... y la cosa fue trabajando. El secreto del éxito político de Dilian radica en su disciplina espartana, don de mando, sensibilidad social y una envidiable empatía popular. Sus rivales políticos le reconocen estas cualidades y se preguntan de dónde saca tiempo para atender en tiempo “frío” dos veces por semana a tantas personas que llegan muy temprano desde los lugares más apartados del Valle al hotel Intercontinental de Cali o a su Sede en el sur de la capital del departamento. Un año después de ser elegida alcaldesa ingresé a su administración como el primer Jefe de Prensa del municipio. En los dos años que la acompañé fui testigo privilegiado de su accionar administrativo basado en una férrea disciplina, don de mando indiscutible, sensibilidad social y carisma. Todo esto aunado a su capacidad de construir estructura, maquinaria política. Estas características la convirtieron en una líder departamental cuando ocupó la Secretaría de Salud durante la gobernación de Villegas, y luego, en el 2002 dio el salto a las grandes ligas cuando fue elegida senadora por primera vez. En el 92 y luego de muchos años en
que los guacariceños debieron soportar la fría imposición patriarcal, la clase media se sintió feliz. Llegaba a la alcaldía una guacariceña reconocida por su sencillez, dedicación al estudio, experiencia social y cultural, recién graduada en Brasil como médica reumatóloga. Hija de Luis José Toro, Rector de la Normal y de Berta Torres, mujer de un enorme sentido del humor y una sensibilidad social que la convertiría en el poder detrás del poder de Dilian. Se creía que la satisfacción no podía ser mayor. Muy pronto consolidó un estilo de gobierno basado en la exigencia, la disciplina y el trato respetuoso hacia la comunidad por parte de los funcionarios. Se dio una reacción pequeña de algunos que consideraban que el hecho de
tener unos votos les eximía de trabajar seriamente, porque, -además yo soy cuota de... Su Secretaria de Gobierno, Marcia Porras, a quien acudí en el 93 para recopilar datos sobre el primer año de alcaldía, me contó que luego de un episodio de estos Dilian reunió a todos los funcionarios y les dijo que con ella podían recochar de la puerta de la Alcaldía para afuera o durante las actividades de integración, pero de la puerta hacia adentro ella tenía que actuar como primera autoridad. Que ella tenía un compromiso con la comunidad y para cumplirlo, el asunto era trabajando, y fue trabajando. Voy a transcribir algunos textos del libro retrato de Poder, que escribí desde mi experiencia como jefe de Prensa. Lo que más me llamó la atención de Dilian fue su autoridad, su don de manod, característica heredada de su papá. - Raúl¿Qué pasa con la volqueta que llevaron a arreglar? Llame al Taller y
pida un tiempito para cancelarles las cuentas. Dígales que el otro mes les tenemos la plata, pero que necesitamos ese carro esta semana mientras llega el recolector de basura que se compró. A mediados del 93 hizo pavimentar la vía a Guabas, el corregimiento más pachanguero de Guacarí y mientras se daba el proceso de compactación ordenó que las tractomulas del ingenio Pichichí hicieran un rodeo por Canaguá. Esta orden fue desatendida por unos muleros. De inmediato se fue con la policía a la salida de Guabas para impedir el paso. Por supuesto, la comunidad se congregó en su apoyo. El Gerente del ingenio tuvo que ir para superar el impase. Dilian reforzó la confianza de la gente ejerciendo autoridad con firmeza. Delegaba tareas y uno tenía que responder o responder. Las promesas de campaña se fueron
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Con los funcionarios de la alcaldía, entregando el Huacar de Oro a México durante el Primer Festival Latinoamericano de Danzas, en el Despacho y con los escolares ganadores de un Concurso de Literaturta Infantil.
convirtiendo en realidad cuando puso en movimiento esa pesada maquina llamada burocracia.
A finales del 93 hizo pavimentar la vía a Guabas, el corregimiento más pachanguero de Guacarí y mientras se daba el proceso de compactación ordenó que las tractomulas del ingenio Pichichí hicieran un rodeo por Canaguá. Esta orden fue desatendida por unos muleros. de inmediato se fue con la policía a la salida de Guabas para impedir el paso. Tuvo que ir el Gerente para que quedara claro el asunto y en pocas horas superado el impase.
Gobernar, significa ante todo, ejercer la autoridad. Su ejercicio del poder no estaba basado en el amiguismo. Aunque el proyecto administrativo y el político eran su prioridad, no perdía oportunidad para inculcar autoestima: -Lo que diferencia a los que llegan lejos de quienes no, es que los primeros creen que pueden hacerlo y se atreven, con disciplina, sin perder de vista la meta y sin hacer caso a los pesimistas. En el discurso de inauguración del primer Festival expresó: -Los guacariceños tenemos que aprender a pensar en grande. Aquí hay talento humano y no podemos seguir pensando en pequeño, admirando a los demás como si no tuviéramos la capacidad de hacer lo que
ellos hacen. Tenemos que creer en nosotros y este Festival muestra que somos capaces de organizar con éxito un evento internacional. Recibía bien las propuestas y como quería posicionar a Guacarí en el plano nacional se la jugó por la cultura: -Héctor Fabio, mijo, comuníquese con la Universidad del Valle a ver si podemos recuperar los restos arqueológicos que se están llevando los
guaqueros. La idea se convirtió en la Sala Museo que luego fue trasladada a la casona donde funcionaba Prodanza. -En noviembre del 93 se realizó la primera versión del Festival de Danzas Folclóricas con la participación de cinco países. La acompañábamos en los caseos para socializar el evento y recuerdo que los comerciantes donaban alimentos, camisetas, cobijas para los artistas que pernoctarían por cinco días. Su prestigio fue extendiéndose porque además era auténticamente afectuosa cuando atendía a la gente en su casa de siete a ocho de la mañana y en las noches después de las diez, en el parque, en el la calle y los domingos en Villa Pacha. No era raro verla en su despacho en consulta médica junto a Carmen Tulia Plaza quien se encargaba de conse-
guir los medicamentos. Muy pronto empezó a multiplicar la base social de simpatizantes. La casa de sus padres era como una segunda alcaldía y a partir de entonces, doña Bertha se convirtió en el poder detrás del poder. -Doña Bertha, cómo le parece que... -Bueno, mijo, no se preocupe que yo hablo con Dilian cuando llegue de Cali. Desde las siete de la mañana empezaba a llegar gente a su casa. Varias veces la vimos atendiendo en levantadora. Dilian continuaba su trabajo a las nueve desde el Despacho y a las cuatro de la tarde viajaba a Cali para atender las consultas médicas en
La casa de sus padres se convirtió en la segunda alcaldía y en épocas electorales en el Directorio. A partir de entonces, doña Bertha se convirtió en el poder detrás del poder y don Luís en su militante más comprometido.
Imbanaco. A las diez de la noche regresaba a su casa. A esa hora nos tocaba entregar los informes. Doña Bertha le pasaba el cartapacio de solicitudes, poniendo encima las que ella consideraba más urgentes de acuerdo con el impacto emocional que le hubieran causado los casos. - Pero mamá, esto no se consigue tan fácil. -Yo no sé, mija, pero ya me comprometí . -Mamá, usted me pone en unas... Y luego hablaba don Luís José. -Mija, es que en Cananguá están recolectando fondos para construir la capilla y Pedernera dice que... -Papá, pero es que eso ya está en el Concejo. Desde el martes le estoy diciendo. Ay, no, papá, ¡Usted ataca más que los rusos! Fue un revolcón administrativo y mental.
Lo que vivió Guacarí en esa época fue un renacer. Esa palabra describe aquel inolvidable periodo de nuestra historia. Durante su mandato Guacarí fue reconocido en dos ocasiones como el municipio más pacífico del Valle del Cauca. Fue un proyecto elaborado y dirigido desde la Secretaría de Gobierno en vista de las quejas de la comunidad y de los hacendados frente a los robos. Marcia como Secretaria de gobierno se encargó de hacerlo realidad. Se reunió varias veces en Cali con el comandante de la Policía Valle. A mí me tocó el aspecto publicitario de la Campaña que llamamos: Sembrando paz cosechamos futuro. Los sábados a la una de la mañana salía Marcia acompañada de la Policía a hacer cumplir el horario de cierre de establecimientos públicos, a hacer apagar los equipos de sonido de los carros en el parque. Entre semana acompañaba las patrullas en
Carmen Tulia “La madre Teresa” y niños de Guabas le celebran el cumpleaños el Día de Reyes.
las rondas por los corregimientos y a Dilian le tocaba regañar a los líderes que querían apadrinar a los infractores de tránsito o de los establecimientos sellados por ingreso de menores, por peleas o por incumplir el horario de cierre. Valió la pena ese esfuerzo. El reconocimiento lo hizo la gobernación en el parque. Cuatro motos y una camioneta para la estación de Policía. Cuando ocurrió el terremoto en el Cauca me llamó y me dijo: -Como usted está haciendo el curso de Primeros Auxilios y le gusta colaborar, reco-
Atendiendo a una delegación de Santa Rosa. Al fondo el “Mono” Gil, líder de la zona montañosa.
lecte ayudas y vaya entréguelas. Me consiguió medicinas y equipo médico. Con tres compañeras del curso conseguimos dos toneladas entre alimentos, vestidos y mantas que llevamos al Páramo de Moras a ocho horas de Popayán por una trocha terrible. El Cabildo Indígena de Mosoco Cauca, los brigadistas de la Cruz Roja, Antonio Navarro Wolf y la comunidad Páez reconocieron ese gesto de solidaridad de los guacariceños. Así recuerdo esos años liderados por Dilian Toro. Ese renacimiento fue posible entre otras cosas a que todavía no se materializaba la crisis financiera del Estado y había más recursos
que hoy, pero sobre todo por el liderazgo de la alcaldesa. Quizás pueda resultar incomprensible para las nuevas generaciones a las que les ha tocado vivir una época diferente, con la expansión del narco y microtráfico que derivó en la pauperización de valores sociales y familiares; pero pueden preguntar a los padres. Ellos les dirán que es verdad, que se vivió un período excepcional en un municipio que veinte años después empieza a ver nuevas obras y con ellas la esperanza de un Guacarí como el de entonces. Américo Sanclemente Girón.
Inauguración del Primer Festival Latinoamericano de Danzas Folclóricas. De izquierda a derecha: Armando Concha, Raúl Plaza, Yaneth González, Américo Sanclemente, Claudia Cardona, Marcia Porras y la alcaldesa Dilian Toro.
La solidaridad de los guacariceños impulsada desde la alcaldía se reflejó en dos toneladas de ayudas en alimentos, medicinas, equipos médicos, vestidos, frasadas y asistencia en Primeros Auxilios. En la foto, Campamento Guacarí en la Vereda Mosoco en Páez Cauca. Brigadistas Nancy Reina y Américo Sanclemente.