CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR A PARTIR DEL JUEGO

por Sebastián Serrano Silva imágenes de Katherine Duclos

El destino de los bloques de LEGO es ilimitado, pasa de generación en generación, mientras crea universos a lo largo de décadas e invita a construir juegos imperecederos.

Tengo a la mano una infinidad de bloques de plástico, múltiples posibilidades de combinar, construir, destruir, disfrutar. De niño heredé los LEGO de mis hermanos: los astronautas, los caballeros, los bomberos y policías, con sus caras amarillas y trajes de colores. Construí y reconstruí todo tipo de vehículos, casas, aviones. Luego le agregué mis propios juguetes de piratas y samuráis, que heredó mi hermano y sumó sus propias colecciones. Ahora esos bloques están disponibles en la casa de la abuela, para que mis hijos y sobrinos puedan seguir ampliando el universo de construcciones de colores y, si es el caso, destruirlo sin piedad… cuando llega el dinosaurio.

Me gusta creer que nunca pasó por la cabeza del carpintero danés Ole Kirk Christiansen cuando creó su primer pato de madera en 1932, el gran éxito que sus juguetes tendrían. Le puso a su marca de juguetes LEGO una abreviación de la expresión danesa leg godt, que se podría traducir como “juega bien”, algo que con el paso de los años ha dejado de ser un nombre para convertirse en un ideal.

La visión de Christiansen lo llevó más allá y en 1946 compró una máquina de inyección de plástico en Inglaterra, con la idea de empezar a hacer bloques que permitieran construir cosas. Tenía la certeza de que, si lograba hacerlos bien, los vendería en todo el mundo. 90 años después, sus bisnietos siguen manejando una marca poderosa, innovando de forma constante, hasta el punto de que se ha vuelto omnipresente en todo tipo de entretenimiento: juguetes, películas, series, videojuegos. Incluso ha llegado a mimetizarse con otras firmas vigorosas como Star Wars, Harry Potter y DC, o convertirse en materia prima de artistas contemporáneos. Los juguetes pueden armarse y desarmarse, cambiar de pies a cabeza, de acuerdo con el gusto de cada niño o adulto.

Desde sus inicios han tenido un objetivo muy claro: preparar a los niños para la vida e impulsar su creatividad a fin de solucionar problemas por medio de un pensamiento crítico, imaginación y trabajo en colaboración.

LEGO ha comprendido que hoy una marca de éxito no puede limitarse a producir y vender, por eso están innovando para crear un impacto positivo en el mundo.

Precisamente a nivel ambiental una de sus principales virtudes se convirtió en una desventaja: la longevidad infinita de sus piezas, imposibles de degradar. Esto les llevó a buscar el desarrollo de materiales sostenibles con plástico reciclado de botellas y también probar materiales con resinas de caña de azúcar que permitan que sus bloques y empaques se biodegraden. Otra de sus campañas consiste en que los juguetes se puedan heredar para que otros niños continúen jugando con ellos y así fomentar la economía circular.

Por otra parte, como multinacional de prestigio, también tienen que cumplir con un destino social.

Con ese enfoque se creó la Fundación LEGO, que apoya proyectos comprometidos en mejorar el desarrollo de la infancia en comunidades marginales de todo el mundo. Dicha fundación busca construir un entorno inclusivo para que los niños mejoren sus condiciones a fin de aprender, jugar y destacar en los años más críticos de su vida. Son aliados estratégicos de la UNICEF desde 2015. Incluso han innovado para crear juguetes inclusivos como bloques con inscripciones en Braille que permitan que los niños con problemas visuales participen en la creación del universo LEGO.

Esta marca, reconocida dos veces como el juguete del siglo, ha afrontado el destino de preparar a las generaciones futuras para una vida multicultural, en la que se pueda crecer juntos, proteger el medioambiente mediante la lógica, el razonamiento y el juego imaginativo. Por esta razón, impulsan la creatividad para que chicos y grandes aporten su pieza en el enorme rompecabezas cuyo fin es inspirar y construir un mejor mañana.

Sebastián Serrano Silva es Maestro en Comunicación Audiovisual por la Universidad Autónoma de Barcelona, director de comunicaciones y sostenibilidad de Soluciones Hidropluviales. Además, es periodista independiente, emprendedor y activista ambiental. Participó en las cumbres del cambio climático COP16 y COP21 y es parte de los líderes climáticos de Climate Reality Project. Twitter @sebss78

Katherine Duclos es una artista estadounidense que vive y trabaja en Vancouver. Su obra explora conceptos relacionados con la maternidad, identidad y neurodivergencia, con base en su experiencia familiar y personal. Ha trabajado como artista docente para escuelas y museos. Su serie LEGO, iniciada en 2021, surgió a partir del interés de su hijo en estos juguetes, convertidos en una herramienta para construir vínculos familiares, explorar la neurodivergencia autista compartida y proyectar su mundo interno en el mundo exterior. www.katherineduclos.com | Instagram @katherine_duclos_rose