Editorial
Comprometidos con la salud y el bienestar de los niños y sus mamitas, quienes llegan a nuestras instalaciones, en MACSA hace más de dos años emprendimos un proyecto que buscaba volcar nuestra experiencia empresarial en el cuidado de los pacientes de nuestra UCI Neonatal. Fue así como, con recursos de Colciencias y con un equipo de trabajo interdisciplinario y sensibilizado con la atención y cuidado que requiere el paciente que llega a una unidad de cuidados intensivos, desarrollamos una plataforma que permitiera tener, de manera permanente, actualizada y en línea, los indicadores y las actividades clínicas y administrativas para el cuidado del paciente. El objetivo es que las metas planeadas en el mejoramiento continuo y trazadas por las instituciones que intervienen en el sistema de salud, se alcancen mediante la captura y monitoreo de los datos en tiempo real y de forma efectiva y eficiente. Es así como el software está centrado en el niño, pero en una fase posterior podrá ser utilizado en todo tipo de pacientes y adaptado a distintos servicios clínicos. Lupita, como hemos llamado a la plataforma en honor a una de nuestras pacientes más críticas que felizmente salió de nuestra UCI recuperada y con su familia, mejora la prestación de nuestros servicios y el costo efectivo del cuidado conectando en simultánea a gobierno, prestadores, aseguradores y pacientes. Lupita permite que los recursos estatales destinados a la salud puedan ser aplicados a una mayor población, pues promueve la transparencia y trazabilidad de los recursos y servicios prestados a cada paciente. Además, va a permitir que los pacientes puedan tener acceso al resumen de sus historias clínicas en cada una de sus hospitalizaciones; por su parte, las EPS podrán hacer auditoría en línea de los pacientes hospitalizados, accediendo a indicadores que les faciliten la toma de decisiones en los diferentes niveles de atención en pro de mejorar el servicio y la salud de sus afiliados.
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Por último a los entes gubernamentales, Lupita les facilitará, con los indicadores que genera, ver si los programas de salud pública implementados están impactando en la salud o requieren reformas o más vigilancia en su ejecución. Con Lupita, MACSA se pone a la vanguardia en la prestación de servicios de salud, mientras que beneficia a pacientes, mejora la comunicación del sistema de salud, lo cual redundará en transparencia y eficiencia, características indispensables para el bienestar y salud de todos los colombianos.
¿Por qué Lupita? Mi nombre y mi esencia buscan honrar a todos esos extremadamente pequeños recién nacidos, que han sido valientes y esforzados y han obtenido en la batalla de la enfermedad, la victoria de la vida. Lupita fue una paciente que nació en nuestras instalaciones y que fue cangurada por su papá; durante su estancia en la UCI de MACSA, ellos contaron con todo el apoyo de nuestro equipo asistencial, logrando recuperarse satisfactoriamente y volver a casa feliz con su familia.
Novedades
Tener un bebé en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal puede ser una experiencia llena de dudas e inquietudes para madres y padres, que necesitan el apoyo de familiares, amigos y personal médico para atravesar exitosamente el paso de su pequeño o pequeña por la UCI. Es por eso que Medicina Alta Complejidad S.A. –MACSA– busca crear una red de apoyo para ayudar a las familias de estos niños y niñas durante su estadía en la unidad y luego de ser dados de alta. El Club de Bebés MACSA estará conformado por bebés que hayan pasado por la UCI Neonatos de MACSA y sus familias, y servirá como grupo de apoyo para madres y padres que estén pasando por la misma situación. Podrán despejar dudas e inquietudes, compartir sus casos y testimonios y reflexionar sobre su experiencia en la Unidad. “El objetivo de este club emocional es que hagamos una red, porque muchas veces las historias de ustedes van a hacer que un papá tenga la fuerza suficiente de querer seguir adelante o de tolerar mejor las dificultades que les toca vivir desde la parte familiar”, expresó la doctora María Elena Venegas, coordinadora médica de la UCI Neonatal, durante el lanzamiento del Club de Bebés, el 22 de octubre en el Hospital Niño Jesús. A la primera reunión de este especial club asistieron 18 bebés con sus padres, madres y otros familiares para compartir sus experiencias, interactuar entre ellos, recibir recomendaciones por parte del personal médico para el bienestar de los pequeños y definir las próximas actividades de esta red. Una de esas experiencias compartidas fue la de
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Esteban, hijo de Reina Luna Ordoñez y Luis Patiño, quien nació de 29 semanas, pesó 1.131 gramos y permaneció 68 días en UCI. “Todo el tiempo estuvieron pendiente de él, cuidándolo, y gracias a Dios salió bien”, conto Reina durante el evento mientras su esposo detalló los momentos que vivieron en la UCI Neonatal. Hoy ambos disfrutan de la salud de Esteban, quien tiene ya dos añitos. La enfermera Rosmeri Portillo, líder del programa Madre Canguro Intrahospitalario y quien conoce los casos de todos los pequeños presentes en el Club, dijo que “socializar con otras madres la experiencia de tener un hijo en la UCI va a fortalecerlas y ayudarlas a seguir adelante, a tener esperanza de que sí se puede sacar a un niño prematuro adelante, solo es tener fe”. Por su parte, el doctor Juan Arciniegas, director general de MACSA, expresó que los niños presentes en el evento son el motor que hace funcionar la UCI Neonatal, además de la sonrisa de los padres al momento de recibir a sus hijos en buenas condiciones. “Ustedes son los que hacen que esto crezca, que este equipo se mueva y haga cosas espectaculares y con tanto sentimiento”, añadió. “Hoy verán y palparán el fruto de muchos sacrificios, muchas frustraciones, muchas lágrimas. Algunos bebés no lo lograron, pero ustedes nunca dejaron de intentarlo. Muy posiblemente muchos de esos bebés nunca sabrán qué hicimos cada uno de nosotros por ellos y sus familias, pero cada uno de ellos justifica en sí mismo nuestras vidas”, fueron las palabras de Hernando Baquero, director I+D+i de MACSA, para los asistentes al evento.
Novedades
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Con 760 gramos de peso y 32 centímetros, no había muchas esperanzas de vida para Julieta cuando nació, pero su mamá, Dailin Castiblanco, nunca perdió la esperanza.
Al verla por primera vez, fue tal la impresión que Dailin se enfermó, pero incluso así llegaba a la UCI a “cangurar” a su pequeña.
“Fue una experiencia muy dura, pero sin duda fue la mejor de mi vida, porque me acercó a Dios y a mi hija”, contó Dailin ante el grupo de mamás y papás del nuevo Club de Bebés MACSA en su lanzamiento.
“Trasnoché, dormí en el hospital, algunas veces lloré, me preocupé, ‘canguré’ hasta la madrugada. Me decían que por qué no descansaba y yo decía que venía a ‘cangurar’. Salía a las 7 de la mañana del día siguiente y en la tarde volvía. Todos los días estuve acá”, contó ante los presentes.
Julieta es una de las bebés más pequeñas que ha pasado por la UCI Neonatal de MACSA, y su historia de lucha inspira a las familias que atraviesan la estancia de sus pequeños en la unidad. “Me entregué totalmente aquí, todos lo saben porque me veían todos los días. Yo lloraba, sufría, los veía correr, pero nunca me movía del lado de Julieta”, contó Dailin, quien confesó que los primeros 15 días en la UCI fueron “los más horribles” de su vida.
A pesar de las adversidades, Julieta logró salir de la UCI Neonatal luego de 97 días con un peso de 1.700 gramos, para la alegría de su familia, radicada en Santa Marta. “Como les he dicho a muchas de las enfermeras con las que todavía hablo, se los voy a agradecer toda mi vida, porque Dios estuvo ahí presente, pero ellos hicieron mucho para que yo disfrutara de Julieta hoy”, dijo con gratitud Dailin, quien hoy goza de su pequeña de dos años y siete meses.
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Actualidad Luego de los días de celebración del último mes del año, es tiempo en enero de regresar a las labores, la rutina y el trabajo. Pero no siempre es un cambio fácil; pasar del descanso, la relajación y la falta de preocupaciones a las responsabilidades, los horarios y los compromisos puede ser un poco traumático, pues a nuestro cerebro le cuesta trabajo esa transición. Ese cambio implica procesos tanto emocionales como cognitivos, pues añoramos los días de descanso y hasta flojera a la vez que tenemos incertidumbre sobre lo que viene en el nuevo año que comienza. Para superar exitosamente esta etapa de cambio, Álvaro Bonilla, psicólogo y docente de la Universidad de la Sabana, recomienda en primer lugar ser consciente de nuestras propias emociones y tratar de no dejarse llevar por ellas, puesto que este proceso es normal. “Lo peor que podemos hacer es hacernos ‘ruidos metales’. Eso se llama entropía: el excesivo ‘ruido’ de pensamiento: cómo empiezo, qué hago, etc.”, sostiene el experto. Bonilla sugiere cambiar esos pensamientos por proyectos ambiciosos que se haya propuesto para este nuevo año y que le provoquen entusiasmo. Pueden ser metas personales, laborales o familiares con las cuales se pueda motivar. Sin embargo, es importante plantearse metas realizables según el tiempo disponible, porque establecer propósitos demasiado grandes o difíciles de alcanzas puede generar frustración. “Otra recomendación es ir de apoco. Son fases de transición, la primera semana de enero no será tan productiva como la última, los primeros días van a ser un poco más difíciles, pero usted volverá naturalmente a los hábitos que ya tenía”, asegura.
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En Macsa somos una familia, por eso damos una calurosa bienvenida a los nuevos colaboradores al servicio de nuestros bebĂŠs y mamitas:
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