CHEMA MADOZ
VERSOS CAPTADOS FOTOGRAFÍA 2001-2012
CHEMA MADOZ
DISEÑO Y CREATIVIDAD Responsable Editorial: Pedro Arnaü Traducción: Norwich and Barstom Maquetación: Vanessa MG Realización de la cubierta: Vanessa MG Edición española: ETECÉ Editorial San Bernardo, 10. 28015. Madrid Depósito Legal: M-38.811-2002 ISBN: 84-415-1422-4 Printed in Spain Imprime: Gráficas Muriel SA C/ Buhigas s/n. Getafe (Madrid)
CHEMA MADOZ
VERSOS CAPTADOS FOTOGRAFÍA 2001-2012
Madrid, 2001 100 x 100 cm.
Madrid, 2003 75 x 100 cm.
Madrid, 2003 100 x 100 cm.
Madrid, 2005 x 100 cm.
Madrid, 2011 60 x 125 cm.
Madrid, 2007 90 x 100 cm.
Madrid, 2009 100 x 130 cm.
Madrid, 2012 100 x 100 cm.
Madrid, 2002 40 x 100 cm.
Madrid, 2008 100 x 100 cm.
Madrid, 2001 55 x 100 cm.
La Técnica Me interesa en cuanto me permita acceder a los resultados que deseo. Luego de alguna forma hay que olvidarla, no tenerla presente. Las Cámaras Empecé a trabajar con una reflex 35mm, una Olympus que tuve durante 4 años hasta que me compré una Nikon F3. Después compré una Bronica para iniciarme en el formato medio. Ya había tenido antes una cámara Mamiya de 6 x 6 cm. del tipo de dos objetivos, que funcionaba bien, tenía un fuelle que permitía macro pero era muy difícil trabajar con ella porque al acercarte no veías lo que fotografiabas. Finalmente me decidí a comprarme una Hasselblad, que es con la que llevo trabajando hace ya diez años. La Luz Prácticamente todas mis fotografías son tomadas con luz natural. Yo creo que va evolucionando el uso que haces de la luz, aunque siga siendo luz natural. Sabes sacarle más partido. Sólo introduzco algo de luz artificial en los casos que he fotografiado una lámpara como parte del objeto o para darle un toque especial a algún detalle. El Estudio El estudio es algo que tengo desde relativamente hace poco. Realmente fue más por la comodidad de poder trabajar en varios proyectos de fotos a la vez. En mis primeras series trabajaba en la calle, después empecé a trabajar más con objetos y fotografiarlos en algún rincón de mi casa con luz natural de ventana. Se ve una relación entre los medios de que disponía y los tipos de fotos que construía. Trabajando en el estudio si he notado mucho que disponer de un espacio de taller amplio me permite avanzar más rápido y cómodo. Puedo tener varias ideas en marcha e irlas depurando. Fotógrafo o Escultor Me sigo considerando fotógrafo. La construcción de la mayoría de mis objetos está resuelta de mala manera… Bueno, me explico, quiero decir que están construidos para ser fotografiados. No tienen empaque, ni una presencia cuando los ves físicamente. No hay un acabado maravilloso, solo un aspecto de ellos que vas a fotografiar es lo que funciona. Sacados de ese contexto funcionan en contadas ocasiones. Alguna vez también me ha ocurrido lo contrario: un objeto que es muy atractivo y que no funciona al ser fotografiado. Sin embargo, lo normal es justo el caso contrario.
Extracto de una conversación mantenida con Chema Madoz en abril de 2001.
Toda materia está llena de sentido y su lugar en el mundo le da significado. Chema Madoz trabaja con el sentido de las cosas como si se tratara, efectivamente, de materia. La tarea de materializar el sentido es sin duda un ejercicio poético y, por ello, quisiera resaltar en primer término que se trata de una obra que produce una percepción esencialmente poética. Madoz utiliza los objetos y su representación gráfica como si fueran palabras de un vocabulario nítido. Analizando el azaroso mapa de señales que emiten las cosas desde el lugar que ocupan en el mundo, Madoz individualiza y desordena, confronta y manipula hasta conseguir mostrarun nuevo orden, una cara oculta del sentido, una nueva verdad simbólica que resalta por impacto el desorden de la lógica. Las cosas, los objetos, situados en un nuevo lugar, desnudos del entorno natural donde realizan su función, están ante la cámara emitiendo otras señales diferentes. Convertidos en signos están ahora literalmente hablando. O mejor, son imágenes que están literariamente hablando. Porque partiendo de la estética de la semejanza y la vecindad de referentes, Madoz desplaza el sentido natural de los conceptos a otras comprensiones explotando al máximo sus capacidades simbólicas y resolviendo su discurso con figuras y tropos de honda relación con el lenguaje: analogías, metáforas, paradojas o metonimias visuales, que ofrecen al espectador un juego de percepción poética y le exigen una colaboración activa. La obra de Madoz tiene, por tanto, una amplia vecindad literaria. Sus composiciones se acercan al poema minimalista y a la contraposición de imágenes poéticas que produce una explosión metafórica que evocan al Mallarmé de «Una tirada de dados nunca abolirá el azar», a los Haikus orientales, cuya estructura combina dos imágenes distintas que finalmente se relacionan en el tercer verso, o resultan perfectamente familiares a las greguerías de Ramón Gómez de la Serna: «La jirafa es un animal alfombrado» o «Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas» y, también: «Si te conoces demasiado a ti mismo dejarás de saludarte»... Una fotografía es por naturaleza la captura de un instante efímero. Toda la obra de Chema Madoz tiene esta clara relación con lo efímero. La conjunción lograda no necesita existir ni antes ni después de ser fotografiada. La materialidad de la idea no es el objeto final del trabajo realizado, sino su encuadre; su retrato. Como en la clásica instantánea: su momento exacto. La resolución fotográfica en blanco y negro aporta una distancia melancólica, con cierto aire de romanticismo ausente y trágico. La escala de grises convierte a las cosas en sombras que desvanecidas en un mundo irreal se expresan como fantasmas. Conservan su identidad icónica pero están absortas en un metalenguaje abstracto. Las reconocemos aunque ya no pertenecen a este mundo. Madoz trabaja con las sombras de las cosas y con ello obtiene una elegancia plástica que fusiona toda su obra otorgándole una coherencia formal y le permite realizar un ejercicio quirúrgico de precisión técnica. Sentido y precisión son elementos decisivos en la articulación de una idea. Madoz es un coleccionista de ideas cuyo rastro se puede adivinar perfectamente observando los extraños objetos desperdigados
por su estudio, ahora máquinas solteras, despogajadas de su identidad, al ser separadas de su lugar y tiempo. Muchos de los momentos fotografiados han sido preparados para existir solamente en el instante captado por la cámara, singularmente aquellos obtenidos en la naturaleza son los más reconocibles; pero Madoz, como creador de esconografías nos recuerda que cada fotografía es un instante único cuya sensación de inmortalidad es una artimaña de la imagen, una farsa del creador. La naturaleza está viva, está en acción. Todo lo que se construye sobre ella se transforma. E irredediablemente, cada obra de Madoz es un instante ya pasado al que no podemos volver. Así, las esculturas o instalaciones que podrían perfectamente exhibirse en un espacio expositivo en su verdadera condición física, son eso: escenografías efímeras. Madoz nos las muestra fotografiadas, para después desmontarlas, desmantelarlas y despojarlas de su esencia real o adquirida. Muchos artistas trabajan como en una mesa de ping-pong y juegan a ambos lados sucesivamente, confrontando polos entre iconos de lo prosaico y de la alta cultura. Gran parte del arte actual responde a las palabras de Georges Bataille: “Está claro que el mundo es pura parodia. Todo lo que vemos en él es la parodia de otra cosa, incluso es la misma cosa con una forma todavía más engañosa”. Madoz lo hace desde un punto de vista estoico. Madoz realiza siempre un equilibrado ejercicio de contención. Intenta aparecer lo menos posible en su obra y deja que las cosas, los objetos, hablen por él. Por eso los coloca en un espacio neutro y a la distancia justa. Esta colección de fotografías de Chema Madoz nos propone por tanto un juego de percepción. Las imágenes nos hablan, nos proponen un paseo por el entendimiento. Pero no se trata aquí de descubrir la solución de un jeroglífico. El enigma está resuelto. Era antes de que el artista descubriera su resolución plástica donde se encontraba en potencia el insondable sentido de las cosas que silenciosas y quietas en el lugar que les adjudicamos, se pasan todo el tiempo hablando. Madrid, enero de 2006
Este catálogo se terminó de imprimir en los Talleres Gráficos de Unigraf, S.L. Móstoles, Madrid (España) en el mes de Abril de 2013.
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