La Fábula de la Tortuga Marina y la Medusa de Plástico (Tale of the Turtle & the Plastic Jellyfish)

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Sarah Nelms

La Fรกbula de la Tortuga Marina y la Medusa de Plรกstico

Kate Nelms



El mar, una vez que lanza su hechizo, te sostiene en su red de maravillas para siempre.

- Jacques Cousteau


© 2017 Texto Sarah Nelms © 2017 Ilustraciones Kate Nelms Título Original (del inglés): The Tale of the Turtle and the Plastic Jellyfish El Derecho de Sarah Nelms y Kate Nelms a ser reconocidas como autora e ilustradora, respectivamente, de este trabajo ha sido identificado en relación con la Ley “Copyright, Designs and Patents Act 1988”. Este libro ha sido editado con la fuente Garamond Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, transferida o almacenada de ningún modo o en ningún caso, ya sea gráfica, electrónica o mecánicamente, incluyendo fotocopia o grabación, sin previo permiso escrito de la editora. ISBN: 978-0-9563466-7-4


Los Cuentos de la Profesora Penny son una serie de libros para niños escritos por personal docente o estudiantes de la Universidad de Exeter (Inglaterra) desde la Facultad de Ciencias Biológicas y Naturales, situada en Penryn, Cornwall. Cada cuento, tiene su propio estilo y está dirigido a diferentes rangos de edad, dando vida a la investigación científica y las Ciencias Naturales; desde la conservación hasta el comportamiento animal, pasando por la microbiología. Encuentra a nuestra científica favorita la Profesora Penny, en cada historia. Con su fiel compañero de cuatro patas Wilson, ella te ayudará a comprender la ciencia detrás de las aventuras de cada personaje.

Otras historias en la series de Cuentos de la Profesora Penny son: Las Aventuras de Flo, la bacteria especial El psílido que quería volver a casa Las Maravillosas Alas de Woolly



Nerina – cuyo nombre significa “alguien del mar” – era una tortuga marina que vivía en el océano abierto.

Sus largas aletas y su liso caparazón le ayudaban a deslizarse por el

agua sin apenas esfuerzo.

Esto es una ventaja ya que a veces tenía que viajar miles de kilómetros en busca de su comida favorita: las medusas. 1


Un día se encontró una multitud de medusas, flotando en el agua.

‘¡Yuju!’ se emocionó. ‘Tengo tanta hambre que podría comerlas todas!’

Nerina nadó rápidamente hacia ellas y comenzó a absorberlas como si fueran gelatina.

De la prisa, Nerina no se dio cuenta de que una de ellas no era realmente una medusa, sino una bolsa de plástico, de esas que ves en

los supermercados. Alguien debería haberla tirado al mar por error. 2



Pero era muy tarde; Nerina ya la había sorbido con el resto de las

medusas.

‘Oh no’ – gruñó, ‘esa última medusa me ha sentado mal. Quizá ya no debería comer más por hoy’.

Así que nadó hasta la superficie para echarse una siesta bajo la luz del

Sol, esperando que el calor le ayudará a hacer la digestión. 4



Un poco más tarde, Nerina comenzó a encontrarse bastante mal. Le dolía mucho la barriga y todavía se sentía muy llena.

‘Mmm… quizá es que comí más de lo que pensaba’, pensó.

‘Tengo que dejar de ser tan golosa’.

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Pero realmente no había comido tanto.

La bolsa de plástico en su barriga le había empachado y no permitía que el resto de la comida se digiriese.

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Con el tiempo, comenzó a sentirse todavía más débil. Pero no tenía más hambre y le costaba mucho seguir nadando.

Un día vino una gran tormenta. Nerina se sentía tan enferma por no poder comer, que sus aletas no fueron lo suficiente fuertes para nadar en contra de los remolinos de olas. 8



Después de dejarse llevar por las corrientes, Nerina llegó a un lugar que no conocía. Podía oír el sonido del mar, pero no sentía el agua. Más bien sintió algo áspero en sus aletas y una ligera brisa en su cara. Al abrirse los ojos se dio cuenta de donde estaba: ¡estaba en una playa! Sin el agua para sostenerla, sentía que su cuerpo era muy pesado.

Intentó mover sus cansadas aletas pero se encontraba muy débil.

‘¿Y ahora qué voy a hacer?’, pensó. ‘Si me quedo aquí mucho rato … ¡me coceré bajo el Sol!’ 10



De repente, escuchó un ruido. Era como una especie de resoplido que cada vez se hacía más fuerte, como si lo que fuera que emitiera tal sonido se estuviera acercando. Entonces escuchó, ‘Guau! Guau! Guau!’ Y una voz gritando, ‘¿Wilson? ¡WILSON, ven aquí!’

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Una bola blanca de pelo corría hacía ella a toda prisa. Nerina no sabía qué hacer.

No podía moverse por lo que no tenía ningún modo de escapar. Decidió cerrar los ojos fuertemente y esperó para que sea lo que fuere, se marchara.

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Wilson, sin embargo, tenía un plan diferente. Mientras se acercaba a

Nerina, comenzó a correr en círculos, como buscando su cola, de la felicidad.

‘¡Vaya!”, la voz anterior volvió a decir. ‘¡Una tortuga marina!’

En medio del caos, Nerina no se había dado cuenta que a Wilson se le había unido una chica la cual ahora estaba a su lado. Sus ojos verdes brillaban de la curiosidad pero con el ceño fruncido de preocupación. 14



‘Hola tortuguita”, la chica dijo. “¿Qué haces por aquí?’ Ella se inclinó y acarició el caparazón de Nerina. ‘Mis amigos me llaman Profesora Penny. No te preocupes, te ayudaré’. Antes de que se diera cuenta, Nerina había sido alzada de la arena y llevada lejos del agua. ‘¡Espera, estás yendo en la dirección equivocada, el océano está hacia ese lado!’ Nerina intentó decir. Pero estaba muy cansada y hambrienta para enfrentarse. Así que se sumió en un profundo sueño.

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Cuando se despertó, se encontraba en una habitación luminosa, rodeada de humanos. Al principio se asustó pero cuando vió a Penny, supo que estaba a salvo. ‘Has pasado un mal momento’, Penny le dijo a Nerina.

‘Esa bolsa de plástico que tragaste te ha hecho enfermar bastante. No te preocupes, te vamos a operar para sacarla’.

Después de la operación, Nerina empezó a sentirse mucho mejor. Comenzó a comer de nuevo e incluso tenía las fuerzas para nadar en la piscina.

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Mientras se recuperaba en el hospital, hizo nuevos amigos y amigas. Ahí estaba Curtis, el león marino – su cabeza se había atascado en una

red de pesca y no pudo sacarla por sí mismo. También estaba Winnifred, la bebé gaviota. Sin querer, sus padres le

habían dado de comer el tapón de una botella de plástico pensando que era alimento. Y, por último, ahí estaba Sebastián, un delfín cuya cola se había enganchado a un sedal de pesca. Afortunadamente, todos se estaban recuperando. 18


Aunque Nerina se sentía triste de dejar a sus amigos, también tenía muchas ganas de volver a casa: de vuelta al océano abierto donde podría deslizarse por el agua libremente.

Cuando su día por fin llegó, ella estaba tan feliz que no podía contener su emoción. Agitó sus aletas salvajemente como si estuviera calentando para una carrera desde la playa hacia la orilla.

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Un grupo de alumnos de un colegio cercano vino a despedirle y cuando entró al agua, vitorearon su despedida con entusiasmo.

La Profesora Penny y Wilson estaban ahí también, el cabello pelirrojo de Penny brillaba bajo el Sol y Wilson ladraba emocionado.

Tan pronto como Nerina sintió el frío del agua salpicando su caparazón, pensó lo afortunada que había sido de conocerles.

Nunca olvidaría su cariño y gesto de amabilidad. 20



¿Cómo puedes ayudar?

Nunca dejes basura en el suelo, déjala siempre en el contenedor o cubo de la basura Intenta reutilizar y reciclar tanto como puedas

Utiliza bolsas de tela en vez de plástico No compres agua embotellada Ayuda a limpiar las playas


Sarah es una investigadora de Doctorado en la Universidad de Exeter y trabaja en Plymouth Marine Laboratory investigando los impactos de los plásticos en organismos marinos. Su hermana, Kate, es una ilustradora de libros independiente. Este libro fue producido originalmente para una iniciativa llevada a cabo por investigadores, organizada por Jenni Sanderson y financiada por el Grupo de Desarrollo Investigador de la

Universidad de Exeter. Los personajes de la Profesora Penny y Wilson fueron desarrollados por Nicole Bodey y Katie Cooke. Con sincero agradecimiento a Caitlin Kight por todo su valioso apoyo y sabiduría. Traducción del inglés de Alicia Mateos Cárdenas.




Nerina es una tortuga marina a la cual le encanta comer medusas. Un día, accidentalmente, come una bolsa de plástico la cual le creará un gran problema. ¡Por suerte, la Profesora Penny junto con Wilson, su amigo canino, están cerca para salvarle!


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