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Editorial
Colombia ha logrado grandes avances en su sistema general de seguridad social en las últimas dos décadas. Pasamos casi que abruptamente de hospitales de públicos que vivían de la caridad a empresas sociales del estado (ESE) que deben ser competitivas para poder garantizar su sostenibilidad. Ello sin perder su esencia social, manteniendo altos estándares de calidad y servicio con todos los pacientes. El reto ha sido constante. No todas las ESE han logrado con éxito la transformación, algunas aún están en la estructuración de sus procesos administrativos, los cuales incluso han precipitado grandes crisis sociales que han afectado a los usuarios del sistema. Otras han avanzado en el camino hacia la calidad, siendo referentes y generando confianza para el sector salud. El día a día de nuestras empresas está cargado de desafíos, mismos que deben ser enfrentados con creatividad, honestidad y trabajo. No existe una fórmula única para lograrlo, pero todas las ESE que han logrado salir adelante y crecer de manera sostenible, muestran coherencia entre lo que se han propuesto hacer y sus acciones.
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Es decir: lo que han planteado en su misión y visión, se ha traducido en acciones consistentes y que proyectan un mejor futuro para el sector. La ESE Hospital Niño Jesús es una de ellas. Los propósitos de mejora continua y excelencia en los servicios se ven reflejados en la atención al paciente, los indicadores de gestión y el compromiso de personal médico-asistencial y administrativo. Desde MACSA, con nuestras Unidades de Cuidados Intensivos Neonatal y Materno, estamos convencidos de que es este el único camino para que el sector salud en nuestro departamento sea referente regional y nacional. Por ello nos proponemos cada día trabajar con excelencia, conocimiento, tecnología y un recurso humano de alto nivel, para contribuir con los logros y desafíos del Hospital Niño Jesús. Porque como reza nuestro eslogan: “el futuro no se espera, se construye”.
Novedades
Desde el mes de abril, Alexandra López Pérez fue designada por la Gobernación del Atlántico como gerente encargada del Hospital Niño Jesús, y desde ese momento se puso como objetivo para la entidad alcanzar la excelencia en la prestación de servicios de salud. López Pérez es bacterióloga, especialista en Gerencia en Salud y magíster en Administración de Empresas y Auditoría en Salud. Se ha desempeñado como gerente del Hospital de Santo Tomás, gerente de Asosocial Ltda. y auditora de cuentas de la Clínica San Rafael. En entrevista, le contó a Vive Macsa sobre la visión que tiene para el Hospital, los principales retos que este enfrenta y cómo se ha hecho frente al zika. ¿Cuál es su visión acerca del Hospital Niño Jesús? Un hospital comprometido con la excelencia en la prestación de servicios de salud a la materna y las nuevas generaciones minimizando los riesgos en la atención de salud y
alcanzando su máximo bienestar, con plena consciencia de su rol para alcanzar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Una empresa sostenible financiera y administrativamente, que ha desarrollado la capacidad de perdurar en el tiempo a pesar de los factores externos y su contundencia. Un hospital moderno en infraestructura física y tecnológica, en dotación biomédica, a la vanguardia de los adelantos científicos. Un hospital que gestione conocimientos a través del desarrollo de una plataforma de investigación, complementando de esta manera su compromiso social, aportando a la solución de problemas de salud. Un hospital con identidad, que ha desarrollado una cultura organizacional basada en el sentido de pertenencia, trabajo en equipo, solidaridad y respeto. Un hospital que fundamenta su estrategia de mercadeo en la especialización y diferenciación de servicios médicos, generando ventaja competitiva. Finalmente, un hospital amigable con el medio ambiente.
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Novedades ¿Cuáles considera son los principales desafíos para el Hospital actualmente? Alcanzar la excelencia en la prestación de servicios de salud, el equilibrio financiero y garantizar la sostenibilidad en el tiempo. Fortalecer el sistema de información, desarrollar servicios complementarios, reorganizar la infraestructura física —lo que implica ampliación y remodelación de áreas—, invertir en infraestructura tecnológica, promover la formalización laboral y resolver el problema social que genera el traslado a la ciudad a través de un hogar de paso. ¿Cómo evalúa el acceso a servicios en el Hospital y cómo caracteriza la población que recurre a ellos? ¿Cuáles son los servicios más requeridos por los usuarios del Hospital? Actualmente existen algunas situaciones internas que dificultan la accesibilidad a los servicios, como la limitación en la disponibilidad de camas. Tenemos algunas situaciones por mejorar en los procesos de información y atención al usuario, como la promoción de servicios y las demoras en la formalización de los contratos con las EPS, que a su vez genera retrasos en los procesos de socialización interna. También nos enfrentamos al poco interés del régimen contributivo de contratar con la red pública. Sin embargo, desde ya trabajamos incansablemente en la mejora de estos aspectos. Nuestra mayor población corresponde al régimen subsidiado, y una gran parte proviene de los municipios del departamento. Teniendo en cuenta nuestra orientación materno infantil, los servicios relacionados con la gestante y los niños son los más solicitados.
o que presentan bajo peso al nacer. Este programa busca el contacto piel a piel entre el bebé y sus padres, y está demostrado que los niños tienen una recuperación más rápida, sustituye los métodos convencionales como la incubadora, y además afianza los vínculos afectivos entre mamá, papá y bebé, lo cual sabemos que tiene un impacto emocional en los niños, les da mayor seguridad y confianza, y obviamente se desarrollan mejor. También destaco la estrategia IAMI (Institución Amiga de la Mujer y la Infancia) y Atención Integral de Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI). El plan es fortalecer estos programas que promocionan la salud y previenen enfermedades. ¿Cómo evalúa el servicio de las unidades obstétrica y neonatal? Excelente, estos servicios apalancan la orientación materno infantil del Hospital. Gracias a que disponemos de estos servicios brindamos un gran soporte a las familias y a la sociedad, cuidando integralmente la salud de madre e hijo, con elevados estándares de calidad. Además, las unidades obstétrica y neonatal contribuyen de manera importante a la sostenibilidad financiera de la institución.
En cuanto al zika, ¿cómo lo ha enfrentado el Hospital? Hacemos parte del Proyecto de Vigilancia de Embarazadas con Zika-VEZ, escogidos como hospital piloto para su desarrollo por el Instituto Nacional de Salud y el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, lo que representa un reto y una magnífica oportunidad para formar una cultura de investigación, contemplado en la visión institucional. Hacer parte de la construcción de la historia de esta enfermedad ha sido una experiencia novedosa y muy satisfactoria. ¿Desde el Hospital qué estrategias se diseñan para la prevención y promoción de la salud de la población del Atlántico? Podemos destacar el programa Método Madre Canguro, que está enfocado en la atención de los bebés prematuros
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Novedades
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Actualidad
El objetivo de los tratamientos médicos y quirúrgicos es conseguir beneficios terapeuticos que mejoren la calidad de vida del paciente minimizando los riesgos que dicho tratamiento supone. Sin embargo, cada vez que se administra una medicación, a los efectos deseados hay que añadir otros acontecimientos adversos, que incluyen tanto las reacciones adversas (reacciones alérgicas, idiosincrásicas y efectos tóxicos inherentes a los fármacos), como los errores de medicación. Se considera error de medicación la utilización inadecuada de una medicación, ya sea por fallo humano o del sistema de utilización de medicamentos. A diferencia de las reacciones adversas de los fármacos, se considera que “los errores de medicación pueden prevenirse”. El error médico se define como la “falla de una acción planeada para ser completada como se pretendía, o bien un plan equivocado para lograr un objetivo en la seguridad del paciente”. Los errores de medicación son posibles en cualquier paso del proceso, desde la selección y prescripción del fármaco, transcripción de la orden, formulación y dispensación del fármaco hasta su administración. Estos pueden no tener consecuencias clínicas, provocar molestias menores, una morbilidad importante o incluso la muerte del paciente. Además, suelen originar un aumento en los costos de la asistencia sanitaria y pueden motivar demandas judiciales. Se ha estimado que podrian existir errores de medicación en una proporción de ingresos hospitalarios que va del 4% al 17%. En los últimos años empieza a prevalecer un nuevo enfoque en el tratamiento del error médico y del error de medicación en particular: se sustituye la actitud punitiva que considera el error como un fallo individual que debía ser castigado (dos víctimas del error: el paciente y el médico), por el análisis constructivo con el que se busca detrás de cada error un fallo del sistema que, modificado, permita prevenir nuevos errores. Según la American Society of Hospital Pharmacists, los tipos de errores de medicación son: prescripción, omisión, hora de administración, medicamento incorrecto, dosis incorrecta, forma farmacéutica equivocada, preparación errónea de un medicamento, técnica de administración equivocada, medicamento deteriorado, monitorización y cumplimiento del paciente. Estos pueden ser producidos en:
La escritura o redacción, ya sea en el nombre del fármaco, en las unidades de medida, en el uso de punto decimal, en la vía de administración, tiempo de infusión o intervalo.
La interpretación de la dosis por el personal encargado de la preparación, asi como la vía de administración.
La dificultad para dosificar algunos medicamentos, en los que debido a su presentación es necesario realizar diluciones para su aplicación.
Existen otros factores como la mala trasncripción de una indicación, el no consultar protocolos de atención médica o manuales de posología, el estrés, el ruido, las presiones del tiempo, el trabajo excesivo en areas críticas, el turno nocturno, el nivel de preparación y entrenamiento, el tiempo de labor excesivo y la fatiga. La estrategia crucial para reducir errores parece tener dos puntos claves: 1. Reconocer los errores. Para ello es necesario establecer sístemas de comunicación de errores que debieran ser anónimos, para así conseguir que se comuniquen el mayor número de errores, para investigar la causa y buscar el mecanismo para evitarlos. 2. Tratar los sistemas, no errores. Investigar cual fue la causa que motivó al error de medicación y prevenir futuros errores diseñando medidas de seguridad en el sistema. Modificar la cultura tradicional de ocultamiento y punición en el abordaje del error, diseñando estrategias en donde se aprenda de los errores cometidos y se dé la prevención adecuada. Estimular al personal a entender que lo esencial es aceptar que se puede presentar un error, solo así se podra aprender y evitar que afecte al paciente. Promover un análisis detallado de estos eventos, comunicar los errores e implementar sistemas más seguros. Los errores de medicación se encuentran entre las principales causas de eventos adversos en los pacientes hospitalizados, y su frecuencia y severidad, en el caso de la población neonatal con respecto a la adulta, es superior. La preparación de fármacos para administración intravenosa puede ser fuente de múltiples errores. La falta de presentaciones específicas para neonatos y material adecuado para la dosificación puede provocar discrepancias entre las dosis prescritas y las realmente administrada al paciente. Es importante tener en cuenta que la seguridad del paciente es uno de los principales objetivos de la atención médica. Es una actividad compleja que incluye decisiones y acciones en la que participamos médicos, enfermeras, farmaceuticos, pacientes y familiares.
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Una subida de presión y un sangrado llevaron a Indira Mendivil a la sala de urgencias del Hospital Niño Jesús el jueves 21 de julio. El diagnóstico de esta madre de dos hijas con obesidad mórbida tipo 2 fue preeclampsia severa, además de un síndrome anémico por la sangre perdida. Esa misma noche, el médico de turno la examinó y determinó que era necesario desembarazarla. “Me llevaron para el quirófano, me sacaron a la bebé y me enviaron para UCI por la presión”, recuerda Indira, quien ingresó a la UCI Obstétrica de MACSA a las 2 de la mañana del viernes 22 de julio. Su estancia allí, por fortuna, fue corta. Luego de la cesárea y la ligadura de trompas que se le realizó (técnica de Pomeroy), la noche del sábado fue trasladada a hospitalización, donde espera una pronta recuperación para reencontrarse con su pequeña Oriana Nicole, que nació de 36.5 semanas.
Indira, psicóloga de profesión, agradeció el trato amable y cuidadoso de todo el personal de MACSA, y especialmente el respeto por sus decisiones, ya que eligió no recibir trasfusiones de sangre por su religión. Esta petición la hizo a través de una carta consciente de los riesgos por su baja hemoglobina al momento de la cesárea, pero el personal experto de MACSA y del Hospital Niño Jesús logró elevar la producción de glóbulos rojos con la ayuda de sulfato ferroso y otros micronutrientes. Lo que más desea Indira, ya fuera de la UCI Obstétrica, es reunirse nuevamente con toda su familia y disfrutar de la nueva integrante.
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Bienestar
Por Laura Martínez, Directora de Proyectos
Mantén la calma. Aunque suene simplista, contar hasta diez ayuda a restaurar la paz.
¿Te ha sucedido, que de repente te pones de mal humor y no sabes ni por qué? Esto es algo que a todos nos ha pasado, por lo tanto, quizás la pregunta correcta debería de ser: ¿Qué tan seguido te pones de mal humor? Todos tenemos ratos de mal humor, pero hay personas que “viven” así, es decir, que casi por cualquier motivo se ponen de mal humor.
Respira profunda y rítmicamente mientras relajas tus músculos, visualizando una escena placentera. Actitud positiva. Repite palabras que te calmen, como por ejemplo “mantén la calma” o “no debo dejar que esto me moleste”. Actívate. Sal a caminar, andar en bicicleta o hacer algún deporte que te permita liberar energía acumulada.
La ira o irritación es un estado psicológico o alteración emocional que en gran proporción perjudica al ser humano, debido a que genera sustancias en el cuerpo que dañan los órganos y provoca que las células del organismo se exciten, favoreciendo enfermedades como el cáncer u otras patologías clínicas. Esta reacción es provocada ante situaciones que se perciben como una injusticia o ante algo que se interpone en la consecución de nuestras metas personales. Desde esta perspectiva, como cualquier emoción, no sólo es útil, sino también necesaria, pues supone una voz de alarma para actuar de forma enérgica y mitigar el miedo. Sin embargo, la irascibilidad puede ser también un síntoma de estados de ansiedad, agotamiento, depresión, trastornos de la conducta o incluso de fases avanzadas de demencia. Un estudio de Mayo Clinic señala que lo ideal es aprender a expresar clara y directamente las preocupaciones y necesidades, sin herir a otros o sin tratar de infundir miedo sobre ellos. Para ello, los expertos manifiestan poner en práctica los siguientes consejos para controlar la ira.
Buen humor. Piensa en una historia o chiste ameno. Imagínate a ti mismo, o a la persona con la que estás molesto, en una situación graciosa. Diario. Identifica las situaciones que provocan tu ira y registra tus reacciones. Así sabrás cómo evitar caer en esas circunstancias. Exprésate. Habla con un amigo, familiar o persona cercana, incluso con tu médico o terapeuta para desahogarte. Perdonar. Reconoce que no es realista esperar que todos se comporten de la manera que tú deseas. Si algo te parece ofensivo o provocador, aprende a perdonar a quien lo hizo. Si estos consejos para controlar la ira no son suficientes y sientes que no puedes controlar tus emociones, busca ayuda profesional.
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en familia
El pasado 19 de mayo se llevó a cabo en Confamiliar Sede Norte una celebración especial por el Día de la Enfermería a todas las enfermeras de Macsa que día a día dedican todo su esfuerzo, esmero y amor al cuidado de los pacientes. “Ellos tal vez olviden tu nombre, pero nunca olvidaran tu trato amable, tu dedicación y amor”.
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