Los pozos de nieve
FASCร CULOS DE HISTORIA LOCAL UNIVERSIDAD POPULAR DE MIGUELTURRA
Nยบ 5
Fascículos de historia local: Número 5. Edita: Universidad Popular.(Área de Cultura. Excmo. Ayuntamiento de Miguelturra) Realizado por: Mª del Castillo González Garrido. Monitora del Aula de Estudios de la U.P. Colaboran: Estrella Martín Sánchez. Teresa Sánchez Arévalo. Esmeralda Muñoz Sánchez. Isabel Gómez Rodrigo. Mª José Sánchez Rodrigo. Ascensión Sánchez Rodrigo. Alberto Martín Castellanos. Amalio Segura González. Manuel Palmero Rodrigo. José Antonio Mondéjar Rodrigo. José Manuel García Pardo. José Luís Rojas Arroyo. Foto portada: «Pozo de la nieve de Alpera (Albacete). Imágen de la revista Zahora nº 31 Diseño y maquetación: Marcial González Rivero Imprime: FISENSI Artes Gráficas I.S.B.N. Fascículo: 2: 84-932063-5-0 I.S.B.N. Genérico: 84-932063-0-X Depósito Legal: CR. 187/2001
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Índice 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
Introducción. Reseña histórica. ¿ Qué son los pozos de nieve. Tipos de pozos. Los pozos de nieve en Miguelturra. Descripción de los pozos. Localización y situación geo gráfica. Preparación y conservación de la nieve. Bibliografía.
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1. Introducción. Como señalan en su artículo los autores Burillo y Ramirez, … “son numerosas las culturas mediterráneas que hicieron necesario desde la antigüedad, el almacenamiento e incluso la producción de nieve utilizando recursos naturales.” (Ramón Burillo, J. A. y Ramírez Piqueras, J. “El pozo de la nieve de Alpera”. Zahora, nº 31.).
Noticias de pozos de nieve activos con anterioridad al siglo XVI hay pocas, si bien algunos casos como el castillo real de Olite (Navarra), tenemos la referencia de la fecha de construcción de la fortaleza, situada en los inicios del siglo XV, que de algún modo puede asimilarse con el momento de construcción de éste pozo de nieve.
Es decir, almacenando la nieve y el hielo en lugares adecuados para su conservación durante largas temporadas. Se trata de construcciones, realizadas por el hombre, conocidas como neveros o pozos de nieve. Su uso se debió extender entre los siglos XV al XIX desapareciendo posteriormente tras la generalización de los medios artificiales para la conservación de alimentos.
Otro ejemplo posterior, pero también de fechas tempranas, es el pozo de nieve del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, situado frente a la huerta del mismo. Es una construcción integrada en lo que podemos considerar como instalaciones complementarias del monasterio-palacio y que por tanto se le puede asignar su propia cronología, o lo que es lo mismo el último tercio del siglo XVI. Como además sabemos que el pozo se llenaba Esta pérdida de uso en el siglo pa- con la nieve transportada principalmente sado explica probablemente la falta de tra- desde otro pozo situado en las montañas dición oral y el olvido en el que se han que rodean al monasterio y en ocasiones visto envueltos hasta la actualidad. desde otros, situados cerca del Valle de Amigos del Serrablo, mailto: Serrablo@Serrablo.org. los Caídos. (2) hemos de asumir la existenhttp://www.serrablo.org/revista/s108/s108-3.html cia de instalaciones semejantes al menos de la misma antigüedad que el citado y posiblemente anteriores.
2. Reseña histórica.
Es a partir de este momento cuando la información se consolida en torno “…En nuestro país las noticias más a este tema. antiguas que tenemos, sitúan actividad de alguno de estos pozos ya en la época roDurante el siglo XVII el comercio mana, como es el caso del pozo de Dos de la nieve alcanza, al menos en algunas Torres (Córdoba) (1). -70-
zonas, un incremento que sería continuado durante los siglos siguientes, llegando a organizarse desde todos los aspectos comunes a cualquier otra actividad comercial…En Totana y Alhama (Murcia) existió la figura del factor de los pozos de nieve, a cuyo cuidado estaba la organización y coordinación general del comercio de la nieve. Eran nombrados por el Concejo y a su vez nombraba a los capataces que dirigían a los peones en el trabajo de recogida y encierro de la nieve. Una vez esta llegaba a los centros de consumo el comisario para el abasto nombraba administradores que llevaban el control de la nieve vendida en la ciudad, así como los gastos y beneficios que esta producía. Al mismo tiempo para el control del peso de la nieve en la entrega de los arrieros se contrataban fieles y contrafieles. Fue tan importante el beneficio económico, que se llegaron a cobrar impuestos como el “quinto”, llamado así porque correspondía a la quinta parte de su valor. (3) Con respecto a los aspectos tributarios pronto aparecen las cargas aplicadas a este comercio. En el reinado de Felipe II se estableció, como uno de los arbitrios extraordinarios, un impuesto de dos maravedíes por cada libra de hielo y nieve que se consumiera en Castilla y León. Años más tarde este gravamen aumentó a un quinto, llamado “quinto de la nieve”. (4)….. Ramón Burillo, J. A. y Ramírez Piqueras, J. “El pozo de la nieve de Alpera”. Zahora, nº 31.
Como curiosidad citamos un ejemplo, encontrado en internet, que nos ilus-
tra sobre la costumbre generalizada del uso de la nieve por parte de la corte; su título “Los vicios de la corte”. “El vicio de la nieve” El vicio por excelencia en la Castilla del siglo XVII no es comer caliente, sino el beber frío. En los primeros años se empezó enfriando el agua y el vino, y algunos dicen que en los últimos se tomará todo helado, hasta el caldo. Y no se piense el lector que la nieve se consume solamente en Verano, que también se gasta, y mucho, en invierno. Para abastecer de tan frío elemento a la Corte un avispado comerciante llamado Pablo Xerquies ideó hacer unos profundos pozos, donde el frío elemento se conserva fácilmente, tanto en estío como en invierno. (N. del A: El paraje, llamado «de los pozos de nieve», estaba situado cerca de donde hoy está la glorieta de Bilbao). Una persona humilde podía gastar hasta una libra diaria de nieve, que no es cara, pues cuesta apenas 8 maravedíes. Los poderosos llegan a consumir hasta una arroba diaria. Se inventan constantemente nuevas bebidas que pueden ser tomadas frías: la aloja (agua, miel y especias), la limonada con vino, y últimamente hace furor el sorbete, que consiste en tomar directamente la nieve endulzada con esencias de anís, jazmín y guindas. Un cuartillo de sorbete se vende a dos reales. http://personalf.iddeo.es/riqy/histo5 4.htm.
(1).- Pueblos de Andalucía. Dos Torres. Andalucía con encanto. EL PAÍS (2).- Avendaño Salas. Email: tiavensa ctv.es (3).- “Lugares de interés arqueológico de Totana”. Pozos de nieve. Internet. 1999 (4).- Francisco López Megías en su obra “Pozos de nieve”. Pág. 22
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3. ¿Qué son los pozos 4. Tipos de pozos. de nieve?. Siguiendo a los mismos autores, Como su nombre indica, se trata de impresionantes pozos excavados en el suelo, de unas dimensiones aproximadas de 6 m. de diámetro y 4 m. de profundidad, en los que se acumulaba la nieve en invierno para posterior mente procederse a su distribución a lo largo del año, era utilizada tanto para refrescar bebidas como para conservar alimentos, enfriar patios y bodegas o incluso para curar algunas enfermedades. http:// www.serrablo.org/revista/s108/s108-3.html
Pozo de nieve de Escusaguá. Imagen obtenida de: http://www.serrablo.org/revista/s108/ s108-3.html
(Burillo y Ramírez). .....”Existen una serie de características generales que vienen a configurar al menos dos grandes grupos en cuanto a los pozos de nieve. De una parte está el conjunto de grandes pozos, de construcción muy planificada y con utilización de abundantes medios técnicos; que debieron requerir cuantiosos recursos económicos. Son los pozos situados en tierra murciana (Sierra de Espuña), el pozo de Alpera (Albacete) y algún otro de su entorno geográfico, como puede ser el de la Sierra de Santa Barbara en Caudete (Albacete). Estos pozos difieren del resto, incluso en aspectos tales como el tipo de explotación, ya que mientras los de volumen más reducido, parece que fueron de construcción y explotación meramente “familiar”, en estos otros casos, claramente se infiere que la demanda de recursos económicos precisos para su construcción debió justificarse con la perspectiva de unos beneficios que necesariamente debían ser dependientes del comercio de la nieve a grandes distancias, que desbordan con mucho el marco de consumo local, al que estarían reducidos los más pequeños. Los grandes pozos, debieron ha-
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de carácter local, y que ser virían como complemento a la primera actividad económica de sus propietarios; Cecilio y Estelio, quienes los explotaban a modo de sociedad, aunque, ninguno de los dos vivían exclusivamente del negocio del hielo, Cecilio era Pozo de la nieve de Alpera (Albacere). peón de albañil y Fotografía obtenida de Revista Zahora Nº 31. Estelio tenía una carretería; según cer del negocio de la nieve en el área de nos cuenta nuestro informante Cecilio Albacete y Murcia, una actividad claramen- Arevalo Lozano de 81 años, nieto de los te rentable, mientras que los pequeños últimos propietarios de los pozos. pozos que aquí hemos dado en denominar “familiares”, responderían a un modelo de actividad secundaria, que demandando menos recursos, tanto para su construcción como para su mantenimiento, ofrecería menos posibilidades de negocio, posiblemente reducido al consumo No queda constancia oral ni recuerlocal”. Ramón Burillo, J. A. y Ramírez Piqueras, J. “El pozo de la do alguno de haber visto en explotación nieve de Alpera”. Zahora, nº 31. los pozos que describiremos, aunque eso sí, se conoce perfectamente a que fin esDe acuerdo con la tipología descri- taban destinados. ta anteriormente, podemos considerar que los pozos que existieron en Sin embargo, y así parece corroMiguelturra encajarían en los denomina- borarlo la tradición oral y la toponimia, dos como “familiares”, es decir, peque- debieron existir bastantes mas en la coños pozos con un volumen de negocio marca, ya que conocemos numerosas ca-
5. Los pozos de nieve en Miguelturra.
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lles en localidades cercanas conocidas con de algunas enfermedades, insolaciones, fieel nombre de los pozos de las nieves, como bre, etc. es el caso de Carrión de Calatrava, Bolaños, Daimiel, Pozuelo… Según las mismas fuentes (5), años después (1927), los pozos fueron regenTenemos noticias, según fuentes tados por Amaro Fernández, hasta su cieorales, de que en Miguelturra existieron al rre definitivo en 1930. menos dos de estas construcciones (otras fuentes hablan de tres), ubicadas ambas en el paraje conocido como las “char(5).- Bailly - Balliere - Riera. “Anuario estadístico del comercio cas”. Eran pozos aislados, es decir, no y la industria”. integrados en el recinto de la casa del pocero, pero si muy cercanos al núcleo de población. Según la documentación consultada (5), los últimos datos hacen referencia a que en 1906 los propietarios de los pozos eran Blas Fernández y Cecilio y Estelio Arévalo, encargados, tanto de la limpieza y mantenimiento, como de la Fachada e interior de la casa de Eulalio producción, comercialización y venta del Muñoz, donde estuvo ubicado uno de los hielo; se trataba de un negocio familiar pozos de nieve en el que no tenían ningún trabajador asalariado, eran los propietarios quienes se encargaban de todo el proceso. Para adquirir el hielo, era necesario ir a comprarlo directamente al pozo, ya que no nos consta que dispusieran de servicio alguno para el suministro del producto, que se utilizaba principalmente para refrescar alimentos y bebidas, así como para el tratamiento -74-
cuerdo de nuestros mayores, podemos conocer la morfología de los neveros. Actualmente no queda ningún vestigio de los dos pozos que existieron en Miguelturra, solamente el recuerdo de alguno de nuestros informantes, nos puede ayudar a la hora de hacer una recons-
Páginas interiores del anuario BaillyBalliere-Riera, de los años 19271931
6. Descripción de los pozos.
trucción idealizada de como fueron estas construcciones.
Francisca Corral, de 92 años, nos Gracias a la tradición oral y al re- cuenta que, ambos pozos parece que tu-75-
vieron unas características comunes: de planta circular y de paredes cuya fábrica estaba realizada en piedra trabada con argamasa de cal y arena, dispuesta en hiladas regulares, donde se abrían dos accesos o puertas en paralelo para carga y descarga de la nieve y el hielo.
piedad de Blas Fernández.
Los primeros años después de su abandono definitivo (no sabemos con seguridad si en1918 ó 1930), los pozos se utilizaron como escombreras, lo que contribuyó a un mayor deterioro de los mismos, aunque ya por esta época, parece El exterior del pozo presentaba un que presentaban un notable estado ruiaspecto de color blanquecíno, ya que al noso. Más adelante fueron tapados, separecer se protegía, jalbegándolo, con una gún la normativa vigente en el momento. buena capa de cal, resaltando así la construcción, sobre el árido paisaje de la llanura manchega. Se trataba de pozos de tamaño considerable, 4m. de diámetro por 5m. de profundidad aproximadamente. Al parecer, cubiertos por una cúpula realizada por aproximación de hiladas de piedra, trabadas con argamasa. En el centro Sabemos con seguridad que ambos de la construcción, por debajo del nivel pozos estaban situados a la salida del puedel suelo, presentaban una cubeta o bablo por la calle Ancha; uno de ellos a la rranco para evacuar el agua procedente derecha junto al camino de la Membrilla, del deshielo. el otro a la izquierda, al lado del camino de Carrión; este paraje es conocido como Estas construcciones se complelas Charcas. Significativo nombre, que mentaban con una serie de balsas o alalude claramente a las balsas, charcas o eras, bercas, que se utilizaban para recoger y que formaban parte del recinto de los almacenar agua, que una vez congelada, pozos; lo que nos da idea de que esta era depositada en el pozo de nieve para actividad en relación con el negocio de la su almacenamiento, conservación y posnieve y el hielo, debío desarrollarse en terior distribución. Miguelturra, desde mucho tiempo atrás, quizás siglos, según se deduce del propio El agua para llenar las balsas llegaba topónimo que da nombre al paraje. través de unos regueros o broqueras, procedente de un pozo no distante, proEn la actualidad el sitio donde es-
7. Localización y situación geográfica.
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taban ubicados, forma parte del casco urbano de la población, y en el lugar exacto de su emplazamiento podemos apreciar dos viviendas particulares, propiedad de Eulogio Martín y Dioscórides Mora.
Vivienda propiedad de Dioscórides Mora
Vivienda de Eulogio Martín
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Plano de situaci贸n de las casas en donde se localizaban los pozos de nieve en Miguelturra -78-
Casa de Dioscórides Mora
Casa de Eulogio Martín
Casa de Eulalio Muñoz
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8. Preparación y conservación de la nieve. El recinto de uno de los pozos que aún se recuerdan en Miguelturra se componía de dos elementos; el pozo propiamente dicho, y una estructura adyacente consistente en varias charcas, balsas o “eras” rodeadas por paredes realizadas con la técnica del tapial, con una altura aproximada de 1,30m., y una puerta de acceso de unos 50cms., sin cubierta.
Una vez introducido en el pozo, el hielo se compactaba a base de golpearlo con unos pisones de madera en forma de media luna, hasta conseguir el grueso que creían conveniente para poder sacarlo después (20-30cms., aproximadamente); posteriormente se procedía a echar una abundante capa de paja, que actuaba como aislamiento y separación entre bloque y bloque de hielo. A todo este proceso se le conoce como técnica del empozado.
La técnica de «empozado» consistiría en recoger la nieve caída en los alrededores del pozo, compactarla a continuación, y extender sobre ella Estas balsas se llenaban de agua, una capa de paja que cubría una nueva capa de traída desde un pozo cercano, conectado nieve. http://www.serrablo.org/revista/s108/s108-3.html a ellas a través de un sistema de acequias. Una vez almacenada el agua, solo había que esperar a que las bajas temperaturas nocturnas que caracterizan nuestro clima, la helasen, consiguiendo de este • Bailly - Balliere - Riera. “Anuario modo un importante acopio de hielo. estadístico del comercio y la industria”, años 1892, 1906, 1922,1927 y1931. Prácticamente a diario se procedía • Libros de Actas del Ayuntamiena la retirada de la capa superficial, que era to de Miguelturra,1914-1931. depositada en el pozo. • López Megías, F. R. y Ortíz López, M.J. “Pozos de la nieve arqueoloPara cortar y trocear el hielo utili- gía del frio industrial”. zaban unas sierras en forma de arco con • Guía Consultor y Editor de Ciuasas en los extremos para sujetarla y una dad Real y Provincia, 1906. cuerda para tensar la cuchilla, otras herra• Ramón Burillo, J. A. y Ramírez mientas necesarias para la realización del Piqueras, J. “El pozo de la nieve de el proceso eran: la pala, el martillo y el Alpera”. Zahora, nº 31. pisón. • Pueblos de Andalucía. Dos Torres. Andalucía con encanto. EL PAÍS.
9. Bibliografía.
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• Avendaño Salas. e-mail: tiavensactv.es • www.serrablo.org/revista/s108/ s108-3.html • personalf:iddeo.es/riqy/histori5
Otros pozos:
Fuentes orales • Isabel López Yebenes, 92 años. • Magdaleno Yebenes, 70 años. • Vicente Muñoz Aranda, 59 años. • Francisca Corral, 92 años. • Cecilio Arevalo Lozano, 81 años. 1. Pozo de la Sierra de Espuña • Sacramento López Yebenes, 82 años.
2. Pozo en Ibi (Alicante)
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APÉNDICE
nuevo con las bestias a toda la provincia de Málaga y otros lugares de Andalucía. El hielo era utilizado para refrescos y conservación de alimentos.
“Los neveros” Dentro del trabajo “Leyendas y Tradiciones” publicado en la página web A N D A L U C Í A COMUNIDAD CULTURAL, el investigador Miguel Merchán Toledo nos describe el trabajo del trasporte del hielo desde los pozos hasta las ciudades:
“Estos trabajos se realizaban a principios de primavera, eran llenados de nieve a cuestas de hombres, cortada con palas hasta llenar el pozo, después eran cubiertos con matojos, bolinas y tierra. Luego, cerca del verano y siempre por la madrugada era sacada y transportada en bestias de carga, por arrieros.
Estas faenas se conocen desde 1840 hasta la venida de la República de 1931. Estos hombres, mal vestidos y mal calzados se refugiaban en una pequeña cabaña hecha de piedras y tejado de ramas, donde se calentaban del fuerte viento helado. Con su esfuerzo y sacrificio dieron fama a nuestra Sierra de las Nieves. Una historia real y dura...» Miguel Merchán Toledo
Se cargaba en capachos de esperto vivo, en bloques de 50 kgs., en el fondo del capacho se depositaba “tamo”, especie de serrín de paja y los laterales de helechos y se transportaba de -82-