La fenomenología de Husserl germinó en la crisis del subjetivismo y del irracionalismo (finales del siglo XIX, comienzos del XX). Será necesario que situemos ese pensamiento dentro de su historia, tal como éste lo ha hecho por sí mismo. Esa historia es también nuestra. La fenomenología ha reflexionado, se ha apoyado, ha combatido, contra el psicólogismo, contra el pragmatismo, contra una capa del pensamiento occidental. Ha sido ante todo, y continúa siéndolo, una meditación sobre el conocimiento, un conocimiento del conocimiento; y su célebre «poner entre paréntesis» consiste en primer lugar en dejar atrás una cultura, una historia, en retomar todo saber remontándose a un no saber radical. Pero este negarse a heredar, este «dogmatismo», como lo denomina curiosamente Husserl, arraiga en una herencia.