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NO TODO ES CIENCIA: LAS HUMANIDADES, PIEZA CLAVE PARA LA CONCIENCIA DE LAS INTELIGENCIAS ARTIFICIALES

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ALERTA SÍSMICA

ALERTA SÍSMICA

por Maria Baeta imágenes de Espen Kluge

Así como la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, los conocimientos humanistas acompañan el proceso para cargar de humanidad y conciencia a las inteligencias artificiales que cada vez se hacen más presentes en nuestra vida.

En todo lo que llevamos de siglo XXI, las disciplinas consideradas “científicas” se han impulsado de nuevo y se han revalorado gracias a los avances técnicos de la informática y la robótica. “Estudia una carrera de ciencias, tiene muchas salidas profesionales”, nos dijeron a los adolescentes de los noventa. Y así ha sido durante más de dos décadas, pues se ha necesitado de muchos profesionales de estos ámbitos (ingeniería, matemáticas, física…) para conseguir las tecnologías que imperan en nuestros días.

Ahora bien, ya no nos basta con tener aplicaciones y gadgets tecnológicamente avanzados. El auge de las inteligencias artificiales —que se pueden encontrar en cualquier hogar por un módico precio en forma de asistentes virtuales y otros dispositivos— obliga a ir un paso —de gigante— más allá: de alguna manera deben tener conciencia, incluso “humanidad”, y es por ello que las ramas más puras de las disciplinas humanísticas están entrando con fuerza en el desarrollo de estos productos.

Totalmente fundamental en cualquier Inteligencia Artificial (IA a partir de ahora) es el cuidado minucioso del lenguaje. El éxito de los asistentes virtuales que abundan en altavoces inteligentes se basa en que, digamos lo que digamos, esa voz nos entenderá y será capaz de proporcionar una respuesta que no sólo satisfaga nuestra necesidad, sino que suene natural, realista, consciente de lo que dice.

Para lograr esto, los desarrolladores de estas IA trabajan codo con codo con lingüistas y filólogos capaces de discernir los matices de una lengua. Gracias a su trabajo y a la infinidad de pruebas que realizan antes de lanzar un producto (la colaboración de hablantes nativos es fundamental), la simulación de que estamos hablando con un “ser” es muy satisfactoria. ¡Lejos quedan esas voces robóticas en forma y fondo del cine de ciencia ficción del siglo XX!

Pero no sólo es la lengua. Para que adquieran conciencia casi “real” y queramos interactuar con ellas, las IA requieren de un gran diseño que determinará nuestra experiencia de usuario. En este sentido, el trabajo de psicólogos y psicólogas es fundamental: ayudarán a crear inteligencias que puedan adelantarse a nuestros anhelos y necesidades, así como proporcionar lo que queremos y aún no hemos manifestado.

Este enfoque es especialmente útil en esas IA que funcionan como “bots”, robots virtuales de servicio con los que “hablamos” para solucionar dudas de un producto contratado, comunicar un problema técnico con un gadget que tenemos o cubrir otra necesidad asociada a una empresa u organismo con el que tenemos cualquier vínculo.

Si bien no pueden sustituir, por ahora, a un agente humano al 100%, cada vez están más cerca de lograrlo, o al menos liberar a la masa trabajadora de aquellas tareas repetitivas y pesadas que se pueden solucionar con una máquina. Que tengan cierta capacidad de discernimiento e improvisación es fundamental.

Por último, cabe mencionar el enfoque filosófico y ético. Profesionales expertos en estos campos son imprescindibles para definir los códigos éticos de estas IA. ¿Hasta dónde pueden llegar? ¿En qué situaciones deben tener libre albedrío? Y no hablamos sólo de las famosas Tres leyes de la robótica de Isaac Asimov1 , que se sobreentienden, sino de usos más cotidianos y menos “dramáticos”, de situaciones en las que se enfrentarán a un dilema y deberán decidir. Elaborar un sistema de valores para estas IA será fundamental.

En resumidas cuentas: si bien en los últimos tiempos se ha tratado de relegar al olvido a las disciplinas “no científicas” el tiempo nos ha hecho darnos cuenta que van a ser necesarias ahora y siempre para el progreso del ser humano; son claves para mantener la conciencia.

1 1) No causar daño a un ser humano. 2) Cumplir las órdenes del ser humano. 3) Proteger la propia existencia. Estas leyes fueron enunciadas por primera vez en 1942 en el relato Círculo vicioso

Maria Baeta es Licenciada en comunicación audiovisual por la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente dirige el equipo editorial de Preventor (empresa especializada en contenidos elearning para trabajadores/as) y escribe en su proyecto de divulgación cinematográfica

Me va de Cine

Espen Kluge es un artista, compositor y diseñador noruego. Como artista visual digital, su trabajo abarca desde pinturas digitales en 2D y arte digital en 3D hasta obras generadas puramente en código. El proyecto Alternatives presenta una serie de 100 retratos creados en Javascript a medida que el algoritmo dibuja vectores basados en datos recopilados de fotografías obtenidas en línea. El resultado son retratos abstractos que cuentan historias alternativas a sus orígenes. Las obras de esta serie están disponibles como ediciones únicas de NFT. www.espen.xyz | Instagram @espenkluge

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