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LA LEALTAD. CONVERSACIÓN ABIERTA
from Capitel. Lealtad
por Yaiza Santos
La lealtad es un valor tan universal como transversal y es difícil definirlo de una sola manera. Vale la pena discutir las distintas interpretaciones para tratar de esbozar un significado amplio y complejo de este concepto.
Hay ideas inconscientes que forman parte de una persona. Se habitan sin pensarlas. Existen, estamos seguros, e incluso guían nuestros actos, pero si se les intenta nombrar, se escurren entre los dedos. La lealtad está entre ellas.
Mala noticia: no hay mucha bibliografía al respecto. Los filósofos suelen abordarla de una manera indirecta, relacionándola con las virtudes en general o con la amistad en particular. Ni siquiera están de acuerdo en que la lealtad sea un valor en sí mismo. ¿Puede ser nociva? Cuando se sirve a una idea o a una persona perjudicial, ¿es también lealtad?
El diccionario de la RAE contribuye a la oscuridad del término. “Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien”. ¡Hombría! ¿Las mujeres de bien no podemos ser leales? La segunda entrada tampoco nos incluye (o eso esperamos): “Amor y fidelidad que muestran a su dueño algunos animales, como el perro y el caballo”. “Legalidad, verdad, realidad”, dice en su tercera voz, mezclando tres conceptos que se rozan y advirtiendo, además, que es “p. us.”, o sea, poco usado.
No hay nada como intercambiar pareceres con personas afines, así que me dispuse a la tarea de abrir la conversación. Los peripatéticos tenían el ágora para pasear; nuestro mundo global, las redes sociales. ¿Qué es la lealtad para ustedes?, pregunté. La variedad de respuestas iluminó un poco el camino.
Mi favorita es la definición visceral de @bajoelbillete: “a) Una forma noble de cabezonería. b) Adoro a quienes son leales a las personas (amores, amigos) y detesto a quienes son leales a las ideas, a las empresas o a los gobiernos”. Algunos tienen a mano una descripción corta y prístina: “Decir la verdad” (@espia_rusa); “estar” (@guardian_el_); “cumplir” (@zcomozorglub). Otros se centran en la lealtad en las relaciones de pareja, donde coinciden en que es distinta la lealtad que la fidelidad. “Ser leal para mí es mucho más importante que ser fiel”, dice @AhoraRo. Y @MissPeggySue confiesa: “No es lo mismo que la fidelidad. Para mí bastante más difícil”. Para ilustrar estos pensamientos, @JuanjoGFxx recomienda un artículo de Rosa Montero, “Adúlteros pero leales”, en el que la escritora afirma: “A mí, en fin, me importa mucho más la lealtad que la fidelidad sexual. Me parece mayor traición criticar amargamente a tu pareja a sus espaldas con tus amigos; o no tener sus opiniones nunca en cuenta; o dejarle en ridículo públicamente; o no apoyarle en un momento de verdadera necesidad”.
Para unos, la bondad de la lealtad depende del objeto. Es el caso de @jcamagi: “La lealtad es cumplir un compromiso adquirido. Será un valor, o no, si el compromiso es con el bien o no lo es”. Va por ese camino también @JesúsSemperfree: “La lealtad es un apoyo incondicional. Aunque quizás un mal ejemplo, el que se me ocurre es la relación entre un perro y su dueño. El perro es siempre leal, independientemente de los valores de esa persona”.
Para otros, es evidente la lealtad como bien en sí mismo, por ejemplo, @AragornDeMordor: “La lealtad es no tener que mirar a tu espalda”; @VeneciaGrandeLi: “La lealtad es honradez”; @Raul_Gtrrez: “No traicionar nunca a los demás para acabar traicionándote a ti mismo”. En este caso, sostener una idea o una persona perjudiciales no podría llamarse “lealtad”. “Si un sentimiento solidario se asocia a algo nocivo es incondicionalidad”, dice @tomaspmmx. “En ese caso, no es lealtad. Es complicidad”, sentencia @Cris_Marcano.
“No se debe confundir lealtad con esclavitud moral”, distingue @klopeckx. “La lealtad implica en ocasiones afear la conducta de la persona cuando se separa de la rectitud en la acción. Por eso, para que haya lealtad tiene que existir cierto grado de ejemplaridad”. @jairborraz puntualiza: “Como toda virtud, sobreutilizada se puede volver un defecto (fanatismo)”.
Quien más se detiene en el paseo es @SergioLujambio: “Etimológicamente proviene de legalis y se traduciría como respeto a la ley. Pero no sólo en sentido jurídico, sino también respecto de las normas morales e incluso códigos y acuerdos tácitos. Es un compromiso”, y acaba llamando a su amigo @Soyjmn para continuar la conversación: “La lealtad es la capacidad de ser consecuente con las palabras y los compromisos. Es parte de la amistad de quien tiene proyectos e intereses comunes. La lealtad podría confundirse con la complicidad y ahí no sería valiosa”. Me remite @Soyjmn al libro VIII de la Ética a Nicómaco, donde Aristóteles habla de la amistad (¿ven?), pero la cuestión lo deja pensando: “La lealtad se debe a las personas. Ser leal es querer el bien del otro: corregir, ayudar. No solapar. Ser leal impide que uno colabore en la maldad. Creo que la lealtad podría suponer no delatar. Seguiré pensando”.
Yo también.