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INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL TRIATLÓN
por Víctor Hugo Bustamante Vallín
Para completar un reto importante, ya sea físico o anímico, es crucial aprender a reconocer y manejar nuestras emociones. Esto ayudará a resolver los imprevistos, concentrarnos en la meta, y, sobre todo, disfrutar el recorrido aun con sus complicaciones.
Terminar un triatlón no es una tarea simple, implica ejecutar de forma continua tres disciplinas: natación, ciclismo y carrera pedestre. Existen muchas modalidades de triatlón: el más popular es el olímpico, que consiste en nadar 1.5 kilómetros, pedalear 40 y correr diez. Los profesionales pueden terminar este evento en una hora 45 y los amateurs, debido a la edad, pueden invertir hasta tres horas y media.
Para algunos atletas el objetivo es lograr el primer lugar, para otros, lo único realmente importante es completar el evento en el tiempo límite. ¿En qué deben enfocarse ambos competidores para completar el reto? Todos deben usar su inteligencia emocional de manera adecuada en todo el recorrido.
Una competencia de triatlón se vive con intensidad desde los entrenamientos, especialmente un día antes del evento cuando se recoge el número de participante, se deja la bici en la zona de transición, se repasa la ruta, se prepara el equipo necesario, se hace la carga de carbohidratos, se verifica el clima y se hidrata. Todo este proceso puede causar un mar de emociones: duda, miedo, sorpresa, entusiasmo, confusión, enojo. Algunos atletas tienen dificultad para manejar esta carga emocional; temen no despertar a tiempo, repasan continuamente la ruta, imaginan que la comida pudo no ser la adecuada, piensan que algo desastroso puede suceder. en todo el recorrido”.
En el momento del arranque, generalmente en una playa o en el borde de un lago, la emoción típica es de miedo: “me podría dar un calambre”, “podría haber animales que me ataquen”, “si me fatigo podría ahogarme”, “alguien me podría lastimar o hundir”. El atleta debe manejar este temor con capacidad y así creer que puede lograrlo porque ha entrenado y recorrido distancias más largas.
Tras el disparo de salida el atleta se enfoca en sus brazadas y la dirección del recorrido. Puede suceder que otro atleta lo llegue a golpear y en ese momento surge el enojo, pero no debe perder de vista el objetivo, superar ese enfado y seguir el trayecto es lo mejor que puede hacer. Cuando el competidor cruza la meta de natación se presenta una buena dosis de alegría por haber concluido la primera etapa, recarga su energía y debe concentrarse en identificar la ubicación de su bicicleta.
Mantener la calma en la primera transición es importante; el atleta debe controlar el momento de triunfo parcial y ejecutar el cambio de indumentaria a ciclista, para así enfocarse en montar su bici y arrancar con energía el pedaleo.
La etapa de ciclismo es turbulenta: hay miedo a caerse en una curva cerrada, asombro al rodar en pelotón a más de 40 km/hr, enojo cuando lo rebasa otro competidor de su categoría, ansiedad al percibir que su energía se está agotando, desesperación al ver que su velocidad disminuye en las cuestas, agobio al recordar que le falta una disciplina. Mantener la cabeza fría y la mente enfocada en la competencia es primordial, esto ayudará a controlar las emociones y mantener buena cadencia, esfuerzo adecuado e hidratación constante.
Cuando el triatleta desmonta su bicicleta para cruzar la segunda meta se desbordan sentimientos de felicidad y esa segunda carga emocional mantiene al competidor con energía para enfrentar la carrera.
En la transición de ciclismo a carrera el atleta debe aclarar su mente y de nuevo concentrarse en el cambio de equipo para la carrera. Al tiempo de empezar a correr los cuádriceps resienten el esfuerzo del ciclismo y la mente debe indicar que se puede correr de forma eficiente.
Sólo resta terminar la etapa de carrera. El cansancio acumulado hasta ese momento puede exteriorizarse en inseguridad, duda y confusión; también puede haber frustración cuando otro competidor supera al atleta y miedo al pensar en una descalificación al no lograr los tiempos límite. Pero también se pueden experimentar optimismo cuando se rebasa a un oponente, entusiasmo al consumir kilómetros con buena energía y alegría al recibir porras del público. Al ver la meta a pocos metros se desborda el entusiasmo, la euforia es la principal emoción cuando se cruza la línea final.
Un atleta que se preparó bien físicamente no tendrá problemas en concluir los tres recorridos, pero aquel que se preparó bien mentalmente podrá manejar todo ese cúmulo emocional y hacer un análisis objetivo de su desempeño. Un atleta con buena condición física y buena inteligencia emocional podrá disfrutar el recorrido y su logro.
Víctor Hugo Bustamante Vallín es Ingeniero en computación, coach de triatlón y ejecutivo estratégico. Su carrera profesional la ha desempeñado en empresas como Oracle, Microsoft y CISCO. Ha participado en 14 maratones, 24 Ironman y dos Ultra Fondos de ciclismo. Es autor del libro Ando #contentote
Jun Takahashi es un ilustrador japonés que vive y trabaja en Tokio. Ha colaborado con empresas de producción de contenido de personajes y desde 2014 trabaja de forma independiente. Sus diseños y composiciones particulares nos ofrecen cuerpos geométricos y agigantados que viven la experiencia humana en toda su amplitud. juntakahashi.jp | behance.net/jun97b5