A H
LAB.
Valeria Takano
LAB. ACCIONES HÍBRIDAS EN EL PAISAJE
Valeria Takano Reyes ETSAM . UPM PRIMAVERA 2020
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ร NDICE Post-cuarentena: 1
Monรณlogo personal de una joven en cuarentena
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El habitar en tiempos de pandemia: individualidad y colectividad desde el confinamiento forzado
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Pre-cuarentena: 3
Caligrama Urbano: trabajo realizado en la Atalayuela
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Pรกginas Web: Hyperlinks
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Monรณlogo personal de una joven en cuarentena Auto-reflexiรณn
CAPÍTULO 0. EL COMIENZO Empecé actuando como si nada hubiese pasado, tenía mucho curro, mis esfuerzos estaban ahí... Todavía no había empezado la cuarentena, mis amigos se reunieron una última vez, un día antes del encierro. Yo no fui porque estaba muy cansada de haber trabajado todo el día. Ahora me arrepiento mucho, dos de ellos se regresaron a su país, una tiene el COVID-19, el resto solo está en casa, sobreviviendo... Al día siguiente desperté, era sábado, 14 de marzo para ser exactos. Aproveché el encierro para terminar una entrega de proyectos, porque es importante, ¿no? Se acabó la entrega, se acabaron los trabajos, se acabó el estrés. Comencé a sentirme extraña, recordé que no salía de casa desde el miércoles, ya era lunes, había estado cuatro días en mi propia cuarentena.
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CAPÍTULO 1. LA ANSIEDAD Quiero fumar, quiero una copa de vino, quiero bailar, quiero besar, quiero una cerveza, quiero follar, quiero correr, quiero gritar. ¿Dónde? ´Qué es esto? ¿Cuánto dura? Ya... para... 1,2,3,4,5,6,7,8, Quizás dormir ayude.
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CAPÍTULO 2. LOS SUEÑOS Primero empezaron siendo más largos de lo normal, dormir parecía una realidad más cómoda. Soñé que vivía aventuras, con los amigos de siempre. Soñé con un día cotidiano en casa, desde el alba hasta el ocaso. Soñé que despertaba en el sueño y seguía soñando. Pasaron días... Soñé que alguien decía mi nombre, Valeria... Desperté después de 9 horas que se sintieron como 4 días. No sabía dónde estaba, no sabía qué estábamos en estado de emergencia, hasta después de 5 segundos más.
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CAPÍTULO 3. EL INSOMNIO Son las tres y media de la mañana, a mi lado los sueños ya están en su quinta estación. Tengo cinco amigos en llamada, esperándome, pero el silencio debe gobernar. Las paredes aquí son muy delgadas, se oyen los pasos, los quejidos del bebé, los ronquidos. A mí no me pueden oír. Restricciones o sacrificios, se convirtieron en lo mismo. Cierro los ojos, pienso en todo lo que conozco, en todo lo que sé y en lo que no, pienso en lo que sucede, en el ahora, en el pasado, en el presente y futuro. Los pensamientos comienzan a tomar velocidad, ahora van a nosécuántosmilkilómetrosporhora. Siento miedo, el tiempo me persigue, ¿Existe el tiempo? Ansiedad a mil por hora. Abro los ojos, son las seis de la mañana.
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CAPÍTULO 4. LA ACEPTACIÓN No identifico bien la línea delgada entre lo que pasaba en mi mente y lo que se convirtió, finalmente, en una realidad. Fue un fin de semana, luego de unas varias lágrimas nocturnas, que decidí volver a empezar la cuarentena. Tengo un mate de manzanilla en las manos y la esperanza de dormir no tan tarde hoy. Mis ojos se ponen pesados y de pronto, es lunes. Los lunes son siempre un buen comienzo. Mucho curro, mucho café, mucha música, buen ánimo voluntario y menos adicciones. Ya no se hace tan difícil saber que al día siguiente se repitirá la misma rutina.
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El habitar en tiempos de pandemia: individualidad y colectividad desde el confinamiento forzado Proyecto de investigaciรณn personal
ABSTRACT En una situación de condición extrema como la que nos sitúa la pandemia del COVID-19 es importante replantearnos el significado de habitar en nuestro contexto individual y colectivo. Desde la individualidad, habitar un espacio privado - en el cual nos encontramos confinados - significa, buscar la privacidad en un espacio que se ha tomado un uso público. Muy por el contrario, desde la colectividad, nos han arrebatado el espacio público, ese espacio político y de libertad social en el cual podemos expresar nuestras inquietudes y necesidades. No obstante, a pesar de habernos despojado del espacio territorial público, aún persisten actividades colectivas en espacios intermedios que revelan la necesidad de la comunidad y la importancia del rol del habitante en la determinación de la misma. La deconstrucción de la terminología de habitar, ciudad, vivienda, lo privado y lo público, se convierte en una tarea del arquitecto para enfrentar la situación de la crisis mundial que ha provocado la pandemia. Palabras clave: Pandemia, habitar, confinamiento, ciudadanos
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Marcando definiciones Público. Privado. Espacio. Habitar. Cotidianidad. Colectividad. Individualidad. Lugar. Tiempo. Vivienda. Existen muchas definiciones que podrían ponerse sobre la mesa cuando hablamos del ser humano y su condición de hábitat. Muchas de estas definiciones se han generalizado más que otras; la definición según Hertzberger de la configuración del espacio puede ser una de las más acertadas. El espacio, como tal, existe. El hombre no inventó el espacio, solo lo delimitó para apropiarse de él. Las subdivisiones del mismo, espacio público vs. espacio privado no es más que un cliché producto de la desintegración primaria de las relaciones humanas para inducir roles dentro de una sociedad.1 El espacio no posee definiciones exactas, Hertzberger apunta hacia la mezcla entre ambas definiciones: en lo público existe la individualidad y en lo privado la colectividad. El espacio tampoco posee límites claramente definidos, entre lo público y lo privado existe un intermedio que no pertenece a uno ni a otro. Ahora bien, el espacio al siempre existir, no es construido por el hombre. Según Heidegger, el hombre construye lugares, no espacios. Entre los lugares, por extensión llegan necesariamente los espacios intermedios.2 Por otro lado, la apropiación del espacio - sea público o privado - se da también con la identificación del lugar, mientras que la individualidad es el refugio de los ciudadanos del mundo exterior, 1 HERTZBERGER, H. (1991). “Public and Private” Lessons for Students in Architecture. Rotterdam, p. 12. 2 HEIDEGGER. M. (1951). “Construir, habitar, pensar”. Conferencias y artículos. Darmstadt, p. 7.
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la colectividad no percibe a un individuo, sino a una sociedad, una que debe ser construida por lazos. Por otro lado, hablar de habitar implica hablar de permanencia. Habitar un espacio es custodiarlo y cuidarlo, porque a cambio te ofrece protección en todo momento. Para Heidegger, la penuria de habitar no consiste en el déficit de viviendas, sino en aprender a habitar. Sin embargo, el hábitat no solo se conforma por el espacio, sino también por el tiempo. En este sentido, la vivienda se construye también con la memoria de sus habitantes.3 Incluir la variable del tiempo afecta también en la misma acción de habitar, y si el tiempo incluye el movimiento, no podemos hablar de habitar si vivimos detenidos. Los espacios privados pueden entenderse como lugares de refugio y de permanencia si los comparamos con espacios públicos, sin embargo, incluso en ellos deberán haber flujos de entrantes y salientes, “ser el lugar de paso de una circulación continua, donde se cruzan objetos, gente, palabras e ideas”.4 Habitar es una acción que cambia con el tiempo y según las circunstancias en las que nos encontremos. Actualmente, en tiempo de pandemia, el habitar necesita re-pensarse, el dónde, el cómo y el quiénes habitan.
3 GALMÉS. A. (2016). “De habitar a morar: el tiempo en la arquitectura”. Palimpsesto, p. 16. 4 DE CERTEAU. M. (2000). La invención de lo cotidiano II. Habitar, Cocinar. Universidad iberoamericana. México DF, p. 150.
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Participantes del proyecto: 125 personas de 18 paĂses.
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El estudio Hoy en día, habitar ha cobrado nuevos significados y ha eliminado otros. Lo que el covid-19 nos ha exigido como ciudadanos es básicamente, abandonar la ciudad. El confinamiento forzado nos ha colocado en una situación extrema en la cual tenemos la obligación de seguir normas instauradas por el Estado que nosotros elegimos. No solo eso, nos han quitado la libertad de ser ciudadanos, de salir al espacio público en nombre de la salubridad y el juicio. En este sentido, habitar se ha restringido a las áreas privadas, específicamente, la vivienda. Las dinámicas son diferentes, ahora existen límites legales radicales entre lo público y lo privado. Sin embargo, si bien nos han arrebatado el espacio público, aún persiste el espacio intermedio entre el exterior y el interior que termina siendo la salvación de la colectividad en tiempos de pandemia. Por otro lado, el habitar en espacios privados indeterminadamente, nos sitúa también a encontrar las dinámicas de privacidadconvivencia en nuestro nuevo hábitat, con nuestros nuevos “vecinos”, aquellos otros usuarios con los que compartimos la vivienda. Para tener una base de estudio se realizó una encuesta abierta en la que participaron 125 personas de distintos países alrededor del mundo. El propósito fue recoger distintas experiencias personales sobre ciudadanos y sus viviendas para así analizar la acción de habitar en tiempos de pandemia. Los resultados evidenciaron reflexiones sobre la vivienda, el espacio intermedio, la nueva concepción de espacio público y privado, así 24
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como la importancia del dualismo entre individualidad y colectividad. La colectividad hoy en día se hace presente en todos los ámbitos de nuestra vida, sea en el trabajo, en la vivienda o en el exterior. Si bien el espacio público como tal ha sido arrebatado, aún persiste la interacción social sea por medios digitales o también físicos a partir de la convivencia.5 Esta interacción social es innata, sin embargo, el bienestar colectivo no va de la mano con la interacción, sino en cuanto se consolide un sentimiento de identificación personal con su comunidad. En distintas ciudades, el bienestar común se hace más evidente que en otros, como el salir cada tarde a las 8:00pm a aplaudir desde el balcón. Mientras los ocupantes muestren interés por el espacio exterior fuera de sus hogares, también persistirá el compromiso y mantenimiento de la propiedad pública. Ahora bien, esto también evidencia la existencia del espacio intermedio, el cual nos permite ser partícipes de acciones colectivas. El espacio “inbetween” es la clave para la transición y conexión entre áreas con reclamos territoriales divergentes. 6Sin la existencia de ellos, el dominio y control impuesto desde arriba destruiría el derecho público. De igual manera, la necesidad de la privacidad se hace presente en la vivienda, a pesar de vivir en confinamiento, todos necesitamos “conseguir un poco de paz”. Los 5
El 85% de los encuestados vive con dos a más
personas. 6 Hertzberger (1991), p. 32.
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espacios privados se hacen imprescindibles, sobre todo si tenemos un corto catálogo de espacios “públicos”, es decir, la sala, la cocina, el comedor, de pronto cobran mayor sociabilidad y uno busca mayor protección en lugares privados que lo separen de la presión del cuerpo social sobre el individual, un lugar fuera de intrusiones.7 En este sentido es importante recalcar que la vivienda es un espacio que si bien es considerado “privado”, posee también clasificaciones de público y privado en su interior, las cuales en muchos diseños arquitectónicos casi no son tomadas en cuenta. La intervención del usuario, entonces, es requisito para contribuir en el diseño de espacios habitables. La necesidad de la naturaleza exterior también es una demostración del carácter social del ser humano y su vínculo con el mundo.8 Tan importante como la disposición de las viviendas entre sí es la fenestración, la ubicación de ventanas, balcones, terrazas, puertas de entradas, etc.9 La vivienda tiene el papel de encontrar un equilibrio adecuado para permitir a los residentes elegir cuándo quieren privacidad y cuándo contacto con el exterior. Sobre ello, es importante resaltar que no todos cuentan con dicho privilegio. En tiempos de pandemia, la 7 De la pregunta “¿Cuál es el lugar favorito de su casa?” se obtuvo que el 52% de los encuestados prefiere su habitación personal. 8 El 78,7% de los encuestados sale a al exterior más de dos veces al día, mientras que sólo el 21,3% sale una o cero veces. El 12,8% indicó que la terraza/balcón es su lugar favorito en su vivienda. 9 Hertzberger (1991), p. 60.
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desigualdad social y económica se ha evidenciado con mayor nitidez, muchos no poseen siquiera una vivienda, viven en hacinamiento o no cuentan con los recursos necesarios para poseer un espacio digno de habitar. Así, el papel de la vivienda como uno de las tareas del Estado cobra mayor relevancia, tanto como el re-pensar la configuración de la vivienda mínima y sus necesidades. El nuevo habitar Volvemos a la cuestión, ¿cómo se habita en tiempos de pandemia? Si en el siglo XX, las respuestas eran: el hombre (¿Quién?) habita en el espacio (¿Dónde?), por su función (¿Cómo?) y en el siglo XXI -sin pandemia- fueron: el individuo emancipado habita en una atmósfera por placer10, podemos decir que actualmente, el hombre reducido habita confinado por el virus. En esta línea, habitar ya no posee el mismo concepto. La distorsión de esta acción por el control social, implica volver a recuperar la libertad de habitar, de lo contrario no estaríamos habitando. Si no somos más ciudadanos libres en el espacio exterior, debemos recuperar la libertad en el espacio in-between, los cuales aún podemos custodiar. Por otro lado, la situación de confinamiento también nos ha obligado a descubrir sentimientos propios como seres humanos que solemos ocultar, ese escape de inseguridad que nos otorgaba el individualismo, ahora se hace evidente en el aislamiento. Según Hertzberger, el colectivismo moderno es la última barrera que 10
GALMÉS. A. (2016). p. 17.
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el hombre ha erigido para protegerlo del encuentro consigo mismo. En este contexto, el individuo no tiene más salida que el reencuentro personal, el cual conlleva a la autorreflexión como ciudadanos que forman parte de una sociedad internacional que sufre una crisis de salubridad. Esta nueva “forma de ver” implica también una nueva “forma de habitar”, los espacios que solíamos percibir como cotidianos, han tomado nuevos roles y se han adaptado a las circunstancias. La vida “cotidiana” del trabajo, el ocio y el descanso se resumen a unos cuantos metros cuadrados11, los cuales necesitan ser flexibles y multifuncionales para albergar un diverso catálogo de funciones. Si el confinamiento ha detenido el movimiento en la ciudad, el movimiento se ha trasladado al hábitat. La habitación también es la oficina; la sala, el cine o el gimnasio; el balcón o la terraza, la calle en la que te encuentras al vecino. Inclusive las redes sociales y la tecnología ahora también son el nuevo habitar, el mundo virtual es la ciudad en la que interactuamos con nuestros seres queridos y con desconocidos también.12
11 De la pregunta, ¿Qués es lo que más haces en cuarentena? el 54% respondió “trabajar o estudiar”, sin embargo, existen otras actividades que le siguen como cocinar, ver series o películas, leer, hacer ejercicios, bailar, cuidar las plantas, entre otros. 12 Aprox. el 82% de los encuestados pasa más de 14h al día en las redes sociales.
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Reflexiones finales Si bien la pandemia nos ha despojado del espacio público, de la libertad, del movimiento en la ciudad, pero nos ha brindado la oportunidad de la reflexión, de aprender a habitar para poder construir nuevos lugares que puedan enfrentar una situación similar en el futuro. La vivienda no es únicamente tener un alojamiento, ya hemos visto la diversidad de acciones que suceden en ella y lo versátil que ésta tiene que ser para satisfacer nuestras necesidades. Asimismo, la vivienda no es meramente un espacio privado, es un espacio en el que se convive con otros, en el que existe interacción social y, por ende, dinámicas de orden público. Por otro lado, el espacio intermedio es nuestra conexión el espacio exterior al cual no podemos acudir, pero que aún podemos custodiar. Mientras exista el espacio inbetween, persistirá el optimismo por la recuperación de la ciudad. Para terminar, es indispensable aludir a la última pregunta de la encuesta, en honor a todos aquellos que formaron parte de esta investigación: ¿Con qué palabra te describirías desde que empezó la cuarentena? Y las respuestas (con las que todos nos identificamos según sea la circunstancia) fueron: multifacético, ansiedad, workaholic, estrés, cambiante, depresión, reflexión, hábil, paciente, reencuentro, familia, perseverante, motivado, optimista, unión, tranquilidad, desencajado, desapego, fe, desordenado, re-evaluándome, libre, pausa, disciplinado, sedentario, incertidumbre, paciencia, impaciencia, aseo, solidaridad, curiosidad, relajado, frustración, decidido, 34
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complejo, improvisado, autocontrol, paz, dinámico, distracción, interesado, indolente, caos, perdido, reconstrucción, libertad, sociable, nostálgico, angustiado, pasional, estable, dedicación, silencio, agujereado, justicia, fortaleza, dormilón, aburrimiento, activo, decepción, hogareño, agotado, auto-conocimiento, inestabilidad, atento, efímero, calmado, auto-suficiente, indeciso, productivo, maniática, resiliente, calma, impredecible, positivo, inconcluso, malhumorado, estudioso, rutinario, creativo, compromiso, esclavo, adaptable...
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Caligrama Urbano
Trabajo realizado en la Atalayuela (previo a la cuarentena)
El paisaje de la zona de Vallecas tiene la misma forma de centro-periferia que cualquier otro centro urbano, sin embargo su proximidad con la naturaleza abierta acentúa el perímetro espacial entre el centro urbano y la periferia-natural. Mi intención es encontrar elementos y/o características que identifiquen este intermedio espacial, esa línea imaginaria que todos percibimos con nuestro inconsciente. La herramienta que me permitirá crear un nuevo lenguaje para “mirar de otra manera” es el caligrama literario, a partir del concepto de romper esquemas convencionales. Normalmente estamos acostumbrados a recorrer la ciudad sin percatarnos de cómo diferenciamos los espacios y cómo nos acoplamos a ellos. La intención es recorrer la línea imaginaria percibiendo todo lo construido, la materia, activando nuestros sentidos y ver, oler, escuchar, sentir… El primer contacto que hice con la Villa de Vallecas fue en los límites del casco histórico, específicamente desde la estación de metro de La Gavia hasta el Parque de la Gavia. Recorrí la línea imaginaria marcada por la carretera y fui encontrando espacios intermedios entre el centro y el paisaje abierto. Mi dispositivo de acción fue una cámara fotográfica y mi andar, el propósito fue registrar los elementos que iba encontrando en el camino y que me producían algún sentimiento o cuestiones. En los siguientes vídeos registro esa primera aproximación, se podría decir que desde dos niveles: a escala humana en el centro urbano y a escala natural – esa que te hace sentir pequeño en un vacío tan grande – desde la cota más alta en el Parque de La Gavia.
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Video en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=TzK_VpAwz6o
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Video en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=OUfo5M_khcM
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Video en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=X6ZqVwTbbq0
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Pรกginas Web Hyperlinks
Video en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=X1AEh4FNk5M
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Pรกgina Web: Instagram https://www.instagram.com/citizens.in.quarantine/
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Encuesta: Ciudadanos en tiempos de cuarentena https://forms.gle/goGEMCjS4LCfKN6C8
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Página Web: Blog del Lab. Acciones Híbridas Sección personal: Valeria https://accioneshibridas2020.law.blog/
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