LA ESCOBA 230213h2ox7

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Teatro de Instrumentos y Máquinas Autor Besson, Jacques, Dauphinois Grabador Androuet du Cerceau, Jacques (Prosperó entre 1549-1584) Boyvin, René (Alrededor de 1525-1598) Fecha de creación 1578 d.C

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No hay tormento sin recuerdo, no hay invierno sin abrigo ni verano sin frío. No existe inocente, humilde y pobre hombre, que no envíe el recuerdo, del asiento que robaste, en el último aliento que sobre tu nuca deseaste, no sentir en tu última hora de paz.

Fernando de Monreal Clavijo

La escoba

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La gente común, los barrios de las ciudades, los pueblos alejados y tristes, y los más desarrollados, las ciudades y las comunidades, están en la caña de la escoba nacional.

Todos están inquietos como pollos en la granja. Las compañías hablan a tontas y a locas de dar la batalla a los anarquistas, de obligación y de derecho en tiempos de hambre y postguerra.

Durante la posguerra todos son anarquistas como lo fueron los hippies de izquierda y luego de derechas. Y al parecer hoy no tienen poder ni energía para movilizar a los ciudadanos ni los sindicatos que malgastaron el tiempo en la hora de la verdad, fumando y bebiendo como cosacos ni la eternizada oposición turbada y arruinada por la inesperada ruina nacional.

Aquellos hombres que pudieron haber hecho algo por las gentes de bien de esta vieja España, fueron relegados y renegados por los otros hombres sombra, que deseaban robar a manos llenas las arcas del estado. Hoy llenas de pajares y agujas de brujas de luto. Hombres conocedores de sus pueblos y gentes, a los que respeta y honra, no interesan en la política nacional.

España hoy, por la anarquía política en la que viven sus instituciones y por la consecuente crisis que propicia al sometimiento

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del pueblo y a la vulnerabilidad de sus derechos y libertades, es un mercado de exportación de alhajas iniciado por mujeres y hombres desesperados, de hijos hambrientos de pan y calor.

Y mientras las multinacionales están ocupadas por comisarios políticos, sombras del pasado, y por los sindicatos, las sombras del presente. Los cuerpos en vida llenos de tristeza y desolación se incendian, explotan, ¡como antorchas humanas recorren los estímulos, los músculos, la conciencia de España! Toca a las puertas del congreso la sangre ígnea de España.

Los consejeros de la seguridad nacional deberán aventurarse a tomar decisiones apresuradas, porque no esperan que la verdad de los resultados minimizados y falsificados por los intermediarios entre los medios de comunicación, lleguen a otros medios de comunicación mediadores del pueblo y amantes de la verdad.

Para vencer las resistencias a la corrupción, debe dejársele, sin duda por el hábito de que cada cual hiciese cuanto se le antojara e incapacidad de mandar. Y todo esto ha de tenerse en cuenta para comprender por qué se acaba la paz nacional y por qué los movimientos sociales, al margen de la política nacional, triunfaran de alguna manera sobre la insurrección estatal.

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¿Qué le cuenta la información al pueblo? Los servicios de información, la RTVE, la TV autonómica, la prensa compartida con el poder, no dicen más que “nada” y si nos dicen ¡nada! Será que debemos nadar porque existe riego de tsunami.

Y supone el pueblo, por suponer algo, que la información es para satisfacer el ego del poder político y del periodismo mediático.

Sobreentendiendo que ya existen en España más de un millón y medio de personas que no cobran prestación ni subsidio alguno por desempleo, debemos comprender, e intentar llegar a una comprensión humana y razonable, de que el pueblo está malvendiendo el patrimonio familiar a cambio de migajas de pan duro en hipermercados explotados por firmas internacionales y en los que el consumidor paga por cada sesenta euros de compra seis euros de IVA por alimentos de primera necesidad.

No presté más atención a la Televisión, pues esta no me dio nunca de comer, y seguiré escribiendo todo cuanto acontece en esta tierra española, para que la historia y el tiempo llame por su propio nombre a cuantos políticos y hombres hicieron suyos las fortunas de otros.

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Llega el día en que como han hecho los nobles bomberos de Zaragoza, defendiendo al ciudadano de la estocada de los miserables e inhumanos disparates de los políticos, jueces y banqueros. Llega la hora en que los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, cumplan con el deber de proteger al débil, de proteger al ciudadano de ser expropiado de su hogar en contra de lo que dice la constitución, de ser pasto del frío y del hambre, en contra de lo que dice la constitución, de la muerte segura por inanición y de la sobredosis de la soberbia y orgullo del político nefasto y ladrón del estado, ¡en contra de lo que dice la constitución!

Ya a estos niveles del horizonte, no podemos aceptar más excusas ni obviar las batallas cruzadas. El poder de las raíces de esta nación debe dominar el motín institucional, garantizar la seguridad del pueblo español, y la libertad de los movimientos sociales liderados para la consecución de los derechos y libertades del pueblo español. De lo contrario, las fuerzas anarquistas que duermen en el lecho de la oportunidad, se levantaran junto a la intolerancia.

La luz iluminada se lanza a una batalla acuartelada en lo que antepone al pueblo frente a la corrupción y despropósito de la política y su apadrinamiento banquero.

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Es esta una batalla, una guerra meditada y bien preparada. Al igual que las batallas en las que se han embarcado periodistas de renombre y periódicos de lectura internacional.

Yo hablo de dar la batalla en una nación en la que el pueblo y sus gentes están coronados por sus raíces y desolados en bosques de espanto y obscuridad. En donde los paralelismos y los juegos mediáticos no sirven más que para narcotizar en la ignorancia al pueblo, haciéndolo dormir en la estupidez de envejecer y morir entre paredes frías, entre cartones en las calles de la ciudad, o bien sobre los bancos de los parques infantiles. Mientras las tierras y los pueblos son abandonados a la suerte fantasmal de la nada ¡nada!

Creen los engordados matarifes institucionales, que se arreglará todo mediante negociaciones internacionales, nacionales e institucionales. Y se restablecerá la calma, sacrificando algunas cabezas del estado o de sus instituciones. Cree la oposición lo mismo y que del descrédito podrán obtener tajada electoral. Pero todos ellos han servido menos al pueblo que las criadas de sus mujeres a los gustos de su paladar.

Los movimientos sociales no han parado ni deben hacer paréntesis en levantar barricadas, ocupar edificios y puntos importantes, y menos en

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dejar de estorbar a la política nacional. Tampoco dejarse seducir por la oposición y sus flechas políticas lanzadas desde el arco del falso Cupido apostado entre las barricadas sociales.

Los políticos dicen que no pasa nada, pero los españoles mueren entre la desesperación y la angustia. Existen traidores, mal nacidos en esta sociedad española, de diversos estilos y caracteres. El traidor electo, aquel que llega al poder del gobierno de la nación, y miente descabelladamente a sus votantes y al pueblo. Y el sindicalista, que no defiende ni informa al pueblo y a sus afiliados, de la verdad, lo cual es su deber y obligación.

Por todo esto, porque tienen mejores cosas que hacer, que la de servir a España con honestidad y valentía. Nos encontramos hoy con una España rota, débil, desnutrida, descosida en sus ropas, en su bandera, y herida en todas las instituciones del estado.

Y ellos, se acuestan tranquilamente y brindan con champagne de a mil quinientos euros, ¡de ese que sabe a metal!

Fernando de Monreal Clavijo H2ox7 En España a 23 de Febrero del 2013

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A mis hijos Abraham Santiago de Monreal e Ismael Mauricio de Monreal.

Recordad siempre que el hombre de Espa帽a muere de pi茅 y luchando por sus derechos y libertades. Con honor y templanza.

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