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La Madre Tecnología

La Madre

Eliceo camina lento y tranquilo. Podría andar con los ojos cerrados, conoce el camino de memoria. Teyuna, mejor conocida como Ciudad Perdida, es su territorio desde hace más de 2600 años. Es su casa, la que comparte con otros 30 mil indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta, una de las pocas selvas aún vírgenes que tenemos en Colombia.

Es joven, aunque para sus padres y el Mamo –líder espiritual de los Kogui– ya está viejo para casarse. A él no le preocupa, por el contrario, disfruta explicando que tiene todavía mucho por conocer y vivir antes de comprometerse. Explica que tiene muchos proyectos en camino y quiere cumplirlos sin distracciones. Apenas estamos conociéndolo, así que ninguno se atreve a preguntar por esos proyectos.

Lleva su mochila cruzada, aquella que le entregan en la ceremonia de la mayoría de edad, cuando cumplen 17 años. En ella lleva sus objetos más valiosos, aclara, y los muestra uno a uno: su poporo, hojas de coca seca y su celular. Curiosos le pedimos nos explique el significado de esos objetos, los más valiosos para él. Orgulloso nos enseña que el poporo simboliza para un hombre la entrada al mundo de la experien-

Por Alejandra M. Pereira Álvarez, estudiante Saberes de Vida

cia y la madurez, y su función es servir de compañía permanente y de diario personal, registrando con las capas todas sus experiencias. Las hojas de coca seca mezcladas con saliva y cal sirven como estimulante y le ayudan a mantenerlo alerta, y con ello remoja el madero y lo frota con el poporo, y así va construyendo sus capas nacaradas. Y luego está su celular, igual de significativo. Nos aclara que le sirve también como compañía y medio de registro (y creación) de experiencias. Divertidos le preguntamos qué tan familiarizado estaba con su uso. Mayor fue su diversión al evidenciar nuestra ingenuidad.

Eliceo ha participado en cuatro documentales, uno de los cuales tiene miles de visitas en YouTube del canal que lo produjo. Nos habla con total propiedad de un influencer español y se sorprende que no lo conozcamos. Incluso llegó a convencer a su abuela, reconocida Saga (líder espiritual para las mujeres), reservada como su rol lo exige, a participar en un reportaje para un medio internacional. Continúa explicándonos que dentro de sus múltiples proyectos está terminar el libro que está escribiendo sobre las historias Kogui, aquellas que hasta ahora nunca han sido escritas y se han preservado por la tradición oral. Planea publicarlo en versión digital para que tenga mayor difusión internacional, y agradece que cuando visita a los mayores para recoger esas historias pueda grabarlas con su celular y luego pasarlas a su computador para editarlas con mayor comodidad.

Mucha razón tenía al tildarnos, discretamente, de ingenuos o hasta ignorantes. Hoy conviven la Madre Tierra y la Madre Tecnología. Eliceo reparte su tiempo viviendo en una hermosa choza circular hecha con tierra, piedras y hojas de palma; se alimenta de hortalizas y granos sembrados por él mismo y su familia; vive y respeta las jerarquías y tradiciones de su comunidad, pero el resto del tiempo está pegado al celular chateando igual que sus “hermanos menores”, sentado al frente del computador puliendo su libro, o navegando por internet buscando las mejores opciones para estudiar arqueología, otro de sus muchos proyectos.

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