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COMUNIDADES LGBTQ+ EN COREA DEL SUR Y TAILANDIA: HISTORIAS DE UNIDAD Y RESISTENCIA
Por Idalia Miroslava Rosado Chong y Elvira Ana Karen Cárdenas Arroyo
En las sociedades de Asia Pacífico, es evidente que el desarrollo infraestructural junto con su posicionamiento internacional como potencias económicas han creado una imagen de modernidad y prosperidad generalizada dentro de sus sociedades. No obstante, muchas comunidades siguen siendo discriminadas, aisladas y desprotegidas. Las comunidades LGBTQ+ son ejemplo de ello.
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A nivel internacional existe una continua discriminación sistémica a la diversidad sexual, a su agencia en diversos espacios y sus derechos humanos, convirtiendo así a la comunidad en víctimas de agresiones y violencias dentro de estructuras reproducidas socialmente. En varias ocasiones, estas acciones violentas provienen de la interpretación de valores estructurales que no aceptan dinámicas diferentes; por otro lado, el desconocimiento generalizado sobre las identidades de las personas LGBTQ+ coadyuva en la estigmatización y aislamiento social de esta comunidad
Por ello, la definición de las identidades de estas comunidades es esencial para comprender sus resistencias y su unidad para recuperar espacios de agencia. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2018) las siglas internacionales LGBTQ+ se refieren a un grupo de personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, transexuales, travesti, intersexuales y queer, añadiendo el signo de + para aquellos colectivos que no se identifiquen en ninguna de estas categorías Asimismo, estas siglas han cambiado con el tiempo con nuevos conceptos para identificar nuevas identidades y orientaciones sexuales, lo cual provoca que las siglas no sean exclusivas ni definitivas Según Vila (2019), las primeras tres definiciones son orientaciones sexuales: a las lesbianas y gays les atrae su mismo sexo, mientras que las personas bisexuales les atraen ambos. Los siguientes tres conceptos hacen referencia a la construcción del género en sus cuerpos; las personas transgénero son aquellas que expresan su género contrario a las características físicas que normalmente se identifican como masculinas y femeninas en su vida cotidiana; las transexuales, se medican e incluso se someten a operaciones para adoptar de manera permanente las características del sexo contrario, y las travesti que adoptan comportamientos y vestimenta del género opuesto de manera momentánea Por otro lado, las personas intersexuales nacen con los genitales de ambos sexos al mismo tiempo, decidiendo su género cuando crecen Finalmente, los queer no se identifican con ninguna definición anterior, viviendo en libertad su sexualidad y su expresión del género
Debido a la diversidad de identidades que enfrentan al sistema hegemónico heterosexual y heteronormativo, el propósito de este texto es describir la forma de vida de la comunidad LGBTQ+ en Corea del Sur y Tailandia, mismas que en su estructura social cuentan con valores neoconfucianos y budistas, respectivamente. Asimismo, se enfatizará en las acciones gubernamentales y de organismos en pro de los derechos de la comunidad, para su inclusión integral dentro de la sociedad con la finalidad de erradicar la discriminación y violencia
La comunidad LGBTQ+ en Corea del Sur: agencias, cuerpos y diversidad
Los movimientos de resistencias LGBTQ+ en Corea del Sur comenzaron en la transición a la democracia y globalización durante la década de 1980, específicamente cuando se comenzaron a denunciar las distintas violencias hacia las personas que se identificaban como gays, lesbianas o queers. Por ello, en el 2000, la academia comenzó a estudiar a estos grupos, los cuales definieron que las acciones discriminatorias eran una violación a los derechos humanos, dando paso a la creación de un manual llamado Ilsang-ûi ôgap kwa sosuja inkwôn üi ilkwôn, Opresión cotidiana y derechos de las minorías (Bong, 2008, p.87). A partir de este acontecimiento, la comunidad empezó a formar grupos para exigir derechos como el matrimonio homosexual y programas de transición de género la piedad filial y los matrimonios heterosexuales son el fundamento del funcionamiento de una buena sociedad. Dentro de la República de Corea, esta estructura se articuló con otras dinámicas como el nacionalismo, el cual promovía la educación de un(a) buen(a) ciudadano(a) o kungmin, un sujeto nacional que promovería valores, desarrollo y que sería asociado directamente a la familia heterosexual (Chong-myong, 2011)
Uno de los más importantes se conformaron en la década de 1990: en el caso de los gays Ch'in'gusa, Kkirikki con resistencias de mujeres lesbianas y Han'guk Tongsôn gaeja Inkwôn Undong Hyóbüihoe, una organización que incluía a las personas bisexuales y transgénero (Yi y Philips, 2015, p.128). No obstante, estas nuevas organizaciones se enfrentaron a varios obstáculos para que fueran reconocidas: la noción de la familia neo confuciana, el nacionalismo promovido por el gobierno y la heteronormatividad que rige a la sociedad surcoreana.
En este sentido, las comunidades LGBTQ+ fueron concebidas como ciudadanos que han fallado en su labor nacional y han suspendido la sucesión familiar (Na, Han y Koo, 2014, p.360). Asimismo, el sistema binario y heteronormativo en el que sustenta Corea del Sur ha coadyuvado en diversas violencias a la comunidad: en los matrimonios, en el servicio militar, cambio de género e identidad.
En el caso de los matrimonios entre personas del mismo sexo, Corea del Sur aún no ha modificado sus constitución para legalizarlos, ya que sólo se reconoce al matrimonio en un sentido binario-heterosexual. Sin embargo, recientes declaraciones del Partido Democrático podrían presentar un proyecto de ley contra la discriminación en los matrimonios y en la vida cotidiana, siendo la séptima vez que se presenta ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley contra la discriminación a las comunidades LGBTQ+ (Amnistía Internacional, 2020). Sin embargo, Bong (2008, p.91) señala que existen otros grupos que tienen influencia en los círculos políticos como las comunidades católicas y cristianas quienes consideran a estas resistencias enfermas mentales a partir de interpretaciones conservadoras de la biblia, coadyuvando en que el gobierno no ponga en acción leyes más severas
Fuente: bit.ly/3pWcuea
Representación de la familia surcoreana en la película Minari
En primer lugar, la familia es una estructura que ha sido trasladada a varias esferas de la vida en sociedad de muchas sociedades asiáticas como la surcoreana, en donde
Por otro lado, las agresiones y violencias dentro del servicio militar para la comunidad LGBTQ+ son diversas, pues el artículo 92-6 de la Ley Penal Militar prohíbe a las personas del mismo sexo tener relaciones sexuales consensuadas, castigándolos con prisión menor a dos años (Amnistía Internacional, 2019, p 12) Asimismo, según Choo (2020, p 491) las dinámicas dentro del ejército incitan a la violencia a través de insultos, despojos e incluso la construcción de una masculinidad hegemónica, la cual coadyuva en la discriminación a las comunidades LGBTQ+
El caso más reciente de estas relaciones, es la muerte de la primera mujer transexual del ejército surcoreano, Byun Hee-soo, quien recientemente había sido reincorporada a las fuerzas armadas después de su cirugía de reasignación sexual (The Guardian, 2021).
Así, es evidente que el sistema surcoreano se sustenta en un sistema binario en el que de manera legal sólo se permite identificarse como hombre o mujer, representando un obstáculo para aquellas personas que no se identifican con ninguna de las dos categorías
Por ello, las comunidades LGBTQ+ han logrado visibilizar estas violencias a través de organizaciones, acciones y expresiones culturales, como el Festival de Cultura Queer en Seúl, el cual desde el año 2000 celebra un desfile en donde sus cuerpos se transforman para sustentar su lucha frente a la disriminación (Choi y Seo, 2020, p. 514 ). Este festival desde 2013 ha enfrentado manifestaciones en contra por grupos cristianos, causando disturbios Otro es el Desfile Drag de Seúl, el cual más que ser una expresión para celebrar la diversidad sexual, es una oportunidad para traer a debate los derechos de las comunidades queers y transgénero
Festival de Cultura Queer de Seúl y Desfile del Orgullo.
Fuente: bit ly/3F0ObCa
El cambio de género y la identidad sigue siendo una problemática para muchas personas La República de Corea permite el cambio de género con fines administrativos, no identificatorios, pues en el número de registro los hombres son identificados con el número 1 y las mujeres con el número 2, así las personas transgénero y queer siguen siendo reconocidos con el sexo de su certificado de nacimiento, a pesar del trámite de cambio de género. Además, para realizar este trámite se requiere la autorización escrita de los padres, dos diagnósticos psiquiátricos de transexualidad y que la persona solicitante sea estéril al momento de la solicitud y a futuro (ILGA, 2016).
Fuente: bit ly/3m2W96k
Kim Youngrong, conocida como Nana es una drag de Busan, Seúl
Fuente: bit ly/3DQp4Aw
Además, Heezy Yang (2021) o Hurracaine Kimchi, artista queer surcoreano, señala que la cultura drag en Corea del Sur es una apropiación de varias culturas, lo cual permite que sus cuerpos expresan su diversidad: desde el k-pop hasta la cultura anglosajona, los performances queer desafían la idea hegemónica de los roles de una mujer y un hombre dentro de una sociedad fundamentada por el patriarcado y el confucianismo De igual forma, desde su resistencia, las comunidades LGBTQ+ surcoreanas también también tienen influencia en las agendas internacionales de sus comunidades a través de eventos y reconociendo la legitimidad de otros movimientos.
Ambos movimientos representan la lucha y resistencia por generar cambios y acciones contra la discriminación hacia la comunidad LGBTQ+ en Corea del Sur en diversos ámbitos: desde la familia, la identidad legal, el servicio militar y las expresiones corporales
En contraste, las mujeres lesbianas surcoreanas también han creado movimientos y organizaciones para expresar la discriminación que han experimentado. Evidentemente, dentro de la comunidad LGBTQ+ hay resistencias de mujeres feministas que unen sus esfuerzos para la creación de agendas, sin embargo, la corriente lesbofeminista radical en Corea del Sur ha tomado más relevancia desde el 2015, cuando se detectaron varias cámaras ocultas en los sanitarios de mujeres. Siguiendo a Choo (2020, p.493), este movimiento se centra en visibilizar la violencia hacia las mujeres lesbianas, que excluye a las mujeres transgénero y transexuales, ya que desde su perspectiva, esta últimas contribuyen al patriarcado imitando a la feminidad hegemónica y sus condiciones de vida son distintas
Uno de los movimientos más conocidos es el 4 B o Four No’s, el cual tiene como fundamento el lema “soltera hasta la muerte” en Twitter, haciendo referencia a no relacionarse de ninguna forma con los hombres: no casarse, no salir ni tener relaciones sexuales con ellos y no embarazarse. Estas dinámicas les permiten tejer redes de seguridad contra los hombres y las violencias que ejercen, con el fin de salir del rol de la familia nacional neoconfuciana (South China Morning Post, 2019). Generalmente, este movimiento se considera ajeno a las comunidades LGBTQ+, porque desde su perspectiva, los hombres que se adscriben a esta resistencia ha ejercido discriminación y violencia a mujeres lesbianas. Actualmente, es un movimiento que tiene dentro de su organización a mujeres heterosexuales que luchan contra los estereotipos cosméticos
Tailandia, la falsa imagen “ gay friendly”
Tailandia, es un país en el que se piensa hay una gran aceptación respecto a la comunidad LGBTQ+, debido al “turismo gay ” que el país promueve, mismo que permite ver deambulando en las calles a parejas homosexuales y transexuales, así como la ejecución de eventos en los cuales las drags están presente Ejemplo de ello son las calles Silom Soi 2, Soi 4 y Soi Twilight, en Bangkok, las cuales son conocidas por albergar restaurantes, bares y discotecas de ambiente LGBTQ+, como el caso de The Stranger Bar, donde se presenta un show de drags de manera gratuita (Antoral, 2018)
Asimismo, además del turismo, es normal ver dentro de la farándula y deporte, personalidades tailandesas transexuales, como Jiratchaya Sirimongkolnawin, tailandesa que ganó el certamen Miss Trans; la boxeadora Parinya Charoenphol; así como Treechada Petcharat, actriz y modelo
Por orden: Jiratchaya, Parinya y Treechada
No obstante, a pesar de esta imagen “ gay friendly” tanto en el turismo como en la “aceptación” de personalidades transexuales, Tailandia dista mucho de respetar y proteger a las personas pertenecientes a la comunidad LGBTQ+. Para entender esto, hay que remontarse a dos cuestiones principales; la primera es saber cómo se percibe la homosexualidad e identidad de género en Tailandia y en segundo, cómo la comunidad vive en la sociedad tailandesa y las leyes que se han creado para su protección
Cuando se mencionan a los homosexuales en el budismo tailandés, la sociedad cree que las personas identificadas así son como consecuencia de las acciones que realizaron en vidas pasadas, las cuales van ligadas a “pecados” La razón de este mito es por la historia de Ruja en los relatos de Jataka, quien mencionaba que su homosexualidad se debía a que en su vida pasada cometió adulterio (Numun, 2012)
En el caso de los transexuales, katoey o kathoey es el término que los tailandeses utilizan para describir a las personas que optan por cirugías para cambiar a las características del sexo contrario. No obstante, esta palabra no tiene registro en las escrituras budistas, de modo que es una palabra prestada del lenguaje khmer, raíz principal del tailandés, cuyo significado es una persona en el que el sexo no es identificable y por lo mismo no reproductivo. Sin embargo, la utilización de la palabra katoey no se ha representado como la definición anterior, sino que se ha ligado a la lujuria, al igual que el significado de ser homosexual, resultando en la existencia de un prejuicio, así como generalización respecto a los homosexuales, a los cuales se ligan a palabras como el adulterio y pecado, razón por la que existen prejuicios contra éstas.
Estos prejuicios a pesar de que se han intentado esclarecer, a través del estudio de las escrituras budistas, así como la edición de más de 10 veces de las palabras que pueden malinterpretarse en éstas, siguen existiendo estereotipos, los cuales se han perpetuado por la utilización y tergiversación cotidiana de los términos por parte la sociedad, así como por los monjes budistas, quienes repiten el discurso hegemónico de actitudes negativas hacia la homosexualidad (Numun, 2012)
Además de esta imagen distorsionada de la comunidad, dentro de la sociedad tailandesa existe una presión de ser un buen ciudadano y ser filial a la familia, de modo que ser parte de la comunidad LGBTQ+ no debe de interferir con estas normas, si no se avergonzaría a la familia y a uno mismo (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2014)
Es así que para la comunidad uno de los principales retos a los que se enfrenta es la aceptación familiar, pues el respetar el deseo de los padres es esencial para la manera en la que una persona conduce su vida, de modo que la orientación sexual o identidad de género de un individuo puede ir en contra de las normas familiares y sociales, desencadenando un primer rechazo
En la sociedad, si bien no hay persecución de las personas LGBTQ+, la comunidad no es aceptada totalmente y es violentada cuando no permanecen dentro de los límites sociales, lo cual a su vez demuestra una falta de entendimiento en cuanto a sus necesidades y luchas. Ejemplos de esta situación son: la negación que se les da a ascensos laborales; despidos injustificados tras revelar su orientación sexual; realizar preguntas inapropiadas en entrevistas o evaluaciones, debido a la identidad de género; ser relegados a trabajos en el área de hospitalidad, entretenimiento o trabajo sexual.
De este modo, las personas LGBTQ+ optan por el empleo informal o independiente, lo cual los vulnera en otros sectores como el de salud, pues en el caso de los y las trabajadoras sexuales, éstas tienen mayor riesgo de contraer VIH, mismo que disminuye la esperanza de vida (Organización Internacional del Trabajo, 2015) En el caso de la educación, muchas personas deciden no estudiar, debido a la discriminación que sufren, como lo es la obligación de utilizar uniformes de acuerdo al género femenino o masculino (Salvá, 2016), a pesar de que esto incomode a las personas que no se identifican en la heteronorma Otro tipo de violencia, es la falta de reconocimiento de ciertos derechos, como el de las parejas heterosexuales, ya que a diferencia de éstas, los homosexuales no tienen acceso a servicios sociales, seguros, préstamos bancarios y beneficios conyugales, así como formar familias, adoptar o casarse (Villadiego, 2019). Respecto a los transgénero, éstas no pueden cambiar sus papeles legales independientemente si se sometieron a cirugía (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2014)
Tal como lo relata Kath Khangpiboon, mujer trans y activista (co-fundadora) de Thai Transgender Alliance, en una entrevista a Not Only Voices (2017) “Es hora de cambiar Es hora de cambiar mi título No me siento cómodo con 'Señor' en mi tarjeta de identificación y en mi pasaporte.”
Fuente: bit ly/3zsjBzn
Dada la situación es que por parte de la comunidad ha existido una lucha por sus derechos, misma que se remonta a la década de los 80 (Villadiego, 2019). Esta batalla ha logrado sobreponerse a retos, tal como en 1996, año en el que el Consejo del Instituto Rajabhat (compuesto por los profesores de Tailandia), prohibió la matriculación de homosexuales a nivel nacional Además, se creó una lista de personas sexualmente anormales, en las cuales la “desviación sexual” era una característica numerada
Tras esto, el grupo Anjaree junto con otros grupos de derechos humanos se opusieron, logrando que la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Parlamento tailandés levantara tal prohibición y además se hiciera una declaración pública por parte de los psiquiatras en la cual se declaraba que la homosexualidad no era una enfermedad mental
Otro logro fue sobre el servicio militar, el cual es obligatorio para los hombres y en el caso de las mujeres transexuales, al ser de nacimiento biológicamente masculina se les obligaba a presentarse; fue hasta el 2011 cuando se les exentó, pero a través de un documento en el que se les calificaba con “trastorno mental permanente”, un título peyorativo que estigmatizó a las mujeres trans, prohibiéndoles además el acceso al empleo En septiembre del mismo año, tras la presión de grupos LGBTQ+, el Ministerio de Defensa quitó el calificativo y lo sustituyó por “trastorno de identidad de género” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2014).
Para el 2015, el gobierno tailandés aprobó una ley de igualdad de género, la cual prohibía a cualquier organismo público la aceptación de leyes o decisiones que discriminara por motivos de género (Villadiego, 2019). Finalmente, en años más recientes, en el 2020, se mandó el proyecto de Ley de Asociación Civil, el cual proveería de algunos derechos y beneficios del matrimonio a parejas del mismo género, tal como la adopción, posibilidad de recibir herencia o administrar bienes de propiedad mancomunada
(Seis franjas, 2021)
Este último proyecto de ley fue aprobado por el gobierno, pasando así a manos del Parlamento, del que se espera su aprobación para convertirse en ley, transformando a Tailandia en el segundo país en Asia en permitir la unión entre parejas homosexuales (Thanthong-Knight, 2020).
En relación a lo expuesto, es que se puede observar el recorrido que la comunidad LGBTQ+ en Tailandia ha realizado en búsqueda del respeto y existencia de derechos para estos Si bien aún existen diferentes situaciones que modificar, como la percepción de la homosexualidad o lo transgénero con el pecado, es através de organizaciones y el movimiento, que la comunidad va ganando más terreno en pro de una vida digna.
Conclusiones
Las comunidades LGBTQ+ en Corea del Sur y Tailandia han enfrentado grandes retos, debido al desafío que realizan contra contra la heteronormatividad hegemónica, misma que a través de las normas sociales y morales (en parte provenientes del neocunficionismo y la malinterpretación del budismo), se ha encargado de violentar el modo de vida de las personas que no encajan dentro de estos estándares creados
Esta violencia se encuentra desde la agresión física en contra de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTQ+, aunque también existen otros tipos de violentar, las cuales incluyen la humillación, la invisibilización de las necesidades y la limitación de derechos básicos. Debido a esto, es que la comunidad a través de acciones, ya sea usando su cuerpo o manifestándose, han logrado expresarse y luchar por su reconocimiento, así como el de sus derechos. Estas acciones han convertido al movimineto LGBTQ+ en resistencias, mismas que han logrando ganar más terrenos en la conquista de sus derechos humanos y en detener la discriminación para garantizar la libertad, diversidad y felicidad de las sociedades Ahora, cada vez es más visible la necesidad del cambio y es más la gente que se ha unido para hacer esto realidad desde la esfera social como la legal Si bien aún falta recorrer y superar más obstáculos, tal como se expuso anteriormente, cambios positivos se han logrado
Idalia Miroslava Rosado Chong
Elvira Ana Karen Cárdenas Arroyo
Pasante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM. Sus líneas de investigación son el neoconfucianismo, el desarrollo capitalista, las luchas y resistencias de las mujeres en Asia, especialmente en la República de Corea. Actualmente, desarrolla su servicio social en el Programa Universitario de Estudios de Asia y África, colabora en el proyecto PAPIIT "Las Relaciones Económicas Transpacíficas y México en el marco de lo efectos de la Pandemia COVID 19" y se encuentra desarrollando su tesis sobre la hibridación de violencias estructurales neoconfucianascapitalistas hacia las mujeres en Corea del Sur