera de la transmisión por vía óptica y aunque no se trabaja para hacer directamente un dispositivo el empeño permite reconocer y avanzar en la propiedades que son base fundamental para el diseño e invento de dispositivos, modernos y de avanzada.

El profesor, quien manifestó su profundo agradecimiento a la UdeA, al distinguir su trabajo y el del grupo, dijo además que “en la Universidad hay muchas otras personas con trabajos de más impacto y que seguramente están muy por encima de nosotros; es una gentileza hacer un reconocimiento a nuestro grupo con trabajo en 11 años, y nos sentimos infinitamente agradecidos”.

Un grupo internacional

El Grupo de Materia Condensada-UdeA es referencia en el país y en varios países del mundo debido a que opera sinérgicamente. La relación científica cruza fronteras con pares de grupos europeos que tienen sede en Ucrania, Armenia, Turquía y España, entre otros; así como con el resto de Latinoamérica, destacándose Chile y México.

El científico Miguel Eduardo Mora Ramos, nacido en Cuba y quien labora como profesor visitante en la UdeA, dijo que la investigación en el área teórica de estructuras semiconductoras en el mundo nano que se hace en el Alma Mater “ha contribuido a la formación de profesionales de alto nivel, porque los estudiantes salen a enfrentar problemas a través de soluciones, y su aporte es muy interesante dentro de las colaboraciones internacionales que hemos logrado”.

“Los egresados e investigadores están capacitados para la modelación e implementación de métodos y análisis que realizan las grandes compañías, y han sido fundamentales para nuestras investigaciones, su apoyo con

búsqueda bibliográfica, análisis numérico, elaboraciones de artículos y reportes, son el centro de nuestro trabajo”, comentó el profesor Duque Echeverri.

“Con nuestra participación, las investigaciones relacionadas con los efectos de la presión hidrostática y la mezcla de los estados de conducción sobre la estructura electrónica y de los estados en nanoestructuras basadas en semiconductores, han permitido obtener nuevo conocimiento en cristales fotónicos bidimensionales hechos de semiconductores basados en arseniuro de galio (GaAs) bajo efectos de presión y temperatura”, agrega.

“Este es un trabajo de mucho futuro, igual que el resto de desarrollos que tiene la nanotecnología, porque se están generando nuevos materiales para innovadoras aplicaciones, dispositivos y aumentar la densidad de éstos, que significa reducir el tamaño de computadores, celulares, y otras herramientas o equipos de la vida diaria que utilizan estas tecnológicas”, dijo el profesor Álvaro Morales, uno de los fundadores del grupo investigador.

Sin embargo, argumentó el profesor Ricardo León Restrepo, vinculado también al grupo de Investigación de Materia Condensada-UdeA, “en Colombia hay mucho desconocimiento acerca del trabajo en nanotecnología y persisten algunas dificultades para abordar la integración de la academia y los científicos con sectores gubernamentales y la industria.

En el país falta detallar la capacidad de los científicos para orientar las investigaciones en nuevos materiales y sus propiedades que deben tenerse en cuenta en la aplicación y el diseño de muchos mecanismos industriales, entre otros. La responsabilidad de las partes es compartida, pero se debe avanzar en este sentido. También en la divulgación efectiva de nanotecnología, que es un campo inmenso.

En este sentido, los científicos estuvieron de acuerdo con lo que representará para el país y para la Universidad de Antioquia, en 2013 ser sede de la Reunión Anual de la Red Nano DYF “José Roberto Leite”, organización internacional dedicada a la divulgación y formación en nanotecnología.

Medellín, acogerá así a científicos de 14 grupos de investigación de Iberoamérica, y relacionará el saber local e internacional nanotecnológico con expertos de universidades de Argentina, Brasil, México, Costa Rica, Chile, Perú, España, Cuba, entre una decena de países convocados. El evento tendría lugar al finalizar el primer semestre de 2013.

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Luis Javier Londoño Balbín
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Galardonados reivindicaron el periodismo, el ensayo y el arte

En la entrega de los Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia 2012, el rector Alberto Uribe Correa ratificó el compromiso de la institución con el fomento de las distintas manifestaciones artísticas y del ejercicio del pensamiento, la libertad, la inteligencia y la creatividad.

En la edición 44 de los premios la Alma Máter reconoció la trayectoria y el trabajo del periodista Javier Darío Restrepo, del escritor Efrén Giraldo Quintero y de la artista plástica Clara Inés Velásquez Vélez, ganadores respectivos del Premio de Cultura por Reconocimiento, del Premio de Literatura, modalidad ensayo, y del Salón Nacional de Artes.

El encanto de ser periodista

“Repaso mis 54 años de periodista y encuentro que he vivido numerosas vidas. Cada noticia, cada crónica, reportaje o entrevista fueron inmersiones en las vidas ajenas, o en las expectativas o quejas de todos”, dijo Javier Darío Restrepo en el acto de entrega que se cumplió en octubre, al tiempo que expresó el amor por su profesión porque “me ha permitido acceder a un continente distinto todos los días”, el continente desconocido e inexplorado que es todo ser humano, dijo.

“La información sobre catástrofes no es motivo de orgullo. Lo que sí es motivo de satisfacción es encontrar en esos escenarios a los que no se dejan derrotar y que entre los destrozos del desastre comienzan a pensar las soluciones, como aquellos campesinos del Carare que, abrumados por gue-

rrilleros, paramilitares y militares unieron a sus vecinos para declarar su territorio como zona de paz, vedada para los armados del pelambre que fuera”, afirmó.

El reconocido comunicador planteó que más importante que las cifras de circulación o de sintonía es el peso de la influencia que convierte al periodismo en guía.

“Sentir que las informaciones, las ideas, las palabras del periodista están presentes cuando se toman decisiones, es otro motivo de orgullo en esta profesión”, como lo es también —dijo— ejercer el poder desarmado de la palabra.

“Es un poder servicio que se siente cuando las palabras del periodista potencian las de los más débiles, las de los perseguidos, de las víctimas, de los que reclaman justicia. También se ejerce ese poder cuando se levantan los velos y aparece lo que quieren ocultar los poderosos; o cuando el poder de los corruptos se estrella contra la fragilidad de nuestras palabras”, dijo.

Reiteró que la información rigurosa en que se apoyan las decisiones de las personas es la materia prima de la libertad, y comparó el trabajo del periodista con el de Dios. “Reza el texto bíblico que dijo Dios y las cosas fueron hechas. Registra nuestra experiencia que con palabras recreamos los hechos. Los recreamos para nosotros cuando los rehacemos en nuestros textos, los recreamos para los lectores cuando con palabras los convertimos en espectadores de primera fila y volvemos a recrearlos cuando los lectores con nuestras palabras hacen su propia recreación de los hechos. Y todo esto, solo con palabras, como Dios”, expresó.

Reivindicación del ensayo

“Con este premio no se celebra a un autor o una obra. Se reivindica, más bien, la pertinencia literaria y académica del ensayo”, dijo el profesor de la Universidad Eafit Efrén Giraldo Quintero.

Al tiempo que planteó que la inclusión del escribir argumentativo en los premios prueba la estrecha y feliz relación que ha existido en

la tradición colombiana entre arte, pensamiento y esfera pública, aseguró que la escritura ensayística ha afrontado en el último tiempo varias amenazas.

Una de esas amenazas, señaló, es la que se evidencia en el debate sobre productividad e indicadores académicos, ámbito desde el cual el ensayo parece caer en la escritura “gris”, “aquella suerte de producción que no deja cuantificar sus aportes, que parece no añadir réditos a la academia en términos de citación, índices, bases de datos y visibilidad. Como si fuera una especie de anomalía comunicativa que desafía la capacidad del Estado, las corporaciones, las asociaciones de investigación y las agencias de ciencia y tecnología para “medir” la cultura”.

Otra amenaza —sugiere— es la que proviene de las casas editoriales comerciales, las cuales, al identificar lo literario con entretenimiento, “parecen desdeñar al ensayo por su rebeldía, su seriedad, su desafío a las convenciones existentes, su resistencia a nivelar por lo bajo a los lectores. En resumen, por

su capacidad de hacer pensar, de revelar la contingencia de nuestros hábitos y ponerlos en crisis”. En contraste, para Giraldo Quintero resulta innegable la importancia que la práctica del artículo académico tiene en la vida universitaria contemporánea, así como la oportunidad que las nuevas formas de divulgación y circulación de los valores estéticos suponen para el pensamiento, la discusión y la escritura. Sin embargo —reflexiona—, “luego de escribir y publicar ensayos durante varios años, de dar cursos sobre la historia del género y promocionar su escritura, he pensado que una academia solamente ocupada del artículo, el tratado, el informe o la reseña pierde capacidad generativa y opciones de debate que sólo el ‘centauro de los géneros’ facilita”. Por esa misma razón, agrega que una literatura que desdeñe las ideas y los conceptos cae en el riesgo del entretenimiento inane o la ornamentación inofensiva. “No obstante —observa—, debemos decir que sin la apertura al diálogo, la preocupación expresiva y la cortesía del ensayo algo se perderá

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en una academia alejada de la aventura, del tanteo revelador, del espíritu ensayístico”.

Asimismo, instó a recobrar la tradición del ensayo colombiano y latinoamericano, que concibe como una “familia de pensamiento” que, pese a la natural especialización de las ciencias sociales, aún tiene plena vigencia. Y que, por lo menos en nuestro país, aguarda aún un reconocimiento.

En ese sentido, evocó la memoria de Baldomero Sanín Cano, Fernando González, Armando Solano, Cayetano Betancur, Hernando Téllez, Nicolás Gómez Dávila, Marta Traba y Jaime Alberto Vélez, a quienes considera portadores de una manera peculiar de entender la relación entre la literatura y la sociedad, con la conversación amigable con el lector como una de sus encarnaciones más significativas.

“Si el ensayo es tal vez la forma privilegiada de responder a las preguntas que la realidad nos suscita, la de hoy es una oportunidad para celebrar el lugar que esta forma de escritura tiene en los territorios de la

imaginación. La ocasión para entender la capacidad que el ensayar tiene a la hora de generar subjetividad, a la hora de decir lo que no debemos callar, para reivindicar el carácter conversacional (y siempre imperfecto) del conocimiento”, dice.

Por último, Giraldo Quintero señala que no es gratuito que este género tenga lugar en la Universdad, toda vez que, dice, “es aquí, en los claustros, donde el ensayo puede seguir teniendo una vida operativa. Al ser el lugar donde personas de diferentes edades, procedencias sociales y creencias debaten teorías, ideas y obras humanas, la Universidad es el terreno natural para la germinación del ensayo”, y concluye que mientras exista el ensayo, “veremos, en lo sucesivo, nuevas formas de inventar la libertad”.

Arte y realidad

A su turno, la ganadora de la edición 40 del Salón Nacional de Arte, Clara Inés Velásquez Vélez, expresó que a través del arte siente la necesidad de mejorar lo que no le gusta del mundo, a la vez que le

Ya había recibido de sus manos el escudo de la Universidad, honor tan sorprendente y grato como este. No diré que tanta generosidad me compromete para el futuro, porque el de los viejos es un futuro corto, pero sí que me da la alegría de ser objeto de un sentimiento que me enaltece como ustedes no pueden imaginar. Gracias a todos, ustedes han renovado mi orgullo de ser periodista: Javier Darío Restrepo

Mucha gente puede verme como egocéntrica porque todo el tiempo hago historias sobre mi. No es lo que pretendo. Soy yo la que cuento mis historias, mis posibilidades de realidad, mi cotidianidad, pero para presentarle al espectador que los cambios se pueden generar desde uno mismo: Clara Inés Velásquez

brinda al espectador la posibilidad de disfrutar la obra, “esa realidad que sale de mí”.

Reiteró que lo que le interesa para hacer arte es su cotidianidad, los sueños, los cuentos infantiles. Es, explica, lo que se puede apreciar en Cuando uno se siente encerrado en el tapiz, la obra con la que ganó el Salón Nacional de Artes, y mediante la cual quiso expresar su desacuerdo con los pájaros enjaulados, asumidos como objetos suntuosos que agonizan de manera silenciosa.

“Si no fuera por mi fábrica, como alguna vez la llamé, esto no sería posible” —dijo al recibir el premio el 11 de octubre en el Museo Universitario—, y manifestó su alegría tras corroborar con el galardón que vale la pena el esfuerzo y la dedicación al arte.

“Para mí no hay nada más grande que ver que una idea individual pueda llegar a los demás y tocarlos”, dijo, y aseguró que “no hay nada más importante que hacer sentir orgullosas a las personas que de verdad lo quieren a uno”.

Agradezco a la Universidad de Antioquia el haberme distinguido con un premio que me ubica junto a muchos de mis referentes, autores colombianos que, con sus obras, acompañaron, y acompañan, mi aventura permanente como lector de ensayos, novelas, cuentos, cuadros, películas y poemas. Doy gracias también a los señores miembros del jurado, quienes me honran con una marca desafiante: mantener la relación de la escritura argumentativa con el arte: Efrén Giraldo

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Foto Luis Javier Londoño Balbín De izquierda a derecha, en primera fila Javier Darío Restrepo, Clara Inés Velásquez y Efrén Giraldo.

SIUArte, un encuentro entre la ciencia y el arte

Director científico (e)

Sede de Investigación

Universitaria, SIU

La ciencia y el arte, como máximas expresiones de la creatividad humana, no son ajenas la una de la otra. Con frecuencia las obras de arte han sido objeto de investigación científica y en forma similar los descubrimientos científicos han sido fuente de inspiración para los artistas; sin embargo, el encuentro más frecuente ocurre cuando en un mismo individuo se conjugan la capacidad de hacer ciencia y la creatividad del artista.

El ejemplo más notable en la historia de la humanidad es Leonardo da Vinci, el genio del renacimiento, quien además de dejar obras de arte inmortales como la Mona Lisa, exploró la anatomía del cuerpo humano, diseñó máquinas de guerra, de ingeniería, avisoró el desarrollo de máquinas voladoras e ilustró sus hallazgos e inventos en forma magistralmente bella.

Otros ejemplos del encuentro del arte y la ciencia que deben recordarse son: Louis Pasteur, el

gran científico francés del siglo XIX, padre de la microbiología y pintor de calidades reconocidas.

En nuestra América la Expedición Botánica (1783-1816), encabezada por José Celestino Mutis, fue la gran empresa científica que permitió conocer la geografía y la riqueza de la flora de nuestro continente, pero también nos dejó el legado de las bellísimas ilustraciones hechas por Mutis y sus colaboradores.

En Norteamérica, John J Audubon, el padre de la ornitología, además de describirla, dibujó magistralmente la avifauna de esa parte del continente americano. Igualmente notables son los dibujos de Santiago Ramón y Cajal sobre las células del sistema nervioso. Más recientemente, el

ruso Vladimir Nabokov, en la década de los 50, mientras recorría los Estados Unidos estudiando mariposas en su calidad de entomólogo de la Universidad de Harvard, escribía Lolita, la novela que revivió la literatura erótica. Otro ejemplo notable es el del escritor argentino Ernesto Sábato, físico de formación que participó en los estudios pioneros sobre la radioactividad en el laboratorio de los esposos Curie en Francia. Como ya mencionamos, las actividades y los descubrimientos científicos han sido fuente de inspiración para los artistas. Vale mencionarse el famoso cuadro de Rembrandt, “La lección de anatomía” (1632), el cual pudiéramos decir que tiene su equivalente local en la serie de fotog rafías

de Melitón Rodríguez sobre las lecciones de anatomía tomadas en 1892 en el viejo Cementerio de San Lorenzo. Debe mencionarse también la fascinación de Salvador Dalí por el descubrimiento del ADN, que plasmó en varias pinturas la más destacada de ellas “Galacidalacidesoxyribonucleicacid, homenaje a Crick y Watson” (1963), recordando que Gala era su compañera.

Los encuentros de la ciencia y el arte son siempre enriquecedores y por ello en la Sede de Investigación Universitaria, SIU, se inauguró durante las pasadas jornadas universitarias la exposición SIUArte, en la cual, con la curaduría del profesor Santiago Vélez de la Facultad de Artes, 25 profesores, estudiantes de pre y posgrado y empleados administrativos muestran sus pinturas, dibujos y fotografías. Adicionalmente, SIUArte permitió entregarle a la comunidad SIU tres esculturas del maestro Eduardo Ramírez Villamizar y una pintura del maestro Oscar Rojas, cedidas por la Rectoría y actualmente ubicadas en la plazoleta central y en los accesos a las torres 1 y 2.

Con SIUArte, la dirección de la SIU le rinde un homenaje a los investigadores y funcionarios de la Sede que además de su cotidiano quehacer científico o administrativo, encuentran la forma de expresar su creatividad artística en obras que confirman que ciencia y arte son expresiones indisolubles de la inteligencia human a.

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Leonardo da Vinci: el hombre universal Andreas Vesalius, 1542 Rembrandt van Rijn, 1632 Melitón Rodríguez, 1892 Santiago Ramón y Cajal La Expedición Botánica 1783 - 1816
Fotos cortesía
Dalí y el DNA 1957-1958

La versión política de la cultura y del cuidado del otro está tocada por el pólemos, el conflicto. Este no es negativo; es la condición de posibilidad del hecho cultural. Sin conflictos no hay culturas. No hay, por lo mismo, que anular el conflicto sino regularlo. Cuando no se regula surge la violencia estructural o injusticia social, la violencia directa expresada en guerras, daños físicos o morales y la violencia cultural donde una cultura se vuelve paradigmática y asesina las otras culturas sin posibilidades de pluralismos e interculturalismos. Es el reto del cuidado de los otros como cultura: excluir o incluir, anular o regular, dialogar o monologar, dialógica o diabólica: Gonzalo Soto Posada

El cuidado de sí, del otro y de las cosas

La aphrodisía, la dietética, la estética hacen parte de un concepto amplio de la cultura del cuidado de sí, de los demás y del mundo que nos acoge. Así lo sugiere el profesor universitario y filósofo Gonzalo Soto Posada, quien hace un llamado a la reflexión por la suerte del hombre y del entorno que habita.

Con un ir y venir continuo al origen etimológico de las palabras, el profesor Soto Posada entiende la cultura como el cultivo de la humanidad del hombre gracias a la formación de todas sus potencialidades como hombre.

Con esta formación y cultivo de sus potencias —dice— el hombre se encuentra, habita, vive, mora el mundo desde una morada: la cultura. Y por tanto —observa—, el hombre es el único animal cultural gracias a estos cuidados de su humanidad, lo que le permite crear mediaciones simbólicas.

“Entendemos por cultura el cuidado y perfeccionamiento de las aptitudes humanas del hombre para que habite el mundo no como conjunto de cosas sino como morada existencial de la vida en sus retos, avatares y vicisitudes”, dice.

Desde esta amplia perspectiva, para el filósofo, invitado en octubre a la cátedra Héctor Abad Gómez, la cultura es el cuidado de

sí en sus múltiples posibilidades y viabilidades.

Una de esas posibilidades es la dietética, que él define como cuidado de sí y práctica cultural que no sólo tiene que ver con el régimen, sino que remite también al ejercicio, al sueño y a las relaciones sexuales.

Desde esta totalidad —explica—, la dietética es solicitud por el cuerpo que permite una cultura culinaria, entendida no sólo como cultura de los alimentos sino como cultura que permite el paso de lo crudo a lo cocido.

“Este paso nos traslada del orden de la naturaleza al orden de la cultura como alimento, del orden del mero dormir al orden del dormir soñando, del orden del mero apareamiento sexual al orden de la sexualidad como intersubjetividad”, explica.

La aphrodisía, por su parte, refiere a lo que la tradición cultural occidental ha denominado placeres, deseos, sentimientos, afectos, pasiones.

“El cuidado de sí y, por derivación, l a cultura, devienen, por lo mismo, en una meditación sobre la vida, no sobre la muerte; es aumento de la vida y el hombre sabio es el que está libre del miedo a la muerte y de los sentimientos deprimentes que acosan este impulso de vida. De ahí que la alegría sea positivame nte vital y la tristeza negativamente vital”, plantea Soto Posada.

Según el profesor, hacer de la vida una obra de arte gracias al arte de saber vivir bien es una de las exigencias del cuidado de sí y de la solicitud por la cultura. “La vida asumida como una estética no es otra cosa que convertirla en el drama, novela y narración que cada uno debe moldear y fabricar”, afirma.

Agrega que esta estética vital es el trabajo del sujeto sobre su propia existencia que hace de la vida no un factum, algo hecho, sino un facendum, algo siempre en construcción.

El hombre es un animal simbólico gracias al lenguaje. Éste permite la transformación de la naturaleza en cultura. Gracias al habla, el hombre ya no se comunica sólo por la mano y sus gestos, sino por la palabra. En este sentido, manipular no es un acto perverso; es hablar con el otro desde las manos y desde el lenguaje. Cuando las culturas quieren expresar sus intimidades y exterioridades tienen que acudir a la palabra y ésta, como toda palabra, se revela insuficiente, dice Gonzalo Soto Posada.

“De la misma manera que el artista inventa técnicas para producir sus obras, el sujeto inventa técnicas para hacer de su vida una estética; son las técnicas o artes del saber vivir: cuidar de sí, mimarse, subjetivarse, relacionar el saber, el poder, el creer, ejes de toda cultura, fruto todo ello de la libertad”, dice.

Soto Posada plantea que el cuidado de sí no puede prescindir del cuidado de los otros, y constituye el ámbito político del cuidado.

“Este nos-otros es una unidad en la diversidad que se enriquece precisamente y no a costa, de las alteridades como diferencias y analogías. Desde este cuidado de sí como cuidado de los otros, la libertad se torna responsabilidad y la cultura se vuelve ejercicio responsable de la alteridad como cuidado del otro en medio de los avatares y circunstancias del hecho social que constituye al hombre como animal político”, precisa.

Por otro lado, el cuidado de las cosas —observa— remite a las ciencias y sus laberintos múltiples de posibilidades prometeicas e icarescas. “Prometeo e Ícaro son las dos caras del quehacer científico: dominio, transformación y caída”, dice, y subraya que desde estas potencialidades, que califica de ‘fascinantes’ y ‘monstruosas’, las ciencias son, como en el mito judaico cristiano de la caída original, expresión radical de la labilidad humana en su poder creativo-destructivo del saber y sus apariciones. “Sea lo que sea, es esta racionalidad positivista la que nos habita y nosotros habitamos en ella. Sin embargo, creemos que hay otra manera de morar en el mundo: el cuidado de las cosas y la experiencia mística de este cuidado. Es el retorno de los dioses; la irrupción de lo demoníaco, en el sentido del daimon griego; el poder del éros, de la philía y del ágape respectivamente como enamoramiento, amistad y amor con las cosas; la potencia del entusiasmo en el sentido etimológico de la palabra: estar poseídos por lo divino. Es otra manera de establecer nuestro domicilio en el mundo por fuera del cálculo y de la planeación, necesarias pero no absolutas ni paradigmáticas”, dice.

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Luis Javier Londoño Balbín Foto Luis Javier Londoño Balbín
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“Somos un ejemplo para todas las revistas jurídicas, porque si algo ha sucedido en nuestro país, es que conocemos revistas que mueren a la segunda edición, y encontrarnos con esta que cumple 100 años es un hecho sorprendente”.

Así lo afirma con orgullo el profesor Raúl Humberto Ochoa, director desde 2003 de la revista jurídica Estudios de Derecho, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.

Una de las publicaciones en su materia más antigua del país, fundada por egresados de nuestra institución e influyentes políticos de la región.

Francisco de Paula Pérez, también fundador del periódico El Colombiano, y Fernando Vélez Barrientos, se aventuraron en 1912 a la elaboración de una publicación donde se compilara, debatiera y reflexionara sobre temas jurídicos y políticos que surgían de las discusiones en clase, o de la insaciable curiosidad por investigar de profesores, alumnos y académicos de otras disciplinas relacionadas.

Para David Jaramillo, estudiante de quinto semestre de Derecho, “la amplia temática de la revista, tratada con múltiples matices ofrece, tanto al avezado académico, como al estudiante que inicia sus aproximaciones al Derecho, un faro que con sabia calidez da cuenta del panorama intelectual, jurídico, político y social del país”.

Una revista que desde sus inicios, subraya el estudiante, “ha tenido un congruente compromiso con el espíritu crítico y el compromiso social, que propone nuestra Facultad de Derecho como lema”.

Por su periodicidad y calidad en los artículos la revista ostenta la categoría B de Colciencias. Pero al margen de esa clasificación Estudios de Derecho cuenta, en todo caso, con el valor agregado que dan los años de experiencia, sumado el canje nacional e internacional que mantiene y que también dice de su prestigio y calidad.

Así lo expresa Nuria Terribas, directora del Instituto Borja de Bioética en España, cuando observa que “contar con una herramienta de tanta calidad como la Revista Estudios de Derecho, en la que se publican contenidos de gruesa reflexión y análisis, es de una gran riqueza y dice mucho de la altura académica de la Universidad de Antioquia”. Y añade: “es extraordinario que

Un siglo de

una revista de derecho pueda alcanzar a cubrir 100 años de trayectoria adaptándose a las necesidades de un campo tan cambiante y que va evolucionando junto con la sociedad”.

Dificultades

Para llegar a sus 100 años, la revista ha tenido que librar diferentes batallas, una de ellas fue la financiación, que para 1959, año en el que toma la dirección el profesor Benigno Mantilla Pineda, debía sostenerse por medio de pauta publicitaria, que casi siempre, por la dificultad para conseguirla, retrasaba la publicación y, por tanto, la periodicidad. Pero en 2003, por fortuna, esta dinámica de financiación cambió totalmente, pues la Facultad asumió todos los costos de producción y distribución.

“Otra dificultad era la falta de tecnología”, resalta Raúl Humberto Ochoa, actual director. “Hoy el trabajo, gracias a los avances tecnológicos, se nos hace fácil; porque, por ejemplo, para asuntos del arbitraje de un artículo, teníamos que hacer la entrega por correo postal o sacar fotocopia del documento, hoy basta con enviar un correo electrónico”, dice. Por 34 años sorteó el profesor Mantilla esta serie de dificultades, sin embargo, su trabajo sumado al de anteriores directores como Rafael Botero y Enrique Giraldo, lograron fortalecer la que es hoy, la revista jurídica más antigua del país y prestigiosa ventana académica de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.

Las revistas jurídicas

Para Raúl Ochoa, la importancia de las revistas jurídicas en el ám-

bito local, nacional e internacional radica en que éstas “dan cuenta de los debates más importantes que se presentan en torno a la política y las cuestiones jurídicas de un país y permiten la racionalización y el análisis de las consecuencias que trae para la sociedad la expedición de nuevas leyes y decretos”. Son revistas especializadas, en cuanto a la temática, el lenguaje, la terminología y el público al que van dirigidas, como abogados, estudiantes, economistas, politólogos, etc., y una porción grande de la población académica, que se nutre de ellas o así mismo las nutre. Mauricio Bocanument, editor de la revista Opinión Jurídica de la Universidad de Medellín, considera que estas publicaciones tan especializadas aportan en el aspecto académico e investigativo. “A los académicos —dice— en su labor de estudiosos del derecho y a la enseñanza de las discusiones doctrinarias, teóricas y conceptuales de las diferentes figuras jurídicas y derechos”.

A los investigadores, por su parte, “les aporta en su labor de

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categorización, sistematización e interpretación de los datos que arrojan las investigaciones en esta disciplina, para proponer nuevos puntos de vista y diversas soluciones a los problemas actuales en el derecho”, complementa.

100 años no se cumplen todos los días

Para conmemorar el centenario de la Revista Estudios de Derecho, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas inició desde principios de este año varias actividades, entre ellas, la digitalización y divulgación en la web, de los 312 números publicados hasta ahora. Una labor realizada por estudiantes de la dependencia, coordinada por Francisco José Valencia. Valencia asegura que este proceso es importante “no sólo porque se recupera una obra cuyo valor radica en ser la primera revista de derecho de origen netamente académico, en la cual se plasma, recoge y compila una perspectiva jurídico-crítica del acontecer y la realidad colombiana en su devenir de los últimos 100 años”, sino también porque ayuda a conservar físicamente la colección original del deterioro natural de los años y la consulta constante.

El Consejo de la Facultad también abrió una convocatoria para que los estudiantes elaboraran un artículo, válido como trabajo de grado, siempre y cuando analizaran o reelaboraran textos publicados en la revista, como fuente primaria. Un total de 50 estudiantes acogieron el llamado, pero sólo 15 textos fueron los escogidos para ser divulgados en una edición especial de la revista que verá la luz en diciembre, articulándose con la celebración de los 185 años de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Y como evento central, el pasado 25 de octubre, se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia, una ceremonia en la que se le hizo un homenaje póstumo a Benigno Mantilla Pineda, quien dirigió la revista durante 44 años.

Así mismo, se hizo un reconocimiento al periódico El Colombiano en su primer centenario de labor periodística, ya que fue fundado por Francisco de Paula Pérez, precursor de la revista Estudios de Derecho.

“La ciudad en lo público”

Fragmento de: Opinión pública Comunicación política, democracia y medios Gonzalo Medina Pérez. Editorial Universidad de Antioquia, 2012 Fragmento tomado del capítulo 2, “Sobre el concepto de opinión”

Lo público ha sido concebido de múltiples maneras, algunas de las cuales se asocian, por ejemplo, con objetos de interés común, con acontecimientos que se presentan o con agrupaciones sociales que tienen fines iguales y por ende afectan los desarrollos de un proceso determinado. En medio de tan diversas interpretaciones emerge un escenario de la magnitud de la ciudad. En ella se producen los intercambios entre las personas, quienes se mueven en espacios como la privacidad, la intimidad y el ámbito propiamente público, en el que se encuentran e interactúan con todos sus intereses y representaciones sociales. Como lo expresan Adolfo Maya y Rafael Rubiano: La vida urbana permite la comunicación, el despliegue de la personalidad, la autonomía y la independencia de los individuos, pero a la vez admite la solidaridad, la convergencia y la conjunción de intereses que escapan a la voluntad personal y privada. La construcción de la ciudad como un espacio público es un reto que exige la comprensión de lo público y la vida en público.1

La ciudadanía se vive y se ejerce en el escenario de la ciudad, en medio de los conflictos sociales, culturales y políticos que han de surgir y que los diferentes sectores deben enfrentar y resolver, sea mediante el consenso o a través de la lucha en el plano legal o incluso por las vías de hecho, dependiendo de la magnitud de las diferencias y de la voluntad política de unos y otros para resolverlas con criterio civilista. Los antecedentes históricos existentes sobre la ciudad nos hablan de un espacio en donde la palabra ha sido una herramienta fundamental para darle sentido a la convivencia en ese escenario; la palabra permite comunicar aspiraciones, puntos de vista, divergencias, afinidades, alternativas de solución. Reconociendo las diferencias propias de la polis griega y de la ciudad moderna, surge como evidencia incontrastable el hecho de que la presencia de la democracia permite concebir la vida con un espíritu más parecido a la búsqueda de realización que siempre ha acompañado al ser humano.

La polis, como concreción de un ejercicio particular de la ciudadanía, es referencia oportuna para establecer su afinidad con la opinión pública, porque una y otra coinciden en el ámbito de lo que les es de interés general, al igual que aquello que hace parte del mundo de lo particular. De esa forma, tanto la polis como la opinión pública se encuentran en el campo de lo público, al igual que en el de lo privado.

En el caso de la opinión pública, es preciso destacar la estrecha relación que guarda con dos nociones básicas: libertad e igualdad. Según el punto de vista de Price, los dos modelos de interpretación de la opinión pública se hallan mediante sendas concepciones de la filosofía política en la cultura helénica: Platón y Aristóteles. En el primero existía un desprecio hacia las ocupaciones que se distanciaban de la filosofía, por lo cual pasó a desestimar la tarea de los políticos, pues para Platón gobernar el Estado y los asuntos humanos es de la responsabilidad de quienes tienen como ejercicio la reflexión filosófica. En cuanto a Aristóteles, la función de la opinión pública debería ser de todos en el contexto de la creación de un sentido común para los asuntos políticos. Y añade el autor de Política, citado por Maya y Rubiano, que “a la experiencia urbana en los seres humanos se le opone la experiencia del dominio y la esclavitud, es decir, la vida privada, o sea la intimidad” (p. 80).

A modo de síntesis, podemos señalar que la vida urbana es el presupuesto científico que posee la ciudad para que la reconstrucción de la opinión pública sea una realidad. Dicho con palabras de Danilo Cruz Vélez, cuando el hombre funda la ciudad es porque está estableciendo la condición de posibilidad de su ser.2

Notas

1. Adolfo Maya Salazar y Rafael Rubiano Muñoz, “Ciudad y ciudadanía, avatares de lo público”, en: Grupo de Investigación en Comunicación Urbana, Voces ciudadanas, una idea de periodismo cívico, Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, 2000, p. 80.

2. Danilo Cruz Vélez, La ciudad frente al campo. Citado en: Ibíd., p. 82.

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100 años de práctica médica

Quizás la experiencia más memorable para Diana Cristina Cortés durante los dos años y medio que lleva como residente en el Hospital Universitario de San Vicente Fundación fue haber participado en el proceso de rehabilitación de una joven urabeña, gravemente lesionada en un atípico accidente con mina antipersonal. Para ella, estudiante de tercer año de la Especialización en Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de Antioquia, éste es el caso estrella de rehabilitación de un paciente en el Hospital.

“A diferencia de todos los pacientes que se paran en la mina, la joven se sentó en ella —relató la doctora Cortés, de 27 años—. La explosión le destrozó gran parte de su zona abdominal y genital, sufrió fractura de pelvis, perdió un ojo, un oído y una de sus piernas. Llegó muy dañada física y psicológicamente al Hospital. Una vez salió de cirugía comenzamos el proceso de rehabilitación que duró cerca de 20 meses”.

Hoy, a pesar de las secuelas, la joven sobreviviente es una insignia de la rehabilitación en Antioquia. Está integrada socialmente, estudia, es laboralmente productiva y es completamente independiente para movilizarse.

Casos como estos son los que recibe permanentemente el Hospital Universitario de San Vicente Fundación, el hospital más grande del país y el que atiende los pacientes más complicados de Antioquia. Son casos de difícil diagnóstico y tratamiento que requieren de un abordaje académico e interdisciplinar.

Y es en ese abordaje en donde los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia que realizan sus prácticas allí, con la tutoría de especialistas y docentes, cumplen un rol importante. Por su relación con la academia, ellos están al día sobre los últimos avances científicos y tecnológicos en el campo médico, y aportan ideas y saberes que ayudan a los especialistas a resolver y a tomar decisiones frente a los casos.

Actualmente realizan prácticas en el hospital 320 residentes o estudiantes de especialidad médica, alrededor de 40 fellows o estudiantes de subespecialidad, y un promedio de 120 internos que cursan último año de medicina. Cerca del 90 por ciento de ellos son del Alma Máter.

Según Amalia Villegas, jefa de Gestión Académica del Hospital —área creada hace cuatro años para coordinar y fortalecer el

programa docente - asistencial, o prácticas— tanto el Hospital como la Universidad y sus estudiantes se favorecen con este vínculo.

Mencionó por ejemplo los staff, reuniones académicas interdisciplinarias con la participación de profesores, médicos y residentes, para discutir y analizar ampliamente casos, muy difíciles en ocasiones, incluso de pacientes ambulatorios de otras entidades que solicitan la opinión del Hospital.

Además, con el concurso de estudiantes y profesores, mensualmente se realizan cerca de 700 actividades académicas para la actualización profesional del personal de salud, y se ofrecen programas educativos dirigidos a la comunidad como A

Han crecido juntas

En 2013 se cumplirán 100 años desde que se firmó el acta de fundación del Hospital. En ella signaron varios médicos ilustres de la época, docentes de la Facultad de Medicina —entonces llamada Escuela de Medicina— que, creada en 1871 había alcanzado experiencia y un importante conocimiento en el área biomédica.

En 1934, tras 20 años de construcción y dotación, el Hospital abrió sus puertas. Los pacientes del viejo Hospital San Juan de Dios, el único que existía en la ciudad, fueron trasladados, y con ellos, los practicantes. Pero solo hasta 1948 se formalizó el convenio docencia – servicio con la Facultad de Medicina, el cual se

es un programa de avanzada en Colombia y América Latina. Realizó por primera vez en el país los trasplantes de hígado, de riñón y páncreas simultáneo, de médula ósea, y, con la Clínica Cardiovascular Santamaría, el primer trasplante de corazón. También realizó el segundo trasplante de laringe en el mundo, entre otros. El desarrollo de ese servicio fue posible gracias a las fortalezas investigativas y académicas de la Facultad de Medicina en el área de inmunología, con la cual se realizan los análisis de compatibilidad de los órganos a trasplantar para disminuir la probabilidad de rechazo y aumentar la expectativa de vida del receptor.

Luego, con el fortalecimiento de las instituciones de salud de la ciudad

Atención en salud incluyente, interdisciplinaria, humana y con soporte académico es el fruto del vínculo existente entre la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario de San Vicente Fundación a través del programa de prácticas. Éste fue distinguido en el Día Clásico de la Universidad por sus aportes sociales y científicos.

nuestra salud y En Antioquia no más ciegos por diabetes, entre otros.

Villegas agregó que en el Hospital, además de formar en competencias técnicas también aportan para que los estudiantes asuman una postura sensible frente a la sociedad. “Nuestros pacientes son personas desprotegidas socioeconómicamente, de estratos 1, 2 y 3, víctimas de la violencia. Darles a los estudiantes la oportunidad de acercarse a ellos es sensibilizarlos en un trato humanizado y contribuir a su formación integral”.

Para la doctora Cortés la principal ventaja de hacer la residencia en el Hospital, además del nivel de exigencia con el conocimiento, de aprender de casos complicados y de la mirada de otras disciplinas, es la filosofía de servicio: “Sean indigentes o figuras públicas, aquí reciben el mismo tratamiento: el mejor posible”.

ha renovado hasta la actualidad, formando 7.000 médicos, 500 instrumentadores quirúrgicos y 1.200 especialistas y subespecialistas.

“Ambas instituciones han crecido juntas de la mano. No se concebía que marcharan de forma separada una institución de la otra”, expresó el médico e historiador antioqueño Adolfo León González.

En la medida en que la Facultad ha creado nuevos programas académicos el Hospital ha podido contar con especialistas para sus servicios; en la medida en que el Hospital ha abierto nuevos servicios, la Universidad ha visto la necesidad de formar profesionales para suplirlos, y ha contado con escenarios de práctica de alta calidad académica y científica para complementar su formación profesional.

Ejemplo representativo de esa sinergia es el programa de trasplantes del Hospital. Creado en 1968, hoy

en el área de trasplantes, la Facultad de Medicina vio la necesidad de formar trasplantólogos y creó la Especialización en Cirugía de Trasplantes, en la actualidad con dos estudiantes que hacen la residencia en el Hospital. Los principales beneficiarios con este vínculo son los pacientes y los ciudadanos, al recibir una atención de salud incluyente, integral, con respaldo académico y de profesionales calificados.

Es por ello que el programa de prácticas entre la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario de San Vicente Fundación fue distinguido, el Día Clásico de la Universidad, con el premio Presencia de la Universidad en la Sociedad Categoría Oro. Una distinción que se otorga en el ámbito de la extensión a los programas de prácticas que tengan una contribución significativa académica, social, científica, tecnológica, artística o cultural.

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Pagar por anticipado hace parte de nuestra cultura. Para algunos este sistema funciona como una especie de ahorro para adquirir un bien y para otros “prepagar” es la única forma de acceder a un servicio que a la hora de necesitarlo supone una alta erogación de dinero, como sucede en áreas como la salud, los seguros y el sector funerario.

Bajo este principio desde hace más de un año funciona en Puerto Berrío la Agencia Jurídica Esmad y Monsve, la cual ofrece asistencia a quienes se afilian por quince mil pesos mensuales.

El principio básico del sistema, según Manuel Monsalve, abogado egresado de la Universidad de Antioquia y socio de la agencia, es brindarle a personas de escasos recursos acceso a un número determinado de procedimientos a través de un contrato de prestación de servicios por un año, que equivale a 180 mil pesos, pagaderos en doce cuotas.

“Hablamos de conciliaciones en derecho de familia, derecho laboral, asistencia a inspecciones de policía, presentación de derechos de petición, acciones de tutela y trámites de tránsito, entre otros. Es decir audiencias extraprocesales”, contó Monsalve, al tiempo que aclaró que el contrato que suscriben los usuarios no incluye el desarrollo en firme de procesos como los de carácter penal. “Si el afiliado requiere representación en otros procesos nosotros le ofrecemos el servicio con tarifas preferenciales por estar afiliados a la agencia”, indicó.

Frente a esta iniciativa Juan Camilo Mejía, coordinador de Posgrados y Extensión de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, valoró que la propuesta salga de una región, pues allí las necesidades en materia jurídica son muy diferentes a las de las ciudades capitales, pero señaló que hablar de servicios jurídicos prepagados no es novedad, ya que es una figura con antecedentes en el medio y con vigencia, bajo diferentes modalidades de contratación, en fuerzas militares y de policía.

Por su parte Rodrigo Arrubla Cano, presidente del Colegio Nacional de Abogados, Conalbos, opinó que este modelo no se trata de asistencia jurídica prepagada, sino de una suscripción a una serie

Asistencia jurídica prepagada, una alternativa

de servicios profesionales ofrecidos por un grupo de abogados. Para él no es novedoso, pues desde hace veinte años conoce y ha visto cómo algunos fracasan, y otros no, trabajando de esta manera.

“No he visto eficacia en el servicio, porque eso conlleva responsabilidades muy puntuales del abogado, que requieren una muy buena preparación, logística, formación y la responsabilidad en la prestación del servicio”, dijo.

No obstante apuntó que “es válido el ejercicio, pero que no se confunda la prestación del servicio con una promesa de solución de todos los conflictos del ciudadano con un abogado, quien tiene que ser muy meticuloso para que el ciudadano entienda qué se le está ofreciendo y esté informado sobre los servicios que incluye el contrato de prestación”.

Sea por pago anticipado de servicios jurídicos o suscripción a dicha asistencia, este ejercicio habla de

cómo una persona que se afilia a este tipo de agencias destina mes a mes un dinero para acceder, cuando lo requiera, a un abogado.

Para Manuel Ballesteros Romero, ex presidente de la Asociación de Abogados de la Universidad de Antioquia y especialista en derecho financiero, se trata de captación ilegal de dinero. “Independiente del contrato que se firme, si una persona paga por un producto y éste no es entregado inmediatamente, sino que está sujeto a la verificación de una condición o riesgo, debe existir vigilancia para esos recursos, porque estaríamos hablando de aseguramiento”, afirmó.

Ballesteros Romero reafirmó su concepto al explicar, a manera de ejemplo, que cuando una constructora vende una propiedad a plazos no está facultada para recibir el dinero del comprador. Para ese propósito se constituye una fiducia que administra los recursos con vigilancia de la Superintendencia Financiera.

Entre 2009 y 2011 la Universidad de Antioquia graduó 150 abogados en las subregiones de oriente, bajo cauca, suroeste y magdalena medio. Entre 2007 y 2011 graduó 770 profesionales del derecho. Medellín gradúa mil 100 abogados por año.

En Colombia sólo están facultados para captar dinero con expresa vigilancia de la Superintendencia las corporaciones de ahorro, los fondos mutuales y las cooperativas financieras, y en el caso de la medicina prepagada y los seguros, que son servicios de aseguramiento de riesgo; también aplica la vigilancia sobre los recursos captados con pólizas de cumplimiento bastante costosas.

Tal opinión no la comparten Manuel Monsalve y el docente Juan Camilo Mejía. “No es captación de dinero, porque estamos vendiendo un servicio”, dijo Monsalve, mientras que Mejía estimó que este ejercicio lo encuentra más cercano al contrato de prestación de servicios.

“El problema sería el cumplimiento de los pagos, si hablamos de personas de bajos recursos económicos”, concluyó Mejía, quien en su trabajo de maestría “La profesión jurídica en Medellín” señala que el país tiene alrededor de 200 mil profesionales del derecho.

Manifestó que en Colombia se gradúan 10 mil abogados por año y para el caso de Medellín y su área metropolitana algo más de mil 100. Cifras nada despreciables para afirmar que hay una saturación de profesionales del derecho, y que por tal razón abogados como los integrantes de Esmad y Monsve, así como muchos de sus colegas, se ven obligados a pensar en alternativas de ejercicio de su carrera, y así es como llegan a ofrecer sus servicios bajo la figura de pago anticipado o suscripción.

En concepto de Juan Camilo Mejía la masificación de la profesión está presente, como sucede con administración, contaduría y sicología.

Tanto Juan Camilo Mejía como Rodrigo Arrubla Cano no encuentran directa relación entre saturación y la oferta de servicios jurídicos prepagados. Ambos insisten en que el problema no es la cantidad de abogados, sino la formación integral con la cual egresan de las universidades del país.

Arrubla Cano considera que falta formación humanística y calidad profesional de los abogados en el país.

“El problema no es que haya 200 mil o 300 mil abogados, sino la calidad humana y la capacitación profesional, pues las universidades están sacando abogados a la calle sin formación jurídica; se presentan a un despacho judicial y ni saludan, no saben redactar un memorial, no saben de ortografía ni de redacción”, aseguró.

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“El éxito económico de las EPS: un

La Faculta de Medicina de la Universidad de Antioquia llama la atención sobre lo que considera una crisis evidente del sector de la salud que el Gobierno Nacional aún no reconoce en su real dimensión.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia observa con preocupación la grave situación del sistema de salud colombiano. Hemos sido partícipes de los múltiples procesos de evaluación, estudio y seguimiento del sistema, así como de la denuncia permanente de los problemas estructurales que él encarna. También hemos promovido y participado en numerosas iniciativas de movilización, experiencias que nos alimentan para asistir hoy al debate nacional con la esperanza de que el camino recorrido y la enorme evidencia que existe en torno al fracaso del modelo de salud, nos permita llegar a alianzas duraderas para ponernos de acuerdo en los aspectos fundamentales que deben conducir el destino del sistema de salud colombiano.

Nos concentraremos en hacer un recorrido sobre lo que consideramos son los efectos y más profundas debilidades del sistema, argumentos que sustentan por qué el modelo de intermediación debe hacerse a un lado y darle paso a un sistema libre de la especulación financiera y garante del disfrute efectivo al derecho fundamental a la salud. Dicha propuesta es la única posible si actuamos en consonancia con el pensamiento académico y social que caracteriza a la Universidad Pública.

Comencemos por mencionar que el problema del sistema no es de plata, aunque frecuentemente se presente de esa manera y a pesar de la disminución del esfuerzo fiscal del país en los últimos 10 años para financiar la salud. El gasto total en salud se ha incrementado de forma importante desde la entrada en vigencia de la Ley 100, se pasó de $9,49 billones en 1993 a un aproximado de $32 billones en 2011, según cifras del Ministerio de Salud, o de $40 billones, si se consultan fuentes independientes. Este crecimiento ha estado principalmente apoyado en los aportes de los trabajadores y el incremento del gasto de bolsillo

más que en el gasto público en salud. Según datos del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional (CID), el gasto en salud como porcentaje de los ingresos corrientes del país (presupuesto nacional), pasó de 16% en 1996 a 10% en 2009. Lo único que se ha hecho en los últimos años es trasladar recursos de oferta a demanda, y más recientemente liberar recursos del régimen subsidiado que el Fosyga tenía congelados en CDTs. Además, si se analizan las ganancias de las EPS, queda en evidencia que los recursos del sistema de salud son suficientes incluso para asegurar importantes tasas de ganancia a los accionistas de las EPS. Un caso que permite describir este negocio, es el de SaludCoop. El Periódico El Tiempo bien describe como SaludCoop que arrancó con un patrimonio de $2.500 millones, hoy tiene un patrimonio equivalente a 170 veces el inicial. Tiene inversiones en más de cinco países, participa en 24 sociedades comerciales, tiene seis organismos cooperativos, dos corporaciones, una fundación, y es la primera en número de afiliados. Esta empresa que inició operaciones en los 90, en 1998 estaba inaugurando la primera clínica y en el 2010, tenía 37 en todo el país. Para El Tiempo: “El crecimiento descomunal que logró la EPS Saludcoop en 17 años ha sido calificado por algunos como un verdadero milagro económico y por otros -especialmente por organismos de control-, como un sospechoso negocio”.

El mayor logro en salud para el gobierno nacional es la supuesta cobertura universal del aseguramiento. Logro controvertido por la sociedad puesto que no representa acceso real a servicios de salud. Las reiteradas quejas ante las entidades de control demuestran que se siguen trasladando cargas administrativas a los usuarios, que el concepto del médico tratante no es tenido en cuenta, que por falta de carné no se accede a servicios médicos, que los pacientes

En contraste con un sistema no deficitario en recursos, sino afectado por las excesivas expectativas de ganancia de las EPS y la corrupción, el sistema de salud se resquebraja por el desconocimiento del perfil epidemiológico del país, el deterioro o escasísimo progreso de los indicadores en salud pública, el atraso para implementar un modelo de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, la falta de oportunidad en la participación de la población y la comunidad médica, el irrespeto permanente del criterio médico, el deterioro de las condiciones laborales de todos los trabajadores y profesionales de la salud, la falta de gestión en las bases de datos de afiliación al sistema, la ausencia de una política en medicamentos y de su regulación, la saturación de los servicios de urgencias...

se mueren o se complican porque no son atendidos oportuna y adecuadamente, y que la negación de servicios se mantiene y por lo tanto las personas terminan interponiendo acciones de tutela. Incluso con la Ley 1438 que modificó a la Ley 100, los usuarios en lugar de obtener más servicios, los pierden. En contraste con un sistema no deficitario en recursos, sino afectado por las excesivas expec-

tativas de ganancia de las EPS y la corrupción, el sistema de salud se resquebraja por el desconocimiento del perfil epidemiológico del país, el deterioro o escasísimo progreso de los indicadores en salud pública, el atraso para implementar un modelo de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, la falta de oportunidad en la participación de la población y la comunidad médica, el irrespeto

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fracaso para la salud de los colombianos”

permanente del criterio médico, el deterioro de las condiciones laborales de todos los trabajadores y profesionales de la salud, la falta de gestión en las bases de datos de afiliación al sistema, la ausencia de una política en medicamentos y de su regulación, la saturación de los servicios de urgencias por demoras y negaciones en las consultas ambulatorias y la falta de unificación de listas de precios a pagar (manual tarifario), entre muchos otros.

El sistema de salud sufre de una gran vulnerabilidad en el flujo de recursos, la integración vertical sobredimensiona los costos de los procedimientos y las intervenciones, la retención de recursos por el Fosyga y las EPS está en detrimento de las IPS, y el POS no da respuesta a las necesidades de la población.

A propósito del POS, la equiparación, primero en niños, luego en ancianos y ahora de la población general, no ha pasado de estar en papel y en intenciones, puesto que no se ha dado cumplimiento oportuno y adecuado a las órdenes de la Corte Constitucional. Se insiste en que el problema del POS es el de las “zonas grises” (procedimientos, medicamentos y dispositivos no contemplados de manera específica en el POS),

y que las tutelas y los recobros por lo no POS son los causantes de la falta de liquidez del sistema y la crisis financiera. Sin embargo, para el Ex Defensor del Pueblo, Volmar Pérez, este no es el problema, puesto que las conductas más recurrentes son las negaciones de los servicios claramente contenidos en el POS, que obligan a los usuarios a interponer acciones de tutela. Contrario a las previsiones de la sentencia T-760, en el año 2011 la proporción de tutelas reclamando el derecho a la salud representó el 26,2% del universo de tutelas interpuestas, de estas el 64,16% reclamaban la prestación de servicios contenidos en el POS.

A pesar de la “actualización” del obsoleto y restrictivo plan de beneficios, actualización que incluyó la ampliación de este en 300 procedimientos, este proceso consideró poco los conceptos epidemiológicos y clínicos de significancia para la población, y se concentró en dar respuesta a las presiones de la industria que buscaba posicionar sus productos. Los medicamentos causantes del 85% de los recobros no fueron incluidos en el POS, pero tampoco se efectuaron los estudios clínicos o económicos que dijeran si estas tecnologías

son inadecuadas, ineficaces o muy poco costo-efectivas. Es así como se sigue permitiendo el sistema paralelo de recobros, aun cuando se conoce evidencia científica en el mundo que demuestra que los sistemas con recobros estimulan el gasto y los sobrecostos.

Adicional a todos estos problemas, se suma la ineficiencia de los sistemas de información. No hay reporte oportuno de los actores del sistema y esto impide articular acciones conjuntas para garantizar el acceso a los servicios y el cumplimiento de normas.

Lo que es claro es que los frecuentes escándalos de corrupción protagonizados por la EPS ponen de manifiesto que han existido hasta confabulaciones de las EPS agrupadas en ACEMI para negar sistemáticamente servicios contenidos en el POS, denuncia hecha en el Senado de la República producto de las investigaciones en las actas y correos electrónicos entre los directivos de las EPS.

En la Fiscalía están en curso numerosos procesos por delitos contra la salud pública, peculado por apropiación, enriquecimiento ilícito y celebración indebida de contratos en el sistema de salud. La fiscalía ha manifestado que: “los muertos se enferman más y tienen enfermedades más graves”. Por esta situación hay varios delitos de fraude procesal debidos a recobros que se hacen de personas que no están afiliadas a la EPS, no se les entregó el medicamento, o ni siquiera están vivas. En la procuraduría se adelanta varias investigaciones a EPS debidas a incumplimiento relativos a fallos de tutela, en pagos a IPS y en conciliaciones de mesas de trabajo, además de investigaciones por omisiones en tratamientos, facturas ilícitas remitidas al fosyga, omisiones en ejecución de acciones de salud pública, falta de contratación con la red pública hospitalaria, multiafiliación deliberada y retiros unilaterales de usuarios de las EPS.

Para completar, la Contraloría ha denunciado que: “Una vez los recursos ingresan a las cajas de los operadores privados tienden a confundirse con los recursos propios” y se hace casi imposible demostrar que se usan recursos públicos, fiscales y parafiscales en inversiones privadas.

Todos los escándalos de corrupción, la mayor vigilancia de las entidades de control y la presión de

la opinión pública colombiana, han provocado que en 2011 el balance económico de las EPS no haya sido tan boyante como en años anteriores, puesto que sólo el 46% de ellas cumplió con el margen de solvencia exigido. Además, de las 24 EPS en el régimen contributivo, 4 estaban con Vigilancia Especial (Cafesalud, Famisanar, Golden Group S.A. EPS, Servicios Occidental de Salud S.O.S), y 4 intervenidas (Saludcoop, Salud Colombia (en liquidación), Red Salud (liquidación voluntaria), Multimédicas (liquidación voluntaria).

Lo preocupante es que para dar respuesta a una crisis estructural del sistema, el presidente Santos nombre en la cartera de salud a un muy buen académico pero con un perfil puramente financiero, y que la proyección de intervención de este Gobierno en salud sea la consolidación de los monopolios del aseguramiento y su fortalecimiento económico.

La conclusión es que el sistema de salud funciona mal por donde se le mire, no resiste una evaluación concienzuda porque se desmorona. El operador privado presta menos servicios para quedarse con mayor ganancia y la fiducia no agrega valor al modelo y no controla los sobrecostos en el sistema.

Es imperativo que los excedentes del manejo de los recursos de la salud se apliquen a necesidades del sistema y no se queden como ganancias de las EPS, que existan tarifas justas del plan de beneficios para no cargar en los hospitales y clínicas, quienes real y efectivamente hacen la atención en salud, los efectos de las reglas de competencia impuestas por las EPS. Se hace necesaria una reforma integral al sistema, en lógica a los derechos fundamentales y no a la eficiencia económica puesto que en la actualidad no existen políticas públicas en salud que materialicen el goce efectivo de ésta.

El proyecto de Ley Estatutaria radicado en el Congreso de la República por la Comisión de Seguimiento a la Sentencia T-760 es una propuesta seria y bien sustentada que se somete a debate nacional en este importante momento histórico de la salud en el país. Esperamos que al momento de decidir en el Congreso, se considere esta propuesta en la que prevalece el derecho fundamental a la salud, y no que se termine aprobando un engendro que fortalezca la intermediación financiera y la ganancia de los accionistas de las EPS.

21 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
Foto cortesía La Patria

Han pasado 15 años desde que la Corte Constitucional le hizo un guiño al Congreso de la República para que reglamentara los casos en los que se puede aplicar la eutanasia en el país. La quinceañera petición cobró vigencia en la agenda pública el pasado 9 de octubre, cuando la Comisión Primera del Senado aprobó en primer debate el proyecto que busca, al fin, definir claramente ese procedimiento.

Opositores y defensores están en la arena de un debate que tiene múltiples preguntas, entre ellas, si el país está preparado para establecer un protocolo que blinde a aquellos que practiquen la eutanasia. Para Águeda Torres Marín, esa pregunta está ligada a otro cuestionamiento: “Si no es ahora, ¿entonces cuándo estará preparado?

Según Torres —abogada, miembro del Comité de Bioética del Sistema Universitario de Investigación de la Universidad de Antioquia y docente de la Facultad de Derecho de esa institución—, la Constitución de 1991 abrió una nueva realidad social y jurídica en el país.“Antes, con la Constitución de 1886 y sin la educación que hoy tenemos, estos debates no se hubieran podido dar. Si decimos que la norma es una construcción cultural y si en la cultura se están planteando realidades distintas, la norma también tiene que obedecer a ello”, explicó Torres.

Sucede, sin embargo, que el debate eutanásico tiene asiento en una frontera moralmente sensible: la de la vida y la muerte. En ese debate, defensores y opositores han enfilado argumentos que incluyen términos como matar, homicidio por piedad, muerte digna y derecho a la vida. Este último ha sido blindado por la misma Carta Política como un derecho inviolable. Si así lo es, ¿por qué darle luz verde a una acción que acaba con ella?

De acuerdo con Torres, las representaciones y prácticas sociales y culturales, y los avances científicos, han promovido que desde lo ético y lo jurídico, el sentido de la vida y de su fase terminal, se esté significando y razonando de una forma diferente. “La vida digna, la autonomía, la libertad y el libre desarrollo de la personalidad —dijo— se han plasmado como derechos que obligan a respuestas innovadoras y creativas, a través de la ponderación de situaciones que antes se encontraban penalizadas”.

El Código Penal Colombiano regula los delitos contra la vida y la

Eutanasia y vida digna: voces

integridad personal. En su artículo 106 señala como homicidio por piedad aquel acto en el que una persona mata a otra para poner fin a sus intensos sufrimientos, provenientes de una lesión corporal o una enfermedad grave e incurable. Según el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, el homicidio por piedad se castiga con una pena de prisión de 16 a 54 meses.

El Código Penal también se refiere a la inducción o ayuda al suicidio. El que eficazmente induzca a otro al suicidio —dice—, o le preste una ayuda efectiva para su realización, tendrá una pena de 32 a 108 meses. Si esa ayuda busca poner fin a intensos sufrimientos provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable, el castigo es de 16 a 36 meses.

El reclamo por ese marco jurídico dio origen a la Sentencia C-239 de 1997, que declaró la legislación sobre el homicidio por piedad como exequible. Sin embargo, esa misma sentencia de la Corte Constitucional expresó que cuando los enfermos terminales manifiestan su decisión de morir, el médico puede actuar. Por tanto, aunque esa conducta está justificada, implica que la justicia penal inicie una investigación. Si se cumplen los requisitos esbozados por la Corte, tendría que tomar la decisión de precluir la investigación.

“Se puede afirmar que la eutanasia por activa está permitida en Colombia”, explicó Torres. Por ello, al momento de la sentencia, la Corte Constitucional le dejó la tarea al Congreso de establecer una reglamentación más específica sobre el tema.

“Matar a otro por piedad es diferente a ayudar a morir a un paciente de una buena manera, es decir, aplicando un principio de la bioética y la medicina que es el de beneficencia”, señaló Torres, quien está formulando, junto a la también profesora de la Alma Máter, Doris Ospina, el proyecto de investigación La Eutanasia y el suicidio asistido en Colombia desde el bioderecho.

El momento oportuno

El nuevo proyecto de ley, presentado el 9 de agosto de 2012 por el senador Armando Benedetti, le da un papel protagónico a los médicos tratantes. “Los médicos que practiquen la eutanasia no serán objeto de sanción penal”, dice el proyecto, que también advierte que serán éstos los únicos que podrán practicarla.

Sin embargo, para Tiberio Álvarez, el debate debería ir más allá. “Antes de hablar de la eutanasia como la solución de un problema, lo ideal sería que hubieran buenas clínicas de cuidados paliativos y buenos programas de alivio del

dolor en la fase terminal”. Álvarez es médico anestesiólogo, fundador, hace 30 años, de la Clínica de Alivio del Dolor del Hospital San Vicente de Paúl de Medellín y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.

Para él, el verbo y la intencionalidad tienen mucha importancia en este debate: “¿aliviar o matar?”, se pregunta. Según dice, “la eutanasia activa tiene la intencionalidad de matar a alguien y llevar a cabo esa intención”.

En su labor, en cambio, ha practicado la ortotanasia. Es decir, cuando los esfuerzos terapéuticos se orientan al cuidado del paciente terminal y no a la cura: se le aplican medicamentos para controlar el dolor y puede, incluso, ser sedado profundamente hasta que llegue su partida. Si hay un momento crítico, el personal médico no actúa.

“Es la enfermedad la que ocasiona la muerte, no es que yo le ponga una dosis para matarlo, no buscamos ni acelerar la muerte ni posponerla”, explicó Álvarez. Esto, sin embargo, requiere de un consentimiento previo y reiterado del paciente.

Según Álvarez, hay un proceso previo de inestabilidad emocional. “Se corre una cortina mental y es muy bonito ver esa maduración del paciente, verlo en paz espiritual, con su familia y con él mismo. Eso toma su tiempo, por eso el médico debe esperar que llegue ese momento oportuno, llamado también kairós”. Por eso, dijo, la eutanasia no puede ser considerada como una cita exprés para acabar con la vida de alguien. “Hemos perdido esa parte humanística de la medicina y le estamos dando mucha más importancia a la parte objetiva y científica. Nos estamos olvidando de ese ser humano que se angustia, que sufre y requiere acompañamiento”. Así pues, que la resurrección del debate eutanásico parece invocar consideraciones más profundas que meros protocolos jurídicos, conveniencias políticas o radicalismos religiosos. Sobre arena movediza se plantan banderas que tienen que ver con la ponderación y conquista de progresistas derechos como la autonomía, la muerte digna y la libertad. Allí mismo, en el intrincado debate, germina el cuestionamiento sobre las garantías que ofrece un sistema de salud en crisis, donde la muerte, más que ese “momento oportuno”, pareciera un remedio genérico. Superar ese cuestionamiento, tal vez, sea un buen paso para que eutanasia recobre su verdadero significado etimológico: “buena muerte”.

22 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
Por PEDRO CORREA OCHOA Foto José Leonardo Vargas Gómez

Proyecto de reforma tributaria, más inquietudes que realidades

MAURICIO LÓPEZ GONZÁLEZ

RAMÓN JAVIER MESA CALLEJAS

Al igual que sus antecesores, el presidente Juan Manuel Santos espera reformar este año el sistema tributario nacional. Recordemos que en las últimas dos décadas, en Colombia ha sido mayor el número de reformas tributarias en comparación con el número de presidentes de la República. Ciertamente, con la Constitución de 1991, la creación de un conjunto nuevo de instituciones y la consolidación del Estado Social de Derecho en nuestro país, el gasto público se incrementó sustancialmente, lo cual trae consigo la necesidad de ajustar los ingresos estatales en la misma medida. La necesidad de una nueva reforma supera los requerimientos tradicionales de búsqueda de nuevos ingresos para el Estado. La difícil situación que hoy atraviesa un número importante de economías europeas, es un llamado de atención para muchos países, en especial algunos de América Latina, para que mejoren sus sistemas tributarios en ambientes eficientes, en los cuales se promueva la distribución del ingreso. No olvidemos que si bien no contamos con los niveles de endeudamiento de estos países, es cierto también que la deuda pública en Colombia es relativamente alta y los intereses que hoy pagamos por ella, también lo son.

Este modelo económico también intenta responder a la permanente preocupación de los ciudadanos por mejorar sus condiciones de vida, en ambientes de mayor transparencia y de fortalecimiento institucional. Tal situación puede llevar a políticas irresponsables que colocan en riesgo la hacienda pública y con ello el bienestar de toda una población. No obstante, el otro extremo es igualmente riesgoso, es decir, buscar sistemas tributarios que bajo el

Coordinador Grupo de Macroeconomía Aplicada

Decano Facultad de Ciencias Económicas

...todo parece indicar que la actual será una reforma más, en la cual algunos problemas estructurales, asociados a la poca cultura tributaria, la evasión y la elusión, al igual que la existencia de una gama de exenciones tributarias que benefician a quienes tienen mayores ingresos, la baja carga impositiva sobre los ingresos personales y la regresividad del IVA en el país, han de continuar.

pretexto del fortalecimiento de la hacienda pública y la eficiencia, terminen gravando a todos los ciudadanos por igual, empeorando la distribución del ingreso.

Éste es justamente el objetivo de la presente reforma, es decir mejorar la distribución de la riqueza en Colombia, al tiempo que se pretende contribuir a la creación de empleo formal. Ambos objetivos resultan bastante ambiciosos, máxime cuando en los últimos años hemos visto otras políticas con metas similares y cuyos resultados hoy resultan bastante cuestionados (un ejemplo claro de lo anterior se tiene con la Ley 1429; Ley de formalización y generación de empleo).

Así las cosas, la presente es una reforma indispensable, entendida esta necesidad como la oportunidad para mejorar: i) En términos de eficiencia (en cuanto al mejoramiento de procedimientos internos de los órganos encargados de los tributos en Colombia, simplificando y actualizando el complejo estatuto que hoy tenemos) ii) En términos de recaudo, eliminando exenciones y prebendas otorgadas por gobiernos anteriores y gravando segmentos de la población que antes no pagaban algunos impuestos; iii) En términos de fortalecimiento de la hacienda pública, creando las bases para tratar de blindar la economía del vaivén financiero internacional y iv) En términos de sostenibilidad, una vez que sumada a la regla fiscal, se espera una reducción paulatina del endeudamiento público. No obstante, todo parece indicar que la actual será una reforma más, en la cual algunos problemas estructurales, asociados a la poca cultura tributaria, la evasión y la elusión, al igual que la existencia de una gama de exenciones tributarias que benefician a quienes tienen mayores ingresos, la baja carga impositiva sobre los ingresos personales y la regresividad del IVA en el país, han de continuar. De otro lado, los objetivos asociados a la mejora en la distribución del ingreso y la formalización de empleo, difícilmente serán aproximados, una vez que mejoras en la distribución implican avances en materia de salud y educación en poblaciones vulnerables, por ejemplo; y la formalización del empleo en Colombia supera con creces los estímulos tributarios ofrecidos, una vez que las empresas que se encuentran en esta situación, al hacer un análisis costo-beneficio, no encuentran mayores lucros.

Algunos casos puntuales que ilustran lo anterior, tienen que ver con: la reducción de los denominados impuestos a la nómina, o parafiscales, con lo cual se espera estimular la creación de empleo formal. La reforma propone cambiar parte de la financiación, creando un

impuesto a las utilidades para las empresas. Las estimaciones del Gobierno Nacional dan cuenta de mayores recursos para el SENA y el ICBF, no obstante vale la pena precisar que al depender estos recursos de la salud de la economía, dado que están ligados a las utilidades de las empresas, se esperaría que en períodos de bajo crecimiento económico se reduzcan, afectando el bienestar de población vulnerable. De otro lado, se crea el denominado impuesto sobre la renta para la equidad –CREE– el cual compensa la reducción del impuesto a la renta tradicional. Este hecho resulta ciertamente paradójico, pues el impuesto a la renta es por esencia un tributo progresivo, de modo que difícilmente se puede mejorar la distribución de la renta con su propia alteración. En tal sentido, bien vale la pena recordar que en nuestro país, son los impuestos directos los que mayor progresividad otorgan al sistema, aunque las últimas reformas han privilegiado los impuestos indirectos, lo cual ha sido uno de los causantes de la pésima distribución de la riqueza que hoy observamos. En conclusión, las condiciones económicas y políticas están dadas para la realización de una reforma tributaria que promueva la equidad, genere una mejor progresividad y eficiencia de tal forma que se generen incentivos para reducir la desigualdad, compense los errores del pasado y le permita al país transitar en un sendero de estabilidad macroeconómica y fiscal, que no solo, siga con la política de reducir el endeudamiento público sin golpear las clases de menores ingresos, sino también, contribuya con la estrategia de frenar la revaluación del peso. Esperamos que las discusiones en el Congreso de la República permitan alcanzar estos logros, no hay que perder la esperanza.

Adicional al impacto que tendría sobre los colombianos la reforma tributaria propuesta por el Gobierno Nacional, los profesores de las universidades públicas se verían doblemente afectados. La razón: el 50 % de sus salarios está concebido como gastos de representación, porcentaje que hasta hoy es exento de gravamen pero que gracias al llamado Impuesto Mínimo Alternativo Nacional, IMAN, pasará a hacer parte de la renta bruta y por ende sujeto de carga impositiva.

Si de lo que se trata es de equidad y redistribución de la riqueza, vale la pena preguntarse cuál es la alternativa que tienen los docentes universitarios para evitar que la reforma reduzca tan significativamente sus ingresos.

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A propósito…

Diálogos de paz, ¿camino a la paz?

La áspera confrontación entre los representantes de la guerrilla y el gobierno en los diálogos de paz, que se iniciaron esta semana en Noruega y que fueron transmitidos por las más importantes cadenas televisivas del mundo, es reconfortante. La voz recia del comandante Iván Márquez de las Farc y las respuestas no menos fuertes del ex vicepresidente de Colombia Humberto de la Calle representan, con algún grado de fidelidad o deformación, las dos naciones que se han negado, sistemáticamente, durante medio siglo, la una a la otra. Estas expresiones de dos universos adversos, con sus intereses abiertamente en contradicción, no son por sí mismos una esperanza. La esperanza radica en la posibilidad, al menos transitoria, de ver un forcejeo verbal que, menos que un espectáculo mediático y quizá por la misma consideración que son ampliamente divulgados, sientan un precedente de consecuencias inéditas. No son lo que ellos digan o dejen decir lo que interesa o preocupa. Es lo que nosotros callemos —o nos hagan callar— lo decisivo, en el cruce de artillería verbal, ligera y pesada, de múltiples frentes. Los enemigos de la paz, que en Colombia se solapan bajo las naguas de la lengua desatada del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, anticipan un fracaso de las conversaciones, porque ese fracaso es deseado. El deseo del fracaso es un síntoma de vieja data y le dio a las fuerzas enfrentadas un respiro por más de una década. La violencia justifica la violencia, reproduce la violencia y prolonga, casi siempre más allá de lo esperado, la violencia. La violencia es un negocio, primero que todo, político. La violen-

cia, el llamado a la violencia y la exaltación a la violencia, ha sido el arma predilecta de la retórica de muchos bandos y corrientes en la política reciente colombiana.

Laureano Gómez Castro, que conquistó la presidencia en virtud de su delirante campaña anti-liberal, anti-comunista y anti-masónica —para él era la misma cuerda de enemigos mortales de la católica Colombia— es un antecedente de un pasado no muy lejano. En el Frente Nacional hay que rememorar el terror de los campos de tortura de Julio César Turbay Ayala (un Videla con corbatín) para sofocar toda fuerza subversiva real, imaginada o virtual. A estos profetas del exterminio, por sus métodos, sus medios y sus ilimitados recursos de instigación contra la paz y los derechos humanos, se ha sumado la voz amenazante de Uribe Vélez. Su campaña delirante se basó, en una consigna antiFarc como enemigos mortales de los grandes propietarios de la tierra y del gran capital. La furia guerrerista ha contribuido a pervertir todos los lazos sociales y culturales, por cerca de ochenta años: la lista negra aglutina y justifica, en un espectro a discreción, la liquidación del “otro”.

Pero es hora de lavarse los oídos y afilar la lengua, oír al otro y disputar sin miedo, sin medias tintas, soslayando las cosas, confiar en la capacidad de estar en desacuerdo. Un proceso de diálogo no es un ponerse de acuerdo, sino pasa por desconfiar y culmina por dejar pendiente muchas cosas. Las cosas que quedan pendientes no deben ser solo las masacres; quedan pendientes las grandes asignaturas de la injusticia, la inequidad, los desequilibrios, la discriminación, los prejuicios labrados por siglos, por décadas, por años y reforzados día por día, como consecuencia de la cantaleta irresponsable de los medios de comunicaciones del país.

Sentados en una mesa misma, ante millones de espectadores en todo el mundo, los negociadores de guerrilla y gobierno nos reconfortan como ciudadanos y enaltecen la potencialidad de la fuerza de argumentos que no queremos ver —porque esto sería la verdadera farsa, la verdadera piedra en el camino— coreando un mismo cántico, cuando todos sabemos que la zanja que separan los intereses de unos y otros es inmensa. Tal vez sea infranqueable. Ese cara a cara no es solo el cara a cara del Gobierno-Farc, sino de estos con una opinión pública nacional y mundial. El desenmascaramiento, pues. Atentos a ciertos detalles, pero expectantes a los vaivenes que ojalá no terminen por abortar pronto, nos creemos afortunados de ver otra guerra en un plano discursivo. Estas discusiones son necesarias, por la simple razón que en Colombia ellas han sido aplazadas, reprimidas, expresadas a retazos. Estos retazos son tan perversos como la mordaza, o quizá más idiotizantes. La gente acaso no quiere escuchar, sino desear que se firme rápido, que se depongan los fusiles y cesen las bombas, de una vez por todas. “Estamos jartos de tanta violencia”, piensa el ciudadano en común, más o menos en estado de sonambulismo y desorientación. Pero es hora de lavarse los oídos y afilar la lengua, oír al otro y disputar sin miedo, sin medias tintas, soslayando las cosas, confiar en la capacidad de estar en desacuerdo. Un proceso de diálogo no es un ponerse de acuerdo, sino pasa por desconfiar y culmina por dejar pendiente muchas cosas. Las cosas que quedan pendientes no deben ser solo las masacres; quedan pendientes las grandes asignaturas de la injusticia, la inequidad, los desequilibrios, la discriminación, los

prejuicios labrados por siglos, por décadas, por años y reforzados día por día, como consecuencia de la cantaleta irresponsable de los medios de comunicaciones del país. Estos también han sido armas de más violencia. Si estos diálogos de paz no son la forma más idónea para obtener la paz y la prosperidad inmediata, deben ser la ocasión para estar en desacuerdo con unos, con los otros y con los demás allá. La verdad no está, propiamente, en ningún bando per se. El gobierno encubre en sus diálogos un modelo social y económico inaceptable; las Farc un accionar violento que rechaza una gran mayoría de los colombianos. Pero llegar a una firma, tarde o temprano, no es suficiente y por ello no es deseable a un plazo constreñido y, sobre todo, a puerta cerrada.

Los colombianos debemos darnos una segunda oportunidad, en medio de esta desolada condición. Hablar públicamente, discutir públicamente, disentir públicamente, en la prensa, en la radio, en la televisión, en la cátedra, en la tribuna, en el púlpito, en el tablado teatral, en las artes plásticas, es democracia. Todos estamos convocados a participar y hacer eco del eco de esta oportunidad de no sentirnos inermes, como ciudadanos, sin futuro en la república de la discusión. En la sobremesa, en el camerino, en el club…

Aquí el enemigo es el que calla; el enemigo es el que calla porque otorga a los otros lo que debe ser lo suyo, renunciado a su libertad de aclarar lo suyo en este diálogo amplificado. Como el esclavo voluntario, el que calla niega los futuros de todos.

Los grandes temas que pusieron en la mesa las Farc no se pueden soslayar y frente a ellos debemos pronunciarnos. Si la guerrilla tiene o no solución a estos problemas inmensos que tocan —la tierra, la minería, la justicia, la educación— es algo que no solo compete a ella. Tampoco el gobierno tiene la suerte de ases que satisfaga a alguien en la repartición de la torta territorial: solo a sus beneficiarios privilegiados. El gobierno se equivoca si no está en disposición de discutirlos. Porque estos no es la nación de los demás. ¿Cuándo nos sentaremos también nosotros en la mesa? ¿No está el tiempo ya cumplido?

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JUAN

Recomendaciones para la solución de un conflicto

Existen manuales que contienen los procedimientos básicos para la solución de conflictos sean éstos mundiales, regionales o nacionales o sean de alta, mediana o baja intensidad o que involucren un elevado, medio o bajo número de actores o que estén inducidos por razones culturales, étnicas, sociales, económicas o todas a la vez en diversos grados. Estos manuales son resultado de la acumulación de conocimientos molcajeteados y exprimidos de la sangre y la vivencia de millares de experiencias y estudiarlos se considera ineludible para entender y gestionar las relaciones entre política y gobernabilidad en tiempos de crisis. Cierto es que todo manual termina desbordado por la realidad, aunque tenga el grado de sofisticación que implica tomar en cuenta y calcular los efectos de la mayoría de los acasos posibles, sobre todo de los que tienden a entorpecer o a defenestrar un proceso de pacificación que incluye tanto el cese de la guerra como la reparación material y moral. Sin embargo, a contrapelo de los azares, en los manuales hay sugerencias y recomendaciones que han llegado a tener una validez universal “in vitro”, aplicables como referentes para el análisis y para la acción “en vivo”. Una de ellas es la necesidad de reconocer un hecho pedrogrullesco: en todo conflicto hay razones que justifican las posiciones y las proposiciones de los grupos en contienda. Estas razones tienen el sello de la historia fundacional de los grupos y como tal se convierten al mismo tiempo en peticiones de principio y por tanto en el “núcleo duro” de la discusión. Lógicamente se deduce que la solución de los problemas que son

...gran parte del éxito en la solución de todo conflicto es la minimización al extremo de la ideologización, que es algo así como el olvido de las rabias sanguíneas mediante el único antídoto conocido que es “tragar sapos” cuidando la lengua y proponiendo, en contrario, la maximización del pragmatismo que sin usar valoraciones de bondad o de maldad, indica la conveniencia de adoptar el cálculo racional de costos y beneficios.

sobrevinientes históricamente y además periféricos o blandos depende de que se resuelvan los anteriores. Aunque es muy difícil negociarlos por separado, puede suceder que, por razones meramente pragmáticas, se solucionen los segundos —blandos o periféricos y sobrevinientes— sin tocar los primeros —duros, nucleares y fundacionales— o que aquellos adquieran un tal grado de importancia que urja su solución quebrando así la lógica de las prioridades. Piénsese, por ejemplo, en el papel preponderante que han adquirido el narcotráfico, la reparación de las víctimas o la justicia transicional frente a problemas históricamente duros como el del sistema económico o el de la reforma agraria.

Pues bien, el reconocimiento de semejante simpleza allana el camino de un plan de acción realizable y sostenible, porque permite identificar con precisión lo más proactivo. El gobierno del Estado colombiano y la dirigencia guerrillera conocen esta teoría y ambos tienen los callos de la experiencia.

Pero hay más en los manuales. Un proceso de negociación no sólo depende de la consistencia interna sino también de la percepción espontánea o inducida de muchos grupos de interés que inciden desde afuera con mayor o menor poder. Por eso se calculan los efectos de las agoreras críticas trinantes y tronantes y de las manifestaciones de optimismo desaforado o mezclado con la insomne desconfianza ya acrisolada en incontables años de experiencia en fracasos. Sabedores de lo anterior, los manuales previenen sobre la inconveniencia

de convocar a algarabías caguanescas convidando a medio pueblo a un proceso tan sensible a las interferencias. Suele ocurrir que vecinos, familiares y amigos henchidos de buena voluntad, mesiánica actitud y en trance de plétora patriótica, terminan “ayudando demasiado” y por tanto acaban como parte interesada o como terceros incluidos cuando el ideal es la inasistencia ordinaria de terceros o cuando más el concurso extraordinario de terceros como invitados esporádicos para asuntos específicos y en el oportuno tiempo. En contra de las procesiones carnestoléndicas, óptimas para la pesca electoral, se recomienda que los espontáneos de ocasión y los enviados para la ocasión, sigan empujando carros, jurando en falso y llorando en velorios ajenos. Por eso se sugiere evitar a los “metidos”, a los colados, a los pegajosos y gotereros, a los fisgones, a los chiveros, a las comadrejas, a la prensa con ictericia y, sobre todo, esquivar a los chismosos.

Y dejo para el final el más importante de todos los consejos: gran parte del éxito en la solución de todo conflicto es la minimización al extremo de la ideologización, que es algo así como el olvido de las rabias sanguíneas mediante el único antídoto conocido que es “tragar sapos” cuidando la lengua y proponiendo, en contrario, la maximización del pragmatismo que sin usar valoraciones de bondad o de maldad, indica la conveniencia de adoptar el cálculo racional de costos y beneficios.

Con todo y a pesar de cualquier recomendación, la solución de un conflicto tan inveterado como el nuestro, no pone a prueba tanto las recomendaciones de un manual como la voluntad hecha razón.

25 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
FABIO HUMBERTO

Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.

Notas sobre la participación profesoral en la reforma a la educación superior

Representante Profesoral (s) ante el CSU, UdeA

En medio del frustrado intento del gobierno de Juan Manuel Santos de reformar la ley de educación superior, se ha abierto un espacio de debate, con presencia de diversos sectores de la vida nacional, para tratar de fundamentar una nueva ley. Una de las oportunidades en que el profesorado nacional pudo hacer presencia y expresar, así sea parcial y apretadamente sus puntos de vista fue la reunión del 12 de septiembre pasado en Paipa (Boyacá). La reunión con el Ministerio de Educación fue convocada por el Departamento de Fomento a la Educación. Con una duración de dos días, la convocatoria se basó en el esquema que proponía el proyecto de reforma al dirigirse a muy diversas instituciones de educación con la denominación general de “instituciones de educación superior” o IES sin establecer entre ellas diferencias de complejidad y objetivos de formación.

En las 143 instituciones representadas, se incluyó indistintamente en un mismo grupo a universidades con certificación de alta calidad, universidades sin certificación, tecnológicos y escuelas pequeñas de formación profesional. La nivelación a partir de lo más simple llevó a equiparar los consejos superiores universitarios de las grandes universidades públicas con los órganos de dirección de las universidades privadas y otras instituciones, lo cual es inadecuado por los contextos tan diferentes que llevan en muchos casos a desconocer la complejidad de las decisiones que se tomen en la reforma proyectada por el gobierno.

Según parece, la convocatoria se hizo a través de las rectorías y no directamente a los representantes de los CSU. Algunas de las universidades representativas no asistieron. Por ejemplo, a Mario Hernández, represen -

tante profesoral al Consejo Superior de la Universidad Nacional no le llegó la invitación. Tampoco asistieron los representantes de la Universidad Industrial de Santander o de la Universidad de Caldas. La reunión fue coordinada por la doctora Natalia Ruiz, ex vicerrectora Académica en la Universidad Nacional. Es curioso constatar que se utilizó, como dinámica de diálogo, una variación de la técnica de “lluvia de ideas”, en la cual todos los grupos rotaban por mesas de trabajo. Se proponían puntos en torno a una temática, por periodos de discusión de 50 minutos. De ese modo, todos los grupos debían pasar por todas las mesas, y por ende por todas las temáticas, aunque finalmente volvían a la mesa en la cual comenzaron la ronda para cumplir la función de sintetizar lo que todos los grupos habían dejado consignado como resultado de los 50 minutos de trabajo en que habían estado tratando cada tema.

Pese a su buena formación, los coordinadores de las mesas no tenían una trayectoria larga en la vida universitaria que les permitiera captar en profundidad la significación de algunos de los problemas planteados en las mesas y por eso algunos puntos vitales tendieron a diluirse en las síntesis que quedaron consignados en sus informes.

Pese a ello, se llegó a coincidir en muchas impresiones y conclusiones comunes. Sin duda todas ellas subrayaban el papel decisivo de la educación para el país. Había una común riqueza conceptual y valorativa, así no se compartieran todos los puntos. Más allá de las diferencias, se evidenció que, pese a las diferencias de intereses, estatus y rango de las instituciones, los participantes estábamos mirando la reforma como educadores de cara a la sociedad colombiana urgida de soluciones, y eso nos unificaba.

La crítica básica que se puede hacer a la reunión se fundamenta en que la participación de los profesores universitarios en un proyecto de reforma debe ser sistemática y preparada, con base en ponencias de equipos especializados y por eso no basta con las técnicas de lluvias de ideas que sólo pueden cumplir una función orientadora y de anticipación de las ideas que cumplirán la función de ejes del articulado.

El anterior proyecto de reforma de la educación superior, que fue presentado el año 2011 tiene un fundamento económico global. Su fortaleza no era una concepción de país, ni una estrategia pedagógica, y pretendía cambiar la concepción de la educación como derecho por la de educación como servicio.

El anterior proyecto de reforma de la educación superior, que fue presentado el año 2011 tiene un fundamento económico global. Su fortaleza no era una concepción de país, ni una estrategia pedagógica, y pretendía cambiar la concepción de la educación como derecho por la de educación como servicio. Es importante afirmar explícitamente que la participación en estas reuniones no puede tomarse como la participación del profesorado universitario que debe darse en la reforma. Para que una posición sea representativa del profesorado se precisa que haya un tratamiento de los temas preparado, profundizado y especializad o.

26 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012

EUFRASIO GUZMÁN MESA

Profesor Instituto de Filosofía

Ética, investigación y pertinencia

Desde diversas instancias se hace una invitación indeclinable. La Red Mundial de Academias de las Ciencias, el Consejo Interacadémico de la Unesco y la Comisión Institucional de Ética de nuestra propia universidad coinciden en recordar que es necesario hacer un gran frente común que nos movilice ante los frecuentes casos de falsificación, tergiversación y manipulación de datos.

Es preocupante el desconocimiento de los protocolos básicos y el recurso al plagio y la usurpación de conocimientos sin referir fuentes. Es fundamental en este momento de desarrollo de los conocimientos a todos los niveles y como un poder incontestable de las sociedades contemporáneas, recordar que la responsabilidad, la calidad y la pertinencia deben ser parte inherente al modo de desarrollar la actividad investigativa. Está en juego no sólo la respetabilidad de la investigación y los investigadores sino la confianza de la sociedad en la ciencia y en el rigor de quienes hacen la investigación. El progreso de las sociedades en todo el mundo desde hace varios siglos ha tenido su punto de apoyo en el desarrollo del conocimiento de excelencia y pertinencia social, intelectual y cultural.

Es imprescindible reconocer la tradición de la ciencia y respetar los procedimientos y protocolos en los casos en los cuales se utilizan animales, seres humanos y comunidades. Es necesario y urgente hacer la presentación correcta de las evidencias y los datos y llevar las investigaciones con pulcritud, para no alejarse de las rutinas que hacen respetables la ciencia, los investigadores y sus productos.

Un investigador puede incluso dedicar su vida al estudio de un problema confuso o mal planteado, puede llegar a recibir reconocimientos y ver sus disquisiciones editadas por insaciables editores dispuestos a justificar su papel, dando a la imprenta tonterías inteligentes o enjundiosas que simulen conocimientos, en vez de exhibir capacidad de esclarecimiento de asuntos importantes para la sociedad, la convivencia o el desarrollo de los conocimientos de avanzada.

En un mundo en el cual la importancia de la investigación es creciente nos enfrentamos a la necesidad de precisar mejor algunos protocolos, extremar el cuidado con los procesos de verificación y realizar las citaciones con exactitud y alejados de los efectismos que sólo refuerzan visibilidades o impactos artificiosos. En algunos casos se ha caído en el desconocimiento de las investigaciones precedentes para minimizar la deuda que toda investigación tiene. Es en el fondo una cuestión de valores humanos que se minimizan para exagerar el valor de un individuo exaltado por su pasión creadora cuando se hace necesario ser honestos, objetivos y construir confianza con una dosis de respeto y humildad, tan escasa en las sociedades del conocimiento ya reconocidas por su poder para obtener recursos y prestigio.

Sobre la pertinencia quiero reiterar expresiones que mantengo sobre un debate que apenas empieza. La pertinencia, como compromiso con la calidad, la oportunidad o conveniencia sí se puede evaluar y no es fácil. Hay que intentarlo cuando estamos en un país o en instituciones que manejan recursos públicos que son limitados. Es comprensible que toda asignación de recursos deje insatisfechos a quienes no reciben lo que creen merecer, pero es bueno tener presente también cuánto han recibido y cuánto han realizado, cuánto han aportado y de qué manera. La Unesco, en su diagnóstico sobre educación superior para el siglo XXI, propone que la actividad investigativa se

empeñe en e l bienestar de los individuos y de la sociedad y para ello debe ser pertinente. Esto quiere decir que debe estar en interrelación con las políticas, el mundo del trabajo, la cultura y las culturas, el mundo de la vida, los otros, el pasado e incluso una visión de futuro. Una pregunta por la pertinencia empieza por plantearse: ¿Se ha hecho? ¿Serán capaces de realizarlo?

Todo ser humano es libre de dedicarse a satisfacer su curiosidad, ese es un motor incuestionable del conocimiento, y la universidad debe ser un espacio para el ejercicio de la libertad de cátedra y de estudios, pero nadie está exento de rendir cuentas por la pertinencia social, académica o intelectual de sus trabajos. Lo que está en juego no sólo es el deseo de conocer, es importante el sentido de relación con el mundo y es definitiva una visión integral del ser humano y de las instituciones, de la sociedad, la cultura y la historia.

Un investigador puede incluso dedicar su vida al estudio de un problema confuso o mal planteado, puede llegar a recibir reconocimientos y ver sus disquisiciones editadas por insaciables editores dispuestos a justificar su papel, dando a la imprenta tonterías inteligentes o enjundiosas que simulen conocimientos, en vez de exhibir capacidad de esclarecimiento de asuntos importantes para la sociedad, la convivencia o el desarrollo de los conocimientos de avanzada.

El autismo intelectual tiene múltiples formas. Escribir e investigar sobre asuntos especializados no capacita para hacerlo sobre el mundo de la vida, y la importancia del buen juicio no es camino al que se llegue sencillamente sólo por títulos o comunidades de investigadores a las que se pertenezca. Es parcial la idea de investigador o saber exclusivamente como número de citaciones, y es poco deseable la limitación de juzgar a una persona exclusivamente por sus referencias. Lo que denominamos formación integral y vida plena es algo que no sólo compete a la actividad educativa sino al mundo excelso de los buenos investigadores.

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Los árboles dejan ver la U

Mangos, mamoncillos, aguacates, almendros, naranjos, guayabos, macadamias, nísperos y cacaos, todos en un mismo lugar: la Universidad de Antioquia que alberga cientos de estos árboles que constituyen un pulmón verde para la ciudad.

De los 272.773 m2 de extensión que tiene el campus universitario, 80.904 m 2 pertenecen a zonas verdes, es decir el 34%.

Según Felipe Cardona, biólogo y director del Herbario de la Universidad de Antioquia “las plantas en general son una fuente de vida porque absorben el CO2 y producen oxígeno, purifican el aire, son barrera contra la polución y el ruido, las hojas atrapan partículas del smog y producen sombra”.

Entre los componentes más evidentes de la vegetación de la Universidad se encuentran los árboles. Según el último informe realizado en 2010 por el departamento de Logística e Infraestructura existen 2.282 individuos pertenecientes a 178 especies y 42 familias diferentes. En el inventario se tuvieron en

cuenta árboles de 10 cm o más de diámetro.

Gladys Vélez, ingeniera agrónoma encargada de supervisar el manejo de las zonas verdes y de hacer de ellas lugares estéticos y seguros para la comunidad universitaria, afirma que el campus cuenta con un número mayor de especies arbóreas que su vecino, el Jardín Botánico.

En la Universidad hay 264 mangos, 144 urapanes, 112 huesitos y 111 guayabos; estas especies encabezan la lista de las más abundantes. Además existen 43 especies que solo tienen un ejemplar, muchas sembradas por estudiantes.

La clarisia (Clarisia racemosa Ruiz & Pav.) ubicado entre el bloque 7 y 1 es uno de los árboles que reviste importancia: “No creo que haya más ejemplares en la ciudad”, afirma Vélez. La Universidad cuenta con cuatro de estos. Los abarcos (Cariniana pyriformis Miers) también adquieren gran valor; por ser maderables son muy apreciados y su extracción de bosques naturales está prohibida.

La vegetación del campus también cumple una función de hábitat y fuente de alimento para distintas especies de la

fauna. Especies como guayabos, guamos, inchis, pomos, palmas, entre otras, producen frutos apetecidos por ardillas, micos, zarigüeyas y murciélagos.

Los individuos que no ofrecen alimento son utilizados como refugio o puntos de observación para aves migratorias como gavilanes, o en otros casos para especies que hacen migraciones estacionarias en busca de flores.

Vélez asegura que es posible encontrar alrededor de 160 especies de aves, incluyendo las migratorias ya que la Ciudadela Universitaria tiene conexiones con otras zonas verdes como el Parque Norte y el Jardín Botánico. Por esto no es raro encontrar gran cantidad de colibríes, azulejos, atrapamoscas, cucaracheros y tórtolas.

Además de mamíferos y aves la variada vegetación también atrae mariposas, anfibios, reptiles y algunos insectos que cumplen una función de controladores biológicos, es decir que impiden que otros insectos se conviertan en plagas.

Según Vélez, los árboles que más problemas generan son los más antiguos, aquellos que existen desde la construcción de la Universidad en los años 60s. Estos se sembraron muy cerca unos de otros o de la infraestructura, y hoy se ven las consecuencias. Individuos como los falsos laureles, falsos cauchos, urapanes, tulipanes afr ica nos y eucaliptos, son de gran biomasa y causan muchas veces daños en tuberías, redes eléctricas, tejados y andenes, así mismo se convierten algunas veces en peligro para la integridad de las personas. Es por esta razón que se hace necesario podarlos o inclusive talarlos.

La ingeniera sanitaria Marta Cecilia Lopera, quien se desempeña como gestora ambiental en la Universidad, observa que “son árboles que realmente deben ser talados porque están ubicados en un sitio de mucho tránsito de estudiantes y están en riesgo de caída o interfieren con la infraestructura”.

Según Lopera se talan alrededor de 20 árboles al año, pero asegura que “hemos sembrado cuatro veces lo que hemos talado”. El Área Metropolitana exige que por cada individuo que sea removido se siembren mínimo dos, o en algunos casos hasta cinco ya sea en la ciudadela o en cualquiera de sus sedes.

La ingeniera Gladys Vélez explica que la mayoría de las especies que se han sembrado en los últimos años son nativas, y además son árboles que por su crecimiento y desarrollo resultan más apropiados para ecosistemas urbanos. Árboles que producen otros frutos, adicionales a los generados por la investigación, la docencia y la extensión propios de la institución universitaria.

28 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
Archivo
Foto
ALMA MATER
Periódico Hace 44 años apenas se asomaba el campus en el verde de las afueras de Medellín. Hoy, en medio de edificios, pero gracias a sus variadas y numerosas especies arbóreas, la Universidad de Antioquia emerge como fuente de vida de animales y pulmón verde de la ciudad. Foto Olga Castaño Martínez

Sede de Andes duplica espacios y oportunidades

La sede de la Seccional Suroeste en Andes fue inaugurada el 11 de junio de 1999 y a la fecha ya cuenta con 521 egresados. Las obras de ampliación, mediante las cuales se duplicará la capacidad, se entregarán el viernes 9 de noviembre de 2012, con la presencia del gobernador de Antioquia y presidente del Consejo Superior Universitario Sergio Fajardo Valderrama y del rector Alberto Uribe Correa.

Los 419 estudiantes que están matriculados en los 16 programas de pregrado este semestre ya disfrutan de nuevos y más amplios espacios en la sede de la Universidad de Antioquia en el municipio de Andes, Seccional Suroeste.

Pero no serán los únicos, porque el propósito es duplicar la población estudiantil paulatinamente, de manera que queden de buena forma justificados los 1.565 millones de pesos que se invirtieron en los 680 m2 de área construida que se le añadieron a la antigua edificación, la misma que en junio de 1999 acogió a la Universidad y se erigió como el centro de actividades y de proyección de la institución para esa subregión antioqueña con 23 municipios.

La ampliación también incluyó 465 m2 de placa polideportiva y 1.068 m2 de parqueadero y vía, lo que se traduce en nuevos espacios y usos, y más comodidad para adelantar las actividades académicas, administrativas y la práctica deportiva.

Más aulas, más oficinas para profesores y empleados administrativos, más baterías de baño, más zonas de estudio a disposición de los actuales estudiantes y de los que ingresarán a los programas adicionales ofrecidos para el primer semestre de 2013, Tecnología de Alimentos y Tecnología en Ecología y Turismo (nuevas cohortes), y Comunicación Social – Periodismo (nuevo para la región).

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Foto Antonio Rodríguez Marenco Foto Antonio Rodríguez Marenco Foto Antonio Rodríguez Marenco Foto Antonio Rodríguez Marenco

El 7 de noviembre de 2012 el Museo Universidad de Antioquia (MUUA) celebrará 70 años. En los actos conmemorativos que se cumplirán ese día, a las 6:00 de la tarde, el Concejo de Medellín entregará la Orden al Mérito Juan del Corral. A propósito de la celebración, los siguientes son 7 años significativos en la transformación como uno de los museos universitarios más importantes de Colombia:

1. En 1942 el profesor Eduardo Zuluaga Hoyos creó el Museo de Ciencias Naturales. Un año después, el profesor Graciliano Arcila Vélez fundó el Museo Antropológico de la Alma Mater.

2. En 1970, se fusionaron los dos museos y se creó oficialmente el Museo Universitario. También se definió la apertura de la Colección de Artes Visuales, junto a las colecciones de Antropología y Ciencias Naturales.

3. En 1993 se constituyó la Colección de Historia, que funcionó en el

Edificio San Ignacio hasta 2011, cuando se trasladó al bloque 15.

4. En 2000 se crea la revista Códice, el boletín científico y cultural.

5. En 2002 , cuando el MUUA cumplió 60 años, se invitó a hombres y mujeres que también cumplieran 60 años, y que vivieran cerca a la Universidad de Antioquia, a celebrar este acontecimiento con la creación del grupo Helios, cultura y recreación para el adulto mayor.

6. En 2007 se creó la Red de Museos de Antioquia, que agrupa a 65 museos de todas las subregiones del departamento.

7. En 2010 se creó la Tienda MUUA, Como una manera de divulgar el conocimiento de la Universidad de Antioquia y el patrimonio de las colecciones del Museo, que es visitado por más de 120.000 personas al año entre turistas, colegiales, universitarios, empleados, niños, padres…

Tanto al coliseo como a la cancha sintética para la práctica del fútbol, que cuenta con especificaciones técnicas conforme a las normas Fifa, ya se le dan los últimos retoques para ponerlos al servicio y disfrute de la comunidad universitaria.

Comité Editorial

John Jairo Arboleda Céspedes

Luquegi Gil Neira

Olga Castaño Martínez

Eufrasio Guzmán Mesa

Asdrúbal Valencia Giraldo

Heiner Castañeda Bustamante

Director Heiner Castañeda Bustamante

Edición de contenidos

Luis Javier Londoño Balbín

Auxiliar

Sara Giraldo Maestre

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.

En 2013 inicia Maestría en Enseñanza de las Matemáticas

El ministerio de Educación Nacional otorgó registro calificado por 7 años a la Maestría en Enseñanza de las Matemáticas.

El Instituto de Matemáticas de la Universidad de Antioquia ofrecerá el posgrado en la modalidad virtual para facilitar el estudio a quienes se encuentran en las regiones antioqueñas. Busca llenar el vacío de ofertas acordes con las reales necesidades de los docentes, sobre todo en cuanto a la enseñanza de los saberes específicos. El propósito es profundizar en las matemáticas con el fin de mejorar el desempeño del docente en el aula de clase y lograr un aprendizaje significativo de parte del estudiante.

El pago de los derechos de inscripción es hasta el 14 de diciembre de 2012, mientras que el plazo para la inscripción por internet vence el 21 de enero de 2013. Entrega del ensayo escrito hasta el 28 de enero de 2013 al correo electrónico: posgrado@ matematicas.udea.edu.co Este mismo día será el examen de admisión. En el mes de febrero de 2013 se realizarán los siguientes procesos: 8 publicación de resultados. Del 9 al 21 pago y proceso de matrícula. El 23 y 24 registro académico y 4 inicio de clases.

Diagramación

Juan Camilo Vélez Rodríguez

Secretaria María Mercedes Morales Osorio

Giovanny

Gisela Sofía Posada Mejía

Elizabeth

Laura

Pedro

Alexánder Otálvaro

Sara Giraldo

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional.

30 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
(Artículo 20. Constitución Política de Colombia) (Artículo 73. Constitución Política de Colombia) Colaboraron en esta edición Castaño Blanco Cañas Rodríguez Rodríguez Palacio Diana Isabel Rivera Correa Ochoa
Maestre
Foto Luis Javier Londoño Balbín

El director de El Espectador entre 1952 y 1984, Guillermo Cano, fue uno de los más importantes periodistas de nuestro país. Denunció con ahínco las mafias del narcotráfico y la injerencia malsana en la sociedad de una parte del capital financiero. Con estoicismo soportó las penurias a las que por periodos se vio sometido el influyente diario por presiones de sectores económicos. Su apego a la verdad, a la transparencia y a la justicia fueron acallados en 1986. Por eso la Universidad de Antioquia conmemora su nombre con el libro Tinta indeleble. Guillermo Cano. Vida y obra, de la Editorial Aguilar y la Fundación Guillermo Cano Isaza, y la exposición de una parte del legado de Don Fidel Cano, fundador de El Espectador en 1887, legado que fue donado a la Alma Máter en 2003. La presentación del libro, escrito por Maryluz Vallejo, Jorge Cardona y Carlos Mario Correa, es el 7 de noviembre en Medellín, y la muestra estará abierta hasta el 7 de diciembre.

Educación flexible y Cursos semipresenciales, otras formas de estudiar en la UdeA

El programa de Educación Flexible es una buena opción para quienes aprobaron el examen de admisión, pero no alcanzaron un cupo en la Universidad.

Quienes se inscriban a los cursos de Educación flexible adquieren el carácter de estudiante especial, ya que si cumplen con las condiciones preestablecidas podrán homologar y acumular créditos y, lo más importante, concursar por cupos como estudiantes regulares.

Para inscribirse los interesados deben haber optado en el examen de admisión por pregrados en las áreas de ingenierías, ciencias económicas, ciencias farmacéuticas, ciencias sociales y humanas o ciencias exactas y naturales, en los cuales Educación flexible ofrece los cursos. Las inscripciones son entre el 1 y el 30 de noviembre en la página web de la Universidad.

Los Cursos semipresenciales, por su lado, dan la oportunidad de preparar a los aspirantes para la vida universitaria, pues proporcionan conocimientos y habilidades para enfrentar el examen de admisión a la Universidad en competencia lectora y lógica matemática; además, los inscriptos pueden mejorar el nivel académico en otras áreas del saber, con materias que dan la posibilidad de ser homologadas si se es estudiante regular de la UdeA.

Informes: teléfonos 2195519 y 2195099

Agencia de Traducción y Servicios Lingüísticos

La Agencia de Traducción y Servicios Lingüísticos de la Universidad de Antioquia (ATSL UdeA) ofrece servicios de traducción de documentos personales y académicos - investigativos. El resultado son textos con coherencia, cohesión, buen estilo y terminología correcta del área de trabajo, lo que facilita la publicación de investigaciones en revistas especializadas en el ámbito global. Así mismo ofrece el servicio de intérpretes simultáneos, necesarios, por ejemplo, para congresos en otros países.

Informes: edificio Antigua Escuela de Derecho. (Cll 49 # 42A-39 Of. 108). En el teléfono (+574) 2199879. O en el correo electrónico info.agenciatraduccion@ idiomasudea.net www.traduccionudea.info, Facebook/Agtradudea Twitter.com/agtradudea

31 Nº 615, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, noviembre de 2012
a ellos compromete — Departamento de Información y Prensa Secretaría General • Ciudad Universitaria. Calle 67 N° 53-108, Bloque 16, oficina 336, Medellín • Teléfonos (4) 2195023 y 2195026. E-mail: almamater@udea.edu.co • http://almamater.udea.edu.co CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO: Sergio Fajardo Valderrama, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Alberto Uribe Correa, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Carlos Fonseca Zárate, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Carlos Alberto Palacio Tobón, Representante del Consejo Académico • Juan Carlos Amaya Castrillón, Representante Profesoral • Mario Arturo González Arboleda, Representante de los Egresados • Manuel Santiago Mejía Correa, Represen-
Investigación • Óscar Sierra Rodríguez, Vicerrector de Docencia • María Helena Vivas López, Vicerrectora de Extensión • Rubén Alberto Agudelo García, Vicerrector Administrati-
Francisco Londoño Osorno, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Ramón Javier Mesa Callejas, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Luz Stella Correa Botero, Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Jaime Alberto Vélez Villa, Decano Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Sandoval Casilimas, Decano Facultad de Educación • María Isabel Lalinde Ángel, Decana Facultad de Enfermería • Carlos Alberto Palacio Tobón, Decano Facultad de Ingeniería • Élmer de Jesús Gaviria Rivera, Decano Facultad de Medicina • María Patricia Arbeláez Montoya, Decana Facultad Nacional de Salud Pública • Clara Eugenia Escobar Güendica, Decana Facultad de Odontología • Pedro José Amariles Muñoz, Decano Facultad de Química Farmacéutica • Lucía Stella Tamayo Acevedo, Representante Profesoral Consejo Académico • Luquegi Gil Neira, Secretario General. Invitados: John Jairo Arboleda Céspedes, Vicerrector General • Fabio Giraldo Jiménez, Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo, Director de Desarrollo Institucional • María Carolina Laverde Velásquez, Directora de Relaciones Internacionales • Daryeny Parada Giraldo, Directora de Bienestar Universitario • Dora Nicolasa Gómez Cifuentes, Directora Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • María Teresa
— Las opiniones expresadas en ALMA MATER es responsabilidad de los autores y sólo
tante del Sector Productivo, Luis Javier Arroyave Morales, Representante de los ex Rectores • Luquegi Gil Neira, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO: Alberto Uribe Correa, Rector • Fanor Mondragón Pérez, Vicerrector de
vo •
Arbeláez Garcés, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz, Director Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Iván Darío Uribe Pareja, Director Instituto de Educación Física y Deporte • Jaime Cardona Usquiano, Director Oficina de Asesoría Jurídica • Claudia María Rivera Osorio, Auditora Interna

Estudiantes: 37.584

Población estratos 1, 2 y 3: 92%

Sedes Medellín: 13

Sedes regionales: 11

Programas académicos: 258

Grupos de investigación: 225

Egresados: 120.169

Emisora Radio Educativa: 9

Jóvenes Investigadores: 1.900 = T O D O S

Foto Carlos Hoyos

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