LA AVARICIA

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cartel de la Primera Guerra Mundial, emitido por la Junta de Alimentos de Canadá, promueve el aumento de la producción de carne de cerdo como una contribución al esfuerzo de guerra Artista Henderson, E. Fecha de creación Alrededor de 1914 d. C. - 1918 d. C.

LA AVARICIA 1

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Una mañana calurosa de Julio, de una Luna gris y Sol de justicia, entre el pinar, de alargados y robustos troncos, se rozaba con los con los pollinos y entre las gentes de aquel pueblo maldito. Caído en el bucle de la perdición, el desaliento y la ruina.

Los alfajores del único rincón del pueblo, recortados, sin forma ni geometría, las setos, y ascéticos parterres florales, los narcisos y caléndulas, ¡todas alrededor de la casa Consistorial maltrecha, herida y en llamas engendrada por la Avaricia! Arden los continentes por su difunta….

A ella la conocí el de Julio de aquel día de emboscada y noche gris.

Bordados sus labios, almidonados sus pechos, de oro su leche, y pequeños ojos aplastados, vestida de 2

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fruncidas telas, caminaba entre cien mil millones de Aullidos, Lobos de la desobediencia rodeaban la incoherencia, la avaricia, la terquedad de su corazón.

El vestido de sus paredes de seda se le languidecía, acaso rojo, acaso celeste, pero ciertamente largo y muelle parecía su cuerpo inquieto y tembloroso.

Dibujan sus llamas unas formas vacías de justicia y sentido, llenas de razón y de historia, ¡y de espaldas el pueblo que permanece lánguido, triste y sublevado!

Todo fue orquestado entre un palo y un trapo, y al viento era sacudido por tres que son primos hermanos, que

fueron

reflejando

plenos

voluminosos

y

descubiertos tras la caída del esfuerzo, y el sacrificio de una Troya que hoy ¡arde! Sus tierras sangran y aúllan, lloran infértiles sus frutos.

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La ruina les acecha y sus inquilinos se retiran en huída cavernosa, en escapada vampírica, a la desolación de sus vidas. Las almas sucumben en el éxtasis, del interior de los pollinos tristes y heridos.

Sus senos eran temblorosos como la gelatina, y de dulce turgencia fue su fruto, hoy de hiel.

La herencia del pobre, arde hoy en las manos del tirano traidor.

Ella es feliz. Avaricia, una alucinación de cifras, unas abstracciones calientes como un sexo entre sus piernas, encendido en el establo del ganado durante la madrugada del 17 de Julio, absorbieron y guiaron las ilusiones de ella, ¡Avaricia!

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Sus ojitos de Color plomo, redondos y aplastados, como los de una perrita en celo, cenicienta y seca de piel.

Hoy, aquella casa, destinada al desconcierto, despacho de Herodes, cocina de Judas, retrete de las ratas con alas, plató del gitano, es comida del fuego.

Digerida por sus llamas, deglutida por su ira.

Que hermosa fuiste un día. ¡Avaricia!

Fernando de Monreal Clavijo H2OX7 En España a 22 de Julio del 2012

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