Los valores y el proceso experiencial1 _____________________________________________________________ Normalmente la gente nos dice sus valores (sus decisiones, preferencias y metas), pero no nos dicen casi nada del proceso experiencial por el que pasan para llegar a esas conclusiones. En este trabajo intentaré formular algunas de las características de proceso experiencial cuyo resultado normalmente tenemos en cuenta si lo comparamos con el proceso de formar valores al que generalmente no prestamos ninguna atención. 1. Por ejemplo si un hombre joven que se encuentra en psicoterapia decide inscribirse en al facultad de medicina, el problema de valores realmente no es el valor que éste pone en la facultad de medicina, prestigio, o en el hecho de ser capaz de ayudar a la gente. La pregunta más bien es, ¿qué clase de proceso lo llevó a tomar esa decisión? Si ha tenido en cuenta tan sólo algunos de sus sentimientos; si por ejemplo ha cedido a algunos de los deseos de su familia sin resolver cierta sensación de resentimiento, lo más normal es que nos inclinemos a considerar negativamente el proceso psicoterapéutico, independientemente de si compartimos o no el valor que el sujeto le da a la carera de medicina. De forma opuesta, si ha hecho referencia a muchos de sus sentimientos personales relacionados con su vida y su familia, si ha visto que para muchos casos distintos estos sentimientos se van diferenciando y cediendo significados que no se discriminaban con anterioridad, y si este proceso se ha seguido con claridad experiencial hasta antes de llegar a esta elección, sentimos que la terapia tuvo éxito incluso si nosotros mismos no compartimos todos los valores implicados en su elección. Otro ejemplo: Si un estudiante que está en terapia decide dejar la escuela, una vez más nuestros propios valores acerca de la educación superior no determinan lo correcto o lo incorrecto de su elección. Más bien dependerá de si la decisión se tomó directamente desde una habilidad cada vez mayor de tomar decisiones libremente, desde la diferenciación de los sentimientos y de los significados, o si por el contrario se trata de una huida de ciertas dificultades no examinadas, dando lugar a una sensación de fracaso que no se ha trabajado. Estos ejemplos intentan mostrar que lo que cuenta son las maneras del proceso que lleva a la elección de valores y no sólo las conclusiones abstractas. Lo que comúnmente llamamos “valores” son sólo conclusiones. En los ejemplos anteriores mantuve la misma conclusión. Quería mostrar que una 1
Condensation de Gendlin, E. T. (1967) Values and the process of experiencing. En: A.H. Mahrer (Ed) The Goals of Psychotherapy, New York: Appleton-Century Crofts, 1967.
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forma del proceso positiva o negativa puede llevar a la misma conclusión. Discutiremos que todo tema de los valores se clarifica mucho si consideramos estas diferencias procesuales. Las diferencias procesuales no son meramente privadas: podemos observar las diferencias procesuales en la forma en que un sujeto habla. A partir de las diferencias procesuales podemos predecir mayores diferencias en el comportamiento observable más adelante. Por ejemplo, muchas industrias seleccionan a la gente para diferentes puestos de acuerdo al tipo de proceso por el que han pasado para decidir solicitar el empleo. A esto se le llama una consideración de la “motivación” del solicitante, pero más específicamente queremos decir el proceso experiencial por el que ha llegado a estar tan “motivado.” Sus valores (su decisión de solicitar el puesto) no nos dicen bastante, ya que a partir de las diferencias en el proceso motivacional, el proceso por el que los solicitantes decidieron hace la solicitud, podremos predecir los diferentes tipos de comportamiento. Dos sujetos pueden llegar a la misma conclusión verbal y pueden mantenerla con la misma firmeza y sin embargo el significado experiencial de esta conclusión puede ser muy diferente para cada uno. Un joven deja la escuela y solicita el puesto; el abandono de la escuela puede suponer un fracaso irresuelto que le persiga por el resto de su vida. Para el otro joven significa un paso hacia la libertad y la responsabilidad de su propia vida. Por primera vez actúa por sí mismo desde un interés genuino. En nuestras consideraciones de problemas de valores debemos mirar no sólo a las conclusiones sino también al proceso experiencial a través del cual se llega a la conclusión. En otro caso las conclusiones concretas diferentes serán erróneamente clasificadas como si fueran las mismas conclusiones. 2. Ahora veamos un segundo aspecto del tema de los valores en psicoterapia. El movimiento del sujeto hacia uno u otro valor es temporal. (Evidentemente puede que el sujeto se comprometa consigo mismo a ser fiel a esos valores mediante vínculos externos, pero esto es un peligro). Un estudiante puede decidir dejar la escuela y a través de este proceso liberador puede descubrir la posesión de su propia vida y su propio interés en las cosas. Desde allí puede que un poco después pueda decidir ir a la escuela de nuevo, pero ahora de otra forma. Esa decisión puede llegarle antes incluso de tener tiempo suficiente para dejarla en primer lugar, pero puede llegar después. El proceso experiencial a menudo parece, en un momento dado, dirigirse hacia cierta conclusión. Un poco después puede orientarse hacia otra muy diferente, incluso opuesta. No es raro que tales cambios en la dirección aparente de los valores ocurran en tan sólo algunos minutos a medida que el proceso terapéutico pase de una diferenciación a otra. El terapeuta deja de se útil cuando retiene un movimiento de su cliente sólo porque por el momento, el proceso procesual parece dirigirse hacia una
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conclusión (hacia un valor) que él mismo no comparte. En el proceso experiencial (el proceso de diferenciar los propios significados sentidos) la dirección aparente de los valores cambia con mucha frecuencia. De hecho lo que denominamos la dirección aparente del valor no es la dirección del propio proceso. 3. El proceso tiene su propia dirección, determinada por el significadosentido presente e inmediatamente confrontado. Atender a este significadosentido y diferenciarlo es lo que hace que este proceso experiencial progrese. Todo lo demás es dar marcha atrás o ir de lado. La conclusión que extrapolames sólo parece quedar implicada en un momento dado del proceso. Si un significado-sentido se ofrece como “lo próximo” para diferenciarse, entonces para el proceso experiencial presente lo mejor es esa diferenciación del significado-sentido. Este significado-sentido, sin embargo, no nos dice nada sobre la conclusión a la que el sujeto eventualmente llegará. Por tanto no se puede anticipar con seguridad cual será la dirección de los valores en el próximo significado-sentido. Puede parecer que va en la misma dirección o que va en una dirección opuesta, pero también puede cambiar de escena a otos temas completamente diferentes. 4. Es verdad que con frecuencia el cliente de hecho sostiene ciertas colusiones (valores) y desea con fervor seguir siendo fiel a ellas. Como conclusiones que son no pueden hacer nada para que el proceso experiencial siga su curso. No determinan a donde va el proceso. Por otro lado, el cliente muchas veces tiene muchos sentimientos en relación con estos valores. Estos sentimientos concretos terminan diferenciándose y forman parte del proceso experiencial. En la mayoría de los casos se sostienen ciertas conclusiones por razones relevantes para su sentido de identidad y su forma de vivir. La secuencia en la que tiene lugar la evaluación experiencial es inversa a como se retrata normalmente. No adoptamos primero las conclusiones a partir de algún sistema y luego las aplicamos para elegir entre diversas posibilidades. Primero debemos confrontar y diferenciar los significados experienciados (significados-sentidos). Luego vemos que estos significados ahora diferenciados llevan implícitos una sensación significativa (de bueno o malo, de resuelto o conflictuado. Estas últimas las resolvemos mediante una confrontación ulterior. Para cualquier problema significativo se necesitan muchos pasos desde el “referente directo”, de “desenvolvimientos” y de “movimientos del referente”. La dirección aparente del valor puede cambiar muchas veces. El proceso tiene su propia dirección, su propio referente directo concreto y los significados-sentidos tienen su propia sensación interior de resolución del conflicto, de constricción o de alivio, de resentimiento a de liberación, de realismo renovado a de bloqueo, de autismo aislado, o sencillamente de bueno o malo.
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Las conclusiones no determinan las direcciones o los resultados del proceso de diferenciación experiencial. La diferenciación puede implicar un gran alivio sentido aun cuando lo que emerge es una situación todavía peor y más problemática de lo que se suponía. Aunque la dirección pude parece deplorable se siente un alivio incuestionable a medida que se diferencia. Las conclusiones siempre son generales y muy amplias. Por otro lado, los aspectos experienciales del significado-sentido que se diferencian son específicos en extremo (puede que sea difícil concretarlos en palabras pero son “esto aquí”; algo muy específico que se siente ahora y a lo que me refiero). Las conclusiones (valores) son suposiciones, premisas que en sí mismas necesitan el soporte de un sistema de valores más amplio, lo que por su lado nos conduce al tema de qué es lo que apoya un sistema de valores. Los aspectos experiencialmente diferenciados de un significado-sentido no necesitan ningún sistema conceptual de valores. Por todas estas razones no deberíamos dejar de participar en el proceso, incluso aunque no nos gusten los juicios de valor implícitos en un momento dado del proceso experiencial. Mucho menos podríamos dirigir directamente el proceso eligiendo primero ciertas conclusiones (valores) En resumen hemos: 1) Distinguido entre valores (conclusiones) y el proceso experiencial que nos puede llevar a ellos. 2) Hemos dicho que la conclusión aparente implícita en la diferenciación de un momento dado es temporal y puede cambiar con cada nuevo paso de diferenciación. 3) Que el proceso experiencial tiene su propia dirección, determinada por la secuencia de significados sentidos concretos que surgen a medida que se enfoca, que se diferencia y que se desdobla un significado-sentido a través del cual surgen ahora nuevos significados-sentidos. 4) Por tanto, las conclusiones (valores) no pueden determinar el proceso experiencial. Por el contrario, los aspectos nuevos ahora diferenciados del significado-sentido indican por sí mismos la necesidad de una mayor diferenciación cuando se sienten constreñidos, en conflicto y mal; o indican resolución cuando se sienten de manera global adecuados y profundamente resueltos.. Las conclusiones (valores) siempre son demasiado generales y por tanto no pueden emplearse para diferenciar y concretar aspectos específicos del experienciar. Por el contrario, estos aspectos deben primero diferenciarse concretamente.
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REFERENCIAS Gendlin E.T. 1962a) Experiencing and the creation of meaning. New York: Free Press. Gendlin E.T. (1962b) Need for a new type of concept: current trends and needs in psychotherapy research on schizophrenics. Rev. Exist. Psychol. & Psychiat. Gendlin E.T. (1964) A theory of personality change. E Worchel, P. y Byme, D (eds).). Personality Change. New York: Wiley. Mathieu P. (1961) Client-therapist interaction variables. Trabajo presentado en la American Psychological Association Convention.
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