UPA | 25 años de sindicalismo agrario progresista

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UPA veinticinco a単os

de sindicalismo agrario progresista

A los compa単eros y compa単eras que conf鱈an en UPA para que les defienda y represente A todos los hombres y mujeres que viven y trabajan en el medio rural


La portada se ha concebido con un fuerte carácter minimalista, de formas simples y rotundas que ayudan a transmitir sensación de bloque, unidad y compromiso. Los grandes márgenes y espacios que rodean a todo el conjunto permiten que la portada respire mientras añaden a la obra la elegancia, claridad y transparencia tan necesarias. La mancha principal ha sido construida como una representación geométrica del horizonte de un campo arado reflejando el mundo rural y agrario pero huyendo de convencionalismos tópicos típicos del sector y sin descuidar ese último adjetivo que gracias a trazos “en bloque” limpios y abstractos sobresale ante todo e impregna a la portada de un aire moderno y progresista. Estos trazos han sido elaborados de manera que no se alejen demasiado del concepto ideado para el logotipo de la organización, unificando ambos diseños y de alguna manera hermanándolos para que todo el conjunto obtenga una misma identidad visual. Los colores, a su vez, han venido marcados por los propios corporativos puesto que la naturaleza de estos acompañaba de manera excelente a la idea que se quería transmitir. Verde y amarillo para evocar la naturaleza, el campo, para expresar lo natural, lo orgánico… Al mismo tiempo, el degradado en la “mancha” principal, que trata de evocar una puesta de sol, puede verse de dos maneras, ambas igual de válidas. Primero, se podría observar como un atardecer, el paso del tiempo que da la experiencia y la madurez obtenida tras veinticinco años de lucha obrera. Pero también podríamos verlo como un amanecer, el amanecer a nuevos horizontes, proyectos, metas e ilusiones; transmitiendo una idea de continuidad y renovación en una organización con tantos años a la espalda como es UPA. En último lugar, pero no menos importante, está el uso de la acuarela digital sobre un fondo de papel de arroz que viene a unificar todo lo dicho anteriormente. Agua y color que apuntan a la naturaleza como característica principal en una portada sencilla y elegante que huye de barrocos conceptos estilísticos y hace hincapié en un gusto moderno y actual.

Pablo Moncloa Ilustrador

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Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos Paralelo Edición S.A. Pablo Moncloa Gráficas Jomagar


ÍNDICE

Juntos, el futuro es nuestro....................................................................................................................................... 5 Historia de UPA........................................................................................................................................................ 11 Acción sindial de UPA 2004-2012.......................................................................................................................... 181 Sindicalismo, democracia y agricultura familiar................................................................................................. 211 Testimonios............................................................................................................................................................. 235 Orgullo rural............................................................................................................................................................ 294 Las imágenes.......................................................................................................................................................... 307



Juntos, el futuro es nuestro Lorenzo Ramos Silva Secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA)

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os aniversarios que terminan en cero y en cinco se prestan, inevitablemente, a una conmemoración especial. Nos ocurre a todos cuando vamos cumpliendo años y sucede también en las organizaciones de todo tipo. Este es el caso de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que en 2012 cumple el 25 aniversario de su primer congreso, celebrado en 1987, y que parece motivo suficiente para repasar el camino andado, reflexionar sobre el presente y, desde la experiencia vivida, afrontar el futuro con la misma ilusión con que echamos a andar en su día. Con ese objetivo hemos elaborado este libro, que recoge un relato amplio y documentado, en texto y en imágenes, de los acontecimientos más relevantes de la acción sindical de UPA desde su creación e incluso antes, porque los primeros pasos de la organización fueron previos al primer congreso de 1987. La primera reflexión que se desprende del relato histórico que se recoge en este libro es que juntos somos más fuertes; al igual que juntos, el futuro es nuestro. Estas son dos de las ideas-fuerza más reiteradas en toda la actividad de UPA desde sus orígenes: las vemos en pancartas, en discursos, en nuestra revista La Tierra, en los eslóganes de los congresos… En todas partes a lo largo de los años.

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Esa idea es obsesión para nosotros. Los agricultores y las agricultoras, los ganaderos y las ganaderas somos profesionales autónomos, trabajadores de nuestro propio negocio, si como tal entendemos la explotación familiar cada vez más compleja de gestionar y menos “negocio”. La propia condición de nuestra actividad conlleva un cierto aislamiento en el trabajo y en el medio en que se desarrolla. Por todo ello, la unión es nuestra única fuerza. En la defensa de nuestros intereses, en la representación colectiva de lo que somos y queremos ser, en la lucha sindical para conquistar el progreso, todos los avances que se han dado siempre son fruto del empeño colectivo. La historia de los veinticinco primeros años de UPA se ha escrito en las carreteras y en las calles de toda España y de Europa, con movilizaciones siempre que han sido necesarias. La historia se ha escrito también en los despachos oficiales, presionando y negociando acuerdos, consiguiendo soluciones a los problemas. Pero, por encima de todo, la historia de UPA se ha escrito en el campo, en los pueblos, en los bares, en los ayuntamientos (tan implicados en tantas ocasiones en defender a su gente), en las cooperativas… En las explotaciones de los muchos miles de compañeros y compañeras que han confiado en UPA para ser su sindicato, su fuerza. Ellos y ellas son UPA. Su energía es la que da vida a la organización en todas sus estructuras de gestión, servicios, reivindicación… Hay que verlos, a lo largo de estos 25 años, en asambleas a última hora después de hacer la faena, de atender al ganado. Hay que convivir con ellos de madrugada, cogiendo el autobús desde todas las esquinas de España para llegar a Madrid al amanecer y manifestarse a las puertas del Ministerio de Agricultura. O sacando el tractor a la carretera. O charlando con sus hijos animándoles a tomar el relevo a pesar de todo, de las dificultades crecientes para hacer rentable la actividad. Una de las experiencias más gratificantes que he vivido desde que los compañeros decidieron que yo debía asumir la Secretaría General de UPA en 2004 ha sido la campaña del Orgullo Rural. Fue la primera campaña no reivindicativa de la organización. No pedíamos nada. Estaba más dirigida hacia dentro que hacia fuera. Y la respuesta fue impresionante. Se demostró lo que intuíamos del contacto directo con nuestra gente en todos los territorios: que necesitamos el respeto de la sociedad, que se reconozca y se valore nuestro trabajo, que no se nos condene a una posición marginal en las estructuras sociales y económicas de la sociedad actual. Nos gusta nuestro trabajo y nuestra manera de vivir. Somos orgullosos y tozudos, aunque no lo tenemos fácil.

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Los 25 primeros años de actividad de UPA han coincidido en el tiempo con un periodo extraordinario de modernización, innovación, eficiencia y competitividad en la agricultura española. Lo hemos hecho entre todos. Es una conquista histórica y colectiva, de toda la sociedad, como lo es en términos generales la consolidación democrática, los servicios sociales, la integración en organismos internacionales, la igualdad entre hombres y mujeres… El progreso, en definitiva. Tenemos el derecho y el deber de recordar esto a menudo. Y especialmente cuando vivimos lo que estamos viviendo ahora, cuando –como decimos en las movilizaciones– quieren acabar con todo. Porque el progreso nunca ha sido ni es un regalo, es una conquista social. Quiero reflejar también, en esta introducción, varios agradecimientos muy especiales. El primero, para el compañero y amigo Fernando Moraleda. Él es la historia y el presente de UPA. Su compromiso le ha llevado a escribir un magnífico relato de lo vivido por la organización desde sus orígenes hasta 2004, que es parte fundamental de este libro. En mi nombre y en el de toda la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, gracias, Fernando. Agradecimiento que hago extensivo a los cerca de 40 amigos y amigas que nos han enviado sus testimonios para este libro conmemorativo. Sus palabras y su reconocimiento nos ayudan a seguir trabajando por el progreso de la agricultura familiar. Sin olvidar una mención especial a Cándido Méndez y a toda la Unión General de Trabajadores. Nuestra historia no habría sido posible sin su compromiso y apoyo permanentes. Y agradecimiento a todos los compañeros y compañeras que trabajan en los servicios técnicos y administrativos en la sede federal de UPA, en Madrid, y en todas las oficinas de las Uniones Territoriales. Ellos son la cara de la organización ante los afiliados, los que canalizan la atención y el apoyo en el trabajo de cada día. Y ellos están sufriendo también las dificultades del momento actual, muy complicado, porque tenemos la necesidad de mantener los servicios y la eficiencia de nuestro trabajo sindical con un recorte drástico de los recursos disponibles. Por último, un recuerdo a todos los compañeros y compañeras que se han dejado la vida en el camino. En 25 años han sido unos cuantos, muertos antes de tiempo, cuando todavía estaban en activo y tenían mucho que ofrecer en la vida. Sirva este libro en su conjunto como un sentido homenaje a todos ellos.

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Historia de UPA Para cambiar la agricultura Fernando Moraleda



Historia de UPA Para cambiar la agricultura Fernando Moraleda A mis hijos, Pablo y Julia, por el tiempo que no les dediqué durante mi trabajo en UPA

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l 11 y el 12 de septiembre de 1982, en un congreso constituyente celebrado en Madrid, se crea la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en el seno de la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT) de la Unión General de Trabajadores (UGT)1. Un congreso que tiene sus antecedentes en la celebración de un Comité Federal de FTT, el 31 de enero de 1981, donde se adopta la decisión de crear dos sindicatos: uno de asalariados denominado Sindicato de Obreros Asalariados (SOA) y otro de autónomos o trabajadores por cuenta propia, UPA. Su adscripción en la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) de la FTT es por medio de dos Secretarías Federales, ocupadas por Vicente Bernáldez en UPA, que anteriormente desempeñaba la tarea de secretario de Estudios y Documentación en la CEF, y José Manrique en SOA. Ese Comité Federal, tan relevante para el nacimiento de UPA, se produce después de haberse celebrado un congreso extraordinario de FTT el 14 y el 15 de junio de 1980, motivado por la dimisión de Ángel Fernández, primer secretario general de la federación en la etapa democrá-

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El eslogan del congreso fue “Para cambiar la Agricultura”, con una imagen de fondo de una moderna cosechadora.

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tica2, que es sustituido por Andrés Picazo, un maestro de escuela, y en aquel momento alcalde de Casas Ibáñez y senador del PSOE por Albacete. Vicente Bernáldez, cuando desempeñaba la Secretaría de Estudios y Documentación, desde la que se mantenían las relaciones institucionales con la Administración agraria y sus organismos dependientes (FORPPA, SENPA, IRA, etc.), se encargó, junto al minigabinete3 técnico de entonces, de proponer posibles denominaciones de la futura organización agraria. Se manejaron dos siglas: UPA y CEPA, que daban lugar a varias denominaciones: Unión de Productores Agrarios, Unión de Pequeños Agricultores, Confederación Española de Productores Agrarios y Confederación Española de Pequeños Agricultores. Nuestra decisión fue UPA y Unión de Pequeños Agricultores. Las razones fueron la sencillez de la sigla en su pronunciación, la inclusión de la palabra unión y la diferenciación “ideológica” con la introducción de pequeños que le proporcionaba una identidad propia. El desechar CEPA no fue complicado, pues la denominación confederación no se ajustaba a la estructura organizativa y la palabra española, en aquel momento, se asimilaba a fuerzas conservadoras. La sigla CEPA, sin embargo, era atractiva por ser un acrónimo muy agrario. No fueron, sin embargo, los únicos nombres manejados en el debate que se produjo en el Comité Federal. En el acta del mismo se recogen pronunciamientos de varias federaciones provinciales, entre las que destacan Unión de Agricultores Familiares (Badajoz), Sindicato Agrícola y Ganadero (Málaga) o Unión de Trabajadores de la Tierra Autónomos (Madrid). Una propuesta singular de Ávila fue la de crear, en todo caso, el Grupo Remolachero. Como se puede apreciar en la diversidad de propuestas, se encuentran conceptos que serían con el transcurso del tiempo muy importantes para la acción sindical: el carácter familiar de las explotaciones agrarias o la necesidad de organizarse orgánica y/o sindicalmente por sectores productivos. Una votación por mayoría respaldó la decisión de la CEF para llamar a la nueva organización Unión de Pequeños Agricultores.

El primer congreso de la democracia y tercero en la historia de FTT se celebra en Madrid, los días 15,16 y 17 de septiembre de 1979. 3 Mi entrada en la FTT se produjo el 3 de noviembre de 1980, por medio de Miguel Ángel Martínez, diputado por Ciudad Real del PSOE y secretario de Administración de FTT. En aquel momento era la única persona liberada para tareas de apoyo técnico a la Comisión Ejecutiva. 2

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Tanto el nombre como la idoneidad de una organización de pequeños propietarios tienen raíces en la misma aparición de FTT en democracia4. En el discurso de apertura del III Congreso Federal, Ángel Fernández menciona a los pequeños agricultores y a la necesidad de una organización para ellos5.

Tanto el nombre como la idoneidad de una organización de pequeños propietarios tienen raíces en la misma aparición de FTT en democracia

El logotipo elegido fue una combinación entre la esfera terráquea y unas manos que la sujetaban. El símbolo de FTT sin el sembrador y el de UGT de las dos manos, pero en distinta posición, sujetando el planeta. Posteriormente fue modificado quitando el sembrador y uniendo en una misma imagen las siglas y el “planeta arado”, sin referencia a FTT.

Queda claro que el factor determinante de la creación de UPA no solo fue la interlocución institucional, en la que se discutían las campañas de precios agrarios, sino también la concurrencia con las nuevas organizaciones agrarias nacidas de la democracia (COAG) o del sindicalismo vertical (CNAG, CNJA y UFADE). Lo que parecía inevitable, las elecciones a Cámaras Agrarias, fue reiteradamente atrasado por el Ministerio de Agricultura en la etapa socialista de 1982 a 1996. Es, pues, la tradición histórica de UGT en el campo y su adaptación a una sociedad modernizada, en la que el sector agrario se había modificado profundamente desde el II Congreso de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra de 1932, el hecho más relevante que explica el nacimiento y desarrollo de la Unión de Pequeños Agricultores. De la concurrencia entre organizaciones agrarias cobró especial protagonismo la existente entre FTT y COAG, primero, y de UPA y COAG, con posterioridad. La situación política del país con una UCD debilitada por los conflictos internos, el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y la respuesta masiva de la ciudadanía en apoyo de la democracia convierten al PSOE en una alternativa real de gobierno que se ve refrendada por la mayoría absoluta de octubre de 1982.

Los antecedentes históricos se remontan a la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT), que en su II Congreso Nacional de 1932 ya se planteaba la necesidad de atender sindicalmente a los campesinos de pequeñas parcelas. 5 “Estoy seguro, compañeros, que todos sois conscientes de la responsabilidad que recae sobre nosotros a la hora de analizar, durante estos tres días, la situación de los trabajadores de la tierra a nivel general y la específica de los asalariados y pequeños agricultores, para buscar, juntos, las soluciones a todos y cada uno de nuestros problemas”. 4

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La colaboración UGT-PSOE En un PSOE cuyos estatutos contemplaban la afiliación obligatoria a UGT, la creación de una organización agraria en UGT comportaba una adscripción de los socialistas a esta nueva estructura. Sin embargo, la aparición de las UAGAs en plena transición, y su representación en numerosas provincias españolas, hizo que se estableciera una relación política con el PSOE que siempre estuvo presente en las conversaciones con FTT; mucho más, si cabe, en los meses previos a las elecciones generales por su posible repercusión electoral.

Los antecedentes de las discrepancias entre PSOE y UGT sobre la afiliación de los socialistas en el campo llevan a involucrar a los dos secretarios generales, Felipe González y Nicolás Redondo

Esta competencia por la militancia de los socialistas tuvo su reflejo político más notorio en la creación de una comisión mixta UGT-PSOE para analizar y proponer una alternativa que fuera adoptada posteriormente por las dos organizaciones. Antón Saracíbar y Manuel Chaves, secretarios de Organización y de Relaciones Sindicales, respectivamente, encabezaron las delegaciones de seis miembros por organización, cuyos trabajos concluyeron en una propuesta de resolución que finalmente aprueba el Comité Federal del PSOE del 13 y 14 de marzo de 1982. Manuel Chaves, que compatibilizaba su responsabilidad en el PSOE con la de ser miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, el 27 de enero elabora una nota interna6, en la que se desprende su apoyo explícito al desarrollo de UPA: “...quiero señalar que el futuro de UPA depende en gran medida de la formación de una especie de empresa de servicios dirigida, a los autónomos y propietarios agrícolas y que respalde la actividad de UPA. Pero estoy convencido de que esta empresa de servicios, y por lo tanto UPA, será papel mojado si no encuentra un apoyo de todo tipo por parte del partido”. Los antecedentes de las discrepancias entre PSOE y UGT sobre la afiliación de los socialistas en el campo llevan a involucrar a los dos secretarios generales, Felipe González y Nicolás Redondo. El 8 de junio de 1981 así lo expresaba el secretario de Organización de UGT, Antón Saracíbar, con el visto bueno de Redondo, en una carta dirigida a González en la que indicaba “nuestra preocupación por las dificultades existentes de todo orden para reunir a los miembros idóneos de cada una de las organizaciones..., merece especial atención en este sentido lo relacionado con los problemas del campo y la política a seguir por ambas

La nota interna iba dirigida a Felipe González, Alfonso Guerra, Carmen García Bloise, Joaquín Almunia y José María Maravall.

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organizaciones, ya que como tú sabes no siempre son coincidentes”. El 12 de junio, la respuesta de González abre un periodo de encuentros que culminarán con las ya citadas resoluciones del 29 Congreso del PSOE y del Comité Federal de marzo de 1982. Especial importancia tiene la resolución del Comité Federal, dado que la misma responde a un texto consensuado en la comisión mixta UGT-PSOE. Es un documento sencillo y claro. Cuatro puntos y una disposición transitoria: 1. El PSOE prestará su apoyo a la constitución, por la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, de la Unión de Pequeños Agricultores, organización vinculada a UGT que pretende integrar a los trabajadores autónomos y pequeños propietarios agrícolas. En consecuencia, y en función del derecho que le asiste, UPA-FTT podrá constituir sindicatos en aquellos ámbitos territoriales en donde lo considere necesario. 2. Sin perjuicio de lo anterior, el PSOE podrá desarrollar su política agraria con respecto a los trabajadores autónomos y pequeños propietarios agrícolas a través de la actuación diversificada de los socialistas, bien en las Uniones de Agricultores y Ganaderos (UAGAs), bien en UPA-FTT. No obstante, el PSOE es consciente de la necesidad de orientar su esfuerzo hacia la conformación futura de una sola organización de trabajadores autónomos y pequeños propietarios agrícolas que permita la unificación orgánica del trabajo de los socialistas.

El PSOE prestará su apoyo a la constitución, por la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, de la Unión de Pequeños Agricultores, organización vinculada a UGT que pretende integrar a los trabajadores autónomos y pequeños propietarios agrícolas

3. Para la aplicación práctica de lo establecido en el punto segundo y en base a lo acordado conjuntamente con UGT, tal como se especifica en el mapa territorial que se adjunta a este acuerdo, el PSOE trabajará en un determinado número de provincias en el seno de las UAGAs, haciéndolo en las demás en el seno de UPA-FTT. En aquellas provincias donde coexistan UAGAs y UPA-FTT, los socialistas se esforzarán para que entre ambas organizaciones se desarrolle una política de buenas relaciones.

4. UGT acepta, con carácter transitorio y en aquellas provincias en las que los socialistas deben trabajar en el seno de UAGAs, que aquellos puedan estar afiliados simultáneamente a UPA-FTT, en el contexto de una política de colaboración entre ambas organizaciones. Disposición Transitoria. La comisión formalizada en base a la resolución del 29 Congreso del PSOE queda constituida con carácter permanente por el tiem-

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Se apoya la creación de UPA, pero en el PSOE se mantienen vivas serias reticencias a cumplir el acuerdo del “mapa sindical”. De hecho se habla de apoyar “la organización de UPA, solo en ciertas áreas, digamos más neutrales en cuanto a competencia entre organizaciones y que coincidieran a la vez con las de menor implantación y desarrollo de las organizaciones agrarias”

po que se considere necesario, teniendo como función la vigilancia sobre la aplicación y cumplimiento de lo establecido en este acuerdo, para lo que elaborará los informes oportunos al Comité Federal. La aplicación política se demostró en la práctica inútil. La reticencia de algunas provincias y la cercanía de las elecciones generales de octubre fueron suficientes para no producir cambios significativos en las organizaciones afectadas. Sin embargo, la inercia de los trabajos de la comisión mixta siguió ofreciendo resultados concretos. La colaboración partido-sindicato se plasma en una reunión celebrada el 2 de junio de 19827 en la que se adopta el acuerdo de celebrar el Congreso Constituyente de UPA, “como sindicato agrario que agrupa a los pequeños y medianos propietarios agricultores”, para los días 11 y 12 de septiembre y se encarga abordar los trabajos de redacción de las alternativas sindicales de UPA y su estructura organizativa a Andrés Picazo, Vicente Bernáldez y dos miembros del grupo técnico de política agraria del partido.

En la citada reunión se presentaron dos documentos de trabajo elaborados por Carlos Tio y Carlos Romero, según consta en el acta de la reunión. El primero se denominó “Panorámica de los grupos sociales agrarios” y realiza un breve estudio de los colectivos de población principales en el campo, sus características y su importancia numérica. El segundo, “Notas sobre sindicalismo agrario”, analiza las diversas alternativas de organización sindical de los agricultores y los problemas y opciones de desarrollo de UPA a la luz de la realidad agraria y el mapa aprobado en el Comité Federal. En el segundo documento merece especial atención su comienzo, pues se hacía notorio que, incluso con la resolución del Comité Federal, la proximidad de las elecciones generales y la obsesión por no contrariar a colectivos cercanos por su influencia en el voto prevalecían sobre los acuerdos adoptados. Se decía sobre la organización de los agricultores: “Si cualquiera que sea la solución, esa se alcanza de manera pacífica, vale la pena hacer todos los esfuerzos necesarios. Si, por el contrario, se supone que la solución que se busque va a ser polémica,

Los asistentes a dicha reunión fueron: Manuel Chaves, Antón Saracíbar, Andrés Picazo, Daniel Cara, César Braña, Carlos Tio y Valeriano Gómez.

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quizás no convenga en estos momentos agitar el tema. Los indicios apuntan a pensar que el tema no está apaciguado y que en vísperas más o menos electorales podrá ser utilizado en contra del partido, desde COAG y desde ciertas áreas políticas (especialmente, partidos nacionalistas y regionalistas), en un intento de dividir y utilizar a parte del mundo campesino, en función de ciertas opciones políticas”. En definitiva se apoya la creación de UPA, pero en el PSOE se mantienen vivas serias reticencias a cumplir el acuerdo del “mapa sindical”. De hecho se habla de apoyar “la organización de UPA solo en ciertas áreas, digamos más neutrales en cuanto a competencia entre organizaciones y que coincidan a la vez con las de menor implantación y desarrollo de las organizaciones agrarias, básicamente: Galicia, Castilla y León, salvo León y Burgos, y quizás Zamora y Ávila, donde pueden existir conflictos con las actuales Uniones, Castilla-La Mancha y cabría la posibilidad de estudiar el caso de Extremadura”. Un mapa, el del Comité Federal, que se va desfigurando, tanto por las distintas sensibilidades en el PSOE como por la creencia, demostrada errónea por el tiempo, de que es posible crear desde el poder institucional organizaciones representativas, estables e independientes. Las conclusiones del congreso La evolución en las relaciones entre UGT y PSOE no es ajena en son recogidas en dos modo alguno a esta aseveración, como veremos a lo largo del deresoluciones, una de política sarrollo de los acontecimientos. Un mes antes a la celebración de las elecciones generales de 1982 se celebra el Congreso Constituyente de UPA, con un decálogo explicando qué es la Unión de Pequeños Agricultores y un resumen de las aspiraciones programáticas de la organización8. Las conclusiones del congreso son recogidas en dos resoluciones, una de política sindical y otra de estatutos. Las reivindicaciones de UPA son pormenorizadas y concretas. Es de hecho el primer documento con cierta entidad que recoge ampliamente las particularidades de la explotación familiar agraria, inscrita en un sector agrario que ha evolucionado acorde a la sociedad, pero que mantiene déficits estructurales que empobrecen a amplias capas de agricultores y ganaderos. Y ello se realiza indicando responsabilidades

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sindical y otra de estatutos. Las reivindicaciones de UPA son pormenorizadas y concretas. Es de hecho el primer documento con cierta entidad que recoge ampliamente las particularidades de la explotación familiar agraria, inscrita en un sector agrario que ha evolucionado acorde a la sociedad, pero que mantiene déficits estructurales que empobrecen a amplias capas de agricultores y ganaderos

Díptico de presentación del Congreso Constituyente.

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políticas: “La política de los distintos gobiernos de UCD y de la dictadura ha hecho recaer sobre el campo el peso fundamental de la lucha contra la inflación; por ejemplo, el índice del coste de la vida subía un 14,4% en 1981, mientras que los precios agrarios lo hacían en un 11% e incluso en algunos productos descendían, agravados por la explotación de las multinacionales. Es un hecho que en la actualidad las rentas individuales en el conjunto de la economía española rebasan en un 55% las rentas de la agricultura”. Las características del problema estructural congénito sobre el tamaño de las explotaciones se recoge gráficamente al señalar “que de 2.571.059 existentes, el 55,2% tiene entre 0 a 5 hectáreas y solamente el 0,5% son superiores a 500”. A esta breve introducción le sucede un verdadero programa reivindicativo, que compila 15 puntos que por esas fechas podían leerse como miniprograma electoral: planificación de cultivos sustitutivos, subvenciones y créditos a bajo interés para zonas deprimidas, creación de empresas nacionales en materias primas básicas, extensión de los seguros agrarios, potenciación del crédito agrícola, modificación de la Ley de Cámaras Agrarias, desaparición del Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social (REASS) y jubilación anticipada. Los estatutos nos enseñan la actualidad orgánica de entonces. UPA es un sindicato integrado orgánicamente en FTT, de la que suscribe sus principios fundamentales (artículo 1), pero por primera vez se dota de una Comisión Ejecutiva, un Comité Estatal (posteriormente Comité Federal) y un sistema de cotización propio que pasará por no pocas vicisitudes hasta consolidarse (disposición final quinta). La Comisión Ejecutiva9 que resulta elegida estuvo encabezada por Manuel Bolo, un agricultor valenciano de la localidad de Oliva, cuya gestión al frente de la organización no alcanzó siquiera el año de duración. Su dimisión no solo obligó a elegir un nuevo secretario general en esta ocasión un hombre ya experimentado como Vicente Bernáldez, sino a encuadrar a la ejecutiva de UPA en la ejecutiva de FTT, bajo la fórmula de secretaría federal, que ya hemos comentado10.

Con el 84% de los votos salió elegida la primera CEF de UPA formada por once miembros, de los cuales seis correspondían a secretarías sectoriales. En el congreso intervinieron Nicolás Redondo y Manuel Chaves. 10 Los estatutos de UPA son depositados siete meses después en el IMAC, exactamente el 15 de abril de 1983, con la firma de Antonio Pérez, Vicente Bernáldez, Pablo Gómez y Fernando Moraleda. 9

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Sin embargo, no todo fue frustrante desde el comienzo del Congreso Constituyente de UPA. Los acuerdos PSOE-UGT de la comisión mixta sí dieron resultado en uno de los territorios más importantes en cuanto a agricultura y ganadería se refiere, como es el caso de Galicia. La constitución de Unións Agrarias en Lalín, el 3 de enero de 1983, y su posterior integración en UPA constituyen uno de los hechos más relevantes en la consolidación de la organización y de su representatividad futura en el campo español11.

De la relación política a la institucional Es la victoria del PSOE en las elecciones generales y la constitución del nuevo Gobierno con el nombramiento de Carlos Romero como ministro de Agricultura, el acontecimiento que más repercutirá en el futuro, pues es el Gobierno, quien toma la iniciativa de las relaciones institucionales con las organizaciones agrarias e influye en su desarrollo. Los trabajos del Instituto de Relaciones Agrarias (IRA) tienen su fundamento en esto último. No obstante, y visto en perspectiva, el tópico extendido sobre la influencia excesiva del Ministerio sobre las organizaciones agrarias parece tener menos fundamento que el cambio global que experimentó la sociedad española y sus organizaciones democráticas como consecuencia de la dilatada gestión del Gobierno socialista.

La constitución de Unións Agrarias en Lalín, el 3 de enero de 1983, y su posterior integración en UPA constituyen uno de los hechos más relevantes en la consolidación de la organización y de su representatividad futura en el campo español

Apenas un año después de constituirse el primer Gobierno socialista, los días 21, 22 y 23 de octubre de 1983 FTT celebra su IV Congreso Federal, donde adopta su primera decisión relevante sobre UPA, el IV Congreso declara: “La firme voluntad de implantar la organización entre los pequeños agricultores y ganaderos constituye un reto que debe pasar por el cambio de las todavía estructuras verticalistas en el sector agrario, como son el caso de las sectoriales (remolacha, tabaco, arroz, vacuno, etc.) o el de las actuales Cámaras Agrarias. Será necesario, por tanto, que UPA-FTT acuda a las próximas elecciones a Cámaras, con posterioridad a lo que debe ser una nueva ley que regule las funciones de estos organismos, con el objetivo de convertirse en la primera fuerza sindical”.

El acta de constitución está firmada por Jesús Mosquera, Carlos Fernández, Roberto García y Manuel Salgado.

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En el mismo congreso de FTT, la otra rama, SOA-FTT, se vincula a la interlocución de los asalariados en el nuevo sistema de empleo comunitario y en el Proyecto de Reforma Agraria de Andalucía, este sí manteniendo la histórica reclamación de la federación.

Es justo señalar, llegados a este punto, el importante protagonismo desarrollado por Picazo en las conversaciones llevadas a cabo con el PSOE y su honesta contribución al desarrollo de los inicios de UPA

La resolución de Organización establecía claramente que en FTT se integraban dos sindicatos (UPA y SOA), los cuales gozaban de plena autonomía de funcionamiento y estaban coordinados solidariamente dentro de la propia federación. Decisiones importantes, pero desarrolladas en un clima interno de conflictividad permanente. El secretario general, Andrés Picazo, es sustituido por Antonio Pérez, un jornalero extremeño con una Comisión Ejecutiva12 que es elegida con el 68% de los votos. Una nueva crisis interna en los primeros años de democracia sindical en el campo español.

Es justo señalar, llegados a este punto, el importante protagonismo desarrollado por Picazo en las conversaciones llevadas a cabo con el PSOE y su honesta contribución al desarrollo de los inicios de UPA. La estructura de la nueva Comisión Ejecutiva reflejaba la simbiosis entre asalariados y agricultores que se daba en la organización. Así, con el secretario general, el de Organización y el de Administración para las dos estructuras, se creaban secretarías de Ganadería y Productos Lácteos, de Cultivos Industriales, Cereales, Leguminosas y Piensos y de Hortofruticultura. La contradicción se llevaba, por lógica, también a las resoluciones: convivían la de empleo comunitario con la de política agraria y ganadera y estas con la de integración en la comunidad económica europea (CEE). Contradicción que no tardaría en provocar de nuevo tensiones internas. El 3 de agosto de 1983, cuando aún no se había cumplido un año desde la celebración del IV Congreso de FTT, Vicente Bernáldez se dirigía por escrito al secretario general, Antonio Pérez, para expresarle que “desde la celebración del

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La CEF del IV Congreso estaba formada por once miembros, de los cuales cuatro estaban directamente vinculados con la gestión de UPA: secretario federal, secretario de Ganadería y Productos Lácteos, secretario de Cultivos Industriales, Cereales, Leguminosas y Piensos y secretario de Hortofruticultura.


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citado congreso hemos observado con preocupación que la Comisión Ejecutiva Federal no ha abordado algunos de los aspectos que claramente se detallan en sus resoluciones. Desde nuestro punto de vista es conveniente que sin más dilación se empiece a desarrollar una política clara y transparente en lo que se refiere a los pequeños agricultores y ganaderos que queremos participar en la modernización de las estructuras de nuestro país”, para terminar pidiendo que este asunto se debatiera en la siguiente Comisión Ejecutiva. El impulso que supuso el Congreso Constituyente un año antes no prospera y la división de criterios en la Comisión Ejecutiva de FTT sobre la potenciación de UPA se enquista de nuevo. Para el PSOE, el año 1983 es también importante. Los días 15 y 16 de octubre, una semana antes de celebrarse el IV Congreso Federal de FTT, se reúne un nutrido grupo de socialistas para constituir el Grupo Agrario Socialista con un objetivo: solventar “la falta o deficiencia en el funcionamiento de estructuras adecuadas del partido en el sector agrario”. Toda una declaración de principios, pues se anunciaba una eventual convocatoria de elecciones a Cámaras Agrarias en las que, según se afirmaba: “Los socialistas nos jugamos una baza fundamental en orden a contrarrestar el poder de la derecha en el campo, consolidando el voto político de las elecciones generales y autonómicas”. Para el PSOE, En definitiva, el PSOE, con un amplísimo poder institucional, con la declaración del Comité Federal sobre el mapa sindical, el comienzo de su gestión al frente del Gobierno y las relaciones problemáticas con COAG, decide aprobar unas líneas estratégicas sobre su actuación en el sector agrario13. En primer lugar confiere al medio rural y la agricultura “un conjunto de características peculiares que han dificultado la consolidación de organizaciones políticas y sindicales progresistas”, dando por sentado que “la derecha ha considerado al sector agrario como campo propio, así como una cierta incomprensión de la izquierda”. A su vez, la descomposición de UCD y los resultados electorales en octubre de 1982 y mayo de 1983 provocan que importantes regio-

el año 1983 es también importante. Los días 15 y 16 de octubre, una semana antes de celebrarse el IV Congreso Federal de FTT, se reúne un nutrido grupo de socialistas para constituir el Grupo Agrario Socialista con un objetivo: solventar “la falta o deficiencia en el funcionamiento de estructuras adecuadas del partido en el sector agrario”

PSOE. Documento base. Jornadas de constitución del Grupo Agrario Socialista.

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nes agrícolas del país, como Extremadura, Andalucía, Castilla y León y Castilla– La Mancha, en las que las elecciones a Cámaras Agrarias de 1979 habían sido francamente desfavorables, pasen a tener gobiernos autonómicos socialistas y numerosos ayuntamientos regidos también por socialistas. Dado que el Gobierno tenía previsto modificar la Ley de Cámaras Agrarias, en la que estas pasaban de tener un carácter representativo a otro consultivo, y que la representatividad vendría dada por unas elecciones en las que concurrieran las organizaciones agrarias, la aspiración del PSOE era “trasladar a las Cámaras Agrarias el nuevo equilibrio político existente en el La descomposición de UCD y conjunto del país”; constatando las enormes dificultades ante “la debilidad de las organizaciones progresistas” y la “inalterada polos resultados electorales en tencia de la red caciquil que domina en muchos casos las Cámaras octubre de 1982 y mayo de Agrarias”.

1983 provocan que importantes regiones agrícolas del país, como Extremadura, Andalucía, Castilla y León y Castilla–La Mancha, en las que las elecciones a Cámaras Agrarias de 1979 habían sido francamente desfavorables, pasen a tener gobiernos autonómicos socialistas y numerosos ayuntamientos regidos también por socialistas

Las conclusiones que se dieron los socialistas en aquella importante reunión fueron las siguientes: a) Incrementar de una forma sistemática, permanente y organizada la afiliación de todos los militantes agrarios, impulsando su participación activa en el sindicato y fomentando su formación. b) Coordinar previamente, y mediante debate abierto y democrático en el seno del Grupo Agrario Socialista, nuestra actuación en el sindicalismo agrario. c) Asumir la militancia política en el PSOE ante los afiliados del sindicato, explicando los planteamientos y alternativas del Partido Socialista sobre el campo, intentando recoger problemas y aspiraciones que han de ser conocidos por el partido.

d) Impedir la separación entre militancia política y sindical. Es necesario que los sindicatos en que militan los socialistas no se alejen de la política del partido y que este les preste la atención y colaboración necesarias para sostener su acción. Como se puede apreciar, un cambio radical en el proceso abierto por la comisión mixta, pues es ahora el partido quien determina la estrategia sindical agraria (y no el sindicato), la organización agraria es un vehículo donde se explican los planteamientos y alternativas del PSOE y se impide la separación entre militancia política y sindical (autonomía del sindicato). Esta nueva filosofía es inseparable

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del acceso al Gobierno por el PSOE, y será en el futuro responsable de no pocos problemas en la relación institucional con UPA. Lo paradójico de la circunstancia es que estas resoluciones, más que afectar a UPA, pues aún era muy incipiente su desarrollo, lo que provocan es un auténtico enfrentamiento con COAG, pues en poco más de un año su pulso al gabinete de Carlos Romero alcanza niveles extraordinarios. En la constitución del Grupo Agrario ya se explicitaban “algunas posturas de enfrentamiento con el Gobierno mantenidas principalmente por el aparato estatal de COAG..., dirigidas a provocar una difícil situación para los socialistas que forman parte de las Uniones”.

La organización agraria es un vehículo donde se explican los planteamientos y alternativas del PSOE y se impide la separación entre militancia política y sindical (autonomía del sindicato). Esta nueva filosofía es inseparable del acceso al Gobierno por el PSOE, y será en el futuro responsable de no pocos problemas en la relación institucional con UPA

Sobre estas tormentosas relaciones destaca, tanto por su precocidad, 8 de enero de 1984, como por su dureza de contenido, el documento aprobado por el consell de la Unió de Llauradors i Ramaders del País Valenciano. Lo relevante que trae aquí el citado documento son algunas afirmaciones “estructurales” que forman parte de un ideario en COAG que permaneció en el tiempo durante bastantes años.

No reconocer a COAG como “el único interlocutor válido de la explotación familiar agraria (EFA) que el Gobierno tiene para llevar adelante el programa de cambio para el campo” es una de estas afirmaciones categóricas. La segunda, que anticipaba la confrontación con UPA, decía textualmente: “Cabe recordar entre otros (actos del gabinete de Atocha), el continuo intento de encerrarnos en la convergencia de UPA-FTT, la descarada potenciación oficial de esta opción o los más recientes acontecimientos derivados de la creación y el cometido de los GAS (Grupos Agrarios Socialistas), dirigidos en su vértice por individuos con una tan confusa como deshonrosa trayectoria sindical”. Por otra parte, el coordinador del Grupo Agrario Federal, Pere Aiguadé, veterinario de profesión, también se enfrentó en el III Congreso de la Unió de Pagesos a una política unitaria que pretendía “repartir” el cupo político (tres de nueve miembros) de la comisión permanente entre CDC, PSUC y PSC14.

El País, 30 de enero de 1984: “Negativa socialista a participar en la comisión de la Unió de Pagesos”.

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Nace La Tierra Y, efectivamente, 1984 fue un año de conflicto entre organizaciones, pero también un año donde en UPA ocurrieron importantes acontecimientos. El más destacable, por su permanencia en el tiempo, pues ha cumplido ahora más de 28 años ininterrumpidos de vida, es la publicación de la revista La Tierra del Agricultor y el Ganadero. En marzo de 1984 aparecía su primer número con una entrevista al ministro Romero, que abría la portada. En la misma no aparecía el logo de UPA, ni ninguna noticia de portada se correspondía con el sindicato. Y así serían los siguientes números que la sucederían. Se dio prioridad a una revista de información que atrajera la atención de los agricultores y se convirtiera más en un instrumento sindical vinculado a los servicios que a una política reivindicativa de la organización; algo que provocaría pronto importantes críticas internas por su supuesta dependencia institucional15. Por encima de estas consideraciones, lo cierto es que su contribución ha sido uno de los mayores patrimonios con que ha contado la organización. En la mancheta de la revista, la editora era la Unión de Pequeños Agricultores, sin mencionar a FTT, aunque orgánicamente dependía de ella. Su primer director fue Ricardo Téllez, un veterano agrónomo socialista miembro de la Ejecutiva de FTT, y el consejo de redacción lo formaban Antonio Pérez, Vicente Bernáldez, Fernando Moraleda y Pablo Gómez, estos dos últimos como gabinete técnico de la organización. Imprescindible hablar de Fernando García y Ángel Juste que, como periodistas, realizaron la tarea más laboriosa y cotidiana de la publicación. También de Esteban López, que después ocuparía la responsabilidad de Comunicación de UPA; Ana Vicandi, compañera de Fernando García, y Ramón Avilés, seudónimo de Ángel Fálder, un funcionario del Ministerio de Agricultura con una enorme capacidad intelectual. En la actualidad, Juste sigue colaborando en el trabajo de las ya numerosas publicaciones de UPA, con un resultado encomiable y exitoso, que tanto ha ayudado a conformar la imagen exterior de la organización.

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Acta de la CEF de la FTT de 3 de septiembre de 1984.


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Las primeras negociaciones Las negociaciones de precios agrarios y la discusión del Programa a Medio Plazo que planteó el Ministerio ocuparon una buena parte de las relaciones institucionales en esos primeros meses de 1984. En la citada entrevista, el ministro ya resaltaba el papel protagonista de UPA en la negociación de precios al haber optado por priorizar el control de inputs frente a la subida de los primeros, que se situaban sobre el objetivo de inflación previsto. No hay que olvidar que en aquellos momentos el Gobierno tenía como prioridad controlar la inflación como medio para estabilizar la economía. Durante este periodo se acomete la transferencia de competencias a las comunidades autónomas. Un proceso de enorme importancia, no solo por lo que supone de cambio en la estructura del Estado, sino por el papel creciente y relevante que irán adquiriendo estas en los procesos de concertación social y de desarrollo de políticas agrarias, que a veces no tenían la necesaria coherencia política desde una visión estatal. En lo que respecta a funcionarios, significaba pasar de 40.000 personas dependientes de Agricultura a solo 4.000. En este mismo año, en el mes de enero se celebra el primer encuentro entre el presidente del Gobierno, Felipe González, y la CEF de la FTT, donde participan tres personas: los secretarios generales de la propia FTT, Antonio Pérez; de UPA, Vicente Bernáldez, y el del SOA, José Manrique. En la información de dicha reunión FTT reafirmó su “ya definición pública de ser la conciencia crítica del actual Gobierno socialista, al cual exigiremos en todo momento el cumplimiento del programa electoral que fue respaldado por casi diez millones de ciudadanos, entre los que se encontraban un gran número de pequeños y medianos agricultores”. Se alcanzaba así una vieja aspiración de la organización, ser recibida por el presidente. Al mes siguiente otro importante acontecimiento institucional se llevaba a cabo: la Comisión de Agricultura del Congreso recibía por segunda vez16 a las cinco organizaciones agrarias (CNAG, CNJA, UFADE, COAG y UPA-FTT) para conocer su opinión acerca de la problemática del sector agrario. Esta iniciativa se vería repetida a lo largo de los siguientes años, por lo que se iniciaba una normalidad

El ministro ya resaltaba el papel protagonista de UPA en la negociación de precios al haber optado por priorizar el control de inputs frente a la subida de los primeros, que se situaban sobre el objetivo de inflación previsto

La primera reunión organizaciones agrarias-Congreso se había producido en abril de 1981.

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institucional en las relaciones de los representantes de los agricultores y los del pueblo español en las Cortes, que nos acercaba definitivamente a las normas y costumbres europeas.

La influencia europea en UPA

Finalizando 1984, UPA era ya una realidad visible. Además de la importante interlocución institucional derivada de las negociaciones para la adhesión de España a la CEE, se cumplían dos años desde el Congreso Constituyente

Otro de los acontecimientos más relevantes es el inicio de negociaciones agrarias entre el Estado español y la Comisión de la CEE, con vistas a la integración de España en enero de 1986. Negociaciones que, como es conocido, tuvieron un amplio eco social, pero que incidieron de manera radical en UPA, pues todo cambiaba en las relaciones institucionales. Es, probablemente, el elemento modernizador más potente en el desarrollo que posteriormente tuvo la organización. En este sentido, la sección de la revista La Tierra “Así es Europa” contribuyó a un mejor conocimiento de las instituciones europeas, de sus negociaciones y de sus dirigentes. Pero, además, las relaciones con Bruselas le darían a la actuación de UPA un sentido de Estado nuevo, por encontrarnos con intereses divergentes entre países dentro de un mercado común agrario europeo. Esta nueva filosofía estuvo bien presente en la visita que realizó el CES europeo para conocer la opinión de las organizaciones agrarias en España17. Una respuesta consensuada entre las cinco organizaciones españolas que, a instancias de UPA, ofreció una imagen de madurez y profesionalidad. Se reclamaba que el futuro Tratado de Adhesión fuera: equilibrado, progresivo y recíproco, y se terminaba apoyando el documento de respuesta del Gobierno español al documento comunitario del 20 de febrero. Finalizando 1984, UPA era ya una realidad visible. Además de la importante interlocución institucional derivada de las negociaciones para la adhesión de España a la CEE, se cumplían dos años desde el Congreso Constituyente de septiembre de 1982 y la presencia de la organización alcanzaba a una treintena de provincias, aunque con un nivel de desarrollo desigual. Su vinculación al proyecto del PSOE seguía siendo incuestionable18. Vicente Bernáldez así lo manifestaba en un artículo de opinión al decir: “Los que asumimos su programa agrario (PSOE), seguimos creyendo en aquel proyecto, que era el que podía sacar a la

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Reunión celebrada en Madrid el 16 de mayo de 1984. La Tierra nº 10. Diciembre de 1984.


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agricultura española del estado de postración en la que la habían sumido décadas de gobiernos anteriores”. Y esta fue una de las causas del primer movimiento de dirigentes y/u organizaciones que perteneciendo a COAG se desplazaron hacia UPA. Pocos meses después del nacimiento de UPA, una de la principales Uniones, la UAGN, firma con UPA un acuerdo19 de coordinación permanente teniendo como “misión fundamental llegar a la confluencia de las dos organizaciones en una sola”, además de estar representada ante la Administración central por medio de UPA-FTT. El 17 de octubre de 1984 se firma en Valladolid otro acuerdo entre Uniones y UPA, este en la cuenca del Duero20. En dicho acuerdo se adopta la decisión de crear una estructura regional y conservar las siglas propias junto a UPA, aunque expresando el compromiso de denominarse UPA a medio plazo. De estas organizaciones quien consolidó definitivamente una estructura estable fue la Asociación de Campesinos de Ávila, a través de un importante trabajo de su máximo responsable, Nacho Senovilla. Lógicamente, las tensiones entre COAG y UPA empezaban a extenderse a cualquier otro territorio. Significativo fue el requerimiento notarial, y posterior oposición en el Registro de Marcas, de la Unió de Pagesos contra la denominación de la revista La Tierra con objeto de retirar la cabecera de nuestra revista. La defensa de UPA se llevó a cabo por una de las agencias más importantes en marcas y patentes, Clark&Modet, Las tensiones entre COAG por medio de una recomendación realizada por Paulino Barrabés, en aquel momento secretario de Administración de UGT. El re- y UPA empezaban a sultado final fue el mantenimiento de nuestra denominación y extenderse a cualquier otro cabecera, pues la denominación “La Terra”, su ámbito de difusión territorio. Significativo fue (Cataluña), su idioma (catalán) y su formato distinto contribuyeel requerimiento notarial, ron a esta decisión del Registro de Marcas. El año 1985 representa la recta final de las negociaciones para nuestra entrada en la CEE. El 1 de enero, Jacques Delors sustituye como presidente de la Comisión a Gasthon Thorn y junto a Giulio

Fue firmado en Pamplona el 24 de marzo de 1983. El documento es firmado por las Uniones de Ávila, Burgos y Soria.

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y posterior oposición en el Registro de Marcas, de la Unió de Pagesos contra la denominación de la revista La Tierra con objeto de retirar la cabecera de nuestra revista

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Andreotti, ministro de Relaciones Internacionales de Italia y presidente de turno en la CEE-10, intensifican las negociaciones al objeto de cumplir los plazos previstos.

La integración de UPA en el COPA El año previo a nuestra entrada en la CEE fue también determinante para el reconocimiento de UPA en las instituciones europeas. El Comité de las Organizaciones Profesionales Agrarias europeo (COPA) era un importante y potente lobby en las relaciones con las instituciones agrarias comunitarias. Pertenecer a él se convirtió, por tanto, en un elemento estratégico para el asociacionismo agrario español. El 27 de mayo de 1985, Vicente Bernáldez, como secretario federal de UPA, solicita el ingreso en el COPA en una carta enviada a M. A. Herlipska, secretario general de la organización21. Desde esta fecha al 12 de diciembre se suceden graves acontecimientos que concluyen en Bruselas con la entrada de UPA en el COPA. Habiéndose firmado el Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985, el 8 de julio se reúne una delegación de UPA con la Presidencia y el Secretariado del COPA22 en la sede de este último en Bruselas. El COPA expresa que la integración de las organizaciones agrarias españolas debe realizarse a través de una plataforma conjunta, a lo que El año 1985 representa UPA expone su disposición abierta a articular una representación conla recta final de las junta, pero descartando modelos que agrupen conjuntamente a sectonegociaciones para nuestra res agrícolas e industriales. En modo alguno esta reflexión era teórica. Las organizaciones CNJA y CNAG junto con el aparato de la Confederaentrada en la CEE ción de Cámaras Agrarias habían ideado esta plataforma en la que también formaban parte sectoriales procedentes del sindicalismo vertical y sectores industriales. El CIA (Comité Interasociativo Agrario) movió los hilos para su reconocimiento en el COPA para después promover la integración de UPA, pero a través del CIA.

Herlipska fue el hombre más influyente en toda la gestión del COPA, aunque la organización tenía un presidente que era elegido por el Presídium por mandatos de dos años de duración. 22 Por UPA: Vicente Bernáldez, Juan Miguel Asperilla y Carlos Galán. Por el COPA: M.R. Butler, M.A. Herlipska y M. Sauchon. 21

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Y los hechos se suceden según lo previsto. El presidente del COPA comunica a UPA el 15 de julio la decisión de este organismo de aceptar como observador de la delegación española al CIA y que nuestra organización está invitada a pertenecer al COPA a través siempre de nuestra incorporación a dicho comité. COAG, por otra parte, ni es citada. Para cerrar el círculo, el 31 de julio, el presidente del CIA, José María Girald Forner, escribe a UPA invitándola a pertenecer al mismo. En estas delicadas circunstancias, UPA recaba el apoyo de UGT y del PSOE, indicando las repercusiones políticas de este movimiento y su indudable repercusión no solo en Bruselas, sino con vistas a las siguientes elecciones generales23. Tanto es así que el 10 de septiembre se constituye formalmente el CIA, asistiendo a continuación como único representante español a las reuniones de trabajo del COPA.

El 27 de mayo de 1985, Vicente Bernáldez, como secretario federal de UPA, solicita el ingreso en el COPA en una carta enviada a M.A. Herlipska, secretario general de la organización. Desde esta fecha al 12 de diciembre se suceden graves acontecimientos que concluyen en Bruselas con la entrada de UPA en el COPA

El asunto no era menor. Ni más ni menos que la representación en el organismo comunitario de los agricultores europeos y único interlocutor de las instituciones comunitarias. Forzar la representatividad en Bruselas creaba no solo un problema a las organizaciones progresistas, sino al propio Gobierno, al cambiarle su proyecto de democratización eliminando el papel representativo de las Cámaras Agrarias. Y se consiguió evitar el desastre. La Administración se hizo cargo de la cuota anual al COPA (40 millones de pesetas) y la Comisión Europea24, después de mostrarse contrariada por el método utilizado por el COPA, apoyó la fórmula nueva: no reconocimiento del CIA y entrada por separado de las organizaciones agrarias españolas CNAG, CNJA, UFADE y UPA. El 13 de diciembre de 1985, UPA es reconocida como organización española integrada en el COPA, junto a CNAG, CNJA y UFADE. Una fecha histórica en el devenir de la organización.

Informe de UPA de 27 de septiembre enviado a Manuel Simón, secretario confederal de Relaciones Internacionales de UGT, y a Manuel Chaves, de la Ejecutiva Federal del PSOE. 24 El jefe de la División de Relaciones no Institucionales de la Comisión, Pignot, se entrevistó en Madrid con las organizaciones agrarias durante el proceso de negociación con el COPA. 23

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COAG, con problemas internos sobre su adscripción comunitaria, decide pedir finalmente el ingreso en el COPA con el apoyo de UPA, pero con vetos alternativos del resto de organizaciones agrarias: primero CNJA y UFADE, y finalmente solo UFADE. El 12 de junio de 1986, también a instancias de UPA, se firma un documento por todas las organizaciones, excepto UFADE, donde en su apartado quinto se afirma como “necesaria e inaplazable la inmediata incorporación de COAG al COPA”. Y es este documento sobre el que se sustenta la decisión final del COPA para aceptar a COAG. Dada la tradicional competencia entre UPA y COAG, que afortunadamente en la actualidad se ha matizado mucho, es de reconocer el papel más que relevante de UPA por hacer posible que COAG fuera tratada con respeto por las instituciones europeas de representación agraria y por el resto de organizaciones agrarias españolas. A ello sin duda también ayudaron los cambios de dirigentes que tanto en CNAG como en CNJA se produjeron en esas fechas. La primera decisión vinculada a la integración de UPA en el COPA fue la elección de representantes a los comités consultivos europeos en los que los agricultores y los ganaderos, entre otros colectivos, eran escuchados por la Comisión Europea. UPA formó parte de los comités de cereales, arroz, azúcar, frutas y hortalizas, tabaco, vino, grasas, viveros y floricultura, miel, porcino, algodón, ovino y caprino, vacuno, huevos, piensos y carne de aves, lácteos, semillas y política de estructuras.

Dada la tradicional competencia entre UPA y COAG, que afortunadamente en la actualidad se ha Todas estas decisiones fueron ratificadas por el órgano federal de UPA, denomimatizado mucho, es de nado comité de coordinación, el 8 de enero de 1986. En aquel comité se produjo reconocer el papel más también una resolución que traería consecuencias internas en la preexistente que relevante de UPA tensión orgánica entre la estructura de UPA y FTT: “El comité de coordinación resuelve apoyar la medida concreta de proceder al alquiler de una sede separada por hacer posible que físicamente de la propia Federación de Trabajadores de la Tierra realizada por el COAG fuera tratada secretario federal en nombre del comité de dirección, e insta al comité para que con respeto por las realice las medidas oportunas para el pronto traslado a la misma”. instituciones europeas de representación Crisis y autonomía orgánica agraria y por el resto de Una sede propia era el comienzo de la separación orgánica y la tensión llegó organizaciones agrarias al Comité Federal de FTT del mismo mes, produciéndose la salida de Vicente españolas Bernáldez y su sustitución por Carlos Galán, responsable de Relaciones con la CEE y hermano del jefe de gabinete del ministro de Agricultura, Alberto Galán.

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Antonio Pérez, entonces secretario general de FTT, no supo ver la trascendencia de este hecho, pues era Bernáldez el depositario del esfuerzo pionero por crear y fortalecer una UPA que realmente aspirara a ser una organización representativa en el campo español. El reconocimiento de su trabajo al frente de UPA merece todo el respeto de la organización. Pero el “veneno comunitario” ya estaba inoculado y la acción sindical de la organización cada vez dependía más de la agenda comunitaria. Así se pasó de la negociación de precios a la negociación de los reglamentos comunitarios, de las organizaciones comunes de mercado al FEOGA-Garantía, al mecanismo de intercambios tan importante para el control de nuestras producciones continentales, a los periodos transitorios por sectores, a las medidas estructurales del FEOGA-Orientación, etc. Y también la política fiscal: la entrada en vigor del IVA mediante un régimen especial para la agricultura. Aspecto este último que permitiría a la organización obtener importantes modificaciones en procesos de concertación.

Enlazar las campañas agrícolas con la nueva legislación comunitaria supuso otro reto técnico-político que la organización tuvo que acometer

El acuerdo agrario hispano-comunitario representaba por sí mismo un curso acelerado de política comunitaria. Su desglose producto a producto y, sobre todo, sus consecuencias sobre nuestra agricultura y ganadería permitieron una especialización a marchas forzadas en UPA, cuyos resultados en líneas generales se pueden considerar exitosos25. Durante ese semestre se suceden las reuniones de contenido comunitario, no solo pensando en la formación de los dirigentes de la organización, sino sobre todo en la de los afiliados. El 26 de mayo se celebran con este objetivo unas jornadas sobre la integración española en la CEE con el título “Nuestro horizonte: Europa”, y se empieza a participar en los centros de formación europeos a través del CEPFAR (Centro Europeo para la Promoción y Formación en el Medio Agrícola y Rural)26. Enlazar las campañas agrícolas con la nueva legislación comunitaria supuso otro reto técnico-político que la organización tuvo que acometer. Había que determinar las ayudas nacionales que pasaban a comunitarias, las comunitarias que no existían en nuestra legislación, los precios comunitarios aplicables según el Tratado, con periodos de aproximación distintos por sectores, y todo ello con vistas

El 17 de junio, una reunión con el ministro Romero para analizar los artículos del Tratado dura más de cinco horas. 26 El primer seminario se celebra del 25 al 30 de junio en Minoprio (Italia). 25

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a explicarlo a los agricultores que demandaban información con avidez. La consecuencia más inmediata es que UPA reconoció la necesidad de dotarse de un buen gabinete técnico que ayudara en esta tarea ingente. Lamentablemente, la no resuelta adscripción en FTT y su consecuente repercusión económica imposibilitaron en ese momento la existencia de ese aparato técnico tan imprescindible27. Sin embargo, la estructura organizativa tuvo un importante impulso. A principios de 1986, UPA tenía presencia en el nuevo mapa autonómico, salvo en Cantabria, Asturias, Cataluña, La Rioja, País Vasco y parte de Aragón. La entrada en la CEE y la aparición de las nuevas competencias autonómicas hicieron que se celebrara también una Conferencia de Organización el 19 de abril de 1985. Sus conclusiones fundamentales fueron dos: 1. Organización interna basada en la configuración por sectores de producción con responsables sindicales apoyados por equipos de trabajo formados por técnicos y/o agricultores y ganaderos. 2. Externamente UPA defendería los intereses globales de la agricultura y ganadería españolas en el marco de apoyo a las políticas progresistas que contribuyan a la modernización de los sectores con rentas más bajas. Se crean nuevas denominaciones de los órganos políticos en un intento de diferenciación organizativa respecto a FTT. Así se crea el Comité de Dirección, asimilable a la Comisión Ejecutiva Federal, y el Comité de Coordinación, que hacía las veces de Comité Federal. Pero sin presupuesto propio, pues la escasa financiación pública procedía de programas finalistas, en su mayor parte cursos y charlas informativas que, por otra parte, fueron útiles en la necesaria información a los agricultores. Hasta noviembre de este año, las páginas de La Tierra no recogen estas modificaciones que se reflejarán finalmente en la mancheta editorial. Desaparece el director Ricardo Téllez, por problemas de salud, y es sustituido por un consejo de redacción en el que no se hace referencia a personas sino al Comité de Dirección de UPA, y, lo más importante, se incluye el logotipo de la organización después de año y medio de existencia de la revista. En cuanto a la política nacional, tres proyectos de ley, muy relevantes, culminaron el año 1985: Cámaras Agrarias, aguas y contratos agrarios. En todos los

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“Informe de gestión” enero de 1986, referido al año 1985.


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casos UPA elaboró sus alternativas, que fueron escuchadas por el Ministerio. A ello habría que añadir el Plan de Seguros Agrarios, que sería con el tiempo una legislación única en Europa.

Cámaras Agrarias y representatividad El texto del proyecto de Ley de Cámaras Agrarias, tan importante para el nuevo concepto de representatividad agraria, tuvo modificaciones importantes en el trámite parlamentario como consecuencia de una buena relación entre UPA y el Grupo Parlamentario Socialista. La desaparición de las Cámaras Agrarias locales y la extinción de la Confederación Nacional de Cámaras Agrarias (CONCA) fueron dos de las enmiendas que finalmente aparecieron en el texto definitivo como disposición final cuarta de la ley. Una ley cuyo trámite parlamentario enfrentó dos concepciones antagónicas sobre sindicalismo agrario: una, resistente al cambio, encabezada por la CONCA y protegida políticamente por las derechas, y otra promovida por el Gobierno con el apoyo de las organizaciones progresistas que, con una gran mayoría parlamentaria, obtuvo el respaldo necesario para sacar adelante la nueva legislación28. De este modo se pasó de un sistema obligatorio de pertenencia a la aplicación estricta de la Ley 19/1977, de 1 de abril, sobre regulación del derecho de asociación sindical, de órganos representativos a consultivos, de la obligación del pago de cuotas a la libertad de elección sindical; en definitiva, del sindicalismo vertical franquista29 al sindicalismo agrario europeo.

La desaparición de las Cámaras Agrarias locales y la extinción de la Confederación Nacional de Cámaras Agrarias (CONCA) fueron dos de las enmiendas que finalmente aparecieron en el texto definitivo como disposición final cuarta de la ley

Un cambio que visto en perspectiva ha proporcionado la necesaria modernización de las estructuras de representación en el campo español, pues la transición no fue capaz de avanzar significativamente en este campo. El Gobierno de UCD, mediante Real Decreto 1336/1977, de 2 de junio, transformó las Hermandades en Cámaras, pero sin que se vieran afectados su estatus jurídico ni sus órganos de representación. Las elecciones a Cámaras de 1978 no hicieron sino ha-

Ley 23/1986, de 24 de diciembre. BOE nº 312, de 30 de diciembre de 1986. Las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos son creadas en 1944 como corporaciones de derecho público, con adscripción y cuota obligatorias y con los recursos procedentes de lo incautado a las organizaciones del sector durante la guerra civil.

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cer más patente la estrecha relación entre la Administración conservadora y las nacientes siglas a la democracia, pero con fuertes raíces del sindicato vertical. La Ley 23/1986, de 24 de diciembre, sufriría modificaciones del Tribunal Constitucional (Sentencia 132/1989, de 18 de julio, en la que se establecía que las comunidades autónomas con competencias en materia de Cámaras Agrarias regularían el procedimiento, organización, coordinación, vigilancia y elaboración de los censos electorales, sistema de votación y escrutinio, atribuciones que según la ley de 1986 se mantenían en manos del Gobierno central. Del mismo modo, los temas referidos a elecciones también pasaban a las competencias de las comunidades autónomas). El hecho político evidente, con sus consecuencias políticas para el desarrollo sindical de UPA, es que la legislación dejó enteramente en manos de las comunidades autónomas la creación, fusión, extinción, calendario y fecha electoral de estas corporaciones, de modo que el languidecimiento de estas se convertiría en el fortalecimiento de las organizaciones agrarias, y en particular de las nacionales, cuando en octubre de 1991 se publica el Real Decreto 1520/1991, por el que se extingue la Confederación Nacional de Cámaras Agrarias y se transfiere el uso de su sede nacional a las organizaciones en aquel momento reconocidas: UPA, ASAJA y COAG. La dimensión comunitaria rellena toda la actividad sindical de la organización durante el año 1986; eso sí, con un nuevo responsable desde el mes de enero, Carlos Galán. El desarrollo de UPA es parejo a la conformación de los Consejos Agrarios Autonómicos, en particular donde la presencia de UPA ya era constatable. Uno de los primeros en formarse es el de Castilla-La Mancha, en el que nuestro representante fue José Domingo García, profesor UPA es parejo a de extensión agraria de Albacete, y posterior dirigente federal de la de los Consejos organización y provincial de UPA Albacete.

El desarrollo de la conformación Agrarios Autonómicos, en particular donde la presencia de UPA ya era constatable

Las comunidades se adaptaban a las competencias de agricultura, pero también a los numerosos fondos estructurales europeos que tanta importancia tuvieron en el desarrollo de infraestructuras de las regiones españolas.

Por otra parte, la incorporación de España a la CEE incluye también la representación de las organizaciones en el Comité Económico y Social (CES) europeo, cuya designación era y es competencia de los gobiernos nacionales. La

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designación de los representantes españoles30 se realiza en enero de este año y en representación de las cooperativas agrarias se nombra a Leopoldo Quevedo Rojo, agricultor de Burgos y afiliado a UPA. Como veremos más tarde, la representación en el CES europeo siempre ha estado en la controversia política entre Gobierno y organización, pues la decisión final correspondía al primero, teniendo o no en cuenta la opinión del sindicato. La representación en el COPA comienza su andadura con la participación en sus órganos de decisión, de entre los que destaca la celebración de una asamblea extraordinaria que tuvo lugar en Bruselas el 14 de marzo de 1986 en la que se vertieron fuertes críticas a la Comisión y al Consejo Europeo por la degradación de las rentas agrícolas: la política de control de excedentes se convirtió en una prioridad política para la CEE, con el consiguiente debilitamiento de la política de precios garantizados. La delegación española tuvo su mayor presencia en UPA, con la asistencia de diez representantes que pudieron escuchar por primera vez a sus dirigentes europeos y conocer a sus colegas de otras organizaciones agrarias del resto de países comunitarios. Una experiencia única en el sindicalismo agrario que adquiriría el carácter de normalidad con el paso del tiempo. Éramos socios comunitarios y ya formábamos parte de un proyecto común que sacaba a España y a su agricultura del tradicional aislamiento que tanto daño provocó a nuestro país en su desarrollo político y social.

La representación en el COPA comienza su andadura con la participación en sus órganos de decisión, de entre los que destaca la celebración de una asamblea extraordinaria que tuvo lugar en Bruselas el 14 de marzo de 1986 en la que se vertieron fuertes críticas a la Comisión y al Consejo Europeo por la degradación de las rentas agrícolas

Nuestra integración se realizaba, además, en un momento de profundos cambios en la PAC. El comisario de Agricultura Frans Andriessen formuló una propuesta de congelación de precios agrícolas para la campaña 1986/87, junto a dos importantes reformas en los sectores de cereales y vacuno, acuciados por un grave problema de excedentes31. El Consejo Europeo, admitiendo la necesidad de políticas de control de stocks, se negaba a aceptar el camino propuesto por la Comisión. El acuerdo final para la primera campaña agrícola de España en Europa fue que la Comisión consiguió sus objetivos generales de congelación de precios,

Los representantes agrarios, además de Leopoldo Quevedo, fueron Javier López de la Puerta, empresario agrícola andaluz y miembro de CNAG, y Pere Margalef, agricultor del Delta del Ebro y miembro de la Unió de Pagesos. 31 Frans Andriessen fue el principal inspirador del Libro Verde elaborado por la Comisión Europea, donde se contenían las principales líneas de actuación para reformar la PAC. 30

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con compensaciones a las ya entonces tradicionales “peticiones” nacionales y España obtuvo un 8% de subida media para nuestras producciones. El efecto monetario (cambio de ECUs a pesetas) y la aplicación del primer tramo de aproximación de precios, recogido en nuestro Tratado de Adhesión, fueron los dos factores fundamentales de nuestro crecimiento en precios garantizados. La política estructural, tan importante para la modernización de nuestras explotaciones, se desarrollaría durante este año a través de los reglamentos comunitarios relativos a la modernización de explotaciones agrarias, las ayudas para la comercialización e industrialización de productos agrarios y las líneas de apoyo para la constitución de organizaciones de productores. Además del importante bloque32 de las ayudas a zonas de montaña, con desventajas específicas y desfavorecidas. Pero no todo fueron buenas noticias en este año 1986, dos crisis sectoriales, patata y leche, provocaron movilizaciones de otras organizaciones a las que no concurrió UPA, y la liberalización de las importaciones agrarias para frenar la inflación desencadenó tensiones relevantes entre agricultura y economía. Esta última controversia aún hoy se mantiene viva, incluso con tasas de inflación muy moderadas, y sería a lo largo de la historia del sindicato una constante el reprochar los márgenes comerciales entre origen y destino y la necesidad de precios justos para el campo. Además, algunos países de la CEE establecían trabas a las exportaciones españolas al mercado interior comunitario, algunas veces con respaldo jurídico por el Tratado de Adhesión y otras, las más, mediante interpretaciones de letra pequeña de los reglamentos. Estos fueron los casos de los famosos Montantes Compensatorios de Adhesión, por los que pagábamos en frontera al exportar, y el Mecanismo Complementario de Intercambios, que nos obligaba a un certificado previo a la operación de exportación y al depósito de una fianza. En este contexto de aplicación práctica del primer año de país miembro comunitario es cuando volvemos a celebrar unas elecciones generales, que tendrían lugar el 22 de junio. UPA apoyó el programa electoral socialista, destacando lo que significaba de profundización y consolidación de los cambios iniciados en 1982, así como por

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Suplemento La Tierra nº 30-31.


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“los últimos logros del actual Gobierno, al excluir a los pequeños agricultores de la aplicación de la tasa de corresponsabilidad de cereales y por las recientes medidas estructurales referentes a zonas desfavorecidas”33. La portada de La Tierra del mes de julio de 1986 abría con “El campo votó progreso”, que pisaba una foto del cartel electoral del PSOE con Felipe González, acompañada por otra de Carlos Romero durante la campaña. La nueva victoria socialista por mayoría absoluta se atribuyó en gran medida al crecimiento del voto rural frente al de las grandes ciudades: “La constatación de datos de las dos últimas confrontaciones electorales señala una pérdida de votos en las grandes ciudades industriales y una elevación en pueblos y ciudades que por sus características demográficas pueden considerarse de carácter rural”34. UPA hizo suyo este resultado, pero la realidad no dejaba de contrastar la escasa implantación de la organización (algo menos de 3.000 afiliados) con el soporte social rural del PSOE, que absorbía una enorme representación institucional y que volvería a revalidar en las siguientes elecciones autonómicas y municipales. Esta dicotomía siempre estuvo presente en las reflexiones de la organización: una UPA incipiente con un PSOE potente llevaba a los dirigentes de aquel momento a pensar que no eran suficientemente ayudados. La verdad es que, aun siendo cierto, UPA no se desarrollaría hasta que solo deseó ser una organización profesional agraria donde la política organizativa fuese prioritaria y la acción sindical, una actuación coherente con las relaciones institucionales. Y es que el año en el que se produce el congreso del cambio en UPA, tiene unos meses precedentes de poca actividad sindical, pero llenos de controversias con el resto de organizaciones agrarias. La revista La Tierra, único órgano visible de comunicación de la organización, en su editorial de enero reclama nuevas organizaciones profesionales agrarias, después de criticar su actuación durante los once últimos años.

La portada de La Tierra del mes de julio de 1986 abría con “El campo votó progreso”, que pisaba una foto del cartel electoral del PSOE con Felipe González, acompañada por otra de Carlos Romero durante la campaña. La nueva victoria socialista por mayoría absoluta se atribuyó en gran medida al crecimiento del voto rural frente al de las grandes ciudades

Se les achacaba haber “preferido llorarle a la Administración, cuando surgen problemas, exprimiendo la información de sus técnicos, solicitando subvenciones para sobrevivir, esperando conocer las estrategias de los demás, dejándose influir por los voceros de otros intereses”.

La Tierra nº 28, editorial. La Tierra nº 29, editorial.

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El mes de febrero no sería distinto del anterior. “Los últimos montaraces” era el titular del editorial que atacaba a los sectores más conservadores del sindicalismo agrario: “Se autotitulan defensores de valores tradicionales y utilizan tantos peones como pueden para propagar su mensaje, aunque estos mensajeros apenas trascienden la caja de resonancia que abarca su propio eco, perdido en un desierto, en el que los últimos montaraces se empeñan en pervivir el cadáver histórico del campo de antes de ayer”. En el mes de abril volvíamos a la carga con críticas acerca del “resabio ideológico y reivindicativo” de las organizaciones agrarias, para acabar reclamando unas organizaciones convertidas en “grandes centrales de servicios”. Pero lo mejor estaba por llegar. Dos densos artículos publicados en los meses de mayo y julio, “Los Mesías del campo” y “Los otros Mesías del campo”, recogían duras críticas a la evolución histórica reciente del resto de las organizaciones. La posición de UPA era definida por “un carné de identidad transparente que, al menos en nuestro caso, no tiene matices. Somos agricultores y progresistas. Somos profesionales”35. Las consecuencias, como es lógico, no se hicieron esperar, y tanto los medios de comunicación como el resto de organizaciones ningunearon la incidencia real de la implantación de UPA y atribuyeron toda esa línea de ataque al Ministerio de Agricultura. Sin entrar en los motivos que llevaron a UPA a desatar esa espiral de enfrentamientos con el resto de organizaciones, sí puede desprenderse que no obtuvo beneficio alguno por ello. Por el contrario, se hallaba en una crisis interna de la que no era capaz de salir.

UGT reflexiona sobre UPA La Comisión Ejecutiva de FTT, en la que continuaba inscrita la Secretaría Federal de UPA, encontraba cualquier motivo para encender la polémica. En las reuniones ordinarias de febrero y marzo se critica a UPA por la falta de colaboración en las elecciones (de asalariados) e incluso hay un debate áspero sobre el lugar de celebración del V Congreso Federal de FTT, manejándose la Escuela de San

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La Tierra nº 38, editorial.


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Fernando en Madrid, la residencia de Guardamar de la CONCA y la Residencia de Tiempo Libre de Marbella, lugar este último en el que finalmente se realizó el congreso36. Esta situación no era ajena a la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, pues en esos meses se elabora un informe reservado, donde además participa algún miembro del PSOE, en el que se aborda la futura estructura de FTT y de UPA y se proponen personas para llevarlo a cabo. Este informe representa, desde mi opinión, la aportación teórica más clarividente de lo que sería el futuro de ambas organizaciones37. El informe contiene siete apartados, que comienzan por una descripción de la situación de la agricultura española, en la que después de resaltar sus características fundamentales en cuanto a la diversidad de producciones y cultivos, además de las fluctuaciones en las necesidades de trabajo, se adentra en la evolución de la población activa agraria. Y es La Comisión este el primer argumento para proponer cambios. Habría dos hechos constatables: 1. Un descenso continuado de la población asalariada con un porcentaje mayoritario de trabajadores eventuales y una cierta estabilización de las explotaciones familiares.

Ejecutiva de FTT, en la que continuaba inscrita la Secretaría Federal de UPA, encontraba cualquier motivo para encender la polémica

2. La existencia de un colectivo de trabajadores por cuenta propia en régimen familiar caracterizado por una escasa conciencia de clase, motivada por múltiples factores tanto políticos como estructurales. A ello habría que añadir que el entorno político no era precisamente halagüeño. Según el informe porque “el sector agrario todavía mantiene intacto todo el aparato franquista basado en el sindicato vertical, disfrazado posteriormente con nuevos organismos como las Cámaras Agrarias o determinados sindicatos sectoriales, que aún tienen un reconocimiento jurídico”. Con estos antecedentes sociopolíticos se analiza la evolución de la acción sindical de la FTT desde la celebración del IV Congreso Federal. El análisis no

Actas de la CEF de FTT del 9 de febrero y del 23 de marzo de 1987. El informe fue supervisado por Antón Saracíbar.

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puede ser más realista: “No se profundizó en esta idea (autonomía de UPA) y se quedó a medio camino en cuanto que los órganos de dirección y de control seguían siendo comunes. Posteriormente, la creación de nuevos sindicatos de agricultores (Unións Agrarias de Galicia) que se integraban directamente en UPA, la incorporación de colectivos de agricultores procedentes de COAG, así como la necesidad estatutaria de constituir FTT, aunque no hubiese trabajadores asalariados en la provincia correspondiente, previamente a la constitución de UPA, llevaron a que se agudizaran las contradicciones entre desarrollar una acción sindical autónoma para los agricultores y mantener una misma estructura orgánica para los dos colectivos”.

No se profundizó en esta idea (autonomía de UPA) y se quedó a medio camino en cuanto que los órganos de dirección y de control seguían siendo comunes

Y, efectivamente, estas contradicciones que ya han sido expuestas de manera cronológica, se agudizan cuando España entra en la CEE y las organizaciones sindicales se asocian a sus homólogas europeas. FTT se había asociado sin problema alguno a la Federación Europea de Sindicatos Agrícolas en la Comunidad (EFA), alcanzando incluso a tener una vicepresidencia, y UPA, con un proceso plagado de dificultades, también había sido aceptada como miembro del COPA.

En Europa era sencillamente incomprensible que ambas organizaciones tuvieran órganos de gobierno comunes, y así se fueron reiterando disfunciones que alcanzaban a los propios comités consultivos de la Comisión Europea en los que estábamos representados a ambos lados de la mesa. Las relaciones con las otras organizaciones agrarias eran un aspecto también relevante, sobre todo desde la perspectiva de nuestra representación europea en la que se nos veía, y reclamaba, una posición de país antes que una posición de organización. De este modo, aún cuando esa relación debía estar marcada por nuestra defensa de los intereses de los pequeños agricultores38, el informe señalaba la necesidad de “un cierto nivel de consenso con las demás organizaciones a la hora de defender los intereses del sector agrario en la Comunidad”. Esta afirmación suponía, en la práctica, una crítica a la adopción de políticas de confrontación que dejaban más en evidencia a UPA que al resto de organi-

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El XXXIV Congreso Confederal de UGT ya establecía las líneas de defensa sindical de los pequeños agricultores.


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zaciones, pues era constatable que nuestra organización “era y seguía siendo minoritaria”. La conclusión para modificar esta situación resultaba obvia: “Que UPA sea una organización fuerte y representativa para no abandonar los intereses de los pequeños agricultores..., y existan responsables que faciliten esta labor de comunicación necesaria con estas mismas organizaciones”. Respecto a las relaciones con COAG, se reiteraba en las conclusiones de la comisión mixta UGT-PSOE en las que recomendaba “una aproximación y convergencia para determinadas actuaciones de interés común”, aunque por primera vez se señala que “algunas de sus Uniones pueden integrarse en nuestra estructura y nuestro modelo sindical, que sí presenta claras diferencias respecto a COAG”. También se analizaban las relaciones con el Ministerio de Agricultura, y sus consideraciones eran igual de realistas y alejadas de cualquier dogmatismo. Se decía, “desde 1983, las relaciones tanto con la Administración como con el Gobierno pueden calificarse como de positivas globalmente. De esas relaciones se desprendió un mayor conocimiento de la información sobre distintos aspectos de la realidad y una mayor fluidez entre nuestras propuestas y las distintas políticas en materia agraria del Gobierno”.

En Europa era sencillamente incomprensible que ambas organizaciones tuvieran órganos de gobierno comunes, y así se fueron reiterando disfunciones que alcanzaban a los propios comités consultivos de la Comisión Europea en los que estábamos representados a ambos lados de la mesa

Pero no dejaba de señalar los déficits de aquella relación, cuando después de analizar el difícil equilibrio entre nuestras reivindicaciones y el apoyo al Gobierno se reconocía que “el nivel de reivindicación no ha sido suficiente, cosa que se debería corregir en un futuro”. De este modo, el informe se adentra en el apartado propositivo, recomendando cambios significativos para superar las contradicciones existentes hasta el momento: “Parece necesario que habiendo llegado a la conclusión de que la acción sindical para colectivos como el asalariado y el de agricultores es claramente distinta, haya consecuentemente una estructura sindical autónoma y orgánicamente diferenciada”, y añadía: “Esto significa un cambio radical en los estatutos actualmente vigentes dentro de la federación que conllevará la desvinculación orgánica de UPA en los órganos ejecutivos y de control de FTT”. La pregunta que a continuación surgía era ¿qué estatus debería tener, por tanto, UPA dentro de la confederación? Y ahí se plantearon varios modelos, incluido el

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de un estatus especial, semejante al de la Unión General de Cultivadores (UGC) en la confederación sindical italiana CISL. En todos los casos, “UPA nunca debería de desvincularse tanto directa como indirectamente de la Unión General de Trabajadores en tanto que la defensa de los intereses de clase de esta son perfectamente asumibles para el sector de rentas más bajas de los pequeños agricultores que defiende UPA”. Para la Comisión Ejecutiva de UPA se proponía una estructura homologable a las existentes en las organizaciones europeas, donde existía la figura del presidente y secretario general (Organización y Administración). En nuestro caso se añadirían las secretarías de Agricultura y Ganadería, la de Estructuras Agrarias y dos Secretarías Federales (una adscrita a Organización y otra a Estructuras). Y finalmente se señalaban compañeros, “que fueran los encargados de desarrollar el modelo que se escogiera”: Fernando Moraleda (Madrid), Juan Miguel Asperilla (Cáceres), Antonio García Tabernero (Salamanca), Roberto García (Galicia), Pedro Hernández (Canarias) y Francisco Jaramillo (Málaga). La realidad de lo que ocurriría en los siguientes meses e incluso años no distó mucho del conjunto de afirmaciones que se hicieron en este informe y de sus atinadas recomendaciones. Tampoco fue fácil, puesto que el estatus de UPA dentro de UGT se clarificó en 1990, tres años después de celebrado el congreso de la organización en septiembre de 1987. Hasta llegar a este congreso, que a efectos estatutarios es señalado como el primero, es preciso situar la evolución previa en FTT, pues fue el V Congreso39 de la federación el que inició el camino de la autonomía de UPA. El V Congreso Federal ordinario se celebra en Marbella durante los días 8, 9 y 10 de mayo de 1987. En la memoria de gestión de la Comisión Ejecutiva Federal se daba cuenta de las modificaciones que se habían experimentado en su seno a lo largo de los cuatro últimos años. Y no eran menores. De los dos secretarios federales elegidos en el IV Congreso, de UPA y SOA, ninguno continuaba. Tanto Vicente Bernáldez como José Manrique de Lara habían dimitido, al igual que el secretario de Organización, José Antonio Álvarez; el secretario de Administración, Silvestre Contreras, y el secretario de Cultivos Industria-

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Al V Congreso Federal asisten 29 delegaciones, representando 22.934 mandatos.


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les, Juan Miguel Asperilla. Una CEF muy debilitada que afrontaba un congreso lleno de retos para el futuro. Los problemas no se hicieron esperar. Después de que el congreso tuviera enormes dificultades para iniciar su andadura con la constitución de la mesa y el comienzo de los trabajos, y siempre con los invitados nacionales e internacionales en el pleno, Antón Saracíbar, presente en el mismo en representación de la CEC, decide después de la comida asumir la presidencia del congreso para desbloquear la situación. Y es Francisco Castañares fue así, de una forma atípica, como el V Congreso comienza y concluye con una nueva CEF y unas resoluciones de importancia elegido secretario general para UPA. de una Comisión Ejecutiva Francisco Castañares fue elegido secretario general de una Comisión Ejecutiva integrada exclusivamente por responsables de FTT. Los estatutos aprobados en ningún momento mencionaban a UPA, salvo en la disposición transitoria en la que se expresaba el camino a seguir: “El congreso mandata a la Comisión Ejecutiva Federal (FTT) para que en el plazo máximo de tres meses convoque un congreso de UPA con el fin de dotar a esta de los correspondientes órganos de dirección así como su reglamento de funcionamiento. El congreso deberá aprobar las alternativas en cuanto a política sindical se precisen para defender los intereses de los pequeños agricultores. El reglamento de funcionamiento deberá ser ratificado por el Comité Federal de FTT. La ratificación del Comité Federal supondrá, si procede, la modificación o añadidos a los estatutos de la Federación de Trabajadores de la Tierra”.

integrada exclusivamente por responsables de FTT. Los estatutos aprobados en ningún momento mencionaban a UPA, salvo en la disposición transitoria en la que se expresaba el camino a seguir: “El congreso mandata a la Comisión Ejecutiva Federal (FTT) para que en el plazo máximo de tres meses convoque un congreso de UPA”

Y, en coherencia con lo anterior, las resoluciones son específicamente de trabajadores asalariados, tales como subsidio de desempleo, Plan de Empleo Rural o reforma agraria.

El congreso del cambio La ejecutiva del 3 de junio que FTT celebra después de su congreso de Marbella, convoca el congreso de UPA, tal y como se le mandataba por la disposición

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transitoria. La fecha elegida fue el 4 y el 5 de septiembre del mismo año y el lugar, el salón de actos del Ministerio de Sanidad en el Paseo del Prado en Madrid, bajo el lema “Tu futuro y progreso en Europa”. Al congreso fueron convocadas todas las Uniones Provinciales que formaban parte de UPA, un total de 38 provincias, de las que se acreditaron 34 y no lo hicieron 4: Castellón, Valencia, Guadalajara y Palencia40. Se discutieron dos ponencias: “Organización y estatutos” y “Estrategia sindical”. Esta última, un documento de escaso contenido pues resultaba notable la prioridad del debate de estatutos, que condujo finalmente a su aprobación. No hubo discusiones relevantes y finalmente los acuerdos se adoptan por 29 compromisarios a favor, 1 en contra y 4 abstenciones41. La nueva Comisión Ejecutiva la formamos:

Al congreso fueron convocadas todas las Uniones Provinciales que formaban parte de UPA, un total de 38 provincias

Secretario General: Fernando Moraleda. Secretario de Organización: Juan Miguel Asperilla. Secretario de Administración: Roberto García. Secretario de Acción Sindical: Antonio Tudela. Secretario de Formación e Imagen: Francisco Jaramillo. Secretario Federal: Jesús Cabero. Secretario Federal: Ezequiel Saiz. Secretario Federal: José Domingo García. Secretario Federal: Jesús González. Juan Miguel Asperilla era la única persona en la ejecutiva que había tenido responsabilidades en anteriores ejecutivas de FTT y colaborado estrechamente con Vicente Bernáldez, además de dirigir los preparativos del congreso a través del Comité de Dirección de UPA, junto a otros cuatro compañeros. Era lógica su pretensión de ser el secretario general en la nueva etapa, pero fue desaconsejada

Almería, Granada, Málaga, Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Huelva, Gran Canaria, Tenerife, Murcia, Castellón, Valencia, Alicante, Cáceres, Badajoz, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Albacete, Soria, Palencia, La Rioja, Huesca, Zaragoza, Teruel, A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Zamora, Salamanca, Valladolid, Ávila, Segovia y Burgos. 41 Hay que hacer notar que la participación en este I Congreso se realiza a través de compromisarios (provincias), que a su vez las integraban 4 delegados por cada una de ellas. 40

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por Antón Saracíbar, que finalmente propuso mi nombre para desempeñar las tareas de secretario general. Era mi reencuentro con la organización, ya que desde enero de ese mismo año me encontraba trabajando en la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, siendo consejero José María Barreda, quien me había pedido colaborar en programas de juventud. El resto de miembros de la ejecutiva había estado y estaba vinculado con las tareas de la organización en los territorios. Roberto García, aunque hasta el 4 de marzo de 1988 no sería elegido como secretario general de Unións Agrarias, ya era el referente nacional de Galicia. Antonio Tudela, procedente de la reconversión de SEAT en Barcelona y miembro destacado de su sección sindical en UGT, estaba al frente de una granja de conejos en Jaén. Francisco Jaramillo había sido impulsor de UPA en Málaga, Jesús Cavero en Zaragoza y José Domingo García en Albacete y posteriormente en Castilla-La Mancha. Ezequiel Sainz y Jesús-González Amaliach42, de Burgos y Cantabria, aunque no tenían vinculación con UPA sí eran profesionales del sector de cereales y lácteo, respectivamente. Los estatutos, después de ser supervisados por la Secretaría de Organización de UGT, se depositaron en el Ministerio de Trabajo el 29 de septiembre de 1987.

“La Unión de Pequeños Agricultores, es una Organización Profesional Agraria, autónoma e independiente de los partidos políticos y del Estado, se rige únicamente por la voluntad de sus afiliados y está integrada orgánicamente en la Unión General de Trabajadores, a través de FTT“

Su contenido revela el avance que supone el primer congreso de UPA. El artículo 1 recoge el nuevo estatus orgánico: “La Unión de Pequeños Agricultores, en adelante UPA, es una Organización Profesional Agraria, autónoma e independiente de los partidos políticos y del Estado, se rige únicamente por la voluntad de sus afiliados y está integrada orgánicamente en la Unión General de Trabajadores a través de FTT, dentro de la cual tiene plena autonomía económica y organizativa para desarrollar su acción sindical con arreglo exclusivamente a los acuerdos de sus congresos y de sus órganos de dirección”. El artículo 2, su ubicación internacional: “UPA estará asociada y/o integrada en todas aquellas organizaciones internacionales afines a sus principios”, y el artículo 3, sus integrantes: a) Los agricultores, ganaderos o forestales que trabajen por cuenta propia. b) Los arrendatarios y aparceros cuya actividad principal sea de carácter agrario.

González-Amaliach pertenecía al Sindicato Democrático de Ganaderos Montañeses, además de ser secretario general de la Asociación Regional Frisona de Cantabria.

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c) Las cooperativas agrarias, sociedades agrarias de transformación o cualquier otra figura asociativa que democráticamente decidan pertenecer, y que la actividad principal esté relacionada con el sector agrario. d) Los técnicos agrarios y titulados que, ejerciendo su profesión en la agricultura y ganadería, decidan pertenecer a UPA. El contenido restante, hasta completar los 33 artículos, una disposición adicional y una disposición final, dotaba a la organización de todas las estructuras que cualquier Federación de Industria de UGT disponía para su funcionamiento democrático: Comisión Ejecutiva Federal, Comité Federal, Comisión Revisora de Cuentas y Comisión de Conflictos, y, sobre todo, un carné de afiliación y una cuota por afiliado (art. 28). En definitiva se avanzaba en la separación económica y de acción sindical de FTT, pero aún se mantenía la dependencia orgánica. De hecho, el 16 de enero de 1988, el Comité Federal de FTT tuvo que aprobar (por unanimidad) los estatutos y resoluciones del congreso de UPA. Sin embargo, el avance producido era irreversible, pues se concretaba en tres En definitiva se avanzaba en decisiones estructurales: presupuesto y estado contable propio, la separación económica y de carnés y sistema de cotización específicos, y organización y toma acción sindical de FTT, pero aún de decisiones autónomas.

se mantenía la dependencia orgánica

La total desvinculación debía de realizarse, como finalmente se hizo, en un congreso confederal en el que se dotara a UPA del nuevo estatus jurídico dentro de UGT.

De los resultados del congreso se hicieron eco varios medios de comunicación, resaltando en titulares la victoria de la línea independentista respecto a la política oficial del Gobierno43. En su contenido resaltaban tanto la independencia lograda de las estructuras de FTT como de la supuesta dependencia de la política llevada a cabo por el Ministerio de Agricultura. En una entrevista de La Tierra44, la primera que se realizaba al secretario general de UPA desde su nacimiento en 1984, quise dejar clara la opinión del sindicato al respecto: “Yo creo que es una dialéctica falsa, porque UPA ha tenido una

Cinco Días: “La línea independentista ganó el congreso de la UPA”. Ya: “La UPA celebra su congreso de emancipación”. 44 La Tierra nº 44. 43

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situación de debilidad tan importante que cualquier crítica de ese tipo tenía eco. Ese no puede ser el concepto que defina a UPA en esta nueva etapa. UPA, en tanto que parte de UGT, va a mantener sus relaciones con el Ministerio de Agricultura circunscritas a las relaciones que mantenga UGT con el Gobierno”. De esta manera se iniciaba una política de independencia comprometida con valores progresistas, pero sin dejar de ser realista, pues era el desarrollo organizativo del sindicato lo que le proporcionaría el necesario respeto a sus decisiones: “Si no tenemos a corto o medio plazo una organización vertebrada en todas las zonas del país, difícilmente vamos a poder acometer el resto de los compromisos”. Y era evidente que nuestra estructura organizativa adolecía de una representatividad muy desigual en el territorio, debida en parte a las crisis internas de FTT que importó UPA y en parte al escaso tiempo disponible para crear una estructura nueva en la historia centenaria de UGT. El primer documento sobre afiliación que la organización usa para normalizar las cotizaciones ante el Servicio Confederal Administrativo de UGT45 refleja claramente el estado organizativo. A principios de 1988, UPA tenía 5.176 afiliados, de los cuales 2.632 eran de Galicia (Unións Agrarias), 830 de Cáceres, 470 de Albacete, 402 de Cuenca, 297 de Ciudad Real, 151 de Málaga, 111 de Alicante, 78 de Badajoz, 60 de Valladolid, 54 de Huesca, 39 de Zaragoza, 31 de Murcia, 29 de La Rioja y 23 de Jaén. El resto de provincias, hasta completar las 34 acreditadas en el congreso, disponía de una débil estructura organizativa que no permitía certificar el número real de afiliación. Los últimos meses de 1987 fueron un tiempo de reformas estructurales. Se creó el logotipo que actualmente conocemos de UPA, obra del diseñador de la imagen institucional de Castilla-La Mancha, se modificó la carátula y el contenido de La Tierra, pasando a ser el órgano de difusión de la acción sindical, se registró un número patronal propio y un número de identificación fiscal, se elaboró un presupuesto propio y se comenzó a participar, como observador, en todos los órganos de control y gestión de UGT (Comité Confederal y Consejos Confederales). Un comienzo de viejas aspiraciones satisfechas que no hubiera sido posible sin el apoyo económico de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT. La Secretaría de Administración de UGT, representada por Paulino Barrabés, un líder histórico

Organismo encargado de recabar y administrar las cotizaciones de los afiliados de UGT.

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del exilio en Francia, fue determinante en los primeros pasos de autonomía de UPA. Cuando estaba finalizando estas páginas, en octubre de 2012, se produjo el fallecimiento de Paulino, en cuya capilla ardiente le rendimos un merecido homenaje tanto los jóvenes a quienes educó en el sindicalismo como el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. UGT Confederal se hizo cargo de la financiación de la nueva CEF de UPA, liberando a cuatro de sus miembros y los gastos de desplazamiento de los mismos por desempeño de sus tareas sindicales, ingresó un millón de pesetas para abordar los primeros gastos corrientes y estableció una cuenta de enlace entre ambos organismos a efecto de seguimiento contable de las finanzas de la organización. La estructura federal se completó con La ayudas públicas del Ministerio la contratación de una auxiliar administrativo, con conocimiento de Agricultura permitieron, de la lengua francesa, Pilar Montanel; una persona de apoyo a la junto a la ayuda estable de CEF, Carlos Juanes, que ya venía realizando esa labor sin regulaUGT, comenzar a andar para rizar, y más tarde, un ingeniero agrónomo, José Manuel Delgado, pues Pablo Gómez, que desempeñaba esa función, fue contrataabordar las principales tareas del do como asesor en el gabinete del ministro unos meses antes del sindicato congreso de septiembre. Tanto Pilar como José Manuel continúan desempeñando eficazmente su trabajo en la organización, teniendo el privilegio de haber sido pioneros de sus primeros pasos. Lamentablemente, Carlos Juanes, un hombre joven de Zamora muy querido en UPA, falleció con 27 años en un accidente de tráfico, cuando realizaba su trabajo como coordinador en Castilla y León. La ayudas públicas del Ministerio de Agricultura, a través del IRA, aunque destinadas a programas finalistas que impedían un uso distinto al concedido, como era la aportación inexcusable al COPA (13 millones de pesetas anuales), permitieron, junto a la ayuda estable de UGT, comenzar a andar para abordar las principales tareas del sindicato. La relación con el resto de organizaciones era otro aspecto que debía normalizarse, pues los últimos meses, como ya hemos explicado, era más noticia el enfrentamiento entre organizaciones agrarias que sus pronunciamientos sobre problemas agrarios. Aquí también se delimitó una senda en la que la lógica competencia sindical no fuera sustituida por una confrontación sistemática: “En cuanto a la relación con el resto de organizaciones va a ser cordial. Nosotros no vamos a abrir un frente del insulto ni de la calumnia. Lo que nos va a diferenciar es nuestro propio trabajo y nuestras discrepancias (estarán) dentro de los cauces normales de comunicación entre personas, entre dirigentes y entre

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organizaciones”. “Con las organizaciones que defienden como nosotros a la explotación familiar, es bueno que mantengamos unas relaciones más estrechas”. Y finalmente el diseño de la estrategia sindical a seguir durante el mandato congresual, concretado en tres objetivos básicos46: 1. Crecimiento y desarrollo organizativo. 2. Sectorialización y política de concertación con las Administraciones Públicas. 3. Intensificación en las relaciones con la Comunidad Económica Europea a través del COPA. El desarrollo organizativo, se afirmaba en el “Informe de gestión” de la CEF, “sigue siendo la columna vertebral de cualquier organización porque sin base social en UPA no pueden defenderse los intereses de los más desprotegidos, los intereses de la explotación familiar “El auténtico agraria”. En cuanto a los antecedentes del “mapa sindical” y los acontecimientos que le sucedieron y que han sido relatados anteriormente, la organización no se puso condicionante alguno: “Esta política de expansión organizativa no va a tener, a priori, limitaciones provinciales ni regionales; UPA no puede ni debe renunciar a implantarse en todo el Estado por ser este un mandato del congreso...”.

papel de UPA en las relaciones institucionales está todavía por desarrollar, ya que no podemos tener una presencia adecuada en las instituciones hasta no haber conseguido un avance significativo en los trabajos de expansión de la organización”

Las relaciones con la Administración se analizaban más desde la óptica de adopción de compromisos propios: “El auténtico papel de UPA en las relaciones institucionales está todavía por desarrollar, ya que no podemos tener una presencia adecuada en las instituciones hasta no haber conseguido un avance significativo en los trabajos de expansión de la organización y en la consecuente sectorialización de la misma”.

Y finalmente nuestro compromiso estratégico de reforzar nuestra presencia en el COPA y en las instituciones comunitarias: “Este trabajo es particularmente complejo tanto por la trama de intereses que rodean las decisiones comunitarias como por la escasa presencia de organizaciones agrarias europeas que defienden a la explotación familiar”.

“Informe de gestión”. I Comité Federal Ordinario. 16 de abril de 1988.

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Para reforzar este impulso se modificaron los responsables de seis de los ocho Comités Consultivos en los que tenía representación UPA47, además de potenciar un frente mediterráneo dentro del COPA.

La primera comparecencia electoral: los Consejos Reguladores En los primeros meses de 1988, la organización tuvo que afrontar una delicada decisión. La inminente convocatoria de elecciones a Consejos Reguladores, órganos de control y vigilancia de las producciones amparadas por una denominación de origen, nos ponía ante el primer reto real de representatividad dentro del sector.

En los primeros meses de 1988, la organización tuvo que afrontar una delicada decisión. La inminente convocatoria de elecciones a Consejos Reguladores, órganos de control y vigilancia de las producciones amparadas por una denominación de origen, nos ponía ante el primer reto real de representatividad dentro del sector

Nuestra estructura organizativa, como ya hemos mencionado, era aún débil y un compromiso electoral de esta naturaleza exigía no solo presencia en el territorio, sino dotaciones económicas de las que inicialmente no disponíamos. La orden ministerial, que publicó el BOE el 31 de diciembre de 1987, por la que se especificaba la distribución de vocales en los Consejos Reguladores, fue una norma que trajo numerosas controversias, dada la diversidad de agentes afectados por las competencias de los consejos, productores incluidos o no en cooperativas, industriales, etc. Este conjunto de circunstancias no fue óbice para que UPA afrontara el compromiso de presentarse, con el riesgo que deparaba esta decisión para el futuro de la organización.

“Tu esfuerzo merece los mejores frutos” fue el eslogan que utilizó UPA para presentarse a estas elecciones mediante la edición de carteles que aludían a las producciones objeto de la denominación de origen. Esta modesta campaña, que fue financiada por UGT, encontró pronto resultados más que satisfactorios. En La Rioja, con los antecedentes de la creación de una comisión gestora de UPA solo cuatro meses antes, se obtenían 1.011 votos en el conjunto de las tres demarcaciones (Rioja Alta, Baja y Alavesa), aunque el sistema zonal y no proporcional hizo que solo obtuviéramos un vocal de la Rioja

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Vacuno: Jesús González-Amaliach (Cantabria); Aceite: Manuel García (Jaén); Leche: José Iglesias (Galicia); Vino: Joaquín Honrubia (Albacete); Tabaco: Modesto Durán (Cáceres), y Algodón: Francisco Ferrera (Sevilla).


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Baja. No obstante, una organización tan joven como la nuestra en esa demarcación obtuvo el mayor respaldo nominal de agricultores del conjunto de las candidaturas presentadas, concretamente el 43% del total. No sería un hecho circunstancial. El 28 de junio de 1988 celebrábamos una rueda de prensa para presentar los resultados obtenidos en 22 consejos de denominación de origen en los que se encuadraban alrededor de 90.000 agricultores en cerca de 700 municipios de la geografía española y en regiones tan importantes como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Murcia, Aragón, La Rioja y Galicia. UPA obtuvo 10 vocales y 3.130 votos repartidos en los tres censos (cooperativas, organizaciones agrarias e industrias), lo que supuso sobre el total el 30,9%48. Relevante fue también, por su confirmación posterior en el tiempo, la alianza electoral de las organizaciones CNJA y CNAG. No cabe duda que estos resultados, y sobre todo su conocimiento público, fueron uno de los factores que más ayudó en la autoestima que toda organización necesita cuando emprende sus trabajos y estos se ven reflejados en el respaldo social del colectivo al que te diriges.

El ministro alemán Ignaz Kiechle propuso el conocido barbecho voluntario o set-aside, mediante el cual un agricultor podría abandonar hasta el 20% de la superficie de su explotación durante un periodo de cinco años, obteniendo por ello una compensación económica

Comienzan las reformas europeas Desde el verano de 1987, coincidiendo con la celebración del I Congreso de UPA, los ministros de Agricultura de la CEE venían discutiendo un importante bloque de reformas de la PAC. Después de un sonoro fracaso en Copenhague, donde la presidencia danesa no consiguió un documento de consenso, la presidencia alemana en el primer mes de 1988 alcanzó el acuerdo conocido como el de los “estabilizadores presupuestarios”, cuyo objetivo básico era endurecer la normativa de intervención en la mayoría de los mercados agrícolas. Para ello se limitaron las producciones con techos y se establecieron penalizaciones al sobrepasamiento de estas cantidades máximas garantizadas. El ministro alemán, Ignaz Kiechle, a fin de acolchar los efectos que estas medidas tendrían en las rentas, propuso el conocido barbecho voluntario o set-aside, mediante el cual un agricultor podría abandonar hasta el 20% de la superficie

La prensa recogió ampliamente esta rueda de prensa con titulares como: “UPA encabeza las elecciones a Consejos Reguladores”, El País; “UPA obtiene el 30,9% de los votos en los Consejos Reguladores”, Expansión; o “La UPA afirma que es la organización más votada“, Cinco Días.

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de su explotación durante un periodo de cinco años, obteniendo por ello una compensación económica. Francia y España obtuvieron el denominado barbecho verde y barbecho marrón, mediante los cuales podía utilizarse la superficie abandonada para pastos o bien para leguminosas de consumo humano. El abandono de tierras, como palanca de control de excedentes, fue criticado con rotundidad por UPA: “En el plano social, UPA comparte la opinión del CES sobre el riesgo de que ciertas zonas con vocación abiertamente rural vean reducir su actividad económica hasta su total eliminación, poniendo en peligro el equilibrio socioeconómico de poblaciones enteras”. Sin solución de continuidad, la Comisión Europea planteó, inmediatamente después de la reforma, la nueva propuesta de precios agrarios y medidas conexas para la campaña 1988/89, basada en la congelación de los mismos. El clima general que la recibía era de unánime rechazo. Por supuesto el COPA, pero también el CES comunitario y el Parlamento Europeo expresaron fuertes críticas al texto. UPA incidió en esta misma línea cuando denunció el escaso avance en los programas de ayudas directas a las rentas o a la jubilación anticipada, y alertaba: “De seguir por ese camino, se consolidará una sociedad agraria dual, donde exista un pequeño número de grandes explotaciones con economía de escala, perceptores de los beneficios reales de la PAC y el gran grueso de pequeñas y medianas explotaciones con un nivel precario de renta. Por añadido, en la Comunidad de los Doce iríamos hacia la consolidación de las actuales diferencias entre los países con elevada renta agraria y los países meridionales, donde la renta de los agricultores es más baja, además de ir unida al menor desarrollo económico de la sociedad rural en las regiones más desfavorecidas”49. Hacía escasamente dos años de nuestra entrada en la CEE y la organización, como vemos, incorporaba crecientemente argumentos de instituciones comunitarias en el proceso de reformas emprendido por la Comisión y el Consejo de Ministros europeo.

Los primeros resultados de la acción sindical La evolución de nuestra política interna también empezaba a ofrecer resultados concretos, sobre todo en el ámbito interprofesional. Tres acuerdos sectoriales

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son representativos de estos trabajos: el acuerdo interprofesional remolachero, el lácteo y el convenio de Ribeiro. El Acuerdo Marco Interprofesional para la remolacha azucarera, con ámbito nacional, para las campañas 1987/88 y 1988/89, fue suscrito por todas las organizaciones agrarias y empresas azucareras, participando en las negociaciones Leoncio Illera, quien supo darle a la organización rigor y respeto en sus planteamientos. El convenio homologado para la compraventa de uva de vinificación en la comarca orensana de Ribeiro fue negociado por la Asociación Patronal de Viticultores y Unións Agrarias, suponiendo un acuerdo histórico en forma de contrato tipo que garantizaba unos precios mínimos al productor durante un periodo de cuatro años. El Acuerdo Interprofesional para la comercialización de la leche de vaca entre el sector industrial, los representantes de las cooperativas y las organizaciones agrarias se firma la madrugada del 30 de marzo, después de intensas negociaciones en las que el FORPPA50 tuvo un papel relevante. La firma suponía la puesta en funcionamiento de pagos por calidades, la apertura de laboratorios interprofesionales y la desaparición de CILE (Confederación Interprofesional Lechera Española) en la que UPA no formaba parte desde su constitución.

La evolución de nuestra política interna también empezaba a ofrecer resultados concretos. Tres acuerdos sectoriales son representativos de estos trabajos: el acuerdo interprofesional remolachero, el lácteo y el convenio de Ribeiro

Conseguíamos además acuerdos con el FORPPA en pequeños sectores, pero con una gran repercusión organizativa. Tal fue el caso de una intervención en el mercado de lentejas, mediante una ayuda de retirada de mercancía con destino a pienso. La campaña de información que desarrollaron las organizaciones provinciales de UPA en Albacete y Cuenca, junto al establecimiento de un aval con una entidad financiera, logró un número relevante de afiliados a la organización. Además, a raíz de esta actuación, el SENPA ofreció a productores individuales o asociados el arrendamiento de servicio de almacenamiento en silos y almacenes de su propiedad51, para facilitar la comercialización directa de productos agrarios y evitar perturbaciones en el normal desarrollo del mercado. En este contexto de acuerdos parciales, pero muy importantes en la legitimación de nuestra actividad sindical, el Ministerio de Agricultura, a las puertas de

El presidente del FORPPA era Vicente Albero y Fernando Méndez, director general de Industrias Agrarias y Alimentarias, habiendo sido este último miembro de la CEC de UGT. 51 Resolución del SENPA de 30 de mayo de 1989. 50

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ocupar España la presidencia de turno de la CEE y ante la demanda creciente de la apertura de una concertación con las organizaciones agrarias, abre un proceso de discusión con la presentación del Plan de Producciones a Medio Plazo para intentar definir una estrategia común a medio plazo dentro de la Comunidad Europea. Las reuniones comenzaron en el mes de junio de 1988 y se desarrollaron durante varios meses. Un documento prolijo, en el que se recogía la situación de cada sector desde antes de la entrada en la Comunidad, su evolución –adaptación– en los dos años y medio de pertenencia y sus perspectivas de futuro, sobre todo a partir de la introducción de los estabilizadores presupuestarios. La opinión de UPA se resumía en cuatro puntos52: 1. Se valora positivamente la iniciativa de concertar con los agentes sociales la política a seguir en materia de producciones a medio plazo. 2. Una negociación de producciones a medio plazo conlleva también un análisis de la estructura de producción de cada sector, siendo por tanto imprescindible entrar en política estructural y de rentas. 3. Es necesario, asimismo, ampliar la negociación a sectores de producción no sujetos a OCM. 4. Expresar la voluntad de concertar medidas concretas y tangibles para los pequeños agricultores y ganaderos. La apertura a nuevas materias en la concertación tuvo también prioridad en las propuestas de la organización: • Elaboración de un informe social de la agricultura. • Desarrollo de los reglamentos comunitarios de set-aside, ayuda directa a la renta y jubilación anticipada. • Desarrollo de la Ley de Contratos Agrarios. • Formación profesional y política de investigación. • Empresa pública. • Desarrollo del espacio rural.

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En definitiva, el Ministerio realizaba un importante esfuerzo técnico de recopilación y sistematización de todos los sectores sujetos a regulación comunitaria, y las partes intervinientes –organizaciones agrarias, cooperativas e industrias–, un esfuerzo propositivo sin parangón hasta ese momento.

El entorno en el que nos movíamos era ciclotímico. Períodos de grandes expectativas de acuerdos con otros de inexistencia de relaciones

Para UPA, este proceso tuvo una repercusión interna de enorme valor de futuro. Supuso la sectorialización completa del sindicato que hasta entonces era insuficiente y un esfuerzo técnico del que sobresale la gestión de José Manuel Delgado. El resultado final, un documento de 140 folios y más de 200 propuestas, en cuya elaboración participó el conjunto de la organización y que fue presentado a mediados de septiembre de 1988.

Sin embargo, este enorme esfuerzo solo tuvo recompensas parciales. “La inexistencia de un marco de relaciones institucionales estable entre organizaciones y Administración ocasiona en muchos casos un clima de tensión gratuito cuando no reacciones desproporcionadas en algunas organizaciones”53. Y así era el entorno en que nos movíamos: ciclotímico. Periodos de grandes expectativas de acuerdos con otros de inexistencia de relaciones, en un escenario que se retroalimentaba por las actuaciones de unos y de otros.

La huelga general de 1988 El papel del PSOE en estas nuevas circunstancias era de total dependencia de la acción de gobierno54. Las relaciones de este último con UGT sufrían de un periodo de enorme tensión que conduciría a la convocatoria de una huelga general el 14 de diciembre. Y esta convocatoria tuvo su epicentro en una grave crisis dentro de FTT, por la negativa a secundarla de su secretario general, Francisco Castañares. La creación de una comisión gestora encabezada por Pedro Cortés y la expulsión del sindicato de Castañares y otros miembros de la CEF, se producía con UPA sindical y económicamente autónoma, pero orgánicamente aún dentro de FTT.

“Informe de gestión”. II Comité Federal Ordinario. 1 de marzo de 1989. “Se gobierna desde Moncloa”, fue una de las expresiones más representativas realizadas por Felipe González.

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Fue, por tanto, uno de los momentos más delicados de cuya gestión podría depender el futuro de la organización. La decisión de la CEF fue clara. Respetar las resoluciones del V Comité Confederal de UGT55 y manifestar que “los pequeños y medianos agricultores también vienen sufriendo determinados aspectos de la actual política económica y social”. La orientación recogía dos aspectos que fueron tratados en profundidad por la CEF de aquel momento: respeto y lealtad con las decisiones de UGT y crítica más dirigida a la política económica que a la agraria, pues esta ya tenía importantes cesiones de competencia en la PAC por nuestra pertenencia a Europa56. Los dos temas que se escogieron para justificar nuestra posición fueron la acción especulativa en los márgenes comerciales de la distribución agroalimentaria y la presencia de capital foráneo de carácter multinacional en el tejido agroindustrial y de la distribución en España.

“IPC-Alimentación: El enriquecimiento de los especuladores” era el título del estudio que se presentó públicamente el 30 de noviembre de 1988, en el que se denunciaba los intolerables márgenes comerciales entre origen y destino de la cadena alimentaria

“IPC-Alimentación: El enriquecimiento de los especuladores” era el título del estudio que se presentó públicamente el 30 de noviembre de 1988, en el que se denunciaba los intolerables márgenes comerciales entre origen y destino de la cadena alimentaria, que en algunos casos concretos como en limones alcanzaba el 497,8%. Junto a ello, el desacoplamiento injustificado entre el IPC de productos de alimentación (+4,5%) y los precios percibidos por los productores en el mismo periodo (-0,4%) ponía de manifiesto “la existencia de una clase económica de élite cuyos ingresos es muy probable que no sean oportunamente declarados a la Hacienda Pública”57. Hay que reconocer el carácter pionero en el sindicalismo agrario de esta reivindicación, que aún hoy en día mantiene una parte sustancial de los argumentos que entonces se daban. La otra palanca en la que nos apoyamos en el previo al 14 de diciembre fue la pérdida de protagonismo de la empresa pública a favor de una acelerada presencia de capital extranjero en sectores vitales de la agroalimentación. “Por tan-

Comité en el que se produce la convocatoria de huelga general. La Tierra nº 56, editorial. 57 “Informe de gestión”. II Comité Federal Ordinario. 1 de marzo de 1989. 55 56

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to, ante la perspectiva del Mercado Unico Europeo de 1993, nos hemos reafirmado, junto al movimiento cooperativo, en reclamar una presencia más activa del sector público en el tejido agroindustrial de nuestro país”58. Desde la organización, pese al dramatismo con que se vivieron estos acontecimientos, se pretendió dar un carácter de normalidad democrática a la celebración de la huelga: “El problema de fondo que se ha creado en las relaciones entre UGT, PSOE y Gobierno, no debe disfrazarse bajo consignas o latiguillos que dificulten el análisis sereno y mesurado que requiere la situación, que no es otro que la mera adaptación del sindicato a las necesidades y demandas del colectivo social que defiende, mediante un compromiso inalterable para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y de los colectivos desfavorecidos”59.

El resultado de la huelga general fue un éxito rotundo; creció desde los trabajadores a los ciudadanos, hasta convertirse en una jornada histórica para el sindicalismo

El resultado de la huelga general fue un éxito rotundo; creció desde los trabajadores a los ciudadanos, hasta convertirse en una jornada histórica para el sindicalismo. Las consecuencias no solo fueron coyunturales respecto a la política económica que se criticaba, sino también estructurales. La legitimidad de UGT se acrecentó, pero con un cambio de modelo en las relaciones partido-sindicato que hasta ese momento se habían mantenido con más o menos dificultades. Las repercusiones más inmediatas de este cambio se manifestaron cuando UGT no apoyó al PSOE en las elecciones europeas celebradas en junio de 1989, ni en las generales de octubre de ese año, y por su parte, el PSOE eliminó en 1990 la obligatoriedad de afiliación a UGT que imponían desde 1978 los estatutos. Para UPA esta misma lógica tenía sus matices, que no eran otros que tener los pies sobre la tierra: “No debemos cometer el error de sobredimensionar el éxito del paro, y ver en el mismo la solución a los problemas de carácter organizativo que una organización como UPA todavía tiene. Nuestra consolidación, insisto, dependerá más del trabajo sistemático y responsable que realicemos junto a los pequeños y medianos agricultores, pegados a su problemática y siempre atendiendo sus reivindicaciones básicas”60.

Ídem. Ídem. 60 Ídem. 58 59

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Este escenario del que ya formábamos parte era acompañado por cambios que se entremezclaban con una nueva realidad. Después de que se creara el Grupo Agrario Socialista y se disolviera la comisión mixta UGT-PSOE, la implantación de UPA hacía ya tiempo que no se constreñía a fronteras provinciales o regionales. Sin embargo, el mapa sindical de organizaciones agrarias y cooperativas se movía

Se mueve el mapa sindical Este escenario del que ya formábamos parte era acompañado por cambios que se entremezclaban con una nueva realidad. Después de que se creara el Grupo Agrario Socialista y se disolviera la comisión mixta UGT-PSOE, la implantación de UPA hacía ya tiempo que no se constreñía a fronteras provinciales o regionales. Sin embargo, el mapa sindical de organizaciones agrarias y cooperativas se movía. Con el antecedente de los Consejos Reguladores de denominación de origen, CNAG y CNJA avanzaron primero en el proceso de fusión de ambas61, para después, junto con UFADE, crear la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) que se vincularía orgánicamente con la CEOE. Su ideario era la unidad del campo donde las orientaciones políticas no tenían lugar, asimilándose de este modo a las organizaciones agrarias europeas, como si el nacimiento y desarrollo de las más importantes en Europa: FNSEA (Francia), NFU (Reino Unido), DBV (Alemania) o COLDIRETTI (Italia), fueran homologables e indiferentes al pasado histórico de cada uno de sus países correspondientes. No se quería hablar del pasado, pero algunos de sus dirigentes lo simbolizaban y, sobre todo, su adscripción a la CEOE no era precisamente un modelo homologable a la representación agrícola europea. Esta diferencia de modelos encontró espacio público en dos artículos de opinión publicados en las páginas de El País62. Otra vertiente de esta fusión fue la relación entre UPA y COAG, dada la lógica mirada que los medios agrarios realizaban sobre una hipotética unión entre ambas, para “compensar” por el lado de la izquierda a ASAJA. Ninguna conversación seria se produjo entre ambas organizaciones a pesar de las especulaciones de algún medio de comunicación. Sin embargo, sí hubo un acercamiento con determinadas Uniones provinciales y regionales de COAG en la acción sindical de determinados conflictos, en particular el del sector lácteo63.

El 24 de junio de 1988 contestaba por carta a Antonio Castellanos (CNJA) e Ignacio Barco (CNAG) saludando la fusión y deseando seguir manteniendo unas relaciones cordiales. 62 “Unidad para dar respuesta al campo”, Antonio Castellanos, Secretario General de CNAG-CNJA, y “Dos modelos sindicales”, Fernando Moraleda, secretario general de UPA. 63 Circular nº 25. Secretaría General. “La llamada que hemos realizado en la prensa debe pues de entenderse no como una invitación a la COAG a fusionarse con la UPA, sino una llamada a la reflexión de algunas de sus uniones que por sus características podrían perfectamente pertenecer a nuestra organización”. 61

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Coincidiendo con estas fechas aparece públicamente64 el nacimiento de una nueva sigla en el panorama del sindicalismo agrario, la CODEF. Esta organización fue promovida a finales de 1987 por José Joaquín Pérez de Obanos65, responsable de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), junto a la Unión de Campesinos de León (UCL) y la Unión de Campesinos de Asturias (UCA), organizaciones con un pasado de divergencia con la estructura nacional de la COAG y muy vinculadas al PSOE a través, sobre todo, de sus dirigentes. En septiembre, la CODEF exige su reconocimiento oficial como organización agraria representativa y en enero de 1989, tres meses después, se desencadena una crisis interna en la Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA) de Sevilla al vincularse responsables socialistas de la misma a la nueva organización66. Este proceso concluye con la expulsión de UAGA de los promotores de esta orientación y la constitución de la Unión Agraria de Explotaciones Familiares (UAEF) de Andalucía el 16 de diciembre de 198967. La opinión publicada era unánime en el análisis sobre la creación de esta nueva organización: el PSOE promovía un nuevo sindicato al margen de UPA68, de modo que, mientras la opción conservadora caminaba con paso seguro en la unificación de todas sus organizaciones, las opciones progresistas se atomizaban aún mas. Y esto, además, se hacía en el mismo espacio temporal.

El PSOE promovía un nuevo sindicato al margen de UPA, de modo que mientras la opción conservadora caminaba con paso seguro en la unificación de todas sus organizaciones, las opciones progresistas se atomizaban aún más. Y esto, además, se hacía en el mismo espacio temporal

Los antecedentes a esta crisis se remontan al mes siguiente del I Congreso de UPA. La CEF del 13 de octubre de 1987 ya expresaba su preocupación por el anuncio de la constitución de la nueva organización. En la reunión siguiente, del 27 de octubre, informaba de la opinión de la CEC de UGT de no prestarle demasiada atención y el 15 de marzo de 1988 celebrábamos una reunión con Francisco Fernández Marugán69, donde el PSOE asumió el apoyo político a esta opción.

El País 20 de junio de 1988. “Nace la sexta sigla en el panorama sindical agrario”. De Obanos llegó a ser presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas Agrarias, falleciendo lamentablemente cuando ocupaba esta responsabilidad en el accidente aéreo del vuelo de Spanair en Barajas. 66 ABC de Andalucía 25 de enero de 1989. 67 ABC de Andalucía 16 de diciembre de 1989. “Diputados socialistas promueven una nueva organización agraria en Andalucía”. 68 El País 15 de diciembre de 1989. “El PSOE promueve un nuevo sindicato agrario al margen de UPA-UGT”. 69 Marugán ocupaba la Secretaría Federal de Asuntos Económicos, Sociales y Sindicales del PSOE. 64 65

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El 21 de abril del mismo año se nos convoca por la citada secretaría a formar parte de un grupo de trabajo en el PSOE en el que se realice un análisis de la situación del asociacionismo agrario. La contestación, después de consultas con la CEC de UGT, se produce el 3 de mayo manifestando “la disponibilidad permanente de UPA para expresaros nuestra opinión ante cualquier invitación del partido, como ya tuvimos ocasión de hacerlo el pasado día 15 de marzo (por lo que), entendemos que es dentro de ese marco donde deben canalizarse nuestras relaciones, en las que sin duda debemos seguir profundizando”. En estas fechas y celebrando el quinto aniversario de la aparición de La Tierra, Nicolás Redondo expresa públicamente el apoyo a UPA sin mencionar a la nueva organización70. Para Redondo, UPA estaba cumpliendo en el campo los objetivos del sindicato en cuanto a la defensa de los intereses de los pequeños agricultores y la explotación familiar y reclamaEl principio de autonomía ba que el concepto de solidaridad fuera algo más que una simple comprometida era nuestro voluntad: “Es preciso que se dé a esta filosofía un marco legal con ideario, al igual, aunque sea con el fin de atender a colectivos menos protegidos para superar los matices, del desarrollado desequilibrios existentes entre el espacio urbano y rural, así como entre los grandes y pequeños empresarios del campo”.

por UGT

El 22 de junio de 1989, la CEC de UGT, a través de su secretario de Organización, Antón Saracíbar, respaldaba este apoyo a nivel orgánico, reclamando en una carta circular a todas la Uniones Territoriales de UGT el apoyo al desarrollo de UPA: “…Consecuentemente, requiero de todos vosotros el máximo esfuerzo y apoyo a la Unión de Pequeños Agricultores para hacer posible, por el conjunto de la organización, las aspiraciones que nos mueven hacia este colectivo”. En definitiva, UPA no deseaba romper las relaciones con el partido, pero tampoco veía que el futuro del sindicalismo agrario dependiera de una decisión exclusiva del mismo. El principio de autonomía comprometida era nuestro ideario, al igual, aunque sea con matices, del desarrollado por UGT. Un modelo que afortunadamente hoy es reconocido como lógico y adaptado a la situación de la sociedad española. El futuro de CODEF fue su desaparición, que se debió a varios factores; entre los que se encuentra, entre otros, el desistimiento de De Obanos por esa opción,

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El País 6 de abril de 1989. “Redondo apoya a UPA como sindicato agrario socialista”.


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su relevo voluntario en la presidencia de UAGN y el ingreso de esta en la nueva estructura de ASAJA, a la que todavía pertenece. En el mundo cooperativo, y también en fechas cercanas, se hacía público el inicio del proyecto de fusión entre las dos organizaciones estatales UCAE y AECA, la primera resultado de la alianza entre las UTECOs y UNACO del viejo régimen junto a un importante grupo de FEAPA, y la segunda a instancias de la Unión de Bodegas Cooperativas, ACOR y los sectores cerealísticos y ganaderos71. El congreso de fusión se celebra el 7 de noviembre de 1989, constituyéndose la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), que cambia finalmente en 2009 su denominación por la de Cooperativas Agroalimentarias. La actividad de UPA ante el movimiento cooperativo fue la de apoyar y participar, junto con AECA, desde su inicio. El trabajo y la dedicación de su director, Sebastián Lozano Mudarra, merecen ser destacados en todo momento. Fue él quien apoyó la fusión de manera clara72: “No es un movimiento táctico, estamos convencidos que estratégicamente a las cooperativas les interesa la unidad, pero también hoy es imprescindible que sean capaces de enterrar estructuras caducas, para crear el cooperativismo agrario que nuestros agricultores solicitan”. Y del mismo modo, UPA apoyó el proceso de fusión valorándolo necesario y congruente con el camino emprendido por el resto de países europeos más avanzados, en donde la profesionalización era imprescindible para acometer con garantías el mercado único europeo.

La actividad de UPA ante el movimiento cooperativo fue la de apoyar y participar, junto con AECA, desde su inicio

Por último señalábamos el carácter estratégico de esta nueva confederación: “Entendiendo que el futuro de las cooperativas es, en gran medida, el futuro de los pequeños y medianos agricultores, UPA deberá esforzarse por intensificar estas relaciones, de modo que las grandes líneas de política agraria puedan ser consensuadas”73.

UCAE fue reconocida por el COGECA comunitario y vetó la entrada de AECA en el mismo. La constitución de AECA, apoyada por el PSOE, es el resultado de una escisión de UCAE, no solo por los desplazamientos en la estructura de poder, sino por el modelo de organización consistente en una sectorialización con el mismo nivel de representación que la estructura territorial. 72 Revista Agricultura nº 682. Abril de 1989. 73 “Informe de gestión”. II Comité Federal Ordinario. 1 de marzo de 1989. 71

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En este mismo periodo de tiempo, la vida interna de la organización adolecía de importantes problemas financieros. La Secretaria de Administración ya recogía en el “Informe de gestión” del III Comité Federal: “Los ingresos procedentes de las subvenciones ministeriales siguen la misma tendencia que en años anteriores, es decir, decreciente, a la vez que los gastos de representación, asistencia a reuniones sectoriales, comités consultivos, cuotas a organismos internacionales, etc., aumentan”. La decisión de la CEF fue renunciar al porcentaje de cuota del afiliado que le correspondía para cederla totalmente a las estructuras provinciales para que estas no sufrieran las consecuencias del déficit. La revista La Tierra seguía publicándose sin interrupciones, a pesar de que sus ingresos por publicidad institucional o privada no alcanzaban al 20% de su coste total. UGT seguía asumiendo el coste de los liberados sindicales, pero la estructura sindical que crecía mes a mes lo hacía con enormes descompensaciones. Aun así, el desarrollo organizativo comenzaba a normalizarse con la celebración de los primeros congresos provinciales como los de Albacete, Cáceres, Galicia, Tenerife, Almería, Zamora, León, Jaén, Murcia, Badajoz y Ciudad Real, se proyectó una campaña de afiliación74 y el desarrollo de nuevos servicios a través de la estructura de UGT, como fue el caso de la compañía de seguros UNIAL. Respecto a la Comisión Ejecutiva, se producen las primeras modificaciones desde la celebración del congreso. Francisco Jaramillo, secretario de Formación e Imagen, presenta su dimisión, que es aceptada, y Ezequiel Saiz y Jesús González– Amaliach, secretarios federales, también dimiten voluntariamente75 de sus cargos. Son sustituidos en el III Comité Federal76 por Cristóbal Torres (Ciudad Real), Manuel García (Jaén) y Luciano Fernández (León), respectivamente. La revista La Tierra, como ya se ha mencionado, cumplía su quinto aniversario del que ya se desprendían importantes avances. La información sindical ocupaba la parte más significativa de la información77, pero no se abandonaba la información internacional, con el GATT de fondo en esas fechas, y la edición de informes que merecerían una recopilación específica, por su enorme valor peda-

“Únete a nosotros” fue el eslogan de la campaña. La inasistencia reiterada de ambos secretarios federales a las reuniones ordinarias de la CEF fue el motivo real de su sustitución. Sin embargo, Jaramillo regresó a Málaga para responsabilizarse de la Unión Provincial. 76 El III Comité Federal se celebra el 23 de marzo de 1990. 77 La Tierra nº 59. Marzo de 1989. Se incluye una entrevista con Nicolás Redondo, junto a un estudio sobre la evolución del sindicato en los últimos años. 74 75

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gógico. Solo a título de ejemplo, durante 1989 se escribió sobre consumidores y PAC, la España deshabitada, el aguardiente, la matanza casera, la prevención en tratamientos con pesticidas, el laboreo de conservación, la arquitectura rural, la agricultura ecológica, la agricultura y el medio ambiente, el Kenaf, la conquista de América y la agricultura, y así hasta completar decenas de informes que aumentaron, sin duda alguna, la cultura general y profesional de quien tenía y tiene la fortuna de leer sus páginas. La primera presidencia europea de España se produce también en estas fechas. Un acontecimiento histórico a los tres años de nuestra integración en la CEE. Ya destacamos en su momento la coincidencia entre nuestra presidencia y las conversaciones para reformar –de nuevo– una PAC generadora de excedentes y de problemas sociales entre distintos tipos de agricultura. Y, por ello, demandábamos una política de rentas más activa, dirigida a las explotaciones con niveles de productividad bajos, junto a una política estructural que adecuara las condiciones socioeconómicas de los pequeños productores a las del resto de los sectores productivos: “En definitiva, una PAC donde se distribuyan los fondos con mayor criterio social y donde la agricultura del sur de Europa pase a ser protagonista frente a las producciones continentales de los países centroeuropeos”78.

Queríamos que la presidencia española consiguiera girar la PAC hacia el sur y de hecho lo intentó, pero allí aprendimos la compleja arquitectura comunitaria, sus inercias para mover el status quo y la insoportable lentitud de sus decisiones

Queríamos que la presidencia española consiguiera girar la PAC hacia el sur y de hecho lo intentó, pero allí aprendimos la compleja arquitectura comunitaria, sus inercias para mover el status quo y la insoportable lentitud de sus decisiones. El Consejo informal celebrado en Salamanca centrado en política alimentaria y desarrollo rural inició un camino en el que se pretendía asociar territorio con calidad de producción, siendo aún hoy un debate trascendente a cualquier decisión comunitaria. La presidencia española trajo otras consecuencias, no tanto políticas sino organizativas para UPA. Si el Gobierno español era anfitrión de numerosas reuniones de la CEE, las organizaciones agrarias teníamos un papel homologable con respecto a nuestros colegas europeos. De este modo, y con ocasión de la celebración por nuestra parte de un seminario sobre la reforma de la PAC, visitó nuestro país el presidente del COPA, Joseph Yverneau, junto a Fernando Mansito, director general adjunto de la DG VI (Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea).

La Tierra nº 57, editorial.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

Sí hay que destacar un acontecimiento que sobresalga en 1989 por su importancia para la economía agraria de nuestro país, es la declaración de nuestro territorio exento de peste porcina africana

Esta tradición de jornadas y seminarios en los que intervenían los principales actores de las reformas se acabaría convirtiendo en un instrumento imprescindible de debate y conformación de ideas en la acción sindical. En este mismo sentido, la organización promovió un trabajo de investigación con la Universidad de Murcia dirigido por el profesor José Colino Sueiras, decano de la Facultad de Económicas, que se editó bajo el título “Precios, productividad y renta en las agriculturas españolas”79. Estos serían pues los primeros antecedentes de las publicaciones posteriores del anuario socioeconómico de la agricultura familiar y los cuadernos sectoriales, que tanto prestigio dan todavía a la organización. Pero si hay que destacar un acontecimiento que sobresalga en 1989 por su importancia para la economía agraria de nuestro país, es la declaración de nuestro territorio exento de peste porcina africana, una enfermedad que había creado importantes pérdidas económicas al sector y bloqueado su potencial de crecimiento, que tras la erradicación fue creciendo y modernizándose a lo largo de los siguientes años. De ello dimos cuenta pública, destacando la importancia de lo conseguido. El “Informe de gestión” del IV Comité Federal, celebrado el 23 de enero de 1991, en el que se analizaba el periodo que iba del 23 de marzo de 1989 a la fecha indicada, fue probablemente uno de los más importantes en el devenir de la organización. En el exterior por “los cambios vertiginosos operados en los países del Este tras la caída del Muro de Berlín la noche del 9 al 10 de noviembre del año anterior, junto con una notable influencia de las negociaciones del GATT y las nuevas propuestas de reforma de la PAC por parte de la Comisión Europea”. En el interior por la manifestación conjunta y multitudinaria del 2 de junio, la creación de la Propuesta Agraria Progresista como plataforma reivindicativa que supuso dos años más tarde la integración de cinco organizaciones provinciales y regionales en UPA, los dos acuerdos de concertación con el Ministerio de Agricultura (estructuras y jubilación anticipada) y el definitivo estatus de independencia de FTT para ser reconocida como una organización integrada en UGT con igualdad de derechos y deberes a los de cualquier federación estatal. Esto es, se abrían las puertas a cambios profundos en los instrumentos tradicionales de política agraria, abriéndose a nuevos conceptos como la desvinculación de las ayudas de la producción, el medio ambiente o el desarrollo rural,

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Una de las conclusiones del estudio fue que los aumentos de la producción final y la productividad no se tradujeron en una evolución similar de la renta agraria.


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y todo ello dentro de un panorama en el interior del país donde combinábamos protesta con acuerdo: “UPA ha seguido desarrollando un sindicalismo basado en la responsabilidad y la eficacia, movilizándose cuando ello fue necesario, pero concertando cuando nuestras reivindicaciones eran contempladas por la Administración. Nos hemos alejado, pues, de planteamientos sindicales que se instalan en el conflicto sin dar salida negociada a las amplias demandas del sector agrario en general y de los pequeños agricultores en particular”. Pero, además, se dieron los pasos más importantes para conseguir dos anhelos históricos: nuestra autonomía orgánica y nuestro carácter representativo en las relaciones institucionales. Al fin éramos ya un instrumento social útil para el campo español. Como ya se ha relatado en este texto, el congreso de septiembre de 1987 supuso un avance sin matices en el organigrama de UPA dentro de UGT, pero quedaba por resolver la desvinculación estatutaria de FTT después de llevar cerca de tres años de autonomía sindical y económica real y efectiva.

UGT desvincula a UPA de FTT

El congreso de septiembre de 1987 supuso un avance sin matices en el organigrama de UPA dentro de UGT, pero quedaba por resolver la desvinculación estatutaria de FTT después de llevar cerca de tres años de autonomía sindical y económica real y efectiva

Con la convocatoria del XXXV Congreso Confederal se abrió esta discusión, que tuvo algún momento delicado. Como es preceptivo, se celebraron previamente los congresos de las federaciones de sector y de las uniones territoriales. El de la Federación de Trabajadores de la Tierra se realizó en Madrid el 24 de marzo de 199080, acordándose ratificar el acuerdo de fronteras sindicales con UPA81 y la supresión de la disposición transitoria de los estatutos de FTT en la que se instaba a celebrar el congreso de UPA. Finalmente, el 27 de marzo, Pedro Cortés, secretario general de FTT, envía una carta a Antón Saracíbar en la que le hace mención a estos acuerdos: “Adjunto te remito la resolución que aprobó nuestro congreso por la que se deroga la

El III Comité Federal de UPA se celebró un día antes, el 23 de marzo, del congreso de FTT. Este acuerdo fue adoptado por las dos Comisiones Ejecutivas a instancias de FTT, en el que se diferenciaba al agricultor a tiempo parcial que se empleaba como asalariado en la agricultura del jornalero que disponía de una pequeña explotación por el régimen de seguridad social en el que cotizaran. Trabajadores por cuenta propia estarían en UPA y trabajadores por cuenta ajena en FTT.

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disposición transitoria..., como consecuencia de ello, UPA ya no se encuentra vinculada a UGT a través de esta federación”. A raíz de esta decisión solicité una reunión con Nicolás Redondo, en la que insistí en los argumentos de sobra conocidos y le expuse que no podía continuar en la Secretaría General sin una resolución congresual que incluyera esta nueva realidad en los estatutos de UGT. Redondo dio UPA era reconocida como su palabra y en la Comisión de Estatutos se aprobó una enmienda in voce por la que se modificaba el artículo 100 de los estatutos conuna organización profesional federales. El resultado fue la aparición de un nuevo organismo en la agraria con carta de estructura congresual:

naturaleza propia dentro de UGT y, al igual que el resto de organismos estatales que la integraban, podía participar con voz y voto en los análisis y toma de decisiones de UGT

“El Congreso Confederal de UGT es el órgano supremo de la misma. Está constituido por: las delegaciones de las federaciones estatales, representadas en los congresos de UGT como tales organizaciones, según el sistema que tengan establecido y de los acuerdos que adopten sobre el particular sus respectivos Congresos Federales. Del mismo modo estará representada la Unión de Pequeños Agricultores”.

De esta manera, UPA era reconocida como una organización profesional agraria con carta de naturaleza propia dentro de UGT y, al igual que el resto de organismos estatales que la integraban, podía participar con voz y voto en los análisis y toma de decisiones de UGT. El 1 de junio de 1990 lo comunicaba a toda la organización mediante una circular82, que finalizaba con un llamamiento a la responsabilidad adquirida: “Responsabilidad que tendremos que afrontar desde una mayor dedicación en las tareas de desarrollo y expansión de la organización, para hacer efectivo el que seamos la auténtica oferta progresista del sindicalismo agrario español”.

La primera gran manifestación de UPA Con esta misma fecha se publicaba una tribuna libre en El País, donde reclamábamos un proceso de concertación sobre el futuro del sector agrario en la perspectiva del mercado único europeo de 1993, en base a una Propuesta Agraria

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Circular nº 5.


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Progresista que la organización había elaborado para tal fin. Para ello convocamos una manifestación conjunta83 de todas las OPAS bajo la enseña “Concertación y futuro para el campo”. Un día después celebramos en Madrid la manifestación. Una de las mayores realizadas en democracia y también con mayores problemas con las Fuerzas de Seguridad del Estado. El recorrido de la marcha, desde Legazpi a Atocha, se desbordó cuando un grupo de manifestantes con algún tractor se dirigió a la sede del Ministerio de Agricultura. Los incidentes entre manifestantes y Policía Nacional, que llegó a cargar con caballos, se produjeron de inmediato. El balance fue de 20 heridos, dos de ellos de gravedad, y la imagen de las organizaciones erosionada al no poder catalizar el descontento de una manera pacífica. Pero frente a los incidentes, que fueron ampliamente resaltados por los medios de comunicación, quedó patente el descontento agrario y la necesidad de apertura de negociaciones. Es más, todos los medios resaltaron en editoriales la necesidad de afrontar reformas en un sector agrario que todavía mantenía profundas diferencias con respecto a los países más avanzados de la CEE. “Manifestación conjunta”, titulaba el ABC; “Palos en la calle”, Diario 16; El “desconcierto del campo”, editorializaba El País, o “La protesta rural”, de La Vanguardia, son solo algunos de estos ejemplos.

El País enfatizaba –con acierto– en el problema estructural: “...es el más serio que sigue teniendo la agricultura española y al que habría que destinar mayores esfuerzos y recursos. En la búsqueda de salidas menos traumáticas, la Administración debería anticiparse con medidas orientadas a reducir la tensión en los sectores más castigados. Hasta el momento la práctica dominante ha sido la contraria. De ahí la urgencia de un proceso de concertación entre la Administración y las organizaciones agrarias. Hasta la fecha, esta concertación no ha fructificado por la manifiesta falta de habilidad de la Administración y la ausencia de un programa concreto de los sindicatos agrarios, factores que deben ser modificados cuanto antes”84.

Convocamos una manifestación conjunta de todas las OPAS bajo la enseña “Concertación y futuro para el campo”. Una de las mayores realizadas en democracia y también con mayores problemas con las Fuerzas de Seguridad del Estado

Era la primera ocasión en la que las tres OPAS convocábamos una manifestación unitaria. El País, editorial. 6 de junio de 1990.

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La recomendación de este periódico no concernía a UPA. A la manifestación, como ya hemos dicho, acudimos con una propuesta agraria –la PAP– que contenía 27 puntos agrupados en bloques temáticos, como fiscalidad, seguridad social, jubilación anticipada, compensación de rentas, relaciones contractuales, sector público, ordenación agraria y desarrollo rural, definición de pequeño agricultor, formación profesional y política de infraestructuras. Como se ve, un compendio de actuaciones estructurales cuyo marco de negociación concernía al Gobierno central y a los autonómicos, dado que la política de precios devenía de la política comunitaria. La PAP además supuso un punto de inflexión en la expansión de UPA en Castilla y León y la Cornisa Cantábrica.

El acuerdo de Santiago Apóstol El 22 de junio, tan solo veinte días después de la manifestación, nos reuníamos en Santiago de Compostela85 siete organizaciones agrarias: UPA, Unión de Campesinos de León (UCL), Unión de Campesinos de Palencia (UCP), Asociación Campesina de Ávila (ACA), Sindicato Democrático Ganadero Montañés (SDGM), Unión de Campesinos de Asturias y Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN). El grueso de estas organizaciones había formado parte de CODEF y ahora se acercaban y firmaban un acuerdo con UPA, comenzando de hecho una acción sindical unitaria entre todas ellas, menos una, la UAGN, que teniendo la oportunidad de estar en igualdad de condiciones de manera muy similar al acuerdo bilateral con UPA adoptado a finales de 1982, decidió desvincularse de esta opción progresista para acabar integrándose en ASAJA86. De nada valió el último intento de aproximación entre ambas organizaciones a través de Francisco San Martín, ex consejero de Agricultura de Navarra, al que le enviamos una carta el 16 de octubre de 1991 instándole a tratar de reconducir la situación. Finalmente, UPA se constituye en Navarra con el apoyo de UGT regional. Este proceso de confluencia, que concluye en el acuerdo de Santiago Apóstol, tiene un nombre propio y unas circunstancias que ayudaron a conseguirlo.

El encuentro se celebró en el Hotel Santiago Apóstol. Los asistentes fueron: Matías Llorente y José Herrero (UCL), Fernando Martínez (UCP), Nacho Senovilla (ACA), Mariano Arrollo (SDGM), Juan Manuel Antón (UCA), José Joaquín Pérez de Obanos (UAGN) y Roberto García y Fernando Moraleda (UPA). 86 El acuerdo de integración en ASAJA lo adopta en su VI Congreso, celebrado a comienzos de 1991 en la localidad navarra de Azagra. 85

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Roberto García, secretario general de Unións Agrarias y secretario federal adjunto a la Secretaría General en UPA, fue su verdadero precursor dada su relación y frecuentes contactos dentro del sector lácteo. Un sector en el que se habían producido y seguirían produciéndose en el futuro importantes movilizaciones por una actitud de la industria completamente refractaria a los acuerdos. El acuerdo, que supuso la unidad de acción sindical, maduró en poco tiempo en un proceso de integración en UPA, el más importante que se ha producido en la historia de la organización. Su contenido, como los grandes acuerdos, ocupaba un folio: “Las organizaciones agrarias abajo firmantes, conscientes del momento que atraviesa el sector agrario en general y los pequeños y medianos agricultores en particular, ACORDAMOS: 1. Tomar como plataforma reivindicativa en la apertura de una concertación el contenido de la Propuesta Agraria Progresista. A tal fin, nos comprometemos a defender, popularizar y desarrollar su contenido desde la independencia de cada una de las organizaciones, pero manteniendo criterios de unidad en la acción sindical en la defensa y representación de los mismos ante las Administraciones Públicas. 2. Establecer, a partir de la fecha, un mecanismo estable de coordinación para conjuntar posiciones desde el compromiso compartido de defensa de la explotación familiar. Para ello se realizarán cuantas reuniones fueran oportunas para diseñar y concretar propuestas sectoriales y/o socioeconómicas que afecten a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos. 3. Potenciar la información a todos los niveles entre el conjunto de nuestras organizaciones y de manera particular la relativa a decisiones de la CEE y del COPA como organización representativa de los agricultores europeos ante las instituciones comunitarias.” Y la concertación llegó. La resistencia a la misma habría sido un suicidio político. El 12 de junio, a través de una llamada telefónica del director general del Instituto de Relaciones Agrarias (IRA), se produce el primer anuncio “formal” de inicio de negociaciones y el 17 de julio la primera reunión con el ministro de Agricultura,

El acuerdo, que supuso la unidad de acción sindical, maduró en poco tiempo en un proceso de integración en UPA, el más importante que se ha producido en la historia de la organización

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después de no pocas tensiones en relación al método y la composición de las delegaciones87. La primera reunión de trabajo se produce el 25 de julio para debatir una reforma del decreto de desarrollo de la Ley de Contratos Agrarios. El 31 del mismo mes, el Ministerio convoca a la FIAB y las organizaciones agrarias para cerrar un acuerdo, que finalmente no se alcanza. En estas circunstancias, el 3 de agosto se anuncia un acuerdo con COAG sobre esta materia que sería suscrito posteriormente por ASAJA y que fue rechazado por UPA. Una decisión difícil, pero que fue estrictamente sindical88: “La oferta del MAPA no era aceptable por no responder a las demandas planteadas por la PAP, y en particular a su punto 19 donde reclamamos el establecimiento de un marco jurídico que regule las relaciones contractuales. Antes bien, la reforma propuesta del decreto era en la práctica solo una modificación administrativa que hacía extensivo a las organizaciones agrarias el que pudieran elevar al MAPA la propuesta de homologación de los contratos”. Para mejor conocimiento del contexto en el que se producía esta decisión, llevábamos ya un año entero de conflictividad permanente con el sector industrial lácteo, precisamente por la ausencia de una norma que regulara las condiciones contractuales. En septiembre se inicia con la Secretaría General de Estructuras, ocupada en aquel momento por Jesús Arango, lo que terminaría siendo el acuerdo de reforma del Decreto 808/1987, sobre la mejora de la eficacia de las estructuras agrarias. Nuestra prioridad en la política estructural era de sobra conocida. Desde entonces veníamos insistiendo89 en la consecución de un gran pacto estructural con el Gobierno de la nación para su implementación por parte de las comunidades autónomas, que en aquel momento no terminaban de asumir su cuota parte de corresponsabilidad en esta política transferida.

Alguna reunión bilateral (10 de julio de 1990) no llegó a celebrarse por la negativa a admitir, por parte de la organización, el veto del Ministerio a la presencia de responsables de Uniones pertenecientes a la PAP dentro de la delegación de UPA. 88 “Informe de gestión”. IV Comité Federal. 23 de enero de 1991. 89 La Tierra nº 75, portada y editorial. 87

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El acuerdo del 808 El 6 de octubre presentamos ante los medios de comunicación el contenido del acuerdo en la sala de micrófonos del Ministerio de Agricultura90. En él se contemplaba un incremento de los porcentajes de ayuda para inversiones situadas en zonas desfavorecidas, el aumento y modulación de las primas de instalación de agricultores jóvenes, la flexibilización en los préstamos y avales para pequeños agricultores, el fomento de la formación profesional y la elaboración de informes periódicos de evaluación y seguimiento de las ayudas. Finalmente se acometía una delimitación de beneficiarios y planes de mejora con requerimientos de ser agricultor a título principal con obligación de residir en el mismo municipio o limítrofe en donde estuviera la explotación y circunscribir las ayudas a las explotaciones familiares con un requisito de aportación de mano de obra que no superara las 1,5 UTH al año.

Sobre política estructural, la mirada se giraba consecuentemente hacia las comunidades autónomas, que después del acuerdo del 808 tenían la responsabilidad de aplicarlo y complementarlo

Carlos Romero destacó que con estas modificaciones el Decreto 808 suponía que en materia de ayudas en estructuras agrarias “nos situábamos entre los tres primeros (países de la CEE), a pesar que nuestros recursos no son iguales a los de Alemania u Holanda”, mientras que nosotros insistíamos en la consecución de un acuerdo con repercusión presupuestaria91. Dos días antes, el presidente de Región de Murcia, Carlos Collado, suscribía con las organizaciones agrarias un acuerdo marco en el que se recogían todas las políticas competenciales, afirmando la necesidad de contar con unas organizaciones fuertes y representativas, para lo que se las convocaba a participar en todos los organismos de gestión de la Consejería92. Sobre política estructural, la mirada se giraba consecuentemente hacia las comunidades autónomas, que después del acuerdo del 808 tenían la responsabilidad de aplicarlo y complementarlo, abriéndose también para la estructura regional del sindicato una oportunidad de negociación autonómica, inscrita en una lógica coherente de política nacional.

La CEF de UPA estuvo representada por Antonio Tudela, Roberto García y Fernando Moraleda. Heraldo de Aragón 7 de octubre de 1990. 92 El papel desempeñado en este acuerdo por el consejero de Agricultura, Antonio León, fue determinante. 90 91

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El acuerdo de cese anticipado No sería el último acuerdo. El 14 de enero de 1991 volvemos a firmar en Atocha otro acuerdo sobre el cese anticipado de la actividad agraria. Otro resultado de la negociación con la Secretaría de Estructuras, que Arango supo dotar del papel que requería en esas circunstancias.

El 14 de enero de 1991 volvemos a firmar en Atocha otro acuerdo sobre el cese anticipado de la actividad agraria

También en Atocha, y con la presencia del ministro, se volvió a ratificar el cambio operado tras la firma del decreto de estructuras, consiguiendo eliminar el requisito de que la explotación del titular que cesa en la actividad agraria obtuviese una producción anual bruta superior a las 500.000 pesetas y tachar como beneficiario de la norma a aquellos agricultores que no superaran el 120 por 100 de la renta de referencia referida en el artículo 2 del Real Decreto 808. Se facilitaba el acceso a la explotación cedida, se modulaban e incrementaban las primas en función de las características familiares y finalmente se recogía una actualización automática, en el marco de revalorización de las pensiones de jubilación de los trabajadores por cuenta propia del Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social. En esta ocasión la CEF estuvo representada por José Domingo García, José Manuel Antón (secretario general de UCA y miembro de la PAP) y Fernando Moraleda. La presencia de Antón tenía además el valor de representar a la PAP en uno de sus logros de concertación sin que fuera ajeno el hecho del asturianismo compartido entre él y Arango con un decreto que tenía mucha importancia en el Principado. La actitud de las otras dos organizaciones fue desigual. ASAJA suscribió los dos acuerdos firmados por UPA, además de un convenio sobre abandono de tierras sin apenas notoriedad mediática, no sé si por no “hacerse la foto” con el ministro socialista o por otra razón que desconozco. COAG fue la primera en suscribir un acuerdo –de contratos agrarios–, pero nada más. En este último caso del decreto de cese anticipado, con el dudoso argumento de no firmarlo hasta verlo publicado en el BOE93. Como conclusión de este proceso de concertación, que en la práctica sería una de las últimas actuaciones del ministro Romero antes de que fuera sustituido por Pedro Solbes en la cartera de Agricultura, UPA consideró que94: “Un sindicato fuer-

El País 15 de enero de 1991. La Tierra nº 79, editorial.

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te es aquel que, tras la presión, alcanza acuerdos satisfactorios para el colectivo que representa, convirtiéndose así en un verdadero agente intermediario entre los gobiernos y los agricultores. Por el contrario tenderán a la marginalidad aquellos sindicatos que antepongan el interés y la dependencia partidaria a la imprescindible autonomía sindical. El Gobierno tiene la enorme responsabilidad de propiciar uno u otro modelo sindical, porque la ausencia de concertación prima el grito frente a la reflexión, el desacuerdo frente al avance concertado”.

Cambio de ministro, cambio de política Como decimos, dos meses después, el 13 de marzo de 1991, el presidente González remodelaba ampliamente su gabinete, que ya había sufrido en enero una crisis por la dimisión de Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno. En esta remodelación se produce el cambio de titular en la cartera de Agricultura, con Pedro Solbes a la cabeza. De manera prácticamente generalizada se resaltó su perfil de experto comunitario, pues desde 1968 había trabajado en la Administración en puestos como consejero de la Misión de España ante las Comunidades Europeas (1973-78), director general de Política Comercial (1979-82), secretario general técnico del Ministerio de Hacienda y desde 1985, hasta su nombramiento como ministro, secretario de Estado para las Comunidades Europeas. Desde luego, los acontecimientos que en ese momento se producían en el contexto internacional del sector agrario así lo aconsejaban: las negociaciones del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) se habían intensificado hasta el punto de promover una profunda reforma de la PAC tras la aprobación de los estabilizadores presupuestarios. La liberalización de los mercados, como exigencia de EEUU, abría un profundo debate sobre los instrumentos de apoyo a la agricultura europea en momentos de congelación de precios para atajar los costes presupuestarios de los excedentes agrícolas.

Un sindicato fuerte es aquel que, tras la presión, alcanza acuerdos satisfactorios para el colectivo que representa, convirtiéndose así en un verdadero agente intermediario entre los gobiernos y los agricultores

En febrero de 1991, el comisario de Agricultura, Ray MacSharry, que había sustituido a Frans Andriessen, elaboró un documento de reflexión denominado “Evolución y futuro de la PAC”, que terminaría sentando las bases de la tercera reforma de la PAC, consistente en situar los precios del mercado interior más cercanos a los del mercado mundial y establecer una ayuda directa por hectárea que compensara la pérdida de renta producida. Su justificación financiera era aparentemente intachable: solo un 20% de las explotaciones europeas absorbían entre el 75 y el 80% de la ayudas.

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El Financial Times95, unos días antes de que se produjera el cambio de gobierno, recogía en sus páginas un análisis de la situación en España sobre la propuesta MacSharry: ”Dado el gran número de pequeñas explotaciones que hay en España, el Gobierno de ese país daría, seguramente, la bienvenida a las propuestas de la Comisión”. Por otra parte añadía nuestra opinión: “No podemos vivir con precios bajos” y las medidas que se proponen son tan insuficientes que su aplicación “sería como querer curar el cáncer con aspirinas”. Y efectivamente, como en tantas otras ocasiones, se diagnosticaba bien el problema, se proponía un buen camino para la solución, pero a la hora de la verdad la decisión final mantenía el status quo entre países, producciones y regiones. Por estas razones, la organización primero reconocía las cualidades profesionales del nuevo ministro96, pero a continuación le reclamaba consensuar un giro social en la política comunitaria97. La primera reunión con Solbes acompañado por su jefe de gabinete, Jordi Sevilla, tardó muy poco en producirse. El 4 de abril ya tuvimos ocasión de intercambiar puntos de vista sobre los problemas planteados por la organización y los cambios producidos en el Ministerio, entre los que destacó la modificación de su estructura interna con la creación de cuatro Secretarías Generales de Mercados, Estructuras, Alimentación y Pesca. El primer decreto de esta nueva etapa fue el de apoyo a las explotaciones agrarias, que recogía el contenido del acuerdo de estructuras alcanzado por la organización y Romero, y que fue aprobado por el Consejo de Ministros del 22 de marzo98. Y el mensaje central que se dio de estas primeras reuniones fue claro y esperado: “Tendremos un diálogo permanente”99. Y en estos momentos de cambio, UPA se acercaba a su compromiso democrático de dar cuentas y preparar sus trabajos para el futuro. Se cumplían cuatro años desde la celebración del primer congreso federal y la Comisión Ejecutiva había procedido a convocar el segundo para los días 3, 4 y 5 de mayo de ese año. Las circunstancias no podían ser más distintas a las celebradas en septiembre de 1987. De la discusión interna y llena de dificultades sobre el modelo de integración de UPA en UGT se había pasado a la normalización orgánica y la construcción de una plataforma sindical con cinco organizaciones provincia-

Financial Times 7 de marzo de 1991. Artículo de Peter Bruce. La Tierra nº 81. “Un ministro con oficio”. 97 Expansión 15 de marzo de 1991. 98 Real Decreto 376/91. 99 El País 5 de abril de 1991. El Sol 8 de abril de 1991. 95 96

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les y regionales que dotaban a la organización de una mayor representatividad. Las relaciones institucionales habían pasado del enfrentamiento al acuerdo según nuestro modelo sindical de representación y la capacidad propositiva era cada vez más amplia y rigurosa en contenidos. Por último, nuestra visibilidad en los medios de comunicación había crecido exponencialmente, hasta ser reconocidos como un interlocutor serio del sector agrario español. En definitiva, muchas de nuestras aspiraciones habían encontrado satisfacción en este periodo de gestión que iba de 1987 a 1991.

El II Congreso: consolidación e innovación El II Congreso se celebró con el lema “Tu sindicato, contigo. Con la tierra”, al cual asistieron 258 delegados en representación de 38 provincias y discutieron tres ponencias-marco referidas a política organizativa, sindical y comunitaria. Las resoluciones finales, de 126 páginas, constituyeron el más avanzado análisis y de recomendaciones de futuro que nunca antes tuvo la organización. A las consideraciones que venía realizando UPA respecto a los cambios operados en los mercados internacionales y de las políticas que los regulaban, de la nueva reforma de la PAC en la que por primera vez daba datos oficiales sobre cómo afectaba el reparto del sostenimiento público según el tamaño de las explotaciones, el II Congreso innovó al acercarse a nuevos planteamientos sobre el medio rural, los métodos de producción agrarios y la diversidad de situaciones socioeconómicas en los ciudadanos rurales100: “El desarrollo rural se ha convertido en un instrumento prioritario de política agraria, al tener que garantizar la estabilidad y permanencia de la población y evitar el abandono del medio rural. Como cualquier bien público, este espacio rural ha de ser preservado como hábitat de un alto porcentaje de la población.

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Resoluciones II Congreso. Política de Organización.

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En la sociedad rural actual, el fenómeno de la desigualdad ya no se produce únicamente entre agricultores, sino que al hacerse más complejo introduce nuevos contextos en la dialéctica tradicional, con la aparición de nuevos colectivos desfavorecidos que plantean la necesidad de políticas más globales. Consiguientemente, la Unión de Pequeños Agricultores se enfrenta al reto de hacer prevalecer el agrarismo social frente al agrarismo corporativo..., sin postergar los intereses y problemas de los agricultores jóvenes desfavorecidos, a tiempo parcial y de las mujeres, así como de otros sectores sociales que, habitando en el medio rural, no pueden ser menospreciados por políticas insolidarias que conducen a la marginación, al deterioro de su situación y a la pérdida de su capacidad adquisitiva. La intensificación de los métodos de producción, consecuencia también del modelo productivista, ha explotado abusivamente la naturaleza, contaminado el agua y degradado la tierra. Por tanto, se ha modificado la relación entre agricultura y medio ambiente, dotando al agricultor de un nuevo protagonismo social en la preservación y conservación de la naturaleza.

La intensificación de los métodos de producción, consecuencia también del modelo productivista, ha explotado abusivamente la naturaleza, contaminado el agua y degradado la tierra

El pequeño agricultor sigue concibiendo su explotación como un modo de vida y un instrumento de trabajo, de cuya utilización espera obtener unos ingresos adecuados. Esta remuneración no tiene que tener necesariamente una base económica directa, sino que además debe estar fundamentada en aspectos sociales o ecológicos, tales como el mantenimiento de un determinado nivel de población en el medio rural o la conservación de un determinado paisaje amenazado con su desaparición”.

Sobre esta base, el congreso aprobó crear cuatro departamentos adscritos a una nueva Secretaría de Desarrollo Rural: Juventud, Mujer, Medio Ambiente y Servicios Sociales, como los instrumentos organizativos sobre los que canalizar la acción sindical en el futuro. Una nueva secretaría de una nueva Comisión Ejecutiva Federal donde se produjeron cambios importantes. De los nueve miembros de 1987 pasamos a 11, al crear tres secretarías independientes de la anterior Secretaría de Acción Sindical: Mercados, Estructuras y Desarrollo Rural, y desdoblar Formación e Imagen en Formación, por un lado, y Comunicación e Imagen, por otro. En cuanto a nombres, Juan Miguel Asperilla pasaba a secretario federal y era sustituido en Organización por José Domingo García, y Roberto García abandonaba la Secretaría de Administración que ocupaba una persona de su confianza, Manuel

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Leal, pasando a una secretaría federal adjunta a la Secretaría General. Antonio Tudela ocupaba la Secretaría de Mercados y se incorporaban dos nuevos miembros, Nacho Senovilla en Desarrollo Rural y Marcos Alarcón en Estructuras. Finalmente, José Luis Gutiérrez desempeñaría las labores de Formación, sustituyendo a Cristóbal Torres que, a su vez, ocuparía una secretaría federal adscrita a Organización, y Juan Ramos desempeñaría la función de Comunicación e Imagen. La lista101 salió elegida por unanimidad, lo que da cuenta del estado de cohesión de la organización. Si los resultados de las resoluciones y de la Comisión Ejecutiva fueron unánimemente aceptados, la presencia institucional durante el congreso fue también notable. En la sesión de apertura intervino Antón Saracíbar y, como era también habitual, un representante de las federaciones, que fue desempeñado por José Mora, de Jubilados y Pensionistas, y de las uniones territoriales, por Antonio Rosas de Extremadura. Constantin Heerreman, presidente del COPA, intervino representando a las 31 organizaciones europeas que integraba, entre la que nos encontrábamos desde 1986. Su presencia resaltaba la normalización de nuestra representación europea, que tantas dificultades conllevó hasta consolidarse, tal y como ya hemos descrito en estas páginas. Con ocasión de la presencia de Heerreman en nuestro congreso, celebramos una reunión con el ministro Solbes y las tres organizaciones agrarias, para intercambiar puntos de vista sobre la propuesta de reforma de la PAC, otro acto institucional que posteriormente terminaría por ser habitual entre los trabajos del COPA y sus organizaciones miembros.

Con ocasión de la presencia del presidente del COPA en nuestro congreso, celebramos una reunión con el ministro Solbes y las tres organizaciones agrarias, para intercambiar puntos de vista sobre la propuesta de reforma de la PAC

En el acto de clausura estuvieron presentes la Comisión Europea, a través de Fernando Mansito, el ministro de Agricultura y el secretario general de UGT, Nicolás Redondo. Sobre estos últimos cabe destacar la afirmación de Solbes de

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Secretaría General: Fernando Moraleda. Secretaría de Organización: José Domingo García. Secretaría de Administración y Servicios: Manuel Leal. Secretaría de Mercados: Antonio Tudela. Secretaría de Estructuras: Marcos Alarcón. Secretaría de Desarrollo Rural: Nacho Senovilla. Secretaría de Formación: José Luis Gutiérrez. Secretaría de Comunicación e Imagen: Juan Ramos. Secretaría Federal: Roberto García. Secretaría Federal: Juan Miguel Asperilla. Secretaría Federal: Cristóbal Torres.

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“no ver claro para qué sirven las elecciones a Cámaras Agrarias”, que fue bien acogida por los compañeros, y la reprobación de Nicolás respecto al “desasosiego que produjeron las declaraciones del ministro de Agricultura, según las cuales la equiparación a la media de la población activa europea en el sector agrario requería reducir casi a la mitad la población activa agraria en España”. Sin embargo, Nicolás saludó positivamente las palabras de Solbes al afirmar que estaba abierto a cualquier tipo de acuerdo con las organizaciones representativas del agro español. En cualquier caso, lo notable por novedoso de la intervención del ministro en el congreso fue su actitud abierta al diálogo sin condiciones y a establecer como interlocutores válidos a las tres organizaciones agrarias reconocidas en ese momento. Como paradoja final, mientras que nosotros celebrábamos tres días exitosos en el devenir de la organización, ASAJA atravesaba una de sus peores crisis con la dimisión de su secretario general, Antonio Castellanos, por promover y perder una candidatura alternativa al presidente Pedro Barato. Este último había sucedido a Ignacio Barco, quien desempeñaba la función de presidente desde la constitución de la organización.

Como paradoja final, mientras que nosotros celebrábamos tres días exitosos en el devenir de la organización, ASAJA atravesaba una de sus peores crisis con la dimisión de su secretario general

De la crisis mencionada, Antonio Castellanos y otros dirigentes del antiguo CNJA promovieron posteriormente otra sigla, IR (Iniciativa Rural), otra más, que tuvo un devenir errático hasta acabar en una coalición con COAG. Salíamos fortalecidos de nuestro II Congreso, pero no inmunizados a nuevos problemas. Una vez aclarada la ubicación estatutaria, se podría deducir que los problemas con FTT se reconducirían, pero nada más lejos de la realidad. El secretario de Organización de esta última, Juan Aguilar, se dirigió a la Secretaría de Organización Confederal para que se revisaran varios artículos y resoluciones de nuestro reciente congreso, por una supuesta colisión de intereses con los afiliados de su federación. Afortunadamente, una reunión entre los dos secretarios generales de UPA y FTT, más Antón Saracíbar, encontró una fórmula que satisfacía a ambas organizaciones sin recurrir a la Comisión de Fronteras Sindicales102. Estas tensiones sobre fronteras se trasladarían más tarde a la propia acción sindical, provocando problemas de mayor entidad, de los que hablaremos más tarde.

Esta comisión velaba por el correcto encuadramiento de los afiliados en las distintas ramas de UGT.

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No obstante, la dinámica que había provocado el congreso era expansiva y así se reflejaba en actos con una fuerte presencia de agricultores. La conmemoración del X Aniversario de Unións Agrarias, que se celebró el 2 de junio en el Palacio de Deportes de Lalín (Pontevedra), así lo atestiguaba, con más de 7.000 agricultores y ganaderos que hicieron pequeño el recinto. Antón Saracíbar, que intervino en el evento, tuvo con seguridad su primer baño de masas en un acto agrario y una visión de lo que realmente significaba la apuesta por una UPA fuerte. Destacable también por su masivo seguimiento fue la huelga general convocada por UPA Almería en Berja en demanda de soluciones para el sector parralero. Entre 5.000 y 6.000 personas se concentraron desde primeras horas de la mañana, paralizándose durante todo el día la actividad habitual de la capital de la Alpujarra almeriense103.

La prioridad organizativa La estructura organizativa, su consolidación y desarrollo era una de nuestras prioridades. Para ello se convocaron unas jornadas de organización en las que se aprobó un plan de trabajo con objetivos anuales de incremento de la afiliación, junto a una estrategia de integración de colectivos ya formados pero sin referencia nacional.

La dinámica que había provocado el congreso era expansiva y así se reflejaba en actos con una fuerte presencia de agricultores. La conmemoración del X Aniversario de Unións Agrarias, que se celebró el 2 de junio en el Palacio de Deportes de Lalín (Pontevedra), así lo atestiguaba, con más de 7.000 agricultores y ganaderos que hicieron pequeño el recinto

Nuestros deseos siempre se toparon con la realidad. Nuestro crecimiento dependía de nosotros mismos y la financiación del proyecto no estaba tan alejada de la necesidad de este esfuerzo propio. En un debate interno de UGT, que se planteaba cómo cambiar para aumentar la fortaleza del sindicato, le remití a Nicolás Redondo una serie de observaciones reservadas sobre cómo podíamos desarrollar esta estrategia en UPA104. En primer lugar, observábamos cómo el fichero del afiliado o los envíos de la revista La Tierra eran significativamente más numerosos que las cotizaciones, lo que significaba la existencia de un embalsamamiento de afiliados que no emergían debido a razones económicas de las provincias. En segundo término

La Voz de Almería 12 de diciembre de 1991. “Toda Berja fue a la huelga general por la crisis de la uva”. 104 Informe enviado el 26 de junio de 1991. 103

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nuestra presencia en todo el territorio era desigual, siendo particularmente notoria nuestra ausencia en la parte noreste de la península y, por último, la necesaria capitalización de los servicios al afiliado necesitaba de enormes recursos económicos que no disponíamos.

La política de organización es siempre una política activa, pues el principio de que la fuerza del sindicato son sus afiliados es inalterable a cualquier cambio social o económico que pueda producirse en el país

Las propuestas que a continuación le realizaba, creo que no han perdido actualidad: • Ampliar los servicios jurídicos a ramas del derecho civil y fiscal y la configuración de gabinetes de asesoramiento a agricultores. • Flexibilizar la cuota del afiliado para adaptarla al colectivo, teniendo en cuenta la diversidad de cuotas entre OPAS. • Una política expansiva de UPA debe ir unida a otra de UGT en los territorios de marcado ruralismo, donde, como es el caso de Ourense, Zamora o Cuenca, casi uno de cada dos ocupados trabaja en el sector agrario. • Tratar de conseguir que determinados servicios de las Administraciones Públicas, en particular las comunidades autónomas, sean gestionados por las organizaciones agrarias con control público, de modo similar a como se realiza en algunos países comunitarios. En realidad, la política de organización es siempre una política activa, pues el principio de que la fuerza del sindicato son sus afiliados es inalterable a cualquier cambio social o económico que pueda producirse en el país. Volviendo a las relaciones institucionales, después del primer contacto con el ministro se produjeron las reuniones de trabajo en el mes de octubre, pero con un obstáculo de entidad. El Ministerio, de acuerdo con las comunidades autónomas, bloqueaba las solicitudes del Decreto 808 por ausencia de disponibilidad presupuestaria e incumplía así el acuerdo alcanzado con Romero y ratificado parcialmente en posterior Consejo de Ministros. Probablemente fue uno de los peores momentos en la relación con el MAPA, y no lo escondíamos105: “UPA no va a consentir recortes presupuestarios en la política de estructuras, ya que es la única vía capaz de garantizar tanto la competitividad del sector agrario como la superación del déficit social de los pequeños agricultores. Rechazamos, pues, las últimas declaraciones del Gobierno, en las que anuncia un recorte drástico del gasto público, pretendiendo a la vez que los agentes sociales muestren una corresponsabilidad imposible para con una política económica fracasada”.

La Tierra nº 85, editorial.

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El 4 de julio remitía una carta al ministro de Agricultura en la que se denunciaba la forma y el fondo de la medida adoptada, pues es el secretario general de Estructuras quien comunica a la comunidades autónomas, después de una reunión con los directores generales de las mismas, la paralización del proceso de admisión y resolución de los expedientes acogidos al Decreto 808, cuando esto es comunicado a las organizaciones agrarias una semana más tarde. De fondo, pues, el argumento de agotamiento de recursos presupuestarios y de cierta “manga ancha” de las autonomías en la admisión de expedientes, podía reconvenirse en un crédito extraordinario más un sistema de cofinanciación que hiciera responsables financieramente a estas. Pero nada de esto se hizo. Es verdad que se pactó un nuevo sistema de financiación más exigente con las comunidades autónomas, pero lo fundamental, el sentido y la dotación presupuestaria de la política de estructuras, tuvo un antes y un después desde el parón del 808. Las discrepancias sobre el decreto de estructuras no impidieron avanzar en otras materias, como la reforma de la PAC, en donde la organización tenía elaborado un texto propositivo que ya había explicado al Parlamento Europeo y al CES comunitario; la reordenación del sector lácteo, donde planteamos establecer una Reserva Nacional junto a un programa de abandono voluntario y una nueva regulación de las transmisiones de cuotas entre ganaderos; la reordenación del sector remolachero-azucarero, con la aprobación del programa definitivo que sería financiado íntegramente por la CEE; la prórroga de la Ley de arrendamientos rústicos con tres modificaciones importantes: la consideración de Arrendamientos Rústicos históricos para todos los anteriores al 1 de agosto de 1942, la modificación de los mecanismos de valoración de las tierras y la obligatoriedad de declarar el propósito de acceder a la propiedad para tener acceso a las ayudas.

Las discrepancias sobre el decreto de estructuras no impidieron avanzar en otras materias, como la reforma de la PAC

A vueltas con la representatividad En el ámbito legislativo había terminado el procedimiento parlamentario definitivo de la Ley de Cámaras Agrarias y surgía de nuevo el debate sobre la representatividad de las organizaciones agrarias que no nos ha abandonado desde entonces, pareciendo más un debate propiciado por la coyuntura política que por una lógica estable de representación agraria. La posición de UPA no era rehuir el proceso electoral, sino denunciar la irracionalidad del procedimiento. Era conocido que el sistema español que quería llevarse a cabo no tenía correspondencia con ningún país de nuestro entorno

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europeo, ni siquiera Francia, donde sí existían elecciones a cámaras agrarias pero donde estas tenían amplias competencias de las que carecían en España106, la probable politización de la convocatoria no era descartable, convirtiendo un proceso electoral entre organizaciones agrarias en un escenario que midiera representación política y, finalmente, la revitalización de unos organismos que afortunadamente habían languidecido durante estos últimos años. El Estado autonómico, que ya se había desarrollado de manera significativa por las transferencias agrarias, optó por generalizar la constitución de Consejos Agrarios, que permitían desempeñar las funciones de consulta a las organizaciones agrarias sin necesidad de intervención de las Cámaras, que tenían vetada por ley la capacidad representativa. Sobre esta base se produjeron elecciones en algunas comunidades y en otras no, sin que por ello se alterara la presencia de las tres organizaciones estatales en la interlocución nacional. Para refrendar aún más esta situación, en noviembre de ese año se constituye el Consejo Económico y Social de España, con la presencia de las tres organizaciones agrarias representativas en el Grupo Tercero del citado Consejo.

La función del CES era consultiva y emitía informes y dictámenes sobre la actividad reguladora del Gobierno

El CES estaba formado por 61 miembros, incluido su presidente. De ellos, 20 formaban el Grupo Primero, en representación de las organizaciones sindicales más representativas; otros 20 el Grupo Segundo, en representación de las organizaciones empresariales, y 20, por último, el Grupo Tercero, correspondiendo, de ellos, 3 al sector marítimo pesquero, 4 a usuarios y consumidores, 4 al sector de la economía social, 3 al sector agrario, siendo los 6 restantes expertos en las materias competencia del Consejo. La función del CES era consultiva y emitía informes y dictámenes sobre la actividad reguladora del Gobierno; por tanto no sustituía la capacidad representativa y de concertación de cada una de sus partes, pero estas sí estaban representadas por su carácter representativo previo, como era el caso de las organizaciones agrarias. Su función a lo largo de este tiempo puede calificarse de imprescindible. La notable calidad técnica de los dictámenes e informes de iniciativa, junto a su memoria anual, son publicaciones de obligada consulta. Sin embargo, no

El 25 de octubre, el Consejo de Ministros aprobó la disolución de la CONCA.

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siempre ha tenido la consideración debida en algún momento de su ya dilatada trayectoria, dado que no todos los gobiernos han cumplido con su obligación de requerir sus informes en el desarrollo de su actividad regulatoria. Como organismo de carácter tripartito, su capacidad de consenso ha sido ejemplar en un país tan necesitado de acuerdos.

El choque liberalizador Las discusiones europeas, tanto de la PAC como las que conducirían a la unión Económica, representaban el hecho político más relevante para el futuro de la Comunidad y de España, como los últimos años de crisis económica así lo atestiguan. En diciembre de 1991, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la CE reunida en Maastricht aprobó la Unión Europea y la unión económica, pero tras la negativa de Dinamarca a aprobar el contenido del Tratado, la ligera ventaja del sí en el referéndum francés y la utilización de la presidencia británica en el segundo semestre de 1992, condujo a la definitiva cumbre de Edimburgo y a un Tratado más desarrollado en lo económico que en lo social. Se avanzó rápidamente en la constitución de la moneda única, pero la cohesión y la federalización real de la Unión no tuvieron el mismo desarrollo. La Unión tendría una moneda común, pero no un espacio social común. El contexto de recesión económica que se vivía nos recuerda a la situación actual, en donde el retraimiento hacia el nacionalismo se convierte en el refugio de algunos países nórdicos y centroeuropeos. Por ello España tuvo que recurrir a dos devaluaciones de la peseta, que hoy no pueden realizarse, y a forzar unos presupuestos muy restrictivos para 1993, de los que no era ajeno el Ministerio de Agricultura.

Las discusiones europeas, tanto de la PAC como las que conducirían a la unión económica, representaban el hecho político más relevante para el futuro de la Comunidad y de España, como los últimos años de crisis económica así lo atestiguan

En el terreno agrario, que no podía descontextualizarse del general que vivía la UE, después de año y medio de discusiones, el 21 de mayo se aprobaba el texto definitivo de la reforma de la PAC. Durante ese periodo de debate, todos los dictámenes que hicieron los organismos consultivos –el Parlamento Europeo aún no tenía la codecisión en materia de agricultura–, coincidieron en el diagnóstico de la Comisión sobre las enormes desigualdades que había producido la aplicación de una PAC anclada en los países fundadores, pero no pensada para una Europa a 12. Por su claridad de exposición tiene interés recordar el dictamen del CES comunitario:

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“La PAC no ha contribuido ciertamente a atenuar la diferencia de renta entre la agricultura del norte de Europa y de la agricultura del sur de Europa y lo mismo se puede decir respecto a las zonas menos favorecidas y periféricas de otras regiones de la Comunidad. Por un lado, porque la política de precios y de mercados ha dispensado un trato más favorable a las producciones continentales con un sistema de precios garantizados para cantidades ilimitadas, y con la defensa absoluta de la frontera asegurada por el arancel. Por otro lado, porque la protección exterior para los productos mediterráneos se ha atenuado fuertemente en el marco de la apertura comercial practicada por la Comunidad. Por último, porque la política estructural ha desempeñado un papel marginal en el desarrollo de las regiones meridionales debido a que la financiación prevista a cargo de la sección del FEOGA– Orientación es muy reducida. La relación entre las secciones de Garantía y Orientación ha sido y sigue siendo muy desequilibrada”. De manera que en aquel entonces no parecía que el problema se situara en el diagnóstico de la situación, sino por el contrario en la necesidad de desarrollar medidas que compensaran los desequilibrios de renta entre productores y regiones.

“La PAC no ha contribuido ciertamente a atenuar la diferencia de renta entre la agricultura del norte de Europa y de la agricultura del sur de Europa, y lo mismo se puede decir respecto a las zonas menos favorecidas y periféricas de otras regiones de la Comunidad“

El tan manido planteamiento de reformar una PAC que hacía posible que el 80% de su presupuesto fuera acaparado por tan solo el 20% de las explotaciones, se desinfló por completo con los acuerdos adoptados: reducción de precios a niveles del mercado internacional y compensaciones de renta en función de ayudas regionalizadas vinculadas a rendimientos históricos, unido a un paquete de tímidas medidas de acompañamiento (jubilación anticipada, reforestación y medidas agroambientales) que no alcanzaba siquiera el 1% del total del gasto agrario.

La compensación regionalizada, al tener que mantener la neutralidad presupuestaria o, dicho de otra manera, el status quo, perjudicaba notablemente a los países con menos dotaciones estructurales (rendimientos bajos) y a los agricultores de pequeña o mediana dimensión. Además,

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estas compensaciones regionalizadas estaban condicionadas a la retirada de tierra de cultivos, de la que UPA siempre se había mostrado radicalmente en contra. Las conclusiones son evidentes a cualquier ciudadano. Se atajan los excedentes, se disminuye el gasto y se mantiene la misma distribución interna entre agricultores y regiones. O, dicho de otro modo, una liberalización de los mercados de cara al futuro acuerdo del GATT sin compensaciones reales. Una PAC sin cohesión. Por si fuera poco, la reforma del sector de oleaginosas en la campaña 1992/93 condujo a un crecimiento desmesurado de siembras especulativas (250.000 hectáreas sembradas en barbecho) y cultivos abandonados, lo que provocó una lógica y razonable oposición social a ese tipo de ayudas públicas.

Cuando se aprobaba la Unión Europea y la unión económica, la única política comunitaria de aquel momento que representaba más del 70% del gasto europeo carecía del principio de cohesión

Pero, sobre todo, cuando se aprobaba la Unión Europea y la unión económica, la única política comunitaria de aquel momento que representaba más del 70% del gasto europeo carecía del principio de cohesión. Visto en perspectiva al día de hoy, comprendemos mejor que los déficits políticos de la construcción social de Europa no son tan recientes como parecen en la actualidad. La lógica de la liberalización de los mercados agrarios no acababa en las fronteras comunitarias; es más, aunque no oficialmente, se vinculó la reforma de la PAC al acuerdo bilateral entre EEUU y la CEE sobre comercio internacional, en el marco de las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT. Y así fue. El preacuerdo alcanzado entre la Comisión Europea y el Gobierno de EEUU (en plena campaña electoral estadounidense) se transformó posteriormente en el acuerdo general suscrito por los 117 países miembros del GATT el 15 de diciembre de 1993. De modo y manera que, en apenas dos años de negociaciones, se producía un giro radical en las políticas de protección agraria con la aprobación del mercado único europeo, la reforma de la PAC y la aprobación de la Ronda Uruguay del GATT; todas ellas, insisto, con la misma lógica de liberalización acelerada de los mercados sin proyectos de cohesión o gobernanza global de los graves efectos sociales que producía. España, en el redondeo final de las negociaciones comunitarias, obtuvo algunas compensaciones sectoriales al aumentar las cuotas de leche y tabaco Virginia y la permanencia del apoyo a las leguminosas de consumo humano. También se obtuvo el adelantamiento del periodo transitorio de adhesión con ventajas

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innegables en el sector de frutas y hortalizas107, al mejorar nuestras condiciones de exportación, y en el aceite de oliva al igualar las ayudas. Sin embargo, todas nuestras producciones continentales, con déficits estructurales importantes, dejaban de tener una barrera defensiva frente a las importaciones masivas. Los sectores lácteo, vacuno y remolachero azucarero tenían visos de continuar en crisis, dado que Francia era, en el caso de los dos primeros, un exportador importante hacia nuestro país108. Los planes de reordeEspaña, en el redondeo final de nación que se ejecutaron posteriormente no consiguieron que el poder del mercado y el resultado de estas negociaciones terminalas negociaciones comunitarias, ran por empequeñecer, con altos costes sociales, los tres sectores obtuvo algunas compensaciones antedichos.

sectoriales al aumentar las cuotas de leche y tabaco Virginia y la permanencia del apoyo a las leguminosas de consumo humano

Como se empequeñeció el papel de España en las negociaciones del GATT, que fueron llevadas por la Comisión Europea con mandato del Consejo. El acuerdo final redujo las exportaciones subvencionadas un 21%, las ayudas a la exportación un 36%, la disminución progresiva de la superficie máxima de siembra de las oleaginosas109 y la incorporación de una cláusula de acceso mínimo en vino110.

El efecto de todo ello era redundante con la reforma de la PAC. La capacidad exportadora de Francia era disminuida por estos acuerdos, de manera que con el mercado único europeo este país compensaba esta situación desviando sus exportaciones a España, sobre todo en las producciones continentales. No obstante, el esfuerzo modernizador de nuestro sector de frutas y hortalizas ha conseguido que la balanza comercial agraria con Francia sea positiva para España desde hace ya varios años111.

La libertad de exportar en frutas y hortalizas no fue completa, pues producciones como tomates, fresas, melocotones, albaricoques, alcachofas y melones tuvieron que seguir necesitando una autorización administrativa para exportar a países de la Unión Europea. 108 El saldo de la balanza comercial entre España y Francia en productos agroalimentarios fue negativo para España en 1991 y 1992 con -53.695 miles de euros y -64.029 miles de euros, respectivamente. 109 De 2.138.000 ha en 1993/94 a 1.200.000 ha en 1994/95 y 990.000 ha en la campaña 1995/96. 110 Obligación de importar un cierto porcentaje de la producción, que se calculó entre un 3 y un 5%. 111 Según datos del ICEX,en 2011 el saldo para España era positivo en 872.972 miles de euros. En el sector hortofrutícola, el saldo ascendía a 1.351.589 miles de euros. 107

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Malos años agrícolas y movilizaciones Regresando a nuestro país, 1991 fue un mal año agrícola. Se produjeron importantes descensos en la renta, la población activa y los precios percibidos por los agricultores. Nuestra tasa de cobertura de las exportaciones frente a las importaciones descendió hasta el 83,6% y, para colmo, el tiempo no acompañó y ya eran visibles los efectos de la sequía. Los problemas sectoriales pendientes de reestructuración se mantenían pendientes y el nuevo decreto de estructuras agrarias, 1887/91, que sustituía al acuerdo alcanzado en noviembre del año anterior sobre el Decreto 808, fue aprobado con la opinión contraria de UPA. La reunión celebrada con el ministro Solbes para tratar estos y otros asuntos, en un encuentro celebrado el 23 de febrero, no sirvió para saltar sobre las dificultades. La consecuencia fue inmediata. El 14 de marzo, UPA celebró, en el salón de actos de la sede de UGT en Avenida de América de Madrid, un acto multitudinario de responsables sindicales con la presencia de Nicolás Redondo112. La intervención de Redondo volvió a sintonizar con los cuadros de la organización: “Observamos que el agricultor sufre un empeoramiento de las rentas agrarias, una reducción de los precios; en definitiva, que el campo padece un profundo déficit social. Pero hemos de evitar que el fantasma del paro y la pobreza se apoderen sin remedio de regiones tradicionalmente agrarias, y toda UGT está de acuerdo con UPA: no se puede sacrificar al campo”. Mi intervención quería, a través del acto, hacer una llamada a la sociedad: “Decirle a la sociedad que no puede permitirse el lujo de ser indiferente ante los problemas de los pequeños agricultores; que no es posible que los problemas del campo se analicen desde las grandes cifras. Hacemos una llamada a la sociedad para que sea capaz de concebir un modelo de desarrollo no vinculado a la ciudad, sino a nuestro mundo rural”. Y después de la actitud del Ministerio de Agricultura, concretar nuestra posición. ”Queremos negociar y tenemos propuestas, pero también digo que UPA no va a negociar sacrificios, porque ya no es posible sacrificarse más”.

1991 fue un mal año agrícola. Se produjeron importantes descensos en la renta, la población activa y los precios percibidos por los agricultores

Al término del acto, en la posterior rueda de prensa, anunciamos el envío de una carta al presidente González113 reclamándole su participación directa en la

La concentración tuvo el eslogan “Reivindicamos futuro para el campo” y reunió a más de 1.000 asistentes. 113 Le fue remitida el 18 de marzo. 112

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solución de la crisis, y “proponer al resto de organizaciones de ámbito nacional, la elaboración de una plataforma conjunta y la celebración de movilizaciones en abril si el Gobierno no da soluciones en el marco de una política presupuestaria”114. La respuesta no llegó, ni siquiera un acuse de recibo, y se produjeron las movilizaciones conjuntas con un gran respaldo social. El 11 de abril culminaban con manifestaciones masivas en las grandes capitales “Desde hace al menos tres de las comunidades autónomas, en un clima de normalidad y sin incidentes. Solbes respondió el mismo día que recibiría a las orgalustros, la agricultura está nizaciones agrarias después de Semana Santa.

realizando un importante esfuerzo de modernización, con logros patentes en algunos aspectos, acelerado desde el instante que nuestro país inició, en 1986, el proceso de integración en los mecanismos de mercado de la CE”, El País 12 de abril de 1991

El editorial de El País del 12 de abril criticaba abiertamente la actitud del Gobierno: “Desde hace al menos tres lustros, la agricultura está realizando un importante esfuerzo de modernización, con logros patentes en algunos aspectos, acelerado desde el instante que nuestro país inició, en 1986, el proceso de integración en los mecanismos de mercado de la CE. Resulta lamentable que este esfuerzo, todavía no concluido, no haya propiciado una política de concertación más intensa entre la Administración y las organizaciones agrarias, y que sean necesarias periódicas movilizaciones para forzar contactos que deberían estar a la orden del día”. Y añadía las causas del descontento, que coincidían básicamente con nuestro diagnóstico: “En los últimos años, las medidas de reducción de precios fueron eficaces. Pero no lo fueron las medidas complementarias, como ayuda a las rentas, ceses de actividad, abandono de tierras: apenas se han aplicado. He ahí todo un programa por el que batirse en Bruselas y sobre el que articular un proceso serio de concertación entre la Administración y las organizaciones agrarias durante los próximos años”. El 13 de abril volvíamos a escribir al presidente del Gobierno pidiéndole una reunión, en esta ocasión con el respaldo de las movilizaciones producidas. E insistíamos en nuestras demandas y en nuestra cultura sindical de concertación. “Las reivindicaciones de UPA solo persiguen una mayor cohesión social de nuestra agricultura, de manera que sea homologable la competitividad económica de nuestras explotaciones con el mantenimiento de la población en los núcleos

El Mundo 15 de marzo de 1992.

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rurales de nuestro país. Reivindicaciones que se concretan en una jubilación anticipada, el fomento de la incorporación de jóvenes y un tratamiento fiscal justo y solidario para los pequeños y medianos agricultores, sin olvidar la necesidad imperiosa de reformar la PAC que ha originado que el 80% del gasto agrario se dirija tan solo a un 20% de explotaciones”. Tampoco obtuvimos respuesta. El 22 de abril, cumpliendo su compromiso de convocatoria, nos reunimos con el ministro las tres organizaciones agrarias. Solbes reconoció, de entrada, el éxito de las movilizaciones, admitiendo que habían supuesto un toque de atención para el Gobierno y propuso priorizar las conversaciones en las cuestiones estructurales. Para ello entregó un documento en el que se pretendían tres objetivos básicos: incrementar la productividad de las explotaciones sin generar excedentes, incrementar el valor añadido percibido por los agricultores y lograr un desarrollo del medio rural y una protección del medio natural. Sin embargo, los temas relacionados con la reforma de la PAC se excluyeron de ese ámbito de negociación. Con el paso del tiempo se entiende mejor esa separación del marco de negociaciones. Era inminente su aprobación –tan solo un mes después, el 21 de mayo– y sus grandes líneas ya estaban escritas. Por eso he querido relatar la reforma de la PAC en el contexto del mercado único y los acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT, porque los tres acontecimientos juntos supusieron, en un plazo breve de tiempo, el choque liberalizador más importante desde que en 1957 se creara la Política Agraria Comunitaria.

El acuerdo marco: se institucionalizan las relaciones El 23 de mayo, dos días después de haber dado el visto bueno a la reforma y resonando aún nuestras críticas por sus contenidos, se firma un acuerdo marco con el Ministerio de Agricultura conducente a una modernización del sector agrario español, “capaz de asumir los retos que se derivan de la nueva PAC y la puesta en marcha del mercado único europeo”. El acuerdo institucionalizaba las relaciones entre el Ministerio y las OPAs115 y su contenido diferenciaba entre medidas coyunturales y estructurales.

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“El acuerdo marco ha sido uno de los pasos más importantes en los últimos tiempos para institucionalizar la negociación y la corresponsabilidad que tanto el Ministerio como las OPA tienen en la definición y aplicación de la política agraria”. Pedro Solbes. La Tierra nº 100.

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En las primeras se incluían la reforma del IRPF, la revisión del REASS, las ayudas para paliar los efectos de la sequía, la financiación de la actividad agraria, la reordenación del sector lácteo y las ayudas a las rentas de los agricultores. Entre las que componían el paquete estructural resaltaban: actualizar la legislación sobre agricultura familiar y arrendamientos rústicos, considerar al agricultor a título principal como beneficiario preferente de la política agraria y combinar los programas de jubilación anticipada e incorporación de jóvenes. Nos encontramos, de nuevo, en un proceso ordenado de negociación que fue recibido de manera positiva por la organización, pero lleno de condicionantes objetivos que no tardarían en frustrar las esperanzas suscitadas por el Acuerdo Marco. De entre ellas, dos no menores. Por un lado, la situación objetiva de un país en crisis económica116 que nos llevó a dos devaluaciones de la peseta, una el 17 de septiembre de 1992 y la otra el 13 de mayo de 1993, y, de otro lado, la previsión presupuestaria para el incremento del gasto del MAPA, que era del 12% antes del verano y del 34,3% después de la devaluación de septiembre. Las consecuencias de la reforma de la PAC, en lo que se refiere a la disminución de precios, serían inmediatas, mientras que las medidas compensatorias o de carácter estructural tenían el peor condicionante, la escasez presupuestaria. Asimismó, los efectos de las devaluaciones sobre las importaciones se dejaron sentir también de inmediato; el coste del gasóleo y de los fertilizantes, dos inputs de uso generalizado en la agricultura, vieron cómo sus precios se elevaron. Por ello, no resulta extraño que el editorial de La Tierra del mes de noviembre de 1992 se titulara “Movilizaciones: el Gobierno tiene la palabra”, en donde se reconocían las limitaciones económicas, pero se abría una puerta a medidas de carácter legislativo sin repercusión presupuestaria para conseguir avanzar. En el mismo número se incidía en resaltar que sin acuerdos el conflicto sería inevitable. Ofrecíamos, como siempre, una posible salida al estancamiento pero, en este caso, las dificultades reales eran demasiado grandes. Durante 1992, ninguno de los indicadores económicos que afectaba a la agricultura fue positivo: perdimos un 6,3% de empleo, el porcentaje más alto de toda la Comunidad Europea; la pérdida de renta agraria –de un 7,8%– fue la tercera en orden de

Como consecuencia de la burbuja inmobiliaria de Japón y la repercusión de los precios en el petróleo por la Guerra del Golfo, los países desarrollados entraron en una crisis económico-financiera. En España el PIB de 1992 fue del -0,9 y del 0,2 en 1993.

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gravedad entre los 12 socios comunitarios, después de Holanda y Portugal; los precios percibidos por los agricultores españoles bajaron de media un 10,5% y las pérdidas por daños producidos por la sequía se estimaban en 300.000 millones de pesetas. Un año agrícola muy malo, pero que tuvo en su último mes una buena y esperada decisión comunitaria: la OCM del plátano, por la que Solbes será siempre recordado en Canarias.

La “marcha verde” En enero de 1993, el Comité Federal convocaba la celebración de una marcha hacia Madrid, que concluyera en una gran manifestación en la capital de España. La “marcha verde”, como fue adjetivada, fue convocada por UPA y ASAJA, mientras que COAG y la escisión del CNJA realizaron movilizaciones separadas.

De las movilizaciones del sector agrario, la “marcha verde” es la única que pertenece a los libros de texto, cuando se explica la dura reconversión que sufría la agricultura en esos primeros años noventa

El 16 de febrero de 1993, en Vinaroz, comenzó la marcha que rápidamente se extendió por toda la geografía española a lo largo de 16 días de etapas y concentraciones. A medida que avanzaban las jornadas, estas se hacían cada vez más numerosas. La entrada en Madrid de cinco columnas masivas de agricultores y ganaderos confluyó en la Plaza de España el 5 de marzo, la mayor manifestación del sector agrario de toda la etapa democrática117. De las movilizaciones del sector agrario, la “marcha verde” es la única que pertenece a los libros de texto, cuando se explica la dura reconversión que sufría la agricultura en esos primeros años noventa. El Gobierno reconoció el éxito de la convocatoria y, en un primer gesto, el Consejo de Ministros que se celebraba el mismo día, decidió aprobar la eliminación de la cotización por jornadas teóricas; eso sí, previa subida de las bases de cotización de 68.610 a 75.150 pesetas. Volvía a ser unánime la cobertura positiva dada a las movilizaciones por parte de los medios de comunicación; algunos aprovechando la oportunidad para des-

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Las cifras de participación en la manifestación sobrepasaron todas las expectativas y congregaron a más de 100.000 personas.

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calificar globalmente al Gobierno, otros situando sus críticas en el contexto internacional y nacional de crisis económica del que hablábamos anteriormente. Pero todos mostrando simpatía por el valor del esfuerzo realizado por el sector agrario en su adaptación al mercado comunitario y por la propia naturaleza del trabajo en el campo. De hecho, durante todo el trayecto de la marcha fueron numerosas las muestras de simpatía de la ciudadanía al paso de los agricultores118: “Desde primeras horas de la mañana, y como culminación de las movilizaciones que se habían desarrollado durante quince días por toda España, miles de agricultores iniciaron el asalto de MaDurante el desarrollo de esta drid entrando por diversas vías. Una vez en la ciudad recorrieron las gran movilización no faltaron principales calles, produciendo un fuerte colapso de tráfico. Pese los problemas políticos sobre a ello, en muchos momentos recibieron el aplauso y la solidaridad de los viandantes”.

la actitud adoptada por UPA de acudir a la misma

La ausencia total de problemas de orden público durante todos los actos añadió legitimidad a las reivindicaciones que planteábamos las dos organizaciones119.

Durante el desarrollo de esta gran movilización, no faltaron los problemas políticos sobre la actitud adoptada por UPA de acudir a la misma. Algunos más lógicos que otros, pues la autonomía de la organización ni era nueva ni desconocida para el Gobierno. Creo que la comparecencia masiva de agricultores y ganaderos permitió canalizar y gestionar después un descontento que otras organizaciones con distintos intereses no lo habrían hecho. Así lo quise reflejar en la carta enviada al ministro Solbes el lunes 8 de marzo, en la que le solicitaba una entrevista en la que pudiéramos encauzar, por medio de la negociación, las demandas planteadas por la Unión de Pequeños Agricultores en la movilización, para acabar manifestándole “nuestra valoración positiva sobre tu actitud, al poner siempre el diálogo por delante de la confrontación, así como por las primeras medidas anunciadas el viernes y que te has comprometido a desarrollar”. Ello no impidió que durante la reunión con el ministro de Agricultura, el 23 de marzo y a solas con la organización, se explicitase este distanciamiento y se achacase a UPA una actitud preconcebida durante las ne-

El País 6 de marzo de 1993. Posteriormente a la manifestación del 5 de marzo remití una carta a Miguel Soláns, delegado del Gobierno en Madrid, para felicitarle por el comportamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

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gociaciones, consistente en no querer alcanzar acuerdos. La respuesta fue clara120: “La actitud supuestamente preconcebida de UPA es radicalmente incierta. La confianza tiene que ser recíproca y analizar los hechos y no las intenciones”. En otro plano, la competencia entre organizaciones, aunque no visible para la sociedad, alcanzó en esos días momentos de tensión por la convocatoria de las movilizaciones. El antecedente de las de abril del año anterior ya produjeron enfrentamientos de dirigentes de COAG con afiliados a UPA al no respetar estos nuestra presencia en las mismas121, y se volvieron a repetir en los prolegómenos de la convocatoria de la “marcha verde”. En condiciones normales se habría producido una convocatoria conjunta, tal y como ya se realizó en 1990, pero el nuevo coordinador de COAG, José Luis González, no pudo o no quiso la unidad de acción sindical con UPA. Las circunstancias añadidas de la separación de una parte del CNJA de ASAJA, encabezada por Antonio Castellanos, hizo que confluyeran estas dos últimas organizaciones en contraposición a las organizaciones que convocamos la marcha. En definitiva, prevalecieron intereses de estrategia sindical frente a los intereses generales que demandaban los agricultores.

La competencia entre organizaciones, aunque no visible para la sociedad, alcanzó en esos días momentos de tensión por la convocatoria de las movilizaciones

Si la relación entre organizaciones agrarias aún continuaba construyéndose en los primeros años noventa, la relación interna entre FTT y la autónoma UPA, tras el Congreso Confederal de UGT de 1990, tampoco pasaban por su mejor momento. La separación orgánica era un hecho irreversible, pero las tensiones se trasladaron desde la delimitación de fronteras sindicales, de las que ya hemos hablado, hasta la propia acción sindical de ambas organizaciones. De este modo, el primer conflicto serio se produjo por la firma de un convenio de colaboración entre FTT de Aragón y UAGA-COAG, respaldado por la CEF de FTT y UGT de Aragón, por el que se compartían servicios a afiliados y estructura sindical en decisiones en común, además de “evitar la creación y desarrollo de organizaciones sindicales agrarias que no respondan a intereses del propio sector o que sean propiciadas con el objetivo de dividir o distorsionar el panorama sindical”, que en román paladino se traducía en no crear UPA en Aragón. La CEF de UPA evaluó la posibilidad de impugnar dicho acuerdo ante el Comité Confederal de UGT, pero finalmente decidió promover la creación de la organización en Aragón.

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Notas personales. Los incidentes se produjeron particularmente en Castilla y León.

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El cambio trascendente que aclaró definitivamente el mapa interno dentro de UGT, fue la fusión de FTT con la Federación de Alimentación para crear una Federación Agroalimentaria homologable a las existentes en el resto de confederaciones europeas

Estas circunstancias se reprodujeron en la convocatoria de la “marcha verde” en la que FTT de Aragón, cumpliendo el convenio de colaboración firmado, acudía con COAG y CNJA a las movilizaciones, sin que hiciera tal cosa la federación estatal de FTT. En un comunicado de prensa de UAGA, el mismo día que comenzaba la “marcha verde” calificaba esta como “un montaje publicitario que favorece al Gobierno” y criticaba con dureza a UPA y su secretario general. En esta ocasión, las cosas fueron demasiado lejos y la CEC de UGT intervino de manera categórica. En dos cartas, una dirigida a Pedro Cortés, secretario general de FTT, y José Antonio Cid, secretario general de UGT de Zaragoza, así lo expresaba Antón Saracíbar: “Seguramente conoces el reciente comunicado de COAG que responde a una campaña de desprestigio de UPA y de su secretario general, que resulta intolerable, con motivo de la “marcha verde”. Por todo lo manifestado y una vez analizados los hechos por la CEC, hemos pedido a UPA que acelere los trabajos de constitución de UPA en Aragón. A FTT de Aragón y a la Unión Provincial de Zaragoza en nombre de la CEC me corresponde trasladar nuestra desaprobación al acuerdo entre FTT y COAG con Jóvenes Agricultores sobre las movilizaciones a desarrollar al margen de la “marcha verde” convocada por UPA. En estos momentos, la CEC está estudiando un pronunciamiento público de apoyo a la “Marcha Verde”, convocada por UPA con el único propósito de provocar un giro en la actual política agraria que resulta profundamente negativa para miles de pequeñas y medianas explotaciones agrarias”. Días después, el propio Saracíbar participaba en una etapa de Albacete, mostrando así el apoyo de UGT a la movilización. Este episodio terminó por estabilizar la separación real y efectiva en la toma de decisiones de ambas organizaciones. Aunque el cambio trascendente, que aclaró definitivamente el mapa interno dentro de UGT, fue la fusión de FTT con la Federación de Alimentación para crear una Federación Agroalimentaria homologable a las existentes en el resto de confederaciones europeas. De este modo UGT concluía un proceso largo y lleno de dificultades para adecuar su estructura sindical en el sector agroalimentario español. De él se puede concluir que ha sido uno de los mayores éxitos organizativos de una confederación sindical de trabajadores en Europa.

Las integraciones en UPA Este respaldo confederal al proyecto de UPA se producía en un momento de especial madurez de la organización, pero también de ajustes en su funcionamiento interno por problemas de gestión.

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El más notable fue la sustitución en el primer Comité Federal de dos miembros de la CEF: Manuel Leal, secretario de Administración y Servicios, y Juan Ramos, secretario de Comunicación e Imagen. Fueron sustituidos por José Luis Gutiérrez, que dejaba la Secretaría de Formación para responsabilizarse de Comunicación e Imagen, y la incorporación de dos mujeres, las primeras en una ejecutiva federal de UPA, Julia García Vaso como secretaria de Formación, y Reyes Velilla como secretaria de Administración y Servicios. A los dos años, el 22 de diciembre de 1993, la CEF aceptaba la dimisión de Velilla y traspasaba las competencias a la secretaría federal de Roberto García, que ya las había desarrollado en la primera Comisión Ejecutiva. Pero lo más relevante de este periodo, sin duda, es la integración formal en UPA de las organizaciones participantes en la Propuesta Agraria Progresista. Los acuerdos de integración se firmaron bajo un mismo modelo de protocolo el 19 de mayo de 1992, a la vez que se celebraba un Comité Federal extraordinario para ratificar dichas integraciones. La Asociación de Campesinos de Ávila (ACA), a través de su secretario Los acuerdos de integración general Nacho Senovilla y durante la celebración de su IV Congre- se firmaron bajo un mismo so, el 2 de febrero de ese año. La Unión de Campesinos de Palencia modelo de protocolo el 19 de (UCP), con su secretario general Luis Fernando Martínez, en su II mayo de 1992, a la vez que se Congreso el 22 de febrero. La Unión de Campesinos Asturianos (UCA), por medio de Juan Manuel Antón Cano, secretario gene- celebraba un Comité Federal ral, en su IV Congreso el 29 de febrero, y la Unión de Ganaderos y extraordinario para ratificar Agricultores de León (UGAL)122, durante su congreso constituyente dichas integraciones el 17 de mayo, y en el que salió elegido como presidente Matías Llorente. Los acuerdos recogían una serie de principios sobre los que se inspiraban las integraciones. Dos de ellos resumen perfectamente su filosofía: “Que la fuerza del sindicato son sus afiliados, teniendo por tanto la organización la necesidad prioritaria de captar nuevos afiliados que se vinculen activamente a las tareas sindicales. Que se tendrá especial interés en la afiliación de colectivos y sindicatos como la mejor manera de potenciar la UPA y demostrar nuestra firme voluntad de abrir el sindicato al conjunto de explotaciones familiares agrarias”.

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El acuerdo de integración de UGAL fue impugnado por el Comité Provincial de UPA León el 12 de junio de 1992, siendo este desestimado por la CEF.

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El contenido restante de los acuerdos hacía mención al mantenimiento de las siglas, cuotas, antigüedad y fichero de afiliados, dejando su entrada en vigor a la aprobación del Comité Confederal de UGT, que así lo hizo finalmente el 26 de junio de 1992. Posteriormente a estas integraciones se produjeron otras en los siguientes meses y años. La primera fue la del Sindicato Democrático Ganadero Montañés (SDGM) que no pudo hacerlo en el acto del 19 de mayo, pero que sí adoptó la decisión de integración en una asamblea del sindicato el 13 de enero de 1993 y comunicada a UPA el 15 del mismo mes por su secretario general, Antonio Martínez de la Pedraja.

De este modo se culminaría la extinción del proyecto CODEF con la integración de todas sus organizaciones en el proyecto de UPA, después de seis años de desencuentros políticos y encuentros sindicales

El 30 de marzo lo hacía Salvador Casasola, secretario general de la Unión Agraria de Explotaciones Familiares de Granada (UAEF), y el 27 de enero de 1994, en presencia del consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, se firmaba un plan gradual de integración de UAEF-Andalucía en UPA, entre su presidente, Conrado Sánchez García, y el coordinador regional de UPA, José Luis Gutiérrez.

De este modo se culminaría la extinción del proyecto CODEF con la integración de todas sus organizaciones en el proyecto de UPA, después de seis años de desencuentros políticos y encuentros sindicales, quizás el tiempo necesario para que la fuerza de la gravedad que opera en física terminara por influir en las conductas de algunos socialistas en el campo español. En la resolución del Comité Federal extraordinario, aprobada por unanimidad, así se expresaba: “El Comité Federal ha evaluado como plenamente satisfactorio para el movimiento sindical progresista de la agricultura española, representado por UPA, el proceso seguido desde la constitución de la plataforma agraria progresista hasta la consecución de este acuerdo de integración. Con las integraciones que se ratifican hoy, UPA se configura como una opción sindical claramente representativa de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, reforzando además su capacidad de interlocución ante las distintas Administraciones públicas y la Comunidad Económica Europea. El Comité Federal ha constatado también el hecho positivo que supone para la Unión de Pequeños Agricultores el haber sido la única organización agraria que

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viene experimentando un crecimiento notable en los dos últimos años, frente a otras organizaciones donde el proceso ha sido inverso”. La Asociación de Ganaderos y Agricultores de Cuenca (AGAC) abrió una nueva etapa de integraciones que continuaría con asociaciones de carácter sectorial o convenios de colaboración con otras de carácter horizontal; como fue el caso de la Asociación Provincial de Apicultores de Albacete (ASAPA) y de la Asociación Provincial de Regantes del Olivar (APROJAÉN), respectivamente123. La sede de Avenida de América se había quedado pequeña y la CEF adoptó el acuerdo124 de trasladarse a los locales de la extinta CONCA de la calle Agustín de Bethencourt, en la que ya se encontraban la COAG y ASAJA. Esta sería la última y actual sede nacional de UPA en unos locales separados de la sede de las federaciones de UGT, desde que en 1982 se constituyera la organización teniendo su sede compartida con la FTT en la calle Avenida de los Toreros. El traslado se produjo el 1 de diciembre y el 21 del mismo mes celebramos su inauguración junto a la edición especial del número 100 de la revista La Tierra. Desde esta sede se convocó la “marcha verde” y se siguieron las primeras reuniones de negociación con el MAPA125, pero el presidente González convocó elecciones generales para el 6 de junio de 1993 y todo el proceso se paralizó. En estas circunstancias, la organización elaboró diez medidas para abordar la crisis en la que se encontraba el sector agrario126: Reforma fiscal y de la seguridad social, Ley de Modernización Agraria, Ley de Relaciones Interprofesionales y compensación de rentas para agricultores desfavorecidos fueron algunas de las más destacadas127. Las relaciones con las organizaciones agrarias, que por primera vez tenían un marco institucional, deberían respetarse y reforzarse con una política decidida de concertación. En conclusión, reclamábamos un programa progresista y un marco de diálogo y concertación permanente.

AGAC se integró el 9 de octubre de 1997, APROJAÉN el 18 de junio de 1999 y ASAPA el 18 de octubre de 1999. 124 Acta reunión CEF 7 de abril de 1992. 125 En la reunión con el MAPA del día 23, el CNJA escindido acude dentro de la delegación de COAG. 126 Acta CEF 27 de abril de 1993. 127 La Tierra nº 105. 123

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El PSOE volvió a ganar las elecciones con más de nueve millones de votos, pero perdió la mayoría absoluta que disponía desde su primera victoria electoral de 1982.

Las interprofesionales entran en la agenda política Los ministros que formarían el Gobierno de la quinta legislatura tomaron posesión el 14 de julio de 1993, siendo ministro de Economía y Hacienda Pedro Solbes, y ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Vicente Albero, quien había sido director general y presidente del FORPPA con Carlos Romero y secretario de Estado para las Políticas de Agua y Medio Ambiente en la cuarta legislatura.

El nuevo marco de interlocución se ampliaba a la representación de las industrias agroalimentarias (FIAB) y de las cooperativas (CCAE) en la misma mesa de discusión, lo que produjo un nuevo esquema de alianzas estratégicas en el seno de las organizaciones agrarias

En la primera reunión con el nuevo ministro, Albero, el 27 de julio, solo trece días después de tomar posesión, la organización le trasladó su disposición a un “diálogo fructífero” que conllevara la celebración de acuerdos concretos sobre las materias que más nos preocupaban. El marco de relaciones institucionales, en el que tanto habíamos avanzado en la etapa de Pedro Solbes con la firma del acuerdo marco, volvía a replantearse por el nuevo ministro en función de nuevas prioridades políticas. Desde el primer momento, Albero eligió la fórmula interprofesional como el eje de sus actuaciones128. Y no le faltaba razón al elegir ese mecanismo de relación contractual entre los distintos subsectores agrarios de la cadena alimentaria, pues era notoria nuestra desventaja con respecto a algunos países de referencia como Francia y generalizada la petición de las organizaciones agrarias de adentrarse en ese camino. Como consecuencia, el nuevo marco de interlocución se ampliaba a la representación de las industrias agroalimentarias (FIAB) y de las cooperativas (CCAE) en la misma mesa de discusión, lo que produjo un nuevo esquema de alianzas estratégicas en el seno de las organizaciones agrarias, de modo que ASAJA y FIAB, por su pertenencia común a CEOE, podían coordinar y sumar sus distintas posiciones en las mesas. En el caso de las OIA129, esta coordinación fue notoria durante todas las discusiones, una vez que el Ministerio elaboró un proyecto de Ley de Organizaciones Interprofesionales. Se produjeron, incluso, algunos he-

Reunión 29 de noviembre de 1993: “No estamos bien porque no sabemos organizarnos”. Organizaciones Interprofesionales Agroalimentarias.

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chos consumados como la creación de la Confederación Española de Vacuno de Carne (INTERVAC) bajo el auspicio del Ministerio y que produjo tensiones entre la organización y el ministro Albero130. El asunto, aún hoy en controversia, no dejaba de ser enormemente complejo. La posibilidad de alcanzar acuerdos entre partes de la cadena, hacerlos de obligado cumplimiento e incluso descontar un porcentaje de la producción para alcanzar un objetivo, tenía que enfrentarse, antes que nada, a su validación jurídica, y esta chocaba con la prohibición de extensión de norma dictada por los mecanismos del mercado único europeo. De manera que lo primero que había que sortear era la validación jurídica y esto, a su vez, necesitaba de una norma con rango de ley. Hasta aquí, con mayores o menores dificultades, existía consenso, pero la adaptación a nuestra realidad produjo los primeros choques, que finalmente se hicieron imposibles de superar.

La todavía débil estructura profesional de las organizaciones agrarias, aún teniendo una representatividad social muy alta, como había demostrado la “marcha verde”, estaba presente en las discusiones

La todavía débil estructura profesional de las organizaciones agrarias, aún teniendo una representatividad social muy alta, como había demostrado la “marcha verde”, estaba presente en las discusiones. Si la representación era exclusivamente proporcional al volumen comercializado, la aparición de sectoriales desacopladas de las organizaciones generalistas y con todo el peso económico provocaría un retroceso fulminante en la evolución del sindicalismo agrario español en democracia. Pero no faltaban razones para exigir que, en un acuerdo económico entre partes, la representatividad debía medirse como tal; esto es, con datos de producción, comercialización y/o transformación de todas las partes implicadas. En esta controversia, llena de lógica y legitimidad de las partes que componen la cadena, es donde debiera haber actuado la política para desenlazar los nudos y permitir el consenso. Y no fue posible. En parte por la interrupción del debate al dimitir el ministro Albero el 4 de mayo de 1994131, por las noticias aparecidas en el periódico El País, donde se le achacaba la no declaración fiscal de una determinada cantidad de dinero. Pero también, y sobre todo, por la diferencia evolutiva entre nuestro sector agrario y el de los países más cercanos europeos. En Francia, la filière tenía una larguísima trayectoria y un potente sector de dis-

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Carta del secretario general al ministro del 10 de marzo de 1994. Junto a la dimisión de Albero, se produjeron el mismo día las dimisiones como diputados de José Luis Corcuera y José Barrionuevo, exministros del Interior, y de Carlos Solchaga, presidente del Grupo Parlamentario Socialista, por los casos vinculados al GAL y la corrupción. Al día siguiente haría lo mismo Antoni Asunción, ministro del Interior, incapaz de justificar la huida de Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil.

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tribución agroalimentaria junto a unas organizaciones profesionales y cooperativas fuertes que ayudaron a construirla. Quizás nuestro error fue intentar ser como otros sin recorrer el mismo camino. O, dicho de otra manera, creer que con una ley tendríamos interprofesionales y un buen funcionamiento del mercado. En cualquier caso, la gestión de Albero apenas alcanzó los diez meses; sin que hoy día sepamos los resultados que hubiera deparado aquel intento de filière española, puesto que con posterioridad se modificaría la ley atendiendo a aspectos que reiteradamente sostuvimos132.

En junio de 1996, el Tribunal en Defensa de la Competencia, presidido por Amadeo Petitbó, imponía una sanción de 1.181,55 millones de pesetas a FENIL y 48 empresas del sector por considerar que se pusieron de acuerdo para la fijación de precios y bonificaciones en la compra de la leche

Una sentencia histórica del Tribunal de Defensa de la Competencia Sí se produjeron algunos hechos relevantes en la acción sindical de UPA, que conllevaron posteriormente a resultados de indudable repercusión dentro del sector. El más relevante, por su carácter inédito en el sindicalismo agrario, fue la denuncia presentada contra las industrias lácteas ante Defensa de la Competencia, por prácticas de concertación de precios. El 18 de junio de 1992133 así lo hacíamos mediante un escrito en el que aportábamos un acta de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL) en la que se recogía cómo sus socios se ponían de acuerdo en un precio base de pago de la leche a los ganaderos junto a distintas facturas en distintas regiones donde se comprobaba el cumplimiento del acuerdo. El Servicio de Defensa de la Competencia, como órgano administrativo e instructor de la denuncia, que la admitió a trámite el 9 de julio del mismo año y cerró su periodo de alegaciones el 20 de junio de 1994, elevó finalmente un informe al Tribunal de Defensa de la Competencia imputando tanto a FENIL como a 49 empresas lácteas por prácticas restrictivas de la competencia: “Resulta probado que existió un precio base idéntico y que el mismo variaba de manera uniforme para todas las empresas; igualmente todas las empresas denunciadas aplicaron de manera uniforme las bonificaciones y descuentos por calidad”. Otros dos años más tarde, en junio de 1996, el Tribunal, presidido por Amadeo Petitbó134, imponía una sanción de 1.181,55 millones de pesetas a FENIL y 48

Voto particular al dictamen del CES firmado por UPA,COAG, UGT y CCOO. En la reunión de la CEF del 16 de junio de 1992 se adopta el acuerdo de denunciar a FENIL. 134 La resolución fue dictada por el Tribunal compuesto por Amadeo Petitbó como presidente, Ricardo Alonso como vicepresidente y ponente, y los vocales Felipe Bermejo, Juan Fernández, José Hernández y Jesús Rubí. 132 133

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empresas del sector por considerar que se pusieron de acuerdo para la fijación de precios y bonificaciones en la compra de la leche. Era la primera ocasión en que un sindicato reclamaba competencia y transparencia en el mercado y conseguía que se condenara a un grupo industrial entero por no respetar tales prácticas. La última alegación de UPA ante el Tribunal135 se convirtió en un alegato sobre la democracia social de mercado: “Economía de mercado y libre competencia son términos inseparables. Solo en una situación de competencia se logra el equilibrio y la compensación mutua de los poderes económicos, puesto que cuando el poder económico se halla concentrado deviene en fuente de explotación y nos aleja de los valores superiores de igualdad y libertad”. La repercusión fue extraordinaria. La multa era la mayor que hasta ese momento había dictado el Tribunal, a la par de afectar a un grupo industrial completo del sector de la alimentación, con las lógicas repercusiones en los consumidores. En definitiva, un éxito del Estado de Derecho para un segmento, los ganaderos, con una dependencia estructural de la industria que les imposibilitaba obtener de una negociación la asignación justa de recursos por su trabajo.

El mercado único europeo avanzaba en sus primeros meses de existencia en el año 1993, pero pronto surgieron los primeros problemas entre países

El ingente trabajo profesional que conllevó este proceso y su exitosa conclusión no hubieran podido alcanzarse sin el trabajo del abogado Javier Ledesma y el equipo en el que se apoyó, experto en Derecho de competencia, formado por José María Jiménez-Laiglesia, Juan Jiménez-Laiglesia y Antonio García Mon.

Mercado único y conflictos comerciales El mercado único europeo avanzaba en sus primeros meses de existencia en el año 1993, pero pronto surgieron los primeros problemas entre países. Tal fue el caso de los episodios de ataques a camiones españoles de frutas y hortalizas en territorio francés, que comenzaron en mayo de ese mismo año. El acortamiento del periodo de aproximación para este sector en el Tratado de Adhesión, ne-

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La vista de la causa se produjo el 9 de abril de 1996, asistiendo en nombre de la organización Fernando Moraleda, Román Santalla, Roberto García y Carlos Polaino.

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gociado a la par de la reforma de la PAC, produjo un vuelco exportador sin que Francia hubiera adaptado sus producciones. La serie de incidentes se prolongaron varios años, con más o menos intensidad, a través de una denominada Coordinadora Rural que, ante la inhibición del Gobierno francés, llegó incluso a presionar al sector de distribución galo, hasta reducir en un 40% las exportaciones españolas. UPA, junto al resto de organizaciones y con la colaboración útil de la Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), se apoyó bastante en sus primeras reacciones en el Gobierno español, incluso buscamos aliados en Francia y en el COPA, con una Los ataques a camiones visita a la FNSEA junto a ASAJA en el mes de septiembre. Pero ninguna de aquellas actuaciones sindicales tuvo el efecto requerido, españoles, en realidad, hasta que decidimos abandonar el COPA durante un Presídium significaban el mantenimiento en el que se debatía el conflicto136, se creó una plataforma para la de un proteccionismo que no defensa de los productos españoles y una campaña a los consumidores con el eslogan “Productos franceses, no gracias”.

asumía el coste de un mercado abierto

Estas actuaciones tuvieron además el efecto de alentar una respuesta más enérgica del Gobierno español, que finalmente interpuso ante la Comisión Europea un procedimiento de sanción contra la República Francesa por incumplimiento del artículo 30 del Tratado de la Comunidad Europea.

Ya hemos descrito anteriormente cómo evolucionó la balanza comercial agrícola de España con Francia a raíz del mercado único y de su situación en la actualidad, claramente favorable a España por las exportaciones de frutas y hortalizas. Los ataques a camiones españoles, en realidad, significaban el mantenimiento de un proteccionismo que no asumía el coste de un mercado abierto. Visto el reverso de la misma moneda, nuestros productos continentales, en particular el sector lácteo y derivados, no ha dejado de sufrir efectos parecidos por las importaciones, en muchos casos indirectamente subvencionadas, de nuestro vecino europeo. Cabe destacar también el papel desempeñado por las organizaciones agrarias españolas en la solución final del conflicto sin llegar a los extremismos de nuestros vecinos. Una función que no siempre ha sido suficientemente reconocida.

Presídium 10 de junio.

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Esta misma lógica se producía también en los acuerdos de la UE con países terceros, en particular cuando se establecieron mayores condiciones de acceso para producciones hortofrutícolas del norte de África y Oriente Medio. En particular con Marruecos137, con la producción de tomates afectando a nuestras producciones de Canarias y Murcia. El objetivo de esta flexibilización nunca fue ocultado por la Comisión Europea: contribuir a la estabilidad política de la región, y nunca desdeñado por las autoridades españolas, que por nuestra histórica relación con la zona se era comprensivo con ese Desde que argumento. Eran momentos para la gestión del nuevo ministro de Agricultura, Luis Atienza, que sustituía a Vicente Albero. Atienza toma posesión el 16 de mayo de 1994 y no necesitó demasiado tiempo para conocer la agenda política del Ministerio, dado su paso por el mismo en la Secretaría General de Estructuras con Pedro Solbes.

el 29 de diciembre de 1993, Promoción Social de Viviendas (PSV), avalada por UGT, solicitara la suspensión de pagos, la vida interna y la proyección pública de nuestra organización no dejó de ocupar la atención pública

El 4 de julio, cuatro días después de celebrarse el VI Comité Federal de la organización, mantuvimos el primer encuentro institucional con el nuevo ministro: la Ley de Organizaciones Interprofesionales –que ya estaba en el Congreso–, la reordenación del sector lácteo, la reforma del IRPF, la Formación Profesional o el futuro de la empresa Sociedad General Azucarera fueron algunos de los temas de agenda que pudimos tratar. Independientemente de la concreción, que en una primera reunión es complicado alcanzar, su disposición y talante con respecto a UPA siempre fueron reconocidos por la organización.

La crisis de UGT En estas fechas, la CEF había ya pasado ampliamente el ecuador del periodo de gestión de nuestro II Congreso. Si este se estaba caracterizando por la estabilidad y expansión de UPA, no podíamos decir lo mismo de UGT. Desde que el 29 de diciembre de 1993, Promoción Social de Viviendas (PSV), avalada por UGT, solicitara la suspensión de pagos, la vida interna y la proyección pública de nuestra organización no dejó de ocupar la atención pública. La

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También se modificaron las condiciones para Túnez e Israel.

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repercusión del fallido intento de construcción de viviendas sociales no tardó en mostrar sus consecuencias políticas en el interior del sindicato. Nicolás Redondo, el hombre que durante dieciocho años había conducido a UGT desde la clandestinidad al puesto de sindicato mayoritario del país en los años ochenta, con 66 años, decidió no presentarse al XXXVI Congreso Confederal, que se celebraría del 7 al 10 de abril de 1994. La postura que adoptó UPA de cara al congreso se trató en la CEF del 14 de febrero de 1994. En la misma se acordó apoyar la candidatura de Cándido Méndez138 y Alberto Pérez139 frente a la alternativa encabezada por Manuel Fernández “Lito”, secretario general del Metal.

La postura que adoptó UPA de cara al congreso se trató en la CEF del 14 de febrero de 1994. En la misma se acordó apoyar la candidatura de Cándido Méndez y Alberto Pérez

La delegación de UPA al XXXVI Congreso se aprobó en el congreso extraordinario celebrado el 3 de febrero en la Escuela Julián Besteiro de Madrid, compuesta por once140 miembros titulares y cuatro suplentes. El 7 de abril, entre insultos de los cooperativistas en el exterior y apagones en la sesión de apertura, comenzó el congreso de sustitución de Nicolás Redondo con continuos llamamientos a la unidad del sindicato.

La tensión, no obstante, alcanzaba a las discusiones internas por las dos listas presentes para la nueva CEC. Finalmente, Lito desistió de presentarse y la ejecutiva de Méndez salió elegida con el 75% y una abstención del 25%, pero ya estaba inoculado el virus de la división. A solo unos pocos días después de cumplido el año de gestión, se volvió a convocar un congreso extraordinario, esta vez sí con la candidatura de Lito. El 29 de abril de 1995, tras las dos intervenciones de los aspirantes, Cándido Méndez sería reelegido por 431 votos frente a los 369 obtenidos por Manuel Fernández, en un episodio insólito en la historia del sindicato obligado a elegir entre dos posibles secretarios generales.

En aquel entonces, secretario general de UGT Andalucía. En aquel entonces, adjunto a la Secretaría de Organización de Antón Saracíbar. 140 Fernando Moraleda, Roberto García, Lorenzo Ramos, José Domingo García, Nacho Senovilla, José Luis Gutiérrez, Juan Manuel Antón Cano, Eusebio Fernández, Marcos Marín, Marcos Alarcón y Rosa Arcos Caamaño. 138 139

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Posteriormente, en el congreso del 11 al 14 de marzo de 1998 la situación interna del sindicato se normalizaría definitivamente, obteniendo la CEC de Méndez el apoyo del 86% de los votos. Para la evolución de UPA, Méndez ha jugado un papel determinante. Su criterio, coincidente con el estatus orgánico de la organización cuando era secretario general en Andalucía, en donde FTT tenía su mayor implantación, y su conocimiento del sector agrario por su ubicación original en Jaén, siempre le han hecho un firme aliado de las ideas de UPA. “Cándido huele a campo”, fue la expresión que utilicé para saludar su candidatura al XXXVI Congreso. No era desacertada.

La acción sindical se diversifica La vida orgánica de UPA transcurría avanzando en su coordinación interna y su representación institucional. Las reuniones de la Comisión Ejecutiva se celebraban cada mes de forma ordinaria y semanalmente los miembros que formábamos la permanente141. Los Comités Federales cada seis meses, siendo los de gestión cada año, además del Consejo Federal, como órgano consultivo entre Comités Federales.

La vida orgánica de UPA transcurría avanzando en su coordinación interna y su representación institucional. Las reuniones de la comisión ejecutiva se celebraban cada mes de forma ordinaria y semanalmente los miembros que formábamos la permanente

La participación era, en definitiva, continua. Pero si tengo que destacar qué fórmulas organizativas, a semejanza de las que utilizaba UGT, fueron más apropiadas para la determinación de estrategias y contacto con las Uniones Territoriales, sin duda destacaría dos de ellas. La primera, los “retiros” de la CEF que durante día y medio realizábamos fuera de Madrid y que resultaban eficaces no solo por el tiempo disponible para reflexionar, sino para desarrollar una relación de compañerismo entre los miembros de la CEF, fundamental para el trabajo en equipo. La segunda fueron las “reuniones de zona” entre la CEF y las Uniones Territoriales, agrupadas por bloques. En este caso la relación se ampliaba entre las propias uniones y los problemas se abordaban con más sosiego. Ayudaban adicionalmente a compartir análisis desde el punto de vista territorial, sin que este prevaleciera sobre la visión sectorial.

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Solo una parte de los miembros teníamos dedicación completa y estábamos liberados; normalmente el secretario general, el de Organización y los miembros con áreas ejecutivas.

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La estructura organizativa se amplió significativamente en este periodo. Los congresos provinciales y/o regionales se celebraban en fecha y los equipos, con alguna particularidad, eran estables y crecía la afiliación. El gabinete técnico, imprescindible para la acción sindical, tenía un número reducido pero suficiente para prestar a la organización elementos rigurosos a la hora de elaborar propuestas, alcanzando a disponer de una persona permanente en Bruselas, aprovechando el espacio disponible en la sede de UGT, de la rue Gretry.

Herlitska fue un magnífico secretario general y un europeísta convencido. Su merecido reconocimiento se produjo con ocasión de la celebración del XXXV aniversario del COPA, durante el cual recibió un unánime homenaje

A propósito de Bruselas, fue en estos tiempos donde se produjo la jubilación del secretario general del COPA142, André Herlitska, después de ocupar esa responsabilidad desde la constitución de la organización europea en 1958; esto es, 36 años después. Su sustitución por el francés Daniel Gueguen143 no se estabilizó y el COPA atravesó por una crisis de funcionamiento que se resolvió pasados unos años. Concretamente, hasta febrero de 1997, con la entrada del finlandés Risto Volanen144, quien hasta ese momento había desempeñado la dirección general del grupo cooperativo finlandés “Penllervo”. Herlitska fue un magnífico secretario general y un europeísta convencido. Su merecido reconocimiento se produjo con ocasión de la celebración del XXXV aniversario del COPA, durante el cual recibió un unánime homenaje. Nuestra presencia institucional se ampliaba a nuevos órganos de consulta de la Administración General del Estado, que posteriormente se reproducía en el ámbito autonómico. Tal fue el caso del Consejo Asesor de Medio Ambiente, creado por el Consejo de Ministros del 11 de noviembre de 1993 y constituido el 27 de abril del año siguiente, o el Consejo Nacional del Agua, en el que pudimos expresar nuestras propuestas sobre el Plan Hidrológico Nacional elaborado por el ministro Borrell. La viva controversia política que produjo, y que hoy se mantiene viva, se debe en gran medida a las opiniones autonómicas sobre ríos, aguas abajo o arriba. La trascendencia pública de las diferencias y su carácter estratégico en el diseño electoral hicieron que no solo se dividieran las autonomías en sus opiniones, sino que se arrastrara a las opiniones públicas correspondientes en posiciones antagónicas. Desde la legitimidad de ambas, me ha

Presídium, 10 de junio de 1994. Daniel Gueguen, de 44 años, había desempeñado desde 1976 la dirección general del Consejo Europeo de Fabricantes del Azúcar. Dimitió de secretario general del COPA en marzo de 1996. 144 Risto Volanen procedía del ámbito de la ciencias sociales, la gestión de empresa y el movimiento cooperativo. 142 143

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parecido ilustrativo el debate dentro de la CEF145 de UPA cuando se analizó la concesión de un trasvase de la cuenca del Tajo al Segura, por parte de Marcos Alarcón, secretario de Estructuras y murciano, y José Domingo García, secretario de Organización y albaceteño: M.A.: La no contestación (al trasvase) nos inhabilita para tomar una decisión salomónica. Ante una nueva petición de trasvase, retomemos nuestra posición estructural y no coyuntural. Es necesario tener debate interno para reafirmarnos en las alegaciones al PHN146. J.D.G.: Este tema ha dividido no solo a UPA, que tiene poca historia, sino a la Iglesia que tiene 2.000 años. No fustigarnos por lo que hemos hecho en Murcia y en Castilla-La Mancha. Y, efectivamente, los dos tenían razón. Uno defendía la razón teórica del asunto y el otro la razón práctica. Con el paso del tiempo, es evidente que la razón práctica se ha impuesto a la teórica, y no sabemos si para bien. En una de estas ejecutivas, la celebrada el 10 de noviembre de 1993, se adoptó la decisión de editar un anuario en el que se recogieran los datos más relevantes del año agrícola, junto al análisis sobre un tema concreto con la participación de expertos e instituciones. El presupuesto destinado para este fin fue de 3,5 millones de pesetas. Nacía así la edición, ya constante a lo largo de los siguientes años, de una publicación pionera en el mundo del sindicalismo agrario, que ha sido celebrada tanto por personas independientes como por parte de las propias instituciones. El mundo de la universidad, que siempre estuvo presente, lo ha valorado como uno de los documentos anuales de referencia sobre el sector agrario.

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Notas personales, reunión CEF del 26 de julio de 1994. Las alegaciones de UPA al PHN apoyaban básicamente su contenido si bien se centraron, sobre todo, en la política de modernización de regadíos, nuevas planificaciones y el coste del agua como uno de los inputs más importantes para la agricultura.

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Era, además, un acto político de la organización y, por ello, el lugar de celebración y los invitados en el acto de apertura y en los debates representaban también una parte adicional al documento muy importante. Por ello, la sede que invariablemente ha servido para su presentación ha sido el Consejo Económico y Social y han sido invitados fijos el secretario general de UGT, que en mayo de 1994 acababa de ser elegido Cándido Méndez, y los distintos ministros de Agricultura que se han sucedido en el tiempo.

Lorenzo Ramos, desde que en 1989 saliera elegido como secretario general de UPA de Badajoz, no dejó de hacer crecer la organización hasta convertirla en la primera de Extremadura

En la presentación de este primer anuario, el ministro Atienza anunciaba la introducción de una disposición adicional en la Ley de Modernización para zanjar definitivamente la supresión de las jornadas teóricas147 y su voluntad de consenso para afrontar la Ley de Organizaciones Interprofesionales. Por el lado del CES, Federico Durán, su presidente, actuó de anfitrión del acto al que acudió una importante representación de diputados socialistas, cargos de la Administración, miembros de la CEC de UGT, como José María Zufiaur y Manuel Bonmati, y empresas del sector.

La acción sindical continuaba con destacados actos, unos de reivindicación, otros instituyendo encuentros con los afiliados en fechas anuales señaladas, como el día del agricultor y el ganadero. Por estas fechas se pueden destacar el seguimiento masivo de una huelga general en la comarca zamorana de Tábara, reivindicando agua para consumo y un plan de regadíos, y la celebración del Día del Agricultor Extremeño148 con la asistencia de más de 4.000 personas y la presencia, junto a Lorenzo Ramos, secretario general de Badajoz, del consejero de Agricultura, Francisco Amarillo, y del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Lorenzo Ramos, desde que en 1989 saliera elegido como secretario general de UPA de Badajoz, no dejó de hacer crecer la organización hasta convertirla en la primera de Extremadura, con un proceso de regionalización primero y uno de fusión después, con la histórica Unión de Campesinos de Extremadura (UCE).

Finalmente, la supresión de las jornadas teóricas se produjo, por la dilación del proyecto de Ley de Modernización, en una disposición derogatoria única de la Ley 41/1994, de los Presupuestos Generales del Estado para 1995. 148 El acto se celebró el 12 de noviembre en Don Benito, coincidiendo con la celebración de Apiberia’94. 147

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Francisco Amarillo, uno de los consejeros de Agricultura más veteranos del PSOE, desempeñó una importante labor de apoyo a la organización desde que, en tiempos del “mapa sindical”, Extremadura no era motivo de controversia en la adscripción sindical de los socialistas a UPA. Hoy sigue siendo uno de los compañeros más queridos, sin que se haya alterado con el paso de los años y el cambio de circunstancias. El 22 de diciembre de 1994 se celebra el VII y último Comité Federal del periodo de gestión abierto por el II Congreso Federal, en el que la CEF vuelve a ser respaldada por unanimidad en su gestión durante el año que acababa. Un mes antes ya se había convocado el III Congreso Federal, por medio de un Comité Federal extraordinario, para los días 6, 7 y 8 de abril de 1995. Hay que remontarse al verano de 1994 para explicar el comienzo de los trabajos del III Congreso Federal. En un retiro de la CEF, el 3 y 4 de junio, se analizó la situación de la organización y las prioridades de cara a la nueva etapa de gestión. Se constató la evolución positiva en la afiliación, la presencia territorial y las normalizadas relaciones institucionales. El mapa sindical se iba consolidando en las tres organizaciones agrarias de ámbito nacional, con la única excepción de la escisión de una parte del CNJA de ASAJA, que terminaría por perder la propiedad jurídica sobre las siglas y crear una nueva, Iniciativa Rural, que como ya hemos señalado acabó por encuadrarse bajo el paraguas de COAG. El reto era profesionalizar a fondo la estructura sindical, y para ello era imprescindible profundizar en la sectorialización del sindicato. En la tramitación parlamentaria de la Ley de Organizaciones Interprofesionales habíamos conseguido, por fin, introducir, a través del Grupo Parlamentario Socialista, una enmienda que añadía una disposición transitoria a la ley, por la que las OPAs de ámbito estatal y carácter general podían formar parte de las interprofesionales y disponer de dos años para alcanzar la representatividad exigida149. Este principio, junto a la exigencia de paridad en la representación de los distintos sectores, abría una ventana de oportunidad, pero también de retos

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La organizaciones representativas a nivel nacional debían acreditar al menos el 5% de la rama profesional a la que pertenecían, o bien el 50% de la rama profesional correspondiente de su ámbito territorial.

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para el futuro del sindicato. Y aquí era donde UPA se autoexigió un nuevo diseño de sectorialización150 “que debe concluir –o empezar, según se mire– con las resoluciones de nuestro próximo III Congreso”.

La fuerza del campo Y efectivamente, en el hotel Convención de Madrid, con el eslogan “La fuerza del campo”, se reunieron 272 delegados agrupados en 36 delegaciones que representaban 76.168 mandatos. Más de 350 invitados se congregaron en el acto de apertura y clausura, agrupando a todas las instituciones públicas, además de organizaciones del COPA, de la Confederación de Cooperativas, de la industria alimentaria y de UGT. De las resoluciones adoptadas por el congreso, aprobadas por unanimidad, destacaban las relativas a las políticas sectoriales que representaron cerca del 50% del total151. Pero no solo se incidió en las propuestas o descripción de la situación de cada sector productivo, sino que se modificaron los estatutos para dar cabida a un nuevo organismo, la Unión Sectorial, que se unía así a la estructura territorial clásica, para completar las dos “patas” por las que caminaría la organización152. Aunque, bien es verdad que con una “pata” más larga que otra, pues la representación al congreso venía dada por un 70% de la estructura territorial y un 30% de la sectorial. La discusión producida en debates internos del congreso optó por la prudencia ante el temor de un devenir autónomo de las sectoriales. Sin embargo, en el Comité Federal se fue más ambicioso y se aprobó que cada coordinador de Unión Sectorial tuviera voz y voto, al igual que un secretario general de cualquier provincia.

La Tierra nº 121, editorial. De un total de 282 páginas de resoluciones, 138 correspondían únicamente a política sectorial. 152 Artículo 5.2: UPA establece territorial y sectorialmente su organización con el objeto de asegurar y rentabilizar el cumplimiento de las tareas sindicales, prestar una atención suficiente y especializada a todos los afiliados y aplicar las resoluciones y directrices federales de UPA garantizando la realización efectiva del principio de solidaridad. 150 151

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El resto de resoluciones se hacía eco de las políticas que venía defendiendo la organización, siempre bajo cinco grandes objetivos generales153: 1. Propiciar una nueva redistribución presupuestaria que conlleve, por un lado, un tratamiento igual para los sectores ya reformados que para los que están pendientes de reforma (mediterráneos), ya que estos últimos afectan, fundamentalmente, a los países del sur de Europa. Por otro, establecer mecanismos de modulación real que favorezcan a los pequeños agricultores y ganaderos. 2. Potenciar los mecanismos de producción de calidad en lugar de la subvención a la cantidad según superficie cultivada y rendimientos. 3. Impulsar las acciones destinadas a vender más y mejor, con un apoyo a las medidas de comercialización y agrupamiento de productores para este fin. De forma paralela es preciso fomentar el consumo nacional de producciones propias con distintivos que ayuden al consumidor a diferenciarlas de los productos importados. 4. Armonizar las prestaciones sociales. Es decir, igualdad de condiciones en los sistemas de seguridad social no agraria y agraria, y de servicios y prestaciones públicas en el medio rural. 5. Impulsar el desarrollo rural mediante un auténtico marco comunitario de apoyo que suponga inversiones públicas y privadas en el sector servicios y proyectos de primera transformación de las producciones agrarias. En relación a la política organizativa de desarrollo rural, que había sido la prioridad del anterior congreso, los departamentos de mujer, juventud y medio ambiente presentaban ya una buena parte de la gestión de la CEF, creando un cuerpo propio de reclamaciones sindicales que con el tiempo terminarían por aglutinarse en organizaciones específicas como FADEMUR154 o UPA Joven.

La representatividad agraria se encontraba por primera vez en las resoluciones de un Congreso Federal. El motivo no era otro que el comienzo del proceso de elecciones a Cámaras Agrarias en el ámbito autonómico

La representatividad agraria se encontraba por primera vez en las resoluciones de un Congreso Federal. El motivo no era otro que el comienzo del proceso de elecciones a Cámaras Agrarias en el ámbito autonómico. Nuestras resoluciones no apostaban por ese proceso155: “Para la Unión de Pequeños Agricultores, el

Resoluciones III Congreso. Política sectorial. Página 12. Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales. 155 Resoluciones III Congreso. Política organizativa. Representatividad agraria. 153 154

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problema de la representatividad no pasa por las elecciones a Cámaras Agrarias..., para cubrir los vocales de unas corporaciones de derecho público que no tienen, ni pueden tener, capacidad en el terreno reivindicativo, de negociación o de prestación de servicios públicos. Además de que este instrumento no se utiliza en la mayor parte de los países europeos y en ninguno bajo esta fórmula, donde cada comunidad autónoma decide sobre el proceso”.

La elección de la nueva CEF no fue ajena a esta nueva orientación, donde primaba la sectorialización y la profesionalidad, sino que se abría a nuevas incorporaciones procedentes de las organizaciones agrarias que se habían integrado en UPA

Sin embargo, la realidad política de las comunidades autónomas se fue imponiendo a nuestras tesis. Cataluña fue la primera en celebrarlas el 27 de noviembre de 1994, cinco meses antes del III Congreso. UPA no pudo ni presentar candidaturas. El resultado, esperado, confirmó a la Unió de Pagesos como organización más representativa con el 68,8%, seguida de lejos por ASAJA con el 15,9%. Tendrían que pasar casi tres años para que otros procesos electorales se produjeran: el 20 de abril de 1997 en Aragón y el 25 de mayo en Castilla y León, abriéndose así una secuencia de elecciones que, sin completar el mapa territorial de España, cada vez adquirían más importancia en la consideración de organizaciones agrarias más representativas. Posteriormente veremos cuál fue su secuencia y, sobre todo, sus efectos prácticos en la organización. La elección de la nueva CEF156 no fue ajena a esta nueva orientación, donde primaba la sectorialización y la profesionalidad, sino que se abría a nuevas incorporaciones procedentes de las organizaciones agrarias que se habían integrado en UPA. Este fue el caso de Matías Llorente (UGAL) como secretario federal adscrito a la Secretaría de Producciones Industriales, y José Calvo (UCA), también secretario federal adscrito a la Secretaría de Producciones Ganaderas. Aparecían dirigentes ya muy representativos, como Lorenzo Ramos, al frente de la Secretaría de Producciones Vegetales, y otros, como Nacho Senovilla, repetían pero vinculados a las producciones de su explotación, ocupando la Secretaría de Producciones Industriales. Y dos nuevos compañeros, magníficos profesionales: Román Santalla, productor de leche de Galicia, como nuevo secretario federal de Producciones Ganaderas, y

Secretario general: Fernando Moraleda. Secretaría de Organización y Administración: José Domingo García. Secretaría de Producciones Vegetales: Lorenzo Ramos. Secretaría de Producciones Ganaderas: Román Santalla. Secretaría de Producciones Industriales: Nacho Senovilla. Secretarías Federales: Roberto García, José Luis Gutiérrez, Cristóbal Torres, Pedro José Martínez, José Calvo y Matías Llorente.

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el compañero, con menos tiempo de afiliación pero con una explotación modélica de vino en Murcia, Pedro José Martínez Marín, que acompañaba a Lorenzo Ramos como secretario federal adjunto. El área de Organización y Administración se unían en la secretaría ocupada por José Domingo García, reforzado con José Luis Gutiérrez y Cristóbal Torres, todos ellos con amplia experiencia en estos campos. Roberto García continuaba como secretario federal adscrito a la Secretaría General, manteniéndose una profunda relación de la que siempre necesité para desarrollar mi gestión política. Por último, dos de los compañeros que habían salido de la CEF, Marcos Alarcón y Julia García Vaso, adquirieron respectivamente las competencias de coordinar el gabinete técnico y desempeñar la dirección de formación y de apoyo a los departamentos157. La agenda institucional seguía conformándose sobre la dimensión comunitaria unida a la internacional y la doméstica, sin quitarle a esta última por su denominación ningún valor, sino todo lo contrario. Precisamente la reunión bilateral que UPA tuvo con el ministro Atienza el 11 de enero de 1995 sirvió para intercambiar puntos de vista sobre materias tan relevantes como la Ley de Modernización, en aquel momento en fase de discusión parlamentaria; la reestructuración del sector lácteo, en el que ya se había producido el grave precedente de asignar el suplemento de cuota comunitaria sin ningún criterio socioeconómico; las propuestas de reformas de OCM del vino, frutas y hortalizas y azúcar; la nueva reforma del decreto de cese anticipado y los efectos de la dura sequía que se volvía a padecer en aquellos meses.

Esta fórmula de respuesta, representada por una mesa de todo el sector y liderada por las organizaciones agrarias, consiguió un hecho relevante como fue la paralización durante años de la reforma de la OCM

En el ámbito comunitario, como acabamos de mencionar, las propuestas de reformas mediterráneas, junto a la del azúcar, comenzaron su andadura, con distinto grado de dificultad. La reforma de la OCM del vino fue la primera, iniciándose con un documento de reflexión elaborado por la Comisión Europea, siendo comisario de Agricultura René Steichen, en julio de 1993, para formular definitivamente una propuesta de reforma el 10 de mayo de 1994. Su contenido produjo una movilización genera-

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Decisión adoptada en CEF de 19 de abril de 1995.

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lizada de organizaciones agrarias, cooperativas y gobiernos autónomos, en particular el de Castilla-La Mancha, cuya manifestación más visible fue la constitución de la Mesa Nacional para la Defensa de la Viña y el Vino, que desempeñó un importante papel de influencia política, reuniéndose incluso con el presidente González. El tema central del rechazo fue la pretensión comunitaria de adelgazar el sector mediante una política bien retribuida de arranque obligatorio de viñedo unida a una práctica restrictiva sobre los mecanismos de destilación y cuotas de producción regionales. Esta fórmula de respuesta, representada por una mesa de todo el sector y liderada por las organizaciones agrarias, consiguió un hecho relevante como fue la paralización durante años de la reforma de la OCM158. Después del éxito de este modelo, sobre todo ante las instituciones comunitarias, se produjeron respuestas similares en los casos de reforma de las OCM de frutas y hortalizas y aceite de oliva, que vinieron a continuación. La primera de ellas comenzó su andadura con Luis Atienza y se cerró con Loyola de Palacio, y la segunda comenzó con esta última cerrándose en el primer Consejo al que asistió Elena Espinosa. Todo ello pone de relieve lo importante que es elaborar posiciones de Estado frente a reformas de esta naturaleza, cuyas negociaciones comienzan con un ministro y, habitualmente, terminan con otro, del mismo partido o no. Y esa también debería haber sido la pauta en las presidencias de turno de la UE, cuando le tocaba a nuestro país, como ocurrió, por segunda vez desde nuestro ingreso, en el segundo semestre de 1995. La posición de UPA, ante esta circunstancia, fue la de elaborar un documento de prioridades que fue entregado el 27 de junio a quien sería presidente del Consejo de Agricultura, Luis Atienza, durante los siguientes seis meses159. La idea central que se destacaba en el mismo era la de equilibrar la reforma de la PAC, en sus producciones mediterráneas, con idénticos principios financieros de sus homólogas continentales. Como ya era norma, el presidente del COPA, en aquellas fechas David Naish, viajó a Madrid para conocer la opinión de cada una de las organizaciones agrarias sobre las prioridades de la Presidencia española a la vez de encontrarse con el ministro español.

Hasta 1998 no vuelve a retomarse la OCM del sector vitivinícola. El 28 de junio, UPA elaboraba una nota de prensa en la que apoyaba al Gobierno en la Presidencia de la UE.

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Más relevante fue la Conferencia Euromediterránea celebrada en noviembre en Barcelona y las reuniones previas que de ella se desprendieron, como fue la reunión de las OPAS de países mediterráneos y el encuentro bilateral, promovido por UPA, entre Giuseppe Avolio160, presidente del Comité Mediterráneo de la Federación Internacional de Productores Agrarios (FIPA), y el ministro Atienza. Las relaciones personales con Avolio, un viejo socialista italiano, comenzaron desde prácticamente el ingreso de UPA en el COPA y continuaron fraternalmente durante muchos años con su organización: Confederazione Italiana Coltivatori (CIA).

El presidente González, ante la imposibilidad de aprobar los presupuestos de 1996 por la actitud de CiU, junto a una oposición radical y personalizada del PP, decidió disolver las Cortes y convocar elecciones generales para el 3 de marzo de 1996

El debate del tradicional Consejo informal de cada Presidencia comunitaria fue, en esta ocasión, compartido por todos: la sequía. Porque la estábamos sufriendo, por ser un factor climático estructural y cíclico en la agricultura española y, sobre todo, por desempeñar un papel limitativo en producciones y rentas agrarias. Su resultado no fue exitoso, pues no hubo una respuesta estable en la legislación comunitaria161. Tampoco sorprende que así fuera, pues rara vez sucedía lo contrario en un Consejo informal. Además, tampoco se alió el tiempo con nosotros. La foto de familia de los ministros y la Comisión no pudo realizarse en el exterior por un aguacero que lo impidió. Estábamos en Burgos y era septiembre.

La Presidencia española, aunque no pudo aprobar la OCM de frutas y hortalizas, sí lo hizo con la del arroz. La valoración de UPA fue positiva, en particular por la asignación de una superficie–base de producción suficiente para España, que pasó de 89.700 hectáreas propuestas por la Comisión a las 105.000 finalmente aprobadas. La Comisión Europea había cambiado al expirar su mandato, dejando paso a un nuevo equipo liderado por el luxemburgués Jacques Santer y con un nuevo comisario de Agricultura que sustituía a René Steichen, el austriaco Franz Fischler; que sin duda se convirtió en el miembro de la Comisión Europea más conocido por los ciudadanos españoles a raíz de la reforma de la OCM del aceite de oliva. Además, Europa había pasado de 12 a 15 miembros con la incorporación de Austria,

Avolio murió el 1 de noviembre de 2006 a la edad de 82 años, con un reconocimiento general del mundo agrario. 161 Sí existió “regalo” comunitario, por estar en la Presidencia, con un fondo coyuntural a cinco años de 50.000 millones de pesetas para toda la UE. 160

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Finlandia y Suecia162, y ya se comenzaba a estudiar la incorporación de los países de Europa central y oriental (PECOs). Europa entraba de nuevo en una etapa de fuertes cambios, coincidiendo con un ambiente político interno en nuestro país lleno de crispación y desencuentros políticos entre Gobierno y oposición. El presidente González, ante la imposibilidad de aprobar los presupuestos de 1996 por la actitud de CiU, que hasta entonces había permitido la acción de gobierno, junto a una oposición radical y personalizada del PP, decidió disolver las Cortes y convocar elecciones generales para el 3 de marzo de 1996.

El cambio de gobierno El resultado de las mismas, aunque más ajustado de lo que preconizaban las encuestas, que daban una clara victoria al PP, fue suficiente para que este partido pudiera conformar un gobierno encabezado por José María Aznar163.

El 3 de mayo de 1996, Loyola de Palacio tomaba posesión como ministra de Agricultura, primera mujer en desempeñar ese cargo

El 3 de mayo de 1996, Loyola de Palacio164 tomaba posesión como ministra de Agricultura, primera mujer en desempeñar ese cargo y veterana parlamentaria del PP desde que en 1986 obtuviera su primera acta de senadora y en 1989 la de diputada por Segovia. Desde que se constituyera UPA, esta era la primera ocasión en donde las relaciones institucionales con el Gobierno se producían con un partido conservador. Y ello no sería del todo ajeno a la evolución que tuvo la organización durante los siguientes años, aunque las diferencias entre los tres ministros del Partido Popular, mientras desempeñé la Secretaría General, fueron muy importantes tanto en las formas como en el fondo de algunas de sus políticas. Pasamos de no ser suficientemente “comprensivos” con los compañeros de gabinete socialista a “correa de transmisión” socialista en nuestra labor sindical ante el Gobierno del PP. La verdad, que se encuentra entre ambos extremos,

La cuarta ampliación de la Comunidad se producía el 1 de enero de 1995. Noruega, que había participado en las negociaciones de adhesión, no entró en la UE por decisión de un referéndum en el que el no obtuvo el 52,2% de los votos. 163 El PP obtuvo 9.716.006 votos y el PSOE, 9.425.678. 164 Lamentablemente, su indiscutible y prometedor futuro político en las filas del Partido Popular se vio truncado por un cáncer que provocó su muerte con 56 años, el 13 de diciembre de 2006. 162

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es que la actuación que realizamos ante el Partido Popular no fue sino aquella que buscaba el mejor lugar para nuestra organización, como se encargarían de demostrar los hechos durante los siguientes ocho años. De estas dos legislaturas del PP, Loyola de Palacio ocupó el Ministerio durante solo tres años para pasar después como cabeza de lista a las elecciones europeas y desempeñar finalmente una vicepresidencia de la Comisión. Un espacio de tiempo que quedó señalado por la confrontación, alcanzando en algunos momentos una tensión que siempre recordaré. La ministra De Palacio no solo era fuerte políticamente sino, sobre todo, temperamentalmente. Y no lo disimulaba. La organización, desde el primer momento de la victoria del PP, adoptó con claridad una postura institucional. El 6 de mayo me dirigí tanto al presidente Aznar como a las ministras de Agricultura (Loyola de Palacio) y de Medio Ambiente (Isabel Tocino), expresándoles en todos los casos nuestra disposición al diálogo y el consenso en las distintas materias de las que eran responsables: “Quiero manifestarle nuestro deseo de que el trabajo de su gobierno se realice –como usted mismo ha expresado– con la participación de todos los agentes sociales a través de un diálogo fluido y permanente y no simplemente circunstancial. Entiendo que en el caso concreto de la agricultura es necesaria la formación y posterior defensa de una postura común española frente a los cambios que se avecinan en la PAC de la Unión Europea. Nuestra opinión es que en estos temas debería constituirse una auténtica política de Estado realizada sobre la base de un amplio consenso con todas las fuerzas políticas y los agentes sociales involucrados en este sector, con el fin de que en los foros comunitarios España hablara con una sola voz”.

La organización, desde el primer momento de la victoria del PP, adoptó con claridad una postura institucional. El 6 de mayo me dirigí tanto al presidente Aznar como a la ministra de Agricultura (Loyola de Palacio) y de Medio Ambiente (Isabel Tocino), expresándoles en todos los casos nuestra disposición al diálogo y el consenso

Del mismo modo, la carta a la ministra de Agricultura reclamaba un diálogo social permanente y fluido, a través “de un marco estable de interlocución”. Centraba la discusión en “las reformas pendientes de Organizaciones Comunes de Mercado que afectan de manera notable a importantes producciones españolas, en especial frutas y hortalizas, aceite de oliva y vino. En todas ellas deberíamos ser capaces, la Administración y los sectores afectados, de encontrar una postura española conjunta, firme y razonada, para defender en los foros comunitarios”. Y finalizaba expresando una convicción institucional: “Cuente desde ahora con nuestra leal colaboración en todo aquello que sirva para mejorar la situación de la agricultura y la ganadería españolas”. La predisposición de UPA no quedó en la declaración de intenciones enunciadas por las cartas anteriormente descritas, sino que fue expresada al conjunto de la

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organización comprometiendo con ello las actuaciones de la Comisión Ejecutiva Federal. En una extensa circular dirigida a todas las Uniones Territoriales y Uniones Sectoriales, enviada el 7 de mayo de 1996, se reflejaba nítidamente esta posición: “Este aspecto relevante sin duda –cambio de gobierno– es contemplado por la CEF de UPA como un elemento consustancial con la normalidad democrática del país”; hecho que, por otra parte, ya había tenido lugar con absoluta normalidad en los gobiernos de distintas comunidades autónomas. “La independencia, autonomía y madurez que UPA ha adquirido durante su larga andadura..., constituyen experiencias que nos han reafirmado en la convicción de que los cambios de signo político de los gobiernos no implican, en absoluto, una modificación de nuestros planteamientos y objetivos sindicales”. Se añadía la prioridad de las relaciones parlamentarias: “Asimismo, reforzar nuestra relación con los distintos grupos parlamentarios de las Cortes Generales, haciéndola más fluida y estable, será un aspecto que también abordaremos en esta legislatura, considerando que será un buen mecanismo para contribuir a una mayor riqueza de los debates parlamentarios y para tener mayores garantías de que las preocupaciones, problemas, opiniones y alternativas de las explotaciones agrarias familiares sean conocidas por todos los representantes políticos”.

El primer encuentro de la organización con la nueva Ministra no se demoró y se celebró el 17 de mayo

Y se finalizaba reiterando nuestra alternativa sindical: “En base a todo lo anterior, trasladaros finalmente el firme propósito de la CEF de seguir instalados en esta cultura del diálogo y la concertación con el nuevo Gobierno como el mejor mecanismo para encontrar soluciones a los problemas que padecen nuestros afiliados y el sector agrario en general, manteniendo con solidez nuestra prioridad por la defensa de los profesionales de la agricultura y las explotaciones familiares, así como de un medio rural desarrollado y no renunciando para ello, cuando sea necesario, a la utilización de las medidas de presión que estimemos oportunas”. El primer encuentro de la organización con la nueva ministra no se demoró y se celebró el 17 de mayo. Después de aseverar su respeto a la autonomía sindical y al mantenimiento de la interlocución por encima de la discrepancia, aparecieron dos líneas de diferencia muy marcadas. La no necesidad de una PAC modulada: “La concentración de ayudas en pocas explotaciones se debe a la distribución de la tierra”, y al desarrollo de la Ley de Organizaciones Interprofesionales: “No se han creado por la disposición transitoria”165.

La disposición transitoria era la que había conseguido UPA en la tramitación parlamentaria, por la cual durante un periodo de dos años, las organizaciones agrarias de ámbito nacional y carácter general podrían participar en el consejo de cada una de las OIA creadas.

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Los primeros desencuentros Tan solo dos semanas después de la citada reunión se confirmaba el recorte de 10.000 millones de pesetas que, realizado sobre los presupuestos de 1995 prorrogados a 1996, suponían casi un 10% de las inversiones presupuestadas por el MAPA para todo el año. Programas vinculados a las medidas de acompañamiento de la PAC, cada vez peor dotadas económicamente, sufrirían nuevos descensos, a la par de las políticas nacionales como los seguros agrarios, las reordenaciones sectoriales, como la láctea o la revalorización de las indemnizaciones compensatorias para zonas desfavorecidas.

Tan solo dos semanas después de la citada reunión se confirmaba el recorte de 10.000 millones de pesetas que, realizado sobre los presupuestos de 1995 prorrogados a 1996, suponían casi un 10% de las inversiones presupuestadas por el MAPA para todo el año

Además, y constituyendo un grave precedente democrático, se incluyó una modificación en la Ley de Organizaciones Interprofesionales dentro de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos. Un cambio que revertía el equilibrio entre partes a un mayor peso de los sectores industriales frente al productor. En una carta del 26 de septiembre de 1996 se criticaba con dureza esta posición del Ministerio: “Así pues, el argumento teórico y retórico de que tras casi dos años de promulgación de la ley aún no se ha creado ninguna organización interprofesional, como excusa para modificar dicha ley, se desploma por sí solo ante el hecho constatable y real de que por el MAPA no se ha creado el departamento administrativo al que dirigirse para solicitar el reconocimiento previsto por la ley.

Insisto, ministra, en que este tipo de relaciones y, más que ello, la ausencia de un marco de interlocución que nos sirva de referencia a todos, nos induce de una forma mucho más rápida a la confrontación que a la concertación”. Consecuencia de todo ello, el 16 de octubre, en una nueva reunión con la ministra, en esta ocasión de las tres OPAS, se flexibilizó el cambio en la ley de las OIA volviendo al texto original de la paridad entre partes, pero se mantenía la modificación de la disposición adicional segunda. Fue la primera vez en la que la posición de las OPAS se dividía con claras repercusiones en la actitud del Ministerio. ASAJA valoraba positivamente las propuestas del Ministerio y nosotros junto con COAG las rechazábamos. Este esquema no sería muy distinto de lo que fue la interlocución agraria durante la gestión de Loyola de Palacio. Otro ámbito institucional, el CES, reproduciría este esquema, pero con la participación en las tesis de UPA del grupo sindical, lo que tendría posteriormente su plasmación en numerosas actuaciones, de las que sobresalió por su enorme incidencia social la Mesa de Defensa del Aceite de Oliva.

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En la misma reunión se acordó un modelo de relaciones que en realidad era un modelo de reuniones. El compromiso fue realizar convocatorias regulares, coincidiendo con las reuniones de consejeros (Conferencia Sectorial) e incrementar las reuniones de carácter técnico y sectorial. Pero la agenda de reformas sectoriales y los problemas importados pronto trajeron las enormes diferencias de fondo en las relaciones. La reforma de la OCM de frutas y hortalizas, que había producido la constitución de una mesa166 similar a la que en el pasado se había constituido en el sector del vino, había definido sus prioridades, con el apoyo explícito del Ministerio de Agricultura167: 1. Exigir que la financiación de la retirada de frutas y hortalizas (cuando haya excedentes en el mercado) proceda exclusivamente de la Unión Europea y no sea cofinanciada, como propone la Comisión Europea. 2. Asegurar que la financiación de la UE disponible para las retiradas sea suficiente, para evitar crisis coyunturales en el mercado. 3. Fortalecimiento de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), garantizando que el fondo de operaciones con el que estarán dotadas sea financiado en un 75% por la Unión Europea, y que llegue al 100% en las regiones donde las OPFH no estén desarrolladas. 4. La Organización Común de Mercado reformada debe reconocer con claridad la preferencia comunitaria, frente a las producciones de países terceros (en especial Marruecos), y que se establezca una cláusula de salvaguardia especial para los productos sin precio de entrada limitado. El resultado de las negociaciones comunitarias en el Consejo de julio condujo a un texto insuficiente en un sector que, suponiendo más del 30% de la producción final agraria de la UE, solo recibía el 5% de los fondos del FEOGA. Tal y como se recogió en el Comité Federal del 19 de diciembre de 1996: “Obliga a los productores a cofinanciar las medidas de mercado (lo que no ocurre en

La Mesa para la Defensa de las Frutas y Hortalizas se constituyó a primeros del año 1996 por parte de las organizaciones agrarias y la Confederación de Cooperativas. 167 La Tierra nº 133. 166

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ninguna OCM que afecte a productos continentales), no establece medidas específicas para el desarrollo de las OPFH, contiene limitaciones presupuestarias que ponen en peligro la utilización de los Fondos de Operaciones y no se incluyen una serie de productos importantísimos para muchas regiones españolas (fresa, pepino, pimiento, cebolla, lechuga, calabacín, ajo, cereza, ciruela, alcachofa, champiñón y albaricoque) que no disfrutan de ayuda a la transformación o indemnización comunitaria de retirada (ICR)”. Otros sectores trajeron nuevos problemas, algunos de los cuales ocasionaron, por falta de previsión, gravísimas repercusiones futuras en el sector así como en el conjunto de la economía española. Me refiero a los primeros antecedentes de las “vacas locas” o encefalopatía espongiforme bovina (EEB) que en humanos producía la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob168. La crisis, que tuvo su origen en la ausencia de control público en la correcta sanidad de los piensos animales, en una época de restricciones presupuestarias del Gobierno Thatcher en el Reino Unido, removió toda la estructura comunitaria por las graves consecuencias económicas en el sector vacuno inglés169. Lo verdaderamente grave fue, ante las ya serias advertencias del mundo científico sobre la enfermedad, el levantamiento del embargo a las exportaciones británicas, que finalmente contó con el apoyo del Gobierno español, después de cambiar de una oposición dura a otra favorable en cuestión de horas. El Consejo Agrario aprobó tal decisión por 9 votos a favor y 6 en contra, dejando vía libre a la Comisión Europea para suavizar el embargo, como de hecho se hizo el día 5 de junio. Nunca supimos la razón última de este grave cambio de posición, aunque en aquellos momentos el Gobierno Aznar ya había dado señales políticas de pasar los apoyos españoles al Reino Unido, en clara contradicción con nuestra tradicional colaboración con el eje franco-alemán. UPA fue muy crítica con el acuerdo170: “Esta decisión no debería haberse adoptado hasta disponer de plenas garantías para los consumidores”.

En marzo de 1996 se hicieron públicas las sospechas de las autoridades sanitarias británicas de que el consumo de productos cárnicos de animales afectados por la EEB podía estar relacionada con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob que afectaba a los humanos. 169 El País 22 de mayo de 1996: “Major amenaza con bloquear la UE si no se levanta el embargo a las vacas locas”. 170 La Tierra nº 136. 168

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Por si fuera poco, las ayudas comunitarias aprobadas para hacer frente al hundimiento del sector en el consumo se abrieron a la cofinanciación, de modo que Francia, ayudando con presupuestos nacionales a sus ganaderos, propiciaba sus exportaciones hacia España, que no hizo lo propio por las restricciones presupuestarias. En definitiva se pusieron las bases para que la enfermedad se extendiese por Europa hasta lograr una verdadera conmoción social por los fallecidos que se produjeron en el Reino Unido. El punto álgido se alcanzó en la gestión del ministro Arias Cañete, a la que nos referiremos más adelante. Los primeros costes financieros de la EEB salieron de otros sectores, el de cultivos herbáceos en particular. En agosto se supo que la disminución del presupuesto para España de este cultivo ascendería a 28.567 millones de pesetas, alrededor del 9% del total.

Fuertes movilizaciones sectoriales UPA comenzaba a convocar actos de protesta por separado del resto de organizaciones, como la concentración de ganaderos del 26 de julio o las concentraciones de agricultores de Castilla y León en octubre, regalando toneladas de patatas a los consumidores. El sector del tabaco también respondió a la propuesta de reforma de su OCM con una manifestación de tabaqueros en Bruselas el 17 de diciembre.

Sería el sector del aceite de oliva quien acaparó en gran medida la atención agraria y social en los siguientes meses, y años. Y donde la organización desempeñó, al igual que en el sector lácteo, un liderazgo que sería reconocido socialmente por los medios de comunicación

También hubo importantes manifestaciones del sector lácteo, como la celebrada en Santiago de Compostela el 7 de septiembre o un mes más tarde, el 8 de octubre, en Madrid. En las dos, la presencia de Unións Agrarias fue más que significativa. La crisis vino dada por el anuncio del pago de una multa –supertasa– que alcanzaba en algunas estimaciones la cantidad de 7.500 millones de pesetas. Un sector que no alcanzaba con su producción el consumo interior y que tradicionalmente se venía considerando como deficitario en la cuota asignada a España, sufría de este modo un fuerte retroceso.

Si a estas circunstancias se añaden los problemas originados en el sector vitivinícola por las importaciones de países terceros, en particular de Argentina, y el hundimiento de los precios de la patata en donde llegó a pagarse 8 pesetas/kilo con costes mínimos de producción de 15 pesetas, se puede entender que en los primeros ocho meses de mandato del nuevo Gobierno se produjeran numerosas movilizaciones sectoriales. Y alguna de ellas muy numerosas.

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Pero, con todo, sería el sector del aceite de oliva quien acaparó en gran medida la atención agraria y social en los siguientes meses, y años. Y donde la organización desempeñó, al igual que en el sector lácteo, un liderazgo que sería reconocido socialmente por los medios de comunicación. El comisario Fischler elaboró una propuesta de reforma que se filtró, en la que pretendía cambiar radicalmente el sostenimiento de la producción comunitaria de aceite de oliva, mediante el paso de la ayuda a la producción a una ayuda al árbol y la eliminación de la prohibición de mezclas. Según estimaciones de nuestro gabinete técnico, de aplicarse esa reforma se dejarían de ingresar más de 15.000 millones de pesetas y se podría perder en torno a un 30% de los jornales anuales que generaba el sector.

En el mes de octubre se organizaron manifestaciones conjuntas en las principales capitales andaluzas que supusieron un importante respaldo ciudadano a nuestras propuestas

Con el beneplácito de la ministra se constituyó –al igual que había sucedido en los sectores de vino y frutas y hortalizas– una Mesa para la Defensa del Aceite de Oliva171, integrada por las tres organizaciones agrarias, la Confederación de Cooperativas, las organizaciones sindicales y por los industriales, envasadores y comercializadores del sector. Esta mesa elaboró documentos conjuntos y presionó ante todas las instancias, nacionales y comunitarias, en defensa de lo que era un interés común. En el mes de octubre se organizaron manifestaciones conjuntas en las principales capitales andaluzas que supusieron un importante respaldo ciudadano a nuestras propuestas y el día 9 de ese mismo mes tuvo lugar una importante manifestación de olivareros españoles en Bruselas. El 17 de octubre se celebró una rueda de prensa, sin antecedentes, con Cándido Méndez y los secretarios generales de las uniones de regiones olivareras y el secretario general de FTT. Méndez calificó la propuesta como “un atentado en términos de empleo” e instó al Gobierno a utilizar la unanimidad de los colectivos agrarios y organizaciones sindicales para urgir a la Comisión a “elaborar un documento de reflexión que incluya todas las repercusiones que la reforma pudiese traer”. En la misma dirección, tanto el Parlamento Europeo como el CES español reclamaron conocer previamente el funcionamiento del régimen de ayudas que se ponía en entredicho.

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ASAJA, COAG, UPA, CCAE, ANIERAC, ASOLIVA, FIODE, INFAOLIVA, FECAMPO-CCOO y FTT-UGT.

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Los argumentos de Fischler de luchar contra el fraude provocaron más crispación. Sus propuestas, por el contrario, parecían pretender legalizarlo mediante una foto fija, con datos sobre producciones y número de árboles por país que beneficiaban a Italia

Fruto de estas movilizaciones y la unanimidad de la opinión pública española, Franz Fischler decidió paralizar momentáneamente el calendario de la reforma. Pero fuimos cautelosos; tal y como se expresaba en el informe de gestión de la CEF al III Comité Federal ordinario: “No obstante, se trata de una lucha ni mucho menos ganada. El éxito o fracaso de la reforma de la OCM estará en sus contenidos y no en los plazos para su aprobación. Hemos ganado tiempo, pero ahora todo depende de cuál sea el contenido de la nueva reforma”. El comienzo de 1997 traería consigo el documento de reflexión pedido a la Comisión Europea. Concretamente, el 12 de febrero se presentaban dos opciones de reforma: la ayuda por árbol o el mantenimiento del sistema de ayuda a la producción, pero con cuotas nacionales. Las tensiones surgieron de inmediato. Los argumentos de Fischler de luchar contra el fraude provocaron más crispación. Sus propuestas, por el contrario, parecían pretender legalizarlo mediante una foto fija, con datos sobre producciones y número de árboles por país que beneficiaban a Italia. El comisario visitó las zonas productoras invitado por la ministra De Palacio, con un amplio despliegue de medios informativos172, sin que hubiera pronunciamientos de cambio de posición. El 14 de abril se produjo una reunión en Bruselas, a la que asistió Cándido Méndez, y en la que el empleo fue el tema central, admitiendo Fischler esta preocupación como razonable. El mismo día, en una cena privada con el embajador de España ante la UE, a la que asistí acompañando a Méndez, se analizaron las posibilidades reales de cambio de posición de la Comisión Europea junto a la “justificación histórica” acerca del fraude italiano. Finalmente, la mesa decidió convocar un calendario de movilizaciones consistentes en una marcha a Madrid y una gira europea por las principales capitales europeas. La marcha, con una fuerte presencia de UPA y con la asistencia de nuevo de Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez, culminó en una gran manifestación en

La reunión entre Fischler y la ministra, junto con las OPAS, se produjo en Jaén el 1 de abril de 1996. La anécdota, aunque desmentida posteriormente, fue cuando Fischler se llevó una aceituna a la boca en la visita a una explotación.

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Madrid el 31 de mayo, que recorrió el Paseo de la Castellana desde la Glorieta de Atocha hasta la delegación de la Unión Europea en España. En el acto final, los periodistas Carlos Herrera y Manuel Piedrahíta se encargaron de leer dos manifiestos por el olivar173. La asistencia política a la misma fue relevante. Los miembros de las comisiones de agricultura del PP y del PSOE en el Congreso, los consejeros de la Presidencia y de Agricultura de la Junta de Andalucía y exministros como Griñán y Atienza, además de Loyola de Palacio que al comienzo de la misma, con las pegatinas de las tres organizaciones agrarias, recogió todo el clamor de la calle. Y este acto se convirtió en el punto de inflexión de la reforma y de la propia mesa. El Gobierno, desinteresado en la convocatoria de nuevas movilizaciones, se apoyó tanto en ASAJA174 como en la Confederación de Cooperativas, cuyo responsable era Antonio Luque, natural de Antequera en la provincia de Málaga y portavoz en numerosas ocasiones de la mesa, para dejar de asumir responsabilidades propias en las negociaciones que comenzarían pronto, sabiendo que la ayuda al árbol había caído después del éxito de las movilizaciones. La mesa ya había sufrido importantes tensiones internas con anterioridad; en particular, en su reunión del 23 de mayo en donde se dio un ultimátum a UPA sobre nuestra reserva al documento de consenso del COPA que recogía cantidades nacionales flexibles.

UPA decidió reorientar su estrategia, exigiendo al Gobierno una definición precisa de apoyo para los pequeños olivareros y el olivar de baja producción

Después de esta circunstancia y ante la utilización político-partidaria de la ministra de las acciones de la mesa, UPA decidió reorientar175 “su estrategia exigiendo al Gobierno una definición precisa de apoyo para los pequeños olivareros y el olivar de baja producción”.

El 18 de marzo de 1998, la Comisión176 presentaba formalmente su propuesta de reforma de OCM del aceite de oliva incluida dentro del paquete de la “Agenda

“Unos 50.000 olivareros protestan contra el plan de Bruselas para el sector”. El País 1 de junio de 1997. 174 En el ABC del 11 de junio de 1997, dentro de una información sobre las actuaciones de la gira europea, se hacía eco de la disparidad de criterio entre las organizaciones de la mesa: “Ante el futuro las posturas no son unánimes. Así, ASAJA Jaén considera que es preciso pisar el freno –aunque sin perder de vista a Bruselas– para no quemar a los agricultores, mientras que UGT es partidaria de mantener alto el listón de movilizaciones”. 175 “Informe de gestión” V Comité Federal, 19 de diciembre 1997. 176 Con los votos en contra de los dos comisarios españoles y el portugués. 173

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2000: por una Unión más fuerte y más amplia” (Com 97/2000), por el que la UE se adentraba en la discusión de los ajustes necesarios para la nueva y masiva ampliación de los PECOs. Dicha propuesta, como ya habíamos previsto, ignoraba la ayuda por árbol, pero era enormemente restrictiva para España en las cuotas nacionales y en la sustitución del sistema de intervención de mercado por un almacenamiento privado. Coincidiendo con la fecha se celebraba en Madrid, esta vez a las puertas del Ministerio de Agricultura, una nueva concentración masiva convocada por la mesa. Cuando en el turno de intervenciones nos tocaba expresar nuestra opinión, Loyola de Palacio se incorporó a la manifestación, provocando una situación de enorme tensión con algunos manifestantes. Mi intervención no pudo obviar esa actitud, que tras haberse asegurado de la toma de imágenes de su presencia, con abucheos y silbidos incluidos, regresó a su despacho en el Ministerio177: “La ministra de Agricultura ha seguido una política de gestos y no de hechos, y ha conseguido que en Bruselas no tengan en cuenta nuestra opinión y, además, hoy está haciendo lo imposible por reventar este acto”. La separación entre las estrategias de los componentes de la mesa se constataría a continuación, cuando solo UPA y COAG y los sindicatos nos mostramos decididos a convocar una huelga general. “En defensa del olivar” fue el eslogan del paro general de 24 horas convocado el 14 de mayo en los 300 municipios de las tres comunidades autónomas más afectadas por la reforma: Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. El éxito fue rotundo. Más de millón y medio de ciudadanos de todos los sectores se solidarizaron con el olivar. Su culminación, una manifestación histórica en Jaén con más de 100.000 personas, daba la razón social a los convocantes178: “Supone un voto de censura extraordinario contra quienes habían pedido previamente no acudir a la huelga e incluso decían que haría daño a los intereses de la sociedad..., el 14 de mayo le ha dicho al Gobierno que tiene la responsabilidad última del destino de la negociación y que, por tanto, no puede responsabilizar de estos males a la UE y el comisario de Agricultura”. Poco tiempo después se aprobaba el Reglamento 1638, de 20 de julio, que entró en vigor el 1 de noviembre del mismo año, por el que la nueva OCM tendría un

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periodo de aplicación provisional de tres campañas, conteniendo la mayor parte de los elementos negativos que denunciábamos. Y así lo expresamos de manera documentada en ruedas de prensa y numerosos actos públicos179, exigiendo que un decreto de desarrollo del reglamento incluyera la modulación de las ayudas. Finalmente, el 20 de octubre la organización presentó un recurso ante el Tribunal de Justicia de la UE, con el mismo equipo jurídico que había conseguido la resolución histórica contra las industrias lácteas en el Tribunal de Defensa de la Competencia español. El fallo, previsible, por los antecedentes del Tribunal sobre la legitimación para interponer recursos, fue desestimarlo sin entrar en la calificación de su contenido. Un proceso que nos enseñó cómo las instituciones comunitarias de garantía de derechos seguían circunscritas exclusivamente a las demandas presentadas por los Estados o comunidades autónomas. Sin pretender que ciudadanos individuales puedan interponer recursos, sí seguimos echando de menos que la justicia comunitaria no pueda pronunciarse sobre el contenido de una demanda colectiva de ciudadanos, que vean seriamente afectados sus intereses por la decisión del Consejo Europeo. De todo este proceso se desprendieron importantes y notables repercusiones positivas para la organización. La aparición de un líder como Agustín Rodríguez, secretario general de UPA Jaén, que todavía mantiene su representatividad en el sector oleícola, y un conocimiento masivo de UPA por parte de la sociedad española y particularmente por La reforma la andaluza.

de la OCM del aceite de oliva se separó finalmente de la discusión de la Agenda 2000

La reforma de la OCM del aceite de oliva se separó finalmente de la discusión de la Agenda 2000, pero esta ya adquiría por sí misma un nuevo y extraordinario reto para la organización, aunque con unas relaciones institucionales dañadas por los constantes desencuentros políticos públicos y privados. Desencuentros que produjeron consecuencias antidemocráticas. En aquellas fechas tuvimos que acometer una reducción drástica de los trabajadores en la CEF por la disminución de la subvención del Ministerio de Agricultura y ser excluidos de nuestra representación en el CES comunitario.

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La UE discute la ampliación. La Agenda 2000 Pero sin abandonar el contexto de cambio europeo, la discusión del “paquete Santer”, como también se conocía la discusión europea sobre la ampliación al Este, supuso una importante actividad sindical que concluiría con una propuesta que ha supuesto una de las identidades sindicales de UPA: la modulación de las ayudas agrarias. Y así se expresaba en el editorial de La Tierra de septiembre-octubre de ese año, con el título “La hora de la modulación”. No se trataba solo de reformar aspectos concretos de algunas OCM180 –cambios ya de por sí muy importantes–, sino que estaba en juego la esencia misma del proyecto de integración europeo a través de la más común de todas las políticas: la PAC. El nuevo marco financiero 2000-2006 al que la UE tenía que hacer frente para financiar la ampliación, tocaba todas las políticas de gasto junto a un compromiso de estabilidad financiera. Sobre la PAC recaía una gran parte del peso económico con nuevos descensos de precios en las OCM con compensaciones insuficientes, la cofinanciación en políticas sectoriales reformar además de las estructurales y la renacionalización en la aplicación de las medidas medioambientales y los criterios de modulación.

No se trataba solo de aspectos concretos de algunas OCM –cambios ya de por sí muy importantes–, sino que estaba en juego la esencia misma del proyecto de integración europeo

La PAC debía ser reformada con o sin ampliación. Debía de sustanciar sus déficits tradicionales de falta de cohesión con el consiguiente desequilibrio entre productores y territorios europeos. Pero ¿cómo formular desde una organización agraria con explotaciones familiares una propuesta que pudiera ser respaldada por estas y apoyada por la sociedad, en momentos donde ya era visible la crítica a las ayudas de la agricultura que otros sectores no disponían de ellas?.

Creo que dimos con la respuesta acertada: la modulación era el instrumento para conseguir la cohesión de la PAC. No era imprescindible aumentar el gasto, sino inducir una nueva redistribución del presupuesto comunitario que favoreciera el empleo y al territorio rural donde se asentaba la actividad agraria. Los primeros informes de la Agenda 2000 producidos en la Presidencia luxemburguesa ya introducían la alternativa de poner techos a las subvenciones. Era, pues, una discusión

Las reformas de OCM planteadas eran de nuevo las producciones continentales.

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política que saltaba además la discusión tradicional de las cuotas nacionales convertibles en cheques financieros.

Modular las ayudas agrarias: cohesionar la PAC Teníamos que escoger una imagen y rodearla de buenos argumentos para hacer una campaña de explicación de nuestra propuesta. En un cartel, con Mario Conde junto a la duquesa de Alba enfrentados a un viticultor podando y una ganadera al lado de una de sus vacas, se preguntaba: ¿Quién es agricultor y ganadero?, para concluir, junto al logotipo de UPA, ¡Defiende la modulación de las ayudas! Desde luego, la contraposición era impactante y la explicación de la diferencia entre las ayudas agrarias que recibían unos y otros, definitiva. Y en esto último recuperamos la famosa distribución del 80% de sostenimiento a solo el 20% de las explotaciones de la reforma de 1992 a nuevos datos más actualizados. España, Italia, Grecia y Portugal (el sur), que representaban el 35% de la producción final agraria de la UE y el 57% del empleo agrícola, recibían solo el 32% de las transferencias del FEOGA-Garantía. En cuanto al empleo agrario, los cuatro países del sur obtenían 2.805 ecus por unidad de trabajo, mientras que, con los datos de la UE-12, los ocho restantes recibían una media de 7.200 ecus.

Creo que dimos con la respuesta acertada: la modulación era el instrumento para conseguir la cohesión de la PAC

En España, el reparto de las ayudas en cultivos herbáceos hacía que solo un exiguo 1% de perceptores recogiera el 20% del presupuesto. Las primeras 200 explotaciones de Andalucía recibían más de 17.000 millones de pesetas, las primeras 99 de Extremadura, 3.638 millones. En Castilla-La Mancha, el 25% de los beneficiarios que cobraban más de 10 millones de pesetas tenía domiciliado el cobro de la ayuda fuera de la comunidad autónoma y el 34% con más de 25 millones de pesetas era el mismo caso en Extremadura. Quien quisiera seguir manteniendo este orden de cosas debía por tanto hacer más que esfuerzos dialécticos para convencer a la opinión pública de que no era preciso realizar reforma alguna. “Un reparto más justo de las ayudas”, “Luchar por lo nuestro”, “Quien más tiene es quien más se está llevando”, “Hay quien sin pisar la tierra se está llevando mucho dinero”, eran expresiones simples que muchos agricultores repetían en cada acto convocado por UPA181.

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Nuestra propuesta, que abarcaba todos los sectores objeto de la reforma y que se editó junto a la campaña de imagen, se centraba en la modulación según tres variables asociadas a cada explotación (modelo de las tres T): tamaño, trabajo y territorio. El tamaño obligaba a poner un techo de subvención por explotación al considerar que las economías de escala favorecían en precio a las mayores explotaciones; el trabajo producido en la explotación debía ser alentado con una mayor prima para el agricultor a título principal (ATP), destacándose la participación de empleo familiar en la explotación y el territorio debía de ser diferenciado, con ayudas más altas, si era desfavorecido por ser de montaña o por despoblamiento. En su conjunto una propuesta que habría significado de llevarse a cabo una verdadera revolución –pacífica– en los tradicionales instrumentos de la PAC, pero que defendimos con entusiasmo en todos los foros en los que participamos. También con el Gobierno. En el inicio de las conversaciones, donde se fijaba la posición general, lo hicimos con el presidente Aznar mediante una carta enviada el 9 de diciembre de 1997, en la que insistíamos en nuestra propuesta de modulación ante las primeras reacciones del COPA-COGECA; en ellas se expresaba “no tener posición en la cuestión de la diferenciación y la fijación del techo de las ayudas directas a la renta concedidas en el marco de las OCM que la Comisión piensa proponer, al estar por ahora algunas organizaciones a favor, y otras en contra”. Por ello le pedíamos que en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno a celebrar en Luxemburgo “defienda un modelo de agricultura familiar de pequeñas y medianas explotaciones que tienen, sin lugar a dudas, en la modulación su elemento fundamental de defensa”. En el caso del Ministerio de Agricultura se había creado un grupo de trabajo coordinado por el Secretario General, Carlos Díaz Eimil, en el que habíamos detallado nuestra posición182 y posteriormente se celebraron a lo largo de 1998 varias reuniones con la ministra De Palacio en las que nunca se adentró en la discusión política sobre la modulación y sí en la posibilidad de aumento de

Carta remitida el 5 de diciembre de 1997 por el coordinador del gabinete técnico, José Manuel Delgado.

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cuotas y derechos de producción en los sectores afectados por la reforma. Un esquema de negociación que la Comisión había propuesto como compensación por bajar el umbral de precios en los sectores. El 10 de febrero de 1999, a escasos días de la aprobación final de la reforma, se produjo una reunión, a instancias del Ministerio, con todas las organizaciones y las cooperativas. En ella, la ministra detalló el estado de situación de las negociaciones en todos los sectores y sobre el tiempo útil de negociación expresó183: “Faltan tan solo trece días, por lo que el margen es mínimo para conseguir un cambio cualitativo en la negociación que se está produciendo, de manera muy intensa, a través del Comité Especial de Agricultura (CEA), así como por los representantes de un grupo técnico de alto nivel que viene celebrando desde hace meses reuniones semanales”.

Era obvio que estábamos en los flecos finales en donde, con seguridad, se nos dijo menos de lo que ya se había conseguido en incremento de cuotas, y nada sobre una redistribución de ayudas

Era obvio que estábamos en los flecos finales en donde, con seguridad, se nos dijo menos de lo que ya se había conseguido en incremento de cuotas, y nada sobre una redistribución de ayudas, salvo una comisión de estudio presidida por el subsecretario. Y así lo dijimos en la citada reunión184: “Hubiéramos deseado haber tenido la oportunidad de haber ayudado a construir una alternativa distinta cuando era posible. Alemania sí que tuvo una propuesta, criticable o no, basada en la cofinanciación; al igual que Francia que defiende las ayudas decrecientes y la exoneración para los pequeños productores. Frente a esto, España no tuvo propuesta ni la tiene. Recogemos el fruto de la negociación de otros.

Hubiera sido más positivo que España hubiera creado su opción de reforma, en tiempo útil, sobre la cohesión de la PAC, que descansa en la legitimidad del Tratado de Maastricht (art.130-B) y en informes de la propia Comisión Europea. Con cohesión habría más fondos transferidos a España y más garantía de supervivencia de las pequeñas y medianas explotaciones”. Nuestras tesis no estaban aisladas. Los presidentes autonómicos socialistas, particularmente Vicente Álvarez Areces, Manuel Chaves, José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, la habían apoyado explícitamente y el candidato del PSOE elegido en primarias, José Borrell, de igual manera en un encuentro con el can-

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Informe remitido a las Uniones Provinciales y Regionales. Ídem.

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UPA ha priorizado en la modulación de las ayudas el sentido de la reforma parcial de la PAC y no vamos a abandonar esta seña de identidad

ciller Schröeder. Felipe González185 tuvo ocasión de expresar su opinión sobre la financiación de la ampliación descartando que tuviera que producirse sobre los agricultores y las zonas desfavorecidas. Se podría decir que UPA aglutinó una respuesta progresista a la discusión política en Europa de la ampliación al Este. Aún así, la respuesta sindical debía ser conjunta, pues los intereses de España, en su conjunto, salían proporcionalmente dañados. De modo que el 15 de febrero me dirigí a los responsables nacionales de ASAJA, COAG y CCAE para instarles a la celebración de una respuesta conjunta: “Creo que aún estamos a tiempo de dar una respuesta única que sepa combinar con generosidad la pluralidad sindical de nuestro país. Es mucho lo que la agricultura y ganadería españolas se juegan para que antepongamos unos intereses sobre otros. Es de sobra conocido que UPA ha priorizado en la modulación de las ayudas el sentido de la reforma parcial de la PAC y no vamos a abandonar esta seña de identidad. Sin embargo, ello no puede convertirse en un obstáculo inalterable, puesto que pienso que es compatible la defensa de todo el sector agrario con la especificidad que cada organización agraria tenemos. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones y esta, por ser un momento histórico, no debería ser recordada por la división. Por consiguiente te insto a la celebración de una manifestación conjunta en la que participe también la Confederación de Cooperativas Agrarias”. No hubo contestación y tampoco sorpresa por ello, pues era notorio el apoyo de ASAJA a las tesis del Gobierno y la recurrente animadversión de COAG. Sin embargo, el 23 de febrero se produjo una de las mayores manifestaciones en Bruselas contra la reforma de la PAC, en la que se produjeron violentos enfrentamientos entre manifestantes y policía, que acabó con 23 heridos y 12 detenidos. Las tres organizaciones españolas acudimos a la misma y fuimos recibidos por la ministra de Agricultura en una cabina telefónica, ante la imposibilidad de acreditación por parte de la seguridad del Consejo. Como recogió la crónica de Xavier Vidal-Folch de El País: “De Palacio celebró el civismo de los españoles y trató hábilmente de capitalizar su protesta”, mientras nosotros seguíamos reiterando nuestro mensaje: “Si acaba recortándose el gasto de la PAC, no es tolerable que no se proteja a los pequeños agricultores; la redistri-

Acto de presentación de la Fundación de Estudios Rurales, 9 de julio de 1997.

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bución de las ayudas debería ser la prioridad”. Loyola, al frente de la manifestación de nuevo. El acuerdo final se produjo, con el voto favorable de España, en dos fases: el preacuerdo agrícola186 y posteriormente el acuerdo financiero que lo rebajó. Finalmente, el Consejo Europeo de Berlín del 24 y 25 de marzo aprobó el conjunto de reformas bajo un estricto compromiso de gasto financiero para el periodo 2000-2006, estableciendo un volumen medio de recursos financieros para la PAC de 40.500 millones de euros. Las reformas sectoriales de herbáceos, vino, leche y carne de vacuno se ajustaron al guión previsto: aumento de cuotas y disminución de precios. De Palacio lo celebró brindando con champán, centrándose en el aumento de las cuotas: incremento de rendimientos en cultivos herbáceos, 550.000 toneladas en la cuota láctea, el aumento de las plantaciones de viñedo y el incremento en el número de vacunos machos y vacas nodrizas. La opinión de las organizaciones agrarias fue previsible187: para ASAJA fue “equilibrado” y para COAG y nosotros rechazable, insistiendo en nuestro caso en la modulación de ayudas. Pero tanto, COAG como ASAJA habían celebrado manifestaciones por separado, lo que nos llevaba a celebrar una movilización significativa con nuestros propios recursos. La primera desde la constitución de UPA, si consideramos que debería ser masiva.

Manifestación para reclamar la modulación Y lo hicimos. El 20 de marzo a las 11.30 horas se inició la manifestación en la Puerta de Alcalá hasta las puertas del Ministerio de Agricultura. La marcha, encabezada por cinco tractores custodiados por un grupo de gaiteros, era seguida por un grupo de niños y niñas, hijos de afiliados, que sostenían la primera pancarta, con el lema “Por el futuro del mundo rural”. A continuación, todos los miembros de la Comisión Ejecutiva, acompañados por el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el secretario de Organización, Alberto Pérez,

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Las reformas sectoriales de herbáceos, vino, leche y carne de vacuno se ajustaron al guión previsto: aumento de cuotas y disminución de precios. De Palacio lo celebró brindando con champán

Alcanzado en la madrugada del 10 de marzo de 1999. El País 12 de marzo de 1999: “Loyola de Palacio considera bueno el principio de acuerdo porque repara injusticias pasadas” y “División entre las organizaciones agrarias, aunque todas admiten que ha habido algunos logros”.

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llevábamos el segundo gran cartel, con el mensaje “En defensa de la agricultura y ganadería familiar. Modulación”. La presencia de miles de manifestantes afiliados de UPA consiguió que el objetivo que nos habíamos propuesto se alcanzara con creces. Durante el día, los informativos de las radios y las televisiones recogieron ampliamente la movilización y al día siguiente los principales medios escritos hacían lo mismo, destacando el amplio seguimiento de la convocatoria188. UPA hacía ya años que había demostrado su capacidad propositiva y mantener un modelo de relaciones institucionales coherente. Ahora era capaz de aglutinar, con sus propios medios, una respuesta colectiva ante los cambios impuestos por una negociación comunitaria equivocada. Y a poco menos de un mes, los días 15, 16 y 17 de abril, celebrábamos nuestro IV Congreso Federal en el que invitamos, y acudió por primera vez, a la ministra de Agricultura en el acto de apertura. La intervención de Loyola de Palacio provocó sorpresa e indignación entre los delegados de UPA y los invitados al congreso, incluidos Carlos Romero y Luis Atienza, exministros de Agricultura. La sensación general fue de profundo malestar por el tono y el contenido de la intervención, con pasajes muy críticos a la labor de anteriores gobiernos socialistas y a la actividad sindical de UPA. Nadie se levantó de su asiento ni interrumpió su intervención. Nada más acabar la misma abandonó el congreso entre la estupefacción de los asistentes, que en todo momento demostraron más sentido de la responsabilidad que la interviniente. Sería el último acto de la ministra con UPA. Quizás porque ya lo sabía, De Palacio abandonaría el Ministerio a los pocos días para ser cabeza de lista del PP a las elecciones al Parlamento Europeo, con una indisimulada hostilidad hacia UPA, que en la práctica fue la norma de casi todo su mandato.

El País 21 de marzo de 1999, “Miles de agricultores vuelven a protestar contra el pacto de la UE”, “UPA exige a Aznar que modifique el acuerdo de forma radical”.

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Los problemas de financiación Un mandato en el que la organización pasó uno de los momentos más cruciales para su supervivencia, por las ya comentadas tensiones con el Ministerio de Agricultura. Nada más comenzar la gestión del nuevo Gobierno, el subsecretario del Ministerio, Nicolás López de Coca, cambió los criterios de asignación de subvenciones a organizaciones agrarias, exigiendo a las mismas información no solo de la estructura estatal e internacional, sino de todas las sedes del territorio español. En la reunión de la CEF del 9 de julio ya se especula que la ayuda económica descienda un 40% y se adoptan preventivamente las primeras medidas de ahorro: reducir un 10% los salarios o dietas de los miembros de la Comisión Ejecutiva, vender el piso en propiedad para residencia de ejecutivos desplazados, editar La Tierra bimestralmente y centralizar todas las compras. Conocida y confirmada la esperada reducción de la ayuda institucional, la Secretaría de Administración189 propuso una reducción drástica de personal que supuso una disminución del 30% del total de gasto destinado a este fin.

Nada más comenzar la gestión del nuevo Gobierno, el subsecretario del Ministerio, Nicolás López de Coca, cambió los criterios de asignación de subvenciones a organizaciones agrarias, exigiendo a las mismas información no solo de la estructura estatal e internacional, sino de todas las sedes del territorio español

En todo este proceso, muy doloroso en su gestión, desempeñó un meritorio trabajo de persuasión el compañero Gregorio Morales, que desde octubre de 1993 venía asistiendo a la CEF en las tareas de administración y contabilidad. El propio Gregorio tendría que volver a ocupar su plaza de excedencia en SENPA; Marcos Alarcón, coordinador del gabinete, regresaba a Murcia, y Alejandra Pons, mi secretaria personal, se reubicaba en la Escuela Julián Besteiro de UGT; por poner solo un ejemplo de tres personas que trabajaban muy directamente con la Secretaría General, de los siete trabajadores que finalmente se vieron afectados.

Con la ayuda de Sebastián Reyna, en aquel momento secretario de Administración de UGT, se decidió crear la figura de gerente para la reorganización definitiva de las finanzas de UPA. José Luis Martín desempeñó en este sentido un magnífico trabajo profesional.

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Acta CEF de 3 de febrero de 1997.

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La elecciones a Cámaras Agrarias No acabaron ahí las actuaciones del Ministerio. Ya hemos relatado cómo en 1994 se celebraron las elecciones a Cámaras Agrarias en Cataluña y sus consecuencias más relevantes. Hasta 1997 no se produjeron las siguientes elecciones, primero en Aragón e inmediatamente después en Castilla y León. En Aragón propiciadas por UAGA, con el beneplácito del Gobierno autónomo, se pretendía continuar en la senda del resultado de Cataluña. Por nuestra parte, con los antecedentes descritos de colaboración de FTT con UAGA, las expectativas eran pésimas. El 6 de marzo celebramos en Zaragoza una reunión con UAGA y UGT de Aragón190, en la que planteamos la posibilidad de una coalición electoral que tuviera su correspondencia en otra similar, pero en una comunidad autónoma donde COAG tuviera una estructura más precaria. La respuesta fue frustrante. Se pedía, como paso previo, nada menos que la fusión entre ambas organizaciones. Resultaba una obviedad que se estaba disparando por elevación y que no existía la menor intención de andar por ese camino, por lo que allí empezó y acabó el encuentro.

Después de un intenso trabajo del conjunto de la organización obtuvimos el 18,5% de representatividad. Se había evitado un grave descalabro con consecuencias de todo tipo difíciles de prever

Los resultados no dieron la victoria a UAGA sino a ASAJA, después de una operación del Ministerio para acercar a Jóvenes Agricultores a esta última. Nuestros resultados fueron testimoniales, pues finalmente solo presentamos una candidatura en Huesca.

De manera que el 25 de mayo del mismo año, fecha de las elecciones en Castilla y León, significaba mucho más que el resultado electoral en esa comunidad. Como se reconoció por parte de algún asesor del MAPA, se manejó la posibilidad de no reconocer a UPA la representatividad si no se alcanzaba el mínimo en esa comunidad191. Incluso, en el análisis del resultado electoral192, se habló de un presunto acuerdo entre COAG y la ministra para retirar la representatividad a UPA.

Notas personales. Asistentes: Eduardo Navarro y Javier Sánchez de UAGA y Jesús Membrado, secretario general de UGT. 191 Mundo Ganadero. Año IX. Nº 2. Febrero 1998. 192 Acta CEF de 3 de junio de 1998. 190

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Después de un intenso trabajo del conjunto de la organización obtuvimos el 18,5% de representatividad. Se había evitado un grave descalabro con consecuencias de todo tipo difíciles de prever. Necesitábamos recuperar la iniciativa sin caer en la autoflagelación y considerar que los resultados serían los que provinieran de nuestro propio esfuerzo. Durante 1998 se desarrollarían los procesos electorales de Extremadura, Asturias, Murcia y Navarra. En ellos, UPA se consolidó como una opción representativa al ser la primera fuerza sindical en Badajoz y segunda, con tan solo quince votos de diferencia, en Asturias. Sin embargo, nuestras dificultades con el departamento de Loyola de Palacio no encontraron descanso. El 21 de septiembre de 1998, a instancias de la propuesta de la ministra de Agricultura, se nombraron por el Consejo de Ministros de la Unión Europea los tres representantes del sector agrario español en el CES comunitario193.

Fuimos la primera organización agraria española en ingresar en la Federación Internacional de Productores Agrarios (FIPA), en la que se encontraba el resto de las organizaciones agrarias europeas

Con una total arbitrariedad nuestro representante, Pere Margalef, fue sustituido por Juana Borrego, una amiga personal de la ministra y presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Rurales, organización promovida por la propia titular de Agricultura en su época de diputada por Segovia. Por el contrario, se mantuvieron los representantes de ASAJA y COAG. El momento del cambio se produjo inmediatamente después de las movilizaciones de la reforma de la OCM del aceite de oliva y en la discusión de la Agenda 2000. En declaraciones a la prensa, De Palacio atribuyó el cambio a la poca representatividad de UPA. Si analizamos el momento político de la sustitución, el prestigio del compañero Margalef, que era presidente de la Sección de Agricultura desde hacía ocho años, y la persona junto a la organización que le sustituía, la conclusión no puede ser otra que la de un auténtico dislate político. Pero no todo fueron sinsabores durante este periodo en la vida interna de la organización. Nuestra participación en los ámbitos internacionales era cada día

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El 15 de abril de 1998, en una carta dirigida a la ministra le expresábamos “nuestra decisión de mantener para el próximo mandato a Pere Margalef como responsable de UPA”.

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más intensa y productiva. Una de las más relevantes, por su contenido, fue el seminario de Cork en Irlanda sobre desarrollo rural, en el que se anticipaba por parte de la Comisión lo que sería posteriormente la Agenda 2000. En aquel momento ya se anunciaban políticas donde las medidas de regulación de mercados eran relegadas a un segundo plano, dando prioridad a políticas de desarrollo rural integrado sin diferenciación entre regiones. Fuimos la primera organización agraria española en ingresar en la Federación Internacional de Productores Agrarios (FIPA), en la que se encontraba el resto de las organizaciones agrarias europeas y que a raíz de las conversaciones, primero del GATT y después de la Organización Mundial de Comercio (OMC), desempeñaba un papel relevante en la interlocución institucional.

Se crea la Fundación de Estudios Rurales En julio de 1997 fue presentada oficialmente la Fundación de Estudios Rurales en el marco de un seminario sobre la reforma de la Política Agraria Común que, bajo el título de “Una nueva política agraria para una nueva Europa”, contó con la participación de Cándido Méndez y Felipe González, así como de los profesores universitarios Jesús Arango, Vicente Barceló, José María Sumpsi, Francisco Sineiro y Eduardo Moyano. Estos dos últimos, estrechos colaboradores del sindicato y personas muy queridas por el conjunto de los afiliados. Con la constitución de la fundación se reorientó el anuario y se reforzaron sus contenidos. De una parte, con un informe de carácter socioeconómico de la agricultura española, que ha sido elaborado en numerosas ocasiones por el profesor Jesús González Regidor, al que tanto le debe también la organización. Y, de otro lado, ampliando los vínculos con el ámbito académico y científico, en este caso con el compromiso permanente del profesor Eduardo Moyano, uno de los mayores expertos europeos en sindicalismo agrario, que desde hace años presenta y modera los debates que se desarrollan en el acto anual de presentación de los anuarios.

En julio de 1997 fue presentada oficialmente la Fundación de Estudios Rurales en el marco de un seminario sobre la reforma de la Política Agraria Común

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La revista La Tierra seguía ininterrumpidamente su andadura y sufrió varios procesos de modernización de la cabecera y la edición, saliendo el primer número en color en marzo-abril de 1988, al que contribuyó en el diseño y maquetación Ana de Blas que, además, fue la creadora del logotipo de la fundación: un libro abierto formado por surcos y con los colores identitarios del logotipo de UPA, naranja y verde.


Historia de UPA

Pero si debemos destacar a una persona por la relación con los medios de comunicación es a Esteban López, que había sustituido a Alfonso García Calero, un buen amigo de Ciudad Real. Esteban hizo desde el comienzo de su actividad un trabajo encomiable. La proyección exterior de UPA y el respeto adquirido en los medios de comunicación a lo largo de su reciente historia son inseparables de su persona. Su muerte prematura nos impidió seguir disfrutando de su buen hacer y de su amistad. Su recuerdo, imprescindible en este relato, se corresponde con un hombre querido por cualquier persona con la que Cándido hubiera tenido relación.

Méndez es, sin duda, el responsable sindical de UGT que más ha hecho por la consolidación y desarrollo de UPA

La vida orgánica dentro de UGT tenía ya muchos componentes de normalización. Las relaciones con FTT eran inmejorables y de colaboración mutua194. Con la aparición de un nuevo marco de relaciones laborales con los sindicatos de trabajadores, UPA mantuvo su estatus similar a COAG y ASAJA. De este modo se firmaron los primeros convenios estatales. El 7 de abril de 1997 se acordó “como derecho supletorio para este sector el contenido de la Ordenanza General de Trabajo en el Campo, en todo lo que no sea contrario a derecho, hasta el próximo día 7 de junio de 1997, con el objeto de retomar las negociaciones que sustituyan a la citada ordenanza”. En el caso de los convenios provinciales, sobre todo en Andalucía y Extremadura, era ya común que UPA participara como la parte empleadora.

Un encuentro frustrante En relación a UGT, la colaboración personal del secretario general era constante en toda la acción sindical de UPA. Cándido Méndez es, sin duda, el responsable sindical de UGT que más ha hecho por la consolidación y desarrollo de UPA. Su convocatoria a secretarios regionales para apoyar a la organización en los momentos electorales, su defensa en los comités confederales de las tesis de UPA y su permanente presencia en movilizaciones y seminarios de la organización dan fe de esta aseveración. Menos conocido fue su intento de

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En la reunión de Zaragoza con UGT para preparar las candidaturas de UPA a las elecciones a Cámaras Agrarias, Juan Aguilar, secretario general de FTT, asistió defendiendo siempre los criterios de ayudar a la organización.

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buscar un clima de entendimiento entre COAG y UPA similar al que ya entonces tenían UGT y CCOO. A raíz de una de las numerosas peticiones que COAG realizaba a la CEC de UGT para establecer una relación bilateral, decidimos de mutuo acuerdo que le contestara positivamente para celebrar una reunión. Hasta entonces, invariablemente, UGT había contestado remitiéndose a UPA como la organización de UGT con la que debía tener relación COAG. La citada reunión se produjo el 16 de septiembre de 1996, a los pocos meses de la victoria del PP, en la sede confederal de la calle Hortaleza de Madrid. A la reunión acudió por COAG Miguel López acompañado de un responsable de los servicios técnicos, quienes mostraron inmediatamente su extrañeza por mi presencia. Como después pude comentar en la CEF del 1 de octubre195, me causó sorpresa la sorpresa de COAG.

Méndez volvía a presentarse a secretario general en el XXXVII Congreso de la Unión General de Trabajadores, que se celebró bajo el lema “Empleo y solidaridad”, “UGT por las 35 horas”

Las peticiones de COAG se centraron en querer participar en las negociaciones de la seguridad social, que ASAJA trataba de tener exclusivamente por su pertenencia a CEOE, y su participación en los cursos de formación sujetos al programa FORCEM suscrito por sindicatos y patronal. Después de escuchar, Méndez hizo una consideración acerca de las relaciones problemáticas entre UPA y COAG, mostrando su preocupación por ello. La respuesta de López fue la de pasar de justificar esas relaciones a ver la necesidad de una fusión entre ambas organizaciones; eso sí, inmediatamente corregido por el responsable técnico196 acerca de no tener una posición adoptada al respecto en ningún órgano de decisión de la coordinadora. La conclusión, aunque frustrante, fue más que previsible: era inabordable una relación normalizada con COAG. El intento resultó baldío; estábamos al comienzo del mandato de Loyola de Palacio y visto el desarrollo de los acontecimientos, que he intentado narrar con objetividad, se aprecia más el interés de COAG por hacer desaparecer a UPA que por buscar lazos de colaboración mutua.

Notas personales. No he conseguido recordar su nombre, aunque siempre fue tradicional el enfrentamiento entre servicios técnicos y miembros de la permanente de COAG.

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Unión de Trabajadores por Cuenta Propia Méndez volvía a presentarse a secretario general en el XXXVII Congreso de la Unión General de Trabajadores que se celebró bajo el lema “Empleo y solidaridad”, “UGT por las 35 horas”. En el mismo revalidó definitivamente su liderazgo dentro de la confederación. La delegación propia de UPA la compusieron 17 compañeros197, siendo la primera vez en la historia de la organización que formábamos una delegación independiente. Nuestras intervenciones en los plenarios eran normales. En esta ocasión nos tocó la responsabilidad de defender la ponencia internacional, cuyo contenido hoy tendría plena validez por las circunstancias de crisis económica que padecemos. En tal sentido afirmábamos que198: “Una Unión (Europea) con un gran mercado y una moneda fuerte pero que no puede dar trabajo a sus ciudadanos habrá fracasado socialmente”.

En el apartado de modificaciones estatutarias, UGT adoptó una en la que se involucró activamente UPA. La creación de la Unión de Trabajadores por Cuenta Propia, dando entrada, por tanto, a los autónomos dentro de la confederación

En el apartado de modificaciones estatutarias, UGT adoptó una en la que se involucró activamente UPA. La creación de la Unión de Trabajadores por Cuenta Propia, dando entrada, por tanto, a los autónomos dentro de la confederación. UPA sería la primera organización constituyente de la nueva Unión a la que pronto se uniría la UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), siendo este el marco estatutario que aún hoy sigue vigente. Así lo recogía el artículo 1.3 de los estatutos federales del IV Congreso Federal, celebrado con posterioridad al confederal: “UPA está integrada orgánicamente en la Unión General de Trabajadores (UGT) a través de la Unión Estatal de Trabajadores por Cuenta Propia, dentro de la cual tiene plena autonomía económica y organizativa para el desarrollo de sus objetivos y fines”.

Por la defensa de la agricultura familiar Como ya hemos podido relatar, el IV Congreso se desarrollaba199 en un contexto de profundos cambios en la PAC y de una fuerte actividad sindical por parte de la organización. La campaña de modulación y la exitosa manifestación para defen-

Elegidos en el congreso extraordinario celebrado el 6 de febrero de 1998. La Tierra nº 147. 199 El IV Congreso se celebró en el Hotel Chamartín de Madrid. 197 198

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derla estaban a pocos días del encuentro federal de UPA. No es de extrañar, por tanto, la importante presencia política y sindical que Las resoluciones con 148 acogió el congreso: Nicolás Redondo, Joaquín Almunia, Juan Mapáginas abordaron, como venía nuel Eguiegaray, Carlos Romero, Luis Atienza, Paco Amarillo, Ana siendo habitual en los congresos Leyva y, como era norma, Alberto Pérez y Cándido Méndez acompaanteriores, las materias de ñados de los responsables de Uniones Territoriales y Federaciones de Industria de UGT. Por primera vez ASAJA aceptaba la invitación y acción sindical junto a las de acudía al congreso por medio de su presidente, Pedro Barato, adecarácter organizativo más de la presencia habitual de la Confederación de Cooperativas con José María Luqui, su presidente, y Francisco Marín, director general. Instituciones como el CES estuvieron representadas por su presidente, Federico Durán, y el COPA por su secretario general, Risto Volanen. La CIA italiana, como ya era habitual, envió al compañero Serra Caracciolo. En definitiva, un acto importante de reconocimiento público e institucional de UPA. El lema del congreso fue “Por la defensa de la agricultura familiar”, y asistieron cerca de 200 delegados en representación de las Uniones Territoriales, que aprobaron por unanimidad la gestión de la CEF. Las resoluciones con 148 páginas abordaron, como venía siendo habitual en los congresos anteriores, las materias de acción sindical junto a las de carácter organizativo. Respecto a la primera, “Una propuesta de acción sindical para los agricultores y ganaderos del siglo XXI”, resaltaban cuatro apartados: la cohesión en la PAC, el productor frente al producto, la modernización y el desarrollo rural. Respecto a la cohesión se denunciaba su incumplimiento en la PAC y se exigía200: “La reducción de disparidades que surgen como consecuencia del desigual acceso a las oportunidades de empleo y a las retribuciones en forma de renta. La cohesión aplicada a la PAC debe tener en cuenta a los productores, los productos y los territorios. Las nuevas políticas agrarias deben remunerar más el trabajo que el capital y diferenciar positivamente sus apoyos a aquellas explotaciones que se ubiquen en zonas desfavorecidas. La cohesión en la PAC solo es posible con la modulación de las ayudas”. En cuanto al sujeto destinatario último de las políticas de apoyo, se afirmaba la necesidad de desarrollar una acción sindical global201: “Que tenga en cuenta en

Resoluciones. Política agraria. Ídem.

200 201

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primer lugar a las personas, y a través de ellas a los productos y los territorios. Con este objetivo, UPA propone la creación de un Estatuto del Agricultor y Ganadero como un marco general que sirva de soporte para la concreción de todas las políticas agrarias”. La participación institucional reclamaba202 “un pacto de Estado para la modernización de la agricultura española” y proponía “la creación de un Consejo Agrario Nacional como un marco permanente y estable de interlocución entre el Estado central, las comunidades autónomas y las organizaciones agrarias”. Por último, para el mantenimiento de un mundo rural vivo, la organización demandaba203 “una Ley Básica de Desarrollo Rural, que incorpore una visión integradora y compatible de la agricultura con una creciente diversificación de actividades”.

Para el mantenimiento de un mundo rural vivo, la organización demandaba “una Ley Básica de Desarrollo Rural, que incorpore una visión integradora y compatible de la agricultura con una creciente diversificación de actividades”

Como puede apreciarse, un conjunto de medidas ambiciosas sustentadas en un también ambicioso objetivo de colaboración institucional y profesional, tanto de las comunidades autónomas como de las organizaciones agrarias. El enunciado de las reformas legislativas tenía en el contenido de las resoluciones numerosos instrumentos para la instrumentalización de las mismas, de modo que el sindicato no era ajeno al desarrollo de las leyes que pedía al poder ejecutivo. En este sentido, siempre fue reconocida la actitud propositiva de UPA. La evolución organizativa volvía a tener algunas adaptaciones. En cuanto a la organización interna de UGT, ya hemos comentado la creación de la Unión de Trabajadores Autónomos (UETCP). En el III Congreso se potenciaron las Uniones Sectoriales y se las dotó de representatividad en el mismo. Sin embargo, la experiencia demostró la dificultad objetiva para cuantificar los afiliados que tenían así una doble adscripción, la sectorial y la territorial, además de los afiliados con varias producciones, lo cual no era inhabitual. Si a eso se añade la fuerte tendencia organizativa en territorios, la reforma sectorial se centró en la acción sindical y el IV Congreso volvió a reconocer la representación de estas en el Comité Federal, pero no en las delegaciones del congreso204.

Ídem. Ídem. 204 Artículos 13 y 16 de los estatutos federales. 202 203

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Coincidiendo con el primer día de su toma de posesión, Posada importó el más importante escándalo político de la era de Palacio: el fraude del lino. El 30 de abril la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha abre una investigación sobre ayudas al lino y paraliza el pago de 4 millones de euros

La Comisión Ejecutiva205 también sufriría modificaciones. Se volvía a dar impulso a la Secretaría de Desarrollo Rural y se creaba la Secretaría de Asuntos Internacionales, dado el volumen de trabajo al que estaba llamada la organización.

El “núcleo duro” continuaba, aunque con distintas adscripciones. José Domingo García en Organización y Administración, Román Santalla en Ganadería, Nacho Senovilla en Agricultura, Lorenzo Ramos que desempeñaba esta función acompañó a José Domingo en la Secretaría de Organización y Roberto García se mantenía como secretario federal adscrito a la Secretaría General. José Luis Gutiérrez, Cristóbal Torres y José Calvo continuaban como secretarios federales y se incorporaron tres compañeras y un compañero: Monserrat Cortiñas, actualmente vicesecretaria general, a la Secretaría de Desarrollo Rural y María Ascensión Millán y María Luisa Pérez a sendas secretarías federales; finalmente Pere Margalef ocupaba la Secretaría de Asuntos Internacionales.

El escándalo del lino Trece días después de celebrado nuestro congreso, el 30 de abril de 1999, tomaría posesión como nuevo ministro de Agricultura el soriano Jesús Posada y tendríamos el primer encuentro con él solo cuatro días después, el 4 de mayo, prácticamente el primer día hábil de su gestión. El año completo que duró el mandato de Posada estuvo presidido por el respeto a UPA y por la ausencia de actuaciones tendentes a disminuir su representatividad, tal y como se había caracterizado el mandato de Loyola de Palacio, que ahora desempeñaba una vicepresidencia de la Comisión Europea, después de ganar el Partido Popular las elecciones europeas. Coincidiendo con el primer día de su toma de posesión, Posada importó el más importante escándalo político de la era De Palacio: el fraude del lino.

Secretaría General: Fernando Moraleda. Secretaría de Organización y Administración: José Domingo García y Lorenzo Ramos. Secretaría de Agricultura: Nacho Senovilla. Secretaría de Ganadería: Román Santalla. Secretaría de Desarrollo Rural: Monserrat Cortiñas. Secretaría de Asuntos Internacionales: Pere Margalef. Secretarías Federales: Roberto García, Mª Ascensión Millán, Mª Luisa Pérez, José Luis Gutiérrez, Cristóbal Torres y José Calvo.

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El 30 de abril, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha abre una investigación sobre ayudas al lino y paraliza el pago de 4 millones de euros. Posteriormente se abre un procedimiento judicial a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, y el juez Garzón abre una instrucción que imputa, entre otros, a Nicolás López de Coca, anterior subsecretario de Loyola de Palacio y en aquel momento director del Fondo Español de Garantía Agrícola (FEGA). Entre abril y mayo se producen incendios en las fábricas transformadoras de lino, lo que aumenta la creencia de que se está produciendo un fraude en el cobro de las citadas ayudas europeas. La Comisión Europea reforma el sistema y abre una investigación a través de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) que concluye en la existencia de un fraude generalizado, de modo que la UE exige la devolución de 129 millones de euros, de los 134 recibidos. Las siembras de lino caen en picado, hasta un 99%, desde que se hacen públicas las irregularidades, pero se abre un debate público sobre los “cazaprimas” y los agricultores, existiendo interés, en algunos casos, de unir responsabilidades para ocultar las propias. UPA, que denunció estas prácticas, tenía afiliados productores de lino, sobre todo en Castilla y León, y dentro de la CEF se produjeron discusiones acerca de la oportunidad de sumarse a las denuncias. Mi opinión siempre fue la misma: separar a los productores de las transformadoras y no acompañar a estas en sus responsabilidades judiciales ni tampoco a los cargos públicos afectados206. De no hacerlo así, la opinión pública nos hubiera acusado de encubrir actitudes reprobables en donde los agricultores solo eran colaboradores necesarios.

Por entonces, toda nuestra prioridad era la modulación de las ayudas agrarias. No separarnos de los “cultivadores de despacho” hubiera provocado un daño irreversible a la organización

Pero aquella decisión no era solo táctica, tenía que permanecer en el tiempo y en cualquier circunstancia. Por entonces, toda nuestra prioridad era la modulación de las ayudas agrarias. No separarnos de los “cultivadores de despacho” hubiera provocado un daño irreversible a la organización. Por eso, cuando una cooperativa de Zamora fue imputada, y con ella el responsable de UPA en la provincia, no pudimos mirar para otro lado. El 11 de enero del año 2000, la Comisión Ejecutiva debate en su segundo punto del orden del día el informe relativo a la denuncia presentada por la Comisión

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Acta CEF de 5 de octubre de 1999.

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Ejecutiva Regional de Castilla y León contra el afiliado Francisco Javier Martín Cabrero y la aprobación, en su caso, de la suspensión cautelar de derechos207: “Tras un debate de dos horas y quince minutos, el secretario general la somete a votación, resaltando que es la primera vez que en las reuniones de Comisión Ejecutiva Federal que ha presidido se vota, y pide que lo hagamos con total libertad. Uno a uno, todos los miembros de la CEF votan en voz alta, quedando aprobada la propuesta de suspensión cautelar por unanimidad”. Posteriormente, el largo proceso de garantías federales de UPA y UGT concluiría respaldando la decisión adoptada por la ejecutiva. Finalmente, la Audiencia Nacional, el 23 de abril de 2007, dictó una sentencia absolutoria de todos los imputados que fue corroborada por el Tribunal Supremo el 5 de mayo de 2008. Sin embargo, el 1 de julio de 2009, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sí halló deficiencias en el sistema de ayudas y confirmó las sanciones impuestas a España. Por lo demás, los encuentros de trabajo con el nuevo ministro se produjeron con una cierta asiduidad: el 8 de junio y el 3 de noviembre lo hicimos solo como UPA, pero hubo frecuentes reuniones junto al resto de OPAS. Del mismo modo Posada asistió a convocatorias públicas a invitación de la organización como la presentación del Informe de la Agricultura Española de la Fundación de Estudios Rurales o la celebración de un seminario de desarrollo rural, en el que además participó por videoconferencia Franz Fischler208. Se normalizaban así unas relaciones institucionales deterioradas en el anterior mandato, sin que eso fuera óbice para que se presentaran nuevos problemas dentro del sector.

La OMC toma decisiones El hecho más relevante fue sin duda el encuentro de la Organización Mundial de Comercio209 celebrado en Seattle (EEUU) que se saldó con numerosos problemas de orden público, desconocidos hasta entonces, pero que se reprodu-

Acta CEF de 11 de enero de 2000. Seminario “La agricultura familiar y el desarrollo rural en el siglo XXI”. Madrid, 25 y 26 de noviembre de 1999. 209 En el acuerdo de Marraquech, culminación de la llamada Ronda Uruguay, se creó la Organización Mundial de Comercio y se firmaron los nuevos acuerdos sobre comercio de mercancías (nuevo GATT), de servicios (GATS) y de derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC). 207 208

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jeron en todas las reuniones posteriores de esta organización. Sería de hecho el primer antecedente de contestación social organizada desde que se abrieron las negociaciones globales del comercio internacional. Pere Margalef fue el representante de UPA en unas negociaciones donde el capítulo agrícola ya había adquirido una notable repercusión sobre las distintas políticas de los correspondientes estados, y por supuesto de enorme importancia en las discusiones y reformas de la PAC. El acuerdo agrícola de la OMC clasificaba las políticas de ayuda interna en varias cajas según sus efectos sobre los intercambios comerciales. La caja amarilla incluía el establecimiento de precios mínimos o créditos subsidiados; la caja azul las políticas de compensación a la disminución de precios y, por último, la caja verde con apoyos a la educación, la infraestructura o ayudas medioambientales. Secuencialmente, políticas contrarias a la OMC, intermedias y compatibles. La UE encuadró toda su reforma de la PAC en la caja azul, junto a programas similares declarados por EEUU, Noruega e Islandia.

Eran, además, circunstancias nada fáciles para el acuerdo institucional, pues 1999 fue el tercer año consecutivo en el que las rentas agrarias cayeron, acumulando un descenso del 16,4%, representando un periodo trianual que no producía esos resultados en los últimos treinta años

En nuestro país tenía que desarrollarse el contenido de la reforma de la Agenda 2000, lo que produjo una discusión que nunca abandonaría la gestión del MAPA: el reparto de derechos y cuotas a las CCAA con definición previa de condiciones socioeconómicas o hacerlo de una manera lineal o vinculada a cuotas históricas. La opinión de UPA siempre fue el establecimiento de criterios socioeconómicos, en particular en la distribución del incremento de cuota láctea; sin embargo, Posada utilizó la negociación autonómica para obtener el apoyo necesario de la mayoría de las comunidades, lo que produjo la diferencia de criterio entre gobiernos autónomos gobernados por el PSOE, votando unos en contra y otros absteniéndose210. De esta manera211, “Posada, con un perfil menos duro y más proclive a la negociación pausada, ha conseguido dar salida a un asunto controvertido sin demasiado desgaste”.

Eran, además, circunstancias nada fáciles para el acuerdo institucional, pues 1999 fue el tercer año consecutivo en el que las rentas agrarias cayeron, acumulando un descenso del 16,4%, representando un periodo trianual que no producía esos resultados en los últimos treinta años.

210 211

Castilla-La Mancha y Andalucía, en contra; Asturias, Extremadura y Aragón, abstención. El País 1 de noviembre de 1999.

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Los graves efectos de una sequía ya recurrente212, el incremento de precios del gasóleo y una crisis generalizada de precios justificaban el deterioro de rentas que sufría el sector.

Fue el encarecimiento del precio del gasóleo el que abrió una etapa distinta de acción sindical en UPA

Asistíamos también a la constatación de problemas en el sector del aceite de oliva, que ya había anticipado la organización. Nuestra cuota, manifiestamente reducida, provocaba disminuciones de la ayuda que nos ponían en clara inferioridad con los otros países productores. Motivo por el cual nos dirigimos al ministro de Agricultura y al comisario, el 20 y el 26 de julio, respectivamente.

En el documento elaborado por la organización se ponían en entredicho las cifras ofrecidas por los otros Estados miembros, con multitud de elementos probatorios que dejaban a la Comisión en una posición delicada respecto a su obligada actuación en el seguimiento y control de las producciones de los Estados miembros.

La plataforma de consumidores de carburantes Pero fue el encarecimiento del precio del gasóleo el que abrió una etapa distinta de acción sindical en UPA. Por aquel entonces, de manera más o menos disimulada, existía una acuerdo tácito de unidad de acción entre ASAJA y COAG que se prolongaba desde el mandato de Loyola y alcanzaba a todos los sectores, incluyendo convocatorias de movilización conjuntas. Una posición que tenía más inconvenientes que ventajas para el desarrollo de las tareas sindicales de UPA. Por ello, cuando el 15 de septiembre de 1999 se produjo, a instancias de UPA, la celebración de la cumbre nacional de consumidores de derivados del petróleo213, con una amplia repercusión en los medios de comunicación, conseguimos no solo ocupar un lugar preeminente en la discusión del problema, sino desplazar incluso en las relaciones institucionales a quienes habían querido aislar a UPA.

El País 5 de agosto de 1999: “UPA cree que el campo dejará de ganar 376.974 millones de pesetas”. 213 La cumbre estaba formada por distintas organizaciones del transporte y de consumidores, junto a la Confederación de Cooperativas y UPA: CEPES, FENADISMER, UCOTRANS, FPT, CECU, CONASCOP, HISPACOP, CAVE, ANATRANS, UCE, CCAE, UPA, OCU,CEACCU, ATUC, AETRAM y AEUTRANSMER. 212

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En los citados acuerdos se ponía de manifiesto que: “Los consumidores vienen sufriendo los abusos que se producen en el sector de los hidrocarburos desde posiciones dominantes, frente a los que la Administración se muestra incapaz e inoperante a la hora de contrarrestar la actual situación de subida de hidrocarburos, y evitar los efectos de las El contenido del acuerdo prácticas monopolísticas en materia de acuerdos de precios que imponen los oligopolios, tanto de la OPEP como de las petroleras recogía deducciones del IRPF nacionales e internacionales”. Y reclamaba, entre otras actuacioen la tributación por módulos, nes, la disminución del impuesto especial de hidrocarburos a los una línea de crédito de 35.000 mínimos establecidos en la directiva 92/827CEE, la intervención de los organismos de defensa de la competencia y una legislación millones a bajo interés y la favorable para el autoconsumo en las cooperativas. Un año después, a las dos de la madrugada del 28 de septiembre de 2000, como culminación de numerosas movilizaciones214 y encuentros institucionales, firmábamos un acuerdo con tres Ministerios del Gobierno (Economía, Hacienda y Agricultura) por valor de 50.000 millones de pesetas, al que se sumó ASAJA. El contenido del acuerdo recogía deducciones del IRPF en la tributación por módulos, una línea de crédito de 35.000 millones a bajo interés y la autorización a las cooperativas para suministrar gasóleo de forma directa a sus socios y no socios215. Pero, sobre todo, la reclamación que conseguiría un incremento de las rentas de los agricultores y ganaderos fue la subida de la compensación del IVA soportado en dos puntos para el ganadero y tres para el agricultor con carácter permanente.

autorización a las cooperativas para suministrar gasóleo de forma directa a sus socios y no socios. Pero, sobre todo, la reclamación que conseguiría un incremento de las rentas de los agricultores y ganaderos fue la subida de la compensación del IVA soportado en dos puntos para el ganadero y tres para el agricultor con carácter permanente

COAG había abandonado la mesa de negociación por la tarde, tras reclamar un gasóleo profesional a 40 pesetas litro, mientras que ASAJA216 continuaba en la reunión, pero sin protagonismo. Tal y como recogía la información del diario El País esa misma mañana: “El presidente de ASAJA, Pe-

Manifestación bajo el lema “Todos contra la subida del precio de los carburantes”, 7 de junio. Personación como parte afectada en las diligencias abiertas por la Fiscalía Anticorrupción contra las compañías petroleras. Manifestación en Mérida, 15 de septiembre. Bloqueos de los centros logísticos de CLH de Andalucía, Extremadura y Castilla y León, 18 de septiembre. 215 En la práctica, exoneración a las cooperativas agrarias de la obligación de constituir una sociedad mercantil para la venta de gasóleo a terceros. 216 El País 28 de septiembre de 2000. 214

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dro Barato, que hasta hace unas horas defendía la unidad de acción con COAG, cree que el pacto es satisfactorio y por ello, afirmó, COAG seguirá por un camino y nosotros nos quedaremos como estamos”. Nunca antes fue tan estruendosa la ruptura de la unidad de acción.

Mientras que en el problema de los carburantes habíamos impedido el aislamiento político de la organización, se mantenía un acuerdo sobre migraciones en el seno del Ministerio de Trabajo contando exclusivamente con ASAJA y COAG

En el acuerdo tuvo un papel relevante el entonces subsecretario de Agricultura, Manuel Lamela, con quien se estableció la negociación final y exclusivamente con UPA, pues CCAE ya tenía el reconocimiento para exonerar a las cooperativas de constituir una sociedad mercantil. Lamela habló por teléfono para ratificar el consentimiento de Economía y Hacienda a través de José Folgado y Cristóbal Montoro con nuestra última propuesta, y yo hice lo propio en una conversación telefónica con Cándido Méndez. Todos sabíamos de la importancia del acuerdo y de la desconvocatoria de nuestras movilizaciones. En la firma del mismo estuvieron presentes por parte del Gobierno el ministro de Agricultura, el de Hacienda y el secretario de Estado de Economía. UPA acababa de demostrar que era una opción representativa e independiente cuyo único fin se guiaba por la defensa de los intereses de la agricultura familiar. Y así lo entendió también el Comité Federal extraordinario convocado para ratificar el acuerdo, celebrado el día 2 de octubre del año 2000, que dio su apoyo unánime a la firma del mismo. La voluntad positiva de entendimiento que se creó tras esta firma, permitió avances en su aplicación como la retroactividad para las mercancías entregadas y no facturadas antes del 7 de octubre y la incorporación a la compensación de la ganadería independiente como la avicultura y la apicultura. Todo ello consiguió que las estimaciones finales de la repercusión presupuestaria superaran los 70.000 millones de pesetas217. Mientras que en el problema de los carburantes habíamos impedido el aislamiento político de la organización, se mantenía un acuerdo sobre migraciones en el seno del Ministerio de Trabajo contando exclusivamente con ASAJA y COAG. Este fue el motivo por el cual el 4 de octubre de 1999 nos dirigiamos al ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, para reclamarle la participación de

IV Comité Federal Ordinario. “Informe de gestión”.

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UPA. Solución que no llegó, pues el 19 de febrero presentó su dimisión por el caso Aycart, sin trasladarlo previamente al presidente Aznar. Fue sustituido, a tan solo 22 días de las elecciones generales, por Juan Carlos Aparicio, a quien le recordamos la misma petición el 24 de febrero. Una repercusión positiva de la convocatoria electoral fue que pudiéramos retomar el agravio sufrido en nuestra representación en el CES comunitario, pues Juana Borrego presentaba su candidatura al Senado por el Partido Popular, siendo esta presencia jurídicamente incompatible con el desempeño de consejera del CES. Así se lo hice llegar por carta a Posada el 21 de febrero de 2000, reiterándole la propuesta de Pere Margalef para volver a ocupar esa consejería. En una reunión bilateral, el ministro se comprometió a que UPA tuviera de nuevo su representación.

La mayoría absoluta del PP Las elecciones generales del 12 de marzo se saldaron con una victoria por mayoría absoluta del Partido Popular, provocando la derrota más dura218 del PSOE en los últimos veinte años, al sacar solo 125 diputados. La derrota de IU fue aún más dura, perdiendo la mitad de los votos y dos tercios de sus escaños219. Era la primera ocasión que, en democracia, la derecha política obtenía una mayoría absoluta tan holgada. Joaquín Almunia, candidato del PSOE a la presidencia, dimitió la misma noche electoral, abriéndose en el partido un proceso de cambio que culminaría con la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en el 35 Congreso, el 22 de julio de 2000. Zapatero, como enseguida demostraría en su nueva responsabilidad, era un hombre conocedor del sindicalismo agrario desde su condición de diputado por la provincia de León; provincia en la que construyó una alianza, con la Unión de Campesinos Leoneses primero y con UGAL después, que permitió al PSOE ostentar numerosas alcaldías en zonas rurales y la Diputación Provincial.

Las elecciones generales del 12 de marzo se saldaron con una victoria por mayoría absoluta del Partido Popular, provocando la derrota más dura del PSOE en los últimos veinte años, al sacar solo 125 diputados

El primer Gobierno popular tomó posesión el 27 de abril, pasando Jesús Posada a ministro de Administraciones Públicas y Miguel Arias Cañete a ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Esta derrota sería ampliada en las elecciones generales de 2011, en las que el PSOE obtuvo su peor resultado en democracia. 219 En 2011 esta formación se recuperó electoralmente, después de una década de crisis permanente. 218

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Cañete estableció su prioridad “en Bruselas, anticipándose a las reformas para influir antes y no durante su discusión, apoyándose en el hecho de que los dos comisarios españoles (Pedro Solbes y Loyola de Palacio) han sido ministros de Agricultura y en su experiencia como europarlamentario para promover resoluciones del Parlamento Europeo por consenso

La primera reunión con las organizaciones agrarias y las cooperativas se produjo el 4 de mayo, curiosamente el mismo día en el que también tuvimos la primera reunión con el ministro Posada y con la misma celeridad que con este; el primer día hábil después de su nombramiento. El nuevo equipo mantenía a Lamela como subsecretario, un puesto que, dada su vinculación con el ministro de Economía, Rodrigo Rato, resultaba útil para la reunión de subsecretarios. Carlos Díaz Eimil como secretario general y Pedro Menchero como asesor terminaban de completar las personas con las que tendríamos una mayor relación. En realidad, el mismo equipo de Loyola de Palacio y de Jesús Posada. En una nota220 informativa de la reunión enviada a la organización dábamos cuenta del contenido en el que abordamos, en la práctica, las orientaciones para la nueva legislatura que se abría. Dada su importancia, por lo acontecido con posterioridad, resulta relevante pormenorizar su contenido. Cañete estableció su prioridad “en Bruselas, anticipándose a las reformas para influir antes y no durante su discusión, apoyándose en el hecho de que los dos comisarios españoles (Pedro Solbes y Loyola de Palacio) han sido ministros de Agricultura y en su experiencia como europarlamentario para promover resoluciones del Parlamento Europeo por consenso. Su preocupación central se situó en el medio plazo con las repercusiones de la OMC y la próxima integración de los PECOs, en particular Polonia. Tratará de crear un compromiso en el ámbito de las internacionales correspondientes del PP y del PSOE para defender una posición estratégica de defensa del sector agrario”. En definitiva, un compendio de buenas intenciones para desarrollar una política de Estado en las negociaciones internacionales. Respecto a la política agraria nacional resaltó la voluntad de cumplir el programa electoral del PP en particular: la modernización de regadíos, la Ley de Sanidad Animal y Vegetal, el Seguro Agrario, una Red Nacional de Alerta Zoosanitaria y la creación de una Ley Básica de Agricultura, previa elaboración de un libro blanco. “Hizo hincapié en que conocía nuestra prioridad sobre la representación de UPA en el CES europeo. Reconoció que este dossier se lo ha trasladado el exministro

Carta circular a las Uniones Provinciales y Regionales de 4 de mayo de 2000.

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Posada con una opinión favorable hacia la organización. Su compromiso es resolverlo en el plazo de un mes, sin precisar el sentido de su decisión”. Siguiendo el mismo esquema, UPA coincidió con él “en respaldar la iniciativa de un proyecto conjunto entre PP y PSOE que condujera a un reforzamiento de la posición europea ante las negociaciones de la OMC y la incorporación de los PECOs”. Expresamos nuestro deseo de que “las relaciones institucionales entre el Ministerio de Agricultura y UPA fueran fluidas y eficaces”, pero matizábamos que “tendrán que ser finalmente los contenidos los que determinen los acuerdos o los desacuerdos”. Sobre contenidos a corto plazo mencionamos el problema del gasóleo, los frutos secos, el algodón y el arroz y explicitamos nuestro deseo de que el compromiso de Posada respecto al CES221 se cumpliera en los plazos de la próxima renovación de consejeros. Sobre esto último, la recuperación de nuestra presencia en el CES, finalmente se produjo el 24 de enero del año siguiente cuando, en representación de UPA, tomé posesión como consejero, restableciéndose así la legalidad institucional. En el medio plazo, nuestras reclamaciones se centraron en la aprobación de un Estatuto del Agricultor y Ganadero, aunque esto fuera en el marco de la discusión del libro blanco y, de nuevo, la prioridad en modular las ayudas, sin conseguir que el ministro mencionara nada al respecto. La modulación, como reivindicación identitaria de UPA, volvía a ser la actividad más notable de la organización en los siguientes dos años. En aquel momento ya estábamos inmersos en una nueva campaña; en esta ocasión de recogida de firmas con el objetivo de alcanzar las 250.000, con el lema “Modulación ya”, cuyos contenidos se habían aprobado en un Consejo Federal el 21 de marzo de 2000. A través de un díptico y las tarjetas de firmas iniciamos un amplio despliegue para conseguir nuestros objetivos. UPA fue la primera organización agraria europea en pedir la modulación de las ayudas, no solo por representar el único instrumento legal que permitía centrar el gasto agrario en aquellos que desempeñaban su trabajo en la actividad agra-

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El hecho de que fuera la Secretaría General, y no la de Internacional, la que fuera designada para ser consejero fue una condición del MAPA que afectó igualmente al resto de OPAS.

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ria, tal y como ya habíamos expresado en los años anteriores, sino sobre todo porque por primera vez el reglamento horizontal de la reforma de la PAC preveía la aplicación de la norma. De hecho, aunque con distinto formato, ya se había aprobado en el Reino Unido, Francia y Portugal. Tras un año de actividad sindical en el que se acumularon problemas nuevos y viejos, la organización tomó la decisión de volver a manifestarse sola, como ya lo había hecho tres años antes.

Cañete rechazaba la propuesta aduciendo que era un falso debate, descalificándolo con la metáfora de Robin Hood: quitar a los ricos para dárselo a los pobres; para concluir con un argumento más elaborado: la medida provocaría trasvase de fondos entre comunidades autónomas

En el editorial de La Tierra de enero-febrero de 2000 se explicaba la actitud de UPA en los últimos años ante la existencia de un problema: “Lo analizamos, proponemos las soluciones más adecuadas, las negociamos y, en muchas ocasiones, conseguimos acuerdos que contribuyen a resolver el conflicto”, y también cuando la acumulación de problemas nos obligaba a dar una señal de alarma: “Ahora volvemos a encontrarnos en una nueva situación como esta. Se han juntado problemas sectoriales muy graves –vino, aceite de oliva, vacuno de carne, leche, algodón, tabaco, frutos secos...–, con la ausencia arrastrada durante los últimos seis años de una política agraria nacional coherente y el momento crítico que vive también la Política Agraria Común, perdida en un mar de dudas que combina los efectos de las últimas reformas, los problemas presupuestarios, las alarmas disparadas por los problemas de seguridad alimentaria, los condicionantes de la globalización económica mundial y el horizonte más o menos inmediato de la ampliación de la UE”.

Madrid se llena de campo No cabe duda que los problemas enunciados habían ya motivado reacciones sectoriales aisladas una vez y otras en unión con el resto de organizaciones. Ahora se trataba de centrar la alarma en un punto donde focalizar la atención social y este no era otro que volver a reclamar la modulación de las políticas públicas: “Por ello nos vamos a manifestar el 23 de marzo en Madrid. Como ya conseguimos hace tres años, los afiliados y simpatizantes de UPA llenaremos Madrid de campo y exigiremos, porque es de justicia, que el Gobierno asuma su responsabilidad, que no utilice a Europa como excusa para no resolver los problemas, que se modulen de una vez las ayudas PAC y que el esfuerzo de la sociedad para apoyar la actividad agraria se concentre en quienes realmente somos agricultores y ganaderos”.

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Y Madrid se llenó de campo con la mayor manifestación de UPA222 en su historia, que desbordó la reclamación sectorial para afectar al conjunto de la sociedad, que con sus impuestos pagaba una política injusta. Una manifestación que daba cobertura a los 259.563 firmantes de la modulación, cuyo compromiso fue entregado en el ministerio en cajas que contenían una aspiración justa. Así lo expresó Cándido Méndez en su intervención, después de manifestar su apoyo y el de UGT a la organización: “La modulación es una manera muy importante de concebir nuestra integración en Europa”. Y, efectivamente, era algo más que una reivindicación de agricultores porque afectaba al corazón mismo de una Unión que desarrollaba un mercado único, le daba una moneda, pero olvidaba la cohesión de sus políticas. El acto finalizó con mi intervención con dos afirmaciones que tuvieron dos años después un carácter premonitorio223: “Un ministro que hace oídos sordos está en la antesala de perder las elecciones”, y sobre el sistema de ayudas a la modulación, “mañana lo tendremos en España”.

La modulación, seña de identidad de UPA No recuerdo que un debate tan político tuviera el desarrollo institucional y mediático que este tuvo. No solo entre UPA y Gobierno, sino en el Parlamento, en las comunidades autónomas y entre las propias organizaciones. Sin que se produjera un debate público, sí se expusieron argumentos en pro y en contra del sistema de modulación. Cañete rechazaba la propuesta aduciendo que era un falso debate, descalificándolo con la metáfora de Robin Hood: quitar a los ricos para dárselo a los pobres; para concluir con un argumento más elaborado: la medida provocaría trasvase de fondos entre comunidades autónomas, citando especialmente a Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha como donantes de fondos –las tres gobernadas por el PSOE–, y a una pérdida de competitividad. Los tres argumentos fueron refutados en una tribuna de El País titulada “Sostiene Cañete”.

El País 24 de marzo de 2000: “Miles de agricultores se movilizan en Madrid para exigir al Gobierno un cambio en la política del sector”. 223 La Tierra nº 171. 222

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Sobre la figura de Robin Hood, la organización solo expresó su sorpresa por ser “la heredera del guardián del bosque de Sherwood”, Siendo verdad que la tierra y para mostrar a continuación la verdadera causa de que existiera el ganado estaban en Castilla- este debate, que no era otra que las ayudas de la PAC, después La Mancha, Extremadura de la reforma de 1992, se habían hecho visibles a los ciudadanos, o Andalucía, el dinero se pues del apoyo a precios garantizados que pagaban los consumidores, se había pasado al sistema de ayuda a la renta pagada por ingresaba en calles de renombre los impuestos. De modo que, “guste o no, se tendrá que aceptar de la capital de España que la sociedad pueda opinar hacia dónde quiere que vayan sus impuestos y, si como generalmente suele aceptarse que los mismos financien servicios básicos como la sanidad, la educación o la seguridad, esté también dispuesta a admitir que además sirvan para subvencionar multimillonariamente a latifundistas, especuladores o simples rentistas, solo por el hecho de tener más tierras o más cabezas de ganado”. En relación a la fuga de subvenciones de algunas autonomías, un mero vistazo a la residencia fiscal de los principales perceptores nos indicaba que la primera autonomía fiscal en ayudas PAC era Madrid; de manera que, siendo verdad que la tierra y el ganado estaban en Castilla-La Mancha, Extremadura o Andalucía, el dinero se ingresaba en calles de renombre de la capital de España. El sagrado problema de competitividad que podría ocasionar la medida era desmentido con las propias reglas del mercado: “los costes fijos y unitarios disminuyen proporcionalmente a como crece el número de hectáreas de superficie agraria útil (SAU), produciéndose en estas una renta extraordinaria procedente de la renta residual del factor tierra224, luego “conviene prever una discriminación positiva favorable a las pequeñas y medianas explotaciones”. Finalmente, el supuesto problema vinculado al agravio entre agricultores, en realidad, conducía al desagravio225: “Si medimos las ayudas recibidas en función del empleo generado, cada euro de subvención sostiene el triple de empleo en una explotación con volumen bajo de ayudas que en las grandes perceptoras”. La conclusión no podía ser otra que estábamos ante un debate ideológico o político, pero no ante un problema territorial o económico. ¿O sí?

Programa de Desarrollo Rural para las medidas de acompañamiento, presentado por España a la Comisión Europea el 21 de noviembre de 2001. 225 Anexo 7 del “Informe sobre la aplicación en España de la modulación de ayudas directas de la Política Agraria Común”. MAPA. 224

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En el Parlamento, el portavoz del Grupo Socialista, Jesús Cuadrado, diputado por Zamora, presentó un proyecto de ley sobre modulación de ayudas agrarias acogiéndose al artículo 4 del Reglamento (CE) número 1259/99. La mayoría absoluta del PP impidió que se aprobara este PDL el 23 de septiembre de 2002. Las otras dos organizaciones agrarias, ASAJA y COAG, también tuvieron que definirse226. ASAJA siempre se mostró disconforme con la medida y COAG la apoyó desde el principio. Como hemos dicho en algún otro momento, era imposible ser ajeno a este debate. Se podía intentar descalificar la idea de la modulación con más o menos fortuna, pero en la sociedad ya había calado la contradicción existente en los apoyos públicos de la agricultura. Una idea que tuvo en la duquesa de Alba227 y Mario Conde el enorme valor explicativo de una imagen que reflejaba con total nitidez el sentido último de nuestra reclamación.

La grave crisis de la encefalopatía espongiforme bovina La atención agraria y social por la modulación fue compartida y a veces rebasada por el rebrote de la enfermedad de la EEB en el vacuno. Ya hemos explicado cómo en 1996, ante el apogeo de la enfermedad en el Reino Unido y después de numerosas presiones políticas, el Consejo Europeo abrió de nuevo el comercio intracomunitario. La novedad era que El primer caso español se la enfermedad había avanzado por el resto de Europa y los gobierprodujo el 22 de noviembre de nos anunciaban paulatinamente la aparición de los primeros casos 2000. Parrula era el nombre de EEB en su ganadería. El primer caso español se produjo el 22 de noviembre de 2000. Parrula era el nombre de la vaca gallega que fue diagnosticada de padecer EEB y que abrió la estadística española. Y también la polémica. La comunicación del caso estuvo presidida por la ocultación de datos y la culpabilización a los ganaderos de la aparición de la enfermedad por la utilización de piensos contaminados.

de la vaca gallega que fue diagnosticada de padecer EEB y que abrió la estadística española. Y también la polémica

El País 27 de diciembre de 1999: “Las organizaciones agrarias, divididas ante el modelo de ayudas directas al sector”. 227 En una carta de los servicios jurídicos de la Casa de Alba, se nos requirió eliminar su imagen. Nuestra negativa a hacerlo se sustentó en que era una campaña informativa y no atentatoria contra la persona afectada. No volvimos a tener noticia al respecto. 226

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Ya sabíamos que el origen de la transmisión de la enfermedad provino de un cambio en los procesos de fabricación de harinas de origen animal (HOA) al intentar ahorrar parte de la energía utilizada en los mismos228 y que por la comercialización de aquellos piensos, junto a la ausencia de control público, pasamos de una enfermedad radicada en el Reino Unido a una epidemia europea. Los efectos sobre el mercado de la carne fueron devastadores. El miedo alejó a los consumidores del consumo de carne y el Gobierno, en un marco de restricción del gasto, no afrontó su obligación de asegurar la tranquilidad de los ciudadanos; tampoco de los ganaderos, que se vieron obligados a movilizaciones229 casi espontáneas ante la ruina que se les venía encima.

El origen de la transmisión de la enfermedad provino de un cambio en los procesos de fabricación de harinas de origen animal (HOA) al intentar ahorrar parte de la energía utilizada

El 12 de enero de 2001, el Gobierno aprobaba, mediante una orden ministerial, la obligación de los ganaderos de certificar que sus animales eran aptos para el consumo humano; un dictamen que obviamente requería conocimientos científicos de los que carecían y a los que, además, no estaban obligados por la legislación comunitaria.

El 18 de enero, y en rueda de prensa, anunciamos una demanda de responsabilidad patrimonial contra la Administración del Estado como consecuencia de la negligencia con que, en nuestra opinión, había actuado el Gobierno en los últimos meses respecto al problema de las “vacas locas”. Junto a ello, la presentación de un recurso contencioso-administrativo contra la aprobación del certificado veterinario. Necesitábamos añadir a nuestras explicaciones el respaldo de los consumidores junto a los profesionales veterinarios, de modo que promovimos un frente común con las organizaciones UCE, CAVE y FUCI y el Colegio de Veterinarios de España. Del mismo modo realizamos intensas campañas explicativas sobre el alcance de la EEB y de la enfermedad en humanos, destacando las partes afectadas en el

Sociedad Española de Medicina General. Grupo de Salud Pública. Informe: “Situación actual de la encefalopatía espongiforme bovina y de la nueva variante de Creutzfeldt-Jakob”. 2001. 229 En UPA, la primera movilización se produjo el 20 de diciembre a las puertas de los Ministerios de Agricultura y de Sanidad. 228

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animal en donde se concentraban los denominados priones o proteínas responsables de la transmisión de la enfermedad. En el mismo mes mantuvimos un largo encuentro con Rodríguez Zapatero, para explicarle con detalle las alternativas de UPA frente a las “vacas locas”, generándose una relación de franqueza y mutua confianza y, por qué no decirlo, de complicidad personal, que hasta entonces no había tenido desde ese plano de igualdad con ningún secretario general del PSOE. Y continuamos con las protestas. El 23 de febrero en todas las capitales de provincias, con un fuerte seguimiento de ganaderos que veían cómo sus pérdidas económicas ascendían ya a más de 50.000 millones de pesetas. Pasado un año de crisis, el daño estructural producido era ya enorme: en noviembre de 2000, coincidiendo con el anuncio del primer caso, el consumo en los hogares superaba los 23.000 kilos, mientras que en julio de 2001 bajaba a los 18.250 kilos. Por lo que hace referencia a los precios, los terneros alcanzaban la cifra de 65.000 pesetas frente a las 100.000 pesetas de antes de la crisis. El informe 14 del año 2001 del Tribunal de Cuentas Europeo, que tenía como tema central la crisis generada por la EEB y las medidas adoptadas por los Estados miembros, no era nada complaciente ni con las instituciones europeas ni con España, junto a otros países de la Unión230: “El hecho de que muchos problemas sigan apareciendo en las inspecciones de 1998-2000 sugiere que la mayoría de los Estados miembros (de modo particular Bélgica, Dinamarca, Alemania, España, Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Finlandia) no ha sido suficientemente rigurosa en la tarea de velar por la correcta aplicación en sus territorios de las medidas destinadas a combatir la enfermedad”.

Realizamos intensas campañas explicativas sobre el alcance de la EEB y de la enfermedad en humanos

Sobre España, el contenido no era más condescendiente respecto a los incumplimientos: “Vigilancia insuficiente de la EEB con alto riesgo de que el número de casos notificados sea inferior al real. Insuficiencias de seguimiento de la EEB o del programa de análisis. Formación insuficiente del personal encargado de la vigilancia de la EEB y aplicación insuficiente de la Decisión 418/2000, que establecía la retirada obligatoria de los materiales específicos de riesgo (MER) de la cadena alimentaria a partir del 1 de octubre de 2000”. En cuanto al control de los piensos, las deficiencias eran igualmente numerosas.

230

La Tierra nº 169.

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En definitiva, un examen al Gobierno español que había concluido en un clamoroso suspenso en la gestión de la enfermedad. Dicen que los problemas nunca vienen solos y, corroborando esta afirmación, el 3 de julio de 2001, la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, decretó la inmovilización de todo el aceite de orujo de oliva ante la presencia de trazas de benzopireno231 en el mismo. Sin legislación nacional sobre los contenidos mínimos aceptables en alimentación, la retirada fue más un acto defensivo, “yo no me como este marrón”232, que proporcional al riesgo que se pretendía evitar. El daño sobre el consumo fue gravísimo no solo en el aceite de orujo de oliva, que desapareció prácticamente su consumo, sino sobre el propio aceite de oliva que en los mercados exteriores no diferenciaban. La Asociación Nacional de Extractores de Aceite de Orujo interpuso una demanda por daños y perjuicios que finalmente ganó, condenándose al Dicen que los problemas nunca Estado a una elevada indemnización y declarándose nula la alerta vienen solos y, corroborando alimentaria del Ministerio de Sanidad e ilegal la incautación del esta afirmación, el 3 de julio de producto. Como se puede apreciar, el reverso de la moneda de otra crisis alimentaria, pero también mal resuelta.

2001, la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, decretó la inmovilización de todo el aceite de orujo de oliva ante la presencia de trazas de benzopireno231 en el mismo

Pero el dramático problema del sector vacuno español y comunitario convivía con otros problemas sectoriales como los frutos secos, con una manifestación en la ciudad portuguesa de Évora que consiguió que se prorrogase una año más el sistema de ayudas comunitario; el sector avícola que, tras numerosos actos sindicales, alcanzó el 21 de marzo de 2001 el Acuerdo Marco para la Modernización y Competitividad de la Carne de Pollo; la rápida reacción del sector del tabaco ante la posición de la Comisión de retirar las ayudas por razones sanitarias, y las ya recurrentes crisis de precios y penalizaciones del sector oleícola y lácteo. A todo ello se añadía una depresión profunda en el sector del vino consecuencia de una gran cosecha que hundió los precios, aun con fuertes destilaciones, y que no tuvieron compensación económica como en otros Estados miembros. A la fecha ya era habitual que las ayudas nacionales se declararan compatibles, creando verdaderas distorsiones de renta y de competencia entre los Estados.

El benzopireno es un hidrocarburo policíclico potencialmente cancerígeno que se encuentra presente en algunos alimentos y que se adquiere por la combustión de algunos de ellos, como carnes a la brasa, pizzas, pan de horno de leña, tostado de café, etc. 232 Notas personales. Reunión con ministra de Sanidad. 231

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Los acuerdos de Doha. El fracaso de Cancún Las conferencias ministeriales de la OMC, que se solían realizar cada dos años, volvían a entrar en escena. Después de Seattle, la siguiente reunión se produjo en Doha (Qatar), del 9 al 13 de noviembre de 2001, dos meses después de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, acaecidos el 11 de septiembre. Con enormes medidas de seguridad, dada la situación geográfica del país anfitrión, se desarrollaron los trabajos de la conferencia a la que ya asistían 144 países y numerosas organizaciones no gubernamentales. UPA fue la única organización agraria española que asistió al citado encuentro, junto a la representación del COPA y algunas otras organizaciones europeas. Los objetivos fundamentales de la UE de cara a la citada conferencia era que quedara reconocido el carácter multifuncional de la agricultura junto a la prórroga de las ayudas directas de la caja azul que, en su conjunto, representaban el 68% de los presupuestos de la PAC. La conferencia permitió conocer que la UE no estaba sola en la injusta distribución de las ayudas entre territorios y productores: en EEUU, el 66% de las ayudas lo recibía tan solo un 10% de perceptores. Finalmente, el acuerdo fue posible por la inestabilidad provocada por los atentados y la consecuente presión para concluir los trabajos con consenso. Y sus contenidos condicionaron la política europea en los siguientes meses.

La conferencia permitió conocer que la UE no estaba sola en la injusta distribución de las ayudas entre territorios y productores: en EEUU el 66% de las ayudas lo recibía tan solo un 10% de perceptores

En particular, la resolución fue explícita cuando reclamó a la UE “mejoras sustanciales del acceso a los mercados; reducciones de todas las formas de subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva; y reducciones sustanciales de las ayudas internas”. La petición de abrir el mercado europeo a las importaciones de terceros países no estaba exenta de cierta hipocresía. La UE ya era uno de los mercados más abiertos del mundo, porque sus importaciones eran superiores a las de EEUU, Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda juntas. Lo más preocupante vino con la no aceptación de la prórroga de las ayudas directas que estaban bajo la cláusula de paz y que, al expirar el 31 de diciembre de 2003, podían ser objeto de impugnación por cualquier país firmante. No fue, por tanto, de extrañar que la Comisión Europea planteara una nueva reforma de la PAC el 10 de julio de 2002 sustentada en el desacoplamiento de las ayudas de la producción.

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Por último quedaban las ayudas de la caja ámbar, que afectaban a importantes producciones mediterráneas españolas como el algodón, el aceite de oliva o el tabaco, que se veían así abocadas a nuevas reformas comunitarias.

La agricultura volvía a tener un papel desproporcionado en las discusiones, sin que, además, organizaciones tan importantes como la FAO o la OIT estuvieran conectadas con las deliberaciones de la conferencia

La conclusión233 fue que la PAC estaba “más dañada” después de Doha que antes de su inicio. La 5ª Conferencia Interministerial de la Organización Mundial de Comercio, celebrada en Cancún del 14 al 18 de septiembre de 2003, acabó en fracaso. No tanto por el capítulo agrícola, que seguía siendo el principal escollo de las negociaciones, como en Doha, sino por las denominadas “cuestiones de Singapur”, como las compras gubernamentales, las facilidades para el comercio o las inversiones; esto es, por la exigencia de garantías jurídicas suficientes y estables para las inversiones de los países desarrollados en los países en vías de desarrollo. India desempeñó un importante papel en este bloqueo. Dicho fracaso no escondió la aparición de nuevos e importantes actores durante las negociaciones y el juego de alianzas dentro de las diferentes regiones mundiales. En primer lugar China, ya como país miembro de la OMC, con su ya entonces gigantesco peso comercial, se agrupó en el denominado G-23, junto a India y el Grupo de Cairns, en el que destacaba la presencia de Brasil, frente al bloque de la UE y EEUU, que llegaron a Cancún con un acuerdo previo. EEUU había aprobado su reforma agraria el 13 de mayo de 2002 (Farm Bill) y la UE acababa de aprobar la suya, consistente en un cambio radical que destinaba una ayuda única por explotación, desvinculada de la producción. Su acuerdo previo pretendía obtener un respaldo a sus reformas, que no consiguieron por la presión del G-23. La agricultura volvía a tener un papel desproporcionado en las discusiones, sin que, además, organizaciones tan importantes como la FAO o la OIT estuvieran conectadas con las deliberaciones de la conferencia. El resultado final no podía ser otro, pues la presión de Doha por los atentados del 11 de septiembre ya no estaba tan presente. UPA volvió a estar en esta conferencia junto a 700 organizaciones sociales o económicas de todo el mundo que buscaban, con los medios a su alcance, influir

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en las negociaciones. Tuvimos la oportunidad de explicar nuestra posición ante los medios españoles, además de crear una estrecha vinculación con Intermón Oxfam, una ONG de cooperación al desarrollo. No cabe duda que el aprendizaje del sistema de decisiones y el conocimiento de otras realidades y sus lógicas representaron un activo nuevo en la experiencia de negociaciones multilaterales.

Lecciones de democracia Nuestra intensa actividad sindical no era ajena al periodo más intenso de elecciones a Cámaras Agrarias desde que en 1994 se celebraran las primeras en Cataluña. Entre junio de 2001 y diciembre de 2002 se celebraron elecciones en Aragón, Cantabria, Extremadura, Galicia, Castilla y León, Asturias y Murcia. El resultado de las mismas hizo crecer la representatividad de UPA hasta un estimable 20% a nivel nacional234. En Aragón, las elecciones se celebraron en junio de 2001, y a pesar de contar con una presencia muy reciente y llena de conflictos con la Unión Regional de UGT235, UPA consiguió estar presente en las tres Cámaras Agrarias de Zaragoza, Huesca y Teruel. En Cantabria, la convocatoria fue el 16 de diciembre, y la candidatura del SDGM-UPA obtuvo el 13% de los votos, reforzando después esta representatividad al formar la Federación de Ganaderos y Agricultores de Cantabria, integrada por SDGM-UPA y AIGAS. Ya en 2002, el 3 de marzo se celebraron las elecciones en Extremadura y los resultados fueron rotundos. Las candidaturas de UPA-UCE Extremadura recibieron el respaldo mayoritario de los agricultores y ganaderos, convirtiendo a UPA-UCE en la primera organización agraria extremeña.

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Los casi 5.000 votos recibidos por UPA-UCE suponían el 44,5% del total, 11 puntos más que ASAJA y 28 más que COAG. Lorenzo Ramos se convertía de este modo en el primer dirigente de UPA que ganaba unas elecciones a Cámaras Agrarias en su región

El País 3 de junio de 2002: “El voto del campo en las cámaras se aleja del Partido Popular”. Las candidaturas de UPA fueron presentadas por Cándido Méndez en Zaragoza, en una clara demostración de apoyo de la Comisión Ejecutiva Confederal ante la actitud no colaboradora de la UGT de Aragón y de su secretario general, Jesús Membrado.

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Los casi 5.000 votos recibidos por UPA-UCE suponían el 44,5% del total, 11 puntos más que ASAJA y 28 más que COAG. Lorenzo Ramos se convertía de este modo en el primer dirigente de UPA que ganaba unas elecciones a Cámaras Agrarias en su región. Finalmente, y coincidiendo en la fecha, se celebraron por primera vez las elecciones en Galicia y en segunda convocatoria en Castilla y León. Los resultados electorales de Unións Agraria-UPA alcanzaron el 30% de los votos, lo que nos permitió ser presidentes de las Cámaras Agrarias de Pontevedra y A Coruña en virtud a pactos poselectorales con el Sindicato Labrego. Dos miembros de la ejecutiva ocuparían estas plazas, Román Santalla en la primera y Roberto García en la segunda. Por su parte, en Castilla y León, UPA aumentó su representatividad hasta el 20%, alcanzando los 43 vocales elegidos. Resaltaron los incrementos, en torno al 10%, en las provincias de Salamanca, Soria y Palencia, el 30% en León y un 42% en Ávila, siendo esta la provincia con un mejor resultado. Su secretario general era otro dirigente de la ejecutiva, Nacho Senovilla. Posteriormente, y dentro del mismo año, se celebraron las elecciones en segunda ronda de Asturias y Murcia, siguiendo la misma tendencia positiva. En Asturias fuimos la primera organización agraria desbancando a ASAJA y en Murcia, de no alcanzar la representatividad en las primeras elecciones, conseguimos un 20% de los votos. Desde estas fechas se ha ralentizado la convocatoria de elecciones, sin que se haya alterado desde el comienzo prácticamente de la democracia la coexistencia de las tres siglas más representativas, con la excepción hecha de una desvinculación de Uniones de COAG para formar otra organización, denominada Unión Agraria. Por lo que respecta a UPA, una organización que se creaba en 1982 y que comenzaba a andar con sus propios pies en septiembre de 1987, tan solo quince años después tenía la legitimidad democrática que le dieron la voluntad libremente expresada de los agricultores y los ganaderos españoles. El primer caso, y probablemente único de nuestro entorno europeo, cuyas organizaciones más antiguas se construyeron en democracias antiguas, sin sufrir la noche más larga de la dictadura española.

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Y una buena muestra de esta evolución fue el 20 aniversario de la creación de La Tierra, que se celebró con un número especial junto al ordinario de noviembre-diciembre de 2003. En su editorial se destacaba el valor que tenía “un proyecto que nació casi a la vez que la Unión de Pequeños Agricultores y que hoy constituye uno de los mejores activos de la organización”. En sus páginas fue especialmente resaltada por responsables sindicales, políticos, sociólogos y periodistas, que realizaron una reflexión sobre la historia reciente de UPA; Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Miguel Arias Cañete, Carlos Romero, Luis Atienza, Pedro Solbes, Jesús Posada, Eduardo Moyano, Vidal Maté, César Lumbreras, José Luis Murcia, Julián Álvarez del Campo (Ángel Fálder) y Ángel Juste, componían la notable lista de opiniones más que autorizadas. Resulta especialmente gratificante releer estas colaboraciones nueve años después. Tengo la impresión que de volverse a producir no cambiarían mucho el fondo de las mismas, aunque sí los acontecimientos que desde entonces se han producido. Siendo, como es, la actividad agraria un sector regulado, los cambios normativos que este ha sufrido no tienen posible comparación con ningún otro sector de la producción. Si hablamos Cualquier instrumento de de España, el tiempo transcurrido ha pasado de una política agrainformación, mucho más si ria autárquica a otra inscrita en la Unión Europea, el paso histórico hablamos de La Tierra, adquiere y político más relevante para nuestro país. Las políticas de sostenimiento, del apoyo a precios (1986), a estabilizadores presupuestarios con cuotas y techos de producción (1988). De estos a las ayudas directas por superficie y primas ganaderas (1992), para finalmente acabar en ayudas por explotación desacopladas de la producción (2003).

por esto un protagonismo mayor del que hubiéramos tenido en etapas históricas menos movidas, como la acontecida en Europa desde la instauración de la PAC en 1956 hasta bien entrados los ochenta

Paralelamente, Europa acogió a nuevos socios, pasando de 12, con España como miembro, a los 27 actuales, cambiando radicalmente la velocidad y la estructura en la toma de decisiones; teniendo que trabajar mucho antes de que se produzca la reunión del Consejo. Una tour de table introductoria de cualquier Consejo Europeo, con intervenciones de solo 5 minutos por ministro, agotan dos horas y media del Consejo, lo que nos da idea de la dificultad real para tomar decisiones políticas en el momento en que son requeridas. Y, además, el espacio regional europeo ha dejado de tomar decisiones agrarias por sí mismo, con la aparición de la OMC y el desarrollo de las conferencias ministeriales.

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Y todo ello en el mismo espacio temporal que utilizamos para relatar la historia de UPA, lo que nos conduce inevitablemente a concluir que nuestra organización ha convivido desde su nacimiento con el periodo de cambios más radicales y profundos de la política agraria. Cualquier instrumento de información, mucho más si hablamos de La Tierra, adquiere por esto un protagonismo mayor del que hubiéramos tenido en etapas históricas menos movidas, como la acontecida en Europa desde la instauración de la PAC en 1956 hasta bien entrados los ochenta. La información cambiante y no exenta de una terminología tecnocrática, ajena a la vida cotidiana de los agricultores, necesitaba de traductores políticos y sociales para llegar a las casas y las conciencias del colectivo que representamos, y ese era el trabajo, entre otros236, de La Tierra. De ahí su importancia histórica, además de la más conocida de ser la única publicación estable de todas las organizaciones agrarias españolas y de muchas otras organizaciones sociales españolas.

El desacoplamiento de las ayudas europeas Precisamente, uno de estos cambios más pronunciados de la PAC se produjo el 10 de julio de 2002, nada más acabar la Presidencia de turno española237, cuando el eterno Fischler propuso la reforma de mayor calado desde la instauración de la política agraria europea. El trasvase de fondos entre los dos pilares de la PAC, mediante una modulación dinámica238, y el desacoplamiento de las ayudas fueron los ejes de la reforma, siempre referida a producciones continentales y dejando de nuevo fuera del paquete a producciones mediterráneas como el aceite de oliva, el algodón y el tabaco, con la excepción hecha del azúcar. La respuesta que dimos fue inmediata, rechazando su contenido y reiterándonos en las reclamaciones ya conocidas de cohesionar la PAC. Repetidos unos días antes en el informe de la Agricultura Familiar en España de la Fundación de

Importante fue también la creación del portal de Internet www.upa.es en enero de 2001, convirtiéndose en uno de los sitios más visitados por su diversidad de contenidos. 237 La Presidencia española no reportó avances significativos ni para Europa ni para España, pudiendo calificarse de transitoria. En aquel momento, España ya ocupaba el segundo lugar en percepción de fondos Feoga, después de Francia. 238 En la jerga comunitaria significaba una disminución lineal de las ayudas directas. 236

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Estudios Rurales, que en esta ocasión contó no solo con la participación de Cándido Méndez sino también con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. El motivo añadido fue el premio de Política, Economía y Ciencias Sociales concedido a título póstumo a Jesús Mancho239 y que fue recibido por su compañera Concha García. El propio Fischler, acompañado de José Manuel Silva, nombrado director general de la DG VI de la Comisión Europea, visitó España el 4 de octubre, lo que nos permitió tener una reunión en la sede de la Comisión en Madrid, para debatir y reaccionar a la propuesta.

UPA propone un suelo de 35.000 euros en vez de los 5.000 previstos por la Comisión, y un techo de 150.000 frente a los 300.000 propuestos, con un tratamiento diferencial para los agricultores de zonas desfavorecidas

En opinión de UPA240: “Las ayudas desacopladas previstas en la reforma provocarán el abandono masivo de la actividad, así como desequilibrios entre comarcas y comunidades autónomas, y deslocalización de cultivos. Por el contrario, la propuesta de UPA pretende favorecer a los agricultores de zonas desfavorecidas, apoyar la fijación de la población rural, asegurar que el desacoplamiento de las ayudas no incentive el abandono y poner en marcha una verdadera modulación de la PAC, muy distinta a la falsa modulación de Fischler”. Nuestras consideraciones llegaban a concretar esta modulación para poder aplicarla en Europa241: “UPA propone un suelo de 35.000 euros en vez de los 5.000 previstos por la Comisión, y un techo de 150.000 frente a los 300.000 propuestos, con un tratamiento diferencial para los agricultores de zonas desfavorecidas”. Con estas propuestas, solo el 2% de los perceptores españoles sufriría recortes, el 89% no tendría cambio y el 9% sería modulable. El 26 de junio de 2003, prácticamente un año después, el Consejo aprobaría la reforma rodeando la misma de grandilocuentes afirmaciones, como que se po-

Jesús Mancho fue un dirigente histórico de UGT, con el que me unía una gran relación de amistad, creada en el trabajo sindical de apoyo a los vendimiadores españoles en Francia, cuando trabajaba en la FTT y él era el responsable de emigración de la CEC de UGT. Concha García, también unida por la misma amistad, fallecería poco tiempo después. 240 La Tierra nº 174. 241 Ídem. 239

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tenciaba la calidad de las producciones, se garantizaba más seguridad alimentaria y se eliminaba a los cazaprimas. Sin embargo, las opiniones en destacadas cancillerías de Europa ponían en entredicho el acelerón reformador por las próximas negociaciones de la OMC, poniendo en duda que fuera mejor para la UE adelantarse y modificar su estatus antes de que hiciera lo propio EEUU. El fraOtro de los argumentos fue el caso de Cancún daría la razón a estos, pues la Unión ya había mode que la nueva PAC “ayudaba vido ficha mientras que otros países o grupo de regiones pedían al Tercer Mundo”, aduciendo más reformas añadidas.

para ello la apertura de nuestras fronteras a las importaciones de los países en desarrollo

Pero el daño ya estaba hecho y en las negociaciones cada país intentó blindarse sobre las consecuencias. Francia mantuvo la presión hasta el último momento para garantizar que no se redujese el 5% el precio de intervención de los cereales. Su objetivo era doble: mantenerse como líder del mercado interno teniendo a su vez garantizada una ayuda superior, por ser esta proporcional al rendimiento histórico (cuatro veces mayor que el español). Nunca antes el acuerdo franco-alemán fue tan resolutivo. Y así se entendió por todo el sector agrario y los responsables políticos de la oposición242: “Organizaciones agrarias, cooperativas y partidos de la oposición han coincidido en sus críticas contra la reforma de Política Agraria Común. Para los representantes del sector agrario se trata de una renacionalización y desaparición de la PAC”. Como en otras ocasiones, fue por medio de un artículo de opinión publicado en la prensa nacional243 donde pudimos explicar con más detalle nuestra posición: “La UE no tiene excedentes en estos sectores –cereales y vacuno– porque los penaliza, pero concede una ayuda pública al agricultor con mejor posición en el mercado. Consecuencias: el agricultor de bajo rendimiento o de pequeña dimensión es expulsado del mercado, y aquí es donde surgen las preguntas centrales de la reforma. ¿Cómo es posible que con presupuesto público se apoye comparativamente más a las explotaciones con mejor posición de mercado por su estructura de costes? ¿Acaso la política de cohesión no se aprobó como compensación a los efectos del mercado único? ¿Cómo se justifica que se dé más al que ya tiene más para ayudar a expulsar al que tiene poco o nada?” La respuesta se encontraba en el centro de Europa: se mantenía el status quo de Francia y Alemania.

El País 27 de junio de 2003: “El sector agrario y la oposición rechazan la reforma de la PAC”. El País 11 de julio de 2003: “¿Agricultura coherente?”

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Otro de los argumentos fue el de que la nueva PAC “ayudaba al Tercer Mundo”, aduciendo para ello la apertura de nuestras fronteras a las importaciones de los países en desarrollo. Ahora bien, el desarrollo económico de los países pobres no depende fundamentalmente de la apertura total de fronteras. Así lo expresaba el FMI cuando afirmaba que, eliminando la PAC, el crecimiento de los países en vías de desarrollo sería solo del 0,5% de su PIB. El problema estriba en asociar la desnutrición con el comercio y no con la pobreza. Teníamos, por tanto, que volver a realizar una intensa tarea pedagógica para desentrañar lo que se pretendía ocultar bajo denominaciones o palabras amables. Algo parecido a lo que el periodista y director de la Agencia EFE durante el Gobierno de Zapatero, Alex Grijelmo, explica en su espléndido libro La seducción de la palabra: “La seducción y la fascinación (la primera precede a la segunda) pueden servir, pues, tanto para fines positivos como negativos, y así las entendemos ahora. Pero, en cualquier caso, se producen dulcemente, sin fuerza ni obligación, de modo que el receptor no advierta que está siendo convencido o manipulado, para que no oponga resistencia”. La propuesta de reforma de las OCM pendientes: aceite de oliva, algodón, azúcar y tabaco, aun con obvias diferencias de protección y de mercado, recibieron la misma orientación de las ya reformadas, consistente en el mantenimiento de la ficha financiera y el desacoplamiento. Salvo la OCM del azúcar, las otras tres seguirán pendientes de acuerdo hasta coincidir con el calendario electoral del país que celebró unas históricas elecciones generales el 14 de marzo de 2004.

“Los agricultores. Los ganaderos” “Los agricultores. Los ganaderos” fue el lema de nuestro 5º Congreso. Palabras simples, pero definitorias de la profesión que defendíamos. Sin trampa ni cartón. Seductoras por la cultura en la que se arraigaba la primera civilización de hombres. Donde todos se ven reconocidos.

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En diciembre de 2002 y por primera vez fuera de Madrid, en Toledo, 200 delegados244 discutieron la gestión de los órganos federales y las ponencias, que concluyeron en 174 páginas de resoluciones.

“Los agricultores. Los ganaderos” fue el lema de nuestro 5º Congreso. Palabras simples pero definitorias de la profesión que defendíamos. Sin trampa ni cartón

El acto de apertura, con cerca de 500 asistentes, congregó a Juan Manuel de la Fuente (alcalde en funciones de Toledo), Manuel Lamela (subsecretario del Ministerio de Agricultura), David King (secretario general de la FIPA), José Luis Rodríguez Zapatero (secretario general del PSOE), José Bono (presidente de Castilla-La Mancha) y Cándido Méndez (secretario general de UGT). Zapatero afirmó que la prioridad de su partido, cuando llegase al gobierno, sería “mejorar las rentas agrarias, la productividad y la incorporación de jóvenes al campo”. Acusó al Gobierno de “falta de diálogo” y le achacó que las rentas agrarias “se hubieran estancado, cuando no retrocedido. Criticó además el crecimiento especulativo del precio de la tierra para usos agrarios y denunció al Gobierno “por haber abdicado de su deber de defender a los agricultores frente a las grandes empresas de distribución”. Finalmente asumió como propia la propuesta de UPA para la modulación de ayudas y las políticas europeas. Bono anunció la decisión de su gobierno de aprobar un proyecto de ley sobre modulación de las ayudas agrarias, que afectaría progresivamente a las subvenciones de la PAC que se percibían entre 30.000 y 150.000 euros. Lamela245 –que unos días después dejaría el Ministerio por ser nombrado jefe de gabinete del ministro Rato– resaltó la representatividad de UPA en el sector, felicitó a la organización por los últimos resultados a Cámaras Agrarias y pidió a los afiliados a UPA “que trabajen junto a la Administración en la mejora de las políticas agrarias”. David King aseguró que “el aporte de la agricultura al bienestar de la sociedad es fundamental e incomparable”, y alertó sobre la trascendencia de las negociaciones de la OMC. Finalmente, Cándido Méndez mostró una vez más el apoyo general de UGT a las propuestas de modulación y las ayudas que viene demandando UPA y recalcó en su intervención la solidaridad con Galicia y las zonas afectadas por el desastre del Prestige, que en esos días vivía sus momentos más críticos.

En el V Congreso Federal estaban representadas todas la comunidades autónomas, salvo País Vasco y Baleares. 245 Arias Cañete excusó su asistencia por encontrarse en el Congreso de los Diputados. 244

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Las resoluciones insistían en las reclamaciones históricas de la organización, contextualizadas por los nuevos escenarios surgidos de la globalización. Por ello tenían más dimensión las políticas internacionales, la liberalización del comercio mundial y la consecuente adaptación de nuestras estrategias sindicales a las nuevas circunstancias. Sin embargo, sí aparecieron nuevas prioridades como la valoración política y social de los agricultores y la seguridad alimentaria provocadas por la grave cadena de problemas acaecidos por la EEB. En un apartado de las mismas se consideraba “fundamental y absolutamente prioritario conciliar de nuevo a los protagonistas del entorno agrario con la sociedad en general a través de una información y formación adecuadas”. Desde mi punto de vista resulta especialmente descriptiva y anticipatoria la resolución de agricultura familiar y seguridad alimentaria, que reproduciré aun con el riesgo de su extensión, por ser un texto con un enorme valor sociológico. “La acumulación de problemas por las crisis de las “vacas locas”, la fiebre aftosa, la peste porcina, el aceite de orujo, las epidemias de “legionella”, etc., han causado una alarma creciente entre la población. En poco tiempo la preocupación por la salubridad y el control de los alimentos ha pasado a convertirse en uno de los principales problemas de la opinión pública. Las crisis referidas han provocado en la sociedad reacciones llenas de recelos e incertidumbres, plenamente justificados por la frecuencia con que saltan las alarmas sociales y la gran lentitud y opacidad con que reaccionan los gobiernos. Las importantes repercusiones económicas que acompañan a los problemas que surgen en torno a la seguridad alimentaria, unidas a la presión que ejercen las corporaciones empresariales del sector, tanto fabricantes como distribuidores, son elementos retardatarios de las decisiones políticas. De este modo, la seguridad alimentaria ha pasado, en un breve periodo de tiempo, de ser un asunto fundamentalmente técnico y administrativo a convertirse en un problema social y económico con repercusiones políticas de primer orden. Como consecuencia de lo anterior, esta sociedad enormemente preocupada por la seguridad de los alimentos que consume, pone en tela de juicio la continuidad de los instrumentos actuales de política agraria a los agricultores y ganaderos comunitarios por responsabilizarlos de las crisis ocurridas recientemente. En este contexto, la representación de los pequeños agricultores y ganaderos, que en el pasado siempre fue minoritaria en la construcción de la opinión agra-

La representación de los pequeños agricultores y ganaderos, que en el pasado siempre fue minoritaria en la construcción de la opinión agraria europea, puede disponer ahora de una amplia corriente de apoyo social, tanto por vincular estas explotaciones con el territorio rural como con la calidad y seguridad alimentaria

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ria europea, puede disponer ahora de una amplia corriente de apoyo social, tanto por vincular estas explotaciones con el territorio rural como con la calidad y seguridad alimentaria. Debemos aprovechar esta inercia que nos diferencia de las explotaciones intensivas y de gran tamaño”.

Por primera vez se elegía a un vicesecretario general, dando una señal a la organización de quién podía ser la persona que, llegado el caso, podría ocupar la Secretaría General

En cuanto a la política organizativa, la evolución reciente desde el IV Congreso federal hizo que desapareciera la representación de las uniones sectoriales en el comité federal, para dejar su actuación a la acción sindical exclusivamente. La conclusión más cercana a la realidad del V Congreso fue la afirmación, en el acto de clausura, de definirlo como el de la “madurez de la organización, ya que UPA ha demostrado que es representativa, tiene capacidad de interlocución y es un instrumento útil para mejorar las condiciones de vida de los agricultores y ganaderos españoles”. La nueva Comisión Ejecutiva246 la formaban quince miembros, de nuevo con la continuidad del grupo de personas que comenzamos juntos en 1987. De la anterior CEF salieron María Ascensión Millán, José Calvo y Pere Margalef. Y entraron: Alicia Bernardo Álvarez (Asturias), Marcos Alarcón (Murcia), Francisca Iglesias (Almería) y Teresa López (A Coruña). Por primera vez se elegía a un vicesecretario general, dando una señal a la organización de quién podía ser la persona que, llegado el caso, podría ocupar la Secretaría General. Tuve casi un año y medio para que Lorenzo fuera asumiendo progresivamente esta responsabilidad. Era obvio que no sabía que en 2004 ganaría las elecciones generales el PSOE y mucho menos que el presidente Zapatero pensara en mí como secretario general del Ministerio de Agricultura, pero sí había pensado y compartido con algunos compañeros que ese era mi último mandato, pues eran ya demasiados años en la responsabilidad de secretario general y había que propiciar un cambio tranquilo. Acabado el congreso volvíamos a retomar la acción sindical en los asuntos más perentorios del sector. La espiral de inflación que soportaba el país desde la

Secretaría General: Fernando Moraleda. Vicesecretaría General: Lorenzo Ramos. Secretaría de Organización: José Domingo García e Ignacio Huertas. Secretaría de Administración y Servicios: José Luis Gutiérrez. Secretaría de Agricultura: Nacho Senovilla. Secretaría de Ganadería: Román Santalla. Secretaría de Desarrollo Rural: Monserrat Cortiñas. Secretarías Federales: Roberto García, Cristóbal Torres, Alicia Bernardo, María Luisa Pérez, Marcos Alarcón, Francisca Iglesias y Teresa López.

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instauración de la moneda única, hacía ahora un año, y la ya recurrente culpabilización del sector agrario posibilitaron, a instancias de UPA, la conformación de una Plataforma Social de Precios, que fue presentada en la sede de Agustín de Betancourt el 7 de febrero de 2003. La plataforma, creada con los mismos objetivos que la de usuarios de carburantes, que tan buen rendimiento sindical proporcionó a la organización con el acuerdo del gasóleo, estaba compuesta por organizaciones agrarias (más COAG), asociaciones de consumidores, sindicatos y asociaciones de vecinos247. Tuvimos la responsabilidad de presentar el manifiesto de constitución, en el que mostrábamos el compromiso de trabajar conjuntamente para conseguir una serie de objetivos: favorecer la transparencia de los mercados, instar al desarrollo de una auténtica competencia que defienda los intereses generales de consumidores y productores, demandar un papel más activo del Estado para garantizar estos derechos y conseguir que los intereses de productores y consumidores sean compatibles de modo que, desde el inicio hasta el final de la cadena, no se produzcan alteraciones injustificadas de precios. Promovimos la actuación del Servicio de Defensa de la Competencia, que abrió un periodo de estudio sobre el comportamiento del mercado de frutas y hortalizas y que lo cerró en enero de 2004, achacando los abusivos márgenes comerciales sistémicos en el sector a la ola de calor del verano de 2003. Una actitud que, como denunciamos248: “Demuestra que el Servicio de Defensa de la Competencia cada vez se parece más a un órgano político-partidista que a un servicio público que vele por los intereses de los ciudadanos y consumidores”. Hoy sigue siendo un problema estructural de la economía española no satisfactoriamente resuelto.

Promovimos la actuación del Servicio de Defensa de la Competencia, que abrió un periodo de estudio sobre el comportamiento del mercado de frutas y hortalizas y que lo cerró en enero de 2004, achacando los abusivos márgenes comerciales sistémicos en el sector a la ola de calor del verano de 2003

Otro hecho destacable por su gravedad fue la aprobación del Real Decreto-Ley de Medidas de Reformas Económicas, que fue publicado en el BOE el 26 de abril, por el que se abría la puerta a la desaparición del Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social (REASS). El 22 de mayo convocamos una concentración ante el Ministerio de Trabajo. Allí expresamos que249: “No podemos aceptar este decretazo agrario porque es in-

Organizaciones agrarias: UPA y COAG. Sindicatos: UGT y CCOO. Organizaciones de consumidores: ADICAE, UCE y CECU. Asociaciones vecinales: CAVE y FRAVM. 248 La Tierra nº 182. 249 La Tierra nº 178. 247

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justo y autoritario, incrementa la aportación de un sector cuya renta es la mitad de la de cualquier otro y, sobre todo, porque abre la puerta hacia una progresiva desaparición de la Seguridad Social Agraria”. Ante las protestas de UPA y los partidos de la oposición, que anunciaron un recurso de inconstitucionalidad, el Gobierno, once días después de aprobarlo, publicó una fe de erratas que suavizaba notablemente la subida de las cotizaciones y admitía en la tramitación parlamentaria discutir enmiendas al texto. Volvíamos a influir en las decisiones y conseguíamos, si no nuestros objetivos, sí impedir que se realizaran avances en recortes sociales. Queríamos también tener tensada la organización y hacer llegar a todos los agricultores y ganaderos del país nuestras posiciones y la información sobre la reforma recientemente aprobada de la PAC.

España, a través de su presidente Aznar, decidió entrar en la guerra de Irak. Las movilizaciones ciudadanas masivas que produjo tal decisión, no fueron ajenas a ningún sector productivo. Nuestra posición no solo era política, como la de cualquier otro ciudadano o profesión, sino que evaluamos las consecuencias graves que podría acarrear en el seno de la UE

Iniciamos una campaña informativa con el lema “Qué futuro quieres” donde, junto a la imagen de agricultores y ganaderos, simplificamos pedagógicamente nuestras propuestas junto a la negativa de otras políticas. “Sí queremos una verdadera modulación de las ayudas públicas. No queremos políticas que favorezcan las desigualdades”, era el sistema que se utilizaba para especificar nuestros contenidos que, por otra parte, no podían ser más reconocibles y concretos: 1. Modular las ayudas a partir de 35.000 euros/año y que nadie pudiera cobrar más de 150.000 euros/año. 2. Creación de reservas nacionales de derechos de producción y su distribución según criterios socioeconómicos. 3. Aprobación de una renta básica a los productores de zonas desfavorecidas o de montaña.

La campaña finalizaba con un “Ven con nosotros. Demos un paso adelante”. Todo un compendio de, cómo después del diseño de la política, debíamos buscar el incremento en la afiliación y el reforzamiento estructural y representativo de UPA. En estas andábamos cuando España, a través de su presidente Aznar, decidió entrar en la guerra de Irak. Las movilizaciones ciudadanas masivas que produjo

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tal decisión, no fueron ajenas a ningún sector productivo. Nuestra posición no solo era política, como la de cualquier otro ciudadano o profesión, sino que evaluamos las consecuencias graves que podría acarrear en el seno de la UE. En aquel momento se estaba discutiendo la reforma de la PAC y la separación de España del siempre claro compromiso europeísta, para pasar a un sistema de alianzas con el Reino Unido, podía provocar daños colaterales gravísimos para nuestra agricultura. Por eso dijimos: ¡No a la guerra! Y este fue el ambiente en el que recibimos el final de legislatura del Partido Popular que, como era habitual, fue objeto de un análisis por parte de la organización. El editorial de La Tierra de enero y febrero de 2004 comenzaba por el titular “Un triste balance”, cuyo contenido desgranaba los principales aspectos que nos movían para utilizar ese adjetivo. La reforma de la PAC y sus consecuencias lamentables para la explotación familiar estaban en el frontispicio de los argumentos, al que se unían el fuerte retroceso en el empleo desde que gobernaba el PP, pues habíamos pasado de 750.000 explotaciones familiares a poco más de 550.000, la disminución de los presupuestos del MAPA en un 11% en términos reales, la caída constante de la renta agraria y la pérdida de peso del sector agrario respecto al PIB.

El 11 de marzo pasó a ser un día de luto nacional permanente por las decenas de víctimas inocentes que perecieron en el atentado

Lo resumimos en la rueda de prensa que dimos por este motivo250: “El Gobierno del PP apoya la economía especulativa en detrimento de la productiva”. Pero la vida del país se alteró por uno de los acontecimientos más graves y tristes que hemos tenido que sufrir colectivamente: los atentados de los trenes de Atocha por parte de grupos islamistas y en respuesta a nuestra participación en la guerra de Irak. El 11 de marzo pasó a ser un día de luto nacional permanente por las decenas de víctimas inocentes que perecieron en el atentado. La reacción del Gobierno queriendo engañar a la opinión pública sobre la autoría del atentado provocó una convulsión generalizada que se añadiría al viento de cambio que ya se apreciaba progresivamente en la campaña, favorecido por un líder socialista joven sin ataduras con el pasado y moderado en las formas.

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El resultado de las elecciones del 14 de marzo dio la victoria al Partido Socialista Obrero Español y permitió formar gobierno al nuevo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Lo saludamos parafraseando el eslogan de campaña del PSOE, diciendo que “merecemos un campo mejor” y ya, aún con las urnas calientes, señalábamos nuestras aspiraciones: las reformas de las OCM mediterráneas pendientes de aprobación en Bruselas, la utilización del nuevo margen de política nacional en la reforma de la PAC, abriendo una verdadera concertación política y territorial con las comunidades autónomas, los márgenes comerciales, la incorporación de jóvenes, etc., ya estaban presentes en el primer editorial de La Tierra de los meses de marzo y abril de 2004. Concluíamos diciendo: “Para ello vamos a trabajar desde UPA en los próximos cuatro años, como venimos haciendo desde el principio, y solo exigimos al gobierno que no nos defraude”. Cándido Méndez sería el primero en decirme que el presidente del Gobierno le había consultado sobre mi persona para ocupar la responsabilidad de secretario general de Agricultura y Alimentación acompañando a la ministra Elena Espinosa. Mi decisión fue rápida. Acepté el ofrecimiento que formalmente me hizo el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y así lo trasladé a la Comisión Ejecutiva del 30 de marzo de 2004. El 16 de abril presenté mi dimisión por escrito y la CEF propuso a Lorenzo Ramos como nuevo secretario general. Se convocó un Consejo Federal para dar información y notificar el procedimiento a seguir. Por unanimidad se aprobó la propuesta de Lorenzo y se convocó un Comité Federal extraordinario en la sede madrileña de UGT en Avenida de América el 4 de mayo de 2004, que ratificó también por unanimidad los cambios propuestos, que se limitaban a cubrir las vacantes producidas: Lorenzo Ramos, secretario general; Roberto García, vicesecretario general, y Jesús Domínguez Cantero, secretario federal. A la vista del resultado, ocho años después, Lorenzo Ramos no solo no ha defraudado a la organización, sino que la ha elevado en notoriedad, prestigio y solvencia. Y, además, es agricultor.

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Agradecimientos: Mi agradecimiento más especial a la Fundación Largo Caballero que me abrió sus archivos para mejor conocimiento de los antecedentes históricos de la creación de UPA y a Ernes y Pilar por la documentación interna y la revista La Tierra.

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Acci贸n sindical de UPA 2004-2012 Consolidaci贸n y proyecci贸n hacia el futuro



Acción sindical de UPA 2004-2012 Consolidación y proyección hacia el futuro

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l relato cronológico de la historia de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), desde su primer congreso constituyente en 1987, tiene un inevitable antes y después tras la salida voluntaria de Fernando Moraleda de la Secretaría General de la organización, que se produjo en la primavera de 2004, al ser nombrado secretario general de Agricultura y Alimentación en el Gobierno que salió de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004. En estas páginas se incluyen los acontecimientos más relevantes en la trayectoria de UPA desde ese momento hasta finales de 2012, nueve años que se suman al recorrido iniciado en 1987 y completan el periodo de 25 años que es motivo de conmemoración y rememoración de este libro. El amplio y documentado texto elaborado por Fernando Moraleda, que antecede a estas páginas, tiene el lógico atractivo de repasar los momentos iniciales del proyecto sindical de UPA. Un interés que se incrementa por el componente nostálgico, que siempre es mayor a medida que nos remontamos a etapas más lejanas. Pero también resulta atractivo por analizar con detalle la creación de un nuevo sindicato en medio de la ebullición política y social de un país que aún andaba desechando los últimos rescoldos de la dictadura y se enfrentaba con ilusión a su integración definitiva en Europa.

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El análisis histórico del compañero Moraleda es objetivo, porque ha intentado –y conseguido– ordenar los acontecimientos, contextualizarlos, sin evitar el recuerdo de los problemas y las tensiones que rodearon el nacimiento y los primeros pasos de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Todo ello, relatado no por un cronista u observador más o menos próximo, sino por uno de los actores principales de la historia que él mismo cuenta y que concluye con su salida de la máxima responsabilidad federal en UPA.

Un momento histórico Lo cierto es que la primavera de 2004 fue un momento histórico para España y para UPA. Para España por el trauma colectivo que supusieron los gravísimos atentados terroristas del 11 de marzo, en plena campaña electoral, y por el cambio de etapa política que se produjo tras las elecciones, con una victoria del PSOE, que volvió al gobierno liderado por José Luis Rodríguez Zapatero después de dos legislaturas de gobiernos del Partido Popular. Para UPA, porque Fernando Moraleda aceptó la invitación de Rodríguez Zapatero para incorporarse como alto cargo a su gobierno y los órganos federales de la organización resolvieron con diligencia esta nueva situación, convocando un Comité Federal Extraordinario, que se celebró el 4 de mayo de 2004 y eligió por unanimidad a Lorenzo Ramos Silva como nuevo secretario general. El Comité Federal Extraordinario eligió también a Roberto García como vicesecretario general –cargo que ocupaba anteriormente Lorenzo Ramos– y a Jesús Domínguez como nuevo secretario ejecutivo en la Comisión Ejecutiva Federal de UPA. Lorenzo Ramos era ya un veterano líder sindical tanto en Extremadura, donde era secretario general de UPA a nivel regional, como en las estructuras federales, tras ocupar diferentes responsabilidades y ser vicesecretario general desde el 5º Congreso, celebrado en 2002. El número dos pasaba a número uno y asumía no solo la responsabilidad de sustituir al líder de la organización durante 17 años, sino también de consolidar el trabajo sindical de UPA en un nuevo escenario político, con retos tan difíciles como ilusionantes y apasionantes. Para despedir al compañero Moraleda se celebró en Madrid una cena con la Comisión Ejecutiva Federal, los técnicos y todos los trabajadores y trabajadoras de

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UPA. En su intervención a los postres, Moraleda solo se atrevió a dar un consejo: “No dejéis nunca de ser un sindicato y de actuar como tal”. Y así ha sido porque, tras una transición ordenada y sin problemas, entre 2004 y 2012 la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha consolidado su presencia territorial, ganado en afiliación, reforzado su imbricación con otros colectivos rurales y sociales en todos los ámbitos, impulsado la creación y desarrollo de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) y de UPA Joven, y conseguido una proyección internacional sin precedentes en el sindicalismo agrario español, tanto en la UE como a nivel mundial. En una entrevista publicada en el número 184 de La Tierra, que informaba del cambio en UPA, Lorenzo Ramos, ya secretario general, afirmaba con rotundidad que “hemos aprendido durante estos años que UPA no es un cuadro de dirigentes nacionales o territoriales; UPA son sus afiliados, ellos son todo, nosotros solo somos sus representantes”. El relato ordenado de los hechos tuvo su primera prueba en el Comité Federal celebrado el 14 de diciembre de 2004 en Madrid. El “Informe de gestión” presentado por la Comisión Ejecutiva Federal fue aprobado con el 100% de los votos, destacando entre los resultados más positivos en esos meses el acuerdo del gasóleo, firmado en noviembre de 2004 con el Ministerio de Agricultura gracias a la presión sindical de UPA, para compensar las pérdidas por la fuerte subida de precios de los combustibles, con ayudas a los agricultores y ganaderos por un importe de 170 millones de euros, mejorando el firmado en el año 2000 con el Gobierno anterior.

Lorenzo Ramos, ya secretario general, afirmaba con rotundidad que “hemos aprendido durante estos años que UPA no es un cuadro de dirigentes nacionales o territoriales; UPA son sus afiliados, ellos son todo, nosotros solo somos sus representantes

Diálogo, negociación y acuerdos con el nuevo Gobierno, pero también firmeza en defensa de la agricultura familiar. Estos fueron los mensajes que trasladó Lorenzo Ramos a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, en su primer encuentro, el 10 de junio de 2004, arropado por toda la Comisión Ejecutiva Federal. Y esta ha sido la actitud de UPA en sus relaciones con los diferentes gobiernos en las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero y el primer año de Mariano Rajoy. Ya en ese primer periodo, el nuevo Gobierno socialista pudo comprobar que se podían alcanzar acuerdos con UPA, como el del gasóleo, cuando eran razonables; pero también recibir una fuerte presión sindical en demanda de ayudas por las consecuencias de las heladas y la sequía, y encontrar el firme rechazo de la organización a decisiones injustas, como el modelo elegido para aplicar la nueva PAC en España que se acordó en la Conferencia Sectorial de Agricultura,

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formada por el Ministerio de Agricultura y las Consejerías correspondientes de las comunidades autónomas. Un modelo de aplicación de la PAC que confirmó los peores augurios de UPA, que siempre dijo que lo más perjudicial de esta reforma vendría si no se anulaba la posibilidad de traslación de cultivos hacia zonas con ayuda frente a otras que no la tenían. Durante el segundo semestre de 2004 y los primeros meses de 2005, Lorenzo Ramos realizó una amplia gira por todas las Uniones Regionales y Provinciales de la organización, celebrando reuniones con los compañeros y compañeras de cada Unión Territorial en un debate abierto y muy constructivo, abarcando tanto aspectos organizativos como problemas sectoriales y territoriales. El objetivo era, además, visitar todas las provinEl nuevo Gobierno socialista cias antes del 6º Congreso Federal, que se celebró entre el 24 y el pudo comprobar que se podían 26 de noviembre de 2005 en Zaragoza, tal y como se acordó en el alcanzar acuerdos con UPA, 5º Comité Federal de UPA, celebrado el 15 de marzo de 2005 en Madrid.

como el del gasóleo, cuando eran razonables; pero también recibir una fuerte presión sindical en demanda de ayudas por las consecuencias de las heladas y la sequía, y encontrar el firme rechazo de la organización a decisiones injustas

La Comisión Ejecutiva Federal impulsó en los meses previos al congreso un amplio debate interno, tanto para fijar las líneas prioritarias de la acción sindical como para elegir a los representantes en los congresos territoriales previos al federal.

La CEF realizó un llamamiento generalizado a todos los compañeros y compañeras “para que defiendan con firmeza sus criterios y elijan a quienes consideren que les van a representar mejor a la hora de marcar la acción sindical de la organización para los próximos años. El objetivo final es muy claro: que participe todo el mundo, como corresponde a una organización sindical democrática como UPA, que siempre se ha caracterizado por el debate abierto y la búsqueda del consenso”, tal y como se recogía textualmente en las comunicaciones previas al congreso.

Un trabajo de todos. Un proyecto común UPA llegaba a la convocatoria de su 6º Congreso Federal como “la gran organización agraria que defiende en España al colectivo mayoritario del sector, formado por pequeñas y medianas explotaciones de agricultores y ganaderos profesionales”, con un notable incremento de afiliación durante los cuatro años anteriores, resultados muy brillantes en todas las elecciones a Cámaras Agrarias celebradas, e incluso tras haber cumplido uno de los retos pendientes de la

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organización: una presencia sólida y definitiva en Cataluña, tras la creación de URAPAC-UPA. “Los próximos años van a poner a prueba la capacidad de acción sindical, gestión y prestación de servicios que tiene realmente cada organización agraria –se dijo en aquel momento–, porque la aplicación de la nueva PAC, que será efectiva a partir de 2006, constituye un horizonte inmediato de primera magnitud”. El 6º Congreso, que tuvo como lema central “UPA. Un trabajo de todos. Un proyecto común”, aprobó por unanimidad el “Informe de gestión” presentado por la CEF saliente, mientras que la nueva Comisión Ejecutiva Federal251 recibió el apoyo de casi el 90% de los votos de los 200 delegados del congreso, con una candidatura liderada por Lorenzo Ramos e integrada por 8 mujeres y 11 hombres, con una amplia representación territorial, incluida Montserrat Cortiñas como vicesecretaria general, que se convirtió en la primera mujer que asumía una responsabilidad de este tipo en las organizaciones agrarias españolas. En el número de La Tierra posterior al congreso se afirmaba que “los más de 50.000 afiliados y afiliadas de UPA en toda España tenemos un objetivo prioritario para los próximos años: conseguir que la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos se convierta en la mayor organización agraria nacional, algo que ya ocurre en varias comunidades autónomas, porque esta será la mejor garantía para una representación firme y una defensa eficaz de la función social de la agricultura familiar”. “Necesitamos que UPA sea cada vez más fuerte”, afirmó Lorenzo Ramos en su primera intervención ante el congreso, destacando el aumento de un 25% en el número de afiliados de UPA desde el anterior congreso, que se celebró en Toledo, en diciembre de 2002, un periodo en el que “hemos conseguido ser representativos en todos los foros”.

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Comisión Ejecutiva Federal elegida en el 6º Congreso de UPA. Secretaría General: Lorenzo Ramos Silva. Vicesecretaría General: Montserrat Cortiñas González. Secretaría de Organización: Marcos Alarcón Alarcón. Secretaría de Relaciones Institucionales: José Domingo García Jiménez. Secretaría de Administración: Teresa López López. Secretaría de Agricultura: Juan Ignacio de Antonio Senovilla. Secretaría de Ganadería: Román Santalla Agra. Secretaría de Formación.: José Luis Gutiérrez García. Secretarías Ejecutivas: Ignacio Huertas de la Peña, María Luisa Pérez Sangerardo, Eusebio Fernández García, Francisca Iglesias Galera, José Manuel Roche Ramo, Alicia Bernardo Álvarez, Domiciano Pastor Martínez, Elisa Fernández López, José Gámez Villalba, María Nieves Gutiérrez Rosendo, Montserrat Moyano Moyano.

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Lorenzo Ramos resaltó también que “desgraciadamente, el sector agrario está viviendo una coyuntura mala, como consecuencia de la sequía, de las heladas, de la bajada de ingresos, de la reforma de la OCM del azúcar, de las crisis de la sanidad animal, de la bajada de los precios y, sobre todo, de la subida del petróleo y los fertilizantes. La situación es difícil, pero el sindicato mira al futuro y tenemos que ser capaces de superar estas cuestiones, por lo que vamos a hacer un esfuerzo por el mantenimiento de la actividad agraria y sobre todo de las explotaciones familiares, que creemos que son el proyecto y el modelo que funciona”.

Ramos habló en el 6º Congreso de “consolidar la presencia del sindicato en toda la geografía española y aumentar el número de afiliados, estar presentes en la búsqueda de acuerdos y también en las movilizaciones, en caso de que sea necesario, porque ha sido siempre nuestra bandera”

Respecto al programa de acción sindical para el futuro, Ramos habló en el 6º Congreso de “consolidar la presencia del sindicato en toda la geografía española y aumentar el número de afiliados, estar presentes en la búsqueda de acuerdos y también en las movilizaciones, en caso de que sea necesario, porque ha sido siempre nuestra bandera”.

“Nuestro modelo sindical es un modelo de unión. Gracias a ello somos más fuertes a la hora de negociar y de conseguir acuerdos importantes, como los conseguidos para paliar los efectos de las heladas y la sequía, compensar a los agricultores por la subida del gasóleo, reformar la seguridad social agraria o impulsar un plan de reestructuración del sector lácteo que acabe con la especulación en el mercado de cuotas lácteas. Pero tenemos que seguir creciendo. Los pequeños agricultores y ganaderos necesitamos que UPA sea cada vez más grande. Con el trabajo de todos, desde UPA hemos conseguido avances muy importantes para la agricultura familiar. Nuestro futuro es un proyecto común. Este es el mandato que ha recibido toda la organización tras el 6º Congreso Federal”.

Negociación y acuerdos El espíritu negociador que se consiguió en los primeros años del Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero se tradujo en algunos acuerdos históricos, como el del gasóleo ya mencionado, y el de la reforma de la Seguridad Social Agraria, firmado el 19 de octubre de 2005, que recogió las principales reivindicaciones de UPA. Un acuerdo histórico entre las organizaciones agrarias y el Gobierno que vino a mejorar el sistema de prestaciones, incrementando las pensiones y reconocien-

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do las especificidades del colectivo agrario, incluido el papel de los cotitulares de las explotaciones, con una cotización propia y diferenciada para el sector, aunque encuadrada dentro del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), con una mejora de las prestaciones, que permitía mejorar la cuantía de las pensiones al eliminar la base única de cotización existente en el REASS. El papel de UPA en todo este proceso fue muy relevante. UPA fue siempre la organización que con mayor empeño defendió el patrimonio irrenunciable que suponía el REASS para el colectivo mayoritario del sector, tal y como se demostró ya con el rechazo al “decretazo” del Gobierno del PP en 2003. UPA valoró esta reforma positivamente por varias razones, primero porque supuso la supresión inmediata de las reformas legales de la legislatura anterior y, además, porque clarificó el campo de aplicación del REASS. Uno de los objetivos básicos de este periodo fue reforzar la coordinación de la acción sindical de la CEF con las Uniones Territoriales de UPA y para ello el primer Comité Federal celebrado tras la celebración del 6º Congreso decidió realizar reuniones de la Comisión Ejecutiva Federal en los distintos territorios con los compañeros y compañeras de las regiones con el fin de establecer programas de acción y participar más activamente en la acción sindical de las Uniones Territoriales.

Orgullo Rural

El espíritu negociador que se consiguió en los primeros años del Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero se tradujo en algunos acuerdos históricos, como el del gasóleo y el de la reforma de la Seguridad Social Agraria

De todos esos contactos surgió finalmente una de las iniciativas con mayor eco social de este periodo: la campaña del “Orgullo Rural”, porque en el recorrido por todos los territorios, en múltiples reuniones y asambleas, en conversaciones privadas y en contactos de todo tipo, el secretario general, Lorenzo Ramos, y el resto de responsables de la CEF constataron un cierto desánimo colectivo por la pérdida de valoración social de la actividad agraria, la incapacidad de negociar y alcanzar acuerdos de precios por los productos e incluso una actitud depresiva de los propios agricultores y ganaderos en relación con su trabajo en el campo. El 2 de diciembre de 2006, UPA organizó el primer Día del Orgullo Rural, que reunió en Madrid a más de 2.000 agricultores y ganaderos, agricultoras y ganaderas, en un acto con un doble carácter festivo y reivindicativo. Por ello, la programación de la jornada incluyó varias actuaciones musicales, contó con el testimonio

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directo de compañeros y compañeras de diferentes sectores y territorios, que expresaron su orgullo por la actividad que desarrollan, y se completó con las intervenciones de los responsables de UPA y los representantes de las instituciones.

El 2 de diciembre de 2006 UPA organizó el primer Día del Orgullo Rural, que reunió en Madrid a más de 2.000 agricultores y ganaderos, agricultoras y ganaderas, en un acto con un doble carácter festivo y reivindicativo

El acto tuvo un gran impacto mediático, político y social, que se reforzó con las convocatorias sucesivas de actos similares en diferentes comunidades autónomas a lo largo de 2007 y 2008. Lorenzo Ramos aseguró en el acto de Madrid que el medio rural “no tiene futuro sin la presencia de los agricultores y ganaderos en los pueblos” y denunció la visión generalizada que la gente tiene de ellos como “contaminadores, subvencionados o insolidarios”. El secretario general de UPA defendió que “este no es un sector inferior a ningún otro”, y apuntó que esta iniciativa va dirigida a la sociedad, y más en concreto “a las mujeres y los jóvenes” para que vean que el trabajo en el campo es importante no solo como productor de alimentos, sino también como cuidador del medio ambiente. El primer Día del Orgullo Rural coincidió con la publicación de los resultados del año agrario 2006, en el que lo más llamativo era la pérdida de empleo en el sector, porque el año acababa con 80.000 trabajadores menos, después de perder 220 ocupados cada día. En esa época ganó fuerza en España el debate sobre las energías renovables y UPA se posicionó claramente en la defensa de esta alternativa, con el convencimiento que el sector agrario tiene mucho que aportar, tanto en el suministro de materias primas con destino a la producción de biocarburantes o energía como por ser moradores del medio rural, que es donde se asienta el mayor número de instalaciones fotovoltaicas o eólicas. El debate se animó por los impulsos y las ayudas del Gobierno a este tipo de energías, ante lo que UPA reclamó que su desarrollo “tenga una componente social, de forma que las primas que se establezcan tengan en cuenta el número de promotores, el tamaño de los mismos y su emplazamiento”.

Reforma tras reforma tras reforma de la PAC El año 2006 fue también el primero de puesta en marcha de la reforma intermedia de la PAC aprobada en 2003. El balance de UPA resaltó que el efecto

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final de la reforma, lejos de garantizar una mayor seguridad y calidad alimentarias, lo que provocó fue la deslegitimación social de la PAC, el abandono de zonas importantes con baja productividad y la disminución de la renta real por ocupado, con una pérdida importante de activos agrarios, “en definitiva, una política agraria que no favorece más a los sectores, los territorios y los agricultores que más necesitan del presupuesto público, sino a aquellos otros que han conseguido, por los modelos de apoyo pasados, una mejor posición en los mercados”. Y ya entonces, recién iniciada la aplicación de la reforma de 2003, comenzó a plantearse un nuevo cambio. Con la presentación por parte de la Comisión de una propuesta de simplificación de la PAC y la organización de la conferencia sobre el futuro de la PAC, en abril de 2007, se dio el pistoletazo de salida al proceso político de la reforma de la reforma de la PAC, que pasando por el llamado “chequeo médico” llega hasta 2013, sin olvidar que en 2008/2009 se revisó todo el capítulo financiero de ingresos y gastos, teniendo en cuenta la entrada de nuevos Estados miembros con la ampliación a la UE-27, la aplicación de la disciplina financiera y la corriente cada vez más fuerte de reducir el peso de la agricultura en el presupuesto comunitario, hasta el punto de que el gasto agrario dejó de ser entonces la partida más importante del presupuesto comunitario. En el ámbito nacional, en el contexto de aplicación del pago único, UPA realizó en ese momento un importante trabajo para mejorar los reales decretos que regulaban su gestión en España, destacando la flexibilización de los índices de barbecho y el permiso para la realización en la campaña siguiente de dobles cosechas en hectáreas elegibles para el pago único (de hortaliza después de cereal o de maíz de ciclo corto después de colza, por ejemplo). Igualmente relevante fue, durante 2006 y los primeros meses de 2007, la aplicación de todas las medidas previstas en el acuerdo del gasóleo, firmado por UPA y Coag con el Gobierno en diciembre de 2005. Pero más allá de los efectos de la reforma de la PAC o de las decisiones políticas del Gobierno, el problema que fue agravándose cada vez más en esos años fue, sin duda, el funcionamiento de los mercados. De manera creciente e insoportable, los agricultores y ganaderos se enfrentaban en España, con mayor o menor intensidad en todos los sectores y territorios, a unos costes de producción cada vez mayores y la incapacidad de negociar y conseguir precios justos por sus productos.

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Esta situación se ha ido acentuando durante los últimos años, hasta el punto de ser asumida, al menos sobre el papel, como un grave problema a resolver por parte de los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP, que a finales de 2012 sigue siendo una cuestión pendiente, con un proyecto de ley anunciado pero no concretado todavía.

La gravedad de la situación llevó a UPA en 2008 a poner en marcha una gran campaña de movilización social en toda España para denunciar los abusos en la cadena de distribución comercial entre la producción y el consumo, bajo el lema “Estamos hartos. Soluciones ¡YA! Precios justos para nuestros productos”

Precios justos para nuestros productos La gravedad de la situación llevó a UPA en 2008 a poner en marcha una gran campaña de movilización social en toda España para denunciar los abusos en la cadena de distribución comercial entre la producción y el consumo, bajo el lema “Estamos hartos. Soluciones ¡YA! Precios justos para nuestros productos”. La campaña arrancó en Madrid, el 7 de mayo de 2008, con una gran manifestación en el Paseo de la Castellana, que reunió a más de 10.000 agricultores y ganaderos, hombres y mujeres procedentes de toda España.

La campaña incluyó actos similares en todas las comunidades autónomas, organizados por las Uniones Territoriales de UPA con el apoyo de la Comisión Ejecutiva Federal, y una recogida masiva de firmas para apoyar las demandas de UPA ante el Gobierno, el Parlamento y la Justicia. La manifestación de Madrid, encabezada por un tractor, recorrió el Paseo de la Castellana, desde la sede del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, en la plaza de San Juan de la Cruz, hasta la sede de los Ministerios de Economía y Comercio, en la Plaza de Cuzco, y finalizó con el reparto gratuito entre los madrileños de 3.000 bandejas con 300 gramos de cordero. Todos los medios de comunicación que cubrieron la información coincidieron en afirmar que esta era la mayor manifestación de agricultores y ganaderos que se celebraba en Madrid desde hacía mucho tiempo. El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, cuando se dirigió a los manifestantes, señaló que “estamos hartos de ser acusados como culpables de las subidas del IPC, cuando tanto el sector ganadero como el agrícola padecen desde el último año una de las mayores subidas de los costes de producción de su historia, sin que se haya podido repercutir en los precios de venta de nuestros productos”.

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“No podemos quedarnos de brazos cruzados –afirmó Ramos– ante la pasividad del Gobierno mientras van cerrando día a día las explotaciones familiares que sustentan el medio rural español, porque cada una de las que se cierra ya es irrecuperable”. UPA buscó también con esta iniciativa una alianza clara entre productores y consumidores, “víctimas por igual de una situación anormal e injusta, que tiene solución”, y lanzó una serie de propuestas que se mantienen en el debate permanente sobre este problema, incluyendo una ley urgente de márgenes comerciales a lo largo de la cadena alimentaria, la implantación de códigos de buenas prácticas comerciales, garantizar la adquisición de productos alimentarios a los agricultores y ganaderos en los que se cubran, como mínimo, los costes de producción, y un plan de choque y de reestructuración integral de la ganadería. A la manifestación de Madrid siguieron movilizaciones en toda España y una recogida de firmas que sumó más de 350.000 en menos de un año, apoyando la demanda de precios justos para los agricultores y los ganaderos. La presión de UPA por el funcionamiento injusto de los mercados comenzó a dar sus frutos en 2009, cuando el Gobierno, en el marco del Observatorio de Precios de los Alimentos, asumió como objetivo impulsar la elaboración y aplicación de códigos de buenas prácticas en la cadena comercial. En paralelo, UPA denunció ante la Comisión Nacional de la Competencia el comportamiento irregular de las empresas de medios de producción, solicitando en noviembre de 2008 que se investigara a fondo la evolución de los precios en los medios de producción agrícolas y ganaderos, ante la evidencia de comportamientos irregulares por parte de las empresas. Los debates y las sucesivas reformas de la PAC pasaron a finales de 2008 por el acuerdo en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE de la reforma llamada “chequeo médico”, que UPA valoró negativamente y consideró una oportunidad perdida para reforzar la agricultura y la ganadería. UPA habló de desmantelamiento progresivo de la PAC, porque “las líneas generales del acuerdo responden únicamente a la obsesión por el control presupuestario y el abandono de las políticas comunes, de espaldas a la situación que se está creando en los mercados internacionales, con graves desajustes entre oferta y demanda, tensiones insoportables en los precios de los medios de producción y las materias primas en los mercados internacionales, y una incertidumbre creciente sobre el futuro de todo el sistema alimentario mundial”.

La presión de UPA por el funcionamiento injusto de los mercados comenzó a dar sus frutos en 2009, cuando el Gobierno, en el marco del Observatorio de Precios de los Alimentos, asumió como objetivo impulsar la elaboración y aplicación de códigos de buenas prácticas en la cadena comercial

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El recorrido de la actividad de UPA entre 2004 y 2012 tiene un referente básico: la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, en primer lugar con la incorporación de compañeras en todos los órganos de representación y gestión en las estructuras territoriales y federales de UPA

“El `chequeo médico´ ahonda en la renacionalización de la PAC, en la reducción de los fondos que llegan a la agricultura y la ganadería y en la pérdida de mecanismos de gestión y control del mercado. Con esta reforma tendremos más volatilidad en los mercados, pérdidas de productividad y de producciones, y por tanto un mayor riesgo de desabastecimiento de alimentos, mayores tensiones de precios de cara al consumidor y finalmente menos renta y menos nivel de vida para los agricultores y ganaderos españoles”. Las críticas de UPA se dirigieron a la falsa consideración de la modulación como un recorte lineal, al límite inferior para no dar ayudas a aquellos agricultores o productores que no llegasen a una hectárea o 100 euros, al sistema de desacoplamiento de las ayudas, a los mecanismos de gestión, al desmantelamiento del sistema de cuotas lácteas y a las propuestas sobre desarrollo rural. Uno de los sectores en crisis permanente desde ese momento es, precisamente, el sector lácteo, lo que llevó a UPA, junto al resto de organizaciones agrarias y cooperativas, a convocar una gran manifestación en Madrid, el 16 de abril de 2009, en la que participaron 15.000 ganaderos de toda España, con una presencia mayoritaria de representantes de UPA, que se manifestaron bajo el lema genérico “Por un presente y un futuro para el sector lácteo español”. “El sector no puede seguir así”, aseguró el secretario general de UPA, cuando intervino ante los manifestantes a las puertas del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, en la glorieta de Atocha, resumiendo en esa frase la desesperación de los ganaderos. Las organizaciones agrarias y cooperativas exigieron al Gobierno que garantizase la recogida de leche a los ganaderos, a unos precios de mercado, al tiempo que se facilitasen acuerdos con la gran distribución para la compra de la leche producida en España.

Igualdad y progreso para las mujeres rurales El recorrido de la actividad de UPA entre 2004 y 2012 tiene un referente básico: la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, en primer lugar con la incorporación de compañeras en todos los órganos de representación y gestión en las estructuras territoriales y federales de UPA. Una prueba clara de ello se obtiene al comparar cualquier foto de reuniones en los primeros años de UPA con cualquier imagen actual.

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Aunque el hecho más relevante fue la creación en 2004 de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), cuyo objetivo fundamental es luchar por la igualdad y el progreso de las mujeres rurales. “FADEMUR –se decía ya en su presentación en un acto celebrado en Cáceres el 15 de octubre de 2004– exige la igualdad en el trabajo de las explotaciones agrícolas y ganaderas, y en el resto de actividades industriales y de servicios del mundo rural; igualdad en el apoyo social a la mujer rural; progreso para su actividad socioeconómica, y progreso para los pueblos donde viven y trabajan”. La presentación de FADEMUR, que desde su creación está presidida por Teresa López, coincidió con el Día Internacional de la Mujer Rural y contó con la asistencia de más de 1.200 mujeres rurales de toda España, además de la ministra de Agricultura, Elena Espinosa. Un primer acto que se viene repitiendo cada año desde entonces y se ha celebrado ya en Santiago de Compostela, Sevilla, Murcia, Madrid, Zaragoza, Valencia, Logroño y Valladolid, hasta convertirse en la convocatoria anual más relevante de mujeres rurales. El trabajo de FADEMUR, al igual que el de UPA, se centra en tres objetivos básicos: representación, servicios y conquistas sociales. Los resultados están siendo positivos. Se ha conseguido la visibilidad del trabajo de las mujeres en el medio rural. Y se han impulsado múltiples iniciativas para generar empleo y actividad en este colectivo: cooperativas de servicios de proximidad, proyectos artesanos, incluida la comercialización a través de Internet en artemur.org, múltiples actividades de formación, etc., de los que se han beneficiado miles de mujeres de toda España.

El trabajo de FADEMUR, al igual que el de UPA, se centra en tres objetivos básicos: representación, servicios y conquistas sociales. Los resultados están siendo positivos. Se ha conseguido la visibilidad del trabajo de las mujeres en el medio rural

Pero, sobre todo, la mayor conquista de FADEMUR ha sido la cotitularidad de las explotaciones agrarias, primero con un real decreto que se aprobó en 2009 y, después, con la Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias, que se aprobó por unanimidad el 22 de septiembre de 2011 en el pleno del Congreso de los Diputados. “Tras años de lucha y trabajo –valoró FADEMUR– hemos conseguido el reconocimiento jurídico y económico de la participación fundamental de las mujeres en la actividad agraria y en las explotaciones familiares. Este ha sido un paso fundamental para favorecer la igualdad efectiva entre mujeres y hombres en el medio rural”.

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“La Ley de Titularidad Compartida promueve el pleno reconocimiento del trabajo y responsabilidades, de cónyuges y parejas de hecho de la persona titular de la explotación la norma permite por fin a las mujeres ser copartícipes no solo del trabajo, sino de la gestión de cara a las administraciones. Por fin las mujeres que llevan años trabajando en las explotaciones familiares agrícolas y ganaderas de forma invisible, tendrán derechos y ‘aparecerán en los papeles’ en situación de igualdad con sus parejas. Por primera vez podrán hacer su propia declaración de la renta porque tendrán ingresos propios por su trabajo; además, y gracias al trabajo de FADEMUR, se ha conseguido incorporar en Los jóvenes somos el futuro del la tramitación de la ley el aumento del límite de edad, de 40 a 50 años, para que las mujeres que trabajan en las explotaciones mundo rural y de la alimentación accedan a la bonificación estatal de cuotas a la Seguridad Social de más de 700 millones de durante un periodo de cinco años”.

europeos, así como del cuidado y conservación de la mayor parte del territorio de España y Europa

Aunque, una vez conseguida la ley, se mantiene la presión para que se aplique en todas sus previsiones y posibilidades, que son muchas. Así lo ha pedido FADEMUR al ministro Arias Cañete en una reunión celebrada a finales de noviembre de 2012, reclamando un “verdadero impulso a la titularidad compartida de las explotaciones agrarias, porque más de 400.000 mujeres podrían beneficiarse de esta medida, pero por falta de información y de medidas de estímulo la ley todavía no ha obtenido los resultados esperados”.

Apuesta por los jóvenes Siendo la organización agraria más joven y presumiendo de ello, una asignatura pendiente para UPA era la creación de una estructura específica para los jóvenes afiliados y afiliadas. Una carencia que se solventó en noviembre de 2010 con la creación de UPA Joven, presidida por Ricardo Bayo, citricultor valenciano. A partir de ese momento se inició una progresiva implantación territorial de UPA Joven por comunidades autónomas, hasta llegar al primer Encuentro Nacional de UPA Joven, celebrado en Logroño en abril de 2012. “Los jóvenes somos el futuro del mundo rural y de la alimentación de más de 700 millones de europeos, así como del cuidado y conservación de la mayor parte del territorio de España y Europa”, afirmó Ricardo Bayo en este encuentro. “Tenemos futuro, pero nos enfrentamos a grandes dificultades y necesitamos apoyos para salir adelante”. Las principales reivindicaciones de UPA Joven son que se articulen medidas de apoyo para la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, que se prioricen las políticas de ayuda al sector agrario hacia los

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jóvenes, una mayor facilidad en la transmisión de explotaciones, un mayor desarrollo de los servicios en el mundo rural, para eliminar la brecha existente con el mundo urbano, y el fomento del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación entre los jóvenes del medio rural.

Proyección y cooperación internacional La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos tuvo, desde sus orígenes, una clara vocación internacional. Ya se puso de manifiesto en el periodo de integración en Europa y la participación en el COPA, pero también al ser la primera y única organización agraria española en participar en la FIPA (Federación Internacional de Productores Agrarios), posteriormente reconvertida en la Organización Mundial de Agricultores (OMA-WFO). El trabajo positivo de UPA en el COPA ha sido reconocido, entre otros factores, con la elección en dos ocasiones sucesivas de Lorenzo Ramos como vicepresidente y vicepresidente primero de esta organización europea, una responsabilidad que se mantiene a finales de 2012. Y, además, UPA ha impulsado, junto a FADEMUR, la creación de una agriagencia de cooperación al desarrollo, la Fundación ACODEA, la primera agriagencia en España, para ayudar a mejorar las condiciones de vida y laborales de los hombres y mujeres de los países en desarrollo.

El trabajo positivo de UPA en el COPA ha sido reconocido, entre otros factores, con la elección en dos ocasiones sucesivas de Lorenzo Ramos como vicepresidente y vicepresidente primero de esta organización europea

La Fundación ACODEA forma parte de AgriCord, una alianza de agriagencias de cooperación al desarrollo fundadas por organizaciones agrarias, que atienden a sus homólogos en países en vías de desarrollo para contribuir al desarrollo agropecuario y medioambiental profesionalizado y elevar las condiciones de vida profesionales y personales de las personas que viven y trabajan en el medio rural. El 31 de marzo de 2011 se celebró en Madrid una jornada de presentación de ACODEA.

En todos los territorios. En todos los sectores Entre 2004 y 2012, UPA ha cumplido uno de sus objetivos fundacionales: estar presente como organización representativa de la agricultura familiar en todos los territorios y en todos los sectores de actividad.

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Tras el fuerte trabajo de implantación territorial e integración de otras organizaciones, que se realizó en los años 90, en este último periodo se consiguió entrar con fuerza en Cataluña, con la creación de URAPAC-UPA en 2004, y posteriormente en Baleares, con UPA-AIA. Además de reforzar de manera relevante la presencia de la organización en otros territorios, como Aragón y Madrid, en este último caso, al igual que en Cataluña, incluidos procesos electorales a Cámaras Agrarias. Igualmente cabe resaltar también el objetivo de unir fuerzas siempre que es posible, como está ocurriendo en Castilla y León, donde UPA trabaja con Coag en el seno de la Alianza por la Unidad del Campo, hasta el punto de presentar una candidatura conjunta en las elecciones a Cámaras Agrarias celebradas el 2 de diciembre de 2012.

Tanto los órganos federales de UPA Y en cuanto a la representación sectorial, tanto los órganos federales de UPA como sus equivalentes como sus equivalentes territoriales mantienen una acción sindical creciente en territoriales mantienen todos los sectores, incluido el protagonismo y, cuando ha sido posible, la máxima responsabilidad en las organizaciones interprofesionales. Un ejemplo desuna acción sindical tacado es INLAC, la Interprofesional Láctea, que ha sido presidida durante un creciente en todos periodo por el secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla. los sectores, incluido el protagonismo Una organización de servicios. Un sindicato rural y, cuando ha sido Además de ser una organización representativa, la responsabilidad de UPA frente posible, la máxima a sus afiliados y afiliadas pasa también por ofrecer servicios eficientes para aporesponsabilidad en yarles en la gestión de sus explotaciones. Así viene siendo de manera creciente, las organizaciones en una actividad que implica a las estructuras federales y territoriales, en materia interprofesionales de seguros agrarios, tramitación de ayudas y otros expedientes administrativos, formación, gestionando la contratación en origen de trabajadores agrarios, etc.

Asimismo, el objetivo de UPA de convertirse en la organización social de referencia del mundo rural explica la voluntad de estar presente y activa no solo en los entornos más directamente agrarios, sino en todos los ámbitos económicos, sociales, culturales, etc. Por ello, UPA reclama participar en todos los órganos de representación que exigen una presencia de los agricultores y ganaderos, y mantiene una colaboración estrecha con organizaciones ecologistas, de consumidores, etc. En este punto hay que resaltar también el interés de UPA por conectar con la sociedad, hacer llegar información, conocimiento y opinión sobre la realidad del mundo rural, de la actividad agrícola y ganadera. A ello ha contribuido de forma

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continuada la revista La Tierra, que en 2012 ha cumplido 28 años, los anuarios de UPA, realizados desde 1994, la página web de la organización, que fue pionera en su momento entre las organizaciones agrarias españolas y en la actualidad sigue siendo un referente, y más recientemente la presencia muy activa de UPA en las redes sociales. Todo ello con un resultado positivo, que se traduce también en el reflejo que tienen los mensajes de la organización en todos los medios de comunicación.

Nuestro trabajo tiene valor Retomando el relato cronológico de los hechos, en abril de 2009 se celebró el 40º Congreso Confederal de UGT, bajo el lema “El trabajo es primero” y en el que Cándido Méndez fue reelegido secretario general por quinta vez. El congreso tuvo una destacada participación de UPA, incluidas dos intervenciones en el pleno a cargo de Lorenzo Ramos, secretario general de UPA, y Teresa López, secretaria de Administración y presidenta de FADEMUR. Y unos meses después, entre el 10 y el 12 diciembre de 2009, se celebró en Madrid el 7º Congreso Federal de UPA, que se convirtió en la convocatoria con mayor participación y proyección social de la organización en sus 25 primeros años de vida. El número de la revista La Tierra correspondiente a enero-febrero de 2010 resumía así los objetivos y el resultado del 7º Congreso Federal: “Más que un congreso. En la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos nos propusimos que el 7º Congreso Federal marcase un antes y un después en la historia del sindicalismo agrario democrático en España, y lo conseguimos. Durante tres días de diciembre, los compañeros y compañeras de UPA llenamos Madrid de campo, con una convocatoria de múltiples actos coincidentes con el congreso, todos ellos con un objetivo común: demostrar que nuestro trabajo tiene valor”. La imagen de los tractores en la explanada de acceso al Palacio de Congresos y Exposiciones, en el paseo de la Castellana frente al estadio Santiago Bernabéu, eran ya una señal clara de que el campo se había metido en el corazón de Madrid, para lanzar a toda la sociedad un mensaje claro y firme: los agricultores y las agricultoras, los ganaderos y las ganaderas estamos orgullosos de nuestro trabajo y nuestra función social, pero exigimos que se reconozca nuestra labor, en las políticas y en los mercados. En el interior del Palacio de Congresos coincidieron los debates de los 200 delegados y delegadas de todas las Uniones Territoriales de UPA, la 1ª Feria del

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Orgullo Rural, las Jornadas sobre la PAC más allá de 2013, las Jornadas sobre Gestión de Riesgos, el encuentro de FADEMUR “Mujeres visibles en el mundo rural”, y la mesa redonda sobre la imagen del mundo rural en el cine y los medios de comunicación, así como las actuaciones musicales del “Concierto por el mundo rural”. Además de las intervenciones en los actos de apertura y clausura del congreso. En conjunto, por todas estas actividades pasaron en los tres días del congreso más de 5.000 personas, con un fuerte apoyo político, institucional, sindical, empresarial y social, que nos hace más sólidos y nos anima a seguir trabajando dentro del proyecto sindical progresista que representa UPA. Sin olvidar, a este respecto, el fuerte impacto de los mensajes y los actos del congreso en los medios de comunicación, fundamentales para trasladar nuestro trabajo profesional y sindical a la sociedad”. Se trataba de hacer ruido, mucho ruido, hacia dentro y hacia fuera de la organización y del sector. Y se consiguió, en un congreso que tuvo como lema “Nuestro trabajo tiene valor”, entendido como valor económico, laboral, social, medioambiental, cultural, territorial…, y que, como tal, debe ser reconocido y recompensado. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos salió muy fortalecida del 7º Congreso Federal, con una nueva Comisión Ejecutiva Federal252 formada por 19 miembros, 11 hombres y 8 mujeres, al frente de la cual fue reelegido Lorenzo Ramos como secretario general, con casi el 90% de los votos. Los delegados y delegadas en el congreso aprobaron el “Informe de gestión”presentado por la Comisión Ejecutiva Federal saliente y el programa de acción sindical de UPA para los próximos años, con propuestas muy precisas para garanti-

Comisión Ejecutiva Federal elegida en el 7º Congreso de UPA. Secretaría General: Lorenzo Ramos Silva. Vicesecretaría General: Montserrat Cortiñas González. Secretaría de Organización: Marcos Alarcón Alarcón. Tesorería y Secretaría de Igualdad: Teresa López López. Secretaría de Agricultura: Juan Ignacio de Antonio Senovilla. Secretaría de Ganadería: Román Santalla Agra. Secretaría de Formación y Programas: José Luis Gutiérrez García. Secretaría de Relaciones Institucionales: Domiciano Pastor Martínez. Secretaría de Relaciones Internacionales: José Manuel Roche Ramo. Secretarías Ejecutivas: Ignacio Huertas de la Peña, Julián Morcillo Carrizo, Alicia Bernardo Álvarez, María Luisa Pérez San Gerardo, Francisca Iglesias Galera, Eusebio Fernández García, Nieves Gutiérrez Rosendo, Elisa Fernández López, Mª Antonia Alcalá, Ricardo Bayo Huersio.

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zar un futuro de progreso a la agricultura familiar en España y en Europa, a partir de un modelo de multifuncionalidad y desarrollo sostenible. Los ejes centrales de la acción sindical de UPA aprobados en el 7º Congreso se concretaron básicamente por los siguientes aspectos: • La exigencia de poder producir con costes razonables y recibir en el mercado precios justos por nuestros productos. • La consideración de la actividad agraria como sector estratégico en la economía y la sociedad. • Asegurar una PAC fuerte y sólida más allá de 2013, con la financiación adecuada y un reparto progresista de los recursos públicos destinados al sector agrario. • Exigir el reconocimiento de la función social y territorial de la agricultura familiar. • Seguir avanzando en el camino hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres en la realidad cotidiana del sector agrario y en las políticas sectoriales. Lorenzo Ramos afirmó en el 7º Congreso que la acción sindical de UPA “se centrará en tres ejes fundamentales de actuación: reivindicar el papel de la mujer dentro del mundo rural, continuar con la campaña ‘Campo vivo. Orgullo rural’, y seguir peleando por los precios y obtener contratos en condiciones que garanticen la rentabilidad de nuestro trabajo”. Lorenzo Ramos destacó también que “tenemos un estilo propio, una denominación de origen, que se puede resumir en cinco palabras: cohesión, moderación, firmeza, negociación y resultados”. “Cuando hablo de cohesión –afirmó– me refiero sobre todo a la fuerza que nos da ser una organización que lleva venticinco años sumando, integrando a nuevos compañeros y compañeras, nuevos colectivos profesionales y sectoriales, ampliando la implantación territorial. Podemos presumir que a UPA ha llegado mucha gente en estos años. Pero nunca se ha ido nadie”.

Lorenzo Ramos afirmó en el 7º Congreso que la acción sindical de UPA “se centrará en tres ejes fundamentales de actuación: reivindicar el papel de la mujer dentro del mundo rural, continuar con la campaña ‘Campo vivo. Orgullo rural’, y seguir peleando por los precios y obtener contratos en condiciones que garanticen la rentabilidad de nuestro trabajo”

El secretario general resaltó en su intervención ante el congreso el trabajo de FADEMUR, “que se ha implantado por toda España y tiene muchos miles de mujeres trabajando por el progreso y la igualdad”. “FADEMUR ha conseguido hacer visible el trabajo de las mujeres rurales –concluyó–, además de desarrollar programas cooperativos, poner en mar-

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cha multitud de acciones de formación y procesos comerciales para artesanas rurales; sin olvidar lo más importante: conseguir que por primera vez la legislación española reconozca y apoye incluso con ayudas la titularidad compartida de las explotaciones”.

“El campo se arruina. Exigimos soluciones” Unos días antes de la celebración del 7º Congreso de UPA, el 21 de noviembre de 2009, se vivió en Madrid una manifestación histórica, convocada por UPA, Asaja y Coag, con el apoyo de Cooperativas Agroalimentarias, en la que participaron 200.000 hombres y mujeres, agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, procedentes de toda España, para reclamar una salida a la crisis, precios justos y una política agraria con futuro. “El campo se arruina. Exigimos soluciones”, ese fue el lema central de la gran manifestación celebrada en Madrid, que transcurrió sin incidentes, con una destacada participación de las Uniones Territoriales de UPA y una coincidencia generalizada en pedir el reconocimiento de todas las Administraciones Públicas (autonómicas, estatal y europea) a las dificultades que atraviesa el sector agrario, a las que pidieron un mayor compromiso político para asegurar el futuro de la actividad agraria en España. En tal sentido, en su intervención, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, reclamó una política agraria que permita a los agricultores y ganaderos unos ingresos dignos. Lorenzo Ramos aseguró que el agrario es un sector estratégico, que merece más atención por parte del Gobierno, al tiempo que denunció los abusos de la distribución y pidió el cambio de la normativa sobre Competencia para que se puedan negociar unos precios agrarios más acordes a los costes de producción. Lorenzo Ramos aseguró también que el futuro del sector pasa por una Política Agraria Común (PAC) más estable y exigió que la reforma prevista para 2013 “no elimine los mecanismos de regulación y ayudas”. Y tras la manifestación, la negociación; porque el respaldo masivo a la convocatoria del 21 de noviembre provocó una reunión de los máximos responsables de todas las organizaciones con el presidente del Gobierno en la Moncloa, el 29 de diciembre, a partir de la cual se abrió un amplio proceso negociador. Una reunión que con este formato no se había producido antes con ningún presidente de Gobierno en democracia.

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Sin embargo, el ritmo y la intensidad del proceso negociador posterior no respondieron al impulso e interés mostrado por el presidente del Gobierno en la primera reunión. Por ello, a finales del mes de abril de 2010 se le envió una nueva carta a Zapatero recordándole los compromisos adquiridos en la reunión e instándole a dar el impulso político necesario para poner en marcha urgentemente las medidas anunciadas, especialmente aquellas enmarcadas dentro de un plan de choque a corto plazo que incluía ayudas en financiación, revisar las tarifas eléctricas y, en materia de precios, abordar a nivel político la problemática de la cadena agroalimentaria y analizar las actuaciones de la Comisión Nacional de la Competencia para desembocar en una revisión normativa y en la participación del sector agrario en la composición de los precios, aunque el único resultado relevante con carácter inmediato de este proceso negociador fue el acuerdo sobre financiación alcanzado la primera semana de marzo de 2010, con el apoyo a líneas de crédito ya establecidas y otras nuevas. En todo caso, dentro de este proceso, la acción sindical de UPA consiguió durante 2010 y los primeros meses de 2011 negociar e impulsar nuevas medidas de apoyo a las explotaciones agrarias y novedades legislativas que contribuyen a dotar de más transparencia a los mercados. Unos avances que incluyen medidas sobre financiación, la reforma de la ley de morosidad, el inicio del proceso para la puesta en marcha de los códigos de buenas prácticas comerciales o el proyecto de ley de la cadena agroalimentaria.

El futuro de la PAC es nuestro futuro El debate abierto en la Unión Europea para negociar el modelo de Política Agraria Común más allá de 2013, ligado directamente al debate presupuestario para el periodo 2014-2020, recibió un nuevo impulso en noviembre de 2010, cuando la Comisión Europea presentó la comunicación “La PAC en el horizonte de 2020: Responder a los retos futuros en el ámbito territorial, de los recursos naturales y alimentario”. Con ello inició un amplio proceso de análisis y toma de posición por parte de los diferentes órganos consultivos, del Parlamento Europeo, del Consejo de Ministros de Agricultura y del conjunto del sector, que deberá ser cerrado en 2013. Como en otras ocasiones, esta comunicación tenía dos partes, una primera de objetivos y retos de la reforma y otra segunda de orientaciones de la reforma, de posibles vías para abordar los objetivos planteados. Y, como otras veces, UPA se mostró de acuerdo en un porcentaje muy elevado con el análisis de la realidad, pero en desacuerdo con las soluciones propuestas.

La acción sindical de UPA consiguió durante 2010 y los primeros meses de 2011 negociar e impulsar nuevas medidas de apoyo a las explotaciones agrarias y novedades legislativas que contribuyen a dotar de más transparencia a los mercados

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“Estamos desgraciadamente escarmentados –se dijo en ese momento– por el proceder de otras ocasiones de la Comisión, donde se parte de un análisis más o menos certero de la realidad, se establecen unos objetivos generales correctos, pero termina proponiendo medidas que en ocasiones han ido en contra de los objetivos señalados. Por tanto, se hace preciso estar especialmente atentos al debate en el seno del Consejo y del Parlamento para que unos objetivos y retos loables no se tornen en unas propuestas legislativas e instrumentos contra el propio sector que consigan finalmente objetivos contrarios a los planteados”. “Cuando nos enfrentamos a una nueva reforma de la PAC nos surgen dos sentimientos muy claros: de vértigo y de inseguridad. Vértigo porque desgraciadamente la experiencia nos demuestra que cada vez que en los últimos veinte años ha habido una reforma de la PAC, ha sido para hacer menos PAC, para debilitar sus instrumentos de gestión de los mercados, para proponer un modelo de ayuda que difícilmente se puede justificar por estar desvinculado del hecho productivo, por perder presupuesto, por ver cómo la C de común va cada vez perdiendo más fuerza. Inseguridad porque no hay otro sector que sea capaz de adaptarse a tantos cambios de orientación de la política que regula su sector como el agrario. En estos diez últimos años hemos sufrido nada menos que tres reformas de la PAC, tres cambios de orientación y de rumbo. Con esta perspectiva es difícil que la necesaria tranquilidad y seguridad exigible en cualquier actividad económica se instauren en el nuestro y permitan realizar inversiones y planificaciones de futuro”. “La PAC cuesta a cada ciudadano de la UE unos 30 céntimos de euro al día, a cambio, los contribuyentes reciben una abundante oferta de alimentos seguros y de gran calidad, además de la protección de los insustituibles entornos y paisajes europeos. En todo caso, en estos momentos es preciso exigir a nuestros gobernantes que estén a la altura de las circunstancias y que doten a la PAC de un presupuesto acorde con la importancia y con la consideración de sector estratégico que se desprende de la comunicación”. El siguiente paso en este largo proceso de reforma de la PAC se dio en octubre de 2011, cuando la Comisión Europea aprobó una comunicación con sus propuestas concretas, que fueron rechazadas de plano, desde el primer momento, por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, porque “no reconocen el papel de los verdaderos agricultores y ganaderos, ni garantizan una PAC en el futuro más eficaz, social, justa y equitativa que en la actualidad”. Además, “desde UPA, siempre hemos defendido la necesidad de contar con un presupuesto fuerte para atender a los ambiciosos objetivos que todos hemos

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definido para la actividad agraria en la próximas décadas. En este sentido, la propuesta ofrecida por el Colegio de Comisarios supone un verdadero golpe para las expectativas que los propios mandatarios europeos habían establecido tanto en el Consejo de Ministros como en el Parlamento Europeo”. La posición de UPA ante estas propuestas es firme: “La filosofía de la Comisión parte de un punto básico que no ha sido cuestionado por ningún Estado miembro y que podemos suponer como inamovible: la pérdida de la referencia histórica a la hora de definir el modelo de ayudas desacopladas. Se va a mantener el desacoplamiento de las ayudas, es decir, el pago que reciban los agricultores y ganaderos no va a estar condicionado a una actividad agrícola o ganadera concreta. La novedad viene de la mano de que hasta ahora el número de derechos y su importe venía condicionado por un cálculo referido a un periodo de referencia concreto. En el nuevo modelo esto no va a ser así y de lo que se trata y de lo que se está negociando en estos momentos es cómo se va a calcular el valor de cada derecho o el número de derechos de cada agricultor y ganadero. Resulta muy frustrante que las propuestas de la Comisión Europea para el futuro de la PAC no contemplen instrumentos públicos eficaces y suficientes para regular y estabilizar los mercados agrarios. La experiencia nos demuestra que el mercado, sin ninguna regulación, solo busca el beneficio a cualquier precio. Es preciso establecer una regulación clara de este que defienda los intereses de agricultores y ganaderos, pero también de los consumidores. Es preciso avanzar en medidas de gestión de mercados ágiles, eficaces y suficientes. Creemos clave actualizar las medidas de gestión que hay actualmente en la OCM única, recuperar algunas que se han ido perdiendo en sucesivas reformas e instaurar nuevos mecanismos de desencadenamiento adaptados al contexto actual.

Resulta muy frustrante que las propuestas de la Comisión Europea para el futuro de la PAC no contemplen instrumentos públicos eficaces y suficientes para regular y estabilizar los mercados agrarios

Para UPA es imprescindible también que en el marco de la OCM única se establezcan excepciones al derecho de competencia comunitario que permitan la negociación colectiva de contratos en el seno de las interprofesionales, con referencia de precios a determinados parámetros, entre ellos los costes de producción, que aseguren la viabilidad económica futura de nuestras explotaciones. Y que esta medida se haga extensiva a todos los sectores. Igualmente es fundamental dotar a los Estados miembros de la posibilidad de obligar a los operadores de un sector a asumir contratos justos y equilibrados para todas las partes”.

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Desde que se publicó la comunicación de la Comisión, en octubre de 2011, UPA desplegó una importante labor sindical de información y propuestas alternativas, que se inició estableciendo la posición de UPA en una reunión con los secretarios generales de las Uniones Territoriales, y manteniendo una participación muy activa en las múltiples reuniones con el Ministerio para analizar y fijar la posición española, primero con el Gobierno socialista y después con el PP.

¿Sabemos qué nos jugamos?

Desde UPA insistimos una y otra vez en el carácter estratégico de la actividad de los hombres y mujeres que trabajan en la agricultura y la ganadería. Somos muy importantes y no sólo para nosotros mismos. Somos muy importantes para el conjunto de la sociedad

La trascendencia de este debate sobre el futuro de la PAC llevó también a UPA a organizar una gran campaña de movilización social para demostrar que el futuro de la agricultura y la ganadería es nuestro futuro, el de todos. Una campaña que a finales de 2012 sigue en marcha y muy activa, con proyección de continuidad en el futuro. El objetivo es alertar al conjunto de la sociedad española sobre los riesgos del abandono progresivo de la agricultura y la ganadería como actividades estratégicas en España y la Unión Europea. Por ello, el mensaje central de esta campaña es una pregunta: ¿Sabemos qué nos jugamos?, planteada sobre las siguientes dicotomías: ¿Un lugar para vivir o un lugar que ya no existe? ¿Una naturaleza viva o una naturaleza muerta? ¿Trabajo y progreso o abandono y pobreza? ¿Calidad y origen o dependencia alimentaria? ¿Una tierra que da vida o una tierra sin futuro? “Desde UPA insistimos una y otra vez –afirmó Ramos en el acto de presentación de esta campaña el 7 de julio de 2011 en Madrid– en el carácter estratégico de la actividad de los hombres y mujeres que trabajan en la agricultura y la ganadería. Somos muy importantes y no solo para nosotros mismos ni para nuestro entorno más inmediato. Somos muy importantes para el conjunto de la sociedad”. Con esta campaña, UPA está desarrollando una acción sindical en dos direcciones. En primer lugar, de cara a los agricultores y agricultoras, a los ganaderos y ganaderas, a los trabajadores de las explotaciones agrarias, de las cooperativas, de las empresas de maquinaria, transportes y otros servicios dependientes de la actividad agrícola y ganadera. Y, en segundo lugar, el objetivo es movilizar a la sociedad, mayoritariamente urbana, y generar una corriente de opinión que valore la trascendencia real de contar con una agricultura y una ganadería fuertes, viables y con futuro.

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Ganadería en peligro de extinción Dentro de la crisis general del sector agrario, las dificultades están siendo especialmente graves durante los últimos años para todos los sectores ganaderos, porque sufren en mayor medida el resultado de una ecuación imposible de gestionar y resolver: costes de producción crecientes, sobre todo en los piensos (sometidos a mercados internacionales especulativos), imposibilidad de trasladar estos costes al precio cobrado por los productos, con un resultado directo de rentabilidad negativa, inviabilidad y riesgo de desaparición. Además, el sector ganadero tiene gran cantidad de problemas adicionales: el incremento del precio del combustible, el gran coste que supone el modelo de producción europeo en su conjunto, las importaciones de terceros países ante las que no se aplica el “principio de reciprocidad”, las inversiones a gran escala que son necesarias en general en el sector ganadero, las especiales dificultades de las explotaciones familiares, etc. Los problemas de la ganadería han concentrado, por tanto, buena parte de la acción sindical de UPA, con movilizaciones, propuestas y acuerdos; aunque en algún caso, como ha ocurrido con la leche, los acuerdos iniciales para poner orden en los mercados (como los que se alcanzaron con el Gobierno socialista dentro del denominado “paquete lácteo”) se traducen finalmente en aplicaciones concretas que no respetan lo pactado. Así se ha visto con el modelo de contrato aprobado por el Gobierno el 27 de septiembre de 2012, que parte de esquemas impuestos por la industria y la distribución, sin reconocer en ningún caso la posición de los ganaderos. Contratos sí, pero no así ha sido la respuesta de UPA.

La doble crisis del sector agrario y el mundo rural Desde que comenzó la crisis económica y social en 2008, UPA ha asumido el liderazgo de la representación del colectivo mayoritario del sector agrario, las explotaciones familiares, y del mundo rural en su conjunto.

Desde que comenzó la crisis económica y social en 2008, UPA ha asumido el liderazgo de la representación del colectivo mayoritario del sector agrario, las explotaciones familiares, y del mundo rural en su conjunto

En primer lugar, para denunciar que en nuestro caso vivimos una doble crisis con efectos multiplicados, la crisis propia del sector –desregulación, costes imparables, incapacidad de negociar precios…– y la crisis general, sin olvidar que los recortes sociales –en prestaciones sanitarias, educación, dependencia, inversiones en infraestructuras, etc.– tienen consecuencias mucho más graves en

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los pueblos que en las ciudades, porque parten de una situación más precaria y su población es más vulnerable. Por todo ello, UPA mantiene un protagonismo destacado en la movilización permanente de la sociedad. Así ha sido en las huelgas generales convocadas desde 2010, una con el Gobierno del PSOE, el 29 de septiembre de 2010, y dos con el Gobierno del PP, el 29 de marzo y el 14 de noviembre de 2012, además de las movilizaciones convocadas por la Cumbre Social el 15 de septiembre de 2012 y todas las iniciativas impulsadas por la Plataforma Social en Defensa del Estado de Bienestar y los Servicios Públicos, incluida la petición de un referéndum para que la población española pueda manifestar su opinión sobre las medidas adoptadas por el Gobierno del PP que no estaban en el programa con el que se presentó a las elecciones de 2011.

El progreso de la agricultura familiar, una prioridad social Precisamente, la convocatoria anticipada de elecciones generales para el 20 de noviembre de 2011 llevó a UPA a dirigirse a todos los partidos políticos para plantear los temas prioritarios que deberían ser abordados en la nueva legislatura en relación con el sector agrario, con dos ejes básicos: la necesidad de mejorar, de una vez por todas, el funcionamiento de la cadena alimentaria, y garantizar que la aplicación de la nueva PAC en España sea positiva para los profesionales de la agricultura y la ganadería. En relación con la cadena alimentaria, UPA insistió, ante el inicio de un nuevo periodo legislativo, en los mismos argumentos que viene defendiendo desde hace años y que ya han sido negociados con los partidos políticos, e incluso debatidos en el Parlamento, para conseguir precios justos para los productores en origen y reconocimiento del valor del trabajo agrícola y ganadero. Propusimos que la primera acción de gobierno en materia agraria debería ser la promulgación de una ley nacional sobre el reequilibrio de la cadena agroalimentaria, que al menos en fase de proyecto ya está circulando a finales de 2012, aunque todavía con un futuro muy incierto. UPA, por su parte, ha desarrollado un potente trabajo de explicación de la necesidad de poner en marcha esta ley, incluidas reuniones con los principales grupos políticos y con altos cargos de Economía, Agricultura y Comercio, además de una comparecencia monográfica del secretario general de UPA sobre esta cuestión en el Senado.

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Acción sindical de UPA 2004-2012

Las propuestas de UPA en este ámbito se concretan en los siguientes puntos: generalización de las relaciones contractuales entre productores y receptores, vertebración del sector, asegurar la capacidad de negociación real de los productores a través de las interprofesionales, teniendo en cuenta los costes de producción, mejora de la transparencia en los sectores agroalimentarios, desarrollo de un código de buenas prácticas comerciales y eliminación de las prácticas comerciales abusivas, como la venta a pérdidas o las subastas a ciegas, que deben ser definitivamente erradicadas. Asimismo cabe resaltar la movilización sindical para reclamar apoyos ante la sequía sufrida en el segundo semestre de 2011 y buena parte de 2012, la más dura de los últimos 60 años, que además se sumó a las heladas sufridas durante el invierno. La presión de UPA consiguió que se convocase la Mesa de la Sequía y se aprobasen medidas compensatorias.

Política, precio y presupuesto Como último capítulo de este relato sobre la acción sindical de UPA en los últimos nueve de los veinticinco años de sindicalismo agrario progresista de UPA, hay que resaltar las movilizaciones del 22 de noviembre de 2012, convocadas por UPA en toda España, coincidiendo con la Cumbre Europea que debatía el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 y, consecuentemente, el futuro de la PAC más allá de 2013. Más de 30.000 agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas participaron en manifestaciones y concentraciones en todas las comunidades autónomas, bajo el lema “En defensa del sector agrario. Política, precio y presupuesto”, y la denuncia de que el sector agrario no puede aguantar ni un recorte más.

En una situación de crisis y de austeridad no se puede recortar a todo el mundo por igual; las ayudas deben otorgarse a los agricultores y ganaderos profesionales, que son los que generan riqueza, no a los propietarios de fincas

“En una situación de crisis y de austeridad –afirmó el secretario general de UPA en la concentración realizada en Badajoz– no se puede recortar a todo el mundo por igual; las ayudas deben otorgarse a los agricultores y ganaderos profesionales, que son los que generan riqueza, no a los propietarios de fincas”. Una vez más, a finales de 2012, recobran toda su fuerza y su sentido las reivindicaciones de UPA desde sus primeros pasos: conseguir que la sociedad, las leyes, los poderes públicos y los mercados reconozcan el valor del trabajo y la función social de los profesionales de la agricultura y la ganadería, desde una posición de equilibrio, igualdad y progreso.

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Sindicalismo, democracia y agricultura familiar Eduardo Moyano Estrada



Sindicalismo, democracia y agricultura familiar Eduardo Moyano Estrada IESA-CSIC

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omo señaló Alexis de Tocqueville a finales del siglo XIX en su ya clásico trabajo sobre La democracia en América, los sistemas democráticos no pueden funcionar sin una sociedad civil autónoma y bien organizada, que actúe como contrapeso de sus tres poderes institucionales (legislativo, ejecutivo y judicial). Atraído por la pujante democracia norteamericana, el sociólogo francés afirmaba que la existencia de grupos organizados de intereses en los distintos ámbitos de la vida económica y social, es un elemento fundamental para que los ciudadanos puedan tener voz en las decisiones de los poderes públicos, más allá de ejercer el derecho de voto cada cuatro años. Pero, en mi opinión, no son solo razones de tipo ético-normativo (el derecho de los ciudadanos a la participación efectiva en los asuntos públicos) las que justificarían la necesidad de una sociedad civil bien organizada, sino también razones de carácter instrumental (hacer gobernable el propio sistema democrático). En democracias complejas, como las inmersas en economías abiertas y globalizadas, la formulación y aplicación de las políticas públicas necesita cada vez más de interlocutores que tengan capacidad para representar a los distintos grupos de intereses y que estén impregnados de una cultura de la concertación lo suficiente dinámica como para poder adaptarse al constante proceso de cambios a que se ven abocadas las sociedades contemporáneas.

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Esta reflexión de carácter general tiene aún más sentido en el caso del sector agroalimentario, donde la heterogeneidad de sus estructuras productivas y la diversidad social y económica de la población agraria, lo convierten en un sector complejo cuya gestión exige una elevada dosis de cooperación no solo entre los distintos grupos implicados en el mismo (productores, industrias, comercio, consumo, distribución...), sino también entre ellos y los poderes públicos. Por eso, la presencia de actores intermedios capaces de participar en el proceso de elaboración y ejecución de las políticas agroalimentarias es un factor que, en muchas ocasiones, contribuye al buen gobierno de los asuntos relacionados con esta importante área de la política pública. Por ejemplo, en su fase de elaboración, la presencia del movimiento asociativo reduce la complejidad del sector agroalimentario al agregar intereses tan diversos y heterogéneos como los existentes en este sector. A su vez, en su fase de aplicación y ejecución, las asociaciones agrarias desempeñan un papel fundamental al facilitar que las acciones públicas lleguen a unos destinatarios (agricultores) generalmente dispersos y ampliamente expandidos por los vastos territorios del mundo rural.

La presencia de actores intermedios capaces de participar en el proceso de elaboración y ejecución de las políticas agroalimentarias es un factor que, en muchas ocasiones, contribuye al buen gobierno de los asuntos relacionados con esta importante área de la política pública

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El panorama asociativo de la agricultura europea se ha ido desarrollando mediante la consolidación de distintos tipos de asociaciones: unas, encargadas de la defensa y representación de intereses (organizaciones profesionales agrarias, federaciones de cooperativas, sindicatos de asalariados, organizaciones sectoriales,…); otras, orientadas a la comercialización en común de los productos o a la adquisición de insumos (cooperativas, organizaciones de productores...); otras, encargadas de gestionar una determinada producción vinculada a un territorio específico (denominaciones de origen) o destinadas a la gestión colectiva de determinados recursos naturales (comunidades de regantes), además de las de naturaleza corporativa y adscripción obligatoria (como las cámaras agrarias). A ellas cabe añadir las que surgen en el proceso de vertebración de los intereses implicados en una determinada cadena agroalimentaria (interprofesiones). Todas ellas cumplen, sin duda, funciones importantes en la articulación del sector agroalimentario. No obstante, las implicaciones territoriales de la agricultura realzan las funciones a desarrollar por aquellas asociaciones que representan los intereses generales de los agricultores y cuyo mejor ejemplo son las organizaciones profesionales agrarias (también denominadas sindicatos agrarios). La experiencia nos dice que estas asociaciones son las más capacitadas para aportar una visión global e integrada del sector agrario, al tener una presencia directa sobre el territorio y vertebrar en su seno a agricultores de distinto origen, procedencia y orientaciones productivas.


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Sin ellas, sin los sindicatos agrarios, el tratamiento de los problemas de la agricultura en el marco de las políticas agroalimentarias quedaría empobrecido y se limitaría a un mero análisis económico sin consideración alguna de las implicaciones que las decisiones políticas y la lógica de los mercados puedan tener sobre el medio rural y las comunidades locales.

El contexto de génesis del sindicalismo agrario en España En el contexto de la UE, las primeras fases de la modernización productiva del sector agroalimentario estuvieron unidas al desarrollo del asociacionismo, tanto en su componente político-representativa (sindicatos agrarios) como en su componente económica (cooperativas). Modernización y asociacionismo constituyeron los ejes de un Si no se tiene en cuenta la proceso caracterizado, entre otras cosas, por la reducción de participación activa del sindicalismo la población activa agraria, el aumento de la productividad, la integración de la agricultura en los mercados, la mecaniza- agrario, no puede entenderse ción y la introducción de nuevos paquetes tecnológicos en las el proceso de modernización distintas fases productivas. Gracias a la presencia del movide la agricultura en los distintos miento asociativo, la modernización del sector agrario en los distintos países de la Europa democrática se logró de manera países europeos, ni tampoco la no abrupta, sino concertada, consolidándose un modelo de construcción de la política agraria agricultura basado en el equilibrio entre los intereses de las común (PAC) en el marco de la UE explotaciones de tipo familiar y los de las explotaciones de carácter empresarial. Con la expresión “revolución silenciosa” (acuñada por el francés Michel Debatisse en los años 60) se quiere hacer referencia al proceso gradual de cambio social y económico que tuvo lugar tras la II Guerra Mundial en las estructuras productivas de la agricultura europea, y cuyo éxito se basó en la puesta en marcha de una eficiente política de concertación entre los poderes públicos (Ministerios de Agricultura) y el sindicalismo agrario (organizaciones profesionales), emanando de ella las grandes directrices del programa modernizador (planes de mejora de las estructuras agrarias; sistemas de crédito y de protección social; cooperativismo y modelos de integración vertical con la industria alimentaria; sistema de investigación, desarrollo y transferencia; red de centros de formación profesional; programas de instalación de jóvenes agricultores...). Si no se tiene en cuenta la participación activa del sindicalismo agrario, no puede entenderse el proceso de modernización de la agricultura en los distintos países europeos, ni tampoco la construcción de la política agraria común (PAC)

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en el marco de la UE. De hecho, la creación de la PAC a principios de los años 60 se produjo al mismo tiempo que la constitución del COPA-COGECA (máximo órgano de representación de los intereses agrarios), desarrollándose un proceso de concertación social a nivel europeo que explica gran parte del éxito de esta política en sus primeras fases y que aún hoy es un elemento clave de la cultura de consenso que caracteriza a la UE. En España, el proceso de vertebración del sector agroalimentario se ha ido produciendo en un sentido no diferente al de los países de nuestro entorno. No obstante, ha sido un proceso con las singularidades propias de un país, como el nuestro, que experimentó las primeras etapas de la modernización agraria en un contexto no democrático, y que, al menos en el caso de la agricultura, recuperó las libertades de asociación sin haberse desmantelado las viejas estructuras corporativas del sindicalismo vertical franquista (cámaras agrarias, organismos sectoriales, uniones de cooperativas...). A ello habría que añadir el hecho de que el desarrollo del asociacionismo agrario en España tuvo lugar en el marco de un doble proceso de cambio en el ámbito de la Administración pública: por un lado, la descentralización y traslado de competencias en materia de agricultura desde la Administración central a los gobiernos regionales de las comunidades autónomas, y de otro, la cesión de soberanía a las instituciones supranacionales de la UE en todo lo concerniente a la política agraria común (PAC). Por eso, el asociacionismo agrario español ha tenido que hacer frente en tan solo treinta años, y en un escenario poco favorable, al importante reto de crear nuevas estructuras político-representativas capaces de actuar con eficiencia como interlocutores en un triple nivel de la administración agraria (europeo, nacional y regional), y al no menos importante desafío de dotarse de estructuras técnico-administrativas especializadas en la prestación de servicios a los agricultores. Las bases del panorama asociativo en la agricultura española pueden explicarse a partir de tres grandes tendencias. La primera proviene de la reforma de las viejas estructuras corporativas del franquismo, que dio lugar, por un lado, a las asociaciones integradas primero en CNAG, UFADE y CNJA, y más tarde, tras su fusión, en la actual ASAJA, y, por otro, a algunas de las grandes organizaciones sectoriales (porcino, vacuno...), además de a la propia vertebración del cooperativismo en torno a la CCAE (embrión de lo que es hoy la confederación Cooperativas Agroalimentarias).

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La segunda tendencia procede de los movimientos campesinos de protesta surgidos contra la hegemonía de las industrias en algunos sectores (leche, cereales, vino...) y contra el predominio e ineficacia de esas mismas estructuras corporativas en la defensa de los pequeños agricultores familiares, dando lugar a las uniones integradas en COAG. La tercera tendencia enlazaba con la tradición socialista encarnada en FTT-UGT, que, históricamente acomodada a la defensa conjunta de los asalariados agrícolas y del pequeño campesinado, iniciaría un complejo periodo de reflexión hasta desembocar en la creación de estructuras sindicales separadas para la representación de ambos colectivos (UPA sería uno de los nuevos sindicatos surgidos de ese proceso). Esas tres tendencias, enmarcadas, de un lado, en el proceso de transición democrática (cuyos grandes retos eran el reconocimiento de la libertad sindical, la consolidación del sistema de partidos políticos y la compleja reforma de los organismos corporativos, principalmente las cámaras agrarias) y, de otro, en el doble proceso de descentralización administrativa antes citado (hacia el nivel regional y hacia la UE), irían configurando el actual panorama del asociacionismo agrario en España.

El asociacionismo agrario español ha tenido que hacer frente en tan solo treinta años, y en un escenario poco favorable, al importante reto de crear nuevas estructuras políticorepresentativas

UPA, un sindicato para la agricultura familiar El actual panorama del sindicalismo agrario se vertebra en torno a tres grandes organizaciones profesionales: ASAJA, COAG y UPA, existiendo junto a ellas algunas otras asociaciones (como el GEA o Unión de Uniones) que, fruto de diversos procesos de disidencia, pugnan por ser reconocidas como representantes de los agricultores. Además de estos sindicatos de vocación general, están las asociaciones sectoriales, cuya importancia en algunos subsectores productivos es muy significativa (como ocurre en el porcino, el vacuno de carne o en la producción hortofrutícola). Finalmente, el panorama de la representación profesional se cierra con la ya citada confederación de Cooperativas Agroalimentarias (antes CCAE), que agrupa a las uniones y federaciones regionales de cooperativas. Respecto a las tres grandes organizaciones profesionales agrarias, UPA muestra los siguientes elementos diferenciadores. En primer lugar es una organización articulada en torno a una estructura de carácter centralizado, en la que las uniones regionales no tienen autonomía propia, sino la que les delega UPA estatal. En segundo lugar es una organización que surge no como resultado de la fusión

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de otras asociaciones, sino del seno de una organización matriz (UGT) que, para responder a los cambios producidos en la agricultura española, modifica, como se ha señalado, su modelo histórico de cooperación entre asalariados y pequeños campesinos (encarnado en FTT), y promueve la creación de una organización dirigida exclusivamente a la defensa de los intereses de las explotaciones de tipo familiar. En tercer lugar es una organización que surge en la primera mitad de los años 80, en pleno proceso de negociación del tratado de adhesión de España a la UE, con lo que se impregna desde sus comienzos de un espíritu europeísta, que será una de sus señas de identidad.

La creación de UPA supone un cambio fundamental en la tradición socialista del sindicalismo agrario español

Estos rasgos han hecho de UPA una organización singular, cuyas características intentaré desglosar en este capítulo. Para ello distinguiré varios niveles de análisis: 1) el nivel del discurso ideológico (el modo como UPA interpreta los problemas de la base social a la que se dirige y a la que aspira a representar); 2) el nivel de la estrategia de acción colectiva (el modo de relacionarse con otros actores sociales, políticos, económicos e institucionales), y 3) el nivel de la estructura organizativa (para el ejercicio de sus actividades de defensa, representación y prestación de servicios).

Discurso ideológico Un rasgo definitorio de las organizaciones de carácter reivindicativo es la presencia de un discurso ideológico que oriente sus acciones en el área de la defensa y representación de intereses. Este discurso es el conjunto de ideas y creencias a través del cual una organización concibe e interpreta los problemas de su base social, y en cuyo marco define su estrategia de acción colectiva. En el caso del sindicalismo agrario, el discurso ideológico nos dice cómo una determinada organización concibe los problemas de los agricultores y plantea los medios necesarios para contribuir a su resolución. El discurso que caracteriza a UPA es el de la defensa de la explotación familiar. Con ello reconoce el carácter heterogéneo de la agricultura, admite que los intereses de los pequeños agricultores autónomos son de naturaleza diferente a los de los empresarios agrarios y propone que su defensa se haga en organizaciones separadas. UPA construye este discurso en el marco del proceso de autonomía que, respecto a su organización matriz (FTT-UGT), arranca al comienzo de los años 80 y culmina en 1987 con la celebración de su primer congreso federal.

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Hasta entonces, la tradición socialista en relación a los temas agrarios estaba marcada por un discurso campesino (construido en los años 30 con la constitución de la FTT), en el que se procuraba que convergieran los intereses de los asalariados agrícolas (sobre todo, trabajadores temporeros y eventuales) y los de las pequeñas explotaciones de tipo campesino (arrendatarios, pequeños propietarios, agricultores a tiempo parcial...). Ese discurso estaba, además, impregnado de la clásica concepción marxista del predominio del proletariado como sujeto histórico en los procesos de cambio social, y de la subordinación de los pequeños campesinos, a los que se les trataba con cierto recelo y desconfianza; de hecho, era frecuente en este tipo de organizaciones que al frente del sindicato estuviera un dirigente político de origen no campesino (recordemos por ejemplo que Julián Besteiro, catedrático universitario, fue uno de los secretarios generales de FTT). La creación de UPA supone un cambio fundamental en la tradición socialista del sindicalismo agrario español, ya que eleva a la categoría de actor político-sindical a los pequeños agricultores familiares y los dota de una voz propia y autónoma respecto de los asalariados. Esa es la gran aportación de UPA en el nivel discursivo, contribuyendo a ello dirigentes socialistas y ugetistas que, conscientes de los cambios producidos en la agricultura española, y concretamente en la situación de las explotaciones de tipo familiar, apostaron por constituir dentro de UGT una organización dirigida específicamente a ese colectivo e independiente de FTT. No es este el lugar idóneo para contar el relato ya histórico de esa apuesta (otros autores más cualificados lo harán en este libro), pero sí para valorar su significado y las implicaciones que tuvo. Frente al tradicional discurso corporativo y agrarista de “todos los agricultores, sean propietarios o arrendatarios de grandes, pequeñas o medianas explotaciones, unidos en torno a una misma bandera”, UPA construye un discurso específico sobre la importancia económica y social de las explotaciones de tipo familiar, reivindicando su singularidad respecto a las de tipo empresarial (en este sentido, cabe calificar el discurso de UPA como un discurso “de clase”) y apostando por el cooperativismo como fórmula de agregación de intereses en el ámbito económico. De este modo abre un espacio propio a la agricultura familiar en el sindicalismo agrario español, espacio que, si bien venía siendo reivindicado por las Uniones de COAG desde comienzos de la transición democrática, se fortalece aún más con la presencia de UPA.

El discurso que caracteriza a UPA es el de la defensa de la explotación familiar. Con ello reconoce el carácter heterogéneo de la agricultura, admite que los intereses de los pequeños agricultores autónomos son de naturaleza diferente a los de los empresarios agrarios y propone que su defensa se haga en organizaciones separadas

Frente al clásico discurso campesino, portador de las esencias del mundo rural, UPA concibe de una manera abierta las relaciones entre el medio rural y el me-

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UPA aboga por una nueva fase del proceso modernizador, donde tenga cabida un adecuado equilibrio entre la dimensión productiva de la agricultura y el respeto por el medio ambiente

dio urbano y propone la construcción de nuevas alianzas con los consumidores, reivindicando la profesión de agricultor y el orgullo de ejercer la actividad agraria. Concibiendo de este modo tales relaciones, UPA rompe el tradicional aislamiento de los agricultores respecto al conjunto de la sociedad, contribuyendo a que los problemas de la agricultura sean percibidos por la ciudadanía como temas de interés general. Asimismo, UPA contribuye a integrar en el discurso agrario los temas relacionados con el desarrollo rural, en tanto que considera a los agricultores no solo en su dimensión productiva, sino como parte fundamental de la población rural. De ahí derivará la actitud positiva de UPA hacia la incorporación de los temas rurales, así como los de género e igualdad, no solo en el discurso sindical, sino también, como veremos más adelante, en su estructura organizativa. Frente al discurso del productivismo a ultranza, heredero de la época álgida de la intensificación agrícola (años 60-80), UPA aboga por una nueva fase del proceso modernizador, donde tenga cabida un adecuado equilibrio entre la dimensión productiva de la agricultura y el respeto por el medio ambiente. De este modo, UPA redefine el discurso productivista hasta entonces dominante en el sindicalismo agrario español, e incorpora nuevos elementos, tales como la preocupación por los efectos ambientales de la actividad agrícola y ganadera, la búsqueda de la eficiencia en la utilización de los recursos naturales, o la aceptación de la sostenibilidad como principio rector. Bien es cierto que esta renovación del discurso agrario ya se venía produciendo en ASAJA y COAG, pero también lo es que, al ser organizaciones cuyo origen se remonta a una década anterior, cuando aún dominaba el discurso de la modernización productivista, se vieron impelidas a pasar por una etapa de transición hasta asimilar plenamente esas nuevas ideas sobre la agricultura. Lo singular en el caso de UPA es que las incorpora a su programa sindical desde el momento de su creación como sindicato (mediados de los años 80), haciendo del discurso sobre la sostenibilidad y la multifuncionalidad su propia seña de identidad. Frente al discurso victimista de una agricultura vilipendiada y acosada por los intermediarios (industrias, comercio, gran distribución...), UPA reivindicará un modelo integrador y equilibrado del sistema agroalimentario, donde el sector productivo (agricultura) pueda participar de forma activa en el conjunto de la cadena utilizando el cooperativismo y las distintas vías contractuales para garantizar los intereses de los agricultores. Eso explica su firme apuesta por garantizar la presencia (no subordinada) del sindicalismo agrario en las interprofesiones y su esfuerzo para que la Ley de la Competencia reconozca la peculiar relación que mantiene el sector agrario con los demás eslabones de la cadena.

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Frente al discurso antipolítico, tan habitual en el sector agrario, UPA realza el papel del Estado como agente regulador y confía en la política agraria como instrumento de cohesión social y económica. En este sentido, el de UPA es un discurso político con ribetes keynesianos, en el que se adquiere conciencia de que, sin el desarrollo de una política agraria dirigida a los pequeños agricultores, el modelo de agricultura familiar no tiene posibilidad alguna de reproducirse en un sistema económico de tipo capitalista, complementando además su análisis con una firme apuesta por el cooperativismo como eje fundamental de ese modelo. En la dimensión política de su discurso se encuentran las bases explicativas de la actitud cooperadora y proactiva de UPA en sus relaciones con los poderes públicos, buscando la concertación frente a la confrontación en los diferentes niveles de la política agraria. Por último, frente al ambiguo discurso socialista sobre la agricultura de carácter familiar (heredero todavía de la actitud recelosa del pensamiento marxista respecto al papel a desempeñar por el campesinado en las dinámicas de transformación social), UPA, una vez creada y consciente de los cambios experimentados por este colectivo en el proceso de modernización, reelabora dicho discurso situando a la agricultura familiar en el centro del programa agrario de la socialdemocracia española (léase PSOE). Lo que se había producido una década antes dentro de la socialdemocracia francesa o italiana (con la creación de sindicatos específicos de pequeños agricultores, como la Fédération des Syndicats Paysans o la Allianza Contadina), se produce en España en la segunda mitad de los años 80 gracias a las ideas renovadoras sobre la agricultura familiar que surgen de UPA y que, en gran medida, enlazan con las aportaciones que venían realizando algunas Uniones de COAG.

Estrategia de acción colectiva Algunas de las claves que explican la estrategia desarrollada por UPA en sus veinticinco años de historia pueden encontrarse en la renovación del discurso agrario que realiza este sindicato desde el momento de su constitución y que he comentado en el apartado anterior. De la revisión de sus documentos congresuales parece claro que la decisión de crear UPA como sindicato dirigido a la defensa de los intereses de las explotaciones familiares agrarias, no la hacían los dirigentes ugetistas/socialistas por razones meramente operativas o estratégicas, sino con el objetivo de acercarse a este colectivo con nuevos conceptos y con herramientas capaces de comprender los

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problemas de un modelo de agricultura familiar que había experimentado severos cambios económicos y sociales. En ese contexto, y con objeto de diferenciarse de otras organizaciones, como COAG y ASAJA, UPA elaborará una estrategia propia de acción colectiva cuyos principales rasgos comentaré a continuación. Antes de proceder a ese análisis señalaré que la estrategia de acción colectiva de una organización de tipo sindical consiste en definir aquellos ámbitos que, en sintonía con su discurso ideológico, son considerados como prioritarios en la defensa de los intereses de la base social a la que se dirigen. Tales ámbitos pueden agruparse en dos grandes categorías: el ámbito público (formado, en el caso de la agricultura, por las instituciones públicas encargadas de formular y aplicar la política agraria) y el ámbito privado (de la sociedad civil) (formado por aquellas otras entidades asociativas que están presentes en el sector agroalimentario como actores fundamentales de las dinámicas sociales y económicas que tienen lugar en dicho sector). En el caso de UPA son los titulares de explotaciones familiares agrarias su base social de referencia, La estrategia de acción por lo que su estrategia de acción colectiva ha estado orientada, colectiva de una organización obviamente, a la defensa de los intereses de este colectivo.

de tipo sindical consiste en definir aquellos ámbitos que, en sintonía con su discurso ideológico, son considerados como prioritarios en la defensa de los intereses de la base social a la que se dirigen

En lo que se refiere al ámbito público, UPA, en coherencia con su discurso proactivo y cooperador, ha mostrado como seña de identidad una actitud favorable a participar en las dinámicas de concertación social, dando siempre prioridad a estar presente en las instituciones encargadas de formular la política agraria. Ello explica su firme vocación europeísta, concretada en su participación activa en el COPA y en los distintos comités consultivos, habiendo asumido en los últimos años la vicepresidencia de este máximo organismo de representación de los intereses agrarios a nivel de la UE.

Incluso en las ocasiones en las que UPA ha optado por la movilización y la protesta, como ocurrió en el conflicto del gasoil (1999 y 2005), su estrategia ha sido siempre la de buscar acuerdos, procurando reducir la conflictividad al ámbito de lo realmente negociable. Esta actitud explica también el rechazo de UPA a formar parte de organizaciones, como la Coordinadora Campesina Europea (integrada en Vía Campesina), que tienen como estrategia prioritaria la movilización permanente en torno a un programa máximo de objetivos. Asimismo, en consonancia con su discurso no meramente agrarista y con su vocación de intervenir en todos los debates que afecten a los agricultores como ciudadanos, UPA ha desarrollado una presencia bastante activa en las dinámi-

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cas de concertación con los organismos públicos encargados de la gestión de otras políticas, como la de medio ambiente, salud, empleo, consumo..., siendo un interlocutor habitual ante los distintos ministerios. Al nivel regional, esa estrategia se ha reflejado en la presencia de UPA en los procesos de diálogo y concertación con las distintas consejerías de los gobiernos regionales, formando parte de sus consejos consultivos u órganos similares de representación. En lo que respecta al ámbito de la sociedad civil, la estrategia de UPA ha estado marcada por los siguientes rasgos. En primer lugar, por desarrollar una estrecha relación con UGT, de cuyo comité confederal forma parte. Superada la fase inicial de tensión, cuando del seno de FTT un grupo de dirigentes propone la creación de una organización autónoma para los pequeños agricultores, UPA, una vez celebrado su primer congreso en 1987, estabiliza sus relaciones con UGT, convirtiéndose desde entonces en un miembro activo de esta central sindical. Prueba de esta excelente relación es la habitual presencia del secretario general de UGT en los grandes eventos de UPA, como el acto de presentación del informe anual de la Agricultura Familiar en España que desde 1993 viene teniendo lugar cada año en Madrid y que suele cerrarse con el discurso (de fuerte calado sindical) del máximo dirigente ugetista. Es importante resaltar que, en su afán por marcar su independencia, UPA ha consolidado su autonomía sindical en el seno de UGT sin la mediación de la histórica Federación de Trabajadores de la Tierra, lo que ha sido fuente de no pocas tensiones. La transformación de FTT, fusionada primero con la federación de alimentación y luego en la actual FITAG (Federación de Industria y Trabajadores Alimentarios) dentro de UGT, ha contribuido sin duda a clarificar la situación y a consolidar la independencia de UPA.

Incluso en las ocasiones en las que UPA ha optado por la movilización y la protesta, como ocurrió en el conflicto del gasoil (1999 y 2005), su estrategia ha sido siempre la de buscar acuerdos, procurando reducir la conflictividad al ámbito de lo realmente negociable

En lo que se refiere a su estrategia con los partidos políticos, UPA ha procurado mantener siempre una relación equilibrada con los distintos partidos del arco parlamentario, si bien desarrollando un vínculo privilegiado con el PSOE (tanto a nivel nacional como regional), ya sea por razones de cercanía ideológica o por simple empatía personal entre los dirigentes de ambas organizaciones. Es verdad que, durante los momentos de tensión entre UGT y PSOE (especialmente agudizada en alguna de las etapas de los gobiernos de Felipe González y en la segunda legislatura del gobierno Zapatero), esas relaciones se vieron de algún modo afectadas negativamente, dando lugar incluso a que el PSOE impulsara la constitución de sindicatos alternativos a UPA (como ocurrió con la frustrada experiencia de CODEF o de UAEF a principios de los 90), pero también es cierto que los dirigentes de UPA se han caracterizado por desempeñar un papel

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de mediación ayudando a limar asperezas entre aquellas dos grandes organizaciones. A ello ha contribuido la doble militancia socialista/ugetista de algunos dirigentes de UPA, cuya expresión más visible ha sido la de Fernando Moraleda, quien en 2004 abandonó la Secretaría General de UPA para incorporarse como secretario de Agricultura y Alimentación en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ocupando a partir de 2005 la Secretaría de Estado de Comunicación y siendo elegido diputado del PSOE en la legislatura 2008-2011. Respecto a las relaciones de UPA con otras organizaciones agrarias, se han desarrollado dentro de la habitual competencia en el ámbito de la representación y defensa de intereses, competencia agudizada en los momentos electorales en aquellas regiones donde se han celebrado elecciones para medir la representatividad en la agricultura. Mientras que con ASAJA esas relaciones se han desarrollado sin grandes altibajos, al ser conscientes ambas organizaciones de dirigirse a bases sociales de naturaleza económica y política diferente, en el caso de COAG las relaciones han sido siempre más complejas, incluso desde el momento mismo de creación de UPA, al competir por representar los intereses de los pequeños agricultores y ocupar espacios comunes en el panorama político de la izquierda. De hecho, cuando UGT y el PSOE (hermanados por su alianza histórica) acuerdan la creación de una organización separada de FTT para defender a las explotaciones agrarias de tipo familiar, surge en el seno del PSOE el problema de las relaciones con COAG, debido a que una gran parte de los afiliados a las uniones en muchas provincias eran también afiliados o simpatizantes socialistas, optándose por reconocer en unas provincias a esas uniones como referentes del PSOE (lo que conllevaba no impulsar el desarrollo de la recién creada UPA) y en otras apoyar al nuevo sindicato. De ahí procede gran parte de las tensiones que han acompañado las relaciones entre UPA y COAG, tensiones que alcanzaron en algunas regiones momentos álgidos cuando las recurrentes crisis internas de la Coordinadora (con dificultades para asegurar la cohesión entre las uniones provinciales) hacían de UPA su principal beneficiaria al integrar en su seno a algunas de las uniones disidentes. En lo que se refiere a las relaciones con otros grupos o movimientos sociales, UPA ha desarrollado, en consonancia con su discurso abierto y no corporativo, un amplio programa de colaboración con las organizaciones ambientalistas y de consumidores. Cabe destacar en este sentido la colaboración de UPA con SEO-BirdLife (Sociedad Española de Ornitología) en lo relativo al papel a desempeñar por los agricultores en todo lo relacionado con una actividad agra-

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ria compatible con la conservación del medio natural, o con las organizaciones de consumidores en materia de calidad, seguridad y sanidad alimentaria. Asimismo, en relación a los grupos de desarrollo rural surgidos en el marco de la iniciativa europea Leader, UPA ha estado presente desde sus inicios, formando parte de las juntas directivas de estos grupos. No obstante, y al igual que ha ocurrido con las otras dos organizaciones agrarias, UPA ha ido concentrando sus esfuerzos en los temas del primer pilar de la PAC y solo en aquellas medidas del segundo pilar relacionadas con la agricultura (mejora de las explotaciones, instalación de jóvenes, modernización de regadíos, medidas agroambientales, zonas desfavorecidas, áreas de la Red Natura...). Las relaciones de UPA con las industrias y la gran distribución han estado marcadas por la voluntad de cooperación, en coherencia con su discurso de la gestión compartida del conjunto de la cadena agroalimentaria y de la apuesta por la integración vertical (mediante los contratos agrarios). Sin embargo, ello no le ha impedido adoptar firmes actitudes reivindicativas ante el sector industrial (e incluso de confrontación) a la hora de plantear la defensa de los intereses de los productores (como ocurrió por ejemplo con la denuncia presentada por UPA al Tribunal de la Competencia contra las industrias lácteas por establecer pactos indebidos en el precio de la leche).

Cabe destacar la intensa actividad realizada por UPA en el ámbito de las relaciones con la comunidad científico-académica, sobre todo a través de la edición de la revista La Tierra y del ya citado informe anual sobre Agricultura Familiar en España

En materia de género e igualdad, UPA ha desarrollado una doble estrategia: de un lado, ha promovido el ascenso de mujeres agricultoras a sus órganos directivos (de hecho, el número dos de la organización es hoy una mujer) y, de otro, ha impulsado la creación de asociaciones de mujeres rurales, como FADEMUR, dándole un espacio propio en el seno del sindicato. Finalmente, cabe destacar la intensa actividad realizada por UPA en el ámbito de las relaciones con la comunidad científico-académica, sobre todo a través de la edición de la revista La Tierra y del ya citado informe anual sobre Agricultura Familiar en España (conocido como anuario, y que va ya por la 18ª edición). Ambos medios han sido interesantes vías de colaboración entre UPA y los investigadores y profesores universitarios especializados en los estudios agrarios y rurales. En este sentido puede decirse que UPA ha sido pionera en la formalización de ese tipo de relaciones, creando incluso una entidad específica con ese objetivo (la Fundación de Estudios Rurales). Además de la edición del anuario (por el que ya han pasado casi doscientos colaboradores), UPA desarrolla una intensa

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actividad cultural en la promoción de los temas agrarios y rurales, mediante la celebración de jornadas (como el Día del Orgullo Rural), la organización de concursos (como el anual de fotografía) o la concesión de los premios anuales de la fundación (en el área de la cultura, la política y la comunicación).

Estructura organizativa y presencia territorial El principal rasgo diferenciador de UPA respecto a COAG y ASAJA es su estructura organizativa. Mientras que estas dos organizaciones son federaciones de uniones o asociaciones regionales, UPA es una organización centralizada, que cede soberanía limitada a las uniones existentes a nivel provincial o regional. Esta diferencia se explica por el distinto proceso de creación seguido por las tres organizaciones. Así, por ejemplo, COAG y ASAJA son el resultado de un proceso (bottom-up) de federación de asociaciones previamente independientes, que ceden soberanía a la nueva estructura federal, pero que conservan su propio estatuto e incluso su propio discurso ideológico y que mantienen su capacidad para marcar la estrategia que mejor consideren en su correspondiente UPA es, como se ha indicado, ámbito territorial. Esas asociaciones son incluso autónomas desde el punto de vista financiero, y contribuyen a la financiación de la fruto de una decisión adoptada estructura federal mediante el pago de las cuotas que les correspor la comisión ejecutiva y el pondan.

comité confederal de UGT

Por el contrario, UPA es, como se ha indicado, fruto de una decisión adoptada por la comisión ejecutiva y el comité confederal de UGT, que irradia de arriba hacia abajo (top-down) dando lugar a la constitución de uniones provinciales cuya autonomía es cedida y a la vez limitada por los estatutos federales. En UPA, discurso, estrategia y estructura organizativa son, por tanto, los definidos en el correspondiente congreso nacional y luego desarrollados por sus dirigentes en sus respectivos ámbitos territoriales. Tal es la solidez de la estructura organizativa de UPA que, si bien los procesos de integración en ella de organizaciones provinciales provenientes de COAG supusieron, de forma transitoria, su participación en UPA mediante un estatus especial, la culminación del proceso de integración implicó también la adopción de los principios, estructura organizativa y estatutos federales de UPA. Esta experiencia demostró la flexibilidad organizativa de UPA, que le permite alcanzar acuerdos con otras organizaciones territoriales (y sectoriales, en otros

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casos) a partir de los cuales se desarrolla una amplia colaboración sindical que puede culminar con la integración de estas en la estructura de UPA. Sea como fuere, la estructura de UPA está organizada en torno a una estructura político-representativa y otra técnico-administrativa, ambas centralizadas en la sede de Madrid, de donde emanan las grandes orientaciones de la actividad sindical y desde donde irradian a las uniones regionales y provinciales los distintos servicios. En lo que se refiere a la estructura político-representativa, existe una Comisión Ejecutiva Federal, un Comité Federal y un Consejo Federal. La Comisión Ejecutiva Federal (CEF) es el máximo órgano colegiado, estando formada en la actualidad por 19 miembros, de los cuales ocho son mujeres. El secretario general es Lorenzo Ramos (elegido en el congreso federal de 2004, en sustitución de Fernando Moraleda, y luego reelegido en 2005 y 2009) y la vicesecretaria general Montserrat Cortiñas. Algunos de los miembros de la CEF son responsables de áreas específicas (organización y administración; agricultura; ganadería; igualdad; relaciones institucionales; relaciones internacionales; formación y programas) y otros son vocales sin responsabilidad de área. Es importante señalar que los miembros de la CEF no son todos ellos agricultores (lo es su actual secretario general, pero no el anterior, y en la actualidad lo son solo algunos vocales de la Comisión Ejecutiva Federal), sino que ejercen profesiones diversas, vinculadas en mayor o menor medida a la agricultura (ingenieros agrónomos, extensionistas agrícolas, profesores de centros profesionales...), alternando actividad sindical y actividad técnica. Este modo de constituir sus cuadros dirigentes con personas no exclusivamente relacionadas con la titularidad de las explotaciones agrarias, dando cabida tanto a agricultores como a no agricultores, no hay que verlo como un residuo de la ya histórica cultura socialista respecto al pequeño campesinado (y que, como se indicó, encarnaba la FTT), sino más bien como una respuesta coherente de UPA al modelo de sindicalismo no corporativista y abierto a la sociedad por el que apostó desde el momento de su constitución. El Comité Federal es el órgano máximo de UPA entre los congresos federales que se celebran cada cuatro años. El CF se reúne dos veces al año, con carácter ordinario, y es el responsable de fijar los criterios de actuación en relación con todos los aspectos políticos y organizativos que afectan a la organización. Forman parte del Comité Federal como miembros natos la Comisión Ejecutiva

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Federal, la Comisión de Control, la Comisión de Garantías y los secretarios generales de las Uniones Regionales de UPA, además de un número de miembros, proporcionales a la afiliación, elegidos en los congresos regionales de UPA.

La presencia de UPA en las diversas regiones españolas es bastante equilibrada, estando presente en todos los territorios (con excepción del País Vasco) a través de sus sedes regionales (una en cada capital de las comunidades autónomas) y de sus oficinas provinciales y comarcales

En lo que se refiere al Consejo Federal, es un órgano de carácter consultivo, formado por la CEF y los secretarios generales de las Uniones Regionales. Su misión es servir de foro de debate y análisis, asesorar a la CEF y actuar como instancia de dinamización de la actividad sindical dentro de UPA, reuniéndose de forma ordinaria dos veces al año y cuando lo considera necesario la CEF. Además de esos órganos colegiados de representación, la vida diaria de un sindicato como UPA, que apuesta por la concertación social y promueve su presencia en las diversas áreas de las políticas públicas, se vertebra también en torno a los 28 órganos consultivos que hay constituidos (algunos de ellos sobre áreas generales y otras sectoriales): desarrollo rural; recursos hídricos; medio ambiente; formación; inmigración; mujer rural; seguros agrarios; fiscalidad agraria; seguridad social agraria; relaciones internacionales; agricultura y ganadería ecológicas; cultivos herbáceos; forrajes; frutas y hortalizas; patata; aceite de oliva y aceituna de mesa; vitivinicultura; azúcar; algodón; tabaco; vacuno de carne; sector lácteo; ovino y caprino; porcino; avicultura de carne; cunicultura, y apicultura). Estos órganos son coordinados por un miembro de la CEF, y, con el apoyo de los servicios técnicos de UPA, vehiculan la participación del sindicato en las distintas mesas de concertación o consejos consultivos, tanto a nivel nacional como europeo. En lo que respecta a la estructura técnico-administrativa, UPA dispone de una oficina central en Madrid y otra en Bruselas, además de varias oficinas distribuidas en sus sedes regionales, provinciales, comarcales y locales, desde donde sus equipos técnicos desarrollan una intensa labor de prestación de servicios a los agricultores (información, gestión de ayudas, formación, asesoramiento técnico...). La presencia de UPA en las diversas regiones españolas es bastante equilibrada, estando presente en todos los territorios (con excepción del País Vasco) a través de sus sedes regionales (una en cada capital de las comunidades autónomas) y de sus oficinas provinciales y comarcales. Tal como se ha indicado, dicha presencia ha sido fruto de un doble proceso: desde arriba, mediante la creación de la correspondiente unión territorial por decisión de la UPA federal, y desde abajo, a través de la integración en la estructura de UPA de asociaciones prexistentes (muchas de ellas, provenientes de uniones de COAG), que han conservado incluso sus propias siglas.

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Los retos de futuro Es un hecho indudable, la importancia de los cambios producidos en el contexto cultural, económico y social en que se desarrolla la actividad agraria: en las demandas de los consumidores; en las formas de gestión de las explotaciones y su integración en el territorio; en la utilización de los recursos naturales (suelo y agua); en el funcionamiento de los mercados agrícolas; en los flujos del mercado laboral; en la valoración que el conjunto de la población hace de la actividad agraria y de la profesión de agricultor. Estos cambios modifican el papel de los agricultores y de su actividad, ya que se ven inmersos en un proceso de adaptación (algunos hablan de segunda modernización) a condiciones nuevas (globalización, apertura de los mercados, cambios culturales...). Los agricultores españoles han mostrado en varias ocasiones su capacidad de adaptación a los cambios sobrevenidos, ya que la agricultura es una profesión Estos cambios modifican el papel dinámica, tal como se ha demostrado a lo largo de la historia de los agricultores y de su actividad, reciente. Ya lo hicieron en los años sesenta, cuando tuvieron que adaptarse a la modernización productiva; lo hicieron más ya que se ven inmersos en un tarde durante la transición democrática creando sus propias proceso de adaptación (algunos organizaciones en sustitución de las obsoletas instituciones hablan de segunda modernización) corporativas del franquismo, y también fueron capaces de responder en los años 80 y 90 al desafío de la entrada en las a condiciones nuevas (globalización, apertura de los mercados, cambios instituciones de la UE.

culturales...) El actual contexto de cambios es, no obstante, muy diferente al que tuvieron que afrontar los agricultores en pasadas ocasiones, pues ahora no solo afecta a las condiciones productivas de la agricultura, sino al modo como la agricultura es percibida por el conjunto de la sociedad. La modernización que se le requiere hoy al sector agrario sigue una lógica distinta, basada en los siguientes principios: eficiencia, sostenibilidad, multifuncionalidad, cohesión, equidad y cooperación. Tales son los grandes principios que han de inspirar al sindicalismo agrario en general, y a UPA en particular, en coherencia con el discurso moderno y abierto que propone a la sociedad, un discurso que, como he señalado, reivindica el papel de la política y que inspira una estrategia de acción colectiva orientada a la defensa de la explotación familiar. La eficiencia (distinta a la eficacia de antaño) se refiere a hacer un uso racional de los recursos naturales (suelo y agua) y apostar por nuevas formas de agri-

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cultura (producción integrada, agricultura ecológica, de conservación...) y por la calidad de las producciones y los servicios. El reto actual de los agricultores consiste en apostar por la eficiencia productiva sin menoscabar la competitividad de la agricultura. Si hay un sector que necesita inversiones en innovación y desarrollo ese es la agricultura. No basta con tener un sector asistido con ayudas ineficientes e improductivas, sino que se necesita un sector atendido con inversiones que mejoren la competitividad de las explotaciones y eleven el nivel de formación de los agricultores para subirse al tren de las nuevas tecnologías y la sociedad de la información. La sostenibilidad se refiere a reflexionar permanentemente acerca de los efectos a medio y largo plazo de la actividad agraria sobre el medio ambiente y el territorio. El reto de un sindicato agrario como UPA es promover la articulación de la lógica productiva (innata en la actividad de los agricultores) con la lógica de la preservación del medio ambiente (siempre presente en la actitud de los agricultores, pero nunca adecuadamente remunerada), de tal modo que la agricultura sea valorada en función de la prestación de bienes públicos. La multifuncionalidad se refiere a saber integrar en la propia actividad agraria la diversidad de elementos que hoy confluyen en el mundo rural: producción, territorio, medio ambiente, empleo, calidad de vida..., reorientando los regímenes de ayuda para incluir en ellos fórmulas contractuales refiere a del estilo de los contratos territoriales.

La sostenibilidad se reflexionar permanentemente acerca de los efectos a medio y largo plazo de la actividad agraria sobre el medio ambiente y el territorio

La cohesión significa preservar (mejorando) el modelo actual de desarrollo y equilibrio territorial, incorporando a todos los grupos e iniciativas presentes en la sociedad rural (pequeños y medianos agricultores, empresarios agrícolas, cooperativas grandes y pequeñas, formas no convencionales de agricultura, industrias tradicionales e innovadoras, emprendedores rurales, jóvenes, mujeres, movimiento asociativo...) y evitando la exclusión de los grupos en condiciones menos favorables. En este sentido, el papel a desempeñar por un sindicato como UPA es fundamental.

La equidad se refiere a incluir en el debate sobre la nueva modernización la necesidad de concentrar los esfuerzos y recursos públicos en aquellos territorios, sectores y grupos donde las condiciones estructurales supongan dificultades para aprovechar las oportunidades del actual proceso de cambio. Por eso, UPA hace de la modulación de las ayudas una vía adecuada para impulsar la equidad en la agricultura.

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La cooperación se refiere a incorporar en los debates del sindicalismo agrario la idea de la interdependencia y la dimensión internacional, apostando por la colaboración con proyectos agrarios y rurales en los países en vías de desarrollo. Solo de esta forma un sindicato como UPA puede contribuir a transformar los tradicionales conflictos interregionales en oportunidades de proyectos comunes. Todo ello obliga a UPA a redefinir en su discurso sindical el papel de la agricultura y a construir las bases de una nueva profesión de agricultor en la que se tenga en cuenta aspectos como los siguientes: la función de los jóvenes en la gestión de las explotaciones; el reconocimiento de la función que desarrollan las mujeres; el problema de la calidad y sanidad de los alimentos; la introducción de nuevos cultivos no alimentarios para su aprovechamiento energético; la incorporación de la nueva cultura del agua; el desarrollo de nuevos bienes y servicios en las explotaciones agrarias para atender las demandas de la población; los problemas de la articulación territorial y la calidad de vida en las zonas rurales; la participación en los debates sobre las relaciones entre agricultura y medio ambiente; las condiciones del trabajo agrícola (asalariado y no asalariado) en las explotaciones; el bienestar y salubridad de los animales. Un sindicato como UPA debe ser sensible a estos cambios y reflexionar sobre ellos para, a partir de un diagnóstico adecuado, plantear sus propuestas político-sindicales. Esas propuestas deben permitir garantizar el futuro de las explotaciones familiares agrarias en su conjunto, tanto de las que tienen posibilidades de adaptarse a las exigencias de la competitividad con políticas de modernización adecuadas, como de las que por su estructura o localización geográfica no tienen condiciones de responder a esas exigencias económicas, pero sí de satisfacer (con políticas de desarrollo rural) las nuevas demandas que, respecto a los espacios rurales, surgen desde la sociedad. Observando el escenario en que se mueve el sindicalismo agrario español, puede señalarse la gran variedad de actividades que realizan las organizaciones agrarias: desde la gestión de las ayudas de la PAC hasta la organización de cursos de formación y la edición de boletines y revistas, pasando por la participación en numerosas reuniones de consulta con las distintas Administraciones Públicas o la movilización de sus bases sociales para reivindicar cualquier asunto de interés general. Todas esas actividades reflejan una presencia activa de los sindicatos agrarios en la vida pública española, pero habría que distinguir entre las que son actividades esenciales (es decir, las que dan razón de ser a unas organizaciones de carácter sindical) de las que no lo son (es decir, las que pueden ser desempeñadas por otro tipo de organizaciones o instituciones).

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En el actual contexto de cambio que experimenta la política agraria europea, y más concretamente ante la reforma de la PAC, se hace más necesario si cabe que UPA dedique esfuerzos a debatir sobre los nuevos problemas que afectan a la agricultura española y, dentro de ella, a las explotaciones familiares

El riesgo que puede observarse en la situación actual de los sindicatos agrarios españoles es que acaben por concentrar sus recursos y esfuerzos en actividades no esenciales, aunque sean importantes como incentivos a la afiliación (tal como ocurre, por ejemplo, con la gestión de las subvenciones de la PAC), olvidándose de desarrollar funciones que deberían ser básicas en el sindicalismo agrario (cuales son las de debatir sobre los problemas de la agricultura ofreciendo alternativas para su solución, servir de referencia ideológica para sus respectivas bases sociales y actuar de actores intermedios en las dinámicas de interlocución social). En el actual contexto de cambio que experimenta la política agraria europea, y más concretamente ante la reforma de la PAC, se hace más necesario si cabe que UPA dedique esfuerzos a debatir sobre los nuevos problemas que afectan a la agricultura española y, dentro de ella, a las explotaciones familiares. Si bien es importante desarrollar estrategias de movilización para defender parcelas ya conquistadas, o por conquistar, en el escenario europeo, UPA debe tener un horizonte de miras lo suficientemente amplio como para comprender el futuro escenario donde se desarrollarán los problemas de los agricultores. Y este escenario parece pintarse no con colores de subvenciones, como las de ahora, sino de otro tipo de políticas de regulación para las que hay que prepararse. Las líneas de la reforma de la PAC, tales como la sustitución del sistema de pagos directos, el greening obligatorio, la definición de agricultor activo, la modulación de las ayudas (capping), la potenciación del trinomio investigación/innovación/ transferencia, el fortalecimiento de las organizaciones de productores..., acotan ya gran parte de ese escenario. Sin embargo, el déficit de modernización de la agricultura española no parece que vaya a solucionarse solo con políticas que vengan de Bruselas, sino con nuestras propias políticas, que habrá que definir. Habría que analizar con rigor, y no con autocomplacencia, cuáles son los sectores competitivos (o con posibilidades de serlo) de nuestra agricultura, y, en función de ellos, diseñar nuestras propias estrategias comerciales y jugar nuestras bazas negociadoras en los foros de la UE, en vez de jugar a déjeme y no me toque esta ayuda por miedo a perderla, sin darnos cuenta de que con ese juego de corto plazo lo que estamos es perdiendo oportunidades de aprovechar las ventajas competitivas de algunos de nuestros más importantes sectores. Para el sindicalismo agrario español en general, y para UPA en particular, su principal reto es, por tanto, evitar concentrarse exclusivamente en estrategias de corto plazo y contribuir con su reflexión y madurez a definir el modelo de

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agricultura que queremos para el futuro. Este reto ha de ser necesariamente un reto compartido con otros actores sociales, como los procedentes del mundo académico y científico o los de la propia Administración Pública. Bien es cierto que para un sindicato que defiende los intereses de las explotaciones familiares, como es el caso de UPA, y cuyo discurso no se limita solo a la dimensión productiva de los agricultores, sino que incorpora una perspectiva integral sobre la posición de la agricultura en el conjunto de la sociedad, su reflexión debe ir más allá de la que afecta a los problemas de competitividad de la agricultura española. Hasta ahora así ha sido en estos 25 años de vida de UPA, siendo su principal seña de identidad como sindicato la apertura a la sociedad, la búsqueda de alianzas con otros grupos sociales y una firme apuesta por el papel de la política como instrumento regulador de un sector tan complejo como la agricultura y como garantía de cohesión social y económica en el medio rural. Esto es lo que le diferencia y lo que recompensa el esfuerzo realizado por todos los dirigentes y técnicos que, en los distintos niveles territoriales, han pasado por las filas de UPA desde que celebró su primer congreso en 1987.

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Testimonios



Veinticinco años de buen trabajo sindical Cándido Méndez Secretario general de UGT

En la década de los ochenta del siglo pasado, nuestro sindicato decidió impulsar la creación de una organización que agrupase a los profesionales que se ocupaban en pequeñas explotaciones agrícolas o ganaderas. En la “Memoria de gestión” presentada al XXXV Congreso Confederal, celebrado en abril de 1990, se daba cuenta de ello: “Se ha constituido la Unión de Pequeños Agricultores”. El número de cotizantes con los que la UPA acudió al congreso, dos años después de su fundación, fue de 3.776. Transcurridos veinticinco años, esa cifra se ha multiplicado por más de veinte. UPA nació un año antes de que UGT cumpliese su centenario. Que fue una decisión acertada lo prueban los miles de pequeños agricultores y ganaderos y las organizaciones sectoriales que durante estos años se han incorporado al proyecto colectivo que representa, sabiendo que la cobertura sindical es una fuente más de seguridad y derechos. Han sido años de un buen trabajo, del que los compañeros y compañeras de UPA podéis estar orgullosos. Por ello, deseo transmitiros la felicitación de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT. Hoy, como todos nosotros, tenéis por delante el reto de hacer frente a una severa crisis y desarrollar vuestro trabajo en una Unión Europea sembrada de incertidumbres. La Política Agraria Común ha sido el elemento aglutinador que ha permitido evitar las tensiones que supondría la irrupción de numerosas políticas agrarias nacionales o regionales. La PAC es una referencia –pese a todas sus carencias– de lo que puede hacer la Unión Europea para construir políticas comunes. Por eso, su defensa es un objetivo estratégico, en el que me consta estáis implicados, garantizando que la aplicación de la nueva PAC en España sea positiva para los profesionales de la agricultura y la ganadería, junto a la necesidad de mejorar, de una vez por todas, el funcionamiento de la cadena alimentaria en nuestro país. Estoy seguro que acertaréis.

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Una pieza necesaria Miguel Arias Cañete Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

Como ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente es una satisfacción saludar a todos los afiliados de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, y felicitarles por la celebración del 25 aniversario de su primer Congreso Federal. Durante este cuarto de siglo, UPA ha cumplido un papel esencial, en un período histórico en el que el campo y el mundo rural han estado sujetos a cambios importantes, propiciados, en gran medida, por nuestra incorporación a la Comunidad Económica Europea en 1986. Ha realizado una gran labor de asesoramiento y apoyo a los pequeños agricultores y ganaderos, acompañándoles en la modernización de sus explotaciones, impulsando la integración cooperativa y facilitando el acceso a las ayudas y a los seguros agrarios, entre otros servicios. Y, lo que es muy importante, reivindicando en todo momento la dignidad de su profesión y la importancia de la agricultura familiar como base firme del desarrollo rural, tanto en España como ante las instituciones europeas. A la vez, UPA ha sabido dotarse de instrumentos muy sólidos de análisis de la realidad, como la Fundación de Estudios Rurales, que ofrece su anuario desde hace dieciocho años, y que se ha convertido en referencia obligada para conocer en profundidad la evolución del sector y las perspectivas de futuro. En estos apasionantes años, UPA se ha situado como pieza necesaria para el funcionamiento eficaz del entramado social y económico de la agricultura y la ganadería españolas, defendiendo constantemente una remuneración adecuada al trabajo desempeñado por los profesionales del campo. Con el reconocimiento al trabajo bien hecho y con el agradecimiento a la colaboración que siempre ha prestado a los sucesivos gobiernos, reitero mi enhorabuena por tan feliz conmemoración.

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Testimonios

El impulso de los pequeños agricultores Dacian Ciolos Comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural

Estoy muy satisfecho de escribir unas palabras con motivo del 25 aniversario del primer Congreso Federal de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que se celebra después del aniversario similar de la adhesión de España a la Unión Europea. ¡Un largo camino recorrido en un cuarto de siglo! Los agricultores españoles han aprovechado de forma destacada las oportunidades ofrecidas por la Política Agraria Común para modernizar sus explotaciones y la consolidación de la agricultura española, que se sitúa en los primeros lugares en Europa. Aplaudo el trabajo realizado por UPA para defender una modernización de la agricultura que no deja en la cuneta a las pequeñas explotaciones. Estoy convencido de que la agricultura es un sector moderno y que ofrece oportunidades a todas las estructuras agrícolas. La diversidad de las explotaciones es una fuerza. Es un tesoro a preservar. La Política Agraria Común contribuirá en los próximos años a desarrollar este potencial y proporcionar una oportunidad a cada explotación en busca de su lugar, de acuerdo con sus puntos fuertes, a nivel local, regional, nacional, europeo o mundial. El fortalecimiento de la organización de los agricultores hará que el acceso a los apoyos sea mucho más fácil para las pequeñas explotaciones. La agricultura europea necesita toda su fuerza, todos sus vínculos con los desafíos económicos, beneficios ambientales y sociales a los que se enfrentará en los próximos años. Gracias por vuestro trabajo, seguir adelante y mantener su impulso.

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El trabajo de UPA en defensa del lobby agrario europeo Gerd Sonnleitner Presidente del Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas (COPA)

Cuando aún se están desarrollando las actuales rondas de negociaciones sobre el futuro de la Política Agraria Común, tengo el gusto de felicitar a la UPA en su 25 aniversario y por el importante papel que está desarrollando para garantizar el éxito y la competitividad del sector agrícola de la UE. El COPA-COGECA acaba de publicar una relación detallada a las propuestas legislativas de la Comisión Europea sobre el futuro de la PAC hasta 2020, subrayando la necesidad de impulsar la productividad y la eficiencia de manera sostenible. Las propuestas de la Comisión, que apuntan a una mayor ecologización de la PAC, son en exceso burocráticas, aumentarán los costes que recaen sobre los agricultores, no servirán para aumentar la sostenibilidad y deberán simplificarse. El COPA-COGECA ha pedido que se refuercen y se dé una mayor eficacia a las medidas encaminadas a gestionar mejor el mercado y a ayudar a los agricultores a hacer frente a la creciente volatilidad, ya que el nivel de las actuales redes de seguridad no ha cambiado desde hace una década. Los productores deben afrontar cada vez más desafíos, mientras deben sufrir las consecuencias de los bajos precios y los elevados costes de producción. Es primordial que las medidas de gestión del mercado permitan a los productores hacer frente a los periodos de bajos precios en los mercados y/o de rápido aumento de los costes. El COPA-COGECA reitera su llamamiento a favor del refuerzo y actualización de las redes de seguridad y medidas de gestión del mercado, lo que también han pedido otros ministros de Agricultura de la UE. Por ejemplo, deben actualizarse el precio de intervención de la mantequilla y de la leche desnatada en polvo en la UE, y el precio de referencia de activación del almacenamiento privado del aceite de oliva, para tener en cuenta los crecientes costes de producción a los que deben hacer frente los agricultores. En el sector del vino deben mantenerse los derechos de plantación para asegurar el equilibrio del mercado vitivinícola. Esta opinión cuenta ya con el apoyo de 15 Estados miembros y de los eurodiputados.

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Testimonios

Hemos trabajado duro con UPA, en especial con Lorenzo Ramos Silva, que también es el primer vicepresidente del COPA, hasta llegar a esta posición unitaria. UPA está desempeñando un papel de crucial importancia en nuestras actividades de lobby para garantizar el dinamismo del sector agrícola de cara al futuro, proporcionando su alimentación a los más de 500 millones de consumidores y garantizando el empleo y las actividades económicas en las zonas rurales de la UE. En unas circunstancias como las de este año, en que la sequía ha castigado tanto a los agricultores del sur de Europa, además de haberse disparado los costes de los insumos, Lorenzo Ramos ha desempeñado igualmente un papel sumamente importante, destacando dicha realidad ante los políticos e instándoles a que adopten las medidas necesarias para que mejore esta dramática situación. De cara al futuro, le deseo todo el éxito del mundo a UPA, particularmente en estas circunstancias tan difíciles por las que estamos atravesando, y espero que sigamos manteniendo esta colaboración tan fructífera.

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El campo es vida Nicolás Redondo Secretario general de UGT desde 1975 hasta 1994

Cuando recuperamos la libertad sindical, tras el fin de la dictadura, la Unión General de Trabajadores intentó desde el primer momento adaptar sus estructuras a la realidad española de la época, partiendo siempre de la tradición histórica del sindicato como referente básico en la lucha por los derechos de los trabajadores españoles en todos los sectores de actividad. Así, nuestra referencia histórica en relación con el trabajo en el campo, la Federación de Trabajadores de la Tierra, retomó de inmediato su protagonismo entre los jornaleros andaluces y extremeños, como colectivo mayoritario de asalariados de los grandes terratenientes, y asumió su defensa a la hora de negociar con la patronal los convenios del campo y reclamar justicia social en uno de los sectores que seguía siendo entonces uno de los más atrasados de la economía española. Pero junto a esta realidad, que justificó la reivindicación y puesta en marcha de los planes de empleo rural, enseguida comprendimos en UGT que el verdadero cuerpo social de la producción agraria española estaba formado por las pequeñas y medianas explotaciones familiares. Más de medio millón de activos, incluidos los titulares de las explotaciones y las ayudas familiares, considerados formalmente como autónomos o pequeños empresarios, pero cuyos únicos bienes societarios eran, en la mayor parte de los casos, su propio esfuerzo y el de sus familias. Un tejido social en regresión, por la huida hacia otros sectores –primero la industria y después los servicios– y otros escenarios, desde los pueblos a las ciudades, con el consiguiente riesgo de abandono y despoblamiento del medio rural. UGT tenía que asumir la defensa y representación de ese colectivo. Y así surgió el proyecto de la Unión de Pequeños Agricultores, como alternativa a las organizaciones agrarias conservadoras, herederas directas del sindicato vertical y nutridas básicamente de grandes propietarios de tierras. UPA consiguió a la par hacerse un hueco importante dentro de UGT y ganar un protagonismo creciente en el sector agrario, cuyo proceso de adaptación a Europa comenzó con fuerza y rapidez en los primeros años 80, aun antes de la plena integración en la Comunidad Europea.

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Testimonios

Así se ha demostrado después, con el transcurso de los años, al comprobar cómo UPA ha sido la vanguardia para potenciar el trabajo sindical de UGT con otros colectivos de trabajadores autónomos. Y del mismo modo hemos visto cómo la acción sindical de la Unión de Pequeños Agricultores, siendo la organización agraria más joven y en cierto sentido más modesta dentro de la Unión Europea, ha incorporado un talante progresista en los debates multilaterales con sindicatos de otros países, y ha conseguido impulsar iniciativas tan importantes como la de la modulación de las ayudas europeas para acabar con los desequilibrios históricos de la PAC. En el ámbito interno, el empeño de los responsables y los técnicos de UPA permitió, en muchos casos con más voluntarismo que medios reales, que la organización participase desde el primer momento en todos los foros y en las mesas de negociación, con planteamientos firmes y razonables que siempre generan respeto y refuerzan el apoyo de los agricultores y ganaderos a la organización. Pero, sobre todo, el trabajo de UPA ha sido decisivo en estos años para conseguir que la sociedad española actual –mayoritariamente urbana y ocupada en los servicios y la industria– no le dé la espalda al campo. La población activa en el sector agrario se ha reducido drásticamente en los últimos veinticinco años, al igual que la participación de la actividad agraria en el producto interior bruto. Pero estos indicadores de cantidad no se corresponden con la necesaria valoración de calidad en cuanto a la trascendencia que tiene el trabajo en la agricultura y la ganadería para el buen funcionamiento de la sociedad. UPA ha trasladado siempre un mensaje realista sobre la situación del sector, huyendo de falsas lamentaciones rancias que hablaban del campo como la “cenicienta”, defendiendo alternativas de futuro para la agricultura familiar y poniendo siempre el acento sobre la peculiaridad de una actividad socioeconómica dependiente como ninguna otra del entorno en el que se desarrolla. Siendo conscientes de los logros conseguidos en estos veinticinco años por el sindicalismo agrario de UPA, en la dignificación de la actividad agro-ganadera, no es menos cierto lo mucho que queda no solo por conseguir, sino por no perder parte de lo ya conseguido, en un contexto donde prevalece el darwinismo del mercado, esto es, la ley del más fuerte. Se desprecia el papel multifuncional de la agricultura, que no es medible, que no es cuantificable, que más que una cultura es una forma de vida, que no tiene precio, que no se puede basar estrictamente sobre leyes de mercado, sino sobre un entorno, sobre una calidad de la propia existencia. Porque, como siempre han dicho los compañeros de UPA, el campo es vida, y sin agricultura no hay futuro para el mundo rural. Y un país como España no puede permitirse el lujo de cerrar las puertas al progreso de los hombres y mujeres que trabajan y viven en el campo.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

Éxito organizativo José Javier Cubillo Secretario de Organización y Comunicación de UGT

Cinco años de crisis económica tan profunda son un duro banco de pruebas para casi todos: para el liderazgo político, la solidez de las empresas, la eficacia de las estructuras administrativas, la validez del ordenamiento jurídico, la resistencia del tejido social y la capacidad de actuación de las organizaciones de todo tipo. Es en ese contexto en el que UPA celebra el 25 aniversario de su constitución como organización autónoma dentro de UGT, y para la Secretaría de Organización y Comunicación confederal es en realidad el aniversario de un éxito organizativo. En 1987, la Unión de Pequeños Agricultores se escindía de la Federación de Trabajadores de la Tierra para servir mejor, para ser más útil a los problemas de las explotaciones familiares agrarias y ganaderas, y para canalizar sus reivindicaciones en los ámbitos comunitarios donde se decidían y deciden la grandes políticas del sector. Es una realidad que ese objetivo se ha conseguido. Han sido años difíciles para el sector agrario y muy particularmente para las pequeñas explotaciones familiares. Desde las movilizaciones por el precio del gasóleo, contra la reconversión del sector promovida desde Bruselas, o las grandes movilizaciones de comienzos de los años noventa por la profesionalización, la jubilación anticipada o la fiscalidad..., hasta hoy, UPA ha sido un instrumento de reivindicación, movilización, representación y negociación esencial en el sector. Por tanto, este 25 aniversario de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos es una gran ocasión para que desde la Secretaría de Organización y Comunicación de la Unión General de Trabajadores hagamos un sincero reconocimiento del trabajo realizado en estos años por los compañeros y compañeras de UPA, y os agradezcamos el enriquecimiento y la satisfacción que ese buen trabajo han significado para el conjunto del sindicato.

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Testimonios

A propósito del 25 aniversario de la constitución de UPA Antón Saracíbar Exsecretario de Organización de UGT

El análisis de la transición hacia la libertad sindical y la democracia en nuestro país solo es posible hacerlo desde el reconocimiento de la labor desarrollada por el movimiento obrero y estudiantil en la recuperación de las libertades. Las protestas y las movilizaciones obreras aceleraron las contradicciones del régimen y contribuyeron decisivamente a la disolución del sindicato franquista. En esa etapa histórica destacaron dos congresos por su importancia en la recuperación de la memoria histórica y por su relevancia en el futuro de la Unión General de Trabajadores (UGT). El primero se refiere al 30 Congreso, celebrado en Madrid (año 1976) bajo el lema “A la unidad sindical por la libertad” –después de cuarenta años de dictadura–, que significó un impulso decisivo en la conquista de las libertades. El segundo se refiere al 32 Congreso celebrado también en Madrid (1980), bajo el eslogan “Un sindicalismo para todos”, que representó un paso decisivo en el fortalecimiento del movimiento sindical en un marco consolidado de libertad y democracia. El 32 Congreso sentó las bases y dio un impulso decisivo a la racionalización y consolidación de las estructuras de UGT, más preparadas para la contestación política que para la acción sindical. En este sentido se llevaron a cabo medidas de singular importancia: la comarcalización y regionalización de la estructura territorial; la unificación y potenciación de las federaciones de industria (sindicalizar más la estructura profesional); el fortalecimiento de la representatividad de los sindicatos a través de las elecciones sindicales, impulsando para ello la labor de las secciones sindicales y de los delegados y comités de empresa; el incremento de la afiliación sindical; y el impulso a la integración de sindicatos sectoriales y colectivos de todo tipo. El congreso, finalmente, apostó claramente por acelerar la presencia e implantación de UGT en colectivos emergentes, que estaban manteniendo una escasa relación con el movimiento obrero (mujeres, jóvenes, colectivos con fuerte contenido social y pequeños trabajadores autónomos, entre otros). Este último punto explica el nacimiento de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que tuvo encomendada la misión de defender las explotaciones familiares cuyos titulares fueran peque-

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ños y medianos agricultores, ganaderos y forestales que viven total o parcialmente de su trabajo personal y directo en el medio rural. En un primer momento, UPA se constituyó en una organización con plena autonomía en su acción profesional y se integró (junto al sindicato SOA, de asalariados del campo) en el seno de la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT) y en contacto permanente con organizaciones de pequeños agricultores y ganaderos, con fuerte presencia de afiliados a UGT y al PSOE. Posteriormente, y bajo la tutela de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, se abrieron fuertes debates que culminaron en la constitución de UPA como una organización autónoma y con personalidad jurídica propia, integrada en la estructura orgánica de UGT. Veinticinco años después, UPA es una realidad indiscutible y su presencia e implantación en las zonas rurales y en el conjunto del sector agrario y alimenticio están consolidadas, con más de 80.000 afiliados en todas las comunidades autónomas, destacando su interlocución y su representatividad, su fuerte capacidad de negociación y de presión a todos los niveles, su capacidad contrastada en la presentación de alternativas y propuestas ante los problemas concretos, así como su presencia relevante en los grandes debates sobre el futuro de la agricultura y del medio rural. Particularmente, UPA dedica especial atención a los colectivos y sectores sociolaborales más desfavorecidos; por lo tanto, en apoyo de las reivindicaciones de las mujeres, los jóvenes y los colectivos más débiles. Potencia y fomenta, además, el desarrollo de la economía social y del cooperativismo, promueve actividades en defensa del medio ambiente y del entorno natural y, finalmente, potencia la investigación y el desarrollo de todo lo relacionado con el mundo del campo. Resulta particularmente relevante el trabajo desarrollado en el asentamiento y mantenimiento del territorio, de su entramado social, de sus municipios y de sus recursos naturales. Con ello se contribuye a frenar el abandono del campo y los impactos negativos que ello produce en las infraestructuras de los municipios, en nuestra riqueza cultural y en nuestros recursos naturales. El ejemplo más significativo de todo ello se produce en el verano: el incremento de los incendios forestales (verdadero desastre económico, social y medioambiental), que está íntimamente relacionado con la escasa actividad agrícola y ganadera que se produce en nuestros montes. UPA, además, es miembro del Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas de la UE (COPA) –con gran influencia en la Política Agraria Común– y está presente en el Consejo Económico y Social Europeo (CES), así como en la Organización Mundial de Agricultores (WFO), con la misión de responder conjuntamente a la mundialización de la economía, la evolución demo-

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gráfica, el abastecimiento energético, el cambio climático, la desregulación de los mercados y el creciente desempleo y sus secuelas: aumento de las desigualdades y de la pobreza. Finalmente, es justo destacar la calidad reconocida de UPA en la prestación de servicios a sus afiliados: asesoramiento profesional de todo tipo, tramitación de subvenciones, gestión de los seguros agrarios, así como en el desarrollo de programas de formación en el medio rural, a través de su potente y reconocido gabinete técnico. En este punto, es justo reconocer también las tareas de divulgación, a todos los niveles, llevadas a cabo por la revista La Tierra (nace en 1984) como portavoz de UPA, dando a conocer en tiempo real y con gran protagonismo las alternativas de la organización relacionadas con los acontecimientos y problemas que afectan a los trabajadores y familias del medio rural en todas las CCAA. Posteriormente –y en base a esta positiva experiencia y realidad incontestable–, el congreso de UGT tomó la decisión de crear una estructura orgánica y específica para los trabajadores autónomos en general, de la que carecen actualmente otros sindicatos. Se trata de responder a las transformaciones de nuestra sociedad y a la nueva realidad de nuestro mercado de trabajo, que nos conduce inexorablemente a un aumento de los llamados “trabajadores autónomos”. Trabajadores que no tienen defensa posible en las estructuras sindicales convencionales y que se encuentran muy necesitados de asesoramiento jurídico y legal, así como de formación especializada para defender más eficazmente sus intereses profesionales. Por eso, UGT también representa y defiende actualmente a este importante colectivo muy afectado por la crisis; por tanto, es capaz de responder a millones de pequeños trabajadores autónomos con eficacia y solvencia, junto a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos que se integran en UPA. Para terminar esta breve aportación, una última consideración a propósito de esta efemérides: no podemos olvidar que este aniversario está siendo una realidad por el trabajo y dedicación de miles de afiliados, a los que debemos recordar de una manera muy especial en estos momentos. A todos ellos queremos trasladar nuestro agradecimiento más sincero por su tesón y trabajo desinteresado. Por otra parte, a todos los trabajadores autónomos del medio rural queremos felicitarles y darles la enhorabuena por contar con un formidable instrumento en el sector agrario (UPA), capaz de defender los intereses de las familias agrarias y de los pequeños agricultores y ganaderos. Una organización profesional integrada en un sindicato que está a punto de cumplir el 125 aniversario de su constitución; por lo tanto, con una dilatada historia que se confunde con la historia del movimiento obrero en nuestro país.

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25 Aniversario de UPA Antonio Deusa Pedrazo Secretario general de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT (FITAG UGT)

La Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT celebra y se congratula de los veinticinco años de recorrido de UPA. Como es conocido, UPA nace en su momento de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, por lo que estamos unidos fraternalmente en nuestro recorrido. La Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT) fue uno de los mayores apoyos que UPA tuvo en este momento, porque entendimos que cuando quiso emprender su camino de manera independiente, era para poder crecer, dentro de UGT, como una gran organización progresista de pequeños y medianos agricultores y ganaderos. En ese momento éramos conscientes de que para crecer era necesario que se desligaran de la parte asalariada del campo porque tenían unas necesidades diferentes. UPA necesitaba conocer en profundidad los mercados de las materias primas y la políticas agrarias, tanto nacionales como europeas. Tenía que participar en los grandes debates sobre el futuro de la agricultura y el medio rural, y de esta manera se ha convertido en una organización agraria de referencia. Aunque ambas organizaciones veníamos de la misma rama, y seguíamos dentro de la confederación de UGT, la escisión generaba algunas sensaciones encontradas. Cierta tristeza, y a la vez alegría. Se trata de una situación similar a la del abandono del hogar de un hermano. Es inevitable la tristeza ante la separación. Sin embargo, el hermano que lo ha acompañado desde niño sabe que esa separación es necesaria para que pueda crecer y desarrollarse como adulto. El tiempo nos ha dado la razón, no nos equivocamos. UPA siguió creciendo y fortaleciéndose y veinticinco años después sabemos que tal decisión fue un acierto. Los responsables involucrados en el nacimiento de UPA estaban acertados porque tanto UPA como la Federación de la Tierra, luego la Federación Agroalimentaria, y ahora FITAG UGT, continuaron creciendo en paralelo y mejorando el mundo rural desde prismas diferentes, pero complementarios. FITAG UGT y las

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federaciones que la preceden siguieron representando a los trabajadores del campo, y mejorando sus condiciones laborales y sociales. Hemos sido el motor que ha mejorado cuestiones tan importantes como la formación, la salud laboral, las políticas activas (fondos AEPSA), y muy particularmente el desarrollo y la mejora de la protección social, que culmina con el histórico acuerdo que aprueba en 2011 la integración del Régimen Especial Agrario en el Régimen General de la Seguridad Social. Por su parte, UPA es también el referente ideológico de los agricultores y ganaderos progresistas de nuestro país. La historia y negociación de la PAC (Política Agraria Común), o de la OMC (Organización Mundial del Comercio), y el papel de los agricultores españoles en estos contextos hubieran sido muy diferentes de no haberse configurado UPA como un organismo progresista dentro de UGT. Queremos destacar y felicitar a la organización por los grandes logros alcanzados, como es la titularidad compartida de la mujer en las explotaciones agrarias familiares, o la integración de los agricultores en el Régimen Especial de Autónomos. Tener a UPA dentro de la confederación nos hace sentirnos a gusto dentro de nuestra organización, y valoramos muy positivamente su sensibilidad ante las reivindicaciones sociales y laborales de los trabajadores. Solo nos queda desear a UPA un futuro próspero que dé continuidad al magnífico trabajo realizado en los últimos veinticinco años.

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Europa os necesita para hacer más Europa Felipe González Expresidente del Gobierno

Desde vuestra fundación, en septiembre de 1982, en el seno de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, he seguido con interés vuestra trayectoria. La necesidad de crear una organización de propietarios agrícolas de carácter familiar con pequeñas o medianas explotaciones agrarias fue, en realidad, una reflexión compartida entre PSOE y UGT. El cambio político producido en 1982 y nuestra incorporación a la CEE son razones que explican, en el recorrido histórico de veinticinco años, por qué se creó UPA y se desarrolló como uno de los escasos nuevos movimientos agrarios modernos en Europa, que siempre tuvo el apoyo de UGT. En los primeros años de mi gobierno introdujimos modelos europeos de representación agraria que condujeron a la aparición democrática de opciones vinculadas a la explotación familiar. La influencia local y los resultados de las sucesivas elecciones municipales terminaron por democratizar también la cultura rural corporativa. Nuestra entrada en la CEE cambió nuestro país, pero también cambió nuestra agricultura y el modelo de representación agraria. Pasamos de negociar precios agrarios en el FORPPA a hacerlo con la Comisión Europea y el Consejo. La PAC está en el embrión de Europa para satisfacer las necesidades de alimentación de los pueblos que sufrieron las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Ahora cumple cincuenta años desde su creación y la reflexión sobre su futuro debe pasar por reconocer sus éxitos para abordar los cambios necesarios. UPA ha abordado estos temas y tuve la oportunidad de participar en alguna de esas reflexiones. Son veinticinco años de los que sus responsables más directos y sus afiliados deben sentirse satisfechos; Europa hoy os necesita para hacer más Europa, que es la única forma de salir bien de esta crisis.

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CAMPO Y DEMOCRACIA: UNA HISTORIA SINDICAL José Luis Rodríguez Zapatero Expresidente del Gobierno

Escribir sobre UPA es hacerlo sobre algo que siempre me resultó cercano. Mi actividad política como secretario general del PSOE de León me llevó a contemplar, por necesidad y convicción, al sector agrario y al medio rural como algo intrínseco a la realidad diversa de mi territorio. Y al adentrarme en esta actividad me acerqué a sus gentes, a sus formas de vida, a su sabiduría campechana y pragmática. Fui testigo, aún muy joven, del renacimiento de la democracia en el campo leonés, cuyo fruto fue el reconocimiento de las primeras organizaciones campesinas libres y representativas. La Unión de Campesinos Leoneses (UCL) sería una de las de mayor fuerza y prestigio de las que nacieron con la Transición. Cuando el país entero emergía buscando la libertad perdida, el campo no se quedó atrás. El sector agrario también exigía la restauración de los derechos sindicales que habían sido usurpados. Su naturaleza distinta a la de los sindicatos de trabajadores solo les hacía diferentes, no desiguales. La historia de la recuperada democracia española comenzaba así, igualmente, en las aldeas pequeñas y perdidas entre el paisaje, con hombres y mujeres esforzados y, muy frecuentemente, callados y anónimos. Por eso, cuando pienso en la historia de un sindicato agrario como UPA, no puedo dejar de remontarme al comienzo mismo de la participación de la familia campesina en el devenir de la sociedad española en su conjunto. Siempre creí que había que integrar esta forma de actividad económica y de vida en las aspiraciones generales del Partido Socialista. Primero, en mi provincia y, después, en el país. Una política muy regulada, como la agraria, necesitaba más que otras de posiciones políticas avanzadas y de compromisos con los sindicatos que representaban a los agricultores desde opciones progresistas. Este fue mi compromiso en León y de él se desprendieron acuerdos que llevaron al PSOE a gobernar numerosos ayuntamientos y la Diputación Provincial.

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La vida de UPA, desde su origen hasta la fecha, ha estado vinculada, como no podía ser de otro modo, a la propia evolución de la democracia española. Y de su agricultura. Y una y otra son inseparables del ingreso de nuestro país, en 1986, en la Comunidad Económica Europea. Fue un gobierno socialista el que, liderando la voluntad colectiva de la sociedad española, gestionó nuestra entrada en Europa. A partir de entonces, España ha participado en un proceso de alcance verdaderamente histórico que, por tenerlo, no ha estado exento de grandes desafíos, como los que ahora vivimos. También representó un reto para el campo español, encarnado en la Política Agraria Común. Hemos sabido dar respuesta, en momentos sucesivos, a estos retos y desafíos. Y estoy convencido de que lo seguiremos haciendo. También nuestro sector agrario, vertebrado en torno a sus organizaciones representativas. Si vuelvo a la experiencia personal de mi compromiso político, recuerdo que, ya como secretario general del PSOE, participé en el 5º Congreso Federal de UPA, en diciembre del año 2002. Y allí pude comprender, y compartir con sus dirigentes y afiliados, cómo había evolucionado nuestra agricultura desde nuestra integración comunitaria y cuánto nos quedaba por hacer. Habíamos tenido una de las mayores crisis alimentarias con el problema de la EEB, conocida popularmente como enfermedad de las “vacas locas”. Habíamos comprobado cómo los Estados no fueron suficientemente diligentes en el seguimiento sanitario de los piensos animales. Habíamos criticado que se intentara convertir a los ganaderos de víctimas en culpables. Y, sobre todo, habíamos aprendido que producir alimentos no se podía hacer a cualquier coste. Que la seguridad alimentaria es una condición consustancial a la vida que queremos vivir en un Estado que aspire a ser del bienestar. Y todo ello me interpelaba particularmente, para conseguir que el Gobierno español, aquel y cualquier otro, estuviera a la altura de esta demanda ciudadana. Cuando suprimimos, ya como Gobierno, el certificado veterinario a los ganaderos y cuando más tarde remitimos al Congreso la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recordé ese momento.

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Sobre la PAC, siempre me pareció juiciosa la reclamación de UPA para promover una mayor cohesión de esta política, que ahora cumple cincuenta años. Así lo pude expresar, junto a Cándido Méndez, en un acto de la Fundación de Estudios Rurales, cuando se estaba discutiendo una de sus reformas en julio del año 2002. La mayor política de la UE en presupuesto se renacionalizaba progresivamente ante las crecientes dificultades económicas, promoviéndose salidas nacionales a problemas comunes que necesitaban soluciones comunes. Y esta dirección no era acertada para Europa y para el futuro de la PAC. ¿Por qué no promover políticas cohesionadoras que dieran, además, mayor legitimidad social al gasto agrario al vincularlo a los verdaderos habitantes del medio rural? Era y sigue siendo un debate europeo que, planteado en estos términos, trasciende incluso la singularidad agraria para hacerse extensible a un modo de entender Europa. Cuando establecimos, por primera vez en política agraria, en los sectores lácteo y de aceite de oliva criterios socioeconómicos en regulaciones de mercado, me acordé de aquel encuentro con la fundación. Y cuando aprobamos la Ley de Desarrollo Rural Sostenible, la primera sobre esta materia en el ordenamiento jurídico español, pensé que las numerosas aldeas que había visitado recibían carta de naturaleza en su articulado. También en política agraria tratamos, pues, de comprometernos con nuevos avances, aun cuando ahora las dificultades más apremiantes puedan nublar los resultados de esa ambición. Con esos avances, reclamándolos, empujándolos, siempre estuvo UPA en primera línea. Sabía de su tenacidad y voluntad constructiva antes de llegar a la presidencia del Gobierno de España, y fui directo testigo de ellas cuando me cupo el honor de desempeñar esa responsabilidad. Todo mi respeto y reconocimiento, por tanto, todo mi afecto también, para la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos.

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UPA, entre dos siglos Carlos Romero Herrera Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación desde 1982 a 1991

Poder conmemorar el 25 aniversario de una organización tan próxima afectivamente como UPA es un motivo de satisfacción y sobre todo para mí, que he convivido desde muy cerca con su nacimiento y posterior desarrollo. En este cuarto de siglo, UPA se ha convertido en una organización agraria importante y muy “especial” que ha superado ampliamente las expectativas iniciales, gracias al esfuerzo tremendo de sus afiliados –hombres y mujeres del medio rural– que han trabajado con gran tenacidad y tremendas dificultades iniciales. No era fácil crearse un espacio específico, al principio de los años 80, en el mundo de las organizaciones agrarias y en la realidad institucional. Uno de los principales aciertos de la incipiente UPA fue su convencido europeísmo, ya que apostó, trabajó y luchó por tener un lugar en el proyecto de integración de España y de nuestra agricultura en las Comunidades Europeas. También el esfuerzo tremendo que realizó por estar presente en los foros europeos y en la divulgación de la nueva realidad de la PAC entre hombres y mujeres de nuestros pueblos. Las instituciones agrarias españolas y europeas deben de estar agradecidas de esta estimable aportación al cambio que se estaba produciendo muy rápidamente en España, y de un modo especial en los agricultores y ganaderos españoles. Puedo dar fe personal de la extraordinaria aportación de UPA en la integración de nuestra agricultura en la nueva realidad de la PAC que, a su vez, estaba cambiando muy rápidamente. Los que hemos tenido responsabilidades públicas en agricultura debemos hacer un reconocimiento de la aportación de UPA en lo que pasó a ser “nuestra” política agraria europea. Otro de los aciertos de UPA desde sus comienzos ha sido una preocupación, más allá de su papel reivindicativo, por intentar constantemente conectar con el conjunto de la sociedad –mayo-

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ritariamente no rural– para sensibilizarla sobre la necesidad de mantener un “mundo rural vivo” como gran patrimonio común, superando el enfoque meramente agrarista. Este esfuerzo por crear una complicidad con los sectores sociales no agrarios ha sido un acierto de los dirigentes de esta organización, así como de los afiliados y simpatizantes. Un magnífico ejemplo de dicha preocupación se refleja en la línea de comunicación especialmente mantenida por la revista La Tierra. En paralelo con lo anterior, durante estos años hay que destacar su contribución –también compartida con otras organizaciones agrarias– a dignificar el papel de los agricultores y ganaderos españoles en la sociedad, así como facilitar su representación en los ámbitos políticos y sindicales nacionales e internacionales. En este último cuarto de siglo, la historia de UPA es coincidente con nuestra integración europea, que ha propiciado importantes cambios en nuestra sociedad y de un modo muy rápido en el mundo rural, en el cual nuestros agricultores han contribuido con un gran esfuerzo y a la vez con un éxito notable, lo que ha posibilitado la mejora de sus rentas y de sus condiciones de trabajo y, en definitiva, de una mejor calidad de vida. Aunque en este balance haya que incluir también la notable reducción del empleo agrario, un despoblamiento rural muy preocupante e importantes desequilibrios territoriales y socioeconómicos. En los próximos veinticinco años, el mundo experimentará grandes cambios, las formas de trabajo y de actividad de los actuales agricultores y ganaderos sufrirán igualmente diversos procesos de transformación que afectarán también a las instituciones europeas y a las actuales políticas agrarias. En este proceso, la aportación de organizaciones como UPA será de nuevo muy importante para el medio rural. Las condiciones de partida de la Unión de Pequeños Agricultores para seguir con sus nuevas tareas en el próximo cuarto de siglo son mucho mejores que las iniciales en los primeros años 80, por lo tanto espero que afronte con éxito los retos de una Europa que lucha por salir de la crisis, por modificar sus instituciones, por redefinir su papel en el mundo y por más políticas comunes. Si la agricultura permitió las primeras políticas comunes de una Europa que salía del desastre de la última guerra, espero que la agricultura sea también una de las puntas de lanza que permitan superar la crisis actual. Las mujeres y hombres del mundo rural que tan dignamente representa UPA lo merecen y lo esperan. Mis mejores deseos para UPA en este próximo cuarto de siglo.

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Veinticinco años de UPA Pedro Solbes Exministro de Agricultura y de Economía

Me resulta grato responder a la demanda de algunos amigos para redactar unas líneas testimoniales en el 25 aniversario de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Lógicamente, la petición es consecuencia de una de mis actividades profesionales, la de ministro de Agricultura, no muy larga pero de la que guardo buenos recuerdos y amigos. Entré en el ministerio en julio de 1991, sustituyendo a un ministro muy querido por UPA, Carlos Romero. Le tocó vivir el período de negociación del Tratado de Adhesión y su aplicación inicial. Siempre pensé que mi nombramiento en Agricultura tenía mucho que ver con mi experiencia europea y que mi cometido era completar la adaptación de nuestra agricultura al modelo comunitario. Mi primer contacto con UPA, y con su responsable en aquel momento, Fernando Moraleda, se produjo a los pocos días de tomar posesión. Dediqué la primera semana, con mi equipo, a escuchar la visión sobre el sector que tenían las organizaciones agrarias, y entre ellas UPA. Recordaba con Jordi Sevilla aquel contacto en el que aparecieron algunas diferencias, pero también una sintonía personal clara con los responsables de UPA. Los dos años que estuve en el ministerio fueron de tensión en el sector agrario. Dos problemas emergieron en aquellos años respecto a los demás: la implantación de la cuota de la leche y la reforma de la PAC de 1992. Eran temas difíciles para una organización como UPA, pero creo que el permanente contacto con ella nos ayudó a definir mejor algunos problemas generales (el papel de la agricultura familiar y su defensa, con los márgenes que nos permitían las normas comunitarias) y sectoriales (la gran sensibilidad en el tema del tabaco es un ejemplo). Para esta labor contaba siempre con personas de mi equipo abiertas a escuchar como Pepe Barreiro, Jordi Sevilla, Daniel Trueba, Manolo Alonso o Conrado Herrero.

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Los diferentes enfoques entre las organizaciones y la Administración nos llevaron a algunos encontronazos, pero en ningún caso se rompieron los canales de comunicación que se habían creado. Con Fernando esas relaciones siguieron después de su salida de UPA a otras responsabilidades. Veinticinco años son un logro; no han sido tiempos fáciles, como tampoco lo son los actuales ni los que vamos a vivir, pero estoy seguro que UPA seguirá en la defensa de una visión de la agricultura que permitirá que los resultados conseguidos mejoren la posición de los que viven de ella.

El objetivo no es el triunfo, es el progreso Luis Atienza Exministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

Han sido veinticinco años de cambio profundo en el campo español. De adaptación de nuestras estructuras, nuestras reglas y nuestros comportamientos a la Unión Europea, a una PAC en profunda transformación, en parte inevitable, aunque no siempre para bien. Un período de pérdida de peso relativo de la actividad agraria y de cambio en las funciones de nuestros profesionales, pero conservando su valor estratégico para nuestras sociedades y para nuestro mundo rural. Y de creciente protagonismo de la mujer, vital para suplir tantas carencias.

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En este período, la madurez de las organizaciones agrarias, y singularmente de UPA, que ha sabido mantener una postura dura cuando era necesaria, dialogante, constructiva y leal siempre, ha sido clave. Las organizaciones agrarias, como las organizaciones gremiales de todo tipo, además de su carácter reivindicativo, necesitan capacidad de interlocución. Es decir, hablar, influir, tener presencia, saber expresar sus posiciones, explicarlas e integrarlas en la agenda social. Creo que esa ha sido una de las características de UPA. Durante mis años en el Ministerio de Agricultura, en los primeros noventa, primero como secretario general de Estructuras Agrarias y luego como ministro, he sido testigo del incremento de la influencia de UPA y de la mejora de su posición relativa. Mi reconocimiento y mi agradecimiento a UPA y a Fernando Moraleda, con quienes tanto coincidí y tanto discrepé, y todo me ayudó. Saber estar en los medios de comunicación no es sencillo. Es necesario sembrar mucho y bien para recoger cuando se necesita; es necesario mantener un crédito que es difícil de ganar y fácil de perder; es preciso estar siempre dispuesto al otro lado del teléfono y saber qué hay que decir en cada ocasión. Me gustaría, por eso, recordar en estas líneas a quien supo colaborar de manera decisiva para encontrar ese punto medio tan inestable y fortalecer la presencia de UPA en los medios. Me refiero a Esteban López, que formó parte de mi gabinete de prensa cuando fui ministro y que después, desde 1996, hizo un trabajo excelente en la dirección de comunicación de UPA, hasta su prematura muerte en septiembre de 2008. Pero si los últimos veinticinco años han sido de grandes retos y de profundas transformaciones, los próximos veinticinco, hasta que celebremos las bodas de oro, no van a ser menos exigentes para los profesionales del campo y para UPA. Al mismo tiempo que felicito a UPA en su 25 cumpleaños, quiero animarla a seguir trabajando y desearla grandes éxitos en su labor de organización, reivindicación e interlocución, para que los profesionales de nuestro mundo agrario sigan siendo factores de dinamización y modernización del mundo rural, aplicando con rigor, como hasta ahora, la máxima del pensador francés Joseph Joubert, “el objeto de toda discusión no debe ser el triunfo, sino el progreso”.

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La necesaria defensa del sector agrario Jesús Posada Presidente del Congreso de los Diputados. Exministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

Me produce una enorme satisfacción la invitación que me hace UPA para participar en el 25 aniversario de su primer congreso federal. Desde mi época como ministro de Agricultura siempre tuve la oportunidad de dialogar con esta organización que planteaba reivindicaciones en defensa del sector agrario, del mundo rural y de todos aquellos que de una u otra manera están vinculados con esta compleja actividad y su política. Es importante que organizaciones como UPA estén en permanente actividad, más aún en momentos como los actuales en los que se debaten importantes cuestiones en la UE que nos afectan de una manera tan importante, como son la reforma de la PAC para el periodo 2012-2020 o el marco financiero plurianual para el mismo periodo, y en donde hay que aportar opiniones y propuestas que puedan mejorar lo conocido y defiendan el sector agrario de nuestro país. Y en esa defensa está UPA tanto fuera como dentro de España. Y me satisface leer las propuestas que plantea en la resolución de problemas y en los retos que tiene nuestro sector, como la sequía, la mejora de la cadena alimentaria o los problemas de los jóvenes y las mujeres rurales. Desde mi responsabilidad como presidente del Congreso de los Diputados, quiero felicitar a la organización en su aniversario y ofrecerme a colaborar en todo aquello que beneficie al sector agrario, por el que lucháis desde vuestra organización.

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Sindicalismo constructivo Elena Espinosa Mangana Exministra de Agricultura, Pesca y Alimentación; y de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino

Conmemoráis en 2012, conmemoramos todos, el 25 aniversario de vuestra organización sindical, un movimiento esencial y fundamental en el armazón socioeconómico y político del sistema democrático en el que vivimos. Un movimiento, una organización volcada en la defensa de los trabajadores y en la lucha por mejorar sus condiciones de vida, pero siempre desde una posición constructiva, entendiendo la complejidad del sector y la enorme importancia y transcendencia que suponen para el conjunto de la sociedad y para el futuro. Un movimiento que he tenido el privilegio de conocer a fondo en los casi siete años en mi responsabilidad como ministra, durante los que bajo el diálogo y el consenso intentamos dar respuesta a los problemas que se nos iban presentando en el día a día, con medidas de marcado carácter sectorial, junto a otras de carácter más horizontal. Sin olvidarnos del desafío que compartíamos: un campo competitivo y con futuro. No penséis que voy a relatar desde la modificación de la Ley de Arrendamientos hasta la defensa del sector bajo la Presidencia española de la UE. Pero sí quiero dar un salto a la actualidad. Sin duda vivimos tiempos complejos y ciertamente complicados, donde el sector primario no es ajeno a sus consecuencias, pero hay un aspecto al que no podéis renunciar, que es la defensa y viabilidad de nuestro mundo rural como pilar de una recuperación económica sostenible. Nunca olvidéis: suministráis alimentos a la población, que no es poco. Pero también sois fundamentales para la preservación del medio ambiente y de los espacios naturales, para vertebrar el territorio y mantener vivo el medio rural. Amigos y amigas de UPA, ánimo y ¡adelante! El esfuerzo y el trabajo para y por nuestro sector agroalimentario, para y por nuestros agricultores y agricultoras y ganaderos y ganaderas, no lo dudéis, merece la pena. Quiero aprovechar esta fecha tan importante para vosotros para felicitaros, y lo hago como mujer comprometida con los ideales que UPA representa. Con vuestros 25 años de historia, sois una organización plenamente consolidada. Es más, si UPA no existiera, tendríamos que inventarla. 258


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Fuerza para seguir luchando Rosa Aguilar Exministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino

Quiero que mis primeras letras sean para deciros felicidades por vuestro 25 aniversario, y gracias por ser y por estar, porque la agricultura y la ganadería son esenciales para la vida y el desarrollo de los pueblos, es un sector estratégico y tener una organización que ponga voz a nuestros pequeños agricultores y ganaderos, que defienda sus intereses y que abra camino cada día a la igualdad para que las mujeres avancemos y seamos referente en este ámbito es esencial. UPA trabaja en España, en Europa, en el ámbito internacional; exige, reivindica, dialoga, propone, se vuelca para que la agricultura y la ganadería vayan a más, se las respete y se las reconozca. Además sois la expresión de miles de mujeres y hombres y eso se pone de manifiesto por lo que hacéis y cómo lo hacéis, con convicción y corazón, expresando en cada paso que dais los sentimientos y el compromiso con los que trabajáis. Desde la responsabilidad que tuve el honor y la suerte de ostentar como ministra de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, tuve la oportunidad de vivirlo. Por eso quiero animaros a seguir adelante, vienen momentos claves y fundamentales para la agricultura y la ganadería, y vuestra voz, pasión, compromiso y trabajo deben estar como siempre en primera línea para ganar, para avanzar, para construir futuro. Sois aún jóvenes y sé a ciencia cierta que los jóvenes son prioridad en el quehacer de UPA, crecer con ellos y ganar el futuro es necesario, y que las mujeres sean parte fundamental de ese futuro en igualdad es prioritario. Para y por ello siempre me tendréis a vuestro lado. Un fuerte abrazo para todas las mujeres y los hombres de UPA. Felicidades y fuerza para seguir luchando.

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En el 25 aniversario de UPA Jaime Lamo de Espinosa Profesor emérito UPM. Exministro de Agricultura

Celebrar un 25 aniversario es motivo siempre de gozo y de elogio. Gozo de los que lo han hecho posible, los que han tirado del carro, los que, pese a las olas bravas o las marejadas, han conseguido que una organización, en este caso agraria, haya culminado tan largo trecho. Y elogio de aquellos que hemos visto desde fuera su evolución, su crecimiento, su buen hacer, sus actitudes, sus paradigmas, sus realizaciones. Sí, un cuarto de siglo pasa pronto, pero cuesta mucho hacerlo realidad con éxito. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos es una organización profesional de pequeños y medianos agricultores que defiende la agricultura familiar. Tal sería su esencia. ¿Es que los otros, las otras OPAS no defienden la agricultura familiar? Sí, la defienden, sin duda, pero el modelo UPA agrupa tal concepto unido al de la dimensión posible de la explotación. Hablamos de unos 80.000 agricultores o ganaderos afiliados. Y hablamos de una organización cuyas vinculaciones con UGT son otro de sus claros signos de identidad. Personalmente vi nacer a otras organizaciones agrarias –sus predecesoras– cuando desde el ministerio, en los años 1977 e inicios de 1978, impulsamos el nacimiento de nuevas organizaciones que vinieran a sustituir el viejo sindicato vertical y participaron en aquellas primeras y difíciles negociaciones sobre precios agrarios de marzo de 1978. Nunca se habían negociado todos los productos regulados a un tiempo. Yo lo había defendido durante años y aquellas ideas se habían materializado en los Pactos de la Moncloa. Y nunca como entonces las regulaciones fueron tan novedosas porque había que adaptarlas a las de la –entonces– CEE porque el Gobierno, tras las elecciones generales del 15-J de 1977, había pedido formalmente el ingreso de España en aquella CEE. Hoy la PAC es muy conocida y notoria, pero entonces estaba todavía lejana de los decretos reguladores de la época. Aquel fue el gran estreno de las organizaciones agrarias, al que le seguiría pocas semanas después la participación en unas elecciones a Cámaras Agrarias ejemplares que dieron idea del “quién es quién” de entonces en el campo. Y años más tarde, cuando España ingresa en la CEE –el acuerdo de adhesión se firmó en diciembre de 198–, nace UPA ya en 1987. No cabe duda que el impulso último para su nacimiento está

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en ese momento germinal de nuestra presencia en la Unión Europea y su deseo de participar y luchar por las mejoras de la PAC que hicieran posible una mejor agricultura y unas mejores condiciones para los afiliados y su modelo de agricultura. Desde entonces a hoy esa ha sido su misión. Hoy, UPA es una realidad y una realidad potente. Publica regularmente una revista de obligada lectura, La Tierra; sostiene la Fundación de Estudios Rurales, cuyos trabajos hay que seguir; edita un anuario que merece ser consultado y, además, ejercita su representación ante diversos organismos e instituciones nacionales e internacionales: Ministerios, CES, COPA, WFO, mesas de interlocución, Cámaras Agrarias, etc. Todo ello merece ser elogiado. Y felicitar a los que lo han hecho posible. Yo, desde luego, lo hago con satisfacción.

Lo auténtico Juan Carlos Rodríguez Ibarra Expresidente de la Junta de Extremadura

El tiempo corre que vuela. No se entendió muy bien que UGT decidiera apostar por un sindicato de pequeños propietarios cuando la agricultura en España había estado marcada, durante muchos años, por la dicotomía terratenientes-jornaleros, con intereses contrapuestos y disputas que, a veces, terminaron en enfrentamientos lamentables para los segundos. Fue visionario que desde UGT se percibiera que en medio de unos y otros había comenzado a desarrollarse un nutrido grupo de trabajadores agrícolas que ni eran jornaleros en el sentido estricto del término ni eran terratenientes absentistas que usaban y abusaban de la propiedad de la tierra.

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Estábamos en presencia de pequeños agricultores que individual o cooperativamente eran propietarios de pequeñas explotaciones agrarias, por lo que no tenían su sitio en la Federación de Trabajadores de la Tierra ni en las asociaciones de propietarios que por aquel tiempo existían en nuestro país, con el estilo y los modos del franquismo. Y surgió UPA, la Unión de Pequeños Agricultores, organización a la que le costó abrirse camino en sus inicios porque ni en el Gobierno central ni en las comunidades autónomas se pensaba que pudieran constituirse en interlocutores que marcaran líneas de defensa de los pequeños diferentes a las que representaban las organizaciones más instaladas desde la órbita comunista o desde la influencia de la derecha más reaccionaria española. El tiempo se encarga de ir poniendo a cada cual en su sitio y, veinticinco años después, UPA se ha convertido en la gran organización agraria de España, cuya voz es la única que consigue hacerse oír en la cada vez menos considerada agricultura española. Y se hace oír en aquellos foros donde ahora se hace y se discute la política agraria, es decir, en el seno de las instituciones europeas, en una labor callada pero eficaz para la defensa de una agricultura europea que UPA se encarga de remodelar y de ajustar a las necesidades de países que siguen teniendo en su agricultura y ganadería uno de los pilares de su desarrollo. Extremadura debe sentirse muy protagonista de esa consolidación de UPA, pues no en vano uno de nuestros mejores hombres, Lorenzo Ramos, fue requerido para que se responsabilizara de la dirección de la misma, privándonos de un excelente dirigente de la organización regional de UPA en tierras extremeñas. Desde estas líneas quiero agradecer y reconocer la ingente tarea que UPA, Lorenzo, sus antecesores y su equipo siguen haciendo para dignificar la labor del agricultor, para aumentar los beneficios del campo frente a los intermediarios que tanto daño hacen y para hacer comprender a los funcionarios europeos que la agricultura tiene más de experiencia, de filosofía y de sabiduría que de papeles, aunque sean los papeles los que, a veces, mandan sobre la razón. Felicidades y mi reconocimiento para los que seguís creyendo en lo auténtico.

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A los veinticinco años de UPA Guillermo Fernández Vara Secretario general del PSOE en Extremadura

Una de las experiencias más positivas que se adquiere cuando uno tiene la oportunidad de dedicar una parte de su vida a la política, o como dice Felipe González al espacio público que compartimos, viene representado por las personas y las organizaciones con las que compartes ese tiempo de manera especial. Y el mejor ejemplo de eso es UPA. Han sido años difíciles en los que había que crear hasta la propia interlocución y las mesas de diálogo. Y UPA siempre estuvo defendiendo a su gente, pero sin olvidarse nunca de Extremadura. Además, tengo la suerte de compartir con UPA convicciones profundas y una determinada manera de entender la igualdad de oportunidades. No se puede entender la Extremadura de hoy sin el importante papel que el campo ha tenido a la hora de fijar la población en el medio rural. Y ese campo son las manos, el corazón y la cabeza de miles de agricultores y ganaderos, que lo único que tienen en abundancia son ganas de luchar. UPA, como todas las organizaciones agrarias, se encuentra ante el gran reto de la nueva PAC. Y ante uno no menos importante, el relevo generacional. Nuestras felicidades y el agradecimiento personal por todo lo que me han enseñado en estos años.

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Contribución positiva para adaptarse a una realidad cambiante José Manuel Silva Rodríguez Director general de Agricultura y Desarrollo Rural. Comisión Europea

Es para mí un placer contribuir a la conmemoración de los veinticinco años de la creación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Sin ninguna duda, vuestra organización ha jugado un papel muy importante en la defensa del sector agrario y en apoyo de la actividad de tantos hombres y mujeres que mantienen la actividad agrícola o ganadera en España. Estos veinticinco años han sido años de grandes transformaciones en el sector agrícola español y europeo. El acceso de España a la CEE y las sucesivas reformas de Política Agraria Común han contribuido significativamente a la modernización de nuestro sector agrícola y a la progresiva orientación al mercado en un contexto global cambiante. En este proceso de cambio constante, UPA ha contribuido muy positivamente a la tarea de facilitar la adaptación de los agricultores y ganaderos a la nueva realidad. Vuestras actividades de formación, de asesoramiento y de tramitación de expedientes han hecho más corto el camino que existe entre Bruselas y el campo. Además, vuestra organización también nos ha ayudado a las distintas Administraciones (incluida la europea) a entender mejor la realidad del campo español, y poder comprender las inquietudes y problemáticas específicas de los distintos sectores ante las distintas reformas. En los próximos años, la PAC deberá hacer frente a varios retos que invitan a la Unión Europea a tomar varias decisiones estratégicas, con el objetivo de garantizar la viabilidad a largo plazo de nuestra agricultura y nuestras zonas rurales. Desde la Comisión estamos convencidos de la necesidad de fomentar el asociacionismo agrario a todos los niveles, pues la acción colectiva de los productores será el elemento clave para la competitividad de nuestro sector agrícola en el largo plazo. Os felicito por este importante aniversario. Esperamos continuar contando con vuestra colaboración para ser capaces, entre todos, de garantizar un apoyo decidido y constante a nuestros sectores agrícolas y ganaderos.

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Papel crucial de UPA por un sector agrícola sólido y un comercio más justo Pekka Pesonen Secretario general del COPA-COGECA

Ante los escasos progresos conseguidos en la Ronda de Doha de las negociaciones comerciales mundiales, la Comisión Europea está acelerando la negociación de acuerdos bilaterales para la liberalización del comercio. Hemos quedado muy decepcionados con el acuerdo adoptado recientemente para la liberalización del comercio entre la UE y Marruecos, de aplicación a partir del 1 de mayo, puesto que tendrá consecuencias drásticas para el sector de las frutas y hortalizas de la Unión, en particular para los tomates. No obstante, UPA ha trabajado duro para conseguir aportar mejoras al texto. Este acuerdo introducirá contingentes de importación significativamente más elevados en comparación con el acuerdo anterior para seis productos sensibles: tomates, calabacines, pepinos, ajos, cítricos y fresas. Supondrá un aumento espectacular de la balanza comercial positiva ya a favor de Marruecos, y tendrá repercusiones negativas para el empleo en las zonas rurales de la UE; especialmente en España, que ya se ha visto severamente afectada por la crisis económica. En primer lugar, y antes de avanzar con el pacto, la Comisión debería haber realizado un análisis de impacto socioeconómico. Además, una de nuestras principales preocupaciones es que las importaciones procedentes de Marruecos no están obligadas a respetar las exigentes normas de producción de la UE. No obstante, acojo favorablemente el hecho de que el Parlamento Europeo haya aportado algunas mejoras al acuerdo como, por ejemplo, cambios al sistema europeo de controles y de salvaguardias a las importaciones de Marruecos, que se han revelado ineficaces en el pasado. Igualmente, la aplicación del texto se retrasó un año. UPA, y en particular nuestro vicepresidente primero, Lorenzo Ramos, ha desempeñado un papel importante a la hora de garantizar dichas mejoras, gracias a su actividad de lobby intensiva. Lorenzo Ramos también se ha esforzado porque los productores españoles obtengan una compensación que les ayude a lidiar con los efectos de la reciente crisis de la E. coli, que provocó un hundimiento de los precios en España, afectando gravemente a los productores, a pesar de estar exentos de toda culpa.

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De cara al Año de la Agricultura Familiar de la ONU, en 2014, espero colaborar con Lorenzo Ramos en la promoción de esta importante celebración, subrayando el papel crucial que desempeñan las explotaciones familiares a la hora de garantizar la seguridad alimentaria y el empleo en las zonas rurales de la UE”.

25 ANIVERSARIO Miguel Blanco Suaña Secretario general de COAG

Mirar hacia atrás y celebrar veinticinco años de historia anima y sirve para tomar impulso, para encarar con fuerza el futuro. Es lo que necesita el sector agrario, nuevas voluntades, nuevas expectativas esperanzadoras. En este camino nos debemos encontrar. En la lucha por la defensa de un modelo social de agricultura, de los hombres y mujeres del campo que trabajan en esta digna profesión. Tras el pasado tenemos un reto, todo aquello que podemos compartir. Felicidades a los hombres y mujeres de UPA. Mis mejores deseos para el futuro.

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Testimonios

Muchas felicidades Pedro Barato Triguero Presidente de ASAJA

Mis primeras palabras quiero que sean para felicitar al actual secretario general de UPA, mi buen amigo Lorenzo, por ser quien ostenta precisamente en este momento conmemorativo tan especial la máxima responsabilidad en la dirección de la organización. Veinticinco años dan para mucho, para buenos y malos momentos, para negociaciones difíciles, para reivindicar, para salir a la calle… Y también para celebrar, como ahora es el caso, y rememorar la acción sindical de UPA en estos veinticinco años de historia. Desde que UPA convocara en 1987 su primer congreso federal ha llovido mucho y, sin lugar a dudas, hay fechas muy significativas, algunas en la historia sindical de UPA que vosotros recordaréis mejor que nadie, y otras que recordamos todos porque forman parte de la historia reciente de nuestro sector agrario. Los agricultores y ganaderos españoles las hemos vivido intensamente, unas veces para bien y otras para no tanto. Me estoy refiriendo a hechos tan significativos como la primera reforma de la PAC que se aprobó en 1992, a la sequía terrible de 1995 que tantos estragos causó, a las reiteradas agresiones sufridas por nuestras producciones a manos de los vecinos franceses, a las crisis del sector lácteo, o en el terreno puramente sindical a la primera convocatoria de elecciones a Cámaras Agrarias en el campo en 1994, o las movilizaciones en defensa del olivar, el viñedo o las frutas y hortalizas. En algunas ocasiones las organizaciones agrarias nos hemos movilizado de forma individual, siguiendo criterios propios, pero las mayores acciones reivindicativas las hemos llevado a cabo de forma conjunta. Y el máximo ejemplo de esto fue, indudablemente, la movilización convocada por ASAJA y a la que se sumó UPA que tuvo lugar durante los meses de febrero y marzo de 1993, me estoy refiriendo a la “marcha verde”. Fue la mayor movilización llevada a cabo por el sector y los agricultores y ganaderos supieron ganarse el respeto y la comprensión de toda la sociedad. Aún recuerdo con cariño las palabras que mano a mano dirigí junto con Fernando Moraleda a los más de 100.000 agricultores que llegaron procedentes de toda España a Madrid.

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En lo que a protestas se refiere, puede que algunas veces nos hayamos equivocado, pero otras hemos acertado de pleno y esta movilización fue un éxito sin precedentes. Pero todo no ha sido protestar, también hemos sabido negociar y llegar a acuerdos cuando la situación lo requería y en este punto hay que recordar el acuerdo del gasóleo alcanzado hace doce años, en septiembre de 2000, en unas negociaciones durísimas cerradas de madrugada en el ministerio en las que conseguimos logros muy importantes en materia de fiscalidad agraria y en las que nuestro amigo Fernando, con buen criterio, se unió a ASAJA en nombre de UPA para cerrar aquel acuerdo histórico. Como estos podríamos citar otros tantos ejemplos más, pero no me quiero extender. Por mi parte solo quiero reiterar mi felicitación sincera a UPA y auguraros lo mejor para los próximos veinticinco años, porque hablar en este país de pequeños agricultores y de agricultura familiar no se concibe sin hablar de UPA, que ha sido y es una organización volcada en defender sus intereses y trabajar por su futuro. Muchas felicidades.

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Protagonistas del cambio en el sector agrario Fernando Marcén Bosque Presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España

Quiero felicitar a UPA por su 25 aniversario y por la labor que ha venido desarrollando en defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos durante estos años. En estos veinticinco años el sector ha atravesado buenos y malos momentos y UPA, al igual que otras organizaciones, ha sido y es una protagonista activa del cambio que ha experimentado el sector agrario en España. Quiero también destacar su esfuerzo para que la labor que diariamente desarrollamos miles de agricultores y ganaderos en este país, llegue a la sociedad y esta valore los alimentos que producimos. Para nosotros, Cooperativas Agro-alimentarias de España, hemos encontrado siempre en UPA y en las personas que la representan y han representado en estos años una buena disposición para el diálogo y la cooperación, lo que nos ha llevado en muchas ocasiones a hacer frente común en defensa del sector. Pero nuestra relación no solo queda en eso, muchos de nuestros líderes de cooperativas pertenecen a UPA, y son unos magníficos representantes del mundo cooperativo y sindical. Espero, como en otras ocasiones, pero más ahora si cabe, contar con el apoyo incondicional de UPA al cooperativismo, porque el funcionamiento de las organizaciones y de las cooperativas depende en mayor o menor medida de las personas que trabajamos por el sector agroalimentario español. Enhorabuena por estos veinticinco años.

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Productores y consumidores, unidos en un objetivo común Ana Isabel Ceballo Sierra Presidenta ASGECO Confederación

ASGECO Confederación ha acompañado desde su inicio la labor de UPA como organización agraria, acompañamiento que cristalizó con el convenio de colaboración que ambas firmaron en 2010. No es difícil entender por qué UPA y ASGECO convergen en objetivos comunes: para ASGECO, la corresponsabilidad en la compra de los consumidores es el factor principal de su actuación y esto incluye factores de compra justa, es decir, justo precio, para lo que es imprescindible que la cadena sea lo más corta posible y que productores y consumidores mantengan relaciones próximas y permanentes donde unos y otros sean conocedores de las necesidades reales que ambos agentes tienen, lo que conlleva a una necesaria planificación de una parte de los agricultores que aseguren productos de una forma estable, por un lado, y de los consumidores que se comprometan a consumir esos productos asegurando su salida, por el otro. Criterios ambientales, circuitos cortos de comercialización, el arraigo al territorio, la creación de riqueza sostenible y un largo etcétera que se resume en el consumo responsable y en la discriminación positiva hacia aquellos actores del mercado que sean social y económicamente responsables. El mercado agroalimentario actual aún necesita de muchas acciones de sensibilización. Cambiar los hábitos de consumo y producción es una tarea lenta, pero absolutamente necesaria si queremos llegar al objetivo final de un mercado más justo y equilibrado para consumidores y productores. La cooperación entre ambos actores es imprescindible. Los grupos de consumo, asociaciones y cooperativas de consumidores que componen ASGECO felicitan a UPA en su 25 aniversario, porque conocemos y reconocemos su tarea constante por favorecer las condiciones necesarias para que este modelo de consumo y producción basado en la corresponsabilidad y en la cooperación sea realidad, y expresamos nuestro apoyo a su labor

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en este ámbito, que ahora más que nunca, en esta locura especulativa que vivimos, se hace absolutamente necesaria si a pesar de los malos augurios queremos salir fortalecidos de la crisis económica. Relaciones justas, sostenibles en el tiempo e inclusivas solo se darán si consumidores y productores colaboramos y cooperamos, y en esa tarea, la Asociación General de Consumidores y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, siempre nos encontraremos.

Felicitación a UPA Horacio González Alemán Director general de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB)

Nuestra cordial felicitación a UPA en su 25 aniversario como organización agraria. UPA ha sido capaz de unir a un modelo de explotación agraria y ganadera bajo intereses comunes, aportando un punto de vista propio en defensa de la producción, tanto a nivel nacional como comunitario. En estos momentos de cambio es importante que la producción agraria española, en todas sus vertientes, acompañe el desarrollo del sector, clave de la economía y de nuestro futuro. Estamos seguros de que así será en los próximos años.

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Una pieza clave en el sistema de seguros agrarios Marta Ramos Directora de ENESA

Desde su creación, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha tenido siempre una clara misión: defender los intereses de los agricultores y ganaderos de las explotaciones familiares para favorecer el desarrollo rural, tanto en el ámbito nacional como en el comunitario. Desde el punto de vista de los seguros agrarios, UPA ha estado siempre presente en las reuniones de trabajo para el desarrollo de las líneas de seguro y mejora de las coberturas, participando activamente en ellas, dando traslado de las necesidades e inquietudes de los agricultores y ganaderos, con el claro objetivo de adecuar las condiciones de los seguros a la realidad productiva. De hecho, al igual que otras organizaciones profesionales agrarias, UPA es miembro del máximo órgano de decisión de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios, por lo que su labor en el desarrollo y mejora del sistema es clave. Además, hay que reconocer también su papel como tomador de pólizas de seguro colectivas, otorgando a los asegurados un asesoramiento y una información muy valiosa, que les permite decidir la contratación del seguro que mejor se adapta a las características y al riesgo de su explotación. Los seguros agrarios son muy complejos, por lo que la información que se facilite a los asegurados debe ser clara y transparente para crear confianza en el sistema. Su participación en el sistema no acaba aquí, ya que también hay que resaltar su esfuerzo en las actuaciones de promoción y divulgación de los seguros agrarios colaborando con ENESA en estas cuestiones, para hacer llegar al mayor número de agricultores y ganaderos esta herramienta tan eficaz y útil para gestionar los riesgos que les afectan. Dentro de la actividad aseguradora cabe destacar el papel de AGROMUTUA, de la que forman parte las organizaciones profesionales agrarias, lo que completa su participación en todas las actividades relacionadas con los seguros agrarios.

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Esta participación ha sido fundamental para el desarrollo de nuestro sistema de seguros, al que hemos llegado tras más de treinta años de experiencia. UPA ha desempeñado una labor muy eficaz en este proceso de consolidación del sistema y desde ENESA agradecemos a todos sus técnicos y representantes su colaboración, participación y aportación en beneficio de los seguros, y que estamos seguros que van a seguir ejerciendo con ahínco.

Una colaboración fructífera José María Ceberio Beguiristáin Secretario ejecutivo del Foro Rural Mundial

Mi relación con UPA se concentra principalmente en los últimos cuatro años, en los que he sentido, en mi condición de responsable ejecutivo del Foro Rural Mundial, la sintonía, el compromiso y el apoyo tanto en España como en Europa a favor de la agricultura familiar, principalmente en el proyecto del Año Internacional de Agricultura Familiar 2014. Nuestra colaboración va a dar muchos frutos. Felicidades a UPA, a sus promotores y responsables, por sus bodas de plata.

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Compromiso firme y constante de UPA con los seguros agrarios Ignacio Machetti Presidente de Agroseguro

A lo largo de los más de treinta años de desarrollo del actual sistema de seguros agrarios en España al amparo de la Ley 87/1978, ha quedado siempre patente la importancia del papel que corresponde a las organizaciones agrarias en el desarrollo de este sistema. Representan la voz de los productores, aproximando la situación y necesidades del campo español al sector asegurador y a la Administración Pública. UPA, es la más joven de estas asociaciones agrarias en España, lo que no impide que sea actualmente un referente en el campo español, con más de 80.000 afiliados. Durante sus veinticinco años de actividad, esta organización no ha cejado en su empeño de contribuir muy activamente al desarrollo de las herramientas de gestión de riesgos para los productores agropecuarios, trasladando las demandas de sus afiliados a Agroseguro y al resto de instituciones del sistema. La relevante contribución de UPA no solo se manifiesta en su participación en las comisiones y grupos de trabajo del seguro agrario en España, sino también en su activa defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos españoles en el seno de la UE a través de su oficina permanente en Bruselas y de la pertenencia a asociaciones internacionales de productores y a los órganos de decisión de algunas de ellas. En la coyuntura económica y social en la que nos encontramos, es especialmente importante la labor que desarrolla UPA, uniendo los intereses de los pequeños y medianos productores, haciendo que su voz se escuche en las principales instituciones nacionales e internacionales y velando por el mantenimiento de las rentas agrarias y por la estructura social del campo español. Desde Agroseguro no quiero dejar de felicitar muy efusivamente a UPA por su 25 aniversario y por la importante y proactiva labor realizada a lo largo de este periodo en pos del desarrollo de los seguros agrarios y en defensa, en general, del sector agropecuario en España. No puedo por menos que animarles a continuar con su labor y su compromiso, en la seguridad de que serán aún mayores los motivos de orgullo en las “bodas de oro”. ¡Muchísimas felicidades!

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En defensa de los agricultores mediterráneos Giuseppe Politi Presidente de la Confederazione Italiana Agricoltori (CIA)

Me uno a la celebración del 25 aniversario de la actividad de UPA con un enorme placer y me gustaría felicitar a todos aquellos hombres y mujeres que participan en el ámbito de vuestra organización para la consecución de un mundo agrícola y rural más fuerte, equilibrado y sostenible. Sobre todo quiero hacer énfasis en las similitudes que determinan la realidad agraria que caracterizan a nuestras dos organizaciones y aquello que representan. Estas semejanzas han hecho que a menudo UPA y CIA se hayan encontrado aliadas en batallas comunes, a menudo en defensa de los agricultores mediterráneos. Con tal propósito recuerdo con mucho gusto y orgullo mi mandato como vicepresidente del COPA junto al secretario general de UPA, Lorenzo Ramos Silva. Lorenzo, actualmente a cargo de su segundo mandato como vicepresidente primero del COPA, es para nuestra organización un punto de referencia en la defensa de intereses comunes. “Es necesaria una PAC fuerte; dotada de un equilibrio adecuado; provista de instrumentos de gestión de mercado incisivos; que promueva el equilibrio en la cadena alimentaria a favor de los productores; donde se respete el principio de reciprocidad; donde las ayudas se destinen a los verdaderos agricultores que producen para el mercado y que puedan contar con un marco legislativo más estable en el largo plazo que permita hacer elecciones e inversiones con más precisión”. Recuerdo con placer y comparto plenamente estas palabras acerca de la reforma de la PAC que Lorenzo pronunció en Lecce en junio de 2011, durante la conferencia económica anual de la CIA. En el último año nuestras organizaciones han colaborado de un modo muy constructivo en el seno del COPA para defender esta prioridad. Mando un cordial saludo a vuestra sección juvenil de UPA y celebro con placer su reciente adhesión al CEJA, el Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores. Este es otro punto de convergencia entre nuestras organizaciones. Considero, de hecho, que el relevo generacional es el punto crucial para cualquier política agraria común y estoy convencido de que vuestra aportación constructiva en este aspecto no podrá ser sino positiva.

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En los últimos años he podido apreciar el fuerte interés de UPA en los aspectos internacionales, que se traduce en vuestro empeño y determinación en el ámbito de la OMA, Organización Mundial de Agricultores (y ya desde antes en la FIPA), donde tuve el honor de haber recibido la presidencia de las cuestiones mediterráneas y donde deseo continuar manteniendo una estrecha colaboración con vuestra organización. Me gustaría terminar enviando mis saludos y deseando a todos los asociados y dirigentes de vuestra organización todo el éxito del mundo en vuestro trabajo. Un saludo fraternal.

Orgullo rural Santiago Menéndez de Luarca Representante de España ante la FAO

Cumplir veinticinco años de existencia de relaciones laborales o personales es siempre un buen motivo de celebración. Por tanto, en un mundo como el de la agricultura española, en el que durante estos últimos veinticinco años una parte importante de la sociedad le daba la espalda, el hecho de que la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) haya nacido, crecido y reproducido es algo que debe ser reconocido y celebrado, no solo por los directamente implicados, sino por toda la sociedad, y muy especialmente por lo que nos hemos dedicado al servicio público del sector por más años, como es mi caso, que esos veinticinco.

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En mi opinión ha habido, entre otros, dos motivos fundamentales para que nuestra sociedad no considerara la agricultura como un elemento necesario e imprescindible desde una perspectiva socioeconómica: la primera razón, no justificación, es que en esos años de un profundo desarrollo una parte de la sociedad, equivocadamente, malinterpretó que la modernidad estaba reñida con el medio rural, produciéndose un rechazo a sus propias raíces, una especie de peculiar antichovinismo; pero también porque, en más casos de los convenientes, el sector ha considerado al lamento como una adecuada herramienta para conseguir sus logros. Siempre he opinado que era una estrategia equivocada, pues es muy difícil que terceros aprecien una labor que uno malvende, como si se tratara de una continua desdicha. En los que no viven en y de ello, suele producir una reacción contraria, de alejamiento. La labor de UPA impulsando el “orgullo rural” ha sido muy oportuna y conveniente, como también lo fue en su día su visión de progreso defendiendo una política de modulación de las ayudas comunitarias. El 25 aniversario de UPA, profunda defensora de la agricultura familiar, coincide prácticamente en el tiempo con la declaración de la Asamblea de las Naciones Unidas (22 de diciembre de 2011) del año 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar, lo que es un claro espaldarazo a quienes durante todos estos años han venido defendiendo el papel de la agricultura familiar en su doble vertiente de proporcionar alimentos a la población y también de estructurar y mantener vivo el territorio. En este sentido, en la reunión de Río + 20 ha habido una mesa redonda, con participación del secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, donde se puso en evidencia el papel del campesino desde una triple faceta: 1. Garantizando la alimentación de la humanidad de forma sostenible. 2. Como responsable del mantenimiento del medio ambiente. 3. Como acervo de tradiciones y culturas. Entiendo que estas tres áreas deben ser reconocidas por la sociedad y que UPA, a pesar de todos los problemas que existen, y no son pocos, debe seguir estando orgullosa y presumir de nuestro mundo rural y muy especialmente de sus gentes.

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Un árbol frondoso Francisco Amarillo Doblado Analista agrario

Cuando en plena transición democrática UGT reinicia una acción sindical profunda en nuestro país, incorpora las federaciones principales con las que históricamente se había estructurado, entre ellas la Federación de Trabajadores de la Tierra. Por otro lado, en la década de los ochenta del siglo XX, UGT es ya un sindicato plenamente homologable a otros europeos, en los que se había superado el viejo debate entre sindicato de afiliación y sindicato de representación. Sin renunciar lógicamente a la afiliación, se pone énfasis en la representación, máxime cuando nuestra propia Constitución la ampara. La representación implica profundizar no solo en los elementos reivindicativos, sino también en una permanente voluntad de acuerdo entre las partes y una constante prestación de servicio a los afiliados. Una de las prestaciones más importantes que realiza un sindicato es la firma de los convenios colectivos, cuestión que en FTT se hacía sumamente incómoda, cuando no imposible, ya que una parte muy importante de la afiliación estaba formada por pequeños y medianos agricultores y ganaderos, dándose la paradoja de que una misma organización sindical tenía representantes como empresarios y como trabajadores. No era la primera vez que UGT tenía un sindicato de pequeños propietarios y la nueva realidad del sector agrario español obligaba a ello. De esto hace veinticinco años y, nunca más apropiada la metáfora que en este caso, la semilla fructificó y ha dado un árbol frondoso. Y no es que todo estuviese a su favor. Había rivales que le disputaban los mismos estratos sociológicos y gentes del propio campo socialista que se identificaban con otras organizaciones; aun hasta no hace demasiado tiempo se han mantenido equívocos en esta cuestión. Incluso nos olvidaremos de algún intento desde las alturas de crear una nueva organización progresista agraria. Todo olvidado, de todo se ha aprendido y sorprendiendo a propios y a extraños hemos cumplido un cuarto de siglo. UPA puede legítimamente vanagloriarse de muchas cosas, entre ellas su disposición y talante para fusiones y federaciones con organizaciones agrarias de todos los territo-

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rios españoles. Galicia y Extremadura son ya dos referentes históricos, la más reciente de Castilla y León puede llegar a serlo. Pero lo más importante, sin duda, es que hace veinticinco años era una organización de hombres, ahora lo es de hombres y mujeres. El nacimiento de FADEMUR, reivindicando la paridad hombre-mujer en la empresa agraria, a la vez que potencia el papel de la mujer rural, coloca a UPA en el camino de celebrar no ya su 25 aniversario, sino un próximo centenario.

Los orígenes del sindicalismo agrario socialista José Loira Rúa Coordinador estatal de FTT en las elecciones a Cámaras Agrarias y miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT 1980

Con la celebración del XXX Congreso de UGT, en abril de 1976, se inició un nuevo período de implantación y consolidación del sindicalismo agrario en el seno de UGT. Así, a mediados de octubre de 1976 se constituyó una ejecutiva y en marzo de 1977 se publicaba el número 1 de El Trabajador del Campo, que más tarde pasó a denominarse El Trabajador de la Tierra, constituyéndose en el órgano de expresión de FTT. El 15 de junio de 1977, coincidiendo con la celebración de las primeras elecciones legislativas del nuevo período democrático, el Gobierno publicó la normativa de creación de las Cámaras Agrarias, sustituyendo a la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos. El monopolio represen-

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tativo ostentado hasta entonces por los sectores conservadores del medio rural sería suficiente para darle continuidad con unas elecciones a Cámaras Agrarias locales y además sería utilizado como medida de interlocución con la Administración. Después de intensos debates en el seno de la familia socialista, FTT optó por concurrir a dichas elecciones celebradas en mayo de 1978. Los buenos resultados obtenidos a Cámaras Agrarias locales forzaron al Gobierno a incluir a la organización socialista en la mesa de negociación de precios agrarios de 1979 y posteriores. La presencia en la misma supuso un reconocimiento público de la organización y, además, le permitió participar en los posteriores grupos de trabajo de las principales producciones agrarias. La participación de los progresistas en unas elecciones en el medio rural contribuyó al éxito de la izquierda en las elecciones municipales de 1979 y a través de los primeros ayuntamientos democráticos se inició el desmantelamiento del sindicato vertical en el sector agrario. También las elecciones legislativas de este año llevaron a representantes de la organización al Congreso y al Senado. En 1979 se decidió constituir el sindicato agrario socialista en Galicia, coincidiendo con la celebración del primer congreso de UGT Galicia. Su rápida implantación en A Coruña significó que en las elecciones de 1982 el voto del medio rural en esta provincia contribuyera a que la opción socialista superase a la opción conservadora. Los buenos resultados a Cámaras Agrarias y la progresiva expansión de la organización hicieron posible su participación activa en las reuniones con la Administración sobre la incorporación del sector agrario en la política comunitaria de la UE (entonces CEE). Y la aceptación de la organización socialista como miembro de pleno derecho de la organización comunitaria COPA permitió a los responsables sectoriales de la organización participar en las reuniones comunitarias desde el mismo momento de la adhesión de España en enero de 1986. Quiero agradecer a todos los que de una forma u otra participaron activamente en crear una verdadera organización, ya que como todo en la vida tiene un origen y este tuvo que convivir con el desarrollo e implantación de la democracia en España, el desarrollo del actual Estado de las autonomías y la incorporación de España a la UE.

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Una organización necesaria José María García Álvarez-Coque Catedrático de Economía Aplicada

Me siento muy identificado con los años de acción sindical de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos por varios motivos. El primero, porque se trata de una organización moderna, que alumbró una visión internacional e impulsó nuestra integración europea. El segundo, porque es una organización que toma una clara postura por un modelo de explotación que no es solo social, sino que se está revelando eficaz por su contribución al empleo, a la producción de alimentos y a la conservación del medio ambiente. El tercero, y no menos importante, UPA es una organización democrática que siempre ha fomentado el debate interno y ha contado con la universidad como fuente de conocimiento. Desde hace años tengo la grata sensación de que los agricultores aprecian el trabajo de la universidad. En mi área de conocimiento, el de las ciencias económicas y sociales, la Fundación de Estudios Rurales siempre ha abierto un espacio para el pensamiento y la crítica. Sin prejuicios. Es claro que algo ha tenido que ayudar el liderazgo de personas como Fernando Moraleda y Lorenzo Ramos, y también la contribución de pensadores como Eduardo Moyano que han visto la PAC como una política que debería trascender un simple sistema de ayudas, y que debe convertirse en un instrumento de innovación, sostenibilidad territorial y competitividad, sin perder la esencia del tejido social del campo. España ha cambiado mucho en estos veinticinco años. Y a pesar de la crisis actual podemos proclamar la hipótesis de que nuestra agricultura está mejor de como habría estado sin integración en las Comunidades Europeas. Han sido veinticinco años de PAC, y de fuerte transformación de las instituciones en España. El país se ha descentralizado, aunque la forma de hacer política agraria quizás ha estado demasiado condicionada por las urgencias políticas de cada momento. UPA ha contribuido a tener una visión de Estado y es, hoy por hoy, una organización necesaria. A nivel español y planetario no hay una solución única para afrontar los desafíos de la producción agroalimentaria. Nadie sobra. Los prejuicios sí. Hacen falta muchos hombres y mujeres preparados, porque la educación es la base de la adaptación a los cambios. En ese futuro son imprescindibles las pequeñas explotaciones y las organizaciones como UPA que las representan.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

Técnicos y trabajadores, lo mejor de los veinticinco años de UPA Alfredo López Coordinador editorial de AgroNegocios (Grupo Eumedia)

Sea casualidad o no, el congreso federal de UPA de hace ya veinticinco años coincide más o menos en el tiempo con el inicio de una vida laboral –la mía– que ya empieza a acumular una capa de experiencia en el periodismo agrario y agroalimentario de este país. Recuerdo muy bien mis primeros pasos en este oficio tan especializado, a través de una organización agraria, la UCCL de Castilla y León, de la que pronto se marcharon algunos responsables sindicalistas de renombre en la historia de COAG, como Nacho Senovilla o Matías Llorente, hacia la nueva UPA, que entonces aspiraba a reunir a los pequeños agricultores por cuenta propia para diferenciarlos de los trabajadores agrarios por cuenta ajena, que se agrupaban en torno a la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT) de UGT, y con los que poco o casi nada tenían que ver. Desde entonces, primero en Valladolid, luego desde Burgos y ya, desde los primeros años 90, desde Madrid, la Unión de Pequeños Agricultores ha sido para mí una referencia clave a partir de la cual conocer y tratar de entender, no siempre con éxito, la enorme y compleja problemática que rodea al mundo agrario de nuestro país. Quiero, además, en este pequeño homenaje a UPA en su 25 aniversario, rendir por encima de todo mi particular y más sincero reconocimiento a todo el personal técnico que he conocido y que desde entonces ha pasado por esta organización profesional agraria. Sin duda, todos ellos han sido y son el capital humano sobre el que se ha sustentando UPA durante todo este tiempo. Todos o casi todos me han ayudado en mi actividad de información y comunicación de la ardua, compleja y difícil realidad agraria y de todos o de casi todos he aprendido buena parte de lo que sé también sobre este mundo. En los momentos críticos que vivimos ahora y con estas líneas deseo, por tanto, romper una lanza por los trabajadores y trabajadoras de UPA, por esos compañeros –y no quiero nombrar a ninguno para no dejarme a nadie sin nombrar– que siempre han estado ahí, al pie del cañón, echando horas y horas de trabajo de oficina, de reuniones interminables, o preparando la si-

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Testimonios

guiente movida de protesta en defensa del campo y del medio rural, muchas veces con escaso reconocimiento y mucha menos comprensión. Por eso: va por ellos.

Una organización accesible, una trayectoria propia Elisa Plumed Periodista. Europa Agraria

UPA, a pesar de ser la organización profesional agraria más joven de nuestro país, ha sabido labrarse una trayectoria propia que le ha hecho estar entre los tres colectivos más importantes del agro español. En este camino de veinticinco años no han faltado piedras, tanto dentro de su propia casa (en UGT, donde parte de la Federación de Trabajadores de la Tierra, FTT, tardó en asimilar el nacimiento de un colectivo que agrupara a la empresa familiar agraria) como fuera, donde su cercanía política al PSOE le valió más de alguna reticencia. Sin embargo, la gente de UPA, sus técnicos y sus representantes, ha sabido manejar bien las marejadas del sector y las marejadillas propias; desde su primer secretario general, Fernando Moraleda (quien tuvo la habilidad de dar la palabra adecuada en el momento preciso) hasta quien lo sustituyó y hoy continúa en el cargo, Lorenzo Ramos (quien transmite la franqueza y la sencillez propias de muchos agricultores). Desde mi punto de vista periodístico, las voces y opiniones de UPA han resultado muy accesibles en el desarrollo de mi trabajo en Europa Agraria, algo que en buena parte se ha debido a quien durante años fue el jefe de prensa de la organización, el inolvidable Esteban López. Él supo ganarse la confianza de muchos cuando empezamos en esto del periodismo agrario, porque él era el primero que la daba cuando llamábamos a su puerta.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

Al servicio de los pequeños agricultores Ezequiel Martínez Jiménez Periodista, escritor, director de “Tierra y Mar”, Canal Sur TV-Andalucía

Como ciudadano y como periodista quiero agradecer a esta organización agraria su empeño en la defensa de los pequeños y medianos agricultores de España, y de Andalucía en particular. Vivo desde hace treinta años en Andalucía, y he visto las actuaciones de UPA en defensa del medio rural. A lo largo del proceso de construcción europea y en la larga marcha de la PAC, con sus sucesivas reformas, UPA, como también las demás organizaciones agrarias, ha llevado a cabo un proceso de lucha y de reivindicación de los derechos de los agricultores y ganaderos, tratando de conseguir los mejores resultados para los intereses de los hombres y mujeres del campo andaluz y, por ende, del español. La nueva PAC que propone la Comisión Europea es, según UPA, un ataque directo a la agricultura productiva. Así lo recogía la revista La Tierra en su número 229 (noviembre-diciembre de 2011). En esa publicación, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, señalaba: “La Comisión Europea ha ignorado, en su propuesta, el principal problema de los agricultores y ganaderos españoles: la falta de precios justos para nuestros productos”. Suscribo esa opinión, porque es injusto e inaceptable que los agricultores y ganaderos trabajen duramente para llegar a la conclusión de que todo su esfuerzo se resume en “lo comido por lo servido”. Y, a veces, es más lo comido que lo servido. Os felicito por el trabajo de ADEMUR-FADEMUR, la Asociación de Mujeres Rurales de Andalucía que lucha por la titularidad compartida y por la igualdad entre hombres y mujeres en el medio rural. He vivido y disfrutado varios momentos muy emotivos para mí y para los compañeros y compañeras que formamos la modesta familia de “Tierra y Mar” en RTVA. En 2007, La Fundación de Estudios Rurales asociada a UPA nos otorgó en Madrid el premio nacional en el área de Comunicación. En el apartado político, el premio recayó en la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y en el apartado cultural, la distinción fue para Antonio Fraguas

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Testimonios

“Forges”. Fue una mañana muy emotiva en la que saludamos a muchos amigos que se dieron cita en aquel entrañable acto. Tres años más tarde, en Granada, “Tierra y Mar” recibió el premio “Campo verde” que otorga UPA al mejor programa de televisión por difundir los temas agropecuarios y por su defensa del campo verde y del medio rural andaluz. Gracias por la dedicación de todos vosotros y vosotras, hombres y mujeres de UPA, al progreso y desarrollo del medio rural andaluz y español. Gracias a Lorenzo Ramos, Agustín Rodríguez, José Luis Gutiérrez, Monserrat Moyano, Nicolás Chica y a tantos hombres y mujeres de UPA. Gracias por vuestra lucha para hacer que el papel de la mujer y del hombre anónimos deje de ser invisible. Gracias por vuestro empeño en conseguir una sociedad más justa, y un medio rural en el que hombres y mujeres puedan vivir dignamente. Gracias porque con vuestra labor diaria contribuís a conservar el medio natural y a protegerlo para que pueda ser disfrutado por las futuras generaciones. Gracias, UPA.

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UN CUARTO DE SIGLO EN PRIMERA FILA Jorge Jaramillo Periodista especializado en información agroalimentaria

Resumir veinticinco años de trabajo de UPA no es tarea fácil –ni siquiera desde la óptica periodística– porque, desde su fundación, esta organización ha ocupado un papel activo y protagonista en la defensa de los intereses de la agricultura española. Su celo y protección hacia el más débil, hacia el pequeño agricultor y ganadero, han sido su marca diferenciada; la misma que da sentido a sus estructuras organizativas. Pero en un escenario de continuas reformas y revisiones de la única política agraria común que sustenta al sector europeo, hay un elemento claramente diferenciador. Su valiente apuesta por modular el sistema de reparto de las subvenciones comunitarias marcó un antes y un después en el debate sobre la percepción de ayudas, extendido en la opinión pública. Y ese es un mérito de esta organización profesional. Su denuncia contra el imperfecto sistema y contra los privilegios de grandes fortunas perceptoras de esas subvenciones caló en la Unión Europea, en España y en todas las comunidades autónomas, a pesar de que siga siendo una asignatura pendiente en los venideros modelos de la PAC. Ha sido también una organización activa en la vigilancia de los abusivos márgenes comerciales en la cadena de valor, contra la posición dominante de algunas industrias agroalimentarias, aportando siempre una visión realista y constructiva en las diferentes negociaciones abiertas. Con indudable capacidad movilizadora, ha realizado también una tarea silenciosa en el asesoramiento individual y colectivo de los agricultores gracias a un equipo técnico envidiable. Como dice el dicho popular: si UPA no existiera, habría que inventarla.

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A fuerza de abrir surcos José Luis Murcia Periodista y exdirector de EFEAGRO

Aunque parezca mentira veinticinco años dan para mucho. Entre otras cosas para pasar de una época de bonanza económica a otra de crisis donde los hombres y las mujeres del campo son protagonistas diarios anónimos, ya que con su trabajo, en muchas ocasiones casi sin descanso, nos permiten acceder cada día a más y mejores alimentos. Y en esa historia cotidiana y repetitiva ha estado siempre la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Pero las organizaciones agrarias, como cualquier colectivo humano, agrupan a una multitud de personas, la mayoría de ellas discretas y anónimas, que hacen historia a fuerza de abrir surcos, a costa de mover las puertas de cercas y establos, con el vareo del olivar o la poda de la viña. Y a otras que, por su liderazgo, su empatía, su trabajo a favor del colectivo, contribuyen a que esa historia pueda escribirse con mayúsculas. Y en UPA, sin olvidar el quehacer de nadie, hay dos nombres que merecen ser destacados. Uno, Fernando Moraleda que, en sus dieciséis años de secretario general, consiguió articular una organización agraria de corte progresista que antes no existía y ha logrado extenderla por todo el territorio español con una filosofía y unas directrices bastante claras. Otro, compañero de profesión y desgraciadamente ya desaparecido: Esteban López, un periodista de raza y compromiso que vivió con pasión cada instante de la historia de UPA y que contribuyó a su éxito y a la consolidación de sus siglas. Nos lo arrebató el maldito cáncer con el que luchó hasta el último día y, sobre todo, dejó sembrada la semilla del periodismo en su hija Laura. Hoy, Lorenzo Ramos, cabeza de esta importante organización agraria, podrás ver que, parafraseando el famoso tango, veinticinco años no es nada porque la historia está siempre por escribir, una historia en la que te compete luchar por la mejora en la calidad de vida de los hombres y mujeres del campo que, sin distinción de ideología o credo religioso, dedican la mayor parte de su existencia, ingrata en no pocas ocasiones, a cuidar con primor los alimentos que necesitamos el grueso de la sociedad. A fuerza de abrir surcos.

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Una organización consolidada Cristóbal de la Puerta Director de la revista Agricultura. Editorial Agrícola Española

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos nació a principios de la década de los ochenta impulsada por el entonces ministro de Agricultura Carlos Romero, que quería una organización agraria afín, que contrarrestara a una COAG posiblemente dominada por una extrema izquierda difícil de controlar. Esta organización sindical asumió parte de la militancia de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, a cuyo sindicato estaba en parte vinculada. Con la llegada de Fernando Moraleda, UPA consolidó su crecimiento haciéndose cada vez más independiente, aumentando el número de afiliados, que en la actualidad supera los 80.000. Su crecimiento ha conseguido contar con su presencia en todas las regiones españolas en defensa de los intereses de los profesionales de la agricultura y ganadería de España. Su colectivo mayoritario del sector agrario son las explotaciones familiares cuyos titulares son preferentemente pequeños y medianos agricultores y ganaderos. La organización cuenta también con una oficina en Bruselas, desde la que se realiza un seguimiento puntual de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea y tiene representación en los Comités Consultivos de la UE, además de en el COPA y CES. UPA ha tenido que superar dificultades para su implantación en nuestro medio rural, por cuyo esfuerzo, desde las páginas de nuestra revista, les felicitamos por este gran esfuerzo, que le ha hecho alcanzar sus veinticinco años de existencia, motivo y aniversario por lo que les felicitamos con cariño.

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Un trabajo de todos. Un proyecto común Ángel Juste Mata Periodista. Director de Comunicación de Mercasa

Celebrar el 25 aniversario de UPA se convierte, en mi caso, en un acontecimiento personal, entrañable, muy querido. Soy parte de la familia de UPA desde sus orígenes. Por ello, mi testimonio no puede limitarse a un comentario profesional, solo desde la visión de un trabajador del periodismo y la comunicación que por casualidad, como tantas cosas en la vida, acabó especializándose en la agricultura, la alimentación y el consumo. He vivido los 25 años de UPA en primera persona. Y han sido muy gratificantes. Me siento una pequeña y humilde parte de su historia, porque a lo largo de todo este periodo he podido aportar algún granito de arena en el trabajo informativo de la organización, conscientes todos de que la comunicación es una herramienta de primer orden en la acción sindical. Lo más apasionante ha sido formar parte de esta trayectoria. Por ello he querido rescatar para el título de este testimonio el lema del 6º congreso de UPA: “Un trabajo de todos, un proyecto común”. Desde el principio tuvimos claro que había dos objetivos básicos en materia de comunicación. En primer lugar, trasladar a la sociedad una imagen moderna y real, alejada de tópicos y lugares comunes, de la profesión agrícola y ganadera, de los hombres y mujeres que viven y trabajan en el medio rural. Y, por otra parte, buscar en todo momento la comprensión y el apoyo de todos los medios de comunicación hacia la acción sindical de UPA y el trabajo en el campo. Dos objetivos que se han ido consiguiendo poco a poco, no sin dificultades. La conmemoración del 25 aniversario es, además, un buen motivo para reflexionar sobre la enorme dimensión social del trabajo sindical. El modelo de sociedad que hemos construido entre todos desde el fin de la dictadura no habría sido posible sin el papel, siempre positivo y responsable, de las organizaciones sindicales. Y a pesar de las duras e injustificadas consecuencias de la crisis actual, no debemos olvidar que España nunca ha vivido antes un periodo como este de libertad, progreso, democracia y bienestar para toda la población, en gran medida gracias también al trabajo sindical.

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Los sindicatos forman parte del sistema medular de la organización social en las sociedades democráticas. Por ello son en España y en muchos países europeos las organizaciones de todo tipo con mayor número de afiliados. Por ello sus convocatorias a la movilización son las que reciben el mayor respaldo social. Así es también en el mundo rural, cuyas diferencias, matices y especificidades, que las tiene, son representadas y reivindicadas por UPA desde una visión de progreso, de mejora, nunca de lamento ni de enfrentamiento con el mundo urbano y otros sectores económicos o laborales. En UPA tengo muy buenos amigos y amigas. Juntos nos felicitamos de haber llegado hasta aquí. Y con ellos espero seguir compartiendo experiencias positivas en los años por venir.

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Testimonios

Un sindicalismo eficaz Anxo Vázquez Pernas Exdirector de programas agrarios para televisión

Cuando nace la Unión de Pequeños Agricultores en 1987, la actividad agropecuaria en Galicia está en un intenso proceso de cambio, aún se están abandonando las tradicionales estructuras productivas y se adaptan las explotaciones al reto de incorporarse a la Unión Europea, de la que formaban parte los países con la agricultura más eficiente del continente, y toda esta circunstancia bajo las condiciones que imponía la PAC, pensadas fundamentalmente para estos más que para los recién incorporados. Nace UPA en un momento tremendamente delicado para, a mi entender, acometer dos objetivos: la defensa de los intereses profesionales de los asociados y del sector en general y sumarse al proceso de cambio prestando servicios esenciales a los agricultores y sus explotaciones. Los dos cometidos fueron desarrollados con total eficacia. Por aquella época de finales de la década de los 80 yo estaba de director del programa agrario que emitía la Televisión de Galicia, que tenía como finalidad la de informar y divulgar técnicas entre los agricultores, un programa eminentemente de servicio público. La colaboración del programa con UPA se materializa desde el primer momento, en especial con los equipos técnicos que realizan la labor de información y asesoramiento técnico a los agricultores. Estos equipos tenían un modelo de explotación ganadera de vacuno que se adelantó en el tiempo a las propuestas de la PAC, proponiendo modelos de producción sostenible, con el aprovechamiento y potenciación de los recursos forrajeros propios evitando en lo posible la dependencia alimentaria del ganado. Personalmente, además de su colaboración, tengo que agradecer a UPA el reconocimiento que tuvo con los espacios agrarios de la Televisión de Galicia, “O Agro” y “Labranza”, al concederles el premio Esteban López Plaza de la Fundación de Estudios Rurales del año 2010.El único galardón concedido a nivel de Estado a los programas agrarios de televisión emitidos en Galicia, durante los treinta y un años en los que estuve de director.Gracias a UPA por la especial relación que nos unió durante todos estos años y que siga desarrollando su cometido con la misma eficacia que lo hizo durante estos veinticinco primeros.

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Orgullo rural Coincidiendo con el inicio del nuevo siglo, la revista La Tierra comenzó una serie de entrevistas con agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas de todas las comunidades autónomas y de todos los sectores, que inicialmente se denominó “Agricultores y ganaderos del siglo XXI” y después pasó a llamarse “Orgullo rural”. Sus respuestas se han convertido en un testimonio vivo de las inquietudes de los profesionales del campo, de los verdaderos protagonistas del trabajo sindical de UPA. En estas páginas se recoge una pequeña muestra de las ideas y opiniones vertidas en las entrevistas, haciendo referencia al año en que se realizaron y a la actividad que desempeñaba cada cual en ese momento. Sirvan sus palabras como ejemplo y agradecimiento hacia los afiliados y simpatizantes de todas las estructuras sindicales de UPA desde sus primeros pasos como organización sindical democrática y progresista, cuya única fuerza real es la que se desprende de sus bases, cada día más amplias y sólidas.


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

Lucio Domínguez Productor de hortalizas bajo plástico en Villa del Prado (Madrid). 2001 “Las ayudas no serían tan necesarias si nuestros productos tuviesen en el mercado el valor que se merecen”

JUAN ORTIZ Productor de cereal, vid y olivo en Las Pedroñeras (Cuenca) y de ajo en Villatobas (Toledo). 2001 “Me gusta ser optimista y creo que si los productores nos unimos para defender nuestros intereses, nuestro trabajo será rentable en el futuro, siempre con mucho esfuerzo, imaginación y trabajo por nuestra parte”.

SANTIAGA SÁNCHEZ Productora de cereales y almendras en Chirivel (Almería). 2001 “Las labores agrícolas no son un hobby o algo a lo que se dedican aquellos que no saben hacer otra cosa, sino que es una profesión como otra cualquiera y que requiere una preparación”.

JOSÉ DELGADO YERGA Productor de maíz y tomate en Novelda del Guadiana (Badajoz). 2001 “La regulación de las ayudas en función del trabajo que generen las explotaciones es la única solución para terminar con los especuladores de subvenciones”

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Orgullo rural

YOLANDA AGUIRRE Ganadera de vacuno en Rascafria (Madrid). 2002 “El problema de la crisis de las “vacas locas” ha sido causado por los intermediarios que, aprovechándose de la psicosis generalizada creada por los medios de comunicación y ayudados por algunas desafortunadas declaraciones políticas, llegaron a reducir el precio de la carne de vacuno hasta un 70% en origen”

FERNANDO HERNÁNDEZ CAIRÓS Productor de plátanos y plantas ornamentales en Tejina (Tenerife). 2003 “La sociedad no es consciente de la importante labor que desempeñamos los agricultores, y mucho más en Canarias, porque se piensa que aquí todo el mundo trabaja en el sector turístico, y cuando ven que hay numerosas personas en que trabajan en la agricultura, ni siquiera se lo creen”.

ALFONSO CASTILLÓN Productor de alfalfa en Alfajarín (Zaragoza). 2004 “El futuro de la agricultura pasa por buscar el valor añadido del producto, no producir más sino con mayor calidad y respetando el medio ambiente”.

ÁUREA BARREIRO PAZ Cosechera de vino de O Ribeiro en Beade (Ourense). 2004 “En mi vida tuve un momento en el que tuve que escoger: o me marchaba y rehacía mi vida o me quedaba. Lo tuve claro desde el principio. Invertí mi vida y la de mi familia en algo en lo que creo. Mi tierra produce unos vinos extraordinarios y puede competir con cualquiera en calidad y sabor”.

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JOSÉ ANTONIO IGLESIAS Productor de fabas en Serín (Asturias). 2005 “Las marcas de calidad son una apuesta para primar la calidad del producto y que el consumidor conozca el origen de ese producto, y es una apuesta de garantía de la producción agrícola y de la alimentación en España”.

ALFONSO BARRERAS Ganadero de vacuno ecológico en Villafranca de Ebro (Zaragoza). 2005 “Una gran parte de la población no es consciente de la importancia que tiene el trabajo de los agricultores y ganaderos para el mantenimiento de la economía y del sector alimentario. Muchos creen que vivimos únicamente de las ayudas y que con estas subvenciones y con trabajar un mes al año ya tenemos para vivir holgadamente y rodeados de algunos lujos, lo que está muy lejos de la realidad agraria actual”.

MARÍA DOLORES TORO Ganadera de vacuno en Alburquerque (Badajoz). 2005 “Las únicas medidas que podrían reflotar un poco el sector pasan por aplicar la modulación favoreciendo a las explotaciones familiares e incentivar la incorporación de las nuevas generaciones a la actividad agraria”

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Orgullo rural

CARMEN PABLO Productora de hortalizas en Logroño (La Rioja). 2006 “La situación del sector hortícola es complicada debido al cada vez mayor coste de producción y al menor precio recibido por los productores. La rentabilidad del sector hortícola mejoraría si se regularan los precios en origen”.

PILAR ROMERO Ganadera de caprino en Cristóbal de la Sierra (Salamanca). 2006 “Las ayudas deberían modularse, pero siempre apoyando a los agricultores y ganaderos a título principal, que son los que en realidad trabajan en el campo, sostienen los pueblos y mantienen la vida en el mundo rural”.

DAVID LÓPEZ ANTONIO Productor de cereal, remolacha, girasol y colza en Aldeaseca (Ávila). 2006 “Los biocombustibles son una alternativa de futuro para los agricultores y contribuyen de forma beneficiosa con el medio ambiente”.

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MIGUEL ÁNGEL SERRANO Ganadero de ovino para leche en Torija (Guadalajara). 2007 “Los pueblos necesitan mejores servicios sanitarios, mayor oferta educativa y unas mínimas condiciones de vida que impulsen a la gente que vive en el campo a mantenerse en el medio rural”.

ALBERTO LACOMA Productor de viñedo, cereal y olivar en Salas Altas (Huesca). 2007 “El vino tiene futuro, sobre todo si los productores consiguen ser competitivos y ajustar sus precios a la oferta y la demanda, manteniendo la calidad”.

CARLOS MARGALEF Productor de frutas en Amposta (Tarragona). 2007 “UPA se preocupa porque las ayudas vayan dirigidas al agricultor profesional, defiende los intereses de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, y también trabaja por buscar una solución a los problemas que generan los márgenes comerciales”.

ANTONIO ALBARRÁN Ganadero de cerdo ibérico y productor de olivar en Fuentes de León (Badajoz). 2007 “El mercado del porcino de bellota está bien, pero no se paga lo que realmente vale el producto, sino un precio menor a los gastos que genera. Gracias a las subvenciones podemos seguir adelante, sino sería imposible subsistir”.

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Orgullo rural

ALICIA BERNARDO Apicultora en Lena (Asturias). 2008 “Es fundamental la promoción de la calidad de la miel española y comunitaria frente a la procedente de terceros países, lo que permitirá que el consumidor conozca las diferencias entre las distintas mieles y pueda elegir con conocimiento de causa cuál quiere consumir”.

MANUEL DOMINGO MARCO Ganadero cunícola en La Eliana (Valencia). 2008 “El sector cunícola está en quiebra técnica, con grandes pérdidas para los productores, por los intermediarios y la falta de promoción”.

RAMÓN RODRÍGUEZ Productor de frutales en Valdelacalzada (Badajoz). 2008 “La situación del mercado está acabando con la agricultura familiar por las grandes diferencias entre los precios en origen y destino. Es necesaria una ley de márgenes comerciales que fije unos precios mínimos para los tres sectores que participan en la cadena, es decir, los productores, los envasadores y almacenes y, por último, la distribución”.

JOSÉ LUIS MUÑOHIERRO Productor de cereales en Fuentes de Año (Ávila). 2008 “Desde siempre he formado parte de UPA y me han ayudado y han buscado soluciones rápidas para mis problemas como profesional en el sector agrario”.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

MAGDALENA MÉNDEZ Productora de tomate en Mazarrón (Murcia). 2008 “Desde las asociaciones de mujeres rurales se ha conseguido mover a las mujeres, concienciarlas, darles preparación, así como llevar servicios a las zonas rurales, que estaban muy olvidadas”.

VERÓNICA MARCOS Productora de queixo de Cebreiro (Lugo). 2008 “Las mujeres que vivimos y trabajamos en el mundo rural queremos igualdad y progreso. Igualdad en nuestro trabajo en las explotaciones agrícolas y ganaderas, y en el resto de actividades industriales y de servicios del mundo rural, así como en el apoyo social a la mujer rural, y progreso para nuestra actividad socioeconómica y para nuestros pueblos”.

MIGUEL LEAL Productor de arroz en Palazuelo (Badajoz). 2009 “Es primordial una ley de márgenes comerciales que acabe con los abusos a los productores y consumidores”.

JAVIER HERRERO Avicultor en Titaguas (Valencia). 2009 “Veo el futuro con optimismo y tengo clara la necesidad de ampliar y modernizar mi explotación para poder sobrevivir en el sector avícola y ser más competitivo“.

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Orgullo rural

JESUS DOMÍNGUEZ Ganadero de ovino, productor de olivar y gestor de una casa de turismo rural en Hellín (Albacete). 2009 “Hemos creado un proyecto de agroturismo que busca aprovechar los recursos que ofrece el entorno de una forma sostenible en el medio rural e intentando proteger al máximo el medio ambiente”.

ALTAGRACIA GUTIÉRREZ Ganadera de vacuno de carne y equino en Piedrasluengas (Palencia). 2010 “Las Administraciones han abandonado al sector agrario pues no lo consideran estratégico para la economía nacional y comunitaria”.

MANUEL RIVAS Productor de ovino, hortalizas, frutales y olivar en Mas de las Matas (Teruel). 2010 “La venta directa a domicilio por parte del productor podría solucionar la crisis que atraviesan muchos sectores agrarios”.

JORGE IZQUIERDO VEGA Ganadero de ovino y vacuno en Colmenar Viejo (Madrid). 2010 “La entrada de carne de terceros países, generalmente de peor calidad, está haciendo mucho daño al sector ganadero español, pues está arrastrando los precios a la baja”.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

RICARDO BAYO Productor de cítricos en la Serranía del Turia (Valencia). 2010 “UPA Joven es una organización creada por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos dedicada a defender a los jóvenes del mundo rural y que tiene, entre sus muchos objetivos, dar prioridad al relevo generacional en la actividad agraria y facilitar el acceso al empleo de los jóvenes del medio rural”.

MARÍA DOLORES ABELLÁN Productora de olivar en Moratalla (Murcia). 2011 “La mujer juega un papel fundamental en el medio rural, pues fija a la población y evita el despoblamiento de los núcleos rurales”.

BUENAVENTURA GONZÁLEZ ARIAS Productor de cereal, patata, cebolla, puerro y colza en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). 2011 “Las ayudas son fundamentales, pues son una compensación por los bajos precios que percibimos, y por la falta de competitividad de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Unión Europea frente a países terceros, en donde la mano de obra y los gastos de producción son mucho menores”.

ANDRÉS MORATE Productor de olivar y vitivinicultor en Belmonte de Tajo (Madrid). 2011 “La propuesta de reforma de la Política Agraria Común no apoya ni al agricultor profesional ni a los jóvenes agricultores, y puede traer consigo la desaparición de la vida en el medio rural tal y como la conocemos en la actualidad”.

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Orgullo rural

NURIA CUBILLO SOLANO Vitivinicultora en Aranda de Duero (Burgos). 2011 “La Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias reconoce por fin la igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres en el medio rural”.

MANUEL ARÉVALO Productor de hortalizas en invernadero en La Cañada (Almería). 2011 “Los precios a los que se nos pagan nuestros productos han ido cayendo de forma gradual, mientras que los gastos en riego, sulfatos, abonos, pesticidas, luz, transporte y mano de obra no han dejado de subir. Y mayores gastos y menores ingresos se traducen en una total falta de rentabilidad de nuestras explotaciones y un progresivo abandono de la actividad hortícola”.

RAQUEL LASTRA Ganadera de vacuno de carne en Horcajo de la Ribera (Ávila). 2012 “La situación del sector de vacuno de carne es complicada, principalmente por la falta de rentabilidad de las explotaciones, con elevados gastos y reducidos precios”.

GERMÁN JIMÉNEZ MARCOS Productor de pollos en El Carpio de Tajo (Toledo). 2012 “El mercado del pollo es bastante estable tanto en demanda como en precios de mercado, aunque los beneficios que se obtienen de este trabajo son muy pequeños, y es necesario modernizar y ampliar la explotación para poder vivir solamente de esta actividad”.

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Historia de UPA Las imรกgenes



Las imágenes

1985

Jornada de UPA de cara a la integración de España en la CEE.

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UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

1987

I Congreso Confederal de UPA.

Manifestaci贸n en Bruselas.

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Las imágenes

1988

I Comité Federal de UPA.

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UPA 25 aĂąos de sindicalismo agrario progresista

1989

II ComitĂŠ Federal de UPA.

Feria del Queso de Extremadura. Estand de UPA.

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Estand de UPA en Expoliva.


Las im谩genes

1990

Miembros de UPA durante la celebraci贸n del XXXV Congreso de UGT.

Fernando Moraleda, secretario general de UPA, en el XXXV Congreso de UGT.

Juan Miguel Asperilla, secretario de Organizaci贸n de UPA, con cooperativistas de tabaco.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1990

Fernando Moraleda, secretario general de UPA, junto al ministro de Agricultura Carlos Romero.

Manifestación multitudinaria de agricultores en Madrid.

Manifestación de ganaderos.

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Roberto García y Miguel Ángel Ordóñez.


Las imágenes

1990

I Congreso Regional. UPA La Rioja.

Fernando Moraleda.

III Comité Federal.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1991

Nicolás Redondo, secretario general de UGT.

Pedro Solbes, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

II Congreso de UPA.

Manifestación en Bruselas.

IV Comité Federal de UPA.

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II Congreso de UPA.


Las imágenes

1991

Manifestación en Madrid.

Antonio Tudela, Fernando Moraleda, Roberto García, junto a Pedro Solbes.

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, visita la nueva sede de UPA en Albacete.

X Aniversario de Unións Agrarias.

Encierro en la sede de la Federación Nacional de Industrias Lácteas.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1992

Comité Federal de UPA.

Fernando Moraleda, durante su intervención en el Día del Campo Asturiano; junto a él, a la derecha, Juan Manuel Antón.

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Movilizaciones de productores de patatas.


Las imรกgenes

1992

Encierro en la FENIL.

Estrasburgo. Diciembre 1992.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1993

Compañeros de administración, del Gabinete Técnico y de la Ejecutiva Federal de UPA, con Nicolás Redondo en la nueva sede.

De izquierda a derecha, José María Zufiaur, Paulino Barrabés y Antón Saracíbar.

Encuentro con agricultores japoneses.

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Comité Federal de UPA.

Debate en el Comité Federal de UPA.


Las imágenes

1993

Jornadas sobre modernización.

Congreso Constituyente de UPA Castilla y León.

La “Marcha verde” llega a Albacete.

La “Marcha verde” culminó en Madrid, con la mayor concentración del sector agrario de toda la etapa democrática.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1994

Congreso de UPA Jaén.

II Congreso de UPA La Rioja.

Mesa para la Defensa de la Viña y el Vino.

2ª Jornadas de Desarrollo Rural.

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Intervención de Fernando Moraleda sobre la reforma de la OCM del vino.


Las im谩genes

1994

Concentraci贸n en Zamora.

Manifestaci贸n de apicultores en Bruselas.

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UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1994

De izquierda a derecha: Lorenzo Ramos, Rodríguez Ibarra y Fernando Moraleda. V Comité Federal ordinario de UPA.

Fernando Moraleda, secretario general de UPA, durante una reunión mantenida con el presidente del Gobierno.

Movilización de ganaderos.

322

Informando sobre la huelga general del 27 de enero.


Las imágenes

1995

La nueva Comisión Ejecutiva de UPA elegida en el III Congreso con Cándido Méndez, secretario general de UGT.

323


UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

1996

Manifestaci贸n en Madrid.

324


Las imágenes

1997

Reunión con el comisario de Agricultura de la UE, Franz Fischler.

Felipe González en la presentación del Anuario de UPA.

Audiencia con el príncipe de Asturias.

Congreso regional de UPA Andalucía.

Manifestación en Madrid en defensa del sector del olivar.

325


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

1998

Manifestación de ganaderos de porcino.

Mayo de 1998. Campaña de UPA “El campo es vida”. Reparto de productos.

Manifestación en Jaén el día de la huelga general en defensa del olivar.

326


Las imágenes

1999 Campaña de la modulación. Rueda de prensa en Santiago de Compostela.

II Congreso de UPA Castilla y León.

Manifestación en Madrid (20 de marzo).

Manifestación para pedir ayudas por la sequía.

Manifestación de avicultores.

327


UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

1999

Manifestaci贸n en Estrasburgo.

IV Congreso Federal de UPA.

Manifestaci贸m en Estrasburgo.

328

IV Congreso Federal de UPA.


Las imágenes

2000

UPA denuncia a la industria láctea ante el Tribunal de Defensa de la Competencia.

Manifestación en Mérida.

Manifestación durante la crisis de las “vacas locas”.

Manifestación en Évora (Portugal) en defensa de los frutos secos.

Manifestación de ganaderos.

329


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2000

Arias Cañete en la presentación del Anuario de UPA.

Tractorada en Cádiz.

Manifestación de ganaderos durante de las “vacas locas”.

330

Movilizaciones en Castilla y León. El secretario general de UPA Castilla y León, Julio López, inconsciente tras los golpes recibidos de la policía.

Manifestación para denunciar el alto coste de los carburantes.

Reunión con el ministro de Agricultura, Jesús Posada.


Las imágenes

2001

Manifestación de ganaderos en Valladolid.

Reunión con el ministro de Agricultura.

Reunión con Zapatero.

Firma del acuerdo sobre el contrato en el sector avícola.

331


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2001

Presentación de UPA Aragón a las elecciones a Cámaras Agrarias.

Manifestación en defensa del sector de frutos secos.

Jornadas de UPA sobre mujer rural.

332

Manifestación contra el Plan Hidrológico Nacional.


Las imรกgenes

2002

5ยบ Congreso Federal de UPA.

5ยบ Congreso Federal de UPA.

Zapatero en la presentaciรณn del Anuario de UPA.

Manifestaciรณn Galicia.

333


UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

2002

Manifestaci贸n en Madrid.

334


Las imรกgenes

335


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2003

Manifestación de cultivadores de algodón.

Manifestación del sector hortofrutícola.

336

Manifestación para exigir la reforma del REASS.


Las imágenes

2004

Comité Federal Extraordinario de UPA.

Firma de los acuerdos del gasóleo.

Acto de presentación de FADEMUR en Cáceres.

La nueva Comisión Ejecutiva Federal con la ministra de Agricultura.

337


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2005 Comité Federal de UPA.

Unións Agrarias-UPA se moviliza para impedir la venta de leche a pérdidas.

Movilización conjunta por los precios del gasóleo.

Manifestación de apicultores.

Manifestación en Bruselas.

338

Entrega de frutas en la Plaza Mayor de Madrid.


Las imรกgenes

2005

6ยบ Congreso Federal de UPA celebrado en Zaragoza.

Comisiรณn Ejecutiva Federal elegida en el 6ยบ Congreso.

6ยบ Congreso Federal.

339


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2006

Comité Federal de UPA.

Esteban López, responsable de comunicación de UPA.

Manifestación de productores de tomate en Madrid.

340

Reparto de fruta en Madrid.

Reunión con la ministra tras el 6º Congreso.


Las imágenes

2006

Lorenzo Ramos entrega a Fernando Moraleda el premio de la Fundación de Estudios Rurales.

Primer Día del Orgullo Rural.

Primer Día del Orgullo Rural.

Primer Día del Orgullo Rural.

341


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2007

Reparto de fruta en Madrid.

Día del Orgullo Rural en Cantabria.

342

Noe Ladrón Esteban, premio Orgullo Rural 2007, que ilustró la campaña de UPA “Campo vivo”.

Manifestación en Toledo con más de 6.000 ganaderos de toda Castilla-La Mancha.


Las im谩genes

2007

Firma del acuerdo por el contrato de los pollos.

Reparto de fruta en Madrid.

Teresa L贸pez, presidenta de FADEMUR.

Acto de FADEMUR en Murcia.

343


UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

2008

Manifestacion de ganaderos en Madrid.

Manifestacion de ganaderos en Madrid.

Reparto de naranjas y recogida de firmas en Madrid.

Presentaci贸n del libro Historias de Vida realizado por FADEMUR.

344


Las imágenes

2008

Manifestación en Bruselas para exigir la supervivencia del sector del tabaco.

Manifiestación en Mérida.

Mosaico de frutas en Mérida.

Candidatura de UPA Madrid en las elecciones a la Cámara Agraria.

345


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2009

7º Congreso Federal de UPA.

Comisión Ejecutiva Federal elegida en el 7º Congreso.

346


Las imรกgenes

2009

Feria del Orgullo Rural.

Lorenzo Ramos en el 7ยบ Congreso Federal.

Entrega de premios de la Fundaciรณn de Estudios Rurales.

347


UPA 25 a帽os de sindicalismo agrario progresista

2009

Manifestaci贸n en Madrid.

348


Las im谩genes

2009

Reuni贸n con el presidente del Gobierno.

349


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2010

Lorenzo Ramos pide al nuevo comisario de Agricultura que mejore el equilibrio de la cadena agroalimentaria.

Manifestación en Madrid.

Día Internacional de las Mujeres Rurales.

Nace UPA Joven para garantizar el relevo generacional en el campo.

350

Manifestación ante la sede de García Baquero en Ciudad Real.


Las imágenes

2011

Concentración ante la Comisión Nacional de la Competencia.

Día de la Mujer Rural. Acto de FADEMUR en Logroño.

Primer congreso UPA Madrid.

Comité federal de UPA.

351


UPA 25 años de sindicalismo agrario progresista

2012

Reunión de FADEMUR con el ministro.

Participación de UPA en las movilizaciones contra los recortes.

Huelga general del 14N. Manifestación en Madrid.

352

Concentración en Madrid por el futuro de la PAC.



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