14 minute read

Lo s s atélite s.

El lado o s c uro de la ob s ervac ión astron ómic a

A todos los astrotrastornados nos encanta mirar el cielo. Y lo hacemos de muy diferentes maneras. A veces nos rodeamos de una gran cantidad de cacharrería cara y sofisticada que nos permite fotografiar el cielo profundo y los planetas. En otras ocasiones nos vale con pegar el ojo al ocular y dejarnos llevar con paseos entre las estrellas y los cúmulos Algunos días estamos acompañados por personas con una sana curiosidad por el cielo y sacamos nuestros queridos prismáticos para enseñarles las maravillas de la noche

Advertisement

Lo que es innegable es que observar el cielo a simple vista, directamente con nuestros ojos y sin intermediarios, es un enorme placer Tumbarse en el suelo o en una buena hamaca, poner algo de música y dejar pasar el tiempo mientras miramos con tranquilidad a la espera de la siguiente estrella fugaz, es muy especial.

Pero claro, en las últimas décadas las estrellas fugaces no son los objetos que más se mueven en el firmamento. Desde 1957 los cielos terrestres son surcados por pequeños puntos blancos que lo atraviesan de lado a lado en unos pocos minutos. Cuando éramos niños, ya preguntábamos sin mucho éxito a nuestros mayores, en un intento por saber qué eran esos misteriosos puntos. ¿Qué son?, ¿aviones?, ¿satélites?, ¿ovnis? Las respuestas eran variadas y normalmente no nos dejaban muy satisfechos, porque tampoco tenían muy claro en muchas ocasiones como respondernos

Y de ser algo que veíamos como una curiosidad en nuestra infancia, ahora son una plaga que abarrota el cielo. Si nada más atardecer te tumbas en el suelo con tu música, tu hamaca y tu cerveza, es posible que no des abasto para contar todos los satélites que verás en las dos siguientes horas. Hay muchos, demasiados. Y la cosa va a ir a peor cada año.

Ciertamente, la situación ya es un desastre para la astrofotografía desde los observatorios, los descampados y las azoteas

Aprovechemos el desastre

Y como los aficionados a la astronomía somos expertos en poner al mal tiempo buena cara, ¿por qué no aprovechamos ese chorreo de satélites para aprender y para enseñar a los demás mortales las maravillas del espacio? Siempre llama la atención que estando con familiares o unos amigos en una noche de verano, les digas: “¡Mirad!

¡Esa es la estación espacial china!”, o “¡aquello es un cohete soviético de los años 80!”, o “¡no nos invaden los ovnis, son Starlinks!”. Vamos, que pasarse al lado oscuro de la observación astronómica también mola bastante.

En muchas ocasiones las personas que nos rodean ven el espacio como algo lejano y extraño, algo que no tiene mucha relación con sus vidas Sin embargo, si les mostramos que es bastante fácil ver con sus propios ojos la Estación Espacial Internacional o la Estación Tiangong, donde viajan varios astronautas en ese momento, su cara suele ser de auténtica sorpresa Pasa de ser algo extraño, a algo que ‘han visto con sus ojos’ y a partir de ese momento cualquier noticia que vean sobre la ISS les llamará mucho más la atención Y ya si les mostramos un ‘tren de Starlinks’, lo recordarán para toda la vida Si a todo eso lo acompañamos con algunas sencillas explicaciones para que sepan “porque no se caen al suelo” o “a qué velocidad viajan”, quedarán alucinados con la experiencia.

Los mejores momentos para la observación de satélites

Vale, el primer consejo para observar correctamente los satélites es que debes mirar hacia arriba, preferiblemente desde algún lugar que no tenga techo. Si además de cumplir con estos dos básicos requisitos, lo haces un día sin nubes, ya tienes casi todo hecho. Casi, porque después debes evitar las horas centrales del día. Por mucho empeño que pongas, José Luis, a las 4 de la tarde no vas a ver ninguno, aunque tu cuñado te contará que una vez lo logró Las horas más indicadas para visualizar artefactos espaciales en el cielo llegan cuando el Sol se ha puesto y antes de que vuelva a salir de nuevo, lo que viene siendo la noche Sin embargo, no todas las horas nocturnas nos valen, ya que hay algunos momentos mucho más propensos para mostrarnos estos esquivos satélites

Cuando el Sol se pone, poco a poco comienza a llegar la oscuridad y con ella las primeras estrellas. Transcurrida una hora desde el ocaso, el cielo comienza a estar verdaderamente oscuro y es el momento en el cual empezarán a distinguirse los satélites en sus viajes a lo largo del firmamento. Evidentemente, mientras más estrellas veamos, más satélites podremos ver también, porque al fin y al cabo, en ambos casos lo que importa es la magnitud con la que brillan.

A partir de ese momento, podremos observar numerosos satélites recorriendo el cielo por cualquier lado. Durante las dos primeras horas no hay una zona con mayor presencia que otra, ya que los satélites estarán perfectamente iluminados a cualquier altura. Pero pasado ese periodo, la propia sombra proyectada por nuestro planeta los irá tapando. Como el Sol se ha puesto por el oeste, la parte del cielo entre el cenit y el este será la que tendrá primero la sombra terrestre y por tanto será por donde se verán menos objetos. En esa parte del cielo, los satélites tendrán que orbitar ya muy altos para que les siga dando el Sol, por lo que su distancia será mayor y su brillo menor. Y cuando entren en la sombra, desaparecerán de nuestros ojos, aunque sigan altos en el cielo

Hacia el cenit podremos seguir disfrutando de numerosos satélites cuando ya hayan pasado las dos horas y media desde la puesta del Sol, pero en breve, esa región correrá la misma suerte La sombra de la Tierra sigue avanzando implacable y todos los satélites de órbita baja quedarán sumidos en la oscuridad, quedando visibles solo aquellos de órbitas mayores. En esos momentos tan solo aquellos que se encuentren a alturas superiores a los 500 km serán visibles durante un tiempo más. Y si logras ver uno que recorra buena parte del cielo, seguro que tiene una órbita por encima de los 800 km, además de un considerable tamaño, como suele ser el caso de las etapas de cohetes abandonados. Unas tres horas y media después de la puesta del Sol, ya se hace muy difícil encontrar alguno en el cielo y los verás con cuentagotas. Seguramente grandes satélites científicos o militares a más de 1000 km de altura. Pocos, pero muy interesantes.

Pero no hay que desesperarse, porque la noche es joven. Si no tienes sueño, puedes esperar para contemplar algo muy parecido a retroceder hacia atrás en el tiempo. Porque ahora, tres horas antes del amanecer, comenzarán a verse de nuevo los satélites. Pero en esta ocasión comenzarán por la parte del cielo entre el cenit y el horizonte este, debido a que empezarán a ser iluminados por allí por nuestra estrella. Después se verán llegar hasta al cenit y en las dos horas previas al amanecer, tendrás de nuevo el cielo plagado de satélites a los que seguir Cada noche tenemos más de seis horas de ‘diversión con satélites’

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Cómo distinguir los satélites

En el cielo podemos ver muchísimas cosas Pero en bastantes ocasiones no está muy claro qué es lo que estamos viendo Dejando de lado historias de otros mundos, podemos encontrarnos con globos sonda, aves migratorias, fenómenos atmosféricos, auroras, desintegraciones de basura espacial, meteoros y por supuesto aviones. Distinguir los satélites de los aviones es muy sencillo, puesto que toda aeronave que se desplace por dentro de nuestra atmósfera tiene que llevar sus luces intermitentes de navegación: verde, roja y blanca. Si lleva luces de colores y parpadea, es un avión, ya que los satélites no llevan luces y solo reflejan el Sol. Además, el ritmo de desplazamiento de los aviones suele ser bastante rápido, aunque todo depende de la altura a la que se encuentre la aeronave.

Y no confundirlos con los meteoros o estrellas fugaces es más fácil aún, ya que estos objetos van a una velocidad mucho mayor y apenas podremos verlos unos pocos segundos. Lo justo para pedir un deseo rapidito. Si todavía no lo tienes claro, sigue estas reglas: si se mueve, no es muy rápido y no parpadea, lo más seguro es que sea un satélite.

Otras manifestaciones de los satélites

Aunque claro, el aspecto que presenta un satélite en el cielo no es siempre el mismo, ya que a veces hay excepciones En muchas ocasiones podremos observar como el brillo de un satélite varía rápidamente, subiendo y bajando de intensidad cada pocos segundos. E incluso algunas veces desapareciendo por completo y apareciendo varias veces durante su recorrido. Esto ocurre cuando el satélite está girando y cambia continuamente la zona que queda expuesta al Sol, siendo la mayoría de las veces en etapas de cohetes o satélites abandonados y sin control.

También tenemos los destellos o ‘flashes’ Muchas veces y sin previo aviso, podremos ver como el brillo del satélite sube de manera espectacular durante unos instantes para luego volver a su brillo habitual Esto ocurre cuando alguna superficie plana y reflectante del satélite, como sus paneles solares, envían el reflejo del Sol hacia nuestra posición y provocan un destello espectacular. De hecho, hace unos años se hicieron muy famosos los destellos producidos por los satélites de primera generación de la constelación Iridium, ya que eran muy previsibles con antelación y se podía saber si desde tu localización se vería un destello en un instante concreto. Cuando se lo enseñabas a alguien, la cara de asombro era total.

Una última forma de ver un satélite en el cielo es en un momento crítico para él, durante su desintegración. Como cada vez suben más satélites hacia arriba, por lógica cada vez serán más los que caigan hacia abajo, valga la redundancia. Los grandes objetos suelen tener una reentrada controlada en la zona del Pacífico Sur habilitada para ello y llamada el ‘Punto Nemo’. Pero los que están abandonados, fallan o son pequeños, suelen caer en cualquier punto al azar sobre nuestro planeta. Y con tantos miles de nuevos satélites, ya es relativamente frecuente encontrar noticias de testigos que han grabado una reentrada destructiva de algún cacharro. Y quien sabe, los próximos podríamos ser nosotros. Digo en verlo, no en destruirnos en una reentrada.

Lo más destacado

Sabiendo que muchos satélites pueden llegar a tener un brillo considerable y que además, es probable que algunos de los que veamos produzcan destellos o tengan un brillo irregular, una sesión de observación va a estar siempre entretenida. Sin embargo, podemos ir a lo seguro (sobre todo si estamos acompañados) y planificar las observaciones de aquellos objetos que no van a decepcionar nunca. Entre ellos se encuentran:

La Estación Espacial Internacional, por su gran brillo y su significado.

La Estación Tiangong, que sin llegar a ser tan brillante como la ISS, es muy espectacular.

Los observatorios espaciales más conocidos: Terra, Hubble, Landsat, Spot, Okean… su brillo no es tan excepcional, pero siempre gusta ver con tus propios ojos los satélites científicos más conocidos.

Y por supuesto, los ‘trenes Starlink’. Estos conocidos satélites de la empresa SpaceX son lanzados al espacio en grupos de entre 20 y 50 componentes en cada cohete Falcon 9. Tras la separación de la segunda etapa del cohete, todos quedan muy juntos entre sí. Por tanto, si logramos observarlos en los días siguientes a su lanzamiento, el espectáculo está asegurado

Y un pequeño truco Si logras ver uno de estos objetos brillantes en el cielo y lo has observado llegando por el horizonte norte, pasando por el oeste y saliendo por el sur (o al contrario, de sur a norte por el oeste), es muy probable que una hora y media más tarde lo puedas volver a observar, pero en esta ocasión por el horizonte este. ¿Cómo es posible? Bueno, como sabemos, los satélites orbitan la Tierra al completo en unos 90 minutos. Si el primer sobrevuelo es visible hacia el oeste, su siguiente órbita estará algo ‘desplazada’ hacia el este, por lo que podremos verlo de nuevo. A no ser que ya sea muy tarde y esté en una región en la sombra, claro.

Aplicaciones web para la predicción

Antes de que los smartphones se popularizaran y pudiéramos consultar todo en tiempo real en nuestra mano, lo único que podías hacer es prepararlo todo con antelación. Y para ello la mejor herramienta disponible era la web de Heavens Above (www.heavens-above.com). Con un simple registro en su página se pueden preparar varias ubicaciones diferentes, para que configures tus puntos habituales de observación.

Nada más entrar nos encontraremos con enlaces para consultar un mapa del cielo en tiempo real con los satélites actualmente visibles, de una forma similar a la que encontramos en su app para móvil También destaca el seguimiento para observar la ISS, la Tiangong o el Hubble En estos casos el funcionamiento es muy sencillo, porque al pulsar nos mostrará los próximos pasos visibles para cualquiera de estos objetos.

Pasos de la ISS en la web de Heavens Above Imagen: heavens-above com

De un vistazo podremos ver los sobrevuelos de los próximos días y la magnitud con la que será visible, siendo los valores inferiores a -2.0 los más espectaculares. Siempre tendremos que comprobar la hora y que el ‘Punto más alto’ sobre el horizonte supere al menos los 20º si tenemos obstáculos a nuestro alrededor. Y para ese punto, el valor ‘Ac.’ (Acimut) nos indica sobre qué punto cardinal se encontrará en ese instante de mayor altura sobre el horizonte Para ayudarnos a planificar la observación, pulsando en la fecha accedemos al mapa que nos mostrará el recorrido completo de ese sobrevuelo

Mapa del recorrido de la ISS para un día y hora concreta Imagen: heavens-above com

Y para los satélites Starlink también tenemos dos herramientas La primera es un gráfico 3D con todos los satélites con su posición en tiempo real y la posibilidad de filtrarlos por lanzamiento Y la segunda es el listado con los datos del próximo sobrevuelo, individualizado para cada uno de esos últimos lanzamientos Si la magnitud es menor a 3, tendremos un sobrevuelo bastante decente que nos permitirá observarlos incluso desde un núcleo urbano.

Su funcionamiento es similar al de los otros objetos, con indicaciones sobre la hora, altura y orientación de la mayor altura sobre el horizonte, con la posibilidad de obtener un mapa del cielo que recorrerá. Estos satélites debemos intentar observarlos en una fecha lo más cercana posible a su lanzamiento. Si somos capaces de verlos durante la primera semana en el espacio, todavía no habrán tenido mucho tiempo para separarse entre sí y el espectáculo será mayor. Como ya hemos visto, conforme pasen los días, cada satélite se irá separando de sus acompañantes y en pocas semanas estarán bastante dispersos en el cielo.

Cómo interpretar los gráficos de trayectoria terrestre

Tanto en Heavens Above, como en otras aplicaciones, siempre tendremos disponible el llamado gráfico de trayectoria terrestre. En este tipo de gráfico no vemos el cielo, sino que vemos parte de nuestro propio planeta y la trayectoria que realizará el satélite por encima de nuestras cabezas. El siguiente gráfico lo he centrado en Córdoba. Y como vemos, la trayectoria pasa justo por encima de la ciudad. Esto ya nos indica que el objeto va a pasar justo por el cenit y con una perfecta visibilidad. Y como vemos, unos minutos antes se aproxima desde Portugal, por lo que aparecerá por el cielo desde casi el noroeste, luego llegará al cenit y se irá por el sureste. El círculo rojo nos indica la visibilidad máxima que tenemos desde nuestra localización. Mientras un satélite esté fuera del círculo, no podremos verlo.

Gráfico de trayectoria terrestre para un sobrevuelo por el cénit

Imagen: heavens-above com

El equivalente, pero mirando hacia arriba.

Imagen: heavens-above.com

En el siguiente gráfico veremos una situación más habitual, cuando el satélite no pasa por el cénit. En este caso, si seguimos observando desde la ciudad marcada en el mapa, parece claro que el satélite aparecerá por el oeste, seguirá hacia el norte a media altura en el horizonte y se pondrá por el noreste. Y la mayor altura será unos 45º, porque está a medio camino de nuestro límite de visión. Mientras más cerca pase del círculo rojo, más bajo estará de nuestro horizonte. Eso sí, será un pase muy cercano al cenit para quien se encuentre en el norte de la península

Gráfico de trayectoria terrestre para un sobrevuelo a media altura.

Imagen: heavens-above com

Aplicaciones móviles

Las aplicaciones web o de escritorio están muy bien, pero desde luego son mucho más socorridas las aplicaciones para nuestros dispositivos móviles. Como sabéis, en las ‘stores’ hay muchas apps que nos pueden ayudar con nuestra tarea de observación del cielo nocturno, pero no todas ellas llevan la opción para observar satélites. O al menos no la llevan de forma gratuita. Por supuesto, empezaremos por Heavens Above y aunque lo parezca, no me llevo comisión.

La aplicación de Heavens Above, con un tren Starlink de varias semanas pillado en el acto Imagen: heavens-above com

La app de Heavens Above nos trae la parte más práctica de la aplicación web que hemos visto antes En este caso, al entrar tendremos opciones como ver el estado del cielo en directo, los eventos para la próxima noche, los pases de la ISS y los satélites de radio Una vez que hemos configurado nuestra localización y la magnitud mínima que usaremos (3 5 o 4 son buenas opciones para empezar), podremos ver el cielo actual por encima de nuestras cabezas. El icono del reloj de la parte superior nos va a mostrar una cinta de tiempo más abajo, que podremos desplazar a nuestro antojo y llevarla hasta la noche, para poder predecir los satélites que estarán a nuestra disposición. Y te aseguro que serán muchos, muchísimos Con un poco de suerte reconocerás de inmediato algún tren Starlink, y ya solo nos quedará comprobar que su brillo será suficiente como para localizarlos

La banda deslizante del tiempo nos permite comprobar que podremos ver la próxima noche con mucha facilidad. Imagen: heavens-above.com

Si queremos conocer más datos sobre alguno de los satélites, al pulsar en él nos aparecen debajo del mapa todos los datos del sobrevuelo junto con la magnitud Además en la parte superior tendremos una completa información sobre su órbita y datos del catálogo de lanzamiento. Solo con esto ya tenemos todos los satélites controlados, pero si jugamos con la magnitud mínima y hacemos filtrados por tipos de satélites, podremos centrarnos en los más brillantes o aquellos que nos interesen.

Pulsando en algún satélite, podremos ver una gran cantidad de información del sobrevuelo y del propio satélite. Imagen: heavens-above.com

Otro software clásico es Stellarium. No solo ha sido durante muchos años un programa de referencia a la hora de observar el cielo nocturno, sino que ahora también lo es para conocer qué satélites podemos ver por la noche. Además de la aplicación para dispositivos móviles, sigue disponible en versión para ordenador y navegador web. Nada más entrar estaremos contemplando el aspecto real del cielo desde nuestra localización. Pero si estamos atentos, podremos ver como aparecen unos pequeños puntos en movimiento por la pantalla. Al hacer zoom y pulsar, podremos saber de qué satélite se trata y en la parte inferior tenemos una pestaña que nos dará hasta el último detalle.

Pantalla de información del satélite seleccionado en la app Stellarium. Imagen: Stellarium

Y una última aplicación de calidad que también nos permitirá tener muchas noches de diversión con satélites es Star Walk 2, a la que se le puede añadir un ‘addon’ o complemento de satélites muy completo por tan solo 1 euro. Sin duda, tenemos herramientas de sobra en nuestras manos para disfrutar del cielo nocturno, ya sea a simple vista, con prismáticos o potentes telescopios. Lo que queda claro es que a la observación de la Luna, los planetas, las nebulosas y las galaxias, debemos sumar los satélites, aunque sea mientras esperamos tumbados a que aparezca nuestra próxima estrella fugaz. Da igual que instrumentación uses y da igual que objetos quieras observar, lo importante es que nunca dejes de mirar hacia arriba. Pedro

Visto en Glaretum (Facebook)

El meteorito más grande del mundo

Se llama hoba, y se encuentra en la granja "Hoba West" en Namibia Debido a su gran masa (alrededor de 60 toneladas), nunca se movió del lugar donde cayó Es también el objeto de hierro natural más suave conocido por la Tierra Se estima que Hoba cayó de la Tierra hace menos de 80 000 años, pero su primer registro fue publicado en 1920.

Un hecho interesante es que es plana en ambas superficies principales, lo que posiblemente hizo que rebotara a través de la atmósfera superior como un rebote de roca plana en el agua.

En un intento por controlar el vandalismo, el gobierno de Namibia declaró el meteorito Hoba Monumento Nacional en 1955. En 1987, J. Engelbrecht, el propietario de la granja "Hoba West" donó el meteorito y el lugar donde se encuentra al Estado con fines "educativos". Más tarde ese año, el gobierno abrió un centro turístico en el lugar. Como resultado, el vandalismo ha parado ahora el meteorito es visitado por miles de turistas al año.

This article is from: