3 minute read

UN NUEVO TREN DE VIDA

por Marco Cuevas

El Tren Maya es un nuevo servicio de transporte férreo que interconecta las principales ciudades y destinos turísticos de la península de Yucatán y estados aledaños, con la intención de mejorar la conectividad en la región.

Tsíimin k’áak’. Así se dice tren en maya yucateco. Significa “caballo de fuego”. Este “animal” correrá a 160 km/h, cruzando 1 554 kilómetros de selvas, llanuras, costas y los suelos kársticos de una península cuyos ríos corren bajo tierra.

El Tren Maya, el más ambicioso y promisorio ejemplo del tipo de desarrollo al que aspira el gobierno, traerá grandes oportunidades de desarrollo social, cultural y económico a la zona sur y sureste de México. Busca fomentar el ordenamiento territorial, detener la depredación medioambiental, incentivar el turismo y el comercio y dar un fruto extra: como nunca, el pasado de la deslumbrante cultura maya está siendo desenterrado y estudiado gracias a los miles de vestigios arqueológicos encontrados. Las raíces siguen nutriendo el árbol de la nación.

El Tren Maya (transporte turístico, de pasajeros locales en general y de carga) correrá por Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, interconectando el Caribe, el Golfo de México y la selva. Se prevé que unirá unos 190 puntos turísticos de primera importancia.

El trayecto, que a primera vista parece la constelación de la Osa Menor, cuya cola es la Estrella Polar (la que guía a los marineros), es como un anillo que circunda toda la península de Yucatán y concluye (o comienza) en la estación de Palenque, Chiapas. Muchas empresas, tanto privadas como públicas, nacionales e internacionales, y el Ejército Mexicano, participan en la construcción de los siete tramos en que se dividió la obra, que será 100% financiada con presupuesto público y quedará en manos del gobierno nacional.

“El Tren Maya […] correrá por Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, interconectando el Caribe, el Golfo de México y la selva. Se prevé que unirá unos 190 puntos turísticos de primera importancia”.

Algunos datos aún no son definitivos, dada la magnitud del proyecto, pero se calculó originalmente que el costo total sería de 120 mil millones de pesos. Así se definió el trazo final y los tipos de tren idóneos (casi la mitad se moverá con energía eléctrica; el resto serán híbridos y de diésel bajo en azufre).

Este diciembre, y por etapas el próximo año, comenzará a cabalgar el caballo de fuego. Los jaguares y otros animales de la zona estarán más seguros que antes, gracias a las nuevas áreas protegidas y a los muchos pasos de fauna que habrá. Los durmientes de la vía prometen lo contrario de lo que su nombre dice: el sur y sureste de México han despertado. Llega un nuevo tren de vida.

Fotografías cortesía del Fondo Nacional de Fomento al Turismo. www.gob.mx/fonatur
This article is from: