METRĂ“POLIS Autor: Un Mundo Cultural http://unmundocultura.blogspot.com.es/
Ficha Técnica Título original: Metropolis Director: Fritz Lang Guión: Thea von Harbou Reparto: Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge País y año de producción: Alemania, 1927 Productora: Universum Film (UFA)
Director Fritz Lang
(1890-1970) Filmografía
Reparto
Gustav Fröhlich
Brigitte Helm
(1902-1987)
(1906-1996)
Filmografía
Filmografía
Alfred Abel
Rudolf Klein-Rogge
(1879-1937)
(1885-1955)
Filmografía
Filmografía
Argumento Siglo XXI. La moderna ciudad de Metrópolis se halla escindida en dos clases sociales: los poderosos y una gran masa obrera por completo esclavizada y con no más esperanza que María, una misteriosa mujer que, sin hacer mención a la violencia, propugna una lucha pacífica.
Convencido de que María puede representar una amenaza, el amo de Metrópolis encarga a un inventor la construcción de un robot que, con rasgos idénticos a los de la mujer, promueva la violencia entre los obreros, lo que dará carta blanca al potentado para actuar en consecuencia.
Crítica Obra maestra del expresionismo alemán –junto a El gabinete del doctor Caligari y Nosferatu-, Metrópolis es uno de los films silentes más recordados y celebrados de la historia del cine y, aún hoy –transcurridos ya tantos años desde que fuera estrenado-, su cuidada y rompedora factura sigue hipnotizando y embelesando a nuevas generaciones de espectadores.
Basada en una novela escrita en 1924 por Thea von Harbou –entonces esposa de Fritz Lang-, la génesis de Metrópolis cabe hallarla en el viaje que aquel mismo año realizara el cineasta austríaco a la ciudad de los rascacielos, por lo que la estética del film también se nutrió del aspecto que entonces lucía Nueva York.
Debido a que la técnica y los efectos empleados en el rodaje fueron muy novedosos en su época, la producción de Metrópolis resultó sumamente costosa y los emblemáticos estudios UFA, al no recaudar en taquilla el dinero invertido, hubieron de atravesar un difícil momento.
Entre las causas que se han barajado para explicar esa falta de entusiasmo por parte del público, destaca la negrísima descripción que del futuro de la humanidad se hace en el film, lo que se contraponía en aquel momento, el período de entreguerras, con las grandes esperanzas que la sociedad había depositado en su porvenir colectivo.
De hecho, el escenario descrito por Lang para ese imaginario siglo XXI es, cuando menos, desolador. El mundo, representado por una ciudad estado, se halla dividido entre los poderosos –que viven rodeados de toda clase de lujos- y los obreros –seres que, totalmente alienados por el trabajo, como se muestra en los primeros e impactantes minutos de metraje, viven en condiciones infrahumanas.
No cabe duda de que la mayor baza de Metrópolis se halla en el plano visual, especialmente por su estética futurista combinada con elementos góticos –como la catedral o la casa donde reside el mago creador del robot que a punto estará de destruir la megalópolis-, pero también por adelantarse a su tiempo y mostrar cosas tan imposibles entonces de materializar como video llamadas o enormes y modernas autopistas.
Si bien en el campo más cinematográfico, hay consenso absoluto en considerar Metrópolis como una obra maestra, sobre su argumento y la ideología que de éste se desprende hay opiniones para todos los gustos y algunas tan negativas como la del gran escritor H.G. Wells, quien, tras ver el film, dijo que aquélla era sin duda la mayor tontería que había visto en su vida.
Sea como fuere, Metrópolis parece aunar sin complejos elementos judeocristianos –hay toda una simbología detrás del personaje de María y su robot e, incluso, en la figura de Moloch- y del nacionalsocialismo, pues el final del film no preconiza una lucha de clases –resulta sumamente significativa la escena de los obreros prestos a destruir Metrópolis mientras, de fondo, se escuchan las primeras notas de la Marsellesa-, sino la alianza de éstas, en una clara alusión a la idea de cooperación y trabajo que acabaría formando parte del corpus de la ideología nazi. Una ideología que Lang nunca compartió –no en vano huyó de Alemania-, pero con la que sí simpatizaba von Harbou, razón por la cual algunos críticos han señalado elementos racistas en el film –como las estrellas de David que aparecen en varios momentos del metraje, especialmente en un primer plano de la casa del villano.
Autor: Un Mundo Cultural http://unmundocultura.blogspot.com.es/