La historia de dos décadas contada a través de seis imágenes que sintetizan el panorama político, social y económico que atravesó el Perú
Cuentan que debido a las injusticias sociales que venían sufriendo varios sectores de la población, especialmente el sector que vivía al interior del país y sufrían los estragos de ser ignorados por el gobierno, surge una revolución que toma como punto de partida principios del maoísmo, leninismo y marxismo llevados al límite. Los grupos que lideran la revolución son el MRTA y Sendero Luminoso, con Abimael Guzmán a la cabeza, un genio de la manipulación social y el convencimiento. Esta revolución pretende imponerse y gobernar para el proletariado o clase trabajadora, para lo cual utilizan mecanismos que infunden terror en la población como los coches bomba, atentados, secuestros, entre otros.
Las Fuerzas del Orden eran, en teoría, las fuerzas encargadas de luchar contra los grupos terroristas y proteger a la población civil; sin embargo, en la práctica, cometieron incluso muchísimas más injusticias que los grupos que perseguían. Las Fuerzas del Orden le arrebataron un hijo a Mamá Angélica. Se trataba de un muchacho joven y que nada tenía que ver con el conflicto; a pesar de ello, se lo llevaron injustamente y fue asesinado acusado de terrorista. Esta historia no se trata de un hecho aislado, se repitió cientos de veces con la población campesina del Perú. Por ello, y porque se haga justicia, Mamá Angélica creó ANFASEP, la asociación que reúne a madres y familiares de los desaparecidos durante la época del terrorismo. Cada foto representa una vida por la cual hacer justicia.
Alberto Fujimori y Mario Vargas Llosa se enfrentaron para ocupar el cargo de presidente del Perú entrando los años 90s, en pleno apogeo del terrorismo. Destacó el contraste entre dos figuras totalmente opuestas: por un lado, Fujimori, un ingeniero de ascendencia japonesa y, por otro lado, Vargas Llosa, un escritor reconocido a nivel mundial, perteneciente a la alta sociedad limeña. Simbolizaban el encuentro perfecto entre izquierda y derecha. Dada la coyuntura económica y la crisis que dejaba el paupérrimo gobierno de Alan García, una de las propuestas más esperadas era la solución para recuperar la economía y es aquí cuando Vargas Llosa comete el peor error que puede cometer un político peruano: ser sincero. Debido a ello, Fujimori se coronó como flamante presidente.
Fin de nuestra (pseudo) democracia. El Congreso entorpecía las medidas que Fujimori quería establecer debido a que a pesar de que había prometido no aplicar un shock económico para solucionar la crisis, la primera medida que tomó al empezar su gobierno fue justamente ello. Dada la desfavorable situación para el ex presidente Fujimori, era necesario tomar medidas. La mejor medida fue cerrar el Congreso, el cual representaba un obstáculo para que el presidente gobierne sin ser fiscalizado. Este autogolpe de Estado significó el fin del periodo de democracia en Perú y el inicio de la dictadura fujimorista.
Fujimori lanza una serie de campañas psiocosociales en los medios de comunicación para distraer a la opinión pública de los escándalos políticos del país, exaltar la imagen del gobierno y desprestigiar a la oposición. Estas campañas son planeadas por el SIN (Servicio de Inteligencia), bajo la dirección de Vladimiro Montesinos, mano derecha del ex presidente Alberto Fujimori y con la colaboración -previo pago- de los canales de televisión de señal abierta y diarios y revistas de circulación nacional, en especial los diarios chicha: diarios amarillistas dedicados a difamar y lanzar noticias sensacionalistas por el simple hecho de llamar la atención.
Los vladi-videos se trataban de videos elaborados por Vladimiro Montesinos en los cuales se documentaba los sobornos que realizaba a dirigentes políticos, empresarios, dueños de canales de TV, figuras públicas, entre otros, para que apoyen al gobierno de Fujimori y, de esta manera, mantenerse en el poder. El dinero está por encima de todo, Vladimiro Montesinos confirma que, al menos en esta sociedad, todo mundo tiene un precio y si eres capaz de pagarlo, tienes poder. Sin embargo, este hecho también demostró el poder que tienen las imágenes para generar controversia y escándalo en una sociedad tan visual como la que vivimos.
Somos nuestra memoria, somos ese quimĂŠrico museo de formas inconstantes, ese montĂłn de espejos rotos. Jorge Luis Borges