Formación de Adultos EL ADULTO ANTE LA
MÓDULO IV. LA COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN ! TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN La comunicación es un componente básico del proceso de enseñanza-‐ aprendizaje, siendo vital el trasvase de información para el logro del propósito formativo. COMUNICACIÓN es el proceso de transmitir y recibir información utilizando la palabra hablada o escrita, los gestos, etc. que conduce a un entendimiento entre dos o más personas. Cuando este intercambio de ideas se produce entre docente y alumnos o entre los alumnos entre sí, tiene lugar lo que llamamos Comunicación Didáctica. Elementos:
En todo proceso comunicativo intervienen los siguientes elementos:
CANAL
EMISOR
MENSAJE
RECEPTOR
CÓDIGO
RETROALIMENTACIÓN
Retroalimentación o feed-‐back es la información dada por el receptor y que permite al emisor saber si su mensaje ha sido correctamente interpretado. No siempre la imagen mental que piensa transmitir el emisor es correctamente captada por el receptor.
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Para obtenerlo existen dos caminos: a) facilitarlo; b) buscarlo o provocarlo. Facilitarlo significa que el receptor vea en nosotros una actitud receptiva frente a sus problemas o dudas. Después de emitir un mensaje, debemos actuar del modo siguiente: -
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Saber escuchar y responder adecuadamente a las preguntas que nos formulan. Ser pacientes, no enojarnos, no impacientarnos frente a preguntas que parecen absurdas, puesto que muchas veces son consecuencia de la falta de información dada por nosotros. Respetar al receptor y respetar sus opiniones, razonando con él, sin imponer -‐ con superioridad -‐ nuestros puntos de vista, lo cual llevaría al receptor a cerrarse y no ofrecer feed-‐back. Desarrollar la comunicación empática que significa «entender lo que el receptor quiere decir»; entender más allá de las palabras, entender los sentimientos y actitudes que van unidos a todo mensaje, que permiten una comprensión no sólo de lo que el otro dice sino de por qué lo dice. Provocar un clima de sinceridad que permita un diálogo abierto y evite las desconfianzas y suspicacias.
Buscarlo o provocarlo. Animando a preguntar las dudas, haciendo preguntas que nos permitan cerciorarnos de que su interpretación ha sido correcta. El hecho de preguntar: ¿lo has entendido?, mejor dicho "¿me he explicado?", y que el receptor diga «sí» no nos garantiza la correcta comprensión del mensaje; debemos conseguir una cierta explicación de la imagen mental que el receptor se ha formado para ver si coincide con la que deseábamos trasmitir, puesto que ésta es la función de buscar la retroalimentación. Si ponemos más atención en el proceso comunicativo e intentamos presentarnos a los demás con una actitud de igualdad, orientándonos más a la resolución de problemas que a la búsqueda de culpables, podemos mejorar nuestra comunicación y de esta manera conseguir entendernos mejor en un clima de trabajo más agradable y eficaz. Degradación de la comunicación QUE SE QUIERE DECIR Lo que se sabe decir Lo que se dice Lo que se oye Lo que se escucha Lo que se comprende
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Formación de Adultos Lo que se acepta Lo que se retiene LO QUE SE PONE EN PRÁCTICA Barreras en la comunicación: Existen una serie de factores que pueden dificultar cualquier comunicación: son los llamados ruidos o barreras comunicativas. Estas se pueden dar a lo largo de todo el proceso y en cada uno de los elementos de la comunicación. •
Interpretación personal de los mensajes: ante un mensaje es posible que cada uno de nosotros vea o escuche una cosa diferente debido a que seleccionamos la información, en función de nuestras características personales hacemos inferencias, en función de nuestras actitudes y estereotipos
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Discrepancias entre mensajes verbales y no verbales: cuando ocurre esto, va a primar lo no verbal (cómo lo decimos) sobre lo verbal (los que decimos)
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Mensajes mal estructurados o ambiguos: debido a falta de secuencialidad, uso de códigos inadecuados, impresión del mensaje, etc.
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Defectos en los canales: pizarra mal estructurada, película de vídeo deteriorada, etc.
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Comunicación en cadena: es el paso del mensaje por muchos emisores y receptores. Es lo que ocurre con el rumor: un mismo mensaje pasa por muchas manos, lo cual hace que se distorsione.
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Falta de atención: tanto por parte del emisor como del receptor, por fatiga u otras razones
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Ambiente no adecuado: ruidos, iluminación deficiente o excesiva, situación térmica distorsionadora del confort, diseño poco ergonómico de sillas y mesas, impartición de clases en locales no preparados para ello, etc.
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Ausencia o deficiencia de retroalimentación: esta es la mayor barrera de la comunicación y, por lo tanto, su debida utilización es la forma por excelencia para conseguir una comunicación eficaz.
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Cómo conseguir una comunicación eficaz en el aula -
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Crear un clima abierto, favorable a la comunicación y a la participación activa del alumno. Exponer claramente los objetivos y estructurar los contenidos (secuencialidad y recapitulaciones parciales), para evitar la ambigüedad y no favorecer la interpretación personal. Utilizar la comunicación no verbal como apoyo a la verbal, para clarificar, y también como retroalimentación Motivar a los alumnos para fomentar su receptividad Hacer un uso continuo de la retroalimentación, por medio de preguntas, estando atentos a los mensajes no verbales de los alumnos. Captar la atención de los alumnos Utilizar un vocabulario adecuado al nivel de los alumnos Cuidar el tono de voz y la vocalización Emplear varios medios didácticos como apoyo a las exposiciones Prever las condiciones adecuadas del aula: iluminación, sonoridad, etc. No angustiar al alumno con prisas en la exposición o con el eterno miedo del profesor de no tener tiempo para “explicarlo todo” No regirse por programas que obliguen al profesor a interrumpir discusiones que importan a todo el grupo No fatigar al alumno con exposiciones superiores a una hora de duración
Impacto de la comunicación La investigación del psicólogo social Mehrabian reveló que había tres elementos en cualquier mensaje comunicativo: lenguaje corporal, voz y palabras. Ha sido considerado la más acertada a la hora de entender cómo una persona descifra el significado del mensaje de otra persona. En ella señala que: • el 55% del significado de cualquier mensaje proviene del lenguaje corporal visual (gestos, postura, expresión facial) • el 38% del significado deriva del elemento no verbal del discurso (vocal); en otras palabras, el modo en que se dicen las palabras: tono, velocidad e inflexión. • el 7% del significado proviene de las palabras en concreto (contenido).
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Formación de Adultos RECURSOS Y TÉCNICAS UTILIZADAS EN LA COMUNICACIÓN El acto formativo es un complejo proceso de intercambios entre el⁄la docente y los⁄as alumnos⁄as. Cuando interrelacionamos, la comunicación es una práctica cotidiana y gran parte del trabajo del⁄ de la docente se debe orientar a propiciarla al máximo. La transmisión de conocimientos entre las personas se realiza a través de nuestro principal instrumento de comunicación: el lenguaje. Para llevar a cabo una correcta y efectiva comunicación, los⁄as formadores⁄as se apoyan en una serie de recursos que facilitan dicha labor y que les ayudarán a mantener la atención del auditorio. Entre ellas, podemos diferenciar: -‐ recursos expresivos: el estilo. -‐ recursos fonéticos: la dicción, la elocución. -‐ recursos visuales: la presencia, los gestos.
Recursos expresivos: el estilo
El estilo lo podemos definir como la forma personal de realizar nuestros actos. A la hora de transmitir los conocimientos al grupo-‐clase, el estilo pasa a ser una pieza fundamental para atraer la atención de los⁄as alumnos⁄as. A continuación, exponemos una serie de características de estilo que debe tomar en consideración el⁄la docente en cualquier auditorio y que facilitarán su labor: -‐ en cualquier conferencia o diálogo, la brevedad en exponer ideas es una virtud; es decir, que al exponer una idea debemos hacerlo de la forma más sintética posible y evitar caer en parrafadas que dificulten la comprensión del mensaje emitido. -‐ la brevedad se completa con la claridad, dado que de poco serviría que fuésemos breves en un discurso sin ser claros y sencillos al exponer las ideas, dando lugar a la incomprensión de los oyentes. para ello, el⁄la docente deberá evitar el uso de una terminología demasiado especializada que esté en desacorde con el público al que se dirige. Debemos adaptar nuestro lenguaje al público que nos dirigimos. -‐ hemos de evitar, por otra parte, utilizar el mismo ritmo a lo largo del comunicado; es decir, ser monótonos. Para conseguirlo, utilizaremos debidamente las pausas, evitaremos las muletillas y controlaremos la respiración para no cortar el ritmo de las palabras. -‐ utilizar las frases directas para dirigirse al alumnado, como si se hablase de persona a persona. -‐ otro recurso muy utilizado por los⁄as distintos⁄as docentes es el uso del humor, la ironía y la exageración; si bien es cierto no conviene abusar de ellos. -‐ por último, señalaremos que todo lo citado anteriormente quedaría en un pozo sin fondo si el⁄la docente no siente y cree lo que está contando: sentimiento y credibilidad. Identificarse con el discurso es una pieza fundamental para dar veracidad al contenido del discurso y lograr la atención del oyente y la comprensión sobre el contenido expuesto.
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Recursos fonéticos: elocución y dicción El término elocución hace referencia a la manera de hablar para expresar los conceptos. Hay que distinguir tres elementos clave en este término: tono, intensidad y timbre. El tono es una cualidad de los sonidos que permite ordenarlos de graves a agudos y hace referencia a la manera de contar las cosas. En una intervención en público es fundamental el cambio de tono, evitando caer en la monotonía y, por tanto, captar la atención del cliente. La intensidad la definimos como el grado de energía de la expresión; es decir, la fuerza de emisión de la voz al hablar. En una ponencia en público hay que saber jugar con la intensidad de la voz, subirla o bajarla para recalcar algo, captar la atención perdida de algunos⁄as oyentes, etc. El timbre es el modo característico propio de hacer sonar su voz una persona. Por otra parte, el término dicción se define como la manera de pronunciar una palabra. Se distinguen dos partes: articulación y vocalización. La articulación se refiere a la pronunciación de las consonantes. La vocalización está referida a la pronunciación de las vocales. Podemos comprobar que la dicción está estrechamente ligada con las peculiaridades del habla dependiendo de la región. Evidentemente, estas peculiaridades las debemos mantener siempre y cuando no sean muy exageradas y dificulten la comprensión del contenido. Recursos visuales: la presencia y los gestos En este apartado hacemos referencia a la comunicación no verbal, que es un lenguaje tanto o más importante que la comunicación verbal. El⁄la formador⁄a ha de tener en cuenta, para ello, los siguientes elementos: -‐ la postura del cuerpo: son muchas las hipótesis que se han creado en torno a las posturas más adecuadas a la hora de emitir un discurso. Unos⁄as piensan que es sentado⁄a, otros⁄as que dando paseos, etc. la posición sentada favorece la calma, permitiendo un diálogo más pausado y más familiar. Por el contrario, una posición de pie permite mensajes más dinámicos; pues facilita los movimientos del que habla. No obstante, hemos de tener en cuenta que la manera de impartir la clase irá en función del desarrollo de la misma. -‐ gesticulación de los brazos: el uso de los brazos y manos debe ir acompañando y reforzando al discurso; siempre teniendo en cuenta evitar las exageraciones. -‐ contacto visual: el⁄la docente debe intentar mirar a los⁄as alumnos⁄as , esforzándose en mirar a cada uno⁄a de ellos⁄as. de esta forma se creará un ambiente favorecedor para el feedback.
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gestos faciales: uno de los recursos expresivos era el sentir y creer lo que se dice. El rostro será uno de los elementos que delate el sentimiento que el⁄la docente tiene acerca del discurso.
Además de lo comentado anteriormente, existen otros elementos que también pueden favorecer el proceso de comunicación: * El uso del espacio: la proximidad espacial en el aula entre el⁄la formador⁄a y los⁄as alumnos⁄as influye en la calidad y tipo de interacción que se establece entre ellos⁄as. No debemos mantenernos muy distantes del alumnado; pero tampoco invadir su espacio aproximándonos demasiado. * El aspecto físico: es fundamental que la imagen que transmita el⁄la formador⁄a sea positiva para el alumnado. Teniendo en cuenta que no podemos influir mucho sobre nuestros rasgos físicos, nos centraremos en aquellos que sí podemos manipular: los adornos y las prendas de vestir. La manera adecuada de vestir cuando impartimos un curso depende de la situación y siempre ha de estar en consonancia con el colectivo de alumnos⁄as al que nos enfrentemos. Debemos buscar siempre en nuestro comportamiento como formadores⁄as, y con el fin de conseguir buena comunicación, una coherencia entre lo que decimos (la comunicación verbal) y cómo lo expresamos (la comunicación no verbal), para que la interpretación de los mensajes, por parte del alumnado, sea correcta y no genere desconfianza o incertidumbre. ! LEYES PARA LOGRAR COMUNICACIONES EFECTIVAS La comunicación es más efectiva cuanto menor es el esfuerzo que realiza el receptor para captar el mensaje. -
“Lo importante no es lo que dice el emisor sino lo que entiende el receptor” “Tan importante como lo que se dice es cómo se dice" No es posible la no-‐comunicación Cada comunicación implica un aspecto de contenido (mensajes, ideas) y un aspecto de relación (confianza, simpatía, tranquilidad), condicionando el último al primero
Una vez que te has vuelto efectivo en el envío de mensajes orales, escritos y no verbales, estás a medio camino de convertirse en un comunicador completo…
Sin embargo, también necesitas desarrollar capacidades adecuadas de recepción.
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LA ESCUCHA ACTIVA PARA MEJORAR LAS HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
Una vez que te has vuelto efectivo en el envío de mensajes orales, escritos y no verbales, estás a medio camino de convertirse en un comunicador completo… Sin embargo, también necesitas desarrollar capacidades adecuadas de recepción. ESCUCHAR es… prestar atención a lo que se oye (RAE) LA ESCUCHA ACTIVA es… interpretar lo que otra persona quiere transmitirnos La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar? Existen grandes diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Escuchar al emisor de forma integral, intentando entender su punto de vista y haciendo que la comunicación sea activa, es decir, recibiendo y dando información, acompañado de lenguaje corporal, facilita la comunicación y reduce los factores que impiden que ésta sea eficaz. Escuchar activamente supone: poner todo nuestro interés en los mensajes de nuestro interlocutor. No sólo escuchar, sino demostrar que le estamos escuchando. Escuchar es una de las funciones más importantes de la relación humana y un factor fundamental en el proceso de comunicación didáctica. Escuchar le sirve al/a la docente para recoger las dudas y opiniones de su alumnado; a éste/a para aprender del/de la docente y del resto de los que participan. La escucha activa facilitará la correcta interpretación del mensaje emitido.
CÓMO ESCUCHAR ACTIVAMENTE: -‐ Dar señales no verbales de escucha: • • • • •
Proximidad física y contacto visual Postura orientada y relajada Asentir, sonrisa (si procede) Mímica ya gestos Contacto físico ligero
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Formación de Adultos -‐ Dar señales verbales de escucha: • • • •
Sonidos confirmatorios: ajá, ya, uhm, ... Parafrasear: repetir con otras palabras Resumir: “o sea, que me estás diciendo que…” Respuestas de reconocimiento: “sí, sí”, “ya veo”, “claro”, “te escucho”…
-‐ Evitar juzgar -‐ Recibir y no interrumpir -‐ No anticipar lo que el otro va a decir -‐ Pedir más información, “¿quieres decirme algo más?
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