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ANDRÉS REISINGER: LA CREATIVIDAD HUMANA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
from Capitel. Destino
por Mariana Loaiza
El trabajo del diseñador y artista Andrés Reisinger pone a dialogar el mundo físico con el digital para mostrar cómo podemos pensar el futuro de la creatividad a partir de las nuevas tecnologías desde un lugar inspirador, en el que la sensibilidad humana sigue estando en el centro.
Independientemente de la edad que tengas o del lugar donde hayas nacido, me atrevo a decir que la mayoría de nosotros crecimos escuchando a nuestros adultos decir “en mis tiempos eso se hacía a mano”. Aunque usar una calculadora o AutoCAD ya no sorprende a nadie, el sentimiento de que la tecnología ha cambiado la forma de hacer las cosas sigue vigente. En los últimos meses las noticias se han obsesionado con la inteligencia artificial, el metaverso, los NFT, modelos de lenguaje como ChatGPT y un sinfín de programas de creación digital. Y con ellos, las distintas posturas: los fanáticos que adoptan todo esto en sus modelos beta, los que se niegan totalmente y los que infunden mensajes de pánico sobre cómo los humanos somos cada día más obsoletos.
Como cualquier herramienta revolucionaria, todas estas nuevas tecnologías ya llegaron a distintos campos y profesiones como el diseño. El trabajo de Andrés Reisinger es claro ejemplo de esto. Artista digital y diseñador argentino que vive en Barcelona, trabaja en crear imágenes digitales y objetos físicos que parecieran pertenecer al mundo de los sueños. Caracterizados por colores pasteles, texturas que invitan a tocar y una luz que nos recuerda el amanecer, las escenas y objetos que Andrés crea se han vuelto muy reconocibles.
Reisinger brincó a la fama cuando su silla Hortensia se hizo viral en redes sociales. Lo que comenzó como un render 3D se volvió un fenómeno tan exitoso que el estudio comenzó a recibir múltiples pedidos, incluso antes de que la pieza existiera físicamente. Reisinger y Júlia Esqué, con quien colaboró en la creación de este asiento, comenzaron entonces a buscar la forma de hacer esta silla. Ambos lograron crear una edición limitada de la pieza, pero querían que Hortensia llegara a más público, y fue entonces cuando se aliaron con la marca de mobiliario Moooi y demostraron que “la silla que no podía ser fabricada” sí podía existir en el mundo físico. Hortensia ahora puede ser adquirida en la página de la marca en todo el mundo. www.reisinger.studio | Instagram @reisingerandres
El trabajo de Andrés podría parecer un proceso lineal que va de lo digital a lo físico, pero su forma de trabajar más bien se asemeja a un puente que dialoga constantemente entre lo que existe dentro y fuera de la pantalla, siempre en conjunto y en ambas direcciones. Tal es el caso de la exhibición Odyssey en la galería Nilufar en Milán, en la que el diseñador mostró su dominio de ambos mundos, presentando tres piezas de mobiliario acompañadas de un corto que se presentaba en una pantalla. La exhibición sumergía a los visitantes en un ambiente en el que lo físico y lo digital se complementaban y dialogaban hasta el punto en el que uno parecía no poder existir sin el otro. Al llevar al límite las barreras del mundo físico y digital, Andrés Reisinger se ha convertido en una de las voces más relevantes del diseño actual.
Aunque algunas piezas sí terminan en el mundo físico, no todo el trabajo de Reisinger llega al plano tridimensional. Muchas de sus NFT se han subastado a precios nunca antes vistos, incluso generando mayores ganancias que sus objetos físicos. Entre ellas están sus colecciones Too Much, ¡Too Soon! en la galería Nilufar (2022, Milán), Let’s Get Digital! en el Palazzo Strozzi (2022, Florencia) y Somewhere Ethereal en Fotografiska (2022, Estocolmo). Y aunque las piezas viven en el mundo digital y son creadas con tecnologías que nunca hubiéramos imaginado hace diez años, siguen siendo medios de expresión alimentados por la creatividad humana y no tienen más o menos valor que cualquier otra forma de expresión.
Existen muchos argumentos que afirman que todo esto es el trabajo de una computadora, pero a medida que pasa el tiempo y más personas comienzan a tener acceso a estas nuevas tecnologías, es evidente que éstas son sólo una herramienta y lo que importa en verdad es la mente creativa detrás de ellas. Así como tener un cincel y un bloque de mármol no te convierte en un maestro escultor, tener acceso a una computadora y un software de creación digital no te vuelven un artista o diseñador. No es el medio, es la idea, y mientras las personas sigamos teniendo experiencias que se traducen en ideas únicas, no hay nada que pueda compararse con la creatividad humana.