El Carpintero
CUADERNOS DE HISTORIA LOCAL (Oficios tradicionales) UNIVERSIDAD POPULAR DE MIGUELTURRA
Nยบ 8
Cuadernos de historia local: Número 8 (vol II) Edita: Universidad Popular. (Área de Cultura. Excmo. Ayuntamiento de Miguelturra) Realizado por: Mª del Castillo González Garrido. Monitora del Aula de Estudios de la U.P. Colaboran: Carmen Corral Ocaña Alberto Martín Castellanos. Lucio Punzón Nieto. Mª José Sánchez Rodrigo. José Antonio Mondéjar Rodrigo. José Manuel García Pardo Muñoz. Isabel Gómez Rodrigo. Manuel Palmero Rodrigo. Fidela Asensio Martín de Lucía. Estrella Martín Sánchez. Amalio Segura González. Teresa Sánchez Serrano. Foto portada: Emilio Molina Arévalo, carpintero jubilado. Diseño y maquetación: Marcial González Rivero. Imprime: Asociación Mancha, abril 2008 I.S.B.N. Fascículo: 84-934322-8-8 I.S.B.N. Genérico: 84-934322-0-2 Depósito Legal: CR. 187/2001
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Índice 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Introducción. La materia prima. La carpintería. Equipo y herramientas. Proceso de trabajo. Los carpinteros de Miguelturra. Oficios relacionados: Carreteros y toneleros. 8. Coplas, dichos y acertijos. 9. Documentación.
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1. Introducción
rencia. Las usa con sumo cuidado, profundo respeto, habilidad y economía. Según la diversidad de herramientas con las que cuente se ampliarán las posibilidades de trabajo.
El trabajo de la madera es una de las actividades de la industria humana más antigua que existe, por cuanto en cada cultura y regiones encontraremos diferentes maneras y herramientas para trabajar este material. La madera ha sido la materia prima de una amplia gama de actividades económicas, así como la fuente energética principal en el ámbito doméstico, esencial tanto en la producción mobiliaria, como en la actividad constructiva. Antiguamente los gremios protegían al consumidor controlando la calidad de sus productos, prestaban auxilio en caso de enfermedad, repartían equitativamente el trabajo, y contribuían con su organización al aprendizaje del oficio. Pero también ejercían coacciones, por ejemplo, estaba prohibido pasar de un oficio a otro y había una gran y obligatoria especialización en el trabajo. Así los gremios cumplían la función de asegurar un trabajo justamente remunerado y se protegían de la competencia. Los maestros tenían que enseñar el manejo de las herramientas y materiales, pero sobre todo tenían que orientar una actitud ante el trabajo, conducir al aprendiz al grado de control y de abandono que habían de estar presentes en el carpintero como en cualquier otro oficio y actividad.
2. La materia prima. La madera es un material ortotrópico encontrado como principal contenido en los árboles. Éstos se caracterizan por tener troncos que crecen cada año y que están compuestos por fibras de celulosa unidas con lignina. Las plantas que no producen madera son conocidas como herbáceas.
Para el carpintero, las herramientas constituyen el símbolo de una larga he-196-
Como la madera la producen y utilizan las plantas con fines estructurales es un material muy resistente y gracias a esta característica y a su abundancia natural, es utilizada ampliamente por el hombre desde tiempos muy remotos. Una vez cortada y seca, se utiliza para muy diferentes aplicaciones, artistas y carpinteros tallan y unen trozos de madera con herramientas especiales, para fines prácticos o artísticos. La madera es también un material de construcción muy importante desde los comienzos de las construcciones humanas y continúa siéndolo hoy.
· Maderas duras: son aquellas que proceden de árboles de crecimiento lento, por lo que son más densas y soportan mejor las inclemencias del tiempo que las blandas. Estas maderas proceden de árboles de hoja caduca, que tardan décadas, e incluso siglos, en alcanzar el grado de madurez suficiente para ser cortadas y poder ser empleadas en la elaboración de muebles o vigas. Son mucho más caras que las blandas, debido a que su lento crecimiento provoca su escasez, pero son más atractivas para construir muebles con ellas. También son muy empleadas para realizar tallas de madera.
En la actualidad y desde principios de la revolución industrial muchos de los usos de la madera han sido reemplazados por metales o plásticos, sin embargo es un material apreciado por su belleza y porque puede reunir características que difícilmente se presentan en otros materiales artificiales.
· Maderas blandas: el término madera blanda es una denominación genérica que sirve para englobar a la madera de los árboles pertenecientes al orden de las coníferas. La gran ventaja que tienen respecto a las duras, procedentes de especies de hoja caduca con un periodo de crecimiento más largo, es su ligereza y su precio, mucho menor. Este tipo de madera no tiene una vida tan prolongada como las duras, pero puede ser empleada para trabajos específicos. Por ejemplo, la madera de cedro rojo tiene repelentes naturales contra plagas de insectos y hongos, de modo que es casi inmune a la putrefacción y a la descomposición, por lo que es muy utilizada en exteriores. La manipulación de las maderas blandas es más senci-
La materia prima esencial con la que trabaja el carpintero tradicional es, la madera maciza, y ésta puede ser de diferentes tipos: almendro amargo, brezo, morera, escobón salvaje, pino, eucalipto, álamo blanco, nogal, cedro (muy apreciado por su olor), acebuche; además del barbusano y el paloblanco como las maderas preferidas para la construcción de muebles, junto al tilo, castaño, abeto y moral. Según su dureza, la madera se clasifica en: -197-
lla, aunque tiene la desventaja de producir mayor cantidad de astillas. Además, la carencia de veteado de esta madera le resta atractivo, por lo que casi siempre es necesario pintarla, barnizarla o teñirla.
Miguelturra, gran parte de la madera demandada para estos usos era de importación, principalmente de la zona de Cuenca, Galicia y Soria. También se abastecían de los almacenes madereros de Ciudad Real.
Tradicionalmente los carpinteros rurales utilizaban maderas locales para la construcción de muebles populares, mientras que las clases dominantes prefieren las maderas exóticas importadas. La madera fue la materia prima para la construcción de edificios, aperos de labranza y para el consumo doméstico.
Maderas Comunes, utilizadas por los carpinteros locales: Abedul. De madera blanca, débilmente anaranjada o rosada. Ligera, de buena resistencia mecánica, poca dureza pero gran tenacidad, bastante flexible. Es más fuerte y dura la parte exterior que la interior, por lo que se prefiere no quitar demasiada madera exterior al trabajarla. Repele a los insectos. Se usa en carpintería y carretería, muebles, entarimados, trabajos de torneado, montantes de escalera, timones, llantas, ruedas...
Las especies madereras más ampliamente utilizadas en carpintería fueron, hasta bien avanzado el siglo XIX, el pino, el fresno, el nogal y el castaño. En
Abeto. Su madera es fácil de trabajar y hender, de color blanco amarillento, ligera, blanda, elástica y muy resistente. Es bastante duradera si está sumergida en el agua o totalmente al aire, pero se vuelve enseguida mohosa al cambiarla de un ambiente húmedo a otro seco y viceversa. Se seca con rapidez y sin complicaciones. Se emplea para andamios, armazones y entramados, también para mástiles y piezas de instrumentos musicales. Álamo. De madera blanda, ligera, no se agrieta ni astilla fácilmente. Es poco nerviosa y tiende a la putrefacción en condiciones que la favorezcan. Se seca -198-
bien y es bastante estable. Se usa en carpintería, interiores de muebles, tableros de puertas, entarimados, cajas, etc.
Encina: Utilizada principalmente por los carreteros, escasea en ejemplares grandes cuya madera se puede aprovechar, pero es abundante en forma de carrascas de tamaño medio, aprovechables para dentales del arado o pinas para ruedas de carro.
Haya. Madera de color claro, fácil de trabajar. En lugares cálidos proporciona una madera dura, nerviosa de crecimiento rápido, densidad elevada, a veces difícilmente utilizable a causa de la fuerte contracción que sufre al secarse. Se cepilla bien y no se abre fácilmente, lo que la hace recomendable para la construcción de piezas de maquinaria y carretería.
Estas maderas se adquirían en forma de planchas o tablones con unas medidas estándar.
3. La carpintería.
Nogal. De madera semipesada, de buenas resistencias mecánicas, poco nerviosa y poco variable a los cambios de humedad. Duradera, tenaz y elástica. Es fácil de trabajar, encolar, pulir, barnizar, etc. Se seca con lentitud. Se usa en ebanistería, muebles, escaleras, marquetería, torneado, escultura, moldes de fundición, hélices de avión. Con la corteza verde del fruto se hace nogalina (un tinte muy usado en ebanistería).
Carpintería es el nombre del oficio y del taller o lugar donde se trabaja la madera y sus derivados con el fin de cambiar su forma física para crear objetos útiles al desarrollo humano. El carpintero es
Pino. El más utilizado en España es el pino silvestre. Su madera es fácil de labrar, admite la clavazón y toma bien la cola. Se seca fácilmente y es estable, pero los nudos tienden a separarse. Los usos varían mucho según la calidad, se utiliza a menudo para la construcción, cubiertas, armaduras, postes, estanterías, muebles, entarimados, puertas y ventanas. Es de las más baratas y comunes. Chopo: Su madera, blanda y ligera, era muy usada para tablas, puertas, tableros... -199-
la persona cuyo oficio es el trabajo en madera, ya sea para la construcción (puertas, ventanas, etc...) como en mobiliario. El ebanista, es el carpintero especializado en la elaboración de muebles. La carpintería tradicional, fue un oficio básico para la sociedad. El especialista en la materia, generalmente un agricultor, que en las épocas de menor actividad, se dedicaba a recoger madera de árboles cultivados o silvestres, con los que elaboraba aperos de labranza, utensilios cotidianos y ocasionalmente, muebles asociados al ámbito doméstico.
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4. Equipo y herramientas.
El taller del carpintero tradicional debe ocupar un lugar específico y estar minuciosamente ordenado, dos condiciones esenciales para que el trabajo se efectúe con precisión y comodidad.
Para el carpintero, el estado de sus herramientas repercute en el resultado final de su trabajo, por eso las usa con sumo cuidado y habilidad, manteniéndolas en ocasiones durante toda su vida El carpintero tradicional precisa de una amplia gama de utensilios, entre los que podemos encontrar.
Tanto si el taller es una prolongación de la vivienda familiar, como si se encuentra en un local específicamente destinado a la carpintería, el artesano debe buscar unas buenas condiciones de iluminación y tener las herramientas en el área donde se ejecuta la actividad.
Herramientas manuales son:
La amplitud del taller debe ser la suficiente como para incluir el banco de carpintero, así como los accesorios de sujeción y guía. El resto de las herramientas suelen estar colgadas, si el volumen y el peso no son excesivos, en cuyo caso se colocan en el suelo.
Serrucho: Es un tipo de sierra de hoja ancha con un solo mango. Azuela: Instrumento semejante a un hacha con hoja curva perpendicular al mango que se usa para desbastar. Sargento: Herramienta fundamental en carpintería. Prensa graduable, que mediante un husillo que trabaja con una mordaza móvil, aprieta contra otra fija. Son de distintos tamaños, sirven para sujetar piezas al mismo tiempo que las trabajamos. También permiten mantener unidas las piezas recién pegadas, mientras se secan. Martillo: (martillo de carpintero) herramienta común en los talleres. Consta normalmente de una cabeza de acero o goma con un orificio central, y de forma generalmente cuadrada por un extremo y en forma de pico por el otro. Cogida a la cabeza tiene un mango que está embutido en el orificio (normalmente por presión). -201-
mática, si incorpora transmisión para hacerlo.
Taladro o berbiquí y brocas para madera: El antiguo berbiquí de carpintero, construido de madera, fue evolucionando en el tiempo hasta que apareció berbiquí de eje porta herramientas de acero roscado, lleva incorporado en dicho eje una cabeza giratoria con un alojamiento cuadrado, donde se acopla la broca y un carrete tuerca, produciéndose un giro de vaivén, cuando se ejerce una presión longitudinal.
Escoplo: Herramienta de hierro acerado, con mango de madera y boca formada por un bisel que se emplea para trabajar en esquinas y rincones. Escoplo ancho, en forma de U, para rematar los costados de las tallas excavadas poco profundas. De borde cuadrado, cuya hoja se adelgaza permitiendo hacer cortes profundos y arrancar la madera sobrante.
La taladradora es la máquina herramienta donde se mecanizan la mayoría de los agujeros que se hacen a las piezas en los talleres mecánicos. Destacan estas máquinas por la sencillez de su manejo. Tienen dos movimientos: El de rotación de la broca que le imprime el motor eléctrico de la máquina a través de una transmisión por poleas y engranajes, y el de avance de penetración de la broca, que puede realizarse de forma manual sensitiva o de forma auto-
Escoplo angular: Escoplo plano con borde cortante oblicuo, que se emplea para trabajar en esquinas y rincones. Escoplo de macarrón: Escoplo ancho, en forma de U, para rematar los costados de las tallas excavadas poco profundas. Escoplo de mortaja: Escoplo de borde cuadrado, cuya hoja se adelgaza permitiendo hacer cortes profundos y arrancar la madera sobrante. Gubia y Formón: Formón adecuado que se usa en la talla para labrar superficies curvas. Gubia de afinar: Gubia
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de tope y se desliza sobre el canto de la pieza a marcar, además de uno o mas listoncillos deslizantes, que se pueden fijar en cualquier posición mediante cuñas o tornillos prisioneros, y que van provistos de puntas de acero endurecido, para marcar la superficie de la madera, arañándola. Podemos realizar marcados
de sección en V que se emplea para tallar cortes finos con sección en V. Gubia triangular o «pico de gorrión»: Gubia de sección en V que se emplea para tallar surcos que definen el contorno de un relieve. Garlopa o Cepillo: Herramienta de carpintería, de fondo plano, utilizada para dar a la madera una superficie mas uniforme y lisa, también se usa para rebajar zonas determinadas. Consta de un cuerpo, (antes de madera, ahora puede ser metálico) en el que va insertada una cuchilla de acero regulable. Cepillo de afinar: Para los acabados finales de una superficie, después de haber empleado el cepillo de desbastar o la garlopa. Gramil: Instrumento para marcar, consiste en un taco rectangular, que hace -203-
exactos en piezas de madera, que nos servirán de guía para realizar luego el corte. Con el gramil se marcan tanto anchos como grosores en paralelo.
Sierra circular: Es una máquina para aserrar longitudinal o transversalmente maderas, y también para seccionarlas. Sierra de arco: Sierra de hoja fina, montada en un arco de madera, para cortar curvas.
Lija: Papel de lija que se emplea para el acabado de la madera. Regla, escuadra y cartabón: Cartabón: Instrumento en forma de triángulo rectángulo con tres ángulos distintos de 90°, 60° y 30° y que es empleado en dibujo lineal para el trazado de ángulos, rectas perpendiculares o paralelas. Se suele acompañar en el dibujo de otro instrumento parecido, la escuadra. Se da también este nombre a un instrumento para determinar ángulos, consistente en una regla plana con un brazo movible, sujeto por un extremo, al que también se le conoce por falsa escuadra.
Sierra de bastidor: Sierra de hoja delgada, tensada en un marco de madera. Sierra de calados: Sierra de hoja fina, tensada en un arco en forma de U. Se emplea para cortar curvas en maderas poco gruesas. Los dientes pueden estar triscados. Sierra de pestaña, de ingletes, o de espiga: Sierra de hoja ancha, con una pestaña o refuerzo metálico en el borde superior que se usa para cortar ingletes y otros trabajos de precisión. Sierra de precisión: Sierra de trasdós de dientes finos, que se emplea para trabajos de gran precisión.
Lápiz: Instrumento que sirve para dibujar; consistente en una barrita de grafito envuelta en madera, para no llevarlo siempre en la mano, frecuentemente lo colocaban detrás de la oreja.
Sierra de punta: Sierra pequeña con hoja fina y mango redondeado, empleada para cortar colas de milano y otros trabajos precisos.
Herramientas eléctricas: Lijadora: Máquina para alisar o pulir la madera.
Sierra triscada: Sierra con los dientes inclinados en ángulos alternativos, para cortar en contra de la fibra.
Sierra caladora: La sierra es una herramienta que sirve para cortar madera u otros materiales. Consiste en una hoja con el filo dentado y se maneja a mano o por otras fuentes de energía, como vapor, agua o electricidad. Según el material a cortar se utilizan diferentes tipos de hojas de sierra.
Maquinas para trabajo de la madera: Sierra Cinta: Sierra mecánica con una hoja metálica en forma de correa dentada que corre sobre ruedas. Canteadora: Máquina para labrar los cantos de una tabla u otro material. -204-
Trompo o Tupi: Máquina para hacer molduras.
· Selección y preparación de la madera. · Trazado de las diferentes piezas que componen el objeto, con posible uso de plantillas.
Escopleadora o combinada: Máquina para cepillar, labrar y hacer cajas. Espigadora: Espigadora automática con doble bancada independiente capaz de realizar entre 500 y 700 espigas hora, en perfecto estado. Realiza las mechas tanto en círculo como en óvalo, permitiendo trabajar la mecha con distintos ángulos, incorporando topes y porta-ángulos.
· Modelado de cada una de las piezas.
Torno: Máquina en la que se hace girar la madera para tallar contra un instrumento cortante fijo.
· Corte
· Encaje de las piezas para la formación de una estructura. · Formalización del acabado de la estructura, en algunos casos. Las principales operaciones en la carpintería son: · Taladrado · Abocardado
Otros accesorios necesarios:
· Lijado
· Clavos.
· Perfilado
· Barniz y laca.
· Clavado
· Brocha.
· Armado o ensamblaje
· Pegamento blanco o cola de carpintero. · Resanador para madera. · Prensa. Además de estas herramientas es imprescindible una mesa o banco de trabajo donde realizar sus trabajos.
5. Proceso de trabajo. El proceso de producción es una cadena operativa, que con mínimas variaciones, consta de los siguientes pasos: -205-
6. Los carpinteros de Miguelturra. La producción de los carpinteros locales fue muy variada, realizaban obras íntimamente relacionadas con las necesidades de las casas. Es importante señalar que el ajuar de la gran mayoría de las mozas casaderas, en cuanto a enseres domésticos se refiere, era elaborada por estos artesanos, estamos hablando del mobiliario tradicional como son: bancas, mesas matanceras, camillas, loceros, espeteras, plateros, taburetes, aparadores, muebles para máquinas de coser, etc. Además de objetos de madera de pequeño tamaño como reposaderos, cuartillos, cucharas, fanegas, medias fanegas, tablas para lavar, etc. Igualmente acontecían trabajos para la construcción (puertas, ventanas....). En nuestro pueblo hubo muchos profesionales dedicados a éste oficio, algunos de los más recordados son los siguientes: -206-
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1. Marcelino Molina: heredó el oficio de su padre Lope, quien fue carpintero y ebanista. Murió en 1915 mientras desmontaba la plaza de toros (realizada a base de tablones) instalada en la calle Tercia, donde habitualmente era montada todos los años con motivo de las fiestas patronales. Como Marcelino, sus dos hermanos Romualdo y Bonifacio, también se dedicaron a la carpintería.
7. Mariano Díaz Santos “El de Dios”: el mote le viene de su padre Gregorio “Dios”. Tuvieron la carpintería en calle Real. 8. Tomás Díaz Baena: tuvo varios oficiales, entre ellos Valentín Jurado, con taller en calle Real cerca del cuartel de la Guardia Civil. 9. Ángel Asensio: figura como ebanista en el “Anuario Estadístico BaillyBalière Riera, para Ciudad Real y su provincia de 1922”.
2. Amalio y Manuel Segura: aprendieron el oficio en casa de Marcelino, posteriormente montaron su propio taller en calle Ave María.
10. Francisco Villanueva: conocido como “el tío Baraja”: con taller en calle Pardillo.
3. Julio Gómez: igualmente estuvo como oficial en el taller de Marcelino, para poner, años después, el suyo propio en la plaza del Cristo.
11. Eleuterio Díaz “el Zonguita”: con taller en calle Real, también fue guarda con D. José Mora en la finca “las cañás” (las Cañadas).
4. Julián de la Rubia “sartenilla”: en calle El Combro.
12. Ramón Asensio: también ebanista, según la misma fuente anteriormente citada. Anuario Estadístico BaillyBalière Riera, para Ciudad Real y su provincia de 1922.
5. Julián García “El Gallo”: otro carpintero local con taller en calle Veras, como casi todos los anteriormente citados, éste también aprendió el oficio en casa de Marcelino. Con él trabajó de oficial su sobrino Gregorio García Mancha conocido como “El Pater”.
13. Florencio Jurado. 14. Luis de la Orden: con carpintería en calle Ancha.
6. Ignacio Marín “El más Curro (Elmacurro): natural de Corral de Calatrava aunque vivió y desarrollo, durante mucho tiempo, su actividad profesional en Miguelturra : con carpintería en el Pradillo. Trabajaba solo, entre sus trabajos hizo muchos trompos para niños.
15. “Pilatos”: hacia 1930 tuvo el taller en calle Oriente. 16. Jesús Donate “El Chato Viruta”: con taller en calle La Virgen. 17. Conrado y Rafael Romero (los de Honorio el carretero): en calle Lentejuela, recientemente jubilados. -208-
Cristo durante algunos años, actualmente está instalado en el Polígono El Cristo. 22. Alfonso Molina (hermano de Emilio): con taller independiente en calle Tercia. 23. Maximiliano García “Maxi”: en calle Granada, en la actualidad su hijo Vicente sigue con la carpintería del padre. 24. Tomás Martín Serrano “El Chivo”: también en calle Granada. 25. Heliodoro Sánchez Arenas “Calañas” y Miguel Ángel Arenas: dos primos con taller en calle Vicente Alexandre.
7. Oficios relacionados: Carreteros y toneleros.
18. Marianillo: con carpintería en calle Isaac Peral.
Además de la carpintería, hay otros oficios relacionados con la madera que han tenido especial relevancia en el municipio por su relación con la producción rural, entre ellos cabe destacar a carreteros y toneleros.
19. José Chocano: en calle el Aire (hoy Ramón y Cajal), cuando se caso trasladó la carpintería a calle La Corte. Otros carpinteros que aún están en activo son los siguientes: 20. Emilio Molina Arévalo (hijo de Romualdo): con taller en calle Pozuelo, aunque jubilado, aún trabaja. Junto con él lleva el taller su hijo Jesús Molina Rodrigo.
El carro, herramienta indiscutible como medio de transporte y trabajo en la cultura y economía tradicional, ha pasado de formar parte constitutiva de la esfera laboral y locomotora, a permanecer en la memoria de los que aún recuerdan aquellos tiempos y los artesanos que los fabricaban, los carreteros.
21. Pablo Gómez (hijo de Julio Gómez): quien heredó la carpintería de su padre, mantuvo el taller en plaza del
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Carreteros: Las manufacturas de estos fabricantes, no se limitaban solo a la realización de carros, carretas, galeras y tartanas, si no que además elaboraban toda una serie de herramientas y utensilios, relacionados con las labores agrícolas y ganaderas como: timones de arado, bielgos, horquetas, yugos, carretillas, cedazos, etc. Además de ir a las huertas para montar las norias que sacaban el agua de los pozos.
El carro: El carro que predominaba en la región es el de tipo mediterráneo, llamado carro de varas, tirado por una sola mula. También se usó el carro de lanza, con viga central, cuya tracción era realizaba con una yunta (dos mulas), pero su fabricación fue muy rara. El carro de varas, está formado de dos partes: ruedas y caja o escalera. Ruedas. Eran, con mucho, la parte más laboriosa. Se comenzaba por el cubo, que se hacía de un tronco de olmo, sabina o acacia; primero se labraba, es decir, se descortezaba y daba forma con el hacha; en segundo lugar, se atornaba, para -210-
radios, se daba un barreno en el centro del espacio destinado a cada uno y a partir de él se ampliaba el hueco con el escoplo; era una tarea lenta y delicada, porque la dirección tenía que ser exacta para que los radios quedaran a igual distancia. Por fin se cocía en una caldera con agua durante cuatro o cinco horas para dilatar la madera. Mientras el cubo se cocía, se hacían los radios de un palo de encina o acacia; se labraban con hacha y se hacía la espiga que entraría en el hueco correspondiente del cubo; en ella se hacían dos llaves a cada lado, dando un corte con el serrucho y espalmando con la azuela.
lo cual se marcaban las medidas con una punta, se sujetaba al banco y se torneaba con las gubias; se comenzaba por el espacio central donde van los radios o rayos, luego un rebaje para el arquillo o cintillo, después un cordón, una hondonada y otro rebaje para el bocino; esto por el lado exterior de la rueda.
Nada más sacar el cubo de la caldera, se procedía a enradiar, para lo cual se comenzaba por dar un barreno en el centro del cubo, en el que se fijaba una regla con un tornillo, sobre el que giraba y servía de referencia para que todos los radios quedasen a la misma altura. El cubo se colocaba en el suelo, se metían todos los radios en sus huecos y con un mazo se iba golpeando uno por uno, mientras el contrario apoyaba en una piedra saliente que había en la pared: de esta forma iban entrando todos a la vez. Se dejaba enfriar el cubo, que al contraerse aprisiona fuertemente a los radios.
El lado interior se hacía a base de rebajes a distinto nivel, en los que se ponían otros arquillos o cintillos. En tercer lugar se enarcaba, o sea, se colocaban a presión los cintillos (aros que rodean el cubo). A continuación se escopleaba; con un compás se marcaba el lugar de los 16
Al mismo tiempo que el cubo se enfría, se iban preparando las pinas, que eran de encina, preferentemente de un -211-
madero curvado para que al darles esa forma no se cortase la hebra de la madera, se les daba forma con la sierra, se marcaban los huecos para los radios (dos en cada una), se taladraban y se escopleaban.
una barra por el hueco del cubo y entre dos la llevaban a una pila con agua que había en el patio, en donde se la hacía girar sobre dos pequeños pilotes, hasta que se enfriaba totalmente. Para fijar la llanta se colocaban unos clavos en dichos agujeros; a continuación se redondeaban las pinas con azuela y escofina, matando el vivo, es decir, las aristas.
A continuación se procedía a empinar la rueda. Todos los radios se cortaban a la misma distancia del cubo, se les hacía un poco de espiga y se les daba un corte en el centro de ésta. Se iba metiendo cada pina en sus dos radios, y para que se uniesen con fuerza se metía una cuña de encina en el corte dado al radio. Para unir una pina con las adyacentes, se daba un sierro en los extremos y se metía una chapita que la aseguraba con la siguiente, con la que tenía que ajustar a la perfección; por fuera se colocaban otras chapitas, que aseguraban las juntas.
El buje o cañonera es una pieza cilíndrica y hueca, de hierro, sirve para forrar el hueco del cubo en el que gira el eje, por eso lleva estrías para guardar la grasa. Para colocarlo había que escoplear el cubo, haciendo dos acanaladuras en donde entraban las dos uñas que tiene el buje para quedar fijo y no girar; se metía a presión, a golpes de macho o almádena1 . Si no quedaba bien prieto, se reapretaba con cáñamo o sacos de arpillera.
Los aros, también llamados llantas, los hacía el herrero. Se esperaba a tener varias ruedas hechas para colocarlos; en ese momento se ponían los aros en el horno y se tapaban completamente con madera, manojos, viruta... Se prendía fuego, y cuando estaban lo suficientemente calientes, entre varias personas los levantaban con unos gatos que pasaban por los agujeros del aro. Rápidamente lo dejaban sobre la rueda que estaba cerca, apoyada en el suelo; si no entraba, se le obligaba con un gato. Inmediatamente se echaba agua con algún recipiente para que no se quemasen las pinas; se pasaba
Caja o escalera. El armazón principal del carro se llamaba escalera, ésta se componía de dos piezas longitudinales que arrancaban de la parte trasera, llamada riostra realizada en hierro y madera, que unía las dos piezas. De la misma estructura de la escalera salían las varas donde se uncía el mulo para arrastrar el carro. En la parte central del carro éstas piezas de la escalera descansaban en una sección trapezoidal que prácticamente apoyaban en el eje: pieza de hierro, dis-212-
puesta entre las dos ruedas, de sección cuadrada en la parte central y cilíndrica en los extremos para que pudiera entrar en el cubo de la rueda, por medio de la cañonera.
Encima de la escalera descansaban varias piezas de madera de quita y pon, que en ocasiones se le colgaba un tablero con unas cadenas que se llamaban bolsas para poder llevar más carga, las bolsas constaban de dos palos (atados con cuerdas delante y detrás que al desatarlos la carga caía al suelo), y unas esteras de esparto. En otros casos, se acoplaba un tablero para transportar la mies. Cuando era utilizado para éstos menesteres (transporte de mies), en la riostra trasera se instalaba un torno para poder tensar la cuerda que la sujetaba.
De los cuatro extremos de la caja, salían unas piezas de hierro llamadas esperas, de base cuadrada y remate cilíndrico que formaban el armazón de la misma, de la base cuadrada y en ángulo recto, comenzaba una especie de pletina que iba atornillada a la riostra el remate cilíndrico estaba roscado y en él descansaba el varal atornillado, entre espera y espera se colocaban dos o tres estacas de hierro y el resto de madera sobresaliendo del varal las puntas de las estacas donde se colgaban diferentes utensilios utilizados en las labores agrícolas. Para unir un lateral con otro, por lo menos cuando se cargaba el carro, existían unas piezas móviles llamadas puentes que evitaban que el carro se abriera.
Los carros se empleaban para sacar escombros, transportar arena, etc.
De la parte inferior de las varas y en la zona delantera, pendía un palo llamado mozo, que se utilizaba para poder dejar el carro en posición horizontal cuando se desuncían las mulas, pero cuando el carro iba andando el mozo iba enganchado a la vara. En la parte de atrás pendía otro mozo, más grueso y corto, que siempre iba colgando.
La fuerza motriz del carro era un animal de tiro, mulo , caballo o burro de varas (llamado así por que se colocaba entre las dos varas del carro) y los arneses necesarios para poder tirar del vehículo, muchos de ellos fabricados por los carreteros, son los que se enumeran a continuación:
En los varales se colgaban los comederos para que pudieran comer los animales a medio día. -213-
Cabezada “cabezá”, compuesta de hociquera (tira de cuero con una anilla en cada punta de donde salía otra pieza de cuero que daba la vuelta por encima de las orejas).
De los francaletes partían dos cadenas, los tiros, que se acoplaban a unos ganchos que llevaban las varas en su interior. Encima del lomo llevaba un sillón o sillín (en el que también intervenía el carretero en su fabricación), bajo el que se ponía una manta vieja “mantujo” para que la madera no estuviese en contacto con la piel del animal, de la parte trasera del sillón salía un artilugio llamado retranca, compuesto de varias tiras de cuero que se distribuían encima de las ancas y por detrás de las patas traseras del animal; de la retranca partían dos cadenas llamadas cejadores “cejáores”, que se enganchaban a unas anillas que estaban en la parte delantera de las varas del carro. El sillón se sujetaba por debajo de la barriga, con una tira de cuero llamada barriguera, de esta forma con el horcate tiraban del carro y con la retranca lo sujetaban cuando bajaban alguna pendiente.
Frontal, otra pieza de cuero que unía las tiras que iban por encima de las orejas. Barbada “barbá”, también de cuero, para unir las piezas anteriores por debajo de la cara. Anteojeras “antojeras”, parecido a la cabezada pero con dos piezas grandes enfrentadas, que tapan lateralmente los ojos del animal. Serreta, pieza metálica dentada que se colocaba encima del hocico de la bestia, de donde partían las bridas o ramales. Entremanta, pieza que se ponía en el cuello, compuesta por una manta retorcida y rellena de trapos, por delante de la cual se colocaba la collera.
En el lado izquierdo se enganchaba otra mula, llamada (la de al lado “la de al lao”), que se llevaba solo para las labores agrícolas. Quien se dedicaba al transporte llevaban las mulas en reata, la reata estaba compuesta por dos, tres o cuatro mulas que iban enganchadas a las varas del carro.
Collera, compuesta de paja de centeno, revestida de cuero. Horcate, pieza de madera en forma de herradura que se colocaba en el cuello de las caballerías. Ésta pieza la realizaban los carreteros y tenían dos anillas o dos segmentos de metal cuadrados, por donde pasaban sendas piezas de cuero formadas por varias tiras superpuestas llamadas francaletes.
Otro tipo de carruajes habituales en el pueblo, eran las galeras, de cuatro ruedas, las delanteras más pequeñas que las traseras, cuyo sistema de tiro era diferente al de los carros. Se trataba de -214-
una vara llamada lanza (lo que permitía acoplar una yunta) anclada a una placa giratoria que hacía más fácil la maniobra, estos carruajes solo se empleaban para el acarreo de la mies a la era y, solo los tenían las grandes casas de labor, es decir los ricos.
El dental, de madera de encina, se desbastaba con hacha y se afinaba a azuela y garlopa; se trazaba la dirección de la reja y la espiga que encajará en la cama, en la cual se hacía una escopladura para el dental, reja, esteva y pezcuño. La esteva era de encina u olmo, y para ella se procuraba elegir piezas curvadas, para no cortar la hebra, que se labraban a azuela y con unos sierros se daba forma a la manilla. La reja, de hierro, forjada por el herrero por cuenta de quien encargaba el arado, podía tener la punta en V (para terrenos normales) o en W (para terrenos con guijarros).
Los carretones solo se utilizaban para acarrear bocoyes 2 , generalmente con vino, por lo cual el eje estaba arqueado, este tipo de carruaje no tenía fondo, en su lugar había unas cadenas que apoyaban en el suelo, para acoplar los bocoyes encima. Una vez dispuestos, con unos tornos, los elevaban unos veinte centímetros del suelo para poderlos transportar. Generalmente, este tipo de carruaje. solo lo tenían las bodegas y lo utilizaban para subir el vino a la estación
Se asentaba la reja al dental, luego la esteva y se apretaba con el pezcuño, de encina, lo mismo que las orejeras que van fijas en unos barrenos a los lados del dental.
Otro de los aperos más comunes que realizaban los carreteros eran los timones de los arados:
Por fin se daba un barreno en la cama y otro en el dental para colocar el cabresto, barra de hierro que los une; una vez puesto se miraba si «va puntero», en cuyo caso «se le quitaba tierra», apretando la tuerca que lleva el cabresto sobre la cama, lo que hacía subir la punta del dental. Lo normal era no pintarlos, aunque en los últimos años se daba de mínio la esteva, la cama y la unión del timón y la rastra.
Arado de palo: Se comenzaba por desbastar con hacha y después con azuela el timón y la rastra, que son de madera de sauce; se alisaban un poco con la raspadera y se unían por medio de las belortas; esto se hacía en la fragua, pues tienen que estar dilatadas por el calor. También con belortas se unía el timón a la cama, de haya, que se compraba ya hecha. Con una barrena se hacían cinco o seis lavijeros en la rastra, de forma que quedaran a la altura de un hombre, aunque también se tenía en cuenta la alzada de la yunta.
Se hacía siempre de encargo, aunque en el taller se tenían algunas de las piezas (camas, dentales...) que se hacían en ratos libres. El arado de palo era uno de los aperos más usados, por lo que al cabo -215-
del año se fabricaban bastantes, de quince a veinte. La época de mayor demanda era la de otoño-invierno.
Esta última adaptación de varas también se hacía a los arados de palo tradicionales para poder usarlos con un solo animal en aquellos trabajos más suaves. Además se usaban otros arados de tipo industrial, como la vertedera o el brabán.
Un arado nuevo duraba unos dos o tres años sin necesidad de reparaciones; a partir de ahí las más frecuentes eran: «echar dental», que sufría mucho desgaste, o sustituir alguna pieza rota, como la cama o la esteva. Además, en época de trabajo continuo, era necesario llevar la reja al herrero para que la aguzase prácticamente a diario.
Según nuestros informantes, entre 1900 y 1950 (antes carecemos de datos y después de esta fecha el oficio prácticamente desaparece), tenemos noticia de al menos siete personas que se dedicaron a este oficio:
En cuanto al precio, era un factor cambiante con el paso del tiempo y, por lo tanto, difícil de cuantificar ahora; sí que conocemos, que los últimos se vendieron a un precio de unas ciento cincuenta pesetas, en los años sesenta.
1. Fernández, conocido como “El Obispo”: con carretería en calle Granada, se dedicaba principalmente a la fabricación y reparación de carros, también hacía piezas para arados y tozas para las mulas, además de artes para norias.
Arado viñero: Es un arado de vertedera fija, para una yunta de tiro, que se introdujo a finales del siglo XIX para arar las viñas.
2. Adrián Trujillo (cuñado del anterior): con carretería en ”La Cava”: Sus hijos Manolo y Tomás, también se dedicaron al mismo oficio.
Consta de dos partes:
3. Octavio De la Rubia y sus tres hijos, Sergio, Vicente y Lázaro “Los Octavios”: toda una saga dedicada a esta actividad, con taller en calle Toledo (hoy José Mora), con varios empleados que trabajaban para ellos.
Vertedera, toda de hierro. Fabricada por el herrero. Varas, que se hacían con dos troncos no muy gordos y curvados de sauce; ambas se unían entre sí y con la vertedera por medio de una maza cúbica de madera de pino u olmo. Otro tipo, era el arado de palo en hierro, obra del herrero, al que se ponía un timón de madera para una yunta, o unas varas para un solo animal.
4. Victoriano Rubio: con carretería en “La Cava”, con él trabajaba su cuñado Fortunato Illescas. Vitoriano murió joven y su taller paso a manos de su yerno Sergio De la Rubia.
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5. Miguel Rojas “Miguelillo el carretero”: con carretería en calle Granada (cerca de la del “Obispo”). 6. Salazar, conocido como “el Tío Basto”: tenía el taller en calle Carretas (curiosamente el topónimo de la calle coincide con el nombre del oficio, lo que indicaría que éste gremio, tuvo su ubicación en ésta durante la Edad Media).
Antes de la vendimia el tonelero visitaba sus clientes, de bodega en bodega, para reparar los toneles destinados a contener el vino nuevo. Su trabajo era muy diverso: a veces tenia que cambiar el fondo de una barrica, después de haber tomado la dimensión con el compás y, seguidamente, con la ayuda del «chien» y del «davier» completaba la impermeabilidad introduciendo, entre las maderas un tallo de junco, o cerrando las juntas con anea. Otras veces tenia que cambiar una duela (tablas que forman las paredes curvas de los barriles) y rehacer, con la «colombe» (gran cepillo o garlopa), su ajuste e instalar nuevos flejes. No solo se trabajaba para las bodegas, también para cualquier particular que le encargara bien barriles de vino, o cubas y tinas para agua.
7. Honorio Romero: en calle Lentejuela. 8. Jesús (el de Estelio): con taller en calle El Ramo, con él trabajaba Anselmo Melgar.
Toneleros: Cuando en el pasado cada explotación agrícola poseía una parcela, grande o pequeña, plantada con viñas, una parte de la cosecha era destinada al consumo propio y, el resto, para el comercio local.
En su taller, los días de mal tiempo o de temporada baja, el tonelero reparaba o fabricaba desde barricas (220 l.) de muy poco uso, debido precisamente a su gran tamaño, hasta las medias barricas (100 l.) ó, barriles (50 l.), de utilización más extendida al ser más manejables. Además de las citadas medidas de capacidad, estaba el bocoy, gran barril con ca-
En cada municipio o región había una, o varias personas, que ejercían el oficio de toneleros. Para algunos el trabajo era exclusivo, mientras que para otros constituía un complemento de renta que se añadía a su actividad principal.
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proviene del tipo de madera utilizada para su construcción, más blanda y de calidad inferior a la que requieren los toneles y barricas de vino, principalmente hechos en roble, importados de Europa del Este.
bida para 40 arrobas (1 arroba es igual a 16 litros) y el fudre, de mayor capacidad, era una gran barrica que ocupaba todo un vagón de tren, dividido en dos mitades, para transportar el vino con un tonelaje equivalente a 10.000 arrobas.
También era usada (dicha tonelería blanda) para el transporte y venta de agua potable, que era suministrada a domicilio, por los cuberos, quienes la traían desde Ciudad Real en cubas de madera para venderla por las casas, al precio de una perra gorda (10céntimos) ó dos reales el cántaro, según tamaño; el agua posteriormente era recogida en tinajas, ubicadas generalmente en la cocina, ya que solo se usaba para beber y cocinar, mientras que para otros menesteres (limpieza, lavado personal, colada, etc.) se utilizaba agua de pozo.
No todos los toneleros, se dedicaban a la fabricación completa de una barrica o tonel, ya que ésta especialidad era complicada, pues dar a la madera nueva la forma curva necesaria para formar el tonel, requería gran destreza en la profesión. En Miguelturra, la mayor parte de la tonelería que se realizaba era la llamada “tonelería blanda”, utilizada principalmente para la contención de sólidos: cubas para sardinas3 , aceitunas, polvos de droguería, carburo, etc., precisamente su nombre (tonelería blanda), -218-
mientras que Vitoriano comenzó a trabajar para Moisés Anínos y otras bodegas locales, entre ellas la de Miguel Fernández. En ésta época, ya sin taller, se dedicaba al arreglo de cubas a domicilio, allí donde demandaban su trabajo acudía con sus herramientas para el desempeño del mismo.
Desde 1920-25 hasta, aproximadamente, mediados de 1960 hubo en Miguelturra, al menos diez cuberos que recuerden nuestros informantes: 1. Francisco Rivas y sus dos hijos Policarpo (Polis) y Paco. 2. Policarpo Rivas (hermano de Francisco). 3. Máximo Martín. 4. Macario Mohíno. 5. Fidel. 6. Antonio Rubio (el de los Caballeros). 7. Juan Mohíno (hijo de Macario). 8. Eusebio García (hijo de Encarna la partera). 9. Benito Asensio Yébenes. 10. José Almagro.
2. Tenemos noticia de otro artesano tonelero, Andrés, del que no conocemos su apellido, natural de Almagro. Trabajó únicamente en casa de Cayo Cano Rodríguez, empresario vinícola con bodega propia entre las calles Botija y Malpica. Se dedicaba al arreglo de toneles y cubas. 3. Entre 1935-37, estuvo trabajando en el pueblo un tonelero de Ciudad Real, conocido por “Campos”, que se dedicaba al arreglo y fabricación de cubas. Tuvo taller en calle Real (enfrente de la casa de Dª. Gregoria).
En cuanto a la tonelería, se conocen al menos cinco profesionales dedicados al oficio, entre 1925 y 1960, fecha en que se marchó el último tonelero que quedaba en el pueblo: 1. Vitoriano y Antonio González Jurado (1934), dos hermanos con taller en casa de Pascual Rojas, en calle Barranco (hoy Príncipes de España). Posterior mente, Antonio marchó a Almaden, donde al parecer puso un despacho de vinos; -219-
llamadas cabezales, les solían colocar juncos o una tirilla de anea.
4. Por último, otro artesano local, Antonio González Navarrete (hijo de Victoriano González).
(Parece ser que existe la creencia de que el tonel tiene su base en los primeros barcos, pues si el agua del mar con toda su presión, no lograba entrar en el barco, tampoco saldría de un recipiente hecho con madera). En cuanto a los toneleros que había aquí, sí se que fabricarían pequeños barriles, cubos para sacar el agua de los pozos que duraban muchísimo, tinas para las bodegas y unas cubas troncocónicas en las que llevaban el agua los gañanes, que por cierto, eran incomodísimas para beber en ellas, había que ponerlas en la parte trasera del carro y volcarlas para poder beber, porque la boca estaba en la parte de arriba, (yo he visto dibujos de cubas de ésta clase con una espita en la parte de abajo que serían mucho más cómoda).
Relato de Darío González Bautista uno de nuestros informantes, sobre el oficio de tonelero: “En mis días, solo había aquí dos toneleros; Vitoriano González que trabajaba para varias bodegas, pero yo creo que más que nada, lo que hacía era reparar los toneles, no se si en su casa haría algunos a pequeña escala. Y Andrés, que siempre trabajó para la bodega de Cayo Cano Rodríguez, incluso vivía en una vivienda en el mismo complejo de la bodega.
El grosor de las duelas varia según el tamaño de la pieza a fabricar, no es lo mismo un barril de 20 litros, que uno de 500. Las distintas fases para la construcción de un tonel son las siguientes: 1. Una vez que están dispuestas todas las duelas, el tonelero las une con un fleje de montaje.
Tengo algunas pequeñas ideas sobre la profesión que paso a enumerar: El tonel se confeccionaba con unos listones de madera, generalmente de roble, cortados en dirección de las vetas del árbol y sin nudos, llamados duelas (aquí a los fletes se les llamaba cellos), estaban biselados interiormente para poder redondear la pieza. Ésta madera se importaba del Este de Europa, en las juntas tanto de las duelas como de las bases
2. Le coloca varios flejes o bragueros y a continuación se humedece la madera y después se calienta para poder curvar las duelas. 3. Se empiezan a sustituir los flejes de montaje por los definitivos. 4. Para terminar la colocación de flejes tiene que igualar los extremos de las duelas, pues aunque las cortan a la misma medida, hay que -220-
8. Coplas, dichos y acertijos.
dejarlas exactamente igual por arriba y por abajo. 5. Los flejes son de metal y están unidos para formar un arco con dos remaches, se les solían colocar según el tamaño seis u ocho.
Coplas: 1. Este niño chiquito, no tiene cuna, su padre carpintero, le hará una. 2. Par ser carpintero de fama hay que se buen bebedor, con la fuerza del vino y las copas, la herramienta trabaja mejor. 3. Déjame subir al carro, tu que tienes buenas mulas déjame subir al carro, yo que no tengo ninguna. Déjame subir al carro, carretero déjame subir, que yo de pena me muero. 4. El panadero hace pan Y el carpintero pan, pan, pan. 5. El cura vendió la yegua el sacristán el caballo y el carpintero la mujer, preñadita del contrario. 6. Te voy a hacer una cama con tres varas de listón. En cada esquina una rosa y en medio: mi corazón. 7. La vida del carretero es ir por cañaverales, cruzando los pantanales sin encontrar su sendero.
6. Cada cabezal está formado por cuatro o cinco tablas y previamente a las duelas se le han hecho, tanto en un extremo, como en el otro una ranura para que entre el bisel de los cabezales. 7. Para colocar los cabezales empiezan por el de abajo que ya tienen los flejes definitivos y se colocan de dentro para fuera. 8. Para colocar el último cabezal, aún no se han quitado los flejes de montaje, así que con mucha habilidad colocaban el último cabezal y le colocaban los flejes definitivos, y con un mazo y un escoplo, van llevando los flejes hacia la parte más ancha, con lo cual quedan definitivamente apretados. Las herramientas más utilizadas eran: azuelas, cepillos rectos y curvos, maza, escoplo, jable, etc.”
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Dichos:
- Hasta los pinos del monte tienen su distinción: unos se aprovechan para hacer santos y otros para hacer carbón.
- Ya que la madera arde, calentémonos todos. - Hacer como el carpintero: medir dos veces, para cortar una vez.
- Dar palos de ciego. - De tal palo tal astilla.
- De padre carpintero: hijo zoquete.
- Del árbol caído, todos hacen leña.
- De padres asientos: hijos taburetes. - De casas viejas, puertas nuevas.
Acertijos:
- En casa del carpintero, puertas de acero.
- El carpintero y su hija
- Al serrador vino, y a la sierra tocino.
el herrero y su mujer
- Comer más que la lima de un carpintero.
compraron nueve naranjas y repartieron a tres.
- En casa del carpintero, cucharas de papel.
(la hija del carpintero es la mujer del herrero).
- ¿En qué se parece un perro a un carpintero?.
- Saber más que el maestro carpintero. - Hay más ángeles que astillas.
- Cien amigos tengo y todos en una tabla,
- Un clavo saca otro clavo. - Tener una espina clavada en el corazón.
si yo no los toco, ellos no me hablan. (el piano).
- Tocar madera.
- ¿Qué animal lleva las herramientas encima?.
- Toda la madera del monte, tiene su separación: unas sirven para leña y otras para hacer carbón.
(el pájaro carpintero).
- Con madera de pino, de haya o de nogal, construyó los muebles para tu hogar.
- Para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo. - Ningún árbol se derriba al primer hachazo.
(el carpintero).
- No echar leña al fuego. - La cáscara guarde al palo. -222-
9. Documentación.
2. González Navarrete, Antonio. 68 años. Tonelero jubilado. 3. Martín Castellanos, Alberto. 84 años. Albañil jubilado y participante del Aula de Estudios.
Bibliografía: · Abella, Ignacio: ”El hombre y la madera”. Integral. RBA Ediciones de librerías S. A.
4. Molina Arévalo, Emilio. 72 años. Carpintero jubilado.
· García López, Marcelino. “Manual del carpintero y ebanista”. Librería de Cuesta, Madrid 1879.
Internet: http://www.culturatradicionalgc.org/ oficios/carpinteria.php
· La madera, Ed. Blume.
http://museepaysderetz.free.fr/ espagnol_musee_tonnelier.html
· Manual del carpintero ebanista. Librería Salesiana.
http://www.funjdiaz.net/folklore/ 07ficha.cfm?id=704
Fuentes orales:
http://www.alcozar.net/etnografia/ carro%20varas.htm
1. González Bautista, Darío. 81 años. Gañán y albañil jubilado y colaborador del Aula de Estudios.
Notas 1 Almádena: Herramienta, que consta de una pieza prismática de hierro con un mango flexible, usada, sobre todo, para meter los bujes en el cubo del carro. 2 Bocoy: barril grande para envase. Plural bocoyes. 3 Se trataba de una cuba de madera, redonda y de poca altura, en la que se comercializaban las sardinas secas y saladas, que venía repleta de arenques o sardinas muy apretadas y perfectamente encajadas unas con otras. Por su forma de envasado y transporte, eran conocidas popularmente como sardinas de cuba. -223-
Emilio Molina ArĂŠvalo. Carpintero, trabajando en su taller. Uno de los informantes de este fascĂculo.
Foto de prensa del artesano tonelero local e informante, Antonio GonzĂĄlez Navarrete.
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