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LOS BURAKUMIN EN LA SOCIEDAD JAPONESA: INVISIBILIZACIÓN Y DISCRIMINACIÓN
Por Jessica Ivonne Bernal Cruz y Mitzi Alejandra Strauss Pavón
Los
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Or Genes De Los Burakumin
Los Burakumin o “gente de la aldea”, es un antiguo grupo intocable en Japón que es considerado como la clase social más baja en la jerarquía social tradicional El término buraku significa literalmente “villa” o “pueblecillo”, pero en muchas partes de Japón este término tiene una connotación negativa, ya que terminó usándose peyorativamente para denigrar a los residentes de las villas descendientes de los eta y los hinin del Japón de la era Tokugawa, los cuales eran considerados intocables y marginados por la sociedad (Guerrero Plaza, 2009).
Los burakumin eran originalmente japoneses étnicos con ocupaciones consideradas ”impuras” durante la era feudal de Japón, como los trabajadores de mataderos, carniceros, curtidores, trabajadores de cementerios, funerarias y verdugos.
El término burakumin se convirtió en un estado hereditario de intocabilidad y una casta no oficial en el sistema de castas durante el periodo Tokugawa (16041868). Los burakumin fueron víctimas de una severa discriminación y ostracismo en la sociedad japonesa, y vivieron como marginados en sus propios pueblos o guetos separados (Norimitsu, 2009).
El estatus de burakumin fue abolido oficialmente después de la Revolución Meiji en 1868, con la eliminación del sistema feudal de castas. Sin embargo, los descendientes de los burakumin todavía siguieron enfrentándose a la estigmatización y a la discriminación en Japón Por ejemplo, a comienzos de la década de los setenta, se publicaron publicaron las conocidas “listas negras ” donde se especificaban los nombres y la localización de los burakumin, organizados por distritos (Masaki, 1998)
Desde entonces, era muy común que las grandes empresas, escuelas y universidades de prestigio consultaran el registro familiar, o koseki, donde consta el lugar exacto del nacimiento de una persona, para descubrir si esa persona tenía antecedentes en los burakumin Dado que en los estamentos oficiales existían archivos donde se especificaba la localización de los barrios buraku, con el lugar de nacimiento del registro familiar se podían conocer los antecedentes de la persona para así decidir si se le contrataba en una empresa, si se le aceptaba en una universidad o si se le pedía matrimonio a una persona.
Políticas de ayuda y lucha burakumin contra la discriminación
En 1922, varios líderes del Hisabetsu Buraku (“las comunidades discriminadas”) crearon uno de los primeros movimientos por los derechos de los burakumin, la cual fue conocida como la asociación Suiheisha, creada por personas burakumin que buscaban luchar en contra de la discriminación vivida; no obstante, se disolvió en 1942.
Más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, se creó una nueva organización llamada Buraku Kaihou
Zenkoku Iinkai (National Committee for the Liberation of Buraku), que para 1955 se cambiaría el nombre a la actual Liga de Liberación de los Burakumin (BLL), a partir del cual se crearía posteriormente el Buraku Liberation and Human Rights Research Institute, una organización que consiguió presionar al gobierno en la toma de decisiones de varias políticas a favor de los burakumin en las décadas de 1960 y 1970.
Gran parte de las leyes y/o apoyos gubernamentales de ayuda a esta minoría han sido dictados como una consecuencia de la organización interna de grupos de burakumin que han luchado para terminar la discriminación La BLL tiene más de 200,000 miembros y sus estrategias de acción han variado entre la negociación con los gobiernos locales y nacionales, actividades de denuncia, campañas contra la discriminación e informes de incidentes anti-burakumin con el fin de promover la conscientización del problema, sensibilizar a la población y buscar la construcción de una comunidad basada en el respeto (Tomonaga, 2016). Ha sido una organización importante que ha exigido cambios a las autoridades y que buscan mejorar la vida de los burakumin en Japón, logrando que se declararan diversas leyes y apoyos.
De esta manera, el acceso a las “listas negras ” dejó de ser público de manera oficial en 1976, cuando se promulgó una legislación que prohibía a terceros consultar el registro familiar de otra persona (Endo y Toyama, 2021) No obstante, a pesar de que pasó a ser información restringida, estas siguieron usándose clandestinamente, especialmente entre las grandes familias, empresas y universidades para poder conocer los orígenes de una persona y tomar decisiones al respecto Hasta el 2008, cualquiera podía consultar el registro familiar de una persona, lo que traía como consecuencia desigualdades y discriminación, ya que habían matrimonios que no llegaban a concretarse o empresas que cancelaban contratos de trabajo al descubrir los orígenes de una persona (Norimitsu, 2009).
También han nacido otros movimientos independientes en forma de grupos activistas sin fines de lucro, siendo uno de los más conocidos Buraku Heritage, fundado en 2011, que ha buscado contrarrestar la propagación de discriminación y odio a través de actividades de difusión de información sobre estos y cuenta con miembros diversos, pertenecientes o no a este linaje (Buraku Heritage, s/f).
La situación de los burakumin en la actualidad
Actualmente aún hay zonas Burakumin, la mayoría de ellas situadas en las regiones del oeste de Japón, principalmente Kioto y Osaka. Para 1993, el gobierno estimaba la existencia de un aproximado de 1,2 millones de burakumin en el país, no obstante, la BLL estima que dichas cifras sólo contemplaban a los distritos Dowa (áreas de administración de políticas gubernamentales) y que para 2005 podría hablarse de una estimación de 5,600 a 6,000 comunidades Burakumin con más de 3 millones de personas (BLL, 2005)
Como hemos revisado, la discriminación hacia los burakumin data desde hace cientos de años en Japón, pero los prejuicios históricos hacia estas personas y sus descendientes se mantiene hasta la actualidad en muchos sentidos. Si bien es cierto que han recibido apoyos del gobierno, los estereotipos más comunes con los que se califica a los burakumin hoy en día siguen haciendo referencia a la moralidad, a poca inteligencia, ignorancia, suciedad, violencia e incluso se les asocia con actividades criminales como venta de drogas (McLaughlan, 2006). Por ejemplo, se les ha asociado con pandillas y con la mafia japonesa yakuza.
Debido a esto, las personas burakumin se han tenido que enfrentar a situaciones de discriminación y odio en su día a día. Las expresiones de discriminación más comunes se observan en cuestiones como el matrimonio o el empleo, pues aunque después de 1976 se prohibió el acceso público al koseki de las personas (registro familiar), utilizado para descubrir las raíces familiares de una persona en específico (Tomás, 2021), la realidad es que en m muchas ocasiones las empresas y familiares siguen haciendo uso de esa información obtenida de forma ilegal en el mercado negro para tomar determinadas decisiones: dar o no un trabajo / permitir o no una boda De hecho, en la actualidad incluso se suele pagar a investigadores o detectives privados para buscar indicios de algún tipo de relación con los burakumin, una práctica bastante común. Asimismo, en las últimas dos décadas se han dado casos polémicos sobre la difusión de información en torno la localización e identificación de los burakumin En 2009, Google Earth dio acceso público a mapas de Tokio y Osaka con información sobre aldeas feudales de origen Buraku creando gran controversia sobre las consecuencias que podría ocasionar a las personas burakumin (BBC Mundo, 2015). Más recientemente, se demandó colectivamente al editor de Jigensha en 2016 por la publicación de una lista con nombres y domicilios de personas pertenecientes a la BLL y aunque se le pidió borrarla, no lo hizo en su totalidad (Endo y Toyama, 2021). Esto ha llevado a diversos fallos en los tribunales hasta 2021.
Desafortunadamente, esas no han sido las únicas expresiones de discriminación a las que se enfrentan. Es muy común que reciban amenazas de muerte, destrozos a sus propiedades y mensajes obscenos a su persona que incluso han traspasado las barreras físicas a través de las redes sociales como propaganda e incitación al odio, pues algunos mensajes hacen referencia a “matar a todos los burakumin o exterminar a todos los miembros de la BLL” ()
(Tomonaga y BLL, 2009). Otra forma de micro agresión considerada es la que reproducen quienes niegan la existencia del problema y las luchas burakumin, alegando que es cosa del pasado y la imposibilidad de su persistencia en la actualidad (Sim, 2021)
La situación de discriminación y agresión que muchos burakumin viven día a día en Japón ha llevado a que muchos de ellos oculten sus raíces, incluso a las personas más cercanas como amigos o familiares, ya que incluso hay quienes han decidido no decirles a sus hijos sobre sus orígenes intentando protegerles del trato en su contra.
Conclusión
Actualmente, la discriminación contra los burakumin no es tan abierta, por lo que sus condiciones de vida han mejorado. Sin embargo, dicha discriminación y desigualdad sigue existiendo de manera menos obvia. Los tres millones de burakumin que se estima hay en la actualidad (un 2% de la población japonesa), deben enfrentarse no sólo a la discriminación, sino a las características típicas de muchos grupos minoritarios como a la desigual de pobreza, altas tasas de criminalidad, bajo nivel educativo, dependencia de ayudas sociales y el resentimiento de otros grupos que creen que los burakumin se están quedando con todas las ayudas disponibles
Ser burakumin en la actualidad es todavía una carga psicológica y emocional muy fuerte, ya que condiciona amistades, matrimonios y posibilidades laborales. No obstante, algunos burakumin afirman no haber sentido nunca discriminación. Además, estos han desarrollado una buena autoestima, ya que no se definen como seres inferiores y luchan para ser aceptados como simples japoneses. No obstante, la lucha contra la discriminación que muchos otros han vivido permanece en pro de la búsqueda de que todos puedan tener una vida tranquila e igualitaria en condiciones, independientemente de sus raíces.
Egresada de la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, con Diplomado en Estudios sobre Asia por el Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA) de la UNAM. Actualmente es becaria del proyecto PAPIME “Elaboración de Recursos Didácticos sobre Temas Contemporáneos de Asia Pacífico”. Sus principales temas giran alrededor de la región Asia y el Pacífico, política exterior, comercio exterior y diplomacia cultural