El mal de ojo
FASCร CULOS DE HISTORIA LOCAL UNIVERSIDAD POPULAR DE MIGUELTURRA
Nยบ 9
Fascículos de historia local: Número 9 . Edita: Universidad Popular.(Área de Cultura. Excmo. Ayuntamiento de Miguelturra) Realizado por: Mª del Castillo González Garrido. Monitora del Aula de Estudios de la U.P. Colaboran: Estrella Martín Sánchez. Teresa Sánchez Arévalo. Esmeralda Muñoz Sánchez. Isabel Gómez Rodrigo. Mª José Sánchez Rodrigo. Ascensión Sánchez Rodrigo. Alberto Martín Castellanos. Amalio Segura González. Manuel Palmero Rodrigo. José Antonio Mondéjar Rodrigo. Teresa Sánchez Serrano José Manuel García-Pardo Muñoz Foto portada: «Fragmento de cerámica islámica que representa la mano de Fátima, talismán contra el mal de ojo» Diseño y maquetación: Marcial González Rivero Imprime: FISENSI Artes Gráficas I.S.B.N. Fascículo: 9: 84-932063-9-3 I.S.B.N. Genérico: 84-932063-0-X Depósito Legal: CR. 187/2001
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Índice 1. Introducción. 2. Antecedentes históricos. 3. ¿Qué es el mal de ojo?. 4. Síntomas del aojamiento y personas que lo echan. 5. Remedios empleados para su curación. 6. Amuletos y talismanes. 7. Rezos y oraciones. 8. El mal de asiento. 9. Informantes. 10. Bibliografía.
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1. Introducción. Tanto la religión como la medicina popular constituyen el sistema de conocimiento de un amplio sector de la población, cuyos creyentes sustentan sus prácticas y transmiten su filosofía de generación en generación. Esta cesión, suele producirse por tradición oral, y a pesar de que en el momento actual, tanto la filosofía como los rituales religiosos se hallan sometidos a un proceso de transformación, dicho cambio no supone su desaparición, sino que la introducción de nuevos conocimientos permite una mejor adaptación, fomentando a menudo, su mantenimiento y reproducción, de tal manera que la medicina popular, su filosofía y las prácticas religiosas derivadas de ésta, se inscriben en un contexto socio-cultural que les dan validez permitiendo su ejercicio y difusión, legitimados consensualmente por las personas que creen en ellas. Los conceptos de salud y enfermedad que mantiene este sector de la población derivan de su concepción del mundo y de la naturaleza humana, estimando que cierto tipo de anomalías, deben ser tratadas, no por la medicina oficial, porque “no son enfermedades”, sino indicadores de facultad o gracia y su asistencia corresponde a los
especialistas del espíritu, curanderos y sanadores. Es por ello, que la no aceptación de los conceptos de salud o enfermedad tradicionales, se manifiesta y se transmite no sólo en las relaciones sociales cotidianas, sino también en un ambiente predestinado que contribuye a reforzarlas.
2. Antecedentes históricos y literarios. Es un hecho cierto que los ojos a través de la mirada transmiten toda clase de sentimientos positivos, pero también son capaces de dar lugar a otros negativos, es el caso del llamado “mal de ojo” o “aojamiento”. Se define a esta afección como una dolencia que se atribuye a la vista de alguien que mira con ahínco o con ojos atravesados. Se trata de un ente nosológico del que se disponen datos desde la antigüedad clásica, si bien pudiera ser que fuese introducido en España durante la dominación árabe. Se cuenta que en la Edad Media, los europeos temían tanto padecer sus efectos, que cualquier persona cuya mirada estuviera desviada o presentara alguna
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anomalía podía ser candidata a morir en la hoguera. Para explicar el origen de este temor, algunos autores se basan en la interpretación del reflejo en la pupila; al hombre primitivo, le debía resultar extraño y atemorizador el hecho de contemplar su propia imagen en miniatura en los ojos de otro ser humano. Ya los egipcios descubrieron un curioso antídoto; el kool, una pintura con antimonio como base química, que se aplicaban alrededor de los ojos formando un círculo oscuro que absorbía la luz solar y por consiguiente minimizaban el reflejo en el ojo. A lo largo de la literatura hay frecuentes referencias sobre el mal de ojo, una la encontramos en el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita “Exemplo de la raposa que come las gallinas en la aldea”. También Enrique de Aragón, Marqués de Villena, conocido
ocultista quien escribe su «Libro del aojamiento o fascinología», donde se describen los signos de los aojados con toda clase de detalles. Durante el Renacimiento, este fenómeno, mereció la atención del tratadista Pero Mexia; siendo durante el siglo XVIII objeto de estudio por el benedictino Benito Jerónimo Feijoo, el cual, con su mentalidad ilustrada niega la existencia de este mal en una de sus obras más conocidas, el “ T e a t r o crítico”. En el siglo XIX encontramos una referencia, de la que es autor Mariano Benavente, uno de los fundadores de la Pediatría en nuestro país y padre del conocido dramaturgo, se trata de un escrito de carácter satírico en el que se ridiculiza a las personas que creen estas cosas. La extensión geográfica del llamado mal de ojo es muy amplia, documentándose en diversas
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pueblos de Europa, Asia y Africa. lazo rojo en la cuna del niño, hasta También en España y curiosamente colgarle del cuello un pequeño casi siempre en los litorales, así en Valencia, donde se habla de “Press d’ull” o de “prendre l’ull”, igualmente el País Vasco “Beguizco”, sin olvidar a otro pueblo como son los vaqueiros de Alzada ubicados en Asturias, y en determinados lugares de Galicia. Queda pues claro que asienta en comunidades un tanto cerradas y algo marginales muy dadas a los ritos curativos más o menos mágicos, desde donde se extiende a otros lugares de la Península. La enfermedad afecta sobre todo a niños pequeños, pero también a animales e incluso a Collera con higa. Utilizado como amuleto contra el mal de ojo a los animales. plantas. Todo se debe a la mirada de fragmento de papel en el que se ha escrito un breve versículo del personas, muchas veces mujeres, las evangelio. También se habla de las cuales casi siempre están higas, pequeños dijes de azabache o menstruando, lo que enlazaría con la tradición judeo-cristiana de la coral que imitan un puño cerrado. Pero si todos estos hembra impura. Hay diversos remedios para procedimientos fallasen se puede sanar el aojamiento, desde poner un recurrir, a mujeres que tienen la -144-
potestad de sanar el aojamiento. No se trata de curanderas sino de “sabias” o “entendidas”, éstas recitan una oración, que a su vez aprendieron por tradición oral de otra mujer; resulta curioso que una hembra sea la causante del aojamiento y otra tenga la capacidad de curarlo. En los distintos textos que hemos consultado nadie ha revelado el contenido de dichas salmodias, solamente que en ellas se hace referencia a la Virgen María, a la Santísima Trinidad y a todos los Santos. La transmisión (de la oración) debe hacerse determinados días del año, los Jueves y Viernes Santos y en caso de no respetarse esta norma, la persona que la conoce pierde su poder curativo. Aún en nuestros días existe este tipo de mujeres (que miran de mal de ojo). No suelen exigir remuneración alguna por sus prestaciones, ni siquiera la voluntad, a lo más que llegan es a aceptar un regalo como agradecimiento a sus servicios. El éxito del curanderismo, radica en la fe de las gentes que recurren a él en busca de soluciones a sus dolencias. En toda curación interviene la confianza del enfermo, el convencimiento de que tal o cual persona le ha de curar, y por poco
que dicha persona le ayude, la curación se hará una realidad y no tardará en llegar. La interpretación de ciertas enfermedades en función de fenómenos mágicos y religiosos corresponden al estrato primitivo de la medicina popular, es el caso de mal de ojo, que se supone debido a personas cuya sola mirada provoca desgracias, y que en la mayor parte de España, sirve para explicar muchas dolencias y muertes, tanto de niños como de adultos.
3. ¿Qué es el mal de ojo? Todas las fuentes consultadas están de acuerdo, en que el mal de ojo, es un conjuro el cual se puede realizar consciente o inconscientemente. También coinciden, en que pueden causarlo las personas que tengan “fuerza de vista”, y es debido principalmente a la envidia y malos deseos de alguien hacia otro sujeto, pudiendo acarrear enfermedades a quienes son invocados por el sortilegio. Es un mal común en muchos pueblos y comarcas con una fuerte creencia a nivel popular, efectivo cuando se lanza contra personas, plantas y animales.
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Normalmente el mal de ojo afecta al estado de ánimo, pero puede ser mucho más fuerte y llegar a minar la salud de quien lo padece, inclusive provocar la muerte de éste. Por esta razón, debe ser tratado inmediatamente, siempre y cuando la persona que realice el rito esté capacitada para ello. Ya desde muy antiguo, existía la creencia, de que el llamado “mal de ojo” era algo más que una superstición; calificándolo como una fuerza negativa capaz de causar enfermedades y desgracias. El “mal de ojo” es una práctica tan antigua como la humanidad, y aunque algunos la consideran propia de lugares atrasados y gentes incultas, la verdad es que existe aquí y ahora, en la sociedad moderna, ajena a escépticos. Los ojos siempre han sido un objeto de especial singularidad; cuando a través de ellos se forma una mirada que denota odio y rencor se la denomina (mal de ojo); cuando la mirada es pura y lánguida (mal de amores); cuando la mirada es profunda, divina y misteriosa (intuición). Se cree que los niños son mucho más propensos que los adultos a ser víctimas del temible mal. Pudiéndose transmitir a personas, animales o cosas, con un acto intencional o a través de
diversos procedimientos. A veces, basta con decir “que criatura o que cosa más hermosa…”, al ver a un niño o a una planta para pasarles el mal, pero los que son conscientes de que tienen este poder, pueden evitarlo tirando un pellizco a la persona causa de su admiración para hacerla llorar, o simplemente diciendo “que Dios te bendiga, ya que éstas fórmulas son las más adecuadas para romper el hechizo”. Según (Manuela Martín), una de las entrevistadas, “a veces se puede saber quién te ha echado el mal de ojo por la forma que toman las gotas en el agua; si te lo echan por envidia, en el plato aparecen una serie de colores como si fuesen los del arco iris, cuando las gotas se mueven mucho, es síntoma de que en ese momento se tiene exceso de tensión o nervios. También se puede distinguir si el mal lo ha echado un hombre o una mujer. Cuando se tiene alguna enfermedad, igualmente se ve reflejado en las gotas, estás se mueven de diferente manera a cuando es un simple mal de ojo, pero en este caso, el aceite también desaparece en el agua. Para evitar que te echen mal de ojo, existen unos amuletos específicos, el más efectivo, consiste en un trozo de cuerno envuelto en algodón y cosido con hilo blanco sobre tela blanca, también es efectivo el azabache, la mano negra, o un lazo rojo. Estos amuletos deben ser nuevos, es decir, que no hallan sido
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usados con anterioridad. Para poder - Falta de vitalidad. quitar el mal, se ha de estar en gracia, - Decaimiento general. porque se puede saber la oración, pero si - Ojos tristes y llorosos, no se está en gracia el mal no se cura. - Apatía, desgana, desanimo, Cuando un feto habla en el vientre tristeza..., de su madre y la madre no lo dice, el niño - En algunos casos, fiebre tendrá un don especial; si la madre lo dice inexplicable. - Se puede confundir fácilmente con la depresión. - Bostezar durante todo el día. - Estar de mal humor. - No tener ganas de hacer nada. - Sufrir ciertas molestias físicas (principalmente, dolor de cabeza o falta de apetito). - No poder pensar claramente. - No poder resolver los problemas inmediatos. - Sentir disgusto por todo aquello que siempre nos resultó grato.
su gracia o don no lo podrá transmitir a los demás y se quedará solo para él”.
4. Síntomas de aojamiento y personas que lo echan.
Los sujetos con facultad para echar mal de ojo, pueden ser: “Personas buenas, pero de mirada demasiado fuerte para nosotros, en este caso, pueden aojarnos sin darse cuenta o sin querer”.
“Personas de mirada común, pero fuerte carácter y no muy buenas intenciones (envidiosas de lo ajeno, falsas), en muchos casos, se comportan Los síntomas que indican que normalmente, en otros, de manera algo una persona ha sido atacada, por el agresiva, o se deshacen en alabanzas que llamado mal de ojo, son los ocultan su envidia y malos deseos hacia siguientes: el aojado”. -147-
intervienen la acción de los santos, la Virgen y la Santísima Trinidad, reforzando las fórmulas, con rezos y sortilegios, para preservar de c i e r t a s Todas las enfermedades. encuestas La manera realizadas en habitual de tratar y Miguelturra, combatir el mal de tanto a ojo, es el ritual del especialistas en aceite y el agua. mal de ojo, Generalmente como en herpes estás practicas y culebrillas difieren poco unas coinciden en de otras, existiendo que las técnicas una ligera e m p l e a d a s Elementos necesarios para la realización del variación en cuanto para su rito: recipiente con agua y candil de aceite. a las oraciones de curación, están curación y otras basadas en su pequeñas cuestiones como son el mayor parte, en inspiración y gracia recipiente para el agua, que puede Divina. ser de porcelana blanca, o de cristal; Se trata de un poder personal, la forma de tratar el liquido una vez propio de quienes saben mirar de terminado el ritual, echándolo sobre mal de ojo; comúnmente en esta la pared o un lugar donde no pueda práctica predomina el sexo femenino; suelen ser mujeres del pueblo que demuestran conocer lo que están haciendo y tienen marcadas dotes de persuasión. La mayoría de las consultas, provienen de casos clínicos imposibles, y muchas de las curaciones van acompañadas de plegarias, oraciones e invocaciones, intentando reforzar todo lo que dicen o hacen con anécdotas suyas o de conocidos. Se da mucha importancia a la religión cristiana, en la que
5. Remedios empleados para su curación
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Proceso ritual contra el mal de ojo: bendición del agua, bendición del aceite, recogida y vertido sobre el agua
ser pisado, otra posibilidad consiste en que lo beba la persona afectada, o bien, regar con él alguna planta. Y también existen diferencias en cuanto a la luz del candil, que puede estar encendida durante la ceremonia, o permanecer apagada y encenderse únicamente cuando se va a cambiar el aceite. El procedimiento es muy similar en todos los casos consultados; los elementos necesarios para su desarrollo son; un candil con aceite de oliva y un plato o recipiente para el agua, en caso de que no se disponga de candil, podrá utilizarse cualquier otro elemento para iluminar, una lamparilla, una mariposa, etc. El primer paso consiste en hacer tres veces la señal de la cruz sobre la persona animal o cosa, que se supone padece el mal de ojo, al mismo tiempo se le reza la oración (una o varias veces); esta misma operación se repite después, también tres veces, sobre el recipiente con agua, y se vuelve a repetir otras tantas, sobre el aceite del candil. Posteriormente, se mojan los dedos corazón e índice en el aceite que contiene el candil y se echan tres gotas en el agua; si se tiene mal de ojo, el aceite puede estallar, se desintegra y desaparece; si por el contrario las gotas permanecen flotando, es que no se padece el mal.
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La operación debe repetirse cuantas veces sean necesarias hasta que el mal esté curado, es decir, hasta que el aceite quede flotando en el agua. Si el mal de ojo esta “pasaó o cruzaó” (si se tiene muy arraigado), suele hacerse un novenario, consistente en que el paciente sea mirado durante nueve días; transcurrido este tiempo, lo normal es que el aojamiento halla desaparecido, si no es así, se debe recurrir a otros métodos o personas más expertas como son curanderos/ as o sanadores/as. Puede suceder, en algunos casos, que el estado anímico o alguno de los síntomas del paciente pasen a la persona que está mirando de mal de ojo, esto se materializa en un malestar momentáneo, de la persona que mira, o bien unas irresistibles ganas de bostezar por parte de ésta. En otras ocasiones, el efecto es el contrario, la persona que mira, siente una fuerte sensación de alegría y satisfacción, al notar cómo el paciente se recupera de su dolencia de forma inmediata. Para curar el mal de ojo, no es necesario que la persona afectada esté presente, puede hacerse a través de una fotografía, o por medio de alguna prenda o mechón de pelo del sujeto que lo padezca. Un dato importante respecto a estas prácticas, es la creencia de que
no debe dejarse pasar el viernes por medio, pues en este caso, corre el peligro de que la persona, sobre todo si se trata de un niño, «eche la hiel por la boca y muera», por no haber curado el mal, antes de éste día.
6. Amuletos y talismanes. La necesidad de protegerse ha sido siempre una constante en la
Higa: figura de puño usada como amuleto
historia de la humanidad, posiblemente, porque al hombre, desde sus orígenes, no le han faltado motivos que han puesto a prueba su fragilidad. Creer en el mal de ojo y la
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hechicería no es nada nuevo, como Entre los amuletos tradiciotampoco lo es tratar de neutralizarlo nales contra el mal de ojo destacan y protegerse contra ello. De ahí la los siguientes: existencia de numerosas creencias la Cruz de Caravaca: El poder milagroso de esta cruz, tiene su origen en una leyenda que data del año 1232, cuando el rey moro Muley Albuceil obligó a oficiar misa a un sacerdote que tenía prisionero. Para ello, y movido por la curiosidad de descubrir qué misterio ocultaba el sacrificio de la misa, mandó traer prácticamente todo lo necesario para su celebración. El sacerdote no se Pulsera de cuentas con figuras en forma opuso, pero cuando comenzó, le fue de ojo para prevenir del mal de ojo imposible articular palabra. Muley preguntó el motivo, y el sacerdote le contestó que no podía continuar supersticiosas que otorgan a ciertos porque faltaba la santa Cruz; en ese objetos o partes de animales la virtud momento, dos ángeles bajaron del de proteger contra algunas cielo con una cruz patriarcal de enfermedades, en concreto contra cuatro brazos. Ante tal prodigio, el los “aojamientos”, a la vez que rey moro se convirtió al cristianismo, favorecen la fertilidad y ayudan en y la imagen de esta cruz fue motivo los partos. de un fervor popular y una Entre los objetos de mayor veneración tal, que pronto llegó a arraigo tradicional que se utilizan convertirse en símbolo de auténtico como amuletos destacan algunos poder talismánico. Como amuleto su virtud tradicionales, que a continuación se detallan, junto con algunas plantas principal es la protección, ya que tan significativas como la ruda, el sintoniza con la voluntad divina. La cruz, que suele ir acompañada de un romero y el laurel. También las figuras de pequeño libro de oraciones, protege animales como la rana, el pez, el del mal en un amplio sentido; escarabajo y el elefante tienen una peligros, adversidad, enfermedades carismática vinculación con las leyes o malas energías. Aunque también de la providencia. hay que tener en cuenta que su poder -151-
depende, en buena medida, de la fe que en ella deposite la persona que la lleva. Se dice que cuando te han echado mal de ojo, los brazos de la cruz se doblan hacia dentro, o bien, puede perder alguno de los dos angelitos que flanquean sus brazos. La mano de Fátima: La llamada mano de Fátima es un amuleto marroquí, de origen islámico, y su figura tiene forma acampanada y representa una mano con los dedos extendidos. Cada uno de los dedos representa una virtud (fe, caridad, ayuno, oración, peregrinación) su número puede variar de tres a seis. Suele llevar también una piedra en forma de ojo de color azul o verde, que se sitúa en la parte superior de la palma. La mano de Fátima protege contra las enfermedades y atrae la buena suerte. La higa: La higa es uno de los amuletos en forma de mano que más se ha utilizado en Europa y en América del Sur y Central. Su imagen es la de un puño cerrado en el que el dedo pulgar aparece y sobresale entre los dedos índice y corazón. Cómo amuleto una de sus virtudes principales es la de
ahuyentar el mal de ojo, aunque también se utilizaba contra la envidia y los celos y para protegerse de algunas enfermedades como la de la rabia y la epilepsia. Las higas suelen estar hechas por orfebres de forma artesanal, utilizando materiales semipreciosos entre los que destacan el azabache, el coral o el cristal de roca, y se usan, por lo general, como colgante personal. Las de azabache estaban especialmente indicadas para neutralizar el mal de ojo y los maleficios. L a Herradura: Dentro de la diversidad de amuletos tradicionales, posiblemente, la herradura sea de los más conocidos y populares, tanto es así que su imagen, ya por sí sola, es símbolo de fortuna y buena suerte. Según reza la tradición, para que tenga verdadero poder como amuleto, se deben utilizar auténticas herraduras de caballo hechas de hierro, a fin de colgarlas cerca de la puerta de entrada de las casas y establos. Con este gesto se pretende ahuyentar los maleficios, el mal de
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ojo y los malos espíritus. La costumbre de usar herraduras como antídoto contra la mala suerte y los hechizos es muy antigua, especialmente si esa herradura se mantiene en el fuego hasta que el hierro esté candente, y después, una vez fría, se cuelga con las puntas hacia abajo en el dintel de la puerta. El escarabajo: El escarabajo tuvo en el antiguo Egipto un papel muy destacado como animal simbólico de protección, ya que representaba la inmortalidad del alma por medio de la reencarnación. Como amuleto aseguraba una muerte digna con un feliz tránsito hacia la otra vida, y su poder talismánico se extendió hasta Fenicia, Cartago, Etruria y Grecia, e incluso en el arte paleocristiano aparece como símbolo de resurrección. Según una antigua leyenda, los egipcios tenían la creencia de que esta especie carecía de hembras, por ello para reproducirse, el macho formaba una bola de estiércol que realizaba con sus patas traseras en un recorrido que se dirigía de Este a Oeste, imitando el movimiento del sol; en la bola depositaba su simiente y la enterraba durante un tiempo para después desenterrarla y arrojarla al agua. Más tarde, de esa bola nacería un nuevo escarabajo, de
ahí, la analogía con el hombre que muere y es enterrado para después renacer, tras su paso por las aguas, a una nueva vida. El valor del escarabajo como amuleto aún se mantiene, especialmente representado en el típico escarabajo egipcio de color azul. Se trata de un amuleto que atrae la buena suerte en momentos difíciles y cambios importantes, no en vano el color azul produce una sensación de calma y profundidad, a la vez que favorece el espíritu de aventura y el despego material. La malaquita: Las piezas de malaquita que parecen presentar en su estructura la apariencia del ojo de un huracán, rodeado por vientos verdes giratorios, son las preferidas como amuletos contra el mal de ojo. La cosa viene de antiguo, ya que hace más de seis mil años, los egipcios hacían un cosmético verde para los párpados, con los polvos de la malaquita extraída en la Península del Sinaí, que utilizaban para neutralizar los temidos efectos del mal de ojo. Con el tiempo, este pigmento llamado verde montaña, se utilizó también contra ciertas dolencias oculares, como el glaucoma y las cataratas.
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María y la Santísima trinidad y se da comienzo a la oración:
7. Rezos y oraciones. En cuanto a los rezos y oraciones, hemos podido constatar que se dan diversas variantes, si bien todas ellas con la misma finalidad; la completa curación del llamado mal de ojo. Todas estas invocaciones mantienen una estructura similar, recogiendo diversos pareados y rimas relacionadas con diferentes partes del cuerpo. Algunas de las oraciones que nos ha sido posible recopilar, las exponemos a continuación. 1) El rezo comienza haciendo la señal de la cruz, y repitiendo varias veces el nombre del paciente, después se añade la siguiente letanía:
Santa Ana parió a la Virgen. Santa Isabel, al señor San Juan. Con estas palabras ciertas y verdaderas, Dios te quite todo cuanto mal tuvieras. (nombre del paciente)
si lo tienes en la cabeza, Santa Elena. Si lo tienes en los ojos, San Ambrosio. Si lo tienes en el pecho, los Sacramentos. Si lo tienes en el vientre, San Vicente. Si lo tienes en las rodillas, la Virgen de las maravillas. Si lo tienes en los pies, San Andrés y los Santos treinta y tres. Cristo vive, Cristo reina. Cristo te quitará todo el mal que tuvieras. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, (se santigua ella y le hace la señal de la Cruz al paciente. Esta oración la repite tres veces.)
Dos te han aojado, tres te han de sanar, 3) El nombre del paciente y la la Virgen María, siguiente oración que se repite tres y la Santísima trinidad. Si lo tienes en la cabeza, Santa Elena. veces: Si lo tienes en la frente, San Vicente. Si lo tienes en los ojos, San Ambrosio. Unos ojos te han muerto, Si lo tiene en la boca, Santa Polonia. otros te han de sanar. Si lo tienes en las manos, San Urbano. En el nombre del Padre, del Hijo Si lo tiene en el cuerpo, Dulcísimo y de la Santísima Trinidad. Sacramento. Quien esta oración te dijera, Si lo tienes en los pies, San Andrés, te quite todo el daño que tuvieras, con y como estas palabras son tan dichas sus ángeles treinta y tres. y verdaderas, que Dios te quite cuanto daño tuvieras.
2) El nombre del paciente, a continuación, en nombre de Jesús y
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4) Otra variedad de oración:
Así confío, así con fe, por donde le ha entrado el mal, le entre el bien. Los ángeles le acompañen, de dos en dos, o de tres en tres. En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amen.
mano izquierda en aceite de oliva , dejando caer tres gotas en el plato. Acto seguido, y haciendo un círculo, pasarás tres veces el plato por encima de la cabeza de la persona a la que se le esté realizando la prueba, diciendo la oración siguiente:
Si estás aojado de la mañana Dios te cure y San Martín.
5) Se dice el nombre del paciente, y a continuación el siguiente rezo: La Virgen María te eche su bendición antes que la mía, en tan buena hora como Jesucristo entró en Belén, Jesús en el nombre del Padre, Jesús en el nombre del Hijo, Jesús en el nombre del Espíritu Santo. Amen. Tres personas distintas en un solo Dios verdadero, con fe Señor estas palabras te digo, son verdad, saca a eta persona de esta enfermedad.
6) Una variedad más del Ritual del Aceite y el Agua requiere una habitación, con las ventanas y puertas cerradas, y a la luz de una vela blanca encendida, a la que se debe marcar con tres cruces en forma de aspa, se debe llenar un plato de agua(si es bendecida mucho mejor).Después la persona mojará el dedo índice de la
Si estás aojado de la mediodía Dios te cure y la Virgen María Si estás aojado del anochecer Dios te cure y San Silvestre
Si después de decir la oración, las gotas se mantienen enteras sin deshacerse, la persona no tiene mal de ojo. Pero si por el contrario las gotas se extienden formando más círculos, entonces la persona sí tiene mal de ojo, y cuantos más círculos se formen, mayor es el poder del mal de ojo. 7 ) P l e g a r i a islámica de protección:
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Busco la protección del Señor del alba contra el mal de lo creado; contra el mal de la oscuridad cuando se extiende; contra el mal de quienes alimentan la cizaña; contra el mal del envidioso cuando envidia.
8. El mal de asiento El llamado mal de asiento, es otra de las afecciones o enfermedades que solían ser tratadas comúnmente, por medio de la medicina popular. Una de las mujeres con más reconocimiento y prestigio entre las que miraban de dicho mal era Dolores Molina Hervás (conocida como la “Palilla”), hoy en día fallecida, la cual podría tener en la actualidad 120 años, según nos cuenta su nieta Loli, quien relata con todo detalle, como su abuela pasaba consulta y atendía a los enfermos que demandaban sus servicios: “ Venían a casa gentes tanto del pueblo, como de otros lugares, Ciudad real, Carrión, Almagro, Pozuelo…,con unos síntomas muy similares en todos los casos: dolor de huesos, pesadez de estómago, lengua sucia, empacho, etc.,
entonces mi abuela, inmediatamente los acomodaba en una alcoba que tenía dispuesta para tal fin y allí los miraba del mal de asiento. Primero ponía una sábana limpia en la cama, donde los hacía tumbarse y a continuación preparaba el mejunje de la siguiente manera, en un cuenco de zinc o barro, echaba los ingredientes que consistían en: aceite de oliva, raspaduras de jabón echo en casa, ruda y alcohol de romero; todo esto lo calentaba a fuego lento y una vez desecho el jabón, la pócima quedaba como un bálsamo que aplicaba sobre el enfermo, previamente tumbado en la cama, dándole fuertes masajes en la espalda, hasta que le quitaba los bultos o burbujoes que este presentaba. Después, les hacía darse la vuelta y repetía el masaje sobre el pecho, estómago y vientre. Una vez echo el masaje, Dolores, recogía en su boca una bocanada de agua y se la echaba al enfermo, cuando éste menos lo esperaba, sobre el estómago para causarle una impresión o susto. Posteriormente, le ponía un paño blanco y lo arropaba con una sábana hasta el cuello, así lo dejaba reposar durante unos minutos. Cuando el enfermo se levantaba, la abuela Dolores, le hacía beberse un vaso de aceite
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de ricino con unas gotas de limón para concluir el tratamiento. A los dos o tres días el enfermo volvía para repetir la operación, si es que éste no había sanado y así, hasta que curaba por completo. Ella nunca cobraba nada por sus servicios, el ritual lo había aprendido de sus abuelos y lo aplicaba con mucha fe ya que era una mujer extremadamente religiosa.
Francisca Ramos Gascón, 60 años. Luisa Peco, 70 años. Dolores Ocaña Peco, 40 años. Manuela Martín Serrano Palacios, 35 años. Raimunda Tercero, 60 años. Juana Mohino Gómez, 82 años. Agueda López, 72 años.
9. Informantes Francisca López, 80 años. Francisca Rodrigo Martín, 50 años.
Franscisca y Agueda López, dos hermanas con el “don” de curar el mal de ojo -157-
10. Bibliografía - Alonso Del Real, C.: Superstición y supersticiones. Esp.Calpe. Madrid, 1981. - Becona Iglesias, E.: La actual medicina popular gallega. La Coruña, 1981. - Espadas Pavón, J.J.: Medicina Popular y curanderísmo en Ciudad Real. Actas I Congreso de etnología de Castilla-La Mancha. Servicio de Publicaciones de J. C.C. de CLM., 1985. - Gussigh, G.: Oraciones que curan. Edt. De Vecchi, S. A.. Barcelona, 1998. - Kenny, M.y De Miguel, Nazar, amuletos turcos que representan el “ojo J.M.: La antropología médica en del huracán” utilizados contra el mal de ojo España. Anagrama. Barcelona, 1980. - Riviriego Almohalla, C.: Teoría y rituales en la medicina popular del Alto Vinalopo (Alicante). Etnología Española nº 6. Ministerio de Cultura. Madrid, 1987. - Madarnas, P.: Medicina Pintoresca. Los curanderos. Barcelona, 1963.
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