Ciudad Mercantilizada Vs. Ciudad Common Por Sara Gonzรกlez Leeds, Noviembre de 2014
Lo que son invisible en las ciudades son las relaciones de poder y de clase que atraviesan el espacio urbano y lo configuran de manera significativa. ¿Quién tiene acceso a las decisiones sobre nuestras ciudades y quien ocupa los espacios más privilegiados?, ¿Quién tiene acceso a mejores condiciones habitacionales?. No se puede responder a estas preguntas sin referirnos a las relaciones de poder y de clase. Sin embargo no es fácil verlas. Hay espacios públicos que supuestamente están abiertos a todos pero que en realidad están gestionados o en propiedad de empresas privadas o a veces los espacios públicos no son más que antesalas de espacios comerciales donde los que no tienen poder adquisitivo no son bienvenidos. La marginación y segregación urbana son consecuencia de este incrustamiento de las relaciones de poder y clase en el espacio. Pero estas no son relaciones estáticas o inmutables sino que se pueden contestar, resistir, transformar. Para entender estas relaciones de clase y de poder las tenemos que enmarcar en el concepto de la ciudad mercantilizada o también en lo que se llama el urbanismo neoliberal. El concepto de ciudad mercantilizada analizar cómo las ciudades se conciben cada vez más como una mercancía, algo que se puede comprar y vender. Otra expresión similar que se utilizó mucho en la literatura de estudios urbanos en lengua inglesa hace unas dos décadas o tres fue la ciudad emprendedora. Lo que estos dos conceptos nos sugieren es que el gobierno de las ciudades es cada vez más parecido a la gestión de una empresa donde se entra en competición con otras empresas y se pone el beneficio económico por encima de la satisfacción de necesidades. En concreto, David Harvey, geógrafo marxista, publico un artículo en 1989 que ya se ha convertido en un clásico donde hablaba de la transición de los gobiernos locales como gestores de recursos y proveedores de servicios a los gobiernos locales en partenariado con la empresa privada comportándose como emprendedores urbanos, buscando oportunidades de financiamiento, lanzando campañas de marketing, compitiendo con otras ciudades, desplegando toda una estrategia simbólica y de creación de marca. Harvey identificó tres importantes características de este nuevo empresarialismo urbano: 1. Partenariados publico privados. 2. Actividad especulativa, políticas especuladoras donde el sector publico asume el
riesgo. 3. 3. Enfoque en espacios particulares en vez de en el territorio de la ciudad en su
globalidad. Estas tres condiciones no se llevan a cabo de la misma forma en todas las ciudades. Por ejemplo en EEUU los partenariados publico privados, son más usuales. En Europa el Estado ha jugado tradicionalmente un papel más amplio. Ejemplos típicos del empresarialismo urbano son los megaproyectos urbanos, como Olimpiadas, eventos culturales como la Capitalidad Cultural Europea o los Mundiales de futbol que se utilizan www.urbanbat.org I @bat_info I #BAT_invisibles
para la “regeneración” de áreas muchas veces en declive. Otras estrategias son la inversión en edificios simbólicos con arquitectos estrella para atraer la atención de inversores extranjeros. Se puede plantear si el llamado “efecto Bilbao” o “efecto Guggenheim” se pueden entender como una forma de empresarialismo urbano aunque sea propulsado por las autoridades públicas. Otros autores más recientemente han hablado del urbanismo neoliberal o de la neoliberalizacion de las ciudades. No tenemos tiempo aquí de definir el neoliberalismo pero podemos resumirlo como la mercantilización de las relaciones sociales, tendencias a la privatización, desregulación de los mercados, extensión de la lógica del beneficio económico a todas las esferas de la vida (vivienda, educación, salud…).Se materializa en recortes de gastos públicos, políticas de austeridad. Pero aunque en teoría el neoliberalismo se trata de una filosofía del libre mercado y de la no-intervención del Estado, sabemos que el Estado es esencial en hacer posible, sustentar, favorecer y promocionar el neoliberalismo. Además también sabemos que no hay un modelo único de neoliberalismo y que toma diferentes formas en cada contexto, se adapta, cambia y muta. Por ultimo también sabemos que los estados tienen que equilibrar fuerzas contradictorias, entre fomentar el libre mercado y también mantener un estado de bienestar y políticas sociales. No encontramos así formas puras del neoliberalismo, sino lo que autores han dado a llamar el “neoliberalismo realmente existente”. El urbanismo neoliberal es la plasmación de este proceso mutante de neoliberalización en las ciudades. Es un concepto más amplio que el de empresarialismo urbano. Brenner, Theodore y Peck analizan las formas geográficas del “neoliberalmo realmente existente” y cómo éste se configura en la escala local. Hablan de varias fases, primero el desmantelamiento de los mecanismos regulatorios creados en la fase de los años de oro del estado de bienestar keynesiano y después una fase de creación de nuevos marcos regulatorios y modos de gestión estatal que favorecen el neoliberalismo. Por ejemplo por un lado está el desmantelamiento de la vivienda social y por otro lado la creación de nuevos instrumentos financieros para que las empresas privadas entren a hacer negocio en la vivienda pública todavía existente, o el lanzamiento de políticas que apoyen la especulación urbana. Desmantelamiento de programas educativos integrales a nivel de municipio pero a la vez la implicación de gobiernos locales en la promoción de “barrios digitales” o “distritos de innovación”. Hemos visto obviamente que este modelo de especulación urbana y financializacion del urbanismo nos ha llevado a una crisis global en el 2008. No podemos entrar en detalles pero muchos autores reconocen que las raíces de la crisis financiera global del 2008 están en las ciudades, en el espacio urbano y su construcción como negocio especulativo. Esta crisis nos ha llevado, como sabemos a un urbanismo de austeridad – recortes en los presupuesto locales, privatización de servicios públicos, encarecimiento de los servicios como transporte, sanidad, educación y la marginación de aquellos que no tienen recursos, incremento de la segregación y por supuesto déficit democrático.
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Los conceptos de ciudad mercantilizada, ciudad emprendeora y urbanismo neoliberal son útiles para desmadejar las actuales políticas urbanas que están teniendo lugar en nuestras ciudades. Y sobre todo nos ayudan a visibilizar las relaciones de poder y de clase que atraviesan cualquier proceso de construcción de ciudad. Visibilizar estas relaciones de poder y de clase es un paso ineludible para poder contestarlas e intentar desmantelarlas.
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