Intervención Social (Núm. 2 Año 2)

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Sumario Editorial ...........................................................................................................................................................................................4 Las voces que piensan en los profesionales del Trabajo Social. Una realidad local, Mazatlán, Sinaloa ....................6 Estructura y organización de la práctica escolar de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán ...................................... 19 Una homofobia enraizada en los mexicanos ......................................................................................................................... 27 Las Ciencias Sociales un campo científico multiparadigmático ........................................................................................ 34 Violencia urbana en la apropiación del espacio público: El caso de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, México.......... 44 Violencia de género dentro y fuera de la familia. Impunidad y ausencias ....................................................................... 50 México ¿un país democrático?................................................................................................................................................. 60 Hiperhambre en la hipermodernidad ....................................................................................................................................... 68 Florina Judith Olivarría Crespo: Ejemplo de participación política de los Trabajadores Sociales.............................. 76 Historia de vida: El reto de J.T. “Su discapacidad” .............................................................................................................. 83 Puro cuento .................................................................................................................................................................................. 87 Nuevo Libro: La formación de profesionales en Trabajo Social ........................................................................................ 91 Poesía............................................................................................................................................................................................ 95 Normas para autores y colaboradores.................................................................................................................................... 98

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Editorial 2014: NUESTRO MÉXICO DE LAS REFORMAS El número dos de la revista INTERVENCIÓN SOCIAL aparece en Febrero del 2014, este es un hecho significativo porque hemos podido pasar del primero al segundo número de esta revista, que parecía un proyecto difícil y casi imposible en nuestros marcos institucionales y la microcultura individualista y a veces balcánica, que nos había caracterizado. Afortunadamente, la realidad es histórica, procesual y no estanca y, por otra parte, el espíritu humano tiene un sentido orientado más hacia la transformación y la trascendencia que a las filias necrófilas. Nos congratulamos de este esfuerzo colectivo. El año 2013, en México, fue muy significativo por el cambio de gobierno y de partido en el poder, iniciamos sexenio y pasamos del gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI); se escribe un nuevo capítulo de la alternancia política entre los partidos de la derecha, teniendo como testigos activos a los partidos de izquierda. El 2013 se recordará como el año del Pacto por México y de las reformas estructurales promovidas por el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI. La polarización en la distribución del ingreso, manifiesta vergonzantemente en una población mexicana con reducidos o nulos ingresos, que coexiste, en el mismo país, con algunos de los hombres más ricos del mundo y la existencia de grandes capas de la población con alarmantes niveles de desnutrición y que sobrevive en la más feroz de las pobrezas, la pobreza alimentaria, es señal inequívoca de que en este México globalizado, con su modelo económico neoliberal, las cosas no andan bien. Tan seria es la situación, que el gobierno creó una estrategia y un programa para declarar la guerra al hambre. Sucede lo mismo que con la metáfora del ladrón, en el intento de esconder su fechoría grita: ¡al ladrón…, atrapen al ladrón…! En este caso los “hambreadores” quieren acabar con el hambre. Pero… ¡el mundo está a punto de cambiar casi mágicamente! ¡Reformas estructurales habemus! Gracias al Pacto por México, que reflejó la buena disposición de los partidos y fuerzas políticas nacionales, y gracias también a un inteligente proceso de negociación y ejercicio del poder, que ha rescatado la fortaleza de la figura presidencial, las llamadas reformas estructurales fueron aprobadas por los representantes sociales de nuestra democracia: los senadores y diputados (con escasa y poco eficiente oposición). En un proceso complicado políticamente, con muchas agudas aristas, se aprobó una reforma educativa focalizada más en el campo de lo administrativo que lo pedagógico. El gobierno federal recupera su papel rector y administrador en un nuevo proceso de centralización, que a la postre, disminuirá el poder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y las organizaciones independientes de profesores y, en

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consecuencia, también disminuye la capacidad de maniobra política de estos grupos y de los gobiernos estatales y municipales. La reforma educativa, está más afiliada a la idiosincrasia de los llamados poderes fácticos que a una visión de Estado; lo cual es digno de tomarse en cuenta por las consecuencias futuras que puede engendrar. La lucha contra las reformas educativas, dejó una secuencia de protestas en un núcleo muy localizado de profesores, que pese a su buena organización y férrea voluntad, no logró penetrar favorablemente en la opinión de la sociedad civil. La prolongada protesta contra la reforma educativa, permaneció prácticamente aislada y consumió la fuerza y posibles simpatías que pudo haber logrado la lucha contra la reforma energética, que finalmente fue aprobada, anunciando un golpe de timón en esa área, con muchas promesas para el desarrollo nacional, pero también sembrando dudas sobre el futuro energético del país. ¿Se ha colocado hoy la primera piedra de la futura dependencia energética de México? Ojalá que no. En plena cuesta de enero, se aprobó la reforma financiera, que complementa y fortalece al resto de reformas. Este conjunto de cambios, llamado reformas estructurales, ha traído al gobierno mexicano una carretada de felicitaciones y reconocimientos. Con sinceridad, esperamos que sea para bien. Nos concedemos, no obstante, el beneficio de la duda.

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Las voces que piensan en los profesionales del Trabajo Social. Una realidad local, Mazatlán, Sinaloa María del Rosario Sánchez Zatarain1

María Elena Ceja Rodríguez 2

Foto: uaa.mx

Palabras Clave:

Representación Social, Identidad Profesional, Práctica Profesional.

RESUMEN Se parte de la inquietud por conocer ¿cómo mira la sociedad actual a los trabajadores sociales?, particularmente en el ámbito de las instituciones y comunidades de Mazatlán, Sinaloa. En la búsqueda de las creencias, opiniones, actitudes, imágenes, valores y vivencias que nuestros principales usuarios y empleadores tienen del trabajador social como

resultado de la

constante interacción originada en las prácticas escolares, el servicio social y las prácticas profesionales y que derivan en los comportamientos y actitudes que éstos tienen frente a la profesión, se ha desarrollado este proceso de investigación bajo las orientaciones metodológicas que

Trabajadora Social, Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán. Diputada Electa del Partido Sinaloense. 1

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Trabajadora Social. Colaboradora del proyecto de investigación “Las representaciones sociales del trabajador social”.

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ofrece la Teoría de las Representaciones Sociales; con la intención de que, a partir de este conocimiento, se promuevan desde el ámbito curricular los ajustes necesarios en cuanto a la formación y desempeño profesional del trabajador social que redunden en nuevas y creativas formas de Intervención profesional acorde a las demandas y necesidades de la sociedad actual.

INTRODUCCIÓN El término trabajo social contiene múltiples y variadas connotaciones, empleadas de acuerdo al contexto donde se desarrolla (Evangelista, 1998). Esta investigación invita a revisar la manera en que la sociedad desde sus espacios y experiencias cotidianas llega a pensar al trabajo social; los espacios institucionales depositarios de los recursos y los espacios comunitarios poseedores de las carencias que dan origen a su intervención, constituyen la fuente de información idónea que permite conocer cuáles son esas connotaciones, que para el colectivo social hacen mejor referencia si de trabajo social se trata. Moscovici propuso el concepto de representación social en 1961. Desde entonces, se ha pasado de la elaboración del concepto a un desarrollo de la teoría que ha permeado las ciencias sociales porque constituye una nueva unidad de enfoque que unifica e integra lo individual y lo colectivo, lo simbólico y lo social; el pensamiento y la acción (Araya, 2002).

Para Moscovici (1979), una representación siempre es representación de alguien, asimismo es representación de una cosa. Una representación social es alternadamente el signo, el doble de un objeto valorado socialmente. Representar no es solamente seleccionar, completar un ser objetivamente determinado. Es ir más allá, construir un sistema que posibilita el trabajo de descubrir, predecir o anticipar las acciones. Las representaciones sociales entonces se constituyen en los sujetos sociales de acuerdo a la información que los rodea en su cotidianidad y la serie de vivencias, experiencias y relaciones le van dando forma a manera de conocimiento no formal, llegando a formar parte del sentido común, sin que necesariamente sea pensado como un conocimiento en sí. De acuerdo con Jodelet (1984), este conocimiento se constituye a partir de nuestras experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social.

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Entonces, por representaciones sociales se comprende una manera particular de conocimiento, que tiene origen y manifestación social, además de una función pragmática en la expresión de los comportamientos y las prácticas. Conocer las representaciones sobre los profesionales de una disciplina, permite estudiar la identidad de dicha profesión y con ello destacar el tipo de profesional que están formando las instituciones de educación superior, además de identificar el nivel de congruencia con las necesidades del grupo social objeto de su intervención profesional, dado que esto puede en su momento posicionar más a la profesión dentro del mercado laboral y lograr un estatus dentro del marco de la competitividad laboral. Respecto al estudio de la profesión, se ha encontrado que existen investigaciones sobre representaciones de la enfermera (Arizmendi, Mandujano y Manjarrez, 2003), los profesores (Alcántar, 1997, López Beltrán, 1995, 1999), los sociólogos (Reynaga, 1996), el ingeniero civil (Marín, 2003), entre otros. De estos, los que más destacan por el número, son los relacionados con la docencia y la educación. Por su parte, la Facultad de Trabajo

Social de la Unidad Regional Sur, de la

Universidad Autónoma de Sinaloa, líder y pionera en la formación de profesionales del trabajo social, ha venido dejando de lado los estudios sobre las necesidades y representaciones sociales de los profesionales de trabajo social. Estas, generalmente han sido inferidas desde la seguridad que brinda el cubículo, la oficina y el espacio escolar, o bien, retomado desde la experiencia de colegas de otras instituciones de educación superior. Este estudio es un esfuerzo que aspira incidir en propuestas de diseño y/o modificación de planes y programas de estudios, en la planeación de procesos de intervención profesional y en la asignación de convenios interinstitucionales, bajo la rúbrica del quehacer demandado por los diferentes sectores de la sociedad a los trabajadores sociales, es decir, aspira a ser parte de un desarrollo pleno del trabajo social como profesión, la tarea primordial consistirá en determinar los perfiles característicos del trabajador social de los nuevos tiempos, en concordancia con los elementos de la representación social y el perfil ideal del trabajador social del nuevo siglo.

DESARROLLO En la profesión de trabajo social existen diversos niveles y fuentes de desarrollo: la academia y lo que se está haciendo en la práctica; habitualmente, estos campos mantienen lógicas diferentes Página 8


para aproximarse a la intervención. Por ello es necesario promover la convergencia de las lógicas en pro de la consolidación de la profesión, la formación y la construcción disciplinar (Cifuentes y otras, 2001). Para esta investigación, se considera muy importante conocer y describir la representación social que tienen sobre el trabajador social los diferentes actores que han tenido con ellos algún tipo de relación profesional, académica o laboral desde las instituciones públicas, privadas y sociales, así como los líderes sociales de las colonias populares del municipio de Mazatlán. Se identificaron y estudiaron para ello a 34 instituciones públicas y privadas, incluyendo organismos no gubernamentales y asociaciones civiles, así como a los 97 líderes de colonias populares que mantienen relación institucional con la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la Unidad Regional Sur. Esta investigación se realizó desde el enfoque cualitativo, para la recopilación de los datos se utilizó una técnica interrogativa, mediante un cuestionario con preguntas abiertas, que detonara la producción de un material discursivo, mismo que fue analizado posteriormente de acuerdo a los autores Grize, Vergés y Silem (cfr. Abric, 1994), que propusieron y validaron un procedimiento para analizar el material resultante de esta técnica, es decir, se trata en un primer tiempo, de situar y analizar el sistema de categorías utilizado por las personas para que permita delimitar el contenido mismo de la representación. Después, en un segundo tiempo, extraer los elementos organizadores de ese contenido. De acuerdo con los autores citados, se pueden utilizar tres indicadores: la frecuencia del ítem en la población, su rango de aparición en la asociación (definido por el rango medio calculado sobre el conjunto de la población), y finalmente la importancia del ítem para las personas (se obtiene pidiendo a cada persona que designe los dos términos más importantes para ella). La congruencia de los dos criterios (frecuencia y rango) constituye un indicador de la centralidad del elemento. El análisis de una representación social tal como ha sido definida —conjunto de informaciones, opiniones, actitudes, creencias, organizado alrededor de una significación central— necesita que se conozcan sus tres componentes esenciales: el contenido, la estructura interna y el núcleo central (Araya, 2000). Para el procesamiento y análisis de los datos obtenidos se utilizó el procesador de datos excel.

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El tratamiento de los datos se llevó de manera separada de acuerdo al segmento poblacional, ya que de acuerdo a Moscovici (1998), como el lenguaje es polisémico, entonces el conocimiento es polifásico. Esto significa que las personas están habilitadas para usar diferentes modos de pensamiento y diferentes representaciones acordes con un grupo particular de pertenencia y el contexto en que se está en ese momento, por lo que puede variar la representación social del Trabajador Social ante el ámbito institucional y el comunitario. Debe recordarse que una de las características esenciales de las representaciones sociales es que son, a la vez, estables y móviles; rígidas y flexibles. Estables y rígidas porque están determinadas por un núcleo central profundamente anclado a la memoria de un pueblo y a su sistema de creencias. Móviles y flexibles porque son alimentadas de las experiencias individuales e integran los datos de lo vivido y de la situación específica, la evolución de las relaciones y de las prácticas en que las personas están inmersas. Este trabajo, por tanto, significa el inicio de un estudio que pretende seguir profundizando en el conocimiento de los niveles de credibilidad y posicionamiento de la profesión de trabajo social en el mercado laboral y ser fuente de propuestas para el diseño y modificación de los planes de estudios que orientan la formación académica de los futuros profesionales del trabajo social.

HALLAZGOS ENCONTRADOS DESDE LA MIRADA DE LOS LÍDERES COMUNITARIOS ELEMENTO CONSTITUTIVO DEL T.S.

INTERROGANTE DESENCADENANTE

DEFINICIÓN

1.- ¿Con que palabra asocias al T.S?

NÚCLEO CENTRAL

ESTRUCTURA INTERNA

CONTENIDO

*Apoyo/Ayuda

*Concientiza

*Servicio

*Orienta

*Resuelve problemas

*Valores *Comunicación

*Organiza grupos

*Bienestar social

*Psicólogo FUNCIONES

2.- ¿Qué hace un T.S.?

*Orienta

*Da despensas

*Da pláticas

*Concientiza

*Organiza grupos

*Atiende personas

* Ayuda/Apoya

*Gestiona recursos

*Protege humanos

*Canaliza

3.¿Quiénes necesitan al T.S.?

*Familias

*Mujeres violencia

derechos

*Estudios socioeconómicos

*Resuelve problemas OBJETO SOCIAL

los

con

*Pobres

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*Discapacitados

*Ancianos

*Todos

*Niños

*Desprotegidos/Vulnerables

*Adictos/Alcohólicos ÁREAS DE INTERVENCIÓN

4.- ¿Qué clase de T.S. conoces?

*De la salud

*Jurídico

*Los que ayudan

*Educativos

*Asistencial

*Psicólogo

*Laboral

*Comunitario *No sabe/No contesto *Familiar

CAMPO DE ACCIÓN

5.- ¿Cuáles son los lugares que conoces, donde trabaja un trabajador social?

*Hospitales

*Gobierno

*Penal

*Escuelas

*Beneficencia

*Tribunal

*Guarderías

*Comunidades *Centros rehabilitación

de

La referencia histórica de la especificidad de trabajo social remite a las llamadas formas de ayuda y asistencia social, no como meros antecedentes, sino como las prácticas de donde se desprende trabajo social como una profesión (García, 1998). A casi 40 años de esta profesionalización y tal como se puede observar en el cuadro; la representación social del trabajador social ante los líderes comunitarios logra apenas superar un poco esta visión, ya que se menciona a la ayuda/apoyo y orientación como las palabras mayormente relacionadas con trabajo social y sus funciones. Así mismo dentro de las áreas de atención se siguen atendiendo prioritariamente las ÁREAS DE INTERVENCION DOMINANTES en tanto que socialmente están reconocidas como espacios para el ejercicio profesional (García, 1998) esto debido quizá a que el trabajador social no ha sido capaz de abrir y mantener nuevas áreas de intervención que permitan ampliar el abanico de posibilidades ante el campo laboral, que vaya más allá de los alcances de las políticas públicas y que desde una visión tradicionalista que se centra en las necesidades esenciales como son salud y educación. Con ello se infiere que, a pesar de que en la intención formativa de los nuevos profesionistas del trabajo social se viene haciendo hincapié en superar esa visión y brindar herramientas teórico metodológicas que permitan la apertura de nuevos campos de intervención con asignaturas sobre participación ciudadana, emprendurismo e investigación, las prácticas profesionales no han dado cuenta de ello o no ha sido suficiente para modificar la representación social que se tiene del trabajador social; particularmente desde la experiencia curricular de la Facultad de Trabajo Social Página 11


Mazatlán y según estos datos, no se percibe el impacto de las áreas de acentuación, que abarcan la participación con organismos no gubernamentales, adultos mayores, discapacidad, derechos humanos, adolescencia, desarrollo humano, trabajo con niños, entre otros. Se considera que ante un mundo totalmente cambiante, con problemáticas sociales cada vez más complejas y polarizadas, no se pueden seguir reproduciendo los mismos procesos y estructuras de antaño, que en su momento fueron adecuados, pero que hoy requieren de una transformación de la práctica profesional, que dé respuesta a las necesidades sociales actuales.

HALLAZGOS ENCONTRADOS DESDE LA MIRADA DE LOS REPRESENTANTES DE INSTITUCIONES PÚBLICAS, PRIVADAS Y SOCIALES. ELEMENTO CONSTITUTIVO DEL T.S.

INTERROGANTE DESENCADENANTE

NÚCLEO CENTRAL

ESTRUCTURA INTERNA

CONTENIDO

DEFINICIÓN

1.- ¿Con qué palabra asocias al T.S?

*Orienta

*Concientiza

*Valores

* Apoyo/Ayuda

*Resuelve Problemas

*Investigador

*Organiza grupos

FUNCIONES

OBJETO SOCIAL

2.- ¿Qué hace un T.S.?

3.- ¿Quiénes necesitan al T.S.?

*Gestor/Intermediario *Psicólogo

*Orienta

*Da despensas

*Proyectos

*Concientiza

*Organiza grupos

*Talleres

* Estudia Problemas Sociales

*Gestiona recursos

*Ayuda personas

*Canaliza

*Estudios socioeconómicos

*Cualquiera con un problema social

*Ancianos

*Pobres

*Familias

*Desempleados

*Enfermos

*Mujeres con violencia

*Adictos/Alcohólicos *Niños

ÁREAS DE INTERVENCIÓN

4.- ¿Qué clase de T.S. conoces?

*De la Salud

*Jurídico

*Comunitario

*Educativos

*No sabe/No contesto

*Otros

*Asistenciales

*Laboral CAMPO DE ACCIÓN

5.- ¿Cuáles son los lugares que conoces, donde trabaja un

*Hospitales

*Gobierno

*Penal

*Escuelas

*Beneficencia

*Tribunal

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trabajador social?

*Guarderías

*Comunidades

*Centros de rehabilitación

*Empresa

*Otro

Se puede observar que el núcleo central de la representación social obtenida por los representantes de las instituciones públicas, privadas y sociales es prácticamente el mismo que el de los lideres, manteniendo los mismos elementos anclados en la memoria de este colectivo social y existiendo una ligera variación en la estructura interna lo cual es comprensible si recordamos que éste se corresponde con las diversas experiencias individuales que se originan en un contexto diferente. Se infiere que la variación de los elementos que indican la centralidad se encuentra también determinada por el nivel educativo que los representantes de las Instituciones públicas, privadas y sociales poseen y que les permite un mayor nivel de conocimientos teóricos sobre la profesión.

HALLAZGOS ENCONTRADOS DESDE LA MIRADA DE LOS LÍDERES COMUNITARIOS

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Los problemas que de acuerdo a las representaciones sociales de los líderes comunitarios deben ser atendidos por el trabajador social se constituyen en la demanda social, en cuanto a representación de la dinámica económica, política y social (García, 1998). Estos se podrían constituir en áreas de intervención potenciales que por un lado atiendan las necesidades de la población y por otro contribuyan a originar proyectos político sociales desde el trabajo social. Así mismo se puede notar que a pesar de que la profesión de trabajo social tiene más de 30 años formando parte de las carreras universitarias que oferta la Universidad Autónoma de Sinaloa, aún existen respuestas que nos muestran que la población no tiene conocimientos que les permitan responder acerca de sus expectativas sobre el profesional del trabajo social, así mismo se puede observar que existen demasiadas respuestas nulas, por lo que se infiere que existe una falta de conocimiento sobre los alcances y matices que puede realizar un trabajador social al romper con la visión tradicional. Otro aspecto para destacar es el claro reproche cuando se pregunta qué deberían hacer los trabajadores sociales, que hasta la fecha no ha realizado. Mientras que teóricamente el trabajador social cuenta con una amplia visión humanista y una formación deontológica bien cimentada y definida por un código de ética y valores del trabajo social, para los líderes comunitarios la realidad es muy diferente, pues se encuentra muy bien arraigado en la memoria colectiva, que existe la necesidad de un buen trato por parte de los trabajadores sociales.

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HALLAZGOS ENCONTRADOS DESDE LA MIRADA DE LOS REPRESENTANTES DE INSTITUCIONES PÚBLICAS, PRIVADAS Y SOCIALES.

Ahora bien, al tratar de delimitar el objeto de intervención desde la visión de los representantes de instituciones públicas, privadas y sociales, si bien se origina en las carencias o necesidades sociales,

indica

claramente

la

orientación

asistencialista

predominante.

Los

representantes de las Instituciones, mencionan que los trabajadores sociales deben realizar proyectos, lo cual respalda la anterior necesidad de que se atiendan las áreas potenciales de intervención, que hasta el momento no han sido suficientemente atendidas por la política social.

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Se puede notar también la gran incidencia de respuestas nulas o que demuestran que no se tiene el referente suficiente que sustente una respuesta acerca de lo que realiza o debería dejar de realizar el trabajador social, lo cual puede ser un indicativo del poco impacto que puede tener el profesional en los diferentes ámbitos de intervención. Para algunos representantes de instituciones el trabajador social no debería “usurpar funciones”, esto no es de sorprender pues desde sus orígenes el trabajador social ha sido auxiliar de algunas profesiones, a su vez, se espera que el trabajador social incursione en el emprendurismo, posiblemente en el afán de originar nuevos espacios que atiendan los problemas sociales y económicos, tan crecientes en estos tiempos. Dentro de esta fase, la obtención de los aspectos deseados y no deseados, indican aunque en menor medida que se están llevando a cabo prácticas profesionales poco estructuradas que muestran un poco la pérdida del sentido humanista de la profesión, en el cual la función ética es primordial.

CONCLUSIONES La sociedad actual se encuentra inmersa en cambios vertiginosos resultado de un mundo globalizado, que impacta las áreas en los ámbitos sociales, culturales, políticos, económicos y tecnológicos; este contexto

requiere de profesionales del trabajo social con un claro sentido de

humanismo, que tengan una visión precisa de lo que el ser humano requiere para atender y responder asertivamente sus necesidades sociales, que son

el eje principal de la intervención

profesional. Por tanto, desde el trabajo social como profesión humanista, se tiene

que ser capaz de

enfrentar los retos de la sociedad, aportando elementos para la resolución de problemas, que den respuesta a los cambios y propongan nuevas formas de intervención social, dónde la práctica esté fundamentada en un reconocimiento por parte de la sociedad hacia la profesión. Las profesiones adquieren sus dimensiones a partir de siete elementos a considerar, el saber especializado, el ejercicio profesional, su currículo, el mercado de trabajo, su identidad profesional y status profesional (Garcia,1998). El trabajo social es una profesión con reconocimiento social, sin embargo, para que este reconocimiento continúe y se certifique, es necesario que

los profesionistas formadores de

trabajadores sociales, aporten y contribuyan a generar nuevas formas de trabajo acorde a los Página 16


momentos actuales y a los requerimientos de los diferentes actores sociales, es desde allí desde donde se crecen y consolidan las profesiones. La teoría de las representaciones sociales, usada en esta investigación, permitió dar cuenta de la percepción sobre trabajo social, así como los valores, actitudes, creencias y opiniones que de la profesión se tienen, llegando a concluir que el modelo de enseñanza tradicional sigue influyendo en los métodos de enseñanza, y como resultado, en algunas ocasiones, se reproducen

estas

actitudes en las prácticas profesionales de los alumnos. Falta establecer un claro camino que lleve a la profesión a nuevas y novedosas formas de intervención y así romper con el viejo esquema asistencialista que en sus orígenes tuvo la profesión. Para un cambio en la percepción de los actores sociales sobre la

profesionalización de

trabajo social y su reconocimiento, es necesario promover desde el claustro académico una transformación en las formas de enseñanza que se reflejen profesionales, para que así, desde

en cambios desde las prácticas

la sociedad y las instituciones, tanto públicas como privadas,

puedan apreciar al trabajo social como una profesión imprescindible y como parte del cambio social, un profesional que atienda las necesidades sociales de la ciudadanía en el ámbito de su vida diaria, relativizada por los distintos escenarios de su desempeño laboral, familiar, personal y social que actualmente se están dando. Es importante crear nuevos escenarios y espacios para y desde el trabajo social, que den respuesta a la sociedad en la complejidad actual, así mismo fortalecer la identidad de la profesión con funciones identificadas como propias de trabajo social.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Abric, J. C. (2001). Metodología de recolección de las representaciones sociales. México.: Ediciones Coyoacán, S.A. de C.V. Abric, J.-C. (2001). Prácticas sociales y representaciones. México.: Ediciones Coyoacán S.A de C.V. Doise, W., Clemence, A., & Lorenzi-Ciolde, F. (2005). Representaciones sociales y análisis de datos. México.: Editorial Mora. Elorza, H. (2000). Estadística para las ciencias sociales y del comportamiento. México.: Oxford University Press México S.A de C.V. García, J. (1993). Las Representaciones sociales. Revista Pedagógica UPN , 2. Jodelet, D. (1984). La representación social: fenómenos, concepto y teoría. Barcelona: Paidos. Martínez, M., & Garcia, M. (1992). Técnicas y procedimientos para el estudio de las representaciones sociales. En M. C. Díaz, Psicología social: métodos y técnicas de investigación (págs. 390-400). Madrid: Eudema. Martínez, T. G. (2004). La Memoria social en el marco de las representaciones sociales de la violencia en Sinaloa. Conferencia internacional de representaciones sociales. Guadalajara: Universidad de Guadalajara. Moliner, P. (2007). La Teoría del núcleo matríz de las representaciones sociales. En T. R. Curiel, Representaciones sociales. Teoría e investigación (págs. 137-156). Guadalajara: CUCSH-UDG. Rodríguez, T. (2007). Sobre el estudio cualitativo de la estructura de las representaciones sociales. En T. R. Curiel, Representaciones sociales. Teoría e investigación (págs. 157-189). Guadalajara: CUCSH-UDG. Salord, S. G. (2000). Especificidad y rol en trabajo social. Argentina.: Editorial Lumen Humanitas. Velez, O. L. (2003). Reconfigurando el trabajo social. Perspectivas y tendencias contemporáneas. Buenos Aires: Espacio.

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Estructura y organización de la práctica escolar de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán

María Magdalena Varela Sánchez3

Foto: FTSM

INTRODUCCIÓN La formación de las (os) trabajadoras (es) sociales en el contexto del siglo XXI demanda una educación que forme integralmente al estudiante, que lo prepare para continuar su formación durante toda su vida, y sobre todo, que fomente y promueva en él, actitudes que posibiliten su adaptación en diferentes contextos. En la presente reflexión se describen las etapas centrales del Modelo de Prácticas Escolares del programa educativo de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán. El sistema educativo nacional ha promovido reformas en los diferentes niveles de educación con el fin de mejorar su calidad educativa y de esta manera estar a tono con los cambios que se viven en la sociedad global y del conocimiento, de ahí que la Universidad Autónoma de Sinaloa, desde finales de los noventas, este promoviendo cambios importantes en sus funciones educativas, de investigación, vinculación y extensión, que le han permitido transitar de un menor a un mayor

3

PITC y Directora de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Email mvarela7@hotmail.com

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reconocimiento social y educativo, al aumentar de manera significativa sus indicadores de calidad y promover un modelo educativo que pone énfasis en la formación integral de sus estudiantes. La Facultad de Trabajo Social Mazatlán, se ha integrado de manera participativa en el proceso de innovación educativa, evaluando y atendiendo los indicadores de calidad, entre éstos, la reforma de sus planes y programas de estudio (2006), asumiendo como factores relevantes, el enfoque por competencias y el modelo pedagógico centrado en el aprendizaje del estudiante. El Plan de Estudios 2006 comprende un Modelo de Prácticas Escolares que se organiza a través del Eje Rector de Investigación y Práctica del Trabajo Social y en relación a tres Núcleos Problemáticos: Práctica Profesional en el semestre I y II, (Práctica de investigación del ejercicio profesional de trabajo social en las diversas áreas y campos de acción), Necesidades Sociales y Técnicas de Trabajo social en el semestre III y IV (Práctica de comunidad) y Política Social y Globalización (Práctica institucional).

ANTECEDENTES En mayo de 2006, en el marco del Nuevo Modelo Educativo centrado en la calidad, que se impulsa desde el Plan Buelna de Desarrollo Institucional 2005 – 2009, las Dependencias de Educación Superior (DES) de trabajo social de la Universidad Autónoma de Sinaloa, propusieron la reforma, actualización y unificación de sus planes y programas de estudio, a fin de mejorar la formación académica y profesional de sus egresados, para su mejor inserción en el mercado de trabajo, cumplir asimismo con las recomendaciones de los Comités Interinstitucionales de Evaluación de la Educación Superior (CIEES) y acceder a la acreditación del Programa Educativo (PE) por parte de Asociación para la Acreditación y Certificación de las Ciencias Sociales (ACCECISO). El currículo propuesto fue aprobado en agosto de 2006 por parte del H. Consejo Universitario y puesto en acción en septiembre del mismo año, entre las innovaciones más importantes de la reforma, es que se fundamenta en el modelo pedagógico centrado en el aprendizaje del estudiante y bajo un enfoque educativo con base en competencias. La estructura y organización de los contenidos curriculares del plan de estudios 2006, tienen como base dos objetivos curriculares, que al tenor dicen: Formar profesionales del trabajo social (TS) a nivel licenciatura y Técnico Superior Universitario (TSU) con una sólida formación académica, científica, cultural y humanista, para atender los problemas sociales y las necesidades humanas, promoviendo la reflexión y participación de los sujetos sociales

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en la solución de los mismos,

con base en conocimientos especializados en áreas y campos

profesionales para procurar un mayor grado de pertinencia profesional en correspondencia con el entorno social específico. Formar profesionales capaces de articular eficientemente los conocimientos del TS y las ciencias sociales con herramientas teórico metodológicas para incidir en la realidad desde una perspectiva científica, crítica y emprendedora, que les permita construir su identidad sobre la base de una praxis profesional delineada estratégicamente y perfilada hacia el ejercicio independiente (Pp. 12, 13).

A partir de estos lineamientos se derivan el perfil de egreso y la organización curricular.

ORGANIZACIÓN CURRICULAR DEL PE DE TRABAJO SOCIAL La estructura curricular se organiza a través de cuatro núcleos Problemáticos, un Eje Rector y tres Líneas de Formación. Los núcleos problemáticos permiten identificar áreas y campos de acción profesional de trabajo social, sus problemas objeto de intervención y las competencias profesionales para actuar sobre ellos, éstos atraviesan el currículo verticalmente y se articulan horizontalmente con las Líneas de Formación y el Eje Rector de Investigación y Práctica del Trabajo Social, que funge como un espacio de integración del conocimiento. Los Núcleos son: La Práctica Profesional, que se aborda durante los dos primeros semestres, Las Necesidades Sociales y Técnicas Básicas del Trabajo Social, que se atienden durante el tercer y cuarto semestres, La Política Social y Globalización, que se revisan durante el quinto y sexto semestre y el núcleo de Alternativas del Trabajo Social, que se abordan en el séptimo y octavo semestre. A partir de los Núcleos Problemáticos se definen los contenidos de las unidades didácticas y las prácticas escolares. Las Líneas de Formación “integran saber y conocimientos disciplinares que a lo largo de los ocho semestres, se van dosificando y conforman las competencias mediante la integración de los aportes cognoscitivos, axiológicos y prácticos dirigidos a la reflexión y atención de problemas sociales concretos” (Plan de Estudios Unificado de Trabajo Social, UAS 2006, p.36), estas líneas son: Teoría Social, El Sujeto y su Medio y la Instrumental. El Eje Rector integra los cursos de Investigación y Práctica del Trabajo Social y de Teoría del Trabajo Social, a partir de los cuales se planea, organiza y desarrolla la práctica escolar en función Página 21


de los Núcleos Problemáticos, se le da esta denominación porque a través de los cursos y las prácticas escolares que le sirven de base, se van desarrollando las competencias profesionales esenciales de la profesión. Se constituye, además, en el Eje Rector del Plan de Estudios, “por lo que su sistema de objetivos, contenidos y métodos bien definidos se identifican con los de la carrera como un todo, de manera que estos se organizan teniendo en cuenta los objetivos del profesional de trabajo social”(Plan de Estudios, 2006, p. 39). A partir de lo anterior, se estructura y organiza la Práctica Escolar de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán, a través de los cursos de Investigación y Práctica del Trabajo Social, los cuales se convierten en espacios de integración del conocimiento y como lo señala el Reglamento de Prácticas Escolares (2012), en espacios de reflexión, análisis y teorización de la práctica, que inicia en el primer semestre y se continua hasta el sexto semestre, en un nivel ascendente de profundización del conocimiento de la profesión. Entendida la práctica escolar como “el eje integrador de los conocimientos teóricos, metodológicos, técnicos y vivenciales que el alumno va adquiriendo en su formación, para ello se integran de manera interrumpidas, por un lapso de tiempo determinado y sin remuneración alguna en instituciones, grupos de organización humana y comunidades” (Reglamento de Prácticas, 2012, p. 2). La práctica escolar se organiza en tres etapas, que van de menor a mayor complejidad, relacionadas verticalmente entre sí y transversalmente con las líneas de formación.

PRIMERA ETAPA. Se organiza la práctica escolar en función del Núcleo Problemático de Práctica Profesional, cuyo objetivo es que el alumno (a) conozca el quehacer profesional del trabajador social en las diversas áreas de intervención (educación, salud, asistencia, desarrollo comunitario, laboral y jurídica) a través de una investigación documental y descriptiva de tipo exploratoria, comprende la identificación de cuatro aspectos fundamentales del área de intervención: normatividad, origen y desarrollo, metodología de intervención y funciones y actividades. Al término de la investigación las alumnas (os), integradas (os) en brigadas de entre cinco y seis integrantes, comparten los resultados con sus compañeras (os) con el propósito de que todas (os) conozcan, en un plano teórico – formal, las áreas de acción profesional de trabajo social y como producto del semestre entregan el informe de los resultados de la investigación documental. Página 22


En el segundo semestre las alumnas (os) continúan con su investigación, en los campos de acción profesional de trabajo social, dígase en instituciones, dependencias y/o organismos civiles, que cuentan con trabajador social. Para su realización, se desarrolla en el aula una práctica de tipo laboratorio, donde la alumna (o) conjuntamente con su maestro, identifican los campos, desarrollan un taller de técnicas de investigación (entrevista, observación, estudio de caso, estudio de familia, estudio socioeconómico, visita domiciliaria), de registro de información (diario de campo, cuaderno de notas) y de planeación (diseño de proyectos sociales) elaboran guías de entrevista y observación, y las ejercitan en el aula a fin de que se preparen para desarrollarlas en la práctica investigativa de campo. Preparadas las (os) alumnas (os), acuden al espacio profesional a realizar observaciones de la práctica profesional y entrevistas directas a trabajadoras sociales, los aspectos centrales que se investigan son: conceptualización de trabajo social, teorías que orientan el ejercicio profesional, métodos y técnicas que utilizan, programas que promueven, funciones y acciones que desarrolla, entre otros. Al término de la investigación de campo se elabora un informe de resultados, que se contrasta, en un proceso de análisis, con los resultados de la investigación documental realizada en el primer semestre y se derivan conclusiones sobre las condiciones del quehacer profesional del trabajador social, situación que permite a las alumnas (os) identificar buenas y malas prácticas en el ejercicio profesional que se deben realizar y/o evitar. Asimismo se orienta a los alumnos (as) para que seleccionen un problema objeto de intervención de trabajo social para ejercitar la técnica de elaboración de proyectos. Como producto final del semestre, la (el) alumna (o) entrega un informe sobre los resultados de la investigación de campo y una propuesta de proyecto de intervención.

SEGUNDA ETAPA. La Práctica Escolar se organiza considerando el Núcleo Problemático de Necesidades Sociales y Técnicas de Trabajo Social, esta práctica tiene como objetivo realizar una investigación diagnóstica de las necesidades sociales que presentan los grupos de población en comunidades urbanas y/o rurales y elaborar propuestas de intervención para la atención de la problemática detectada.

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En esta etapa se inicia la Práctica de Organización y Desarrollo Comunitario, para orientarla se retoma la propuesta metodológica de Mendoza Rangel, misma que se va adecuando a las condiciones del contexto que se investiga, en el proceso investigativo las alumnas (os) continúan ejercitando las técnicas de investigación y las de registro de información, auxiliándose de técnicas estadísticas en la sistematización de los datos recopilados, que se traducen en el diagnóstico social de la comunidad y éste, a su vez, fundamenta la elaboración de proyectos de intervención en un proceso metodológico de investigación – acción. El producto del tercer semestre es la entrega del diagnóstico social de la comunidad investigada y el o los proyecto (s) de intervención. En el cuarto semestre, las alumnas (os) conjuntamente con los actores involucrados desarrollan los proyectos de intervención, asesorados y acompañados por el docente supervisor. El producto del cuarto semestre es un informe final del proceso de intervención realizado.

TERCERA ETAPA. La práctica escolar se organiza en el quinto y sexto semestre en función del Núcleo Problemático de Política Social y Globalización, tiene por objetivo conocer y caracterizar los agentes sociales (institución, trabajo social y usuarios) de trabajo social en el contexto institucional, a través de una investigación descriptiva de los espacios profesionales y sus políticas sociales, el conocimiento del quehacer profesional de trabajo social y las características de la población usuaria de sus servicios, a partir de lo cual realiza un análisis crítico de la aplicación de las políticas sociales y su impacto social en la atención de la problemática que atienden, este conocimiento permite la construcción de un diagnóstico institucional que fundamenta la elaboración de un programa de trabajo, para atender de manera sistemática las necesidades y problemas detectados. La práctica se desarrolla en instituciones, dependencias y organizaciones civiles, donde las alumnas (os) acompañadas (os) del profesional de trabajo social, que labora en la institución, desempeñan funciones y realizan acciones de trabajo social en beneficio de la población que solicita servicios, procesos que les permite ejercitar los conocimientos obtenidos e identificar situaciones de la práctica profesional que benefician y/o perjudican a la profesión, mismas que se analizan y discuten en el aula. Durante esta práctica se concluye la elaboración del programa de trabajo, la investigación realizada permite identificar problemas objeto de intervención profesional que son necesarios Página 24


convertir en objetos de investigación, a partir de lo cual se delimitan elementos que permiten la construcción de un planteamiento de problema para su investigación. Al finalizar la práctica se realiza un proceso de sistematización de la experiencia, que concluye con la presentación del informe semestral de la práctica. Los productos del quinto semestre son: diagnóstico institucional, programa de trabajo, delimitación de un problema de investigación, informe de la práctica. En el sexto semestre las (os) alumnas (os) inician su práctica presentando, conjuntamente con su supervisor, el programa de trabajo en el ámbito institucional, para su aceptación y/o modificación, a fin de que su aplicación se realice de manera coordinada con los actores institucionales, aprobado éste, inician su aplicación bajo la asesoría del docente supervisor. A la par de la aplicación del programa de trabajo y retomando el problema objeto de investigación sobre la política social, seleccionado al finalizar el quinto semestre, las (os) alumnas (os) elaboran un proyecto de investigación que desarrollan durante el semestre y al finalizar el mismo presentan sus resultados en el grupo, poniendo énfasis en la presentación de propuestas sobre políticas sociales que coadyuven en la atención de las necesidades y problemas sociales investigados. Los productos del sexto semestre son un informe final de la práctica de intervención y un informe de investigación.

CONCLUSIÓN El análisis, la reflexión y la continua evaluación de la práctica escolar en la Facultad de Trabajo Social Mazatlán, es un proceso que se desarrolla durante el ciclo escolar, en reuniones del Eje Rector de Investigación y Práctica de trabajo social, y en las academias de cada unidad didáctica por grado escolar en relación con las unidades académicas de las Líneas del Conocimiento, lo que permite su continua valoración y retroalimentación en la perspectiva de su mejora continua. La práctica escolar es un tema de vital importancia, que toca la cuestión de la relación teoría – práctica en la formación profesional del trabajador social, de ahí la importancia de que el alumnado y los docentes supervisores se comprometan con este proceso y comprendan que la práctica escolar es una experiencia de aprendizaje que permite un acercamiento al ejercicio profesional, la identificación de los problemas objeto de intervención, en las diversas áreas y campos de acción, los procesos metodológicos que se desarrollan y las estrategias que se aplican en la atención de la Página 25


problemรกtica social, con el fin de retroalimentar su formaciรณn acadรฉmica, situaciรณn que demanda la selecciรณn adecuada de los espacios institucionales y comunitarios para su desarrollo.

REFERENCIAS BIBLIOGRร FICAS Leรณn, J., Varela, M., et. al. (2006). Plan de Estudios Unificado de Licenciatura en Trabajo Social de la UAS, con salida intermedia a TSU. Culiacรกn, Sinaloa. Varela, M., Brun, N., et. al. (2012). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social I. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Varela, M., Brun, N., et. al. (2013). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social II. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Gonzรกlez, M., Lรณpez, L., et. al. (2012). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social III. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Gonzรกlez, M., Lรณpez, L., et. al. (2013). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social IV. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Pardo, M., Olivarrรญa, F., et. al. (2012). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social V. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Pardo, M., Olivarrรญa, F., et. al. (2013). Unidad Didรกctica de Investigaciรณn y Prรกctica del Trabajo Social VI. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS. Varela, M. et. al. (2012). Reglamento de Prรกcticas de la Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn. Documento elaborado y actualizado por Integrantes del Eje Rector de Investigaciรณn y Prรกctica del trabajo Social. Facultad de Trabajo Social Mazatlรกn, UAS.

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Una homofobia enraizada en los mexicanos Leonardo Angulo4

Hubo siempre locas en México. Salvador Novo

Para los homosexuales, sobre todo los del sexo masculino, construir su identidad sexual es una tarea ardua en la que muchos se aventuran, pero pocos salen bien librados de ella. Los motivos son diversos, pero sin duda, uno de los que más les obstaculiza es la cruenta homofobia enraizada en la cultura de los mexicanos. Las personas somos seres sociales. El sentimiento gregario se encuentra presente en todos los humanos, independientemente de que algunos aleguen preferir la soledad. En esa convivencia, se forman estructuras sociales que tienden a estratificar al cúmulo humano, formando clasificaciones, con base en un sinfín de peculiaridades. El género es sin duda una de las clasificaciones que históricamente ha demarcado una inmensa diferencia entre dos grupos de personas: los hombres y las mujeres. Durante buena parte de la historia, el género femenino ha estado relegado a los devenires de los hombres, pues se le consideró como el sexo débil. Bourdieu (2000), al enunciar la dominación masculina, pondera la diferencia anatómica, específicamente la de los órganos sexuales, como la principal justificación para la división sexual del trabajo. Poseer falo y dominar sexualmente, penetrar, desflorar, propicia un estatus superior de dominación hacia el otro sexo, que se expresa dominado.

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Lic. En Comunicación. Docente y coordinador de difusión de la Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa Unidad Mazatlán (UPES).

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Pero no todos los hombres se encuentran en la cúpula de la dominación, pues el tener pene no siempre garantiza un estatus supremo, mucho menos cuando el género masculino orienta sexualmente su atracción hacia los de su propio sexo. Se descategorizan al verse similares, penetrados, sobajados como las mujeres. Así, los homosexuales han sido, desde el día de su categorización como tal, víctimas de un mal que les sigue, les acosa, les mutila y en algunos casos, les priva de la vida: la homofobia. La homofobia se entiende como el odio desenfrenado e injustificado hacia las personas que son homosexuales o parecen serlo. O como lo menciona un estudio de la Comisión Europea, “es el conjunto irracional de distintas sensaciones como: ansiedad, aversión, furia y miedo hacia la homosexualidad y los homosexuales, provocando acciones y comportamientos discriminatorios” (Graglia, 2008, p. 14) La homofobia en México se refleja en el sistema cultural predominantemente machista, heteronormativo que niega el derecho de existir o por lo menos existir con dignidad, a otras formas de orientación o identidad sexual diferentes a la heterosexual. La medida en que afectan las conductas discriminatorias de la homofobia, se expresan más que en burlas y aislamientos hacia los homosexuales, en una serie repetida y permanente de vejaciones que van desde formas verbalizadas de violencia, limitaciones laborales, golpes o en el caso más alarmante, los homicidios por odio. México guarda una historia recurrente de no aceptación y escarnio hacia los homosexuales, que se refleja en la cultura actual. Al igual que en gran parte de la cultura judeocristiana, los homosexuales han sido relegados de los discursos históricos, más allá que en escenas de advertencias hacia lo que está mal y debe ser prohibido. Aunque los homosexuales siempre han existido, su clasificación como tal, no. Es apenas hasta 1869, cuando en un panfleto redactado y difundido en Alemania por Karl María Kertbeny se utilizó este concepto (Mondimore, 1998, p. 21). Antes de ello, existían las personas que gozaban discretamente de amoríos con individuos de su mismo sexo, pero se pensaba a menudo que constituían deslices que se podían remediar. Al surgir la clasificación, la categorización por una orientación sexual diferente a la normada, se puso en evidencia la existencia de un grupo bastante numeroso.

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Pero no siempre fue así. Es por demás conocida la aceptación o naturaleza de los actos homosexuales en las antiguas culturas como la griega, donde inclusive, era una forma de vida bien tolerada, con sus debidos mandatos. En este sistema, se esperaba que la figura del homosexual activo, llamado erastes, fuera quien dominara la relación en años y virilidad; y su compañero, joven y pasivo, eromeno, quien sucumbiera ante los enamoramientos. Después de Cristo y con la consumación de una iglesia en fase de unificación, surgen leyes canónicas que tratan de regular la vida de las personas en el viejo continente, instruyendo de qué es bueno y qué es inmoral para las personas. Una de las primeras restricciones que se implementaron mediante estas leyes, fueron las pertinentes a las conductas sexuales. Se constituyó que todas aquellas expresiones sexuales que fueran ajenas a la concepción, eran erráticas y deberían ser proscritas. A las relaciones homosexuales, al igual que las relaciones anales, el sexo oral o las prácticas del sexo con musulmanes se les encasilló en la terminología de sodomía. Llegado el Siglo XIV, gracias a la presión de la Iglesia, en la mayor parte de Europa la sodomía fue designada como un grave delito, preocupación que llevó a la creación de la Santa Inquisición, al servicio del papado, para eliminar todos aquellos vicios sociales que estaban en contra de las “cristianas” formas de vida aceptadas por la institución religiosa. Cuando los españoles llegan a México para “civilizarnos” utilizan los preciados encantos inquisidores, con tal de lograr que los naturales se sometan al poder verdadero de la cruz. Si bien, bastante pecado era ya el no conocer a Cristo y tener religiones que pintaban en el salvajismo, peor les pareció encontrar en el pueblo azteca, el nefando pecado que con tanto ahínco castigaban en la madre patria. Salvador Novo, nos advierte “Hubo siempre locas en México” (Schuessler, 2010, p. 249), y con este antecedente habla de las impresiones que causó a los primeros misioneros encontrar homosexuales entre los mexicanos. Comenta que en el tomo X de la Historia General de las Cosas de la Nueva España, Bernardino de Sahagún se expresa de la naturaleza de los sodomitas: “el somético paciente (pasivo) es abominable, nefando y detestable, digno de que hagan burla y se rían las gentes, y el hedor y fealdad de su pecado nefando (…) no se puede sufrir, por el asco que da a los hombres; en todo se muestra mujeril y afeminado, en el andar o en el hablar, por todo lo cual merece ser quemado” (íbid). El destino que les siguió a los sométicos con la inquisición en México fue, pues, de purificación. El fuego les curó de su mal y prometía acabar con la aberración que detestaban desde antes de partir del viejo continente. Tal importancia se le tomó a este menester, que de los dos Página 29


quemaderos que existían en la ciudad de México, el que se encontraba en San Lázaro era dedicado exclusivamente para redimir a los del pecado nefando. Tales represalias podrían hacer suponer que el mal de los homosexuales debería haber terminado entre esas cenizas, pero a lo largo de la historia de la Nueva España las narraciones sobre personas de diminutivos en el nombre o eterna soltería, dejan ver lo contrario. En “El mundo soslayado”, Carlos Monsiváis comenta que “…sólo a partir de la segunda mitad del Siglo XX se aborda en México la homosexualidad desde una perspectiva científica o que quiere serlo” (Novo, 2002, p. 14). Constancia de ello deja, que en un peculiar baile de las épocas porfirianas, se hayan arrestado a 41 homosexuales que, ataviados de vestuarios femeninos y otros con normal vestimenta, amenizaban una peculiar fiesta, donde el atractivo principal era la rifa de un mozo. La suerte que les rodeó a los involucrados dependió del nivel de aristocracia que les caracterizara, pues se cuenta que hubo quienes compraron su libertad y otros que por la influencia política fueron salvados, entre ellos, el yerno de Don Porfirio Díaz. Para quienes no pudieron eludir la justicia, se preparó un castigo ejemplar: se les obligó a realizar una serie de trabajos y el encarcelamiento. Desde ese día, el escarnio y las burlas se hicieron presentes para toda aquella situación que fuera relacionada con el número 41. Con la Revolución Mexicana, la ideología parece apreciar sobremanera la valentía de los hombres, pero una valentía efímera, que valora el momento de vida y lo impronta de la muerte. Donde se desdibujan lo que está bien y lo que está mal y se dan vuelo a los placeres del “antes de que me maten”. Al terminar esta cruenta guerra, la formación del nuevo país requerirá de “un Hombre Nuevo, que traslade al campo de lo civil la idealización de lo militar: valentía (ya no suicida), arrojo, fe en el pueblo, virilidad sin mancha, desprecio a la debilidad o la blandenguería…Y el culto al machismo de la Revolución Mexicana tienen entre sus consecuencias, no la más relevante, tampoco la menos dañina, la persecución regocijada de lo diferente y el olvido unánime de los derechos humanos de los gays” (Novo, 2002, p.19). Y luego se vienen las persecuciones hacia los que transgredían las normas, sobre todo las normas del comportamiento machista. Las cuerdas que menciona Monsiváis, son redadas que se extendieron por todo México para procurar a los homosexuales de moral liviana y llevarlos presos a las Islas Marías, cual leprosos para evitar que el mal se siguiera propagando. Una medida precisa

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para guardar la moral mexicana y demostrar que el gobierno post revolucionario era civilizado y garantizaría las buenas formas en la sociedad. Este devenir histórico, presentado someramente hasta aquí, deja ver algunos de los enclaves culturales que rodean a la categoría de lo homosexual en nuestro país. Desde que los niños mexicanos empiezan a socializar, son incluidos en ellos una serie de prejuicios que rodean a lo diferente, sobre todo a aquello que se muestra mujeril, que no es propio de los hombres, de los machos. Cuando los niños empiezan a conocer y a adquirir una conciencia de género, se dan cuenta que existen roles que deben de seguir y actuar según el género al que se pertenezca. En sociedades tan rígidas para con los roles sexuales, como la nuestra, al salirse un poco de la raya de lo considerado normal, se vienen una serie de calificativos que subyacen en lo prohibido, en la burla, en el odio. A menudo escuchamos hablar de niños afeminados en las familias y de madres preocupadas, que consultan a sus conocidos o a la travesti del barrio para saber si su hijo será homosexual de grande. Encontramos padres que preocupados por las “tendencias” de sus pequeños hijos, les amenazan y advierten los devenires más macabros que les sucederán si caen en la aberración de ser maricones. En los ambientes escolares, los niños que adopten comportamientos propios del otro género, son víctimas de discriminación y escarnio, lo que ahora conocemos por bullying que ni siquiera es aún por preferencia sexual, sino solamente por una ligera separación de los comportamientos convencionales de la normatividad heterosexual. Se aprende pues, que todo lo relacionado a ser, parecer, comportarse o creerse homosexual está mal y le corresponde sólo una vida de sufrimientos. “Un homosexual se degrada voluntariamente al asemejarse a las mujeres, y la condena machista es el registro público y privado de tal envilecimiento, el joto amenaza a la continuidad de la especie y a los valores fundamentales” (Novo, 2002, p. 23). En México se internaliza desde niños que ser homosexual es malo. Pero no malo como robar o como ser grosero. Parece que en tiempos modernos, la homosexualidad sigue asumiendo la misma idea de hedor inmencionable al que se hacía referencia con el pecado nefando en los tiempos de la conquista. Reforzado por los medios de comunicación que hacen burla del personaje gay al que afeminan más de lo normal, le convierten en un cliché víctima de bromas, insultos y abusos que distan mucho de los discursos sobre derechos humanos a los que se está suscrito nuestro país. Página 31


¡Puto el que se raje!, ¡pareces puto!, ¡joto si no te animas!, lo haces ¿o vas a jotear? son algunas de las frases que refuerzan la enorme discriminación que viven los gays en México. Pareciera que lo peor que le puede pasar a una persona, el suceso más vil y bochornoso, es ser identificado o reconocerse como homosexual. Los reforzadores del mal de males se viven por todas partes. El travesti apedreado cuando pasa por las calles, las pláticas de los padres que hablan sobre el castigo del vecino por tener un hijo gay, las amigas que retan a besar a una compañera o, de lo contrario, se es joto. Todos estos conocimientos van construyendo en los niños una imagen de indeseabilidad hacia aquello que pudiera clasificarles como homosexuales. Se interioriza un miedo, vergüenza, y, en ciertos momentos odio hacia lo que les pudiera crear una imagen de homosexuales. Cuando los individuos van construyendo su identidad sexual, tratan de mantenerse al margen de lo que pudiera provocarles la anormalidad con respecto a sus compañeros. Muchos homosexuales que han adquirido conciencia de su orientación sexual, se niegan a aceptarlo debido a esta serie de calificativos enraizados en su formación como persona. Es común escuchar casos de gays que recurren a tener novia con la finalidad de pasar desapercibidos y no enfrentarse a la dificultad de tener que vivir la discriminación que sufren sus homólogos que salieron del clóset. En algunas ocasiones, tienden a volverse agresivos contra todo aquello que haga peligrar su estatus de macho inquebrantable que odia a los homosexuales. A esto se le llama homofobia interiorizada. La homofobia interiorizada se define, según el trabajo de la Comisión Europea

como el

“conjunto de opiniones, actitudes y comportamientos negativos hacia la homosexualidad o personas homosexuales adquiridas por homosexuales reprimidos” (Graglia, 2008, p. 14). Aunque pudiera pensarse que la homofobia no representa un problema en México, algunas encuestas muestran que debe prestarse la debida atención. Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, 2010, cuatro de cada diez mexicanos entrevistados no permitirían que en su casa vivieran personas homosexuales (CONAPRED, 2010). “Una de cada dos personas homosexuales, lesbianas o bisexuales consideran que el principal problema que enfrentan es la discriminación, seguida de la falta de aceptación y las críticas y burlas” (ENADIS, 2010, p. 33). Estos dos datos ayudan a reflejar los estragos que la homofobia ocasiona a los mexicanos, sobre todo los homosexuales y sus familiares. Aunque si quisiéramos alarmarnos más, bastaría con echar

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un ojo al informe de Crímenes de Odio por Homofobia que la asociación civil Letra S, Sida Cultura y Vida Cotidiana elabora para México. Según esta investigación, se han registrado en el periodo de 1995 a 2008, 628 crímenes originados por la intolerancia y odio hacia los homosexuales. Aunque las reglamentaciones jurídicas y los convenios internacionales a los que México se encuentra suscrito establecen como graves los delitos generados por preferencia sexual, el camino para prevenir y terminar con los problemas de homofobia se pierden en un infinito camino que bien podríamos empezar con nuestros niños en casa. Será necesaria una educación que se desarrolle en las familias y se reforcé en las escuelas para que los infantes respeten lo igual, pero también lo diferente. Donde las etiquetas marcadas por los estrictos roles de género queden a un lado y den paso a formas de pensar y actuar que incluyan a todas las personas. Educar no para tolerar, sino para respetar y no estigmatizar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bourdiea, Pierre. (2000). La dominación masculina. Barcelona. Editorial Anagrama. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. (2010). Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México. México. CONAPRED. Mondimore, Francis Mark. (1998). Una historia natural de la homosexualidad. España: Editorial Paidós. Novo, Salvador.(2002). El mundo Soslayado. La estatua de sal. México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Schuessler, Michael; Capistrán, Miguel. (2010). Las locas y la inquisición. México se escribe con J: una historia de la cultura gay. México. Editorial Planeta. Graglia, Margherita y Pietrantoni, Luca. (2008). Bullying homofóbico en las escuelas. Guía para profesores. www.arcigay.it/schoolmate.

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Las Ciencias Sociales un campo científico multiparadigmático

Jesús Ernesto Peralta Flores5

Foto: ccssjmalircay.blogspot.mx

INTRODUCCIÓN En este artículo se comenta el concepto de campo y habitus de Bourdieu - empleado por él mismo para el análisis de las actividades, procesos y relaciones que se viven en el ámbito de la ciencia, en donde determinados agentes sociales imponen su modelo de ciencia y otros luchan por alcanzar el reconocimiento de una comunidad científica. Descubrimos que aún en el campo científico se desarrollan relaciones de dominación, ejercidas por los que poseen los créditos del capital simbólico sobre los aspirantes a ingresar a este campo. En una segunda parte del trabajo se presenta a las ciencias sociales como una ciencia en la que al terminar el predominio paradigmático de la postguerra en el siglo XX (bajo el modelo de las ciencias físicas) se inicia una fase de coexistencia abierta de una diversidad de paradigmas científicos que permanecen, ya sea en confrontación o experimentando consensos provisionales. Se abrió a partir de entonces una etapa de reorientación para las ciencias sociales: como nueva ciencia, las nuevas reglas del método sociológico, etc.

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Doctor en Ciencias Sociales, Profesor Investigador de Tiempo Completo y Secretario Académico de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán.

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EL CAMPO CIENTÍFICO Y EL CAPITAL SIMBÓLICO Como recurso metodológico en las ciencias sociales, Bourdieu (2003) pone en práctica el concepto de campo y habitus para el análisis de los fenómenos sociales; se trata de herramientas heurísticas en las que se sintetizan el reconocimiento de la estructura social del mundo y la acción social de los agentes sociales. Es una propuesta metodológica que recupera la preocupación por la existencia objetiva de las relaciones sociales, más allá de la voluntad de los individuos; pero también supera la tradicional idea de estructura propia del estructural – funcionalismo, en el sentido de que los individuos sólo existen como sujetos socializados. Bourdieu, reconoce al individuo como un agente social que es capaz de construcción de estructuras sociales en un determinado espacio. Un campo es una estructura mediada por el poder, donde los agentes se enfrentan con recursos desiguales. Desde esta perspectiva los distintos espacios sociales, económicos y políticos pueden abordarse como campos de fuerzas. Por ejemplo en el terreno cultural se puede identificar al campo de lo científico. En este caso “El campo científico, es un mundo físico que comprende relaciones de fuerza y de dominación” (Bourdieu, 2003, p. 77). Se reconoce que en el campo científico, pese a que su finalidad es la búsqueda del conocimiento “verdadero”, sus condiciones se gobiernan y adquieren sentido en función de la estructura de las relaciones entre los diferentes agentes inmersos en ese campo (Bourdieu, 2003, p. 78). Bourdieu identifica en el campo científico a la posesión de la autoridad académica como “una especie de capital simbólico del que sabemos que siempre se funda en actos de conocimiento y reconocimiento (o el crédito) otorgado por el conjunto de los pares -competidores dentro del campo científico” (Bourdieu, 2003, p. 79). Se trata entonces de un conjunto de relaciones entre los agentes del campo científico, quienes construyen un consenso acerca de lo que se considera científico. Entre los agentes en este campo se desarrolla “una lucha armada entre adversarios que poseen armas tanto más poderosas y eficaces cuanto más importante es el capital científico colectivamente acumulado en y por el campo” (Bourdieu, 2003, p. 85). La recuperación de la noción de capital, como una relación de dominación y explotación nos recuerda a Marx, sólo que en Bourdieu, cualquiera que domine las reglas puede llegar a conquistar ese capital simbólico. La especificidad del campo científico es que los competidores construyen acuerdos sobre unos principios de verificación, sobre métodos comunes de convalidación de las tesis y las hipótesis, regido tácitamente por un trabajo de objetivación.

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En el análisis del campo científico, Bourdieu establece que la sociología de la ciencia reposa en el postulado de que la verdad del producto reside en particulares condiciones sociales de producción; el universo “puro” de la ciencia es un campo social como otro, con sus relaciones de fuerza, sus monopolios, sus luchas y sus estrategias, sus intereses y sus ganancias (Bourdieu, 2003, p.12). En el caso de la sociología, como parte del campo científico, se manifiesta como sociología oficial, que toma prestado un modelo de práctica científica tal como se la representa la imaginación positivista, es decir con todos los atributos simbólicos de la respetabilidad científica, máscaras y elementos postizos y un modelo de organización de lo que aquélla llama la “comunidad científica” (Bourdieu, 2003, p. 51). Bajo estas premisas, aun en el caso del ámbito científico, se presentan las relaciones de dominación, en donde la disputa es por los recursos autorizados para exponer o intervenir legítimamente en una determinada materia de la ciencia. De ahí, que lo que resalta en términos sociales es la idea de que el capital simbólico, en el campo de lo científico, no es puramente científico, sino que es patente el interés de los científicos por reconvertirlo en otra especie de capital, pues, No hay elección científica (…) que no sea por uno de sus aspectos, el menos confesado y el menos confesable, una estrategia política de ubicación al menos objetivamente orientada hacia la maximización del beneficio propiamente científico, es decir al reconocimiento susceptible de ser obtenido de los pares competidores (Bourdieu, 2003, p. 18).

Bourdieu nos dice que el capital simbólico se constituye mediante la existencia de un capital común, la lucha por su apropiación y una jerarquización entre quienes detentan el capital y aquellos que aspiran a tenerlo. Los sabios dominantes definen lo que es la ciencia y son quienes otorgan reconocimiento a trabajos de otros legitimándolos para hablar e intervenir (Bourdieu, 2003, pp. 3335). En cada campo se presenta la institucionalización de un punto de vista en las cosas, para constituirse en un espacio con independencia de los propios agentes. Esto significa que dentro de un campo científico fuertemente autónomo, un productor particular no puede esperar el reconocimiento del valor de sus productos (reputación, prestigio, autoridad, competencia, etc.) sino de los mismos productores, quienes siendo también sus competidores, son los menos proclives a darle la razón sin discusión ni examen. En principio y de hecho sólo los sabios comprometidos en el juego tienen los medios para apropiarse simbólicamente de la obra científica y para evaluar sus méritos (Bourdieu, 2003, p. 19).

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Por tanto, el campo científico es una construcción social de los agentes que poseen el capital simbólico. Como construcción social, el campo científico también construye las características de los conocimientos que se consideran “verdaderos” u “objetivos”. Además, “la realidad objetiva que quieren aprehender los científicos, se refiere de manera explícita o tácita, nunca es, en definitiva, más que lo que los investigadores participantes en el campo en el que un momento dado concuerdan en considerar como tal” (Bourdieu, 2003, p. 86). Bourdieu logra con esta perspectiva del campo científico, un profundo cuestionamiento al paradigma dominante en las ciencias físicas, que se pretendieron establecer como un modelo a seguir para las ciencias sociales por los años sesenta y una crítica a la sociología norteamericana como una ciencia institucionalizada opuesta al cambio. También ofrece una visión de las condiciones en que se encontraban los “otros” paradigmas que no eran reconocidos como ciencias, porque el capital simbólico se encontraba del lado del positivismo sociológico. También descubre que en la producción del conocimiento científico se hacen presentes las relaciones de poder a que da lugar la posesión del mismo. En donde comúnmente el conocimiento científico se convierte en estructuras de poder personalizadas en los propios científicos.

CIENCIAS SOCIALES: PARADIGMAS EN DEBATE Mardones (1991), discute el tema acerca de los fundamentos científicos de las ciencias sociales y su relación con el método de las ciencias naturales. Para eso se ve obligado a entrar a la revisión de lo que es considerado “ciencia”. Señala que a lo largo de la historia ha existido un debate incesante entre lo que llama dos tradiciones científicas: la galileana y la aristotélica y que llega hasta nuestros días con la discusión entre los enfoques cuantitativo y cualitativo. En la tradición galileana, se incorpora la concepción de la ciencia de que el conocimiento que se precie de ser científico debe buscar las explicaciones causales, apoyarse en la información empírica y utilizar las matemáticas para comprobar sus relaciones; su aspiración es la formulación de leyes generales. En cambio, la aristotélica no busca la explicación, sino la interpretación de los fenómenos y ve con desconfianza la generación de leyes generales que explican los comportamientos humanos; asume una actitud más modesta frente a la capacidad de la ciencia para explicarlo todo. Mardones (1991), ilustra el enfrentamiento de estas tradiciones entre el positivismo decimonónico de Comte y Mills frente a la corriente hermenéutica de Weber y Dilthey; en una segunda etapa el enfrentamiento entre el racionalismo crítico de Popper contra la teoría crítica representada por Adorno y Habermas. Del lado de la tradición aristotélica, la posición se orienta en Página 38


primer lugar a establecer un estatuto epistemológico propio de las ciencias sociales para separarlas de la ortodoxia del método de las ciencias naturales, que se siguen planteando como el modelo para todas las ciencias. En el caso de las ciencias sociales, se postula por la tradición hermenéutica, que el estudio de las acciones humanas son de mayor complejidad debido a que el objeto mismo es un sujeto pensante, que el investigador está implicado con sus intereses en el proceso de cognición y que el sentido de la acción no se puede reducir a comportamientos pautados, como si los humanos fuesen simples reproductores. Por su lado, Anthony Giddens (1987) en Las nuevas reglas del método sociológico, desarrolla una crítica de la evolución de la teoría social y reorienta a las ciencias sociales a incorporar el estudio de la acción social y la intersubjetividad para replantearse el método sociológico. En la misma obra elaboró un diagnóstico acerca de las condiciones que presentaba el mundo de la ciencia y sus dificultades epistemológicas, en especial el de las ciencias sociales y humanas. Cuestiona la aspiración de las ciencias sociales de imitar al modelo de las ciencias de la naturaleza y critica que haya científicos que siguen esperando ingenuamente que las ciencias sociales alcancen el modelo de las ciencias naturales. En este punto aclara que son más los científicos escépticos. Desde el análisis que realiza Giddens (1987), se observa el resquebrajamiento neopositivista en el seno mismo de las ciencias físicas. Aunque dicho paradigma conserva su firmeza, convive con nuevas perspectivas teóricas, filosóficas y metodológicas. Después de la posguerra, hasta los años setenta del siglo XX, el neopositivismo había ocupado un espacio dominante como modelo de las ciencias, pero a partir de los setenta, empezaron a manifestarse cambios que trajeron una presencia relevante de nuevas posturas, que permitieron abrir el esquema de lo que se considera ciencia hasta esos momentos. Al respecto, la opinión de Giddens es oportuna al comentar lo que ocurría en el campo de las ciencias en la segunda mitad del siglo XX. En las últimas décadas ha tenido un cambio espectacular. Dentro de la filosofía natural el dominio del empirismo lógico ha declinado. En su lugar ha surgido una nueva filosofía de la ciencia que desecha muchos supuestos de los puntos de vista precedentes (Giddens, 1990, p. 10).

En una secuencia apretada, de las características de la teoría social que empezó a emerger de las crisis de los paradigmas científicos en la segunda mitad el siglo XX, se pueden enumerar las siguientes: ya no hay observaciones neutrales, no se busca necesariamente la construcción de leyes, tampoco se considera a la ciencia como necesariamente un proceso deductivo y los problemas de significado y comunicación adquieren relevancia para las teorías científicas. Esto Página 39


provoca una reducción de la hegemonía de la corriente principal de la ciencia social. A partir de estos años, el empirismo coexistió con una sociología más comprensiva y fenomenológica que no tiene como finalidad la de explicar los problemas de manera unicausal, construir leyes universales o probar las grandes teorías (Giddens, 1990). La posición de Giddens (1987), es que una epistemología de las ciencias naturales aplicada a las ciencias sociales conduciría a un entendimiento limitado del hombre en sociedad y que el funcionalismo de Durkheim y Parson era esencialmente defectuoso, pues reducía la intervención humana a “interiorización de valores”, no reconocía la vida social como activamente constituida por las acciones de sus miembros y trataba el poder como fenómeno secundario. Giddens recupera críticamente al interaccionismo, quien reconoce la primacía del sujeto como actor hábil y creador, pues en la teoría social norteamericana había sido el único rival del funcionalismo, aunque se había quedado atrapado en el “Self” que fue entendido como socialmente determinado. En Popper, recupera la práctica científica como una empresa colectiva. Supera la monotonía de recoger datos por la audaz y desafiante tarea de construir hipótesis para hacer avanzar la ciencia. La crítica a Popper muestra que el falsificacionismo original debe superarse. Con Popper la ciencia se institucionaliza como presentación pública de sus productos, ante la comunidad de profesionales de los modos que se formulan las teorías y realizan las observaciones. Por su lado, Wallerstein (2004), plantea la presencia de la incertidumbre como signo de los tiempos que marcan el final del siglo XX e inicio del XXI. Los desacuerdos paradigmáticos son la normalidad en el campo científico, “a lo sumo, se llega a un amplio consenso temporario, un consenso que nunca cuenta con el acuerdo de todos y que tiene una duración en extremo limitada” (Wallerstein, 2004, p. 12). La incertidumbre pone a prueba a todo conocimiento, aún al científico, pues “en la actualidad la ciencia está en la mira. Ya no goza del prestigio indiscutido que ha tenido durante dos siglos como la forma más segura de la verdad” (Wallerstein, 2004, p. 15). Algunos pensadores, como los postmodernos, llegaron más lejos y propusieron que no existen las verdades universales y que todas las afirmaciones de saber son necesariamente subjetivas (Wallerstein, 2004, p. 16). En esta revisión de los distintos pensadores de las ciencias sociales se descubre la existencia de diversas teorías que se agrupan en corrientes, que tienen perspectivas diversas. Llama la atención que al interior de las mismas corrientes hay divergencias entre los autores, como sucede con el marxismo, las sociologías de la vida cotidiana, los sistémicos; entonces en las teorías y Página 40


paradigmas de las ciencias sociales existe una gran diversidad de enfoques, que desde un punto de vista pudiera entenderse como una debilidad de las ciencias sociales. Sin embargo, lo que puede parecer dispersión, inmadurez, también se presenta como una riqueza epistemológica y una expresión de que en el estudio de lo social, no hay un pensamiento único. A este respecto, Giddens nos anticipa que Toda definición de la teoría social está abocada a suscitar controversias. Por tanto el lector que busque un consenso acerca de las metas de la teoría social se sentirá decepcionado. Pues esta falta de consenso, puede ser inherente a la naturaleza de la ciencia social. En este último extremo, la cuestión de si puede haber un marco unificado para la teoría social, o siquiera un acuerdo sobre sus intereses básicos, está ella misma sujeta a discusión (Giddens, 1990, p. 9).

Así que, no nos debe sorprender que cuando se pretende identificar al paradigma de las ciencias sociales, nos quedemos con una actitud de confusión al descubrir a varios que coexisten en debate y confrontación. Sin embargo, desde otra perspectiva más reciente se plantea la necesidad de superar la polarización entre los paradigmas de la explicación y la comprensión, pues ese enfrentamiento ha conducido a una posición de “incompatibilidad esencial” entre estas dos posiciones, ya que en su afán de convencer llegan a descalificarse mutuamente. En este sentido nos parece esclarecedora la posición de Fernando Cortés, quien propone estar abiertos a una integración entre estas dos modalidades, al referir que entre ambos polos ha emergido una corriente de pensamiento según la cual, el investigador debería utilizar la aproximación metodológica que rindiera los mejores frutos en las diferentes fases de una misma investigación, lo que no excluye la posibilidad de analizar un mismo problema desde ambas ópticas (Cortés, 2008, p. 29). Desde la postura de Cortés, el debate entre la investigación cualitativa y cuantitativa se encuentra un tanto rebasado, pues las posturas ontológicas y epistemológicas han evolucionado, por ejemplo en cuanto al problema de la objetividad, sostenida en tiempos pasados por el empirismo, en el sentido de “representar

fielmente a los objetos”, ha sido reemplazada por “la contrastación

intersubjetiva” entre las comunidades científicas, o de la “regulación racional mutua por medio del debate crítico” que proviene de Popper (Cortés, 2008, p. 39). Y que en esta forma de entender la objetividad, los partidarios del análisis cualitativo no se niegan a discutir sus trabajos, ni “a llegar a consensos y discensos”.

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También, la idea de que la investigación cuantitativa es la objetiva y la investigación cualitativa es la subjetiva, ha sido superada debido a que ya se acepta que la subjetividad del investigador juega un papel importante en la investigación en cualquiera de los campos, ya sea el mundo físico o social; en las ciencias físicas y sociales. Al respecto esta cita es pertinente: “pero la ciencia física no es solamente una sistemática exposición de los sentidos al mundo; también es una manera de pensar acerca del mundo, de formar concepciones…” (Hanson, 1989, p. 252; citado por Cortés, 2008, p. 36). Asimismo, aquella idea, de que la investigación cuantitativa se distingue porque aplica la estadística y la investigación cualitativa no, también ha sido de alguna forma superada por la tendencia que ha surgido, en el mismo campo cualitativo, hacia el uso de la estadística. Esto debido a que la estadística ha evolucionado hacia el análisis de variables no métricas. Así, se han ido borrando las fronteras entre la investigación cualitativa y la cuantitativa como polos enfrentados. De esa manera el investigador que ha utilizado instrumentos cualitativos para recopilar su información, que ha seleccionado muestras intencionales y que ha generado una matriz cualitativa de datos podría, si así lo deseara, utilizar los métodos que le proporcionan la estadística (Cortés, 2008, p. 50).

Por eso, nos parece atractivo este planteamiento, no porque los polos hayan desaparecido en esta polémica, pues se siguen manteniendo, como se puede ver en muchos círculos de investigadores, sino porque se fortalece una tercera posición, digámoslo así, en la que se acepta que los instrumentos de recolección de información pudieran ser de tipo cuantitativo o cualitativo, dependiendo de los objetivos de la investigación; no obstante su validez y confiabilidad debiera ser sólida en cualquiera de los métodos que se utilicen. Por otro lado, en la investigación, independientemente de las perspectivas metodológicas que se utilicen es muy importante reconocer que nos acercamos a nuestro objeto de estudio a través de “una mirada interpretativa del mundo”; esto es, que los valores, creencias y perspectivas teóricas son el lente con el que interpretamos al objeto de estudio. Por eso, para el investigador es decisivo identificar de manera deliberada esos puntos de partida que le permitirán percibir de alguna forma determinada los fenómenos y plantearse preguntas que no serían las mismas con otros referentes. Luego, estas preguntas nos conducen a la utilización de un método determinado.

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CONCLUSIONES Se desprende de los autores revisados que las ciencias sociales – como modelo y práctica de investigación -, constituyen una construcción social y por tanto corresponden a una expresión de posiciones dominantes sobre lo que se considera ciencia, método y conocimiento científico. En este campo se destaca la coexistencia de dos grandes paradigmas que se mantienen en debate: el paradigma de la explicación y paradigma de la comprensión. Junto a esa controversia entre paradigmas dominantes, también emerge una postura que adopta la necesidad de la complementariedad metodológica, en lugar de la ruptura, sin eliminar el rigor que exige toda producción científica. Asimismo, con Bourdieu tomamos nota que en el campo de la ciencia se desarrolla no sólo un debate sobre modelos de investigación, sino una lucha por la genuina posesión de ese capital simbólico. Es decir que las comunidades científicas se constituyen también en validadores de lo que se considera conocimiento científico, sometiendo a juicio crítico los productos de los investigadores y a los investigadores mismos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bourdieu, P. (2003). Los usos sociales de la ciencia. Nueva Visión. Buenos Aires: Nueva Visión. Cortés Cáceres, F. et al (2008). Método científico y política social: a propósito de laevaluación cualitativa de programas sociales. México: El Colegio de México. Giddens, A. (1990). La teoría social hoy. México: Alianza. ------ (1987). Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires: Amorrortu. Mardones, J.M. (1991). Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Materiales para una fundamentación científica. Barcelona: Anthropos. Wallerstein, I. (2004). Las incertidumbres del saber. Barcelona: Gedisa.

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Violencia urbana en la apropiación del espacio público: El caso de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, México

Leonor Velarde Páez6

Foto: jornada.unam.mx

El contenido del presente texto da cuenta del fenómeno de la violencia, la cual constituye ya parte del tejido social actual. Es decir, que se trata del fenómeno de la violencia urbana; la violencia urbana es un flagelo que hoy en día perturba a los diversos grupos sociales a nivel planetario, o sea que, por su grado de expansión y por sus implicancias ha adquirido gran relevancia. Es entonces por ello que, resulta de gran interés el abordaje de esta hecatombe para las distintas disciplinas. Y por ende, para los propósitos de este ensayo, donde se abordará conceptualmente sus manifestaciones en el espacio urbano; esos dos aspectos analizados y relacionados entre sí pueden mostrar ciertos comportamientos humanos que merecen ser comprendidos. La violencia urbana es un problema actual que atraviesa a todas las ciudades del mundo, entre las cuales se puede incluir a Mazatlán. Según dicen distintas voces que en la actualidad no hay ciudades seguras, dado que este problema se hace presente en sus distintos matices en todas las sociedades modernas. Sin embargo, el estudio de la violencia implica delimitarlo en una espacialidad y para este caso, hemos decidido vincularla al espacio público.

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Doctora en Trabajo Social, Responsable de Secretaría de Vinculación de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán.

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En consecuencia,

el objetivo propuesto es abrir nuevas perspectivas que permitan

comprender el tema de la violencia urbana y su manifestación en el uso de los espacios públicos. Abordándose para ello, dos principales categorías de análisis: violencia urbana y apropiación del espacio público, variables aludidas para comprenderlas en sus especificaciones hasta llegar al caso concreto de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, México. La ciudad de Mazatlán, ubicada en el Noroeste de México, se distingue como destino turístico por su ubicación en las costas del Océano Pacífico. Asimismo forma parte del Estado de Sinaloa, siendo en este lugar centro de operación de uno de los cárteles de la droga en el país; lo que ocasiona que la localidad sea percibida como lugar de inseguridad. Cabe mencionar que, a partir del anterior gobierno conducido por Felipe Calderón, surgieron una serie de tratados y acuerdos llamados políticas de combate contra el narcotráfico, desatando, así, una guerra contra los cárteles del país y una ola de violencia que ha cobrado cientos de vidas humanas. Por un lado existe este escenario de guerra entre cárteles, pero también está otra realidad y es la que refiere al incremento de la pobreza y desigualdad social que ciñe a la población mazatleca. Actualmente, para muchos jóvenes no hay perspectivas de estudios ni perspectivas laborales, a lo sumo, se encuentran con ocupaciones precarias que los mantienen en la mediocridad, por lo que muchos aceptan trabajar en el narcomenudeo y otros se confinan en el consumo de drogas y en la delincuencia. Son estas condiciones de violencia hacia los habitantes de Mazatlán las que generan más de lo mismo, manifestándose en el uso de los espacios públicos.

ESPACIO PÚBLICO Y VIOLENCIA URBANA El estudio de la violencia urbana es de carácter multidisciplinario debido a sus múltiples formas en que se practica, y a los distintos efectos sociales que produce. Por lo tanto, abordarla desde la perspectiva del uso de las ciudades, se hace necesario el entrecruce de enfoques disciplinarios para comprenderla en todo sus hechos identificables. Entonces, por su intensidad y al ser la violencia urbana uno de los padecimientos más agobiantes en las sociedades modernas y al hallarse vinculado con la inseguridad social, es como se justifica el abordaje de este tópico. Resulta importante mencionar que en la actualidad el fenómeno de la inseguridad urbana aumentó en gran escala en las ciudades del mundo. Bauman (2007), en el marco de lo que caracteriza como sociedad líquida, denomina al período actual época de incertidumbre debido a las distintas amenazas que acechan a la vida humana, que incuestionablemente son producto de la Página 45


modernidad. Por consiguiente, la violencia urbana se debe en gran parte a las debilidades de las instituciones que no cumplen con el rol establecido de salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Así también, se argumenta que la violencia urbana originada en los espacios públicos tiene gran contenido ideológico, político y social, dado que son estas características que asisten a estos lugares comunes a todos. Considerando en principio que, es desde el espacio público donde se pueden legitimar o deslegitimar los gobiernos de turno, siendo este uno de los aspectos que los confieren de gran poder. Asimismo, son lugares naturales donde se construye ciudadanía, entendiendo que ciudadanía no solo remite al derecho de nacer dentro de un territorio definido, o baste con el derecho al voto, sino que además implica otros derechos, como sería la ocupación del espacio público para expresarse con plena libertad acerca de las actuaciones del Estado. Son estas cuestiones que justifican el carácter social en que se ancla este esbozo, advirtiendo otros aspectos sociales que inciden también en el uso y apropiación de los espacios públicos y que se constituyen en variables importantes en el abordaje de este planteamiento. Este otro aspecto presente, refiere a la forma de violencia que genera miedo a la ciudad, el miedo a transitarla y que impide la socialización provocando la pérdida de valores solidarios y un debilitamiento del lazo social. El clima de inseguridad social produce la ruptura del lazo social y una fragmentación socio espacial, lo que divide a las ciudades, así como lo señala la metáfora de Monguín (2006), que las ciudades están convertidas en archipiélagos con islas de pobreza y riqueza. Advierte asimismo, que esta realidad es producto de un modelo económico perverso, en el sentido que ha ocasionado que la brecha entre pobres y ricos cada día se acreciente, desigualdad social que se manifiesta en el uso del espacio público, ya sean parques, plazas, calles; existiendo además, el estigma sobre determinados lugares, al ser considerados como lugares peligrosos para transitarlos debido a la percepción de hechos de violencia urbana que en ellos ocurren. Entonces, estos sitios son utilizados limitadamente debido a acciones asociadas a este flagelo que,

en parte son cometidas por diferentes grupos; no obstante, los medios de comunicación

desarrollan un papel importante al contribuir de manera significativa en la magnificación de estos hechos violentos a causa de que muestran más a los hechos en sí mismo y ocultan las causas que los producen. En consecuencia, incurren en periodismo amarillista y siendo las clases que viven en mayor desventaja quienes acceden a esta lectura oscurantista, ya que no les proporciona claridad acerca de la realidad en la que viven y del mismo modo, tampoco pueden arribar a niveles culturales que les permitan modificar sus condiciones de vida y alcanzar mayor equilibrio social. Página 46


El flagelo de la desigualdad social fragmenta y divide a los habitantes entre quienes han resultado ser ganadores y perdedores en la lucha por obtener el usufructo de espacios privilegiados. Así pues, se puede observar que por un lado coexisten en las ciudades actuales una porción de la población que tiene acceso al uso de espacios habitacionales adecuados, con infraestructura y equipamiento apropiados que contribuyen a mejores condiciones de vida; en tanto, en contraste, sobreviven aquellos sectores postergados y que únicamente tienen el acceso para ocupar ámbitos territoriales degradantes, desprovistos de medios básicos, y con escasas o nulas posibilidades de transformación de su actual contexto, el cual los ciñe y confina endémicamente. Cabe mencionar, como este entramado social es percibido de manera natural por el resto del conjunto social, quienes muestran una marcada indiferencia a esta problemática que tendría que ser de incumbencia común. Entonces, no sólo es la indiferencia hacia estas expresiones de pobreza y marginación, sino que también, deben llevar a cuestas un estigma de espacios peligrosos, dado que la peligrosidad se enmarca profusamente en las clases más pobres. En consecuencia, este entorno de anomia representa una forma de violencia y la violencia como acto de coerción que se experimenta dolorosamente genera sentimientos negativos, siendo desde esta lógica que la violencia urbana sea el fruto de un contexto social donde impera la desigualdad y excluye del espacio social a importantes franjas poblaciones. Resulta así, que el espacio público se constituye en lugar ideal para la lucha social, de expresiones legítimas y de acción colectiva para la recuperación de derechos y de seguridad social. Y el uso o apropiación que de ellos se hagan, será en función de los intereses diversos dados en los grupos humanos y de los procesos sociales que emerjan. En la actualidad, el uso y apropiación del espacio público se encuentra inmerso en diversas tensiones, una de ellas resulta interesante de esbozar, es la referente a la lucha dada por ocuparlo de acuerdo a los derechos ciudadanos que a todos corresponden en espacio público. Precisando que se trata de sitios comunes a toda la población, por lo que, es un derecho de todos ocuparlo, siendo estos hechos los que generan tensiones, en el sentido de que frecuentemente pueden ser apropiados por personas que han quedado al margen de políticas habitacionales y usan estos lugares para construir vivienda precaria, lo que obstaculiza el derecho de los otros a utilizarlos de acuerdo a la esencia de su creación. En suma, se puede decir que, las personas carentes de un techo donde habitar usan el parque, la plaza o se adueñan también de las calles, como una forma de manifestar su necesidad. Sin embargo, está la otra parte que necesita recrearse, transitarlo, disfrutarlo o usarlo como lugar de Página 47


espera. Ante esta situación, las personas que buscan disfrutar de estos espacios se sienten violentados también de sus derechos, dado que son estas circunstancias las que impiden utilizar el espacio público y esto, porque son utilizadas por personas a quienes según lo establecido no cumplen con las normas sociales (según la percepción, no cumplen con lo establecido y los estigmatizan de andrajosos o sucios). Esto es por un lado, pero se despliegan otros tipos de cuestiones no menos importantes y tiene que ver con aquella perspectiva de quienes satanizan las marchas o manifestaciones en el espacio público, esto al ocasionar caos en las vialidades que conectan a las ciudades de un punto a otro. Entonces, son todas estas escaramuzas referentes a la violencia urbana, las que restringen el uso del espacio público, es decir, son cuestiones asociadas a diferentes tipos de coacción, generada por grupos transgresores comunes; agresiones que implican robos, asaltos, violaciones, riñas de parejas, peleas estudiantiles, represiones institucionales a las manifestaciones. Asimismo, y en mayor magnitud, es la violencia urbana incitada por el crimen organizado. Estos grupos delincuenciales (narcotráfico y secuestradores principalmente), se han adueñado de las calles y espacios públicos de las ciudades; una de estas ciudades afectadas en gran medida por el crimen organizado es Mazatlán, Sinaloa. La ciudad de Mazatlán es una localidad que presenta una seguidilla de olas de violencia debido a que en ella operan los grandes cárteles de la droga, anteriormente la ciudad se constituía solo como lugar de paso de la droga hacia Estados Unidos y hoy, una considerable parte de esas sustancias ilegales se quedan en la ciudad para el consumo local. Pero además, se presenta otro escenario que resulta aún más crudo para los lugareños por el nivel de violencia azotada sobre la ciudad, y que tiene que ver con una disputa entre el Estado y el crimen organizado llegando a generar pérdidas humanas. Por esto, son todos estos sucesos aterradores que inciden en el uso de los espacios públicos, de ahí que estas implicancias ocasionan que no sean utilizados. Y no se aprovechan en toda su potencialidad por parte del conjunto de la población como espacio de recreo, socialización, expresión democrática, descanso, etc. A manera de cierre y a partir de la situación problemática aquí desplegada, surgen las siguientes interrogantes que podrían dar lugar a una investigación mucho más amplia y que sería apreciable para la sociedad mazatleca. ¿Cuáles son las características específicas de la violencia urbana de la ciudad de Mazatlán?

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¿Hasta qué punto la difusión de la violencia urbana por los medios masivos de difusión se corresponde con la realidad de Mazatlán? ¿Cómo inciden las características y las noticias difundidas en la apropiación del espacio público en Mazatlán?

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bauman, Zygmunt (2007). Miedo líquido: la sociedad contemporánea y sus temores. Buenos Aires. Editorial Paidós Monguín, Olivier (2006). La condición urbana. La ciudad a la hora de la mundialización. Paidós. Buenos Aires

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Violencia de género dentro y fuera de la familia. Impunidad y ausencias Florina Judith Olivarria Crespo

Foto: mundoeva.com

INTRODUCCIÓN A propósito del 25 de noviembre, día internacional de la no violencia a las mujeres, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, es que se hace necesario

Foto: elblogdepablogallo.blogspot.com.es

hablar de la violencia que viven las mujeres tanto en ámbito privado como en lo público. El punto de partida para esta exposición es la expresión del término de violencia de género como parte del movimiento de los derechos humanos de las mujeres. Las definiciones de violencia de género de la ONU, la Convención de Belem Do Pará y la Organización Mundial de la Salud son una referencia obligada para entender que la violencia hacia las mujeres constituye un atentado a la dignidad y a su integridad. Estableciendo que la violencia de género sucede en una relación de dominación del hombre hacia la mujer y que se reproduce a través de la cultura. La violencia en la familia tiene un carácter estructural dentro del sistema patriarcal, enraizado ancestralmente.

DESARROLLO Aún en el siglo XXI, todavía estamos en una fase de visibilizar a las mujeres. La violencia que se ejerce contra las mujeres es denominada violencia de género. Y el uso de esta expresión es muy reciente. Es a partir de l990 cuando se empieza a hablar del término en las diversas Convenciones Internacionales que buscan proteger los derechos de las mujeres. Patricia Galeana, señala que el movimiento feminista que lucha por la equidad entre los géneros es el detonador de movimientos de derechos humanos para acabar con todo tipo de discriminación de género, de origen étnico, edad, Página 50


discapacidad, preferencia sexual, religión o ideología. Para pasar de la tolerancia al respeto al diferente: el derecho a la otredad. En 1992 el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las mujeres de la ONU hizo la recomendación 19 sobre violencia de género al gobierno mexicano, luego de que este presentará su informe sobre las acciones efectuadas. En 1993, la Organización de las Naciones Unidas, en su “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer”, la define como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que causa, o es susceptible de causar a las mujeres, daño o sufrimiento físico, psicológico y sexual, e incluye las amenazas de tales actos y la restricción o privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública como privada. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer, Convención de Belem Do Pará (1994), señala que la violencia es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como privado. La Organización Mundial de Salud la considera, la violencia como un grave problema de Salud Pública en todo el mundo y la identifica como factor crucial en el deterioro de la salud, tanto por su magnitud, como por sus consecuencias. Se produce en todos los países y ámbitos, tanto en el mundo doméstico como en el público y se ejerce contra mujeres de cualquier edad, raza o condición social (OMS, 1998). Es en este marco donde aparece la violencia de género y la violencia doméstica como definiciones que nos indican cuando una mujer es víctima de violencia. Habría que distinguir que la violencia de género se da en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelven las mujeres y la violencia doméstica exclusivamente dentro del hogar. A la mujer se le otorgan valores subjetivos como el hecho de ser garante de paz en la familia, roles de cuidado y subordinación masculina. Para el cumplimiento de estos mandatos sociales a cargo de las mujeres, el hombre hace valer su poder y en muchos casos lo ejerce por medio de la violencia. La mujer termina por someterse junto con los miembros más vulnerables y dependientes de la familia como son los hijos menores, los ancianos, etc. Lo cual enmascara el problema de raíz y Página 51


lo traslada al problema del maltrato. En ese sentido se “naturaliza” y “normaliza” la violencia de género. Con lo que se provoca que la violencia permanezca invisible. El problema del maltrato sigue permaneciendo en lo privado como un secreto en el que la víctima guarda silencio. Contribuyendo a su avance hacia una pendiente que pone en riesgo a la familia. Anteriormente se consideraba que sólo la familia podía actuar y ningún otro miembro externo dándole con ello un carácter privado. Teresa del Carmen Incháustegui Romero, considera que el problema de la violencia a las mujeres es cultural, estimulado por la impunidad (Román, 2012).

CIFRAS En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la mujer, celebrada en Beijin (1995), se resaltaron las cifras de mujeres y familias victimizadas por esposos, novios o parejas sentimentales. El informe de la Organización Mundial de la Salud indicó que casi más de la mitad de mujeres que mueren por homicidio son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores. El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) calculaba en 2005 que cada 15 segundos una mujer era agredida en alguna parte del mundo y que entre 1.5 y tres millones de mujeres de toda clase de edades eran víctimas de la violencia de género. El estudio del secretario general de la ONU sobre la violencia contra las mujeres en 2006, señala que la violación conyugal es un delito no sancionado en por lo menos 104 países. Más de sesenta millones de niñas en el mundo son forzadas a casarse antes de cumplir los 18 años. De acuerdo con Human in Trafficking Report, el Departamento de Trata de personas del Estado, Estados Unidos de América, dice que en el 2006, las mujeres y las niñas representaron el 79% de las víctimas de tráfico de seres humanos. Las mujeres jóvenes tienen tres veces mayor riesgo de padecer violencia. El 15.5% de las jóvenes mexicanas entre quince y 24 años han experimentado uno o más eventos de violencia física, que van desde empujones, jalones de cabello, mordidas y bofetadas hasta quemaduras, intentos de estrangulamiento y amenazas con cuchillo, navaja o arma de fuego (INMPN, Violentrometro, 2010).

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Cerca de 8.1% de la población femenina de entre quince y 24 años ha sido, alguna o varias veces, víctima del intento de ser forzada a tener relaciones sexuales contra su voluntad. Los agresores han sido principalmente los novios, tío y vecinos. En el INEGI (2008), se señala que uno de cada tres hogares sufre algún tipo de violencia intrafamiliar. Se identificó que son los hombres más agresivos que las mujeres. Siendo los más maltratados los hijos e hijas (44.9 por ciento) y la cónyuge (38.9 por ciento). Reveló que de los hogares con jefe hombre, el 32.5 por ciento reportó algún tipo de violencia, porcentaje mayor a las mujeres jefas (22 por ciento). Por cada 100 receptores de violencia, 96 son mujeres y cuatro hombres. De los generadores de violencia nueve de cada 100 son mujeres y 91 hombres. La violencia doméstica es un tipo de violencia de género, así como las agresiones, el abuso sexual, el incesto, la violación, el acoso sexual, dadas en la familia. La violencia va desde formas sutiles hasta el homicidio. La violencia psicológica, que hace referencia a aquellas conductas que atentan contra la integridad psíquica y emocional de la mujer y, fundamentalmente, contra su dignidad como persona, corresponde a una de las formas de violencia más difíciles de detectar por parte de las mujeres. Aquí entra el chantaje emocional a través de un lenguaje y el discurso romántico. El miedo al abandono hace que la mujer acepte este tipo de violencia. El aislamiento es otra característica en la que la mujer queda en una situación de indefensión al permanecer en silencio La violencia se da dentro de una situación en la que una persona con más poder abusa de otra con menos poder. Tiene un carácter, como ya lo hemos mencionado de subordinación. La violencia tiende a prevalecer en el marco de relaciones en las que existe la mayor diferencia de poder. Los dos ejes de desequilibrio de poder en la familia están dados por el género y por la edad. Es por ello que son las mujeres y los niños quienes se ven mayormente afectados. El término violencia familiar refiere a todas las formas de abuso dadas en el hogar. Se llama relación a aquella forma de interacción que, enmarcada en un contexto de desequilibrio de poder, incluye conductas de una de las partes que, por acción o por omisión, ocasionan daño físico y/o psicológico a otro miembro de la relación (Corsi, 2004)

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Para considerar que hay violencia familiar las legislaciones señalan que debe ser crónica, permanente o periódica. Entonces cuando se habla de violencia familiar nos referimos a las distintas formas abusivas que caracterizan de modo permanente o cíclico al vínculo intrafamiliar. En este marco aparece la violencia física… que implica el uso deliberado de la fuerza en el cuerpo de la mujer con la intención de ocasionar lesión física, daño, o dolor. Son manifestaciones de esta conducta los empujones, bofetadas, puñetazos, patadas, quemaduras, golpes con objetos, pudiendo llegar a producir hematomas, fracturas, quemaduras, heridas, cortes, lesiones de órganos internos y/o lesiones irreversibles. La Violencia Sexual es una de las violencias en mayor perjuicio de las mujeres, las niñas y los niños…Constituye cualquier intimidad sexual forzada cometida con violencia, coacción, amenaza o sorpresa. Se distinguen, tres grandes categorías: agresiones sexuales que no implican contacto corporal, agresiones sexuales con contacto corporal y agresiones sexuales con violación (o tentativa de) o con penetración (o tentativa de) sexual. En los 147 mil hogares donde se registró abuso sexual, la principal fue la presión verbal para forzar a tener relaciones sexuales (84 %), uso de la fuerza para tener relaciones sexuales (54 %) y obligar a tener relaciones sexuales cuando otros ven y oyen (6 %) (INEGI, 2008). Según la organización civil Abuso Sexual Infantil (ASI) Nunca Más, este delito es sufrido en mayor frecuencia por las niñas en un 22.5 por ciento, a diferencia de los niños, quienes lo han sufrido en un 15.2 por ciento y se ha visto que en un 95 por ciento de las veces el agresor es un varón, específicamente en el caso de los abusos sexuales a menores, los agresores (familiares, maestros, sacerdotes, amistades de la familia) generalmente se enfocan en transmitir miedo y culpa en su víctima logrando paralizarla para que no haga nada. Esta forma de actuar del agresor es perversa, porque la víctima no sólo vive un profundo temor, sino que además se convierte en culpable (Buggs, 2013)

EN RELACIÓN A LOS FEMINICIDIOS Rusell (2006), menciona que el feminicidio se define como el asesinato de las mujeres por el hecho de serlo. La Encuesta Nacional de Violencia contra las mujeres de 2009 reveló que en México mueren asesinadas cada año en promedio dos mil quinientas mujeres y niñas por parte de su pareja o Página 54


familiar, lo que significa que al mes fallecen alrededor de 208.33 personas, ya sea por violencia directa o por las secuelas de las agresiones físicas. Los estados con los índices más altos de delitos contra las mujeres son Chihuahua y Estado de México. Los feminicidios pasaron en Ciudad Juárez de 117 en 2009 a 306 en 2010.

LEGISLACIÓN En México, el 20 de diciembre de 2006 fue aprobada la Ley Federal de Acceso a una Vida sin Violencia, creándose un Sistema Nacional de Prevención, Protección, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas. Esta ley estableció un programa integral para los tres niveles del Estado y los tres órdenes de gobierno que los obliga a garantizar la seguridad e integridad de las mujeres. En ella se incluyen todos los tipos de violencia de género: psicológica, patrimonial, económica, física, laboral, institucional, sexual y de pareja. El artículo 21 de la Ley de Acceso a una Vida sin Violencia, publicada el 1 de febrero de 2007, define la “violencia feminicida” como: […] la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres. La Ley reconoce, desde una perspectiva de género, que la violencia contra las mujeres obstaculiza la igualdad y la democracia en México.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señala a México como el país con más violencia de género y de pareja; el penúltimo en nivel de calidad de vida, y que además registra altos niveles de inseguridad y una amplia desigualdad de género (Zamora, 2013). La ley señala, además, las políticas que los gobiernos deben cumplir. Durante el Examen Periódico Universal, realizado el 23 de octubre en Ginebra, Suiza, funcionarios de nuestro país no lograron convencer al Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre los supuestos avances legales e institucionales, para resguardar los derechos de las mexicanas en rubros como salud, libertad de expresión, violencia de género o acceso a la justicia. Y es que el Consejo de Derechos Humanos hizo eco de los informes alternos que desde julio pasado más de 30 grupos civiles enviaron a Ginebra, para exponer la grave situación de las garantías Página 55


fundamentales para las mexicanas. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), puso como muestra de la alarmante violencia de género, que de enero de 2011 a junio de 2012, se registraron 3 mil 976 desapariciones de mujeres en 15 estados. Asimismo, de 2007 a junio de 2012, se documentaron 4 mil 112 asesinatos por razones de género en 13 entidades. El OCNF, advirtió que los jueces carecen de visión de género para castigar los crímenes, por lo que quedan impunes (García, 2013).

POLÍTICAS LOCALES En el Tercer Informe de Gobierno de Sinaloa, se señala… la creación de consejos y de unidades de igualdad de género en ayuntamientos y en dependencias estatales, y los cursos que sobre equidad y derechos de las mujeres que reciben los funcionarios de la administración pública. Estas acciones se puede catalogar como insuficientes para atender la problemática que viven las mujeres. Un asunto cuestionado que ofrece en sus compromisos este gobierno a las mujeres, es vivir una vida libre de toda forma de violencia, en un Estado en donde han sido asesinadas más de 50 mujeres este año, cinco cada mes, la mayoría a manos de sus parejas sentimentales. La primera meta establecida en el Plan Estatal de Desarrollo (PED), en este rubro, es “crear el Centro de Justicia Familiar”, el cual evitará “la doble victimización y los prejuicios de las y los operadores de justicia, que frecuentemente vulneran los derechos humanos de las mujeres o afectan las investigaciones y el debido proceso”. Pero la construcción de este centro se ha perdido entre la burocracia e ineficacia de las dependencias involucradas, al igual que los ocho millones 500 mil pesos asignados a la Procuraduría General de Justicia del Estado en 2012 por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), a través del subsidio para el otorgamiento de programas de apoyo a las entidades federativas en materia de seguridad pública, a fin de iniciar con este proyecto, el cual ni siquiera se menciona en el tercer informe. A pesar del avance del 85 por ciento que el gobernador dice tener en esta meta, aún no se cuenta con el terreno o las instalaciones adecuadas para la construcción o modificación que eche a Página 56


andar el referido centro, mientras que este año, el SNSP no etiquetó partida presupuestal para esta obra debido al incumplimiento de las obligaciones por parte de Sinaloa, en los convenios de coordinación firmados y en las leyes federales de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y de Fiscalización y Rendición de Cuentas, así como de las normas presupuestarias que dieron origen a la transferencia del subsidio federal y que no se utilizó debidamente. De esta forma se pierden los recursos destinados a la protección de las mujeres.

CONCLUSIONES. Son las mujeres, a través del movimiento feminista las que han hecho posible la creación de leyes que buscan la protección de las mujeres. Sacar del ámbito privado el problema de la violencia de género para llevarlo a lo público, ha sido una lucha constante de las féminas por lograr la equidad entre los géneros. Hacer visible lo invisible, lo “natural”, para transgredir con lo establecido. Es a partir de 1990 cuando aparece el término de violencia de género, acuñado por las diversas convenciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas en su “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer”, en La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer, la Convención de Belem Do Pará (1994) y la Organización Mundial de la Salud, entre otras. La violencia familiar se da dentro del contexto de la violencia de género, dada por el hecho de ser mujer y en una relación de poder del hombre y la subordinación de la mujer. La legislación establece los diversos tipos de violencia: la psicológica, física, sexual y patrimonial. Así mismo el feminicidio. En la violencia familiar se afecta principalmente a la mujer y los hijos. Edad y género son factores de vulnerabilidad. La violencia familiar es cíclica, y la repetición recrudece el problema de la violencia lo cual pone en riesgo la vida de las mujeres. Las cifras que se ofrecen en relación a la violencia en contra de las mujeres son alarmantes. Los gobiernos poco se comprometen a generar políticas de protección y seguridad. Los delitos de violencia cometidos contra las mujeres quedan impunes. Las políticas hacia las mujeres quedan en papel. Los informes de gobiernos se convierten en cifras maquilladas. Página 57


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México ¿un país democrático? Silvia Elizabeth Maciel Soto7

“Una y otra vez la experiencia ha demostrado que la democracia es esencial para el logro de nuestros objetivos fundamentales de paz, respeto de los derechos humanos y desarrollo”. Ban Ki Moon Secretario Unidas

General

de

las

Naciones

Foto: hilodirecto.com.mx

INTRODUCCIÓN Trabajo Social tiene como eje los principios de justicia social y derechos humanos, motivo por el cual escribir sobre la democracia es un tema que puede resultar interesante y emergente para analizar la sociedad actual en la que estamos inmersos. La democracia, es un tema colocado en la agenda nacional de nuestro país. Recientemente en un Congreso Nacional de Trabajo Social de la Federación Nacional de Estudiantes y Egresados de Trabajo Social A.C. (FENEETS) en noviembre 2013 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, se hizo mención del tema en una conferencia magistral impartida por el Dr. Eli Evangelista sobre el Trabajo Social y su incidencia política, y cómo fortalecer en este ámbito la disciplina, pues requiere mayor análisis desde nuestra profesión y no dejar de lado este tema que nos ocupa. Se hace una reflexión, sobre la necesidad de un Trabajo Social que se refiera a procesos democráticos, que exija políticas públicas y que los profesionales de esta disciplina promuevan los derechos humanos para alcanzar equidad en nuestra sociedad, que se ocupen puestos de poder y decisiones para representar la voluntad de los ciudadanos y al mismo tiempo seguir posicionando nuestra profesión.

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Trabajadora Social, colabora en el departamento de Investigación y Posgrado de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán.

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Contextualizando el tema, el año 2012 tuvimos en México un cambio de gobierno después de todo un proceso electoral avalado por las autoridades correspondientes como elecciones libres, limpias y legales. Lo anterior sitúa a México como un país con un sistema democrático. Como ya se sabe, una de las condiciones para que un país se considere democrático es que las elecciones sean libres, imparciales y limpias y representen a la mayoría. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), menciona que una de las condiciones para considerar a un país democrático es que las elecciones sean "libres y limpias". En esto México, se podría decir que cumple con los requisitos; sin embargo, también incluye otros aspectos básicos dentro de la democracia.

DEMOCRACIA EN MÉXICO Hablar de democracia va más allá de decir “gobierno del pueblo”, se le debe entender en múltiples términos, implica que esa democracia sea capaz de mejorar el nivel de vida de la mayoría, ese el fin del régimen democrático. Para tener una definición conceptual, se puede abordar a Levine y Molina (2007) que afirman que “la democracia es vista como un sistema de representación, con participación libre y universal de la población adulta en un marco de igualdad de derechos y reglas del juego también iguales” (p. 19). Siguiendo a Dahl (1998, capítulo 5) consideramos la democracia: Como un sistema en el cual los ciudadanos eligen a sus gobernantes, y tienen el poder de removerlos e influenciar sus decisiones dentro de las siguientes condiciones: a. El gobierno está efectivamente en manos de los funcionarios elegidos; d. Las elecciones son libres, imparciales y frecuentes; c. Hay libertad de expresión; d. Los ciudadanos tienen acceso efectivo a fuentes alternativas de información; e. Hay libertad de organización y de reunión, y las asociaciones tienen autonomía frente al gobierno; f. La ciudadanía es inclusiva (sufragio universal) y no hay barreras para la discriminación electoral y política.

Estos factores podrían considerarse como mínimos indicadores para que a un país se le denomine democrático. Analizando lo anterior ¿México, realmente vive en democracia? ¿Qué responderían los ciudadanos si se les preguntara si viven o no en un país con un sistema democrático? Hoy en día tenemos un México con derechos bien establecidos, libertades y garantías individuales bien escritas teóricamente y bien aprendidas desde la niñez, en las primarias por Página 61


ejemplo, hacen aprender a los niños cada artículo de la constitución, memorizar cada garantía individual, es decir, teóricamente se conoce que existen esos derechos y que se vive bajo un sistema de gobierno democrático, es decir se ha tratado de inculcar la cultura democrática desde la educación, pero en la realidad y en la práctica ¿existe la democracia? Y si existe, ¿es o no de calidad?... Los autores Levine Daniel y Molina José Enrique, retoman cinco dimensiones conceptuales para que exista calidad en la democracia, a continuación se hace mención de cada una:

1. DECISIÓN ELECTORAL: Que las elecciones sean libres, imparciales y que lleven a la designación de funcionarios que ejerzan el poder real (Levine y Molina, 2007, p. 24).

En esta dimensión los autores, hacen referencia también a que un aspecto que permite medir niveles de calidad “es el relativo a los recursos de información de los electores, tanto con referencia a la posibilidad de acceso a múltiples fuentes de información, como mediante los indicadores del nivel de educación de la población” (p. 24). Dalh (1998) denomina comprensión ilustrada, “a la medida en que los ciudadanos alcancen el mayor y más igualitario nivel de información de la realidad posible” (p. 97). En México, hace falta invertir en educación que permita a todos los ciudadanos tener acceso a información verídica, desde las escuelas públicas hasta los medios de comunicación, por cierto que, algunos programas de televisión han sido creados y orientados para entorpecer la opinión de los ciudadanos y nublar la visión de la realidad social. Se ha distorsionado los noticieros, se informa, muchas veces solo lo que conviene, se han diseñado más que programas educativos, programas de “entretenimiento” que sólo conducen a paralizar a la ciudadanía. En este marco, las redes sociales, en los últimos años han tenido gran auge, pues han venido fortaleciendo a la sociedad para incrementar libertad de expresión y organización y a al mismo tiempo fortalecer movimientos sociales. Por lo que, si los ciudadanos están informados y tienen acceso a la educación de manera equitativa, más podrán influir en las decisiones políticas y sus decisiones serán acordes a sus intereses y necesidades.

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2. PARTICIPACIÓN Levine y Molina mencionan que “es mediante la participación que los ciudadanos eligen gobierno, le exigen responsabilidad e influyen en las decisiones sobre políticas públicas directamente o indirectamente mediante representantes” (2007, p. 250). La ciudadanía debe actuar en grupos y movimientos que permitan una participación social, donde se pueda expresar sus intereses y voluntad, a través de la libertad de expresión y organización para exigir responsabilidad al gobierno en turno. Un caso por ejemplo, de esta dimensión se puede observar en las urnas el día de elegir gobernantes y líderes políticos, cuando de acuerdo a la experiencia personal obtenida en las elecciones pasadas para candidaturas locales en julio 2013 en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa en una casilla de una colonia popular en listados se tienen alrededor de 400 ciudadanos y acudieron a ejercer su voto, solamente 180, esto podría ser un indicador de que ha venido menguando la participación social. Quizá se relaciona con las pésimas condiciones en que se encuentra la democracia en México, podría ser por los resultados que el gobierno democrático ha venido arrojando. Schmitter menciona que de acuerdo con los estudios en investigación comparada, la satisfacción con los gobernantes actuales y la confianza hacia las instituciones existentes son pésimas y han decepcionado a la población (2011, p. 16). Es decir se puede hablar del absentismo en la participación política de los ciudadanos.

3. RESPONSABILIDAD Mainwaaring aborda que la dimensión de responsabilidad dirige la atención hacia mecanismos sociales e institucionales que someten a los funcionarios públicos (elegidos o no) a rendición de cuentas y posible sanción (2003). La responsabilidad puede ser formal e informal. La formal se encuentra institucionalizada en leyes y normas administrativas. La informal a la que Smullovitz y Peruzzoti, (2000) denominan como responsabilidad social la entendemos en términos de la acción de los movimientos sociales (contra violaciones a derechos humanos, contra la corrupción, etc) dirigida a movilizar la opinión para ejercer presión pública para que se juzgue y sancione a funcionarios.

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También, “se relaciona con aquellos esfuerzos de los ciudadanos, movimientos y organizaciones que hacen relevantes nuevos temas, cambian las agendas públicas, presionan para la solución de problemas, organizan manifestaciones” (Levine y Molina, 2007, p. 27). Por ejemplo, el movimiento social Yo Soy 132, que en el año 2012 en el Distrito Federal se hizo muy presente en diferentes acciones, a través de manifestaciones donde jóvenes y adultos expresaban su inconformidad con uno de los candidatos a la presidencia de la república, para las elecciones que se llevarían a cabo ese mismo año. Sobre todo, en las avenidas de la Ciudad de México se observan todos los días manifestaciones y movimientos sociales donde los ciudadanos se expresan por diferentes motivos. En esta parte, cabe hacer mención al dictamen que se aprobó recientemente en la Ciudad de México respecto a la Ley de las Manifestaciones que acota las libertades de expresión y asociación. Donde con 30 votos a favor, 11 en contra y dos abstenciones, las comisiones unidas de Derechos Humanos y del Distrito Federal aprobaron y enviaron al pleno, sin discutir una treintena de reservas planteadas, un documento que propone que las marchas en la capital tengan horario determinado y que puedan ser disueltas por la autoridad, iniciativa propuesta el pasado octubre por el diputado panista Jorge Sotomayor (Ramos, 2013). Vale la pena analizar este dictamen a profundidad, pues quizá al acotarse el derecho a la libertad de expresión y manifestación, se está delimitando la participación y responsabilidad, y se trata de ser un país con mayores libertades ciudadanas. Además, ¿cómo podrán los ciudadanos ser responsables exigiendo sus derechos a través de una manifestación si en ocasiones no hay interés por salir a las urnas a ejercer el voto? Muchos menos por ir a defender sus derechos a través de una manifestación. La importancia de que los ciudadanos practiquen la responsabilidad social viene desde la participación, ya que si no hay participación, tampoco habrá responsabilidad social, esto aunado a que si los ciudadanos no han tenido acceso equitativo a información real y a una educación no podrán tener alternativas para sus decisiones en el ámbito político.

4. RESPUESTA A LA VOLUNTAD POPULAR Powell define a la voluntad popular como “lo que ocurre cuando el proceso democrático induce al gobierno a formular y aplicar las políticas que los ciudadanos quieren” (2004, p. 91).

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Esto es por ejemplo, en las campañas políticas, cuando los candidatos dicen lo que la población quiere escuchar, para que simpaticen con ellos y puedan obtener su voto. Cabe analizar durante un periodo de campaña, cual es el discurso para las personas, para posteriormente, regresar a esas comunidades o colonias, y así que la población no perciba que solo se busca su voto, sino que han tomado la mejor elección. Pues muchas de las expresiones, por parte de los ciudadanos, en tiempo de campaña política, es que únicamente reciben visitas de los candidatos cuando están buscando el voto, posteriormente ya no se acuerdan de sus promesas hechas.

5. SOBERANÍA La soberanía como indicador de calidad de la democracia de acuerdo a Levine y Molina (2007) se refiere “a la medida en que los funcionarios elegidos son quienes efectivamente deciden sobre políticas públicas, libres e control directo o indirecto por fuerzas que no son responsables ante el electorado, tales como: organizaciones internacionales, potencias extranjeras, poderes religiosos o militares, etc”. Lo anterior son algunos indicadores de cuando un país es democrático y su democracia es de calidad, pues teóricamente puede estar reconocido como un país con un sistema democrático pero en la práctica y en la percepción de la sociedad puede haber un desencanto, como sucede en nuestro país. En México tenemos los derechos, libertades y garantías individuales que están enmarcados dentro de la constitución vigente, ahí están bien descritas. Se encuentra la libertad de expresión, de creencia, de culto, el derecho de dedicarnos a cualquier profesión o comercio siempre y cuando sea lícito; todos estos derechos y libertades se encuentran escritos en nuestra Constitución Mexicana con el fin de conocerlos y ejercitarlos. Eso es por un lado, pero ahora veamos la contraparte: a pesar de los derechos y libertades que existen en México ¿se dan las condiciones necesarias para que los ciudadanos tengan una vida digna y justa? Un país democrático debe garantizar estas condiciones.

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CONCLUSIÓN Nuestro país ha avanzado en materia de derechos y libertades, sin embargo, y a pesar de estos avances, tenemos un estancamiento en cuestión de democracia social en cuanto se refiere a la práctica de esos derechos y libertades que teóricamente están bien escritos. Nuestro país vive en una situación que ha generado en las últimas décadas,

falta de

participación ciudadana, apatía por la responsabilidad social, decepción por parte de la población de los distintos gobiernos, tasas de desempleo, inseguridad ciudadana, violencia, y miles de familias que se han desplazado a causa de la violencia causada por el narcotráfico, por cierto, situación que no está oficialmente reconocida por el Estado, por ende, no se han tomado medidas para este fenómeno. Actualmente, existen zonas conflictivas, como es el caso del Estado de Michoacán, en los últimos meses se han incrementado los hechos violentos en algunos municipios; otro caso lo tenemos en nuestro Estado, en Sinaloa donde también suceden hechos que alteran el orden social y que trastocan la seguridad ciudadana. Lo anterior hace referencia que la democracia en algún punto no está funcionando del todo. Estos factores influyen para que en México no exista una democracia social bien sustentada y de calidad, pues con estos fenómenos se genera pobreza, violencia, desempleo, deserción escolar, inseguridad entre otros problemas más, lo que impide tener una vida digna y por consecuencia un país con oportunidades de crecimiento y desarrollo. La democracia, no solo inicia asistiendo a las urnas a votar, implica tener acceso a recursos de información y educación, implica exigir a nuestros gobernantes y representantes rendición de cuentas o que las instituciones responsables de ello lo lleven a cabo, implica no ser parte de la corrupción, implica exigir recursos cognitivos tales como educación e información, ser una sociedad con participación ciudadana, a practicar derechos y libertades con responsabilidad y a elegir a los representantes con plena conciencia de acuerdo a los intereses y necesidades, a no dejarse llevar por el silencio y la apatía. Ahora es necesario, que en nuestro país tomen lugar en la silla presidencial, en el Congreso del Estado, ciudadanos con un claro sentido humanista y realmente vocación de servicio para el pueblo, que gobiernen desde y para los ciudadanos.

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Es necesario que Trabajo Social este inmerso en temas democráticos y en la agenda política para posicionar a los profesionales que ejercen esta disciplina y así generar nuevos ámbitos y campos de acción social. Hemos avanzado como profesión, sin embargo la sociedad en la que estamos inmersos exige alternativas y un nuevo Trabajo Social que enfrente los retos de la sociedad del conocimiento desde una posición no sólo como quien elabore y ejecute programas sociales sino como quién dirija proyectos sociales y procesos políticos, quién esté al frente representando la voluntad de los ciudadanos, y para ello es necesario incursionar en políticas públicas, derechos humanos y democracia, en esto versa la reflexión de este artículo, aspirar a ser un país con más conciencia democrática, mayor participación ciudadana, mayor equidad y democracia en cada grupo social.

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Hiperhambre en la hipermodernidad

José Manuel León Cristerna8

Foto: noticiaspia.org/onu

¡QUE PASE EL DESGRACIADO! Vivimos en una sociedad del sufrimiento oculta tras una cortina de diversión y espectáculo. En el mundo de la “Señorita Laura”, aunque ahora le dicen simplemente “Laura”, se presentan casos interminables de vidas llenas de horror, de sufrimientos, de carencias, de necesidades, de problemas, tan comunes y tan complicados que parecen casos artificiales, casos “comprados”; por supuesto, debe haber un pago, una gratificación a los que participan (o por lo menos debería haberla), pero detrás de la exageración grotesca del show de Laura, las personas que se presentan o que se prestan al escarnio público existen, y precisamente con esa existencia de horror que les describen y que se describen a sí mismos. El horrible mundo de Laura es real. Laura (Televisa), caricaturiza grotescamente la realidad de cada caso para convertirlo en un espectáculo de espejos deformantes; la realidad se presenta deformada por la exageración de algunos relieves, de algunas características, la realidad parece artificial y por ello es un espectáculo. El horror de la vida real se oculta en su caricatura. Pero en la documentación de los casos, en la cámara oculta, en las visitas

Profesor Investigador de Tiempo Completo de la Facultad de Trabajo Social de Mazatlán. Responsable de la Revista Intervención Social. E-mail: leon.cristerna@gmail.com 8

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de “Laura en tu comunidad”, como telón de fondo, se puede ver cómo viven los mexicanos de verdad. En el segundo plano de las cámaras se nota el mundo real. El programa de Laura es un “espectáculo de jodidos para los jodidos”, tal como lo conceptualizó uno de los magnates de Televisa: “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida! Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de esa realidad y su futuro difícil” Fueron las palabras de Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, pronunciadas hace exactamente dos décadas, el 10 de febrero de 1993. Su discurso fue improvisado. Se celebraba el éxito de la telenovela “Los Ricos también lloran” que catapultó a fama internacional a Verónica Castro. El Tigre andaba feliz y se puso sincero. “Los ricos como yo no somos clientes porque los ricos como yo no compran ni madre”, abundó el dueño del imperio Televisa. Los asistentes rieron. Azcárraga Milmo ya era considerado por la Revista Forbes como el hombre más rico de América Latina. (Villamil. Proceso, 19 de marzo de 2013). El sufrimiento humano se ha vuelto un espectáculo en forma de películas, de series como “Mujer casos de la vida real” que fue sustituida por un programa con toque místico religioso: “La rosa de Guadalupe” o los talk show como el de Laura. El sufrimiento también es moneda de cambio para comprar bonos de aceptación y reconocimiento social: el Teletón es el caso mexicano más espectacular en todos los sentidos de la palabra. El Teletón convoca al sentimiento y al sentimentalismo, al “buen corazón” de los mexicanos para hacer el bien a quien más lo necesita, ¡claro!, a través de Televisa. ¿Por qué el gobierno no hace el tipo de obras para atender a los necesitados a los que sí beneficia el Teletón? ¡Ah! Pues porque los grandes empresarios nacionales e internacionales no quieren un Estado ni gobiernos que hagan ese tipo de obras, quieren un Estado delgado, esbelto, sin excesos de burocracia para no pagar tantos impuestos. El gobierno debe servir a los empresarios y que los jodidos ayuden a los jodidos, por eso les hacemos su Teletón, juntamos sus aportaciones y se los administramos eficientemente, porque ellos no saben y el gobierno no puede hacerlo porque cae en la tentación de robarse el dinero. El espectáculo televisivo es un producto para el consumo de masas, es un hiperproducto característico de la sociedad hipermoderna. Ustedes y yo somos parte de esta sociedad. Cuando Laura Bozzo toma un caso, la mala experiencia vital, la brutalidad, la carencia extrema, los antivalores, los vicios y todas las expresiones infrahumanas de un individuo, de una pareja o “un grupo familiar”, se exageran, se magnifican haciendo del caso todo un escándalo estridente, de esta manera la miseria humana se transforman en un “teleproducto”, una Página 69


“telemercancía” que se vende en el mundo global para un hipermercado, (permítaseme decirlo así), de jodidos. Cuando el televidente observa casos que son más crudos y crueles que el caso de su propia vida, su propia experiencia, tiende a un proceso de conformación; es decir, se conforma, se vuelve conformista y acepta de buen modo su lamentable experiencia vital con expresiones de “al cabo no estoy tan mal, hay otros ‘piores´ ”. El rostro de la sociedad hipermoderna es múltiple y variado; del sufrimiento social, del horror, diría Vivian Forrester (2012), que vive la mayoría de la población mundial, uno de los más persistentes, es la pérdida del trabajo, el desempleo. Al perder el empleo o el no haber podido nunca obtener un empleo digno y seguro, afecta directamente el corazón de la modernidad, pues esta se sustenta en el individuo. Sin un individuo fuerte, sólido, “autosuficiente”, no existe la modernidad. Así que sin trabajo no hay individuo moderno y no se puede cumplir con las aspiraciones de consumo que son la esencia misma de este modelo de sociedad. No obstante, el feo rostro de la exclusión consumista de grandes sectores de la población, se oculta tras la pantalla del televisor, es decir detrás del espectáculo. ¡No veas tu realidad mejor ve la tele!

LA NUEVA MODERNIDAD SIN POS PERO CON HIPER La modernidad surge como el imperio de la racionalidad sobre el mundo de las tradiciones religiosas y sociales. Marca el punto de quiebre de la aristocracia feudal y el punto de ascenso de la burguesía y el capitalismo. Según estudiosos como Lipovestky y Sébastien Charles, el dominio de la técnica y el liberalismo económico son los rasgos distintivos de la primera fase de la modernidad. La liberación y autonomía del individuo que se prometía por la modernidad no llegó, en cambio se viven situaciones de “esclavitud real, burocrática y disciplinaria que se ejerce no sólo sobre los cuerpos, sino también sobre los espíritus” (2006, p. 16). Lipovetsky, en El imperio de lo efímero, (1987), plantea que la modernidad ya no puede explicarse sólo a partir de lo disciplinario como dice Foucault, de la pertenencia clasista o las distinciones sociales que sugiere Bourdieu, sino que socialmente los individuos han encontrado en la moda una vía para adquirir su autonomía y liberarse de las tradiciones “exaltando el presente”. La moda es efímera “por naturaleza” y su existencia encarna en la apariencia y la fantasía. Cada individuo decide, autonómicamente, su apariencia y su fantasía por encima de su pertenencia de clase y de las jerarquías sociales, la determinación de la autoimagen conlleva la generación de procesos identitarios de cada sujeto. El dominio de lo efímero, plantea Charles, determina lo que se denomina la era posmoderna, que se caracteriza por “la ampliación de la esfera de la autonomía individual, a la multiplicación de las diferencias individuales, Página 70


a la destrascendentalización de los principios reguladores sociales y a la disolución de la unidad de los modos de vida y de las opiniones” (2006, p. 20). La posmodernidad representa el momento histórico concreto en el que todas las trabas institucionales que obstaculizaban la emancipación individual se resquebrajan y desaparecen, dando lugar a la manifestación de deseos personales, la realización individual, la autoestima. Las grandes estructuras socializadoras pierden su autoridad, las grandes ideologías dejan de ser vehículos, los proyectos históricos ya no movilizan, el campo social ya no es más que la prolongación de la esfera privada: ha llegado la era del vacío, pero sin tragedia ni apocalipsis (2006, p. 24).

No obstante, Lipovestsky, reflexiona acerca de que realmente la posmodernidad no existió, no es una época aparte, es más bien una modernidad en tránsito a una etapa en la cual la modernidad se vivirá plenamente, sin obstáculos y a la cual denomina hipermodernidad. “La expresión ´posmoderno´ era ambigua, torpe, por no decir confusa. Porque lo que tomaba cuerpo era evidentemente una modernidad de nuevo cuño, no una superación de ésta” (2006, p. 54). La hipermodernidad surge con el triunfo de las tecnologías genéticas, la globalización liberal y los derechos humanos. Meditando Lipovetsky expresa: “hipercapitalismo, hiperclase, hiperpotencia, hiperterrorismo, hiperindividualismo, hipermercado, hipertexto, ¿habrá algo que no sea hiper? Habrá algo que no revele una modernidad elevada a la enésima potencia?” (2006, p. 55). Lipovetsky reitera nuestra estancia en esta nueva etapa de la modernidad, subrayando el retroceso de tradiciones arraigadas en las costumbres, en lo religioso, en los conceptos de Estado y de Nación, en la estructura y funcionamiento familiar y en las formas de hacer política. La individualidad autónoma prevalece por

encima de cualesquier otra valoración. “Lo que hay en

circulación es una segunda modernidad, desrreglamentada y globalizada, sin oposición, totalmente moderna, que se basa en lo esencial en tres componentes axiomáticos de la misma modernidad: el mercado, la eficacia técnica y el individuo. Teníamos una modernidad limitada y ha llegado el tiempo de la modernidad acabada” (2006, pp. 56-57). A contrapelo de esta conclusión, Lipovetsky reconoce que la sociedad hiper encierra grandes contradicciones que giran alrededor del hiperindividualismo: por un lado existen individuos que se preocupan extremadamente por su alimentación, su cuerpo y salud y por otro, aquellos que consumen en exceso y se comportan desordenadamente; unos son prudentes y calculadores, otros desequilibrados y caóticos.

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El corazón mismo de esta hipermodernidad, la realización del individuo como tal, está en entredicho. Tal es el planteamiento de Robert Castel en su libro titulado El ascenso de las incertidumbres (2010).

EL LLANERO SOLITARIO O EL INDIVIDUO EN LA HIPERMODERNIDAD Robert Castel (2010) sostiene que en la sociedad hipermoderna existen dos tipos de individuo: el individuo por exceso y el individuo por defecto. El individuo y su individualización son la piedra angular de la modernidad. Sin individuo no hay modernidad, la modernidad ha atravesado por diferentes fases, la previa a la presente, se identificó como la época posmoderna y hoy estamos en la hipermodernidad, es, por así decirlo, la modernidad plena. En el devenir histórico de la sociedad, la construcción del individuo ha pasado por diferentes momentos, nos dice Castel, que se distinguen por el tipo de soporte sobre el que se edifican. El primer momento, es denominado de la prehistoria, aquí el soporte del individuo es Dios, a través de su fe el individuo se conceptuó a sí mismo como trascendente, esa trascendencia le dio significación a su existencia y lo hacía hermano de todos los otros individuos que compartían su creencia, eran todos iguales ante Dios, sólo que el reino de Dios es de otro mundo y en el mundo real, las diferencias persistían. En el segundo momento, señalado como la primera modernidad, el soporte del individuo es la propiedad privada. Si tienes propiedades eres gente de bien, si no posees nada no eres nadie, eres parte del “vil populacho” dijo alguna vez Voltaire. El inicio de esta primera modernidad está marcado por la Revolución Francesa como punto de quiebre de la aristocracia y de ascenso de la burguesía. Sobra decir que los desposeídos, el proletariado o los pauperizados no se consideraban individuos. El tercer momento de desarrollo del individuo que nos indica Castel es el de la segunda modernidad que se distingue por la instalación de la ciudadanía social. Consiste básicamente en el reconocimiento de los asalariados como individuos a partir de reconocerles derechos: a las ayudas públicas, seguros contra los principales riesgos sociales, derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la jubilación y acceso a los servicios públicos. Todos estos derechos constituyen un mínimo de “propiedad” esencial de todo ciudadano lo cual, en cierta forma, lo equipara con los propietarios en su condición y dignidad de individuos. Los derechos constituyen la garantía de ser individuos. Esta es la situación del individuo en la hipermodernidad. Castel advierte que para ser individuo no basta una declaración de derechos o una conceptualización pertinente, lo que se requiere es que los individuos tengan condiciones objetivas para realizarse como individuos y esto revela las contradicciones de la sociedad actual: existen Página 72


grandes masas de ciudadanos y en número creciente, que están excluidos de las condiciones necesarias para realizar su individualidad en forma autónoma. Los dos tipos de individuos que reconoce Castel, individuos por exceso e individuos por defecto, son polos de la hipermodernidad. Los individuos por exceso “se encuentran íntegramente sumergidos en su subjetividad” (2010, p. 320). Los individuos por exceso “están desconectados de la sociedad, descomprometidos”, tienen exceso de subjetividad, tratan de lograr sus aspiraciones y maximizar sus propios intereses, son hedonistas, buscan el goce de sí mismos y “son alérgicos a las coerciones sociales” (2010, p. 322). “Su objetivo principal es realizarse como individuos en una especie de solipsismo” (2010, p. 323). Este tipo de individuo recuerda a “Toro”, el compañero de “El Llanero Solitario”, en la película, atrapado en su propio mundo, en sus propias interpretaciones y creencias, caricaturizado en su comportamiento, al extremo de alimentar un cuervo muerto, su mascota embalsamada. Otro tanto pasa con el taciturno “Llanero” de la película, que se presenta como una víctima, involuntaria y pusilánime, de las circunstancias. Toro y El Llanero del “comic” tenían mayor autonomía, determinación y heroísmo; los de la película son hipermodernos. En el mundo actual hay muchos individuos que hacen girar su mundo en preocupaciones subjetivas que los alejan de la “realidad”. Los individuos por exceso, generalmente tienen condiciones para ejercer su individualidad y encarnan aquello que en sentido negativo llamamos individualismo. Los individuos por defecto, dice Castel, son “aquellos que carecen de los recursos necesarios para asumir positivamente su libertad de individuos” (2010, p. 328). La sociedad actual nos provee de una gran cantidad de individuos por defecto: los diferentes tipos de desocupados, los migrantes, los sub-empleados y las mujeres que trabajan en el hogar. Castel los categoriza como precariado, porque viven en la precariedad y el trabajo que realizan no les garantiza obtener las condiciones mínimas de independencia económica y social. Ese precariado es el mundo de los excluidos, el mundo de la gente que no cuenta con las condiciones objetivas para realizarse como individuos. En la sociedad hipermoderna entonces tenemos los individuos por exceso y los individuos por defecto, estos últimos revelan las contradicciones sociales fundamentales, que pueden ser la fuente de rebeliones e inestabilidad social. Uno de los efectos de esta contradicción es, en el caso de México y del mundo, la gran cantidad de ciudadanos que se encuentran en situación precaria, la más significativa de todas: el hambre.

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EL HAMBRETÓN DE CHAYITO “La alimentación es un Derecho Humano reconocido universalmente”, se repite en el párrafo inicial del epígrafe titulado “Cruzada Nacional contra el Hambre” (CNCH) del Primer Informe del gobierno de Peña Nieto, a contrapelo, el CONEVAL registra 7 millones de mexicanos que padecen pobreza extrema y carencia de acceso a la alimentación en el 2012. De ese tamaño es el problema que debe atender Rosario Robles en la CNCH. En esta cruzada el Gobierno Federal dispuso que conjunten esfuerzos los sectores de Desarrollo Social, Salud, Educación, Vivienda, Economía y el suministro de los servicios básicos como agua, luz y drenaje. También se ha dispuesto que confluyan los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. En una primera fase se ha definido como objetivo atender a los 400 municipios del país con los indicadores de pobreza y marginación más elevados, al final del sexenio todo el país será atendido. El problema de Robles no es menor. Encabeza un programa que no tiene recursos propios (seguramente tiene algunos, pero insuficientes), es un programa de confluencia entre diferentes sectores y niveles de gobierno. La Cruzada contra el Hambre parece la organización de un hambretón intergubernamental conducido por Chayito Robles, que seguramente tiene los tamaños para encabezarlo, aunque la estrategia diseñada no parece la indicada para cumplir los objetivos. Para cumplir, Rosario Robles tiene que disponer de recursos suficientes que estén bajo su responsabilidad y área de decisión, tal como ahora está depende de otros y de los intereses de esos “otros”. En Veracruz ya se tuvo una probadita de lo que puede ser la Cruzada en todo el país, ojalá que este programa no se convierta en una “Veracruzada” en la que, en lugar de combatir el hambre, se pretenda “producir” votos para elecciones locales. La pobreza alimentaria en México es real y en crecimiento, la ayuda sin duda será buena pero no ataca el problema de fondo, lo que se requiere es generar condiciones objetivas para que el número de los individuos por defecto disminuya. Se requiere crear opciones de trabajo permanente que permitan el soporte de las individualidades y le dé sentido a la ciudadanía que a la vez sustenta a los sistemas democráticos. Son las fuentes de trabajo y no las despensas esporádicas o las “limosnas” de los programas asistencialistas del gobierno, las que permitirán superar la carencia alimentaria. En la plenitud del neoliberalismo se debe recurrir al carácter social del Estado, si se quiere en verdad disminuir la hiperhambre que viven al menos el 50% de los mexicanos en esta desigual y polarizada hipermodernidad. El conformismo promovido por la televisión no es la opción. Página 74


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Castel, R. (2010). El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo. Argentina. FCE. Forrester, V. (2012). El horror económico. Quinta Reimpresión. México. FCE. Peña, E. (2013). Gobierno Federal. Primer Informe de Gobierno 2012-2013. México. Lipovetsky, G. (2012). El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas. España. Editorial Anagrama Lipovetsky, G. y Sébastien, Ch. (2006). Los tiempos hipermodernos. España. Editorial Anagrama. López-Almanza, E. (2008). Contra el Hambre: derecho a la alimentación y régimen internacional de “ayuda alimentaria al desarrollo”. España. Editorial Tirant lo Blanch/Publicaciones Universidad de Valencia. Villamil,

J.

(2013).

“Televisión

para

jodidos”.

Revista

Proceso,

(Marzo).

Sección

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Disponible

en:

http://www.proceso.com.mx/?p=336733. Villamil, J. (2013). “El Tigre Azcárraga y la soberbia de Televisa”. Revista Proceso (Agosto). Sección Análisis. Disponible en: http://www.proceso.com.mx/?p=350602.

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Florina Judith Olivarría Crespo: Ejemplo de participación política de los Trabajadores Sociales

Florina Judith Olivarría Crespo9 José Manuel León Cristerna10 Foto: ejercecontrol.wordpress.com

Florina Judith Olivarría Crespo nació en Rosa Morada, Nayarit; hija del profesor Santos Olivarría y de Francisca Crespo, mujer dedicada al hogar y apoyar la educación de sus hijos. Desde su infancia, Florina Olivarría compartió su educación con niños y niñas de comunidades rurales, con los libros de texto que narraban la historia de los héroes patrios, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, la revolución mexicana, historias de vida que la asombraban. Al concluir sus estudios de secundaria decidió estudiar la carrera de trabajador social; con el apoyo de sus padres se trasladó a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, para inscribirse en la Escuela de Trabajo Social de Mazatlán, perteneciente a la Universidad Autónoma de Sinaloa. Así se inició una trayectoria personal y profesional de grandes frutos y satisfacciones. Con el correr de los años Florina Judith concluyó sus estudios de trabajo social y tuvo la oportunidad de incorporarse como parte de la planta docente de ésta escuela. Su formación profesional fue siempre en ascenso; el primer escalón fue su carrera de trabajador social a nivel

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Trabajadora Social con Doctorado en Psicoterapias asistenciales. Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Facultad de Trabajo Social de Mazatlán. E-mail: florinaolivarria@hotmail.com 10

Profesor Investigador de Tiempo Completo de la Facultad de Trabajo Social de Mazatlán. Responsable de la Revista Intervención Social. E-mail: leon.cristerna@gmail.com

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técnico, al que luego se agregaron los estudios de licenciatura, diversas especializaciones y finalmente el doctorado dentro del campo de las humanidades. Paralelamente, sus ideas, convicciones y conciencia social la mantuvieron activa dentro de la política; su tenacidad, persistencia y compromiso social le abrieron la posibilidad de participar en procesos electorales y finalmente desempeñarse como diputada local del estado de Sinaloa. Para recuperar su experiencia y ejemplo para todos los trabajadores sociales, entrevistamos a la Doctora Olivarría Crespo y aquí les presentamos sus interesantes planteamientos y reflexiones acerca de la participación en política. José Manuel León Cristerna (JMLC): Porque nos conocemos desde hace tiempo, sé que su participación política no inició en el momento en que aparece como candidata del Partido Democracia Social, del bien recordado Gilberto Rincón Gallardo, usted ya tenía antecedentes, estaba activa en la política, ¿nos podría comentar parte de esa trayectoria? Doctora Florina Judith Olivarría Crespo (FJOC): con esta pregunta recordé mi juventud…en 1977, llegamos a la Universidad (en aquel momento contaba con 17 años), un grupo de jóvenes estudiantes de trabajo social, a continuar nuestra carrera y nos encontramos con el Partido Comunista (PC), que inmediatamente nos integraron a las brigadas de las juventudes comunistas. Desde ahí, tuve interés por participar. Veníamos de Nayarit, todas éramos mujeres, esta es una característica de la profesión, prevalecen las mujeres. Yo traía por mi padre la referencia de simpatizar con el Partido Popular Socialista (PPS) y una de mis compañeras, la maestra María del Carmen González Montes, era la hermana del dirigente del Partido Comunista en ese entonces. Eso nos dio la entrada directa al Partido en Mazatlán. (JMLC): ¿Cree usted que la participación política de los jóvenes es importante? En el caso suyo ¿cree que ha habido un aprendizaje importante en esta época de su vida derivado de la participación en estos partidos que menciona? (FJOC): Indiscutiblemente, esa participación política de esa etapa de juventud, influyó en mí, porque fui creando conciencia social, cosa que me ha llevado a participar y tener una postura frente a situaciones en las que hay que dar una definición. En aquel momento la cuestión ideológica impregnaba la formación de los trabajadores sociales, con el movimiento de re-conceptualización. Se consideraba que el trabajador social era un agente de cambio. En la universidad estaban muy presentes los movimientos estudiantiles para apoyar las causas sociales del pueblo. Estos movimientos incidieron en mi participación. Participábamos en las marchas, en los mítines, en las pintas de bardas poniendo consignas, en las reuniones del partido y en ocasiones en la escuela de Página 77


cuadros. Un logro de nuestra participación fue la formación de las casas del estudiante, tanto la de hombres como las de mujeres. La casa del estudiante femenil “Che Guevara”. (JMLC): Hablemos de su experiencia como legisladora. Sabemos que fue Diputada Suplente por el Partido del Trabajo(PT), ¿fue militante de ese partido? (FJOC): Ingresé a las filas del Partido del Trabajo a partir de la candidatura como suplente de la diputación local y

en ese momento empecé a militar en el Partido. Anteriormente había

participado en la campaña electoral en las tareas de organización, pero sin tener militancia. Al asumir el cargo de diputada, pasé a ser parte del Comité Ejecutivo Municipal y el Comité Estatal. Fue así como estuve en la dirigencia, siendo parte del colectivo en la toma de decisiones del partido. (JMLC): ¿Cuál fue la circunstancia en que de la suplencia pudo llegar a ser la diputada titular? (FJOC): Al ser desaforado Jorge Rodríguez Pasos de la Presidencia Municipal, Gerardo Rosete pasa a ocupar la Presidencia de Mazatlán y al ser yo su suplente, conforme a la ley, ocupé la curul de diputada local en el Congreso del Estado de Sinaloa. (JMLC): Entonces, ¿podríamos decir que fue un golpe de suerte? (FJOC): En política nada es cosa de suerte, más bien tiene que ver con trayectorias y coyunturas. En mi caso en el 2000, ya había participado con el Partido Democracia Social, el Partido de la rosa; mi participación fue como candidata a una diputación federal. Esa participación me permitió un lugar en el siguiente proceso de elecciones; en esta ocasión, como candidata suplente a una diputación local bajo la bandera del Partido del Trabajo. (JMLC): Esta palabra que se nos cruzó, trayectoria, me parece que tiene una significación importante ¿Cómo se hace una trayectoria? ¿Cómo se logra construir una trayectoria? Tomando como referencia la suya propia. (FJOC): Podríamos decir que es una línea a seguir, en la cual intervienen diversos aspectos; siguiendo mi historia de vida, uno fue la formación académica, que me permitió una visión de la sociedad; cuenta mucho mi profesión, en Trabajo Social se interviene en las necesidades, la pobreza, la vulnerabilidad de la población, las políticas sociales. Eso va dando la trayectoria profesional. Otro factor fue la participación estudiantil, que me dio experiencia en los movimientos sociales.

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Una influencia muy importante es la participación en los partidos políticos, que forja una conciencia que tiende a lograr cambios sociales o definir una causa para luchar por ella. Participar como mujeres. Cuando ya se obtiene una conciencia política, se sigue participando con una u otra razón. También la academia constituye un espacio político desde donde se sigue haciendo política. Hacer investigación nos exige ser críticos y tomar posturas. Es necesario seguir nuestras trayectorias, no abandonarlas, cultivarlas, afinarlas. (JMLC): ¿Cuesta mucho tener esa participación social y política? (FJOC): Desde la perspectiva de género, la respuesta es sí, cuesta mucho, porque aún después de haber logrado que las mujeres votaran, la mujer, tiene poco acceso al poder. En este país, las mujeres permanecen con un porcentaje bajo en la toma de decisiones. Hay un aproximado de un 10% en los poderes de gobierno. Participar es una cosa y estar es otra, hay muchas mujeres que participan pero son pocas las que están en el poder. Cuando me inicié en la política, lo hice por la ideología que en los años 80 aún prevalecía en la Universidad. Me motivó el entusiasmo por participar con otros jóvenes, con una generación que compartíamos los mismo ideales. ¿Qué le cuesta a una mujer participar en política?, le cuesta mucho, porque es transgredir el lugar que le ha sido asignado social y culturalmente. Creo que una de las cosas, importante para mí, es que nunca le tuve prejuicio a la palabra política. Hay quienes, en este momento, escuchan la palabra y dicen yo no quiero saber nada de política y se excluyen sin pensar que dejan ejercer un derecho. Sí cuesta mucho participar, pero es una decisión que hay que tomar. (JMLC): ¿Qué significó en su momento para usted y que significa ahora el haber tenido la oportunidad de ser legisladora? (FJOC): Significó un aprendizaje importante, porque pude desarrollar un trabajo diferente al que venía ejerciendo como docente. Estar en la diputación me llevó a estar en contacto con las leyes en el ejercicio de legislar, que implicó un conocimiento necesario para plantear propuestas, iniciativas y posturas. Tuve la oportunidad de escuchar a diversos sectores: campesinos, pescadores, mujeres y otros grupos que me situaron en la problemática del Estado de Sinaloa. Conocer la situación de los niños en los campos agrícolas, los casos de maltrato a los niños y la violencia a las mujeres fue algo que me impactó sobremanera. Me tocó ser parte de la creación del Consejo para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar y el Instituto de las Mujeres en Sinaloa. Derivado de este trabajo se crearon las Comisiones de Equidad de Género en el Congreso y en los municipios. Cuestión trascendental en mi quehacer profesional, a partir de ahí, en el trabajo Página 79


académico me definí por las líneas de violencia de género, derechos humanos y políticas sociales en el trabajo social. (JMLC): ¿Usted cree que sea significativo el hecho de ser trabajadora social y también legisladora? (FJOC): Sí, es significativo, porque tiene la oportunidad de revisar políticas públicas, revisar presupuestos públicos que definen la atención de rubros como lo es la educación, la salud, la seguridad pública, entre otras y, de esa forma, incidir en los programas sociales. Y sobre todo que incluye otro campo más, que es el legislativo. El trabajador social cuenta con una formación académica que lo forma en el conocimiento de los problemas sociales que se legislan. Al ser una disciplina de las ciencias sociales, tiene el enfoque interdisciplinario, necesario para intervenir en la realidad. El hecho de ser legisladora es aprender el ejercicio del poder, que no es asunto menor, puesto que el poder se comparte con otros grupos o partidos políticos. Se dialoga, cabildea, debate, negocia y todo ello es un ejercicio de democracia, aunque no lo parezca o no se siga, por los tantos intereses que prevalecen. Y que cada vez tenemos más presente la utopía de la democracia, la justicia, y la igualdad en esta sociedad. Es importante que se sigan trabajando las leyes y trabajo social tiene muchas problemáticas que requieren ser abordadas, en el caso de la violencia de género, vemos que la violencia continúa, sigue habiendo maltrato a las mujeres, homicidios, violaciones y no se resuelve. Se requiere seguir trabajando.Entrar a una segunda etapa que es capacitar a los servidores públicos en la aplicación de leyes, porque muchas veces la visión que se tiene del problema no corresponde con la necesidad de proteger a las víctimas de sus agresores. (JMLC): En su periodo como legisladora ¿Cuáles fueron sus experiencias más importantes? (FJOC): Estuve en dos momentos cortos; primero estuve un año y luego estuve tres meses. Lo más significativo dentro de ese periodo fue ubicarme en una causa social, me interesé en el asunto del género; el tema de la violencia hacia las mujeres, eso fue una necesidad que sentí. Menciono el tiempo que estuve en el puesto, porque no es lo mismo estar los tres años que corresponden a una legislatura local, que estar sólo una parte del periodo; cuando yo entré ya había iniciado la legislatura, entonces ya se habían designado las comisiones al interior del congreso. Yo me integré a las comisiones del diputado propietario. Por mi perfil de Trabajadora Social, no me pude

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ajustar en las comisiones en las que estaba el otro diputado y por lo tanto, de acuerdo a mí perfil profesional me integré a la Comisión de Género y Familia y a la de Bibliotecas y Cultura. (JMLC): Hoy, algunos sociólogos dicen que estamos en la época de la hipermodernidad, es decir, más allá de la famosa posmodernidad; una característica de esta época es el individualismo y como consecuencia de este rasgo, muchos jóvenes se definen como apolíticos ¿Qué les diría a los jóvenes que no participan en la política porque afirman que “eso no es lo de ellos”, porque no les interesa ni les afecta? (FJOC): Lo que hay que decir para esta generación, es que su participación es necesaria. Escuchar la voz de los jóvenes, es la oportunidad que tienen para exponer su situación en el país. Si los jóvenes no participan en este momento, toda su problemática queda a un lado, de manera no visible. Yo creo que en este caso el país tiene dos polos en cuestión de la participación de los jóvenes. Se presentan dos contextos, hay espacios en los que vemos que los jóvenes son apáticos a la política, sin embargo, en otros estados de la República, en el distrito federal o en los estados del sur, los jóvenes participan y generan movimientos sociales; por ejemplo, los estudiantes de la UNAM y los estudiantes de la Ibero han demostrado tener un activismo social y político, han planteado inconformidades, sus puntos de vista, protestas ante situaciones donde se exige la intervención de autoridades. El uso de las redes, permite el contacto entre los jóvenes para exponer lo que está ocurriendo en este país. Este medio ha creado una nueva forma de comunicación y permite el conocimiento inmediato y el logro de la movilización de muchos jóvenes. El nuevo currículo de la carrera de trabajador social exige que se aborden los derechos humanos, la perspectiva de género, la participación ciudadana. Les diría a los jóvenes que participen, que se den la oportunidad de hacerlo, que busquen representación en el gobierno para lograr incidir en las políticas dirigidas a los jóvenes. (JMLC): Si volvemos a la época de su juventud, en los años 80, se decía que los universitarios que participaban en los partidos políticos de izquierda estaban sobreideologizados en la cuestión política ¿Qué le parece el asunto de la ideología y que opina acerca de esta afirmación? ¿Cómo la percibe? (FJOC): Yo creo que más bien se ajustaba al momento histórico que la universidad estaba viviendo. Entonces, la ideología era importante, los jóvenes asumíamos cuestiones que tenían que Página 81


ver con la sociedad que nos tocó vivir, soñar con el comunismo, el socialismo era parte de nuestro contexto. Nosotros fuimos producto de esa generación que fue muy activa en la participación de los movimientos sociales de nuestro país. (JMLC): Recomendaría usted a los jóvenes que participen políticamente, es decir, sin la intención de que los invite a un partido determinado, sino a la participación política como un proceso de aprendizaje. (FJOC): Naturalmente que sí, en este momento yo creo que hay que considerar que los jóvenes constituyen una buena parte de la población, y que, en consecuencia, tienen una agenda sumamente importante por la que tienen que participar: espacios laborales, mayores posibilidades para realizar estudios de posgrado y colocarse en puestos públicos para que incidan en las demandas del sector. Es necesario ampliar la presencia de los jóvenes. Agradezco a la doctora Florina Judith Olivarría Crespo, su buena disposición y amabilidad al conceder esta entrevista para Intervención Social, ojalá que sus reflexiones y sugerencias encuentren terreno fértil para seguir fructificando.

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Historia de vida: El reto de J.T. “Su discapacidad”

María Guadalupe Pardo Benítez11

Sandy Gabriela González Castro12

Foto: entrevistadetrabajo.org

INTRODUCCIÓN Durante el periodo de prácticas escolares institucionales que son parte de la materia: Investigación y Práctica del Trabajo Social VI se hizo la investigación: la influencia de la familia en el desarrollo personal de los niños con discapacidad, a través de historias de vida como la que a continuación se expone. Esta es la historia de un niño de tan solo 8 años, que pesé a su discapacidad, bajos ingresos económicos, miradas de la sociedad que aún rechaza la idea de personas con necesidades especiales y ante la no aceptación de parte de su padre, elige cada día SER FELIZ.

Licenciada en Trabajo Social, Universidad Autónoma de Sinaloa, Maestría en Desarrollo Cultural Comunitario y Doctorado en Dirección Escolar, Instituto Mexicano de Actualización y Posgrado y la Secretaría de Educación Pública y Cultura. Profesora e Investigadora de la Facultad de Trabajo Social Mazatlán, Líder del Cuerpo Académico UAS CA-179 “Trabajo Social y Cultura Comunitaria”. Perfil PROMEP. Líneas de trabajo: familia, política social, migración, gestión, adolescentes y cultura. 11

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Estudiante de cuarto año de la Licenciatura en Trabajo Social, Facultad de Trabajo Social Mazatlán, Universidad Autónoma de Sinaloa.

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CARACTERÍSTICAS PERSONALES Su nombre es J. T. H. nació el 15 de septiembre de 2004 en Mazatlán, Sinaloa, es proveniente de una familia de bajos recursos económicos, actualmente tiene ocho años y es alumno del Centro de Atención Múltiple N° 8, donde busca la oportunidad de ser más autónomo e independiente .

CONDICIONES DE LA ENTREVISTA La señora V. H. G. madre del menor, a través de una entrevista muy amena nos comparte su experiencia, dificultades y vivencias familiares al tener un hijo con discapacidad, lo cual produjo una crisis inesperada y de desajustes que exigió una adaptación instantánea en el funcionamiento interno de la familia.

NARRACIÓN DE LA HISTORIA DE VIDA Los padres de J.T.H. al recibir la noticia de su nacimiento estaban muy contentos, sólo que a los 8 meses de edad su madre notó que él no tenía los pies iguales y al momento del nacimiento en el IMSS nadie notificó que presentaba una discapacidad. Lo trasladaron con un doctor y este creía que con zapatos ortopédicos mejoraría su situación conforme fuera creciendo; la madre no estuvo conforme con ese diagnóstico y decidió llevarlo a la Cruz Roja, donde le practicaron radiografías y de esta forma fue como pudieron detectar cierto desarrollo anormal en sus pies. A partir de este diagnóstico J.T.H. le daban terapia cada ocho o quince días, a veces hasta cada mes. La situación del menor no mejoraba así que los padres decidieron llevarlo a Desarrollo Integral de la Familia, donde lo canalizaron al IMSS con un especialista que le practicó estudios en Culiacán en la cabeza, diagnosticándole Parálisis Cerebral, es decir, la parte izquierda de su cerebro no funcionaba, además le informaron que tenía Retraso Psicomotor y Síndrome de Duane (a los dos años de edad). Cuando a sus familiares les informaron en qué consistía la discapacidad de J.T.H. y cuáles podrían ser sus consecuencias, la madre del niño comenta que casi le da un infarto, que la noticia les cayó como una cubeta de agua helada, porque los hermanos de él habían nacido bien, y había sido muy minuciosa en los cuidados durante el embarazo.

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Tal situación influyó en las actividades de su vida diaria familiar, a tal grado que aunque J.T.H. son los ojos de su padre, no lo acepta totalmente. En festejos familiares y eventos con conocidos, menciona su madre: “A J.T.H. siempre lo he sacado”, nunca lo dejo de lado. De cierto modo, la mamá del menor descuidó a su esposo e hijos, por la necesidad que tenía de atenderlo y llevarlo a citas o terapias, lo cual afectó su relación familiar; dos de los hermanos de J.T.H. lo ven como un niño normal, a excepción de una hermana que tiene 11 años, tal vez porque se encuentra en la adolescencia, al menos eso es lo que cree su madre; y por otro lado, surgieron cambios afectivos en cuanto a la madre de J.T.H., quién al enterarse de nuevo que estaba embarazada se sumergió en una depresión, porque no toleraba estar en ese estado, debido a que sabía que uno de sus hijos necesitaba una atención especial; por otro lado, el padre no termina por aceptarlo y esto le ha afectado muchísimo. En cuanto a los juegos familiares, estos no se dan mucho porque los padres de J.T.H. trabajan en las tardes vendiendo elotes, solamente su hermana es la que juega con él, aunque a veces se enoja porque toma sus muñecas. Los padres del niño lo incorporaron al CAM N° 8 para que recibiera educación y tratamiento que lo ayudara en su desarrollo personal. En DIF le daban terapias en cuello y pies y con ello a los cuatro años empezó a caminar. Nunca intentaron meterlo a una escuela regular, porque en DIF les comentaron que tenía problemas de lenguaje y es cuando deciden que ingrese a una escuela de educación especial, a pesar de que su papá y mamá nunca imaginaron que estaría en una escuela de ese tipo sino en una normal. En cuanto a la atención de su salud siempre ha contado con IMSS; la manera de protegerlo por la familia es ardua, porque lo cuidan de no caerse y golpearse la cabeza y debido a su condición el padre suele sobreprotegerlo. La conducta del niño es la de una persona inquieta, en ocasiones dice cosas que nadie entiende, hasta ha llegado a maltratar a su familia y es por ello que toma medicamento controlado para esos cambios de humor. Para el futuro, la familia tiene temor de que dependa de ellos, de que no pueda conseguir un empleo, porque batalla hasta para acomodar algunas cosas; es por ello que sus padres han estado en búsqueda de una institución donde le enseñen un oficio, pero ellos tienen temor de dejarlo solo, aunque él ya aprendió a tomar camiones y a llegar a los lugares que frecuenta.

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Entre sus logros más significativos es su participación como deportista en el Maratón Pacífico y en el evento que organiza el Sr. Frog’s, cuando gana suele alegrarse y cuando pierde le afecta mucho. En la relación con los demás y el espacio físico en donde se desenvuelve J.T.H., tiene aceptación de sus vecinos, amigos, compañeros de la escuela, maestros, etc., aunque de pronto cuando va a los parques hay gente que no lo conoce y lo mira raro. Su familia por parte de la madre acepta su condición de persona con discapacidad, pero sobre el padre no saben si no lo acepta por la falta de convivencia, lo cual no ha afectado en gran medida la dinámica familiar y todo ha sido muy tranquilo. Las expectativas que la familia de J.T.H. tiene son que alcance un desarrollo más allá de los 12 años como lo diagnosticó su doctor y que no quede con la mente de un niño de seis años toda la vida.

ANÁLISIS De acuerdo a la investigación realizada se puede afirmar que en el contexto familiar donde J.T.H. se desenvuelve es observable que factores como: bajos recursos, falta de oportunidades, una atención médica desfavorable y la falta de aceptación del padre influyen determinantemente en el desarrollo personal del menor, evidenciándose en sus logros, actitudes, aptitudes y desatinos.

CONCLUSIÓN En esta familia hace falta más el contacto, es decir, más tiempo para convivir, jugar y divertirse, tal vez ese esfuerzo estaría influyendo en avances y logros en la vida de J.T.H. que marcarían la diferencia entre existir bajo la exclusión o la inclusión dentro de una sociedad cada vez más exigente. Es por ello que cuando la discapacidad se presenta en la vida de un familiar, se tiene la oportunidad de descubrir lo grande que se es para significarla, a pesar de las expectativas que los demás puedan tener y J.T.H. es claro ejemplo de un desarrollo y calidad de vida que superan los estándares y expectativas sociales.

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Puro cuento

José Manuel León Cristerna13

Un día se me ocurrió parodiar, lo cual no es mi costumbre, en una ponencia sobre la Educación Basada en Competencias, una frase que sabía de “oídas”, entonces de entrada, como epígrafe, escribí: “Mucho tiempo después, cuando despertó, la Educación Basada en Competencias todavía estaba allí”. Esto se me ocurrió porque tengo un amigo que es una especie de Grinch de las competencias, detesta incluso escuchar la palabra, con más razón aborrece que alguien promueva o elogie este enfoque educativo. Consideré que mi amigo jamás leería este documento, pero que quizás habría muchos de su especie que si se tomarían el tiempo de revisar el escrito o ver la presentación electrónica que preparé para una conferencia y pretendí motivar su reflexión. Me quedó la duda, porque no corroboré en su momento los datos del autor y la obra parodiada. Me sentía ignorante y “plagiario”, muy incómodo. Estar en el error o equivocarme públicamente siempre ha sido una de mis debilidades, tal vez un trauma. Me sentía molesto e intranquilo cada vez que recordaba la posibilidad de mi equivocación y, finalmente, un día decidí salir de la duda y fui al oráculo moderno; en la intimidad de un cubículo consulté al santo que todo lo sabe: San Google. San Google me respondió como el genio de la lámpara de Aladino: rapidito y sin retobar (¡claro, sin voz! Y sin decirme amo). Así me enteré que la referida frase era en realidad un cuento corto, que su autor se llama Augusto Monterroso, de nacionalidad guatemalteca, que nació en 1921 y murió el año 2003. El cuento se llama El dinosaurio y su texto completo es el siguiente: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Profundizando en la temática y preguntando a los que saben (pues no sólo Google tiene información), me enteré que el cuento corto es un género literario (Borges no estaría de acuerdo con esta afirmación) y que hay muchos autores que cultivan este tipo

Profesor Investigador de Tiempo Completo de la Facultad de Trabajo Social de Mazatlán. Responsable de la Revista Intervención Social. E-mail: leon.cristerna@gmail.com 13

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de obras. Ya “encarrerado” en el tema, me enteré que la Universidad Externado de Colombia, convoca a un Concurso Nacional de Cuento Corto, que en el 2013 vivió su XXVI edición y esta vez el triunfador fue Daniel Antonio Fernández Duque que presentó tres cuentos: Espejismo, Vértigo y Destinos Cruzados, que por cierto, me gustaron mucho. Luego, cayó a mis manos una obra reciente de Cortázar que se titula Clases de literatura. Berkeley, 1980, editado por Alfaguara en el 2013 y realmente es una obra que hay que leer, pues ofrece la transcripción de una serie de conferencias que Cortázar dictó en un curso que impartió en la Universidad de esa ciudad, de octubre a noviembre de ese año. En esta obra, el autor menciona que “la narrativa del cuento, tal como se lo imaginó en otros tiempos y tal como lo leemos y lo escribimos en la actualidad, es tan antigua como la humanidad. Supongo que en las cavernas las madres y los padres les contaban cuentos a los niños (cuentos de bisontes, probablemente)” (p. 26). Esta remota presencia del cuento acompañando a la humanidad lo vuelve mucho más interesante. Sobre todo porque el cuento tiene varias modalidades y es un relato intencionado, que pretende enseñar algo a quien lo escucha y, seguramente, el que lo cuenta lo va enriqueciendo cada vez que lo repite hasta que alguien lo toma, lo escribe y le da el estilo literario. Cortázar dice que no hay una buena definición de lo que es un cuento, no obstante se arriesga a decir que el tema no es algo que permita agarrarlo, definirlo, porque los temas de los cuentos son infinitos, inagotables. En cambio, la forma, que él prefiere llamar la estructura, nos puede dar una buena idea, una buena pista de lo que es un cuento: “la forma puede ser algo dado por la naturaleza y una estructura supone una inteligencia y una voluntad que organizan algo para articularlo y darle una estructura” (p.29). Para dar mayor claridad a su idea, Cortázar compara la novela con el cuento. “La novela es un juego literario abierto que puede desarrollarse al infinito (…) no tiene un límite preciso”-dice. “El cuento es todo lo contrario: un orden cerrado” (p.29). Mientras que al cuento lo equipara con la esfera, “la forma geométrica más perfecta en el sentido de que está totalmente cerrada en sí misma y cada uno de los infinitos puntos de su superficie son equidistantes del invisible punto central”; la novela es comparada con un poliedro. Señala además, que los cuentos tienen otras dos características: intensidad y tensión. Los buenos cuentistas logran generar esta sensación y penetran en la psiquis del lector. Pues bien, ahora ya sé que los cuentos son cortos y “esféricos” en el sentido cortazariano. Y volviendo a Monterroso, me parece que la dimensión de El dinosaurio nos lleva a la clasificación de microcuento. En este punto estaba cuando llegó Vania Zitlali Ramírez, una preparatoriana de primer Página 88


grado, mi nieta, con la que compartí la existencia de los microcuentos, le interesaron; igual que yo no tenía idea de su existencia. Buscamos más información y nos enteramos que hay un cuento mucho más pequeño, que ha adquirido gran fama porque desbancó a El dinosaurio; el cuento se llama El emigrante y su texto completo es el siguiente: “-¿Olvida usted algo?- Ojalá”. El autor es el mexicano Luis Felipe Lomelí y el cuento lo escribió el año 2005. ¿Qué te parecen los microcuentos?- le pregunté a Vania Zitlali. La verdad me sorprenden, son muy interesantes- dijo. ¿Por qué?,-insistí. Es que dicen mucho con pocas palabras, creo que dicen más que las palabras que están ahí- contestó. -Tal vez eso es lo interesante, tal vez es lo que querían los autores, comenté. Oye, -le dije, ¿tú crees que tú y yo podríamos hacer este tipo de cuentos? Yo creo que sí, si queremos,-dijo sonriendo. Pues te desafío,- le dije. Vamos escribiendo microcuentos y luego los comentamos. Así quedamos y días después confrontamos nuestra “producción”. A continuación les presento nuestros modestos cuentos.

MICROCUENTOS ELABORADOS POR VANIA ZITLALI: La duda “¿Por qué mentiste?“ Comunicación “… Y el Universo, esperando la palabra, permaneció en silencio”. El principio “Todos llegan al final”

MICROCUENTOS ELABORADOS POR JOSÉ MANUEL: El viajero “¡Hola! (…) ¡Adiós!” Radical Página 89


“¡Por fin acabó con su molicie! Murió dormido”. Amor letal “Por ti soy capaz de matar… -dijo lleno de amor. Y se volvió sicario”.

DESAFÍO A LA INTERACCIÓN Queremos invitar a todos los lectores de INTERVENCIÓN SOCIAL a que participen en el foro COMENTANDO EL MICROCUENTO y, además, a que hagan sus aportaciones de microcuentos en este mismo espacio con el propósito de generar interlocución.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Borges, Jorge Luis. (1998). Borges oral. Alianza Editorial. España. Cortazar, Julio. (2013). Clases de literatura. Berkeley, 1980. Alfaguara. México.

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Nuevo Libro: La formación de profesionales en Trabajo Social

M. Lorena Molina M. 14

José Manuel León Cristerna (Coordinador). 2013. La formación de profesionales en trabajo social. Universidad Autónoma de Sinaloa/Consejo Estatal de Ciencias y Tecnologías. México.

14

Trabajadora Social de Costa Rica. Ex presidenta de la Asociación Latinoamericana de Enseñanza e Investigación en

Trabajo Social (ALAEITS).

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El tema de este libro es de significativa relevancia y pertinencia social-profesional en Latinoamérica, en tanto que,

las consecuencias de la mundialización del capitalismo llamado por algunos

“globalización” y los efectos perversos de la barbarie social generada por el mismo y la embestida del neoliberalismo, llamados por otros: “efectos colaterales” o “riesgos”, configuran las condiciones de vida de los sujetos (individuales y colectivos), con los cuales las y los profesionales en Trabajo Social están relacionados mediante los procesos de trabajo institucionales u organizacionales y, por tanto, la intervención derivada de los mismos y que tales profesionales desarrollan, ya sea en instituciones públicas, ONGs, empresas privadas u otras, donde son asalariados o contratados mediante las modalidades de la “flexibilidad laboral”. El contenido del libro expresa el resultado de una fase muy importante, a mi entender, una especie de estado de la cuestión de la formación profesional universitaria en siete universidades de México. El primer capítulo sintetiza las compresiones teóricas que caracterizan el presente de la sociedad actual. Comprensiones que refieren metáforas como por ejemplo: “sociedad líquida”, “sociedad del riesgo”, “sociedad global” o bien, entienden la desigualdad social como “daños colaterales”. Todo este capítulo abre un interesante nudo de provocaciones teóricas, dignas de asumirse en un proceso de continuidad del trabajo intelectual de estos Cuerpos Académicos, para profundizar el debate sobre: las implicancias de estas compresiones en el Trabajo Social, no sólo en lo que atañe al fundamento teórico de la formación profesional, sino también en sus dimensiones como área de producción de conocimiento y como ejercicio profesional. Tales enfoques tienen la fuerza de no tratar las causas explicativas históricas de la crisis del sistema vigente, pues privilegian el presente y asumen en toda su dimensión la gravedad de las implicaciones a largo plazo. Las referencias en este mismo primer capítulo a los aportes de Carlos Vilas (2006) sobre: “las falsas ideas de la globalización”, las referencias de Soros (1999) sobre “el espacio sin fronteras del capital…y el imperio”, abre oportunidades para conectar el debate con otros autores latinoamericanos y colegas intelectuales de la Ciencia Social y del llamado Trabajo Social Crítico latinoamericano. El capítulo también invita a profundizar y polemizar acerca de otro tema importante: la naturaleza de la profesión. Por un lado, la mención hecha sobre la comprensión evolucionistadescriptiva de la caridad, filantropía hacia la profesionalización, y por otro lado, se hacen algunos breves

señalamientos -en otros capítulos de este mismo libro- sobre otra comprensión de la Página 92


naturaleza del Trabajo Social y su génesis, centrada en el carácter histórico explicativo, inserta en las necesidades del desarrollo de la política social como respuesta a las demandas sociales, en la fase expansiva monopolista del capitalismo. Con esta perspectiva explicativa se entiende el carácter contradictorio de esta profesión, tensionada por los intereses y demandas de las familias de la clase trabajadora y los intereses económicos, sociales e ideológicos del capital, contenidos también en la política social, pues ésta condensa las contradicciones de los intereses de las clases sociales y sus fracciones. Este libro tiene el mérito de expresar la posibilidad de

hacer

investigaciones inter-

universitarias sobre este tema crucial en la vida universitaria y de alta responsabilidad, en tanto refiere al tipo de profesionales que se aportan a la sociedad para asumir competentemente las atribuciones profesionales que han reconocido los y las investigadoras, en los llamados “perfiles de salida” o sea, el tipo de profesional que se espera sea el resultado de los procesos de formación en las universidades. Además del primer capítulo ya referido, los restantes siete capítulos se ocupan de cada Universidad. En ellos se trata algunos temas comunes que presento seguidamente: a. Una importante preocupación por dejar constancia sobre la creación de las escuelas de Trabajo Social. b. Se evidencia con todo detalle, la argumentación sobre los cambios en aspectos de forma (número de ciclos lectivos, créditos) y de contenido (nombre y número de cursos y sus temáticas) en los diversos niveles de los planes de estudio. Sobre todo se enfatiza en la oferta curricular vigente. c. El reconocimiento de los “perfiles de entrada o ingreso”, pero sobre todo, la preocupación por destacar los “perfiles de salida”, los cuales muestran los diversos acentos, según cada universidad en cuanto a la comprensión de las “competencias profesionales”. El tema de las competencias profesionales es asumido desde la lógica inserta en la perspectiva colocada por las instituciones nacionales que regulan la educación superior. En algunos capítulos se detallan las “competencias profesionales” y subyace en ello la estrecha relación con las discusiones y acuerdos de Bolonia y el llamado “Libro Blanco del Trabajo Social”.

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d. Las prácticas escolares y las estrategias pedagógicas, así como su colocación en los planes de estudio, muestran las diferencias de orden pedagógico en el forjamiento de competencias no sólo operativas para la intervención, sino también en el ámbito de la investigación. e. La enseñanza de los fundamentos teórico-metodológicos enfatizan enfoques del trabajo social clásico y algunas propuestas de modelos de intervención debatidas en el contexto latinoamericano, así como otros temas, por ejemplo, en lo referente a la mediación y la gestión de la política social. f. La descripción de las valoraciones y recomendaciones de los empleadores para el mejoramiento de la formación profesional está contenida en buenas síntesis. Desde la Asociación Latinoamericana de Enseñanza e Investigación en Trabajo Social (ALAEITS), la formación profesional es un tema constante de debate. Ha sido asumido en investigaciones, seminarios, foros, talleres en varios países. Actualmente continúa como un tema constante y es debatido en la relación con las transformaciones sociales y las consecuencias en la clase trabajadora, el desarrollo de la teoría social crítica y la tecnología. En el marco de este debate, el libro que se comenta es una importante contribución.

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Poesía

Foto: apoloybaco.com

BRILLA LA LUZ Hoy, quiero decir lo que nunca dije Quizás por pena miedo o que se yo

de jitomates y cebolla, atiborrada cocina

Razones y motivos, orgullo tal vez

Indiferente a la vida

Pero hoy fluirán las palabras

Hoy me tocó el bálsamo de la suerte y heredo los compromisos que nunca logré comprender

atadas en la gaveta ahogándose en el lodo Hoy, cobran vida, hoy tienen valor

de olor a

Hoy me despojo del ornamento Hoy lanzo mis deseos al viento Hoy brilla el mundo y todo, y todo es para mí

Hoy, correré contra el viento y gritare lo que siento Estoy cansada de vivir entre ruinas En soñadas alegrías sin ansias mías Hoy develo el llanto a la brisa del arenal inmenso Hondas de mar

María Guadalupe Rojas Garay

Hoy alegres sueños lucen sobre el mundo Hoy puedo decir que vivía emboscada, cubierta

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SOLILOQUIO DECEMBRINO Necesito limpiar las flores de nochebuena de la canasta navideña con que adorné la mesa el año pasado. En definitiva, me urge. Ha estado tanto tiempo a la intemperie que el polvo se ha colado, como los amores prohibidos, hasta la paja que cubre el corcho, y más aún: hasta el corcho donde están sembradas cada vara verde terminada en flor. Tendré que lavarlas con agua y jabón, tal vez. Son tan delicadas y finas que a pesar de que son de tela temo dañarlas. Procuraré primero sacudirlas despacito con una brocha de pelo suave. Me resulta tedioso, de solo pensarlo empiezo a sentirme enferma, se me agarrotan las manos, las siento pesadas desde el hombro hasta la punta de las uñas. Dos docenas de grandes nochesbuenas empolvadas. Estoy hablando matemáticamente de cuatrocientas posibles hojas, incluyendo las verdes, claro, punto y aparte la paja y la base de corcho. Piadosos, mis ojos y mi corazón no rechazan la idea de hacerlo sin embargo mis manos y mi pensamiento, sí. Es ocioso limpiar pétalos de flores para ellos, se rehúsan, pero al final no les queda de otra porque saben que para la próxima navidad no habría nochesbuenas en casa. ¡Son tan caras las canastas navideñas con veinticuatro flores de tela fina! Además, no conciben la idea de un diciembre sin flores rojas en la mesa. Ese toque de elegante tradición. No. Definitivamente no les queda de otra y la mano toma una brocha mediana de entre los trebejos de la pintora de la casa y el resto del cuerpo se dirige en automático al cuarto de lavado donde está abandonada en un estante desde hace meses la canasta con flores. Y se disculpa, y la toma entre sus manos con un sentimiento de pena por haberla olvidado tanto tiempo. Mira cómo estás, le dice. Tienes una dueña demasiado extraña, (conversa sin voz con el contenido de la canasta, un acto que acostumbra a hacerlo así, porque de otra manera, sus hijos pensarían que está chiflada: hablar con los objetos: ¡qué locura!) ama la navidad y sin embargo te abandona a tu suerte. He de confesarte que cada día al verte la congoja me apresaba, pero algo en mi interior me obligaba a continuar y dejarte de lado, ahí, en el estante, mirando cómo el polvo te invadía sin compasión. A veces prefería no voltear y la incertidumbre de imaginarte envejecer sin remedio me hacía recordarte a donde quiera que iba, y me sentía culpable, insensible, ingrata, al grado de llegar a casa pensando en ti, acostarme y leer pensando en ti, rematando la noche con un: mañana. Y ese mañana no llegaba jamás. Había motivos suficientes para recordarte cada día y en cualquier lugar. Mientras leía los cuentos navideños de Truman Capote, por ejemplo: no pude menos que pensar en ti. Cuando lanzaba pinceladas rojas al lienzo virgen; de ese rojo nocturno que me encanta de las amapolas, de los Página 96


tulipanes, de las rosas, de las nochesbuenas; mientras cocinaba con jitomate, manzanas, paprika y pimientos rojos por supuesto: irremediablemente terminaba pensando en ti. Lejos de pensar en una maceta de flores naturales, que seguro se moriría de sed antes de recordar ponerle su porción de agua, que por supuesto me costaría más barata y aunque lo natural siempre es mejor por la única razón de que puedes olerlas y bueno, esa cuestión del bióxido de carbono en la atmósfera: prefiero mi canasta de nochesbuenas de tela fina, que a final de cuentas lucen muy bien en mi mesa. Y no es que el aroma de pino desparramado en todos los rincones de mi casa, de mi árbol adornado de blancas luces y esferas ocres esmeriladas y listones, y la nieve que cae prudente y puedo verla a través de mi ventana, no me ilusionen. Igual son detalles que iluminan mi vida y mi hogar. Pero las flores, son tan particularmente significativas para mí. ¡Las flores son la navidad! Tal vez sólo podría equipararlas con las tarjetas y deseos especiales de las personas amadas que por alguna razón ya no están más en mi vida: Para una navidad al lado de tus seres queridos. Para un año nuevo de dicha, bienestar y esperanzas... rezan. Palabras. Humo. Ahora puedo dilucidar. Pero hoy decidí recobrarte, y aquí estoy. Y no me importa demorarme todo el día limpiando hoja por hoja hasta dejarte nueva y resplandeciente otra vez. Descolgaré el teléfono de casa, apagaré mi celular, apagaré mi computadora. Hoy no estoy para nadie, solo para ti. Haré sobre las hojas y pétalos trazos rectos, cortos y largos, arriba, abajo, derecha, izquierda y diagonales con la brocha simulando pintar, con la mano al aire, sin soltar. He retirado totalmente el polvo humoso, lo estoy disfrutando, y solo queda tallar esa débil capa adherida con una franela humedecida de limpiador con aroma a pinos, a bosque. Las pondré al sol unos instantes y cuando ya estén secas tus hojas y tus suaves pétalos te armaré de nuevo sobre la base de corcho de la canasta y cubriré tus pies con paja y te resguardaré con celofán transparente para verte cada vez que pase a tu lado en el estante y recordarte a diario con una sonrisa, que ya estás lista para alegrar mi mesa y mi vida, la próxima navidad.

Alma Vitalis

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Normas para autores y colaboradores INTERVENCIÓN SOCIAL aceptará contribuciones inéditas de uno o más autores en las modalidades de artículos de difusión, artículos críticos, ensayos, notas informativas, reseñas, poesías y cuentos cortos en los temas relacionados con cualquiera de las secciones de la revista. Los artículos serán remitidos en español a través del correo electrónico de INTERVENCIÓN SOCIAL. Los trabajos deben acompañarse de una síntesis del Curriculum Vitae del o los autores. Es necesario que se incluya la adscripción institucional y el correo electrónico del autor. Todas las contribuciones deberán presentarse en formato página A4, márgenes superiores e inferiores de 2.5 cm. y márgenes izquierdo y derecho de 3 cm. El texto debe estar confeccionado en letra Arial, tamaño 12, interlineado de 1.5, con sangría en la primera línea de 0.5. La extensión de las contribuciones estará entre las siguientes especificaciones: Tipo de contribución

Extensión

Ensayo

De 15 a 25 páginas

Artículo crítico

De 5 a 10 páginas

Artículo de difusión

De 3 a 5 páginas

Notas informativas

De 1 a 2 páginas

Reseñas de libros

De 2 a 3 páginas

Poesía

Máximo dos páginas

Cuento

Máximo 3 páginas

En el caso de los ensayos y artículos críticos deberán acompañarse de un resumen con extensión máxima de 200 palabras y la identificación de máximo cinco palabras clave. Otras especificaciones de formato: Título en mayúsculas, centrado, en negrita y sin subrayar. Subtítulos primarios en el margen izquierdo, en negrita, en minúscula y sin subrayar. Página 98


Subtítulos secundarios en el margen izquierdo, en negrita, en minúsculas e itálica. Se escribirán en itálica las palabras en latín o de lenguas extranjeras y todas las expresiones que los autores consideren necesario destacar. No se debe usar el subrayado con este propósito. Las palabras no deben ser separadas en sílabas Las citas y las referencias se realizarán de acuerdo con las especificaciones de estilo de la American Psychological Association (APA), con las siguientes excepciones: 8.1 Las citas mayores a cuatro líneas se presentarán en bloque de texto diferenciado por un tamaño de fuente de once puntos. 8.2 Las referencias al final del texto y dentro del cuerpo del texto incluirán los dos apellidos de los autores (cuando los tengan). El Consejo Editorial de Intervención Social no ofrece ningún tipo de retribución ni apoyos especiales por las contribuciones. Sólo se admitirán las contribuciones que respeten las normas enunciadas en este documento. El Consejo Editorial establecerá los mecanismos para la revisión y valoración de las contribuciones y decidirá cuáles son aceptados. Su decisión es inapelable. La aceptación o rechazo de una contribución será comunicada al autor por medio del correo electrónico. Las opiniones y juicios vertidos en las contribuciones son responsabilidad exclusiva de los propios autores.

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